El amanecer era muy bonito al igual que el atardecer, ver el degradado de colores, como el sol se escondía o comenzaba a verse en el horizonte era algo que me encantaba.
El día de hoy iría a la enfermería, no porque estuviera mal necesariamente, sino porque con las visitas frecuentes que hacia a la enfermería, Madame Pomfrey me había tomado cariño y yo también le había tomado cariño.
Madame me había aceptado como una especie de aprendiz, aparte a veces la ayudaba con algunas pociones que le faltaban y así no molestaba al profesor Snape.
Ademas mamá me había mandado galletas, esas que les mencione que preparábamos juntas, esas; bueno este año ella las había preparado sola, pero eran de ella y ese era el mejor regalo del mundo.
Así que quería llevarle a Madame Pomfrey unas cuantas ella hacia mucho por mi, parte de que guardaba mi secreto.
Cuando llegue a la enfermería, a Madame Pomfrey se le veía ajetreada, pensé que podía ser por los petrificados pero no era eso.
— Poppy, buenos días — salude a Madame que iba de un lado a otro.
— Ohh, Selene que bueno que estas aquí, necesito ayuda — dijo alterada.
— Dígame en que la ayudo — dije avanzando hacia ella.
— Necesito que prepares unas pociones, hay que curar a esta niña — dijo señalando a la alumna que estaba sentada en la camilla.
Me fije bien en el rostro de la niña, era Granger que le había pasado, parecía un gato, una especie de híbrido... una mujer gato, si creo que ese seria un buen nombre para describirla.
¿Como le había pasado esto?, debido a que no hay muchas formas de quedar así, diría que era por una poción multijugos mal ejecutada, se debió de confundir de cabellos y en vez de poner cabellos de una persona puso los de un animal, mas concretamente los de un gato.
— Granger, ¿qué te paso? — hable mirándola de arriba a bajo.
— No te burles Malfoy — me dijo amenazante, pero yo solo pude sonreír, lo lamento pero no pude evitarlo, como se veía no se le podía tomar en serio.
Granger me miro feo al ver que me estaba riendo — Lo lamento pero es que es algo gracioso — dije mirándola.
— Lo se, doy vergüenza — dijo apenada.
— No, no das vergüenza Granger — ella me miro extrañada, pero al final me dedico una vaga sonrisa.
— Arreglaremos esto, no te preocupes — dije levantándome, para caminar hacia las repisas y sacar lo que necesitaba para hacer una poción para curarla.
— Iré a preguntarle al profesor Snape, si tiene alguna poción para esto, sino tendremos que prepararlas todas desde el inicio, cuida a la señorita Granger mientras vuelvo — hablo Madame mientras me señalaba y después a Granger.
— No se preocupe, ademas creo que hay suficientes materiales para hacer una de las pociones para curarla — Poppy me miro con sorpresa, para después asentir con la cabeza.
— No me sorprende que sepas hacer ese tipo de pociones — dijo mientras se iba.
— ¿Como sabes que poción hacer? — dijo Granger mirándome.
— Es una cura para una poción multijugos mal elaborada ¿verdad? — ella me miro asustada.
— Por tu cara descifro que estoy en lo correcto, pero... — Dije mirándola de nuevo, Granger estaba preocupada por algo mas, ¿a quién mas le había dado la poción multijugos?, quienes fueran los que la tomaron ahora estaban bien, si no estarían aquí junto con ella en la enfermería.
— Pero ¿qué? estas en lo correcto fue una mala elaboración de la poción, gracias a Merlín que solo me salio mal a mi — cuando termino de hablar se dio cuenta que ella misma se había vendido.
— Así que se la diste a alguien mas, diría que fue, no, no, a dos mas se la diste... Potter y Weasley ¿verdad? — ella me miro a un mas asustada.
— ¿Cómo lo sabes? — me dijo acusatoriamente.
— Solo lo se... y no te preocupes no diré nada, pero ya comienzo a sospechar el porque del querer preparar la poción — si ya me estaba dando cuenta, ayer Crabb y Goyle estuvieron mega extraños, y no era porque era que algo les había caído mal, era porque no eran ellos.
Eran nada mas y nada menos que Weasley y Potter.
