- ¡¿QUÉ ESTÁN CON ARICO DÓNDE?! - Gritó del otro lado de la línea, realmente alterado.
- En la comisaría - Respondió un poco nerviosa la ciudad.
- ¡¿Y ARICO ESTÁ BIEN?! - Volvió a gritar, y se oía un movimiento de fondo, parecía tomar cosas.
- Está con un poli fuera, le dijimos que no hizo nada, asi que to' piola - Decía calmado, pero sabía lo que se venía.
- VOY YA MISMO PARA ALLÁ Y EN CASA VAN A VER USTEDES DOS - Y luego de esa amenaza colgó.
Por otra parte, Arico esperaba sentado de forma firme, siendo visto de vez en cuando por uno de los hombres de guardia aquella noche.
- No creí que esto fuera así... Quiero ir a casa - Se dijo a si mismo, temeroso por el lugar, pues nunca se había metido en problemas al estar en México.
Volvamos varias horas antes, cuando apenas llegaron al país albiceleste.
[Reloj en reversa]
- ¿Nervioso? - Preguntó Argentina a su hijo, quien se colocaba su mochila con ropa en la espalda.
Él sólo asintió.
Argentina le tomó la mano, y los 4 (ellos + Tucumán y Buenos Aires, quienes estaban a cargo del argentino por su situación) bajaron del avión privado que los había devuelto a sus tierras.
- Llega a haber desorden en la casa y el primero al que le voy a dar un golpe es a tu hijo Bai - Habló el más bajo, subiendo el bolso con ropa al coche donde viajarían.
- Mientras me dejes a Córdoba todo bien - Respondió, cerrando el maletero.
- ¿Pegar? - Preguntó Arico, sentado atrás con su padre.
- Seh... - Comenzó a sobar su nuca algo nervioso. - CABA y Córdoba son los más... "Desmadrosos" - Si quería que su hijo entienda lo que dice, debía hablar como México.
- Ohh, como CDMX! - Dijo sonriente, recordando al Estado más desastroso.
- Peor - Respondió, sonriendo al ver los dientitos de su querido hijo. - DALE BAIRES ME CAGO DE HAMBRE - Gritó hacia afuera, donde la capital terminaba de hablar con unos guardias.
- Calmate ura, Cata y Rioja están cocinando - Le habló Tucumán, quien ya se había abrochado el cinto. - Ariquito, te gusta la carne? O saliste vegetariano? - Preguntó volteando a ver la cara del menor.
- ¡Pues cómo no! - Dijo alegremente. - ¡Sonora y Nuevo León hacen las mejores carnes asadas del mundo! - Eso hizo cambiar un poco la cara a los sureños, pero ya tenían una buena excusa para que un domingo se haga un asado como Dios manda.
- Consejito - Habló Bs. As. entrando al auto y acomodandose. - Ni mu en la casa sobre eso, que hay todavía una competencia argento-mexicana con respecto a la carne - Hablaba mientras ya había comenzado a avanzar para salir del estacionamiento.
- Oh... - Quedó en silencio, pues se sintió algo amenazado.
- Che, no te preocupes Arico, acá son todos re buena onda - Animó Argentina al ver la expresión de su hijo. - Mientras te cuento, el que maneja ya seguro lo conocés, Buenos Aires, mi capital - El nombrado alzó levemente la mano del volante, pues veía el momento para entrar en la calle. - Es parte del territorio desde antes que yo "nazca" - Dijo sonriente.
- Conocí a Río de la Plata, imagínate que tan viejo estoy - Bromeó, ya entre varios autos.
- Woah... ¡Que piola! Y usted es-... - Miró al pequeño de los cuatro.
- Tucumán - Respondió medio volteandose. - Ya me conoces Arico - Le sonrió.
- ¡Ah! Usted me cuidó hace mucho, disculpe las molestias - Bajó un poco la cabeza.
- Tratame de "vos", que acá somos todos compas - Rió, pues era una ternura el niño.
- Lo que iba - Siguió Argentina. - En la casa somos 25 contandome, domingos de por medio hacemos asado - Eso hizo que Arico lo mire más atento y hable.
- Leí sobre eso, es carne no? - Ante ello su padre asintió sonriente. - ¡Quiero probarlo!
- Y lo vas a hacer, así como a las milanesas, dulce de leche, canelones, uff, no sabés cómo cocinan los San las pizzas - A ambos ya se les hacía agua la boca, pues compartían un gran apetito. - De acá salís gordo bebé - Le besó la cabeza mientras reían.
Obviamente, al llegar, les presentó a todas las provincias. Por supuesto se llevó la sorpresa de Misiones (el "Rusia al revés"), los "gemelos San" (comparandolos con las gemelas California) y el pequeño pero tierno Tierra del fuego.
- Por supuesto que te llevo Arico - Habló Jujuy, sonriente mientras comían unos bifes y cerdo. - Aún tienes el...
Y como por arte de magia, Arico mostró a su querido jaguar. - Se llama Jujuy, papá le puso así - Habló mirando a su amigo, que estaba posado en la mesa mientras él comía.
- Te lo envíe medio de contrabando... - Habló Argentina, bebiendo algo de Manaos. - Fue lo último bueno que pude hacer por ustedes... Por vos - Continuó cortando la carne, para meter luego un gran pedazo a su boca.
- Es mi mejor amigo - Dijo intentando animar a su padre. Pero pensó "A parte de Venebia...". - Siempre duermo con él, y lo llevo a todos lados - Confesó, haciendo enternecer a todos.
[. . .]
