Perfectamente Imperfectas

By Xerlackis

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KC University, un establecimiento conocido por las variadas carreras que imparte, desde Ciencias hasta Arte. ... More

La fiesta de bienvenida (parte 1)
La Fiesta de Bienvenida (parte 2)
El Primer día
Amor, obsesión y confusión
La noticia
Comenzando a conocernos
Discusiones
Previo a los problemas
Ensayo (parte 1)
Ensayo (parte 2)
Ensayo (parte 3)
Ensayo (parte 4)
Ensayo (parte 5)
Desesperación
Primera pregunta
Conociéndose
Enfrentando los hechos
Comprendiendo mis latidos
Sus razones
Yo cuido a los mios
Mis dos lados

Pasado

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By Xerlackis

Marceline tras dejar marcada la casa con su característico símbolo decidió volver a su casa.

Una vez que se encontró sola en el departamento teniendo por única compañía a su pequeño gato, comenzó a sentirse algo extraña, en su mente parecían más frescos que nunca los recuerdos de su pasado, seguramente se sentía así por la conversación que había tenido con Bonnibel la última vez que discutieron y ella mencionó a su madre.

Marceline provenía de un lugar muy frágil, factores que por supuesto contribuyeron a formar la excéntrica chica que era hoy.

Hasta la tierna edad de cinco años había vivido una vida realmente buena, en su familia compuesta por un padre, una madre y su hermana mayor, pero un día la madre de Marceline comenzó a actuar extraño, Marceline siendo tan pequeña poco entendía, fue ya siendo adulta que supo comprender lo que en ese entonces sucedía, la señora de la familia Abadeer, sufría de esquizofrenia, la cual detono fuertemente y la incitó incluso a hacerle daño a sus hijas, fue un día que reaccionó mientras estrangulaba a Marceline que supo que su cordura ya no existía más, no pasó mucho tiempo más cuando llevada por el temor de lastimar a su familia, se suicidó, se suponía que quien la encontraría sería el padre de las niñas, así lo había planeado, pero lamentablemente quien encontró el cadáver ensangrentado, fue la menor de los Abadeer.

Marceline se devastaba cuando recuerdos de esos horribles días azotaban su cabeza, y comenzaba a amortiguar todo aquello intentando recordar los buenos días con su madre, tocando aquella hermosa canción que le cantaba para dormir.

- Al jardín vayamos.... Vas a encontrar algo,

donde lo dejaste, pero al revés.... y cuando lo encuentres,

Ya descolorido De abajo es más claro
Al voltearlo verás

Todo se queda
Donde lo dejaste
Todo está ahí
Aunque cambiando... – unas débiles y delgadas lagrimas comenzaban a recorrer sus mejillas mientras su voz hermosa y perfecta continuaba entonando.

Muy poco tiempo después de que la madre fue sepultada, su padre comenzó a salir con otra mujer, y en menos de un año se volvió a casar, aquello genero un gran resentimiento en ambas hermanas que detestaban que su padre ni siquiera haya respetado el luto adecuadamente, Lenore, la hermana mayor de Marceline tomo una oportunidad para irse a España a estudiar, tenía 15 años en ese entonces, y Marceline quedo ahí, sola en una familia que ya no sentía suya, creció convirtiéndose en una chica de actitud distante y muy oscura cerrándose en un mundo llenado solo por libros, forjo una personalidad dura y una inteligencia soberbia, con 16 años ya estaba terminando la educación media, hablaba español, inglés y francés a la perfección y era diestra en cualquier instrumento, solo necesitaba un mes y se volvía una maestra, era un talento natural, pero poco fomentado, su padre fingía muy mal que aún le interesaban sus hijas. Marceline creció de esa manera, se formó mentalmente de una forma extraordinaria, su padre para mantenerla ocupada la obligaba a asistir a cualquier clase que hubiese, y debido a ello era que Marceline básicamente sabía de todo. Debido a que Marceline no tenía relaciones con otras personas pues era poseedora de una personalidad intratable no desarrollo oportunamente los aspectos emocionales, la falta de empatía dificultaba cualquier cosa en su vida que no fuera lógica, siempre estaba sola y entre libros o sus instrumentos, más específicamente el bajo, que sin lugar a dudas fue su favorito, de su hermana poco sabia, solo hace unos meses la había vuelto a ver, pues ella ahora vivía en EEUU y la fue a visitar aunque su verdadera razón de ir ahí era por su trabajo. En cuanto a su padre, desde que se casó con aquella mujer, se obsesionó con ella, como si quisiera comenzar de nuevo, dejando todo atrás, aun si eso significaba dejar en el olvido a sus hijas, y retomo su carrera política, pues antes de la muerte de su esposa era un diputado, pero luego lucho por la presidencia que finalmente obtuvo. Lenore nunca volvió y Marceline cuando cumplió 16 se marchó, tomo lo mínimo y simplemente abandono la mansión.

