NO TE DEJARE SOLA
Lunes
AURORA GARTI
Estamos agarrados de manos subiendo unas escaleras las cuales se sienten infinitas ¿a donde me esta guiando? mis piernas cero atléticas de fideo ya se están cansando, provocando así que me detuviera poco a poco hasta que ya no pude subir un escalón más.
Me frene y al hacerlo él también lo hizo, me miró por encima de su hombro y notó mi cansancio, volteándose así para estar frente a frente— ¿Estas bien?— su expresión ya no era de molestia como suele estar en público, ahora solo se ve preocupado.
Debe pensar que estás mal de la cabeza después de tu crisis en el pasillo, solo está ahora contigo por lastima.
Ladee mi cabeza ante esa voz tan pesimista que me invade en estas situaciones— Sí, tranquilo.
— ¿Por qué me mientes?— dijo seriamente.
— Y-Yo no..— antes de terminar mi frase se acercó a mi y me levanto cargándome inesperadamente.
—¡Oye!— grite— Bájame ahora mismo, peso mucho y aún faltan escaleras— aunque estando en sus brazos me siento liviana, debía entrenar o algo por la forma de su cuerpo, un cuerpo así no se da gratis en la vida.
— Mi perro Azul pesa más que tú— al mirarlo note una de esas escasas sonrisas que tanto me gustan de él.
— ¿Tienes un perro azul?— me observó por el rabillo del ojo como si hubiera dicho otra estupidez.
— Se llama Azul, tonta— reí ante aquel nombre, aunque no lo juzgaba yo tuve un perro al cual llame dona porque me gustan las donas.
Mantuvo su pequeña sonrisa y con eso comenzó a subir las escaleras que faltaban. Eleve mi mirada para observarlo nuevamente, este chico bipolar quien hace un rato me dijo que lo dejara tranquilo, ahora me tiene cargada llevándome a no se donde pero de algo mi mente estaba clara.
«Siempre me salvaba y le agradecía por eso»
Después de unos pocos escalones más finalmente me bajo de sus brazos, estamos frente a una puerta y al abrirla me encontré con la azotea del edificio del internado.
Apenas la abrió, la luz del sol casi me dejó sin vista por un momento hasta que me adapte, el viento pego en mi rostro y en mi cabello haciéndome sentir el aire fresco que tanto necesitaba para calmar mis ansias, él me pasó por un lado y me hizo una seña para que lo siguiera y así hice.
Se detuvo enfrente de las barandillas y yo me posicione a su lado, la vista desde aquí a lo alto es increíble. Se trata de montañas, árboles de pino por doquier y a lo lejos se ve nuestra ciudad. Nuevamente Axel me sorprende con sus lugares de gran altura y bella vista.
— ¿Este también es uno de tus nuevos lugares de descanso?— le pregunto mirándolo con una sonrisa a boca cerrada.
Él me mira y por unos segundos no dice nada, solo me observa como lo suele hacer y juro que extrañaba apreciar el color tan único de sus ojos.
— En realidad— su vista se fue al frente de nuevo— Nunca había venido aquí, solo sabía que había una azotea y cuando dije "vámonos de aquí"— hace comillas con sus dedos— La verdad no sabía hacía dónde ir y lo primero que pensé fue en traerte acá, aire fresco y estar alejada de las personas es lo que necesitas.
Es increíble lo mucho que puede comprenderme y yo aún no se casi nada de él, solo que se llama Axel Daker, tiene una cara de culo pero así es su expresión normal, tiene un gusto de música variado y hoy descubrí algo nuevo, es bipolar o al menos es una teoría debido a sus cambios repentinos de humor.
— ¿Como sabias que la puerta no estaría cerrada?
— No lo sabía— lo miré crédula— solo lo supuse.
— ¿¡Me hiciste subir todas esas escaleras sin siquiera saber si estaba abierta la azotea!?— él no sabe lo mucho que me costo subirlas ¿y si hubiera estado cerrada?
— No seas dramática Garti, solo fueron cinco pisos para llegar hasta acá— bueno si lo decía así, parecía estúpido.
Suspire— Como sea, lo importante es que ya estamos aquí ¿no?— él asintió dándome la razón.
No quería arruinar este momento pero tenía que hacerlo para salir de mis dudas— Oye Axel..
—¿Hm?
— ¿Te acostaste con Cristy?— fui lo más directa posible y al observarlo su expresión seguía igual de seria.
— Me indigna tu pregunta al pensar que yo me acostaría con alguien como ella.
—¿Entonces no?— sentí la emoción invadirme.
Me miró y entrecerró sus ojos— Tonta, no.
Una sonrisa interna me invadió y aunque por dentro gritaba como fan girl de one direction en el 2011, por fuera trataba de lucir tranquila como si no me importaran sus acciones.
Después de un silencio de unos segundo, él volvió a hablar— ¿Qué te paso para estar así?
Lo miré inmediatamente soltando una risa nerviosa— ¿Así como?
— Tienes traumas, nerviosismo, escuchas voces en tu cabeza y aveces sueles perder el control ¿cierto?— su mirada pasó de estar enfrente a mi.