— Me sorprenden que pensaran que mi hermano podía ser el heredero de Salazar — ella me miro asustada, ¿tan de temer era?.
— Yo... nosotros, el daba todos los... indicios de.. serlo — hablo al fin.
— Lo se, pero Draco solo es presumido y altanero, incluso algo idiota, pero el heredero de Salazar no — le dije mientras me volvía a sentar a su lado.
— Lo lamento, ¿dirás algo sobre esto a alguien? — me miro suplicante, sabia que lo habían echo por miedo y ese para mi era motivo suficiente.
— No, no diré nada no te preocupes, ahora la poción estará en una hora mas o menos — dije volviéndome a parar para ver la poción.
— Gracias por ayudarme — hablo Granger.
— De nada Granger, sabes me caes bien, eres inteligente, y no te callas nada, esa es una gran cualidad — dije mirándola, para después señalarla.
— ¿Estaré mucho tiempo aquí? — pregunto asustada.
— Tal vez un mes, la cura demora — hable de nuevo, Granger se veía muy preocupada.
— Pero perderé clases — dijo aterrada, era verdad perdería muchas clases — No puedo estar tanto tiempo aquí —.
— Si el problema para que te quedes es ese, yo me ofrezco a traerte todas mis notas de las clases, claro solo si quieres — le dije poniendo mi mejor sonrisa.
— ¿Harías eso por mi? — que pregunta mas tonta — Ya no dije que si, ¿tengo que repetirlo? —.
— No, gracias, se nota que lo dices con sinceridad — dijo mirándome, eso me tomo desprevenida, era la primera persona que decía algo así de mi.
— Gracias, eres la primera persona en decir eso sobre mi — dije volviéndome a sentar a lado de ella.
— ¿Quieres comer?, te lo digo porque yo no he desayunado y me muero de hambre — hable poniéndome seria mientras me tocaba la barriga.
— Si, tampoco desayune — hablo algo temerosa.
Agarre la lata con las galletas de mamá y decidí llamar a Dobby.
— Dobby — hable y a los segundos el ya se encontraba delante mio.
— Ama Malfoy, que alegría verla de nuevo, ¿necesita algo? — dijo viéndome con esos ojos grandes, demostrándome que si me había extrañado.
— Yo también te extrañe Dobby, por favor traime dos vasos con leche y unos panecillos — le hable amablemente a mi elfo domestico.
— Se lo traeré lo mas rápido que pueda ama — dijo esto para después desaparecer.
— ¿Tienes un elfo? — dijo incrédula.
— No, es un elefante ¿no ves? — hable sarcásticamente, a lo que ella me miro extrañada y algo ofendida.
— Es broma Granger, y si tengo un elfo domestico, se llama Dobby — dije explicándole amablemente.
— ¿Y como es que...? — hablo dudando en si hacer o no la pregunta, pero sabia a que se refería.
— Soy una sangre pura, es obvio que tengo un elfo domestico — dije obvia,.
— Cierto — dijo asintiendo con una pequeña sonrisa.
— Ama aquí esta lo que me pidió — hablo Dobby frente a nosotros con lo que le pedí.
— Gracias Dobby, si alguien te pregunta no estuviste aquí — el elfo asintió, y al instante trono sus dedos y desapareció.
Ambas comimos hablando sobre las últimas clases que habíamos tenido hasta ahora, ella me habló sobre como el profesor Snape parecía odiarlos, no pude tener un argumento en contra porque había sido testigo de como era mi padrino con los leones.
Madame Pomfrey había regresado en algún momento, ni siquiera recuerdo bien en que momento lo hizo, puesto que luego de desayunar había aprovechado para ir avanzando la poción y la coloque en frasquitos, para que Granger pudiera tomarla.
Le pase a la medimaga las galletas que había separado para ella, me lo agradeció y siguió haciendo sus cosas, no pude evitar fijar mi vista en los petrificados, era algo muy doloroso de ver, sus rostros inmutables.
De alguna manera quería ayudar, pero sabía que no había forma de parar al basilisco, sobretodo porque yo no hablaba pársel, y no podría llegar a la cámara y parar al monstruo, la otra opción era Potter, pero el niño moriría en el proceso y no sabía si al final podría vencer a la criatura.