La prensa no hizo un gran escándalo, todos los medios fueron sobornados, era como si Marceline, Lenore y su madre jamás hubiesen existido, aunque si se buscase por internet con dedicación, aparecería uno que otro artículo contando algo de esa historia.

Fue a partir de los 16 años que Marceline comenzó a vivir en los barrios bajos, era una joven temeraria que sentía que no tenía nada que perder, por lo tanto su osadía la hizo ganarse el respeto de los demás de la pandilla, se convirtió en una de las mejores soldados junto a su primer amigo, Ash, al cabo de dos años ya había ganado incluso la confianza de algunos de los más grandes narcotraficantes, fue elegida para manejar una zona, y muchos la siguieron, en pocas palabras tenía su propia pandilla, ella lideraba con su siempre fiel compañero Ash, también estaba Flem, el hermano mayor de Flamin, Marshall y cinco chicos más, eran tan bien dirigidos que se bastaban solo ellos nueve para dominar las zonas, y se encargaban de mucho en realidad, incluso cuidaban el barrio, donde estaba la marca de Marceline era zona segura.

Marceline primero se encargó de que todos los miembros de la pandilla tuvieran un buen hogar, y luego sin ella tener jamás ambiciones de tener más de lo necesario comenzó a ayudar al barrio de forma anónima, previo a abandonar a su hogar solo tenía malos ejemplos de lo que era cuidar a otros, pero en ese sitio, en los barrios bajos aprendió lo que era cuidar a los tuyos a cualquier costo, aquella tan mencionada "ley del más fuerte sobrevive" era una mentira, los más fuertes cuidaban a los más débiles. Marceline enviaba a sus soldados para asegurarse de que ninguna familia pasara hambre, ahorró bastante también, no teniendo muchos gastos el dinero se le hacía algo insignificante.

Un día en que no consiguió quien lo hiciera por ella, fue la misma Marceline quien fue a hacer su donación mensual al orfanato de la ciudad. Al regresar de aquel lugar debía pasar muy cerca del centro de Santiago, donde se encontraban los mejores hoteles, y por una secuencia de coincidencias se encontró con una "turista" perdida, que intentaba sin éxito preguntar una dirección, y Marceline al oírla decir una grosería en francés se acercó para ayudarla, más que todo por curiosidad, la mujer casi lloraba de la felicidad al oír hablar a Marceline en francés, hubo una especie de amistad instantánea, la mujer era muy sincera y directa, y eso le agradó mucho, incluso la llevó a su hotel en su motocicleta, al llegar recién se presentaron oficialmente y Marceline supo que a quien acababa de ayudar era Isabelle Bauchene, una escritora muy famosa en Francia, aunque Marceline no era una gran fan, definitivamente sabía quién era.

En esa conversación se enteró que Isabelle se encontraba en Chile para una investigación, sin embargo, al salir por su cuenta a buscar puntos marcados en la guía turística termino perdida.

El encuentro con Marceline fue una verdadera salvación, conversando terminaron sentadas en el restaurant del hotel toda la tarde y fue entonces que surgió el nuevo trabajo de Marceline, una especie de asistente y traductora de la afamada escritora.

Marceline comenzó a realizar su trabajo con Isabelle y el de líder de pandilla en paralelo, sin embargo, ella deseaba algo más, de cierto tiempo a la fecha había comenzado a plantearse volver a estudiar, iniciar la educación superior, la carrera que escogería era más que obvia.

Entre conversaciones con Isabelle omitiendo por supuesto su vida en los barrios bajos fue alentada a ingresar a la universidad, realmente había tomado la decisión, pasaron dos meses trabajando en Chile, buscando inspirarse en el país de origen de su amado esposo. Luego de ese tiempo Isabelle le explicó que necesitaba reunirse con una editorial en EEUU y decidió invitarla, sería realmente útil su compañía.