- Che Arico - Llamó C.A.B.A en la puerta del cuarto de Argentina.
- ¿Si? - Lo miró, curioso, pues según los demás era el que más chingaba de los 24.
- Voy con Córdoba a comprar, querés venir? Los otros ya palmaron, están en el quinto sueño por que tienen que trabajar y con el cordo pensamos en no dejarte solo - Le sonrió, cruzandose de brazos. - Y como que Arge va a venir en la madrugada, apenas se recupera y ya quieren joderlo - Le dijo.
- ¿Puedo? - Preguntó, recibiendo la afirmación del mayor y levantándose con un emocionado salto para ir con él. - ¿Qué vamos a comprar? ¿Puedo comer un elote? ¿Si? - Utilizó su "voz de niño", con la que chantajeaba a México de vez en cuando.
- Acá no vendemos eso, pero si hay te compro un chori, dale? O un chupetin o alfajor, lo que se te cante - Le decía, tomados de las manos y bajando las escaleras.
- ¿Chupetín? - Dijo curioso, pero siendo ignorado.
- Nos va a cagar a piñas si le pasa algo - Dijo automáticamente Córdoba.
- Nah, to' piola, dale que van a cerrar y el tincho nos quiere ver a las 2 allá - Comenzaron a caminar para salir de la casa.
- ¿Vos querés algo Arico? Creo que don Pedro tiene alfajores - Córdoba, luego de cerrar la puerta, tomó la mano libre del niño.
- El pibe quiere elote, pero acá no vendemos eso, asi que vamo' a comprarle un chupetín, que después le sube el azúcar y cagamos - Esa idea tuvo el apoyo de la otra provincia.
Arico estuvo callado en todo el recorrido, pues no entendía muchas de las palabras que aquellos dos utilizaban.
El problema comenzó cuando se cruzaron a unos muchachos...
- Arico quedate calladito acá conmigo - Le dijo Córdoba de forma seria y por supuesto el niño hizo caso, comenzando a temer.
- Apaa... Mirá lo que tenemos acá - Palmeó el pecho de su acompañante. - ¿Qué hacen acá? - Se puso serio. - Laura no te va a ver más 'cuchaste? Me importa una mierda que seas la capi, sólo sos un cheto - Decía molesto aquel individuo.
- Uy si, mirá como tiemblo! - Dijo con una sonrisita para luego ponerse serio. - Chupame la pija pelotudo, ya te dije que Laura es la buscona - Para ese momento, le había pasado las compras a Córdoba.
- Decí eso una vez más eh! Dale - Se arrimó a CABA para darle un golpe (el cual recibió), y así comenzar a pelear.
- C-Cordo... - Habló Arico con miedo, pues nunca había visto una pelea a puños como esa.
- Ch... No tengas miedo - Le dijo, manteniendolo "oculto".
- SOS UN HIJO DE RE MIL PUTA - Gritó el muchacho que estaba peleando y miró muy velozmente a su acompañante, quien se metió a sacarle de encima a CABA.
Entre los dos comenzaron a golpear a la ciudad, quien sólo podía defenderse, y los golpes que daba eran al aire.
- Quedate acá - Dijo Córdoba molesto, dejando las compras a los pies del infante. - VENÍ CAGON - Le metió un derechazo al que se había metido, pues dos contra uno era para miedosos. - HACETE EL GUAPITO PAPI, DALE - Y ahí comenzó a pelear en verdad.
Provincia y ciudad se enfrentaban a aquellos humanos con los que ya habían tenido varias cruzadas, mientras la isla estaba viendo la escena temblando del miedo. Eran las una y algo de la madrugada, y estaba solo, viendo como sus tutores peleaban a puño limpio.
- HEY HEY HEY - Escuchó a sus espaldas, por lo que volteó. - PAREN - Dijo el hombre, acercándose a los peleadores.
- ¿Estás bien? - Le preguntó otro a Arico, quien se asustó más y no pudo responder. El uniformado miró la pelea unos segundos y luego le habló al niño. - Quedate tranquilo, todo está bien - Se levantó y fue a separarlos.
Los gritos que se escucharon luego eran "¿Otra vez ustedes?" "¿No entienden o qué mierda les pasa por la cabeza?" "Miren cómo está el nene!" y allí se calmaron.
Por obvias razones los cuatro (5 con Arico) fueron llevados a la comisaría más cercana para poner aquella pelea en el registro de los cuatro individuos y llamar al verdadero tutor del niño.
- Otra vez en cana... Nos va a dar con el cinto - Dijo CABA, apoyado en los barrotes.
- Yo sólo quería tomar fernet con el tincho - Alargó la "o", quejandose recostado en el banco que tenían allí dentro.
- Llamen al tutor del niño, y aprovechen para que los saquen - Les dijo uno de los policías que los habían encerrado.
- Dale CABA, llamá a arge, que Arico seguro ya se asustó - Le dijo Córdoba, y el menor asintió.
CABA acompañó al policía (que ya conocía bien por siempre terminar en cana por esas peleas) y llamó a la oficina de Argentina.
- Che... Con cordo estamos en cana - Dijo, escuchando un suspiro del otro lado.
- ¿La de siempre? - Preguntó cansado por aquellos problemas.
CABA asintió. - Seh - Miró la pared unos segundos y luego habló. - Y estamos con Arico - Eso hizo estallar de enojo y preocupación al país.
Y pues sí, la primera noche de Arico en la bella Argentina fue en la comisaría luego de presenciar una pelea en la calle. El país, a eso de las dos de la mañana había