Los nervios me invadieron inmediatamente ¿como podría saber todo eso? Nunca le comenté nada de mis problemas pero supongo que después de aquel ataque que me dio en el pasillo todos intuyen que estoy loca.
Trague grueso— No se de que hablas— Axel comenzó acercarse a mi poco a poco y yo retrocedía a cada paso que él daba.
— Sabes perfectamente de lo que estoy hablando— su acercamiento me pone nerviosa pero ya se me esta cortando el camino para seguir retrocediendo.
— Axel..— sin querer mi pie se tropezó con algo haciendo que casi me cayera hacia atrás.
Dije casi porque gracias a los buenos reflejos de Axel evito mi caída, me sujetó de la cintura aproximándome hacia a él y ante el inesperado movimiento mi pecho chocó contra el suyo, eso ya es suficiente para sonrojarme y que mi corazón lata a mil por horas, tanta es nuestra cercanía que nuestras respiraciones se mezclan entre sí.
— Solo quiero ayudarte..— susurró, su vista bajo de mis ojos a mis labios por unos segundos.
— No la necesito.
¿Por qué mi respiración está tan agitada al igual que la de él?
— No me mientas— insiste— Porque detesto las mentiras.
Fruncí mi ceño y con eso se acabó todo— No lo hago, ¿por qué siempre pretendes que te miento?— termine nuestra cercanía separándome de él empujándolo.
Pareció molestarle mi acción ya que volvió esa seriedad— Porque se cuando alguien me está mintiendo, déjame ayudarte a superar cualquier cosa que te haya pasado Aurora.
—¡No!— le grité y por su cara de sorpresa note que no se esperaba esta actitud de mi parte— Estoy cansada de que todos me traten como si fuera una enferma mental que necesitara ayuda— me exprese desesperada— ¡Estoy malditamente bien, joder!
Me di la vuelta dándole la espalda dirigiéndome a paso apresurado hacia la puerta de salida, siento mis manos temblar y me aterra que esos ataques de pánico donde las voces me acorralan estén de regreso, porque no quiero actuar así frente a él, ni de nadie.
No estoy loca.
Estoy bien.
Soy normal.
Siento su mano atrapar mi muñeca deteniéndome— Aurora por favor, negar el estado en el que estás solo hace que empeores tu situación.
— ¿Estado?— murmure aún más molesta— Te recomiendo que te alejes de mi ahora Axel, no estoy jugando— le advierto entre dientes.
— No te dejare sola.
— ¿Acaso te importa?— suelto una carcajada sarcástica— No eres nadie para mi Axel y yo tampoco lo soy para ti, así que deja de mostrar un interés fingido en alguien que solo conoces de paso— me suelto bruscamente de su agarre y continuo mi camino.
Necesito irme o voy a estallar.
Siento el nudo en mi garganta formarse y lo odio, detesto no saber controlar mis emociones y cada que este molesta quiera llorar.
— ¡Si me importa!— gritó haciendo que me detuviera en seco— Juro que intente darte tu espacio y alejarme de ti pero..— frunzo mi entrecejo sin comprender— Me recuerdas a mi Aurora, porque yo sé lo que es estar destruido por dentro y aparentar que todo está bien por fuera, se lo que es sentirse solo y también lo agotada que debes estar de luchar contra la marea— su confesión me hace bajar la guardia por completo— Solo quiero ayudarte, como me habría gustado que lo hicieran conmigo.
Lo miro por encima de mi hombro y parece desolado, realmente sus palabras sonaron sinceras pero.. ¿Por qué quiere ayudarme? ¿Qué le interesa?
— Por favor— suplica y me estremezco al verlo tan preocupado— Se lo que se siente estar solo, ya me canse de estarlo y creo que tú también.
Desvíe la mirada unos segundos, pensando. Una parte de mí quiere irse de aquel lugar y no volver a saber nada de él, porque estoy cansada de palabras falsas y decepciones constantes, pero la otra parte de mí, la más fuerte de todas, me ruega que me quede y lo escuche, una decepción más no me va terminar de destruir ¿O sí?
Al haber tomado mi decisión, respiré hondo y me ánimo a mirarlo nuevamente.
— Lo siento, es muy difícil para mi hablar con alguien sobre mis problemas ya que no es un tema del que me guste conversar, me recuerda el pasado y yo solo quiero olvidarlo..
Se acercó lentamente y al ya estar enfrente de mi, puso sus manos sobre mis hombros y comenzó a deslizarlas por mis brazos hasta llegar a mis manos y tomarlas con las suyas, provocándome una corriente ante el contacto.
— No se que viviste, tampoco te presionaré para que me lo digas, soy prácticamente un recién llegado para ti, pero necesitas a alguien contigo ahora Aurora, permíteme ser ese apoyo que necesitas.
Baje la mirada a nuestras manos unidas, por un momento siento que romperé en llanto pero necesito ser fuerte como lo he sido a lo largo de toda mi vida— Me siento sola.. muy sola Axel y tengo miedo— me duele al hablar— De que algún día ya no soporte todo este dolor y llegue a..