Ese viaje resultó ser muy agotador, Marceline trabajo bastante, hubieron muchas reuniones y en todas debió participar, tradujo para Isabell, revisaron un sinfín de veces un par de contratos, pero finalmente hicieron todo e incluso hubo tiempo para que Marceline visitara después de tantos años a su hermana Lenore, no fue un encuentro demasiado amigable, después de todo fue como si Lenore la hubiese abandonado en esa destrozada familia y a pesar de que cada tanto la llamaba, le hizo falta, y el rencor en Marceline aun existía, pero la sangre al final siempre tira más, y conversaron largamente, prometiendo reestablecer el vínculo, ellas dos al menos, ya que su padre en la única forma que cumplió su papel fue dándoles su apellido.
Luego de regresar a Chile volvió totalmente motivada a dar un giro a su vida, de apoco fue alejándose de los negocios de las drogas, aunque no abandono la amistad con los más cercanos, y comenzó a iniciar el trámite necesario para ingresar a la universidad Kingdom Candy.



Marceline perdida entre el repaso de su vida hasta el presente, comenzó a quedarse dormida, el evento de exponer los clubes se aproximaba y los últimos días habían aportado demasiado cansancio.

El día siguiente sería viernes, el día de la exposición de los talleres, y Bonnibel no había podido participar, debido a que había faltado el día en que realizaron la organización para la demostración del taller de ciencias, y bueno se dejó llevar por la preparación del de música y no se preocupó de integrarse, así que solo le quedaba ir aquel día a observar.

Marshall continuaba haciéndole compañía a Oliver en el hospital, dedicándose a conversar de todo lo que harían cuando el batero se recuperara.

Bonnibel no lograba quitar de su cabeza a la pelinegra, no sabía en que pensamiento enfocarse, si lo mucho que le impresionaba que Marceline pudiera lidiar con todo esto o la preocupación, pues realmente no dejaba de pensar en la clase de vida que llevo a Marceline a aprender a enfrentar situaciones como esas.

En otro lugar ya siendo media noche, una increíblemente despampanante pelirroja, bailaba y se divertía, como siempre, rodeada de chicos, sin embargo, de un momento a otro la sonrisa se le cayó del rostro, al ver una cabellera rubia en el antro en el que estaba, pero cuando se giró, Flamin pudo ver de inmediato que no era aquel chico que estaba loco por ella, sin embargo, al recordar a Finn, sintió desvanecerse todos su ánimos para divertirse, de todas formas debía dormir para la presentación del día siguiente.

Flamin al igual que los demás era una mal viviente que había abandonado la escuela en la enseñanza media, pero Marceline a ella y Marshall pudo convencerlos de terminar en un 2x1, incluso aunque no lo pareciera, Flamin aprobó tan brillantemente que pudo ingresar a la misma universidad que Marceline, Flamin era brillante, pero por un montón de circunstancias que no dependían de ella no pudo explotar su potencial intelectual hasta que Marceline llegó a su vida.

Flamin pidió a uno de los tantos chicos que iban tras ella que la llevara a su hogar, un beso de despedida les bastaba como pago. Al llegar, como siempre, su hermano salía a su encuentro, Flamin era una joven realmente coqueta, pero no por eso Flem permitía que cualquiera pensara que podía aprovecharse de ella, muchos habían terminado en la cama de Flamin, pero ninguno sin la advertencia de Flem o Marceline.

Flamin entro a la casa siendo levemente golpeada en la cabeza por su hermano.

- ¡Hey! Idiota, eso me dolió – se quejó Flamin dándole una mala mirada.

- Ya, no seas llorona, ¿Por qué tan temprano? – dijo mientras abría una cerveza y ofrecía una para su hermana.

- Porque te extrañaba, obviamente. – dijo con sarcasmo la pelirroja.

- Jah.

- Bien, no me sentía bien, además mañana tengo un día de responsabilidades.

- De acuerdo, entonces vete a dormir.

Bebieron en silencio la cerveza y luego Flamin se fue a dormir, Flem por su parte salió, tenía cosas que hacer para su actual líder.

La familia Princess solo estaba compuesta por ellos dos, su padre podría ser cualquier borracho del mundo, su madre jamás se los dijo, y servicios sociales los puso en un hogar cuando se hizo una denuncia de un pequeño y una bebe que eran descuidados por su alcohólica madre, cuando Flem cumplió 18 salió del centro de menores y logro la custodia de Flamin, y al regresar no había ni rastros de su madre, poco tiempo después conocieron a Marceline y gracias a ella lograron tener el digno hogar que tenían hoy.

Eran una familia que creció rodeada de violencia y mala vida, pero como muchos en esa situación, no tuvieron muchas opciones.


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Nota: Hola! bastante tiempo, pero como siento que nadie lee, no me motivo, pero una personita me demostró interés, así que aquí esta el siguiente cap <3

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