Internamente quería liberar a ese pobre animal, el no tenía la culpa de la tarea que le encomendó Salazar; sin embargo, en esta ocasión sabía que debía morir aunque no fuera lo justo.
Cuando vi que mi trabajo termino, decidí que debía ir a mi sala común, aunque prefería ir a la biblioteca, sabía que debía primero ir a hablar con mi hermano para que este no hiperventilara.
— Bueno Granger, debo retirarme, no quiero que la única neurona funcional de mi hermano, se suicide luego de pensar en donde me puedo haber metido, nuestro trato sigue en pie, regresare con los apuntes cuando inicien las clase — antes de que la castaña pudiera responderme, ya me encontraba en la puerta.
Salí de la enfermería y me dirigí hacia mi sala común, en el camino me encontré con mi hermano, quien por su cara estaba preocupado, pero al verme esta cambio a enojo en cuestión de segundos.
— Antes de que me digas nada, solo fui a la enfermería a hablar con Pomfrey, y por más que quise avisarte no estabas por ningún lado, te envié una nota con mi lechuza, pero al parecer no la leíste — internamente quería ver lo que estaba pensando, pero últimamente pensé que sería una intromisión.
— Lose Sel, perdón es que creo que cometí un error, ayer hablando con Crabbe y Goyle, se me salió decirles sobre la cámara que tenemos en la mansión — ni siquiera tuve oportunidad de hablar porque mi hermano lo hizo de manera apresurada.
— Aunque ahora que lo pienso son Crabbe y Goyle verdad, técnicamente son inofensivos — Draco parecía muy conforme con este pensamiento.
No sabía si debía decirle que no eran Crabbe y Goyle, puesto que ya sabía como sería su reacción y el hecho de que lo haya mencionado nos metería en problemas en las vacaciones.
Durante mucho tiempo el ministerio, bueno en realidad el patriarca de los Weasley ha querido encontrar algo sospechoso en nuestra familia, siempre venía a casa con excusas sobre que eran revisiones por precaución; pero todos sabíamos que en realidad iba a revisar las casas de ex mortífagos, claro que a la nuestra le ponía un interés mayor.
No era sorpresa para nadie que el odio entre mi padre y el señor Weasley aumentaba con el pasar de los años y con lo que paso en Flourish y Blotts al comienzo del año escolar, esta más que claro que Weasley padre estaría rebosante de alegría, con lo que dijo mi hermano delante de su hijo.
— Bueno, Draco ya veremos como lo solucionamos si la noticia llega a filtrarse — el me miró extrañado como no creyendo lo que estaba diciendo.
— Así sin más — me miro enarcando una ceja — No se a que te refieres — Draco solo seguía mirándome.
— No me dirás nada más, como que debo ser más cuidadoso con lo que ando hablando, ya sabes todo el rollo que me soltaste el año pasado por seguir a san Potter por el colegio a horas inadecuadas —.
— Bueno a hora que lo mencionas, me devolverás el favor en algún momento, ahora camina que no me gusta estar en los pasillos — lo tome del brazo y lo arrastre hacia la biblioteca.
En el camino Draco comenzó a reírse mencionando que se esperaba eso de mi. Entramos a la biblioteca y nos dividimos para buscar los libros que cada uno quería en esos momentos, nos sentamos y nos hicimos compañía en silencio.
Contrario al pensamiento ajeno, mi hermano era un idiota; pero no del tipo que no sabía nada, ambos solíamos dedicar bastante tiempo en leer.
Pasamos la mayor parte del tiempo en la biblioteca, hacíamos algunos comentarios sobre lo algún dato interesante que encontrábamos, llego un momento en el que nos dio hambre y por el tiempo en el que estuvimos en la biblioteca, era la hora de la cena, nos habíamos saltado el almuerzo.
Soltamos los libros en el aire para que regresen a su sitio, tome el brazo de mi hermano y nos dirigimos hacia el gran comedor, Draco iba hablando sobre como había pasado un tiempo desde el ultimo petrificado y que era bastante raro puesto que la ultima vez que la cámara fue abierta había muerto a una persona.
No podía refutar nada ante lo que dijo mi hermano, al menos no había dicho sangre sucia lo cual era un gran avance. Nos sentamos y Draco me sirvió mi plato y por un momento quería olvidarme de todo.