— No lo digas— me interrumpió— No permitiré que llegues a tal extremo ¿está bien? Jamás vuelvas a pensar algo así— baje mi vista por un segundo y el me agarro la barbilla para que lo mirara— Oye.. eres mucho más valiente de lo que crees, así que cuando dudes de eso piensa en que nadie soportaría ni un gramo de lo que tú vives, porque nadie es tan fuerte como Aurora Garti.
Mirar ese azul me hace sentir calmada y a salvo, es diferente.. somos diferentes, él tiene un pasado y yo también y por eso creo que nos entendemos. Quiere ayudarme y yo también quisiera apoyarlo.
— Solo.. quiero llegar al final del arcoíris, donde todos tus sueños se hacen realidad— mi voz suena cada vez más rota.
—¿A que te refieres?
Le di una sonrisa triste— Eso lo dijo mi padre una vez, al final del arcoíris dicen que hay un cofre de los deseos y si lo encuentras pides tú mayor sueño, era una historia que me contaba cuando era niña..— el recordarlo hacia que se me nublara la vista nuevamente, me duele..
— ¿Y cuál es tu mayor sueño?
— No te gustaría saberlo..
Ladeó su cabeza confundido, su mano pasó de mi barbilla hasta mi mejilla, acariciándome con ese cariño que tanto necesito, con la yema de sus dedos me seco las lágrimas que se me escaparon y la forma en la que me mira me hace estremecerme.
— Ya no estás sola, ahora estoy contigo— asentí embelesada— Así que no dudes en venir a mi cada que me necesites..— nuestra cercanía se estaba volviendo mínima otra vez e inconscientemente miré aquellos labios
Solo juega contigo Aurora, todos lo hacen.
Reaccione y di un paso hacia atrás manteniendo nuestras distancias, él me miró confundido ante mi inesperada acción y aclaro mi garganta con cierta incomodidad y temor, porque Roberth creó una gran inseguridad en mi y no quiero confiar, porque la última vez que lo hice salí muy lastimada.
— T-Tengo que contarte algo que me está pasando desde que te fuiste.
—¿Qué ocurre?— frunció su ceño y ya volvió aquella expresión de suma seriedad.
— Alguien ha estado enviándome cartas y dejándolas sobre el escritorio de mi habitación, son anónimas y no son escritas, las letras son recortadas de alguna revista o periódico— le digo toda la información que tengo hasta ahora.
Su expresión parece cambiar suplantado la mirada tediosa por ahora un llamativo interés—¿Y que dicen?
Juego con mis manos con nerviosismo— Mayormente dice que me esta observando siempre, que me ama desde el primer momento en que me conoció y que jamás me dejara ir— me remuevo incómoda en mi lugar al recordarlo— Otras veces son cartas confesándome su amor y es algo perturbador.
Se quedo pensativo unos segundos— ¿Es como un acosador?
— Exacto— asiento efusiva— Pero lo que hizo recientemente pasó todos los límites, el sábado fue a mi casa en la madrugada cuando mis tíos no estaban, me envió un mensaje a mi celular y luego de eso se apagaron todas las luces y esa persona entro a mi hogar, eso simplemente me aterró mucho más de lo que ya estaba, inclusive me amenazo.
— ¿De que manera?
— Dijo que si le contaba a mis tíos lo que ocurre, iba a matarlos— trago grueso con nerviosismo— Y-Yo ya no se que hacer ni que pensar, deje de dormir en las noches por miedo a que su obsesión llegue a tanto que me secuestre mientras duermo, tal vez suena ridículo pero me siento acorralada y tengo que descubrir quién es pero sola no puedo hacerlo, por eso necesito que me ayudes.
Él asiente entendiendo— ¿Le has contado a alguien más sobre esto?— curiosea con interés.
Niego con la cabeza— Además de ti, solo al director, pero no me ayudó en nada, dice que solo son bromas de adolescentes y que debo aprender a tolerarlo.
— No me sorprende— suelta un bufido con molestia— No le conviene que todos se enteren que su internado se está saliendo de control.
— ¿Que puedo hacer?— pregunto intentando buscar una solución de su parte— Tengo miedo Axel, no quiero que le haga daño a nadie por mi culpa y realmente no se que hacer.
— Cálmate— se acerca nuevamente a mi— En estos casos hay que mantener la calma, te ayudaré a descubrir quién es esa persona y le pondremos fin a esto, te doy mi palabra.
—¿Pero como lo haremos?— sinceramente no encuentro solución.
— Fácil, una trampa— lo miré confundido y el giro los ojos con molestia— Haremos un plan para atraparlo, tonta.
— ¿Y como se supone que haríamos ese plan, genio?
Una sonrisa a boca cerrada se forma en sus labios, pero una muy maliciosa tal cual como la primera vez que lo vi, él tiene una idea, y yo quiero escuchar cual es esa gran idea que podría ayudarme a salir de este infierno.
«Que comience el juego»
¡GRACIAS POR LEER!
—Bri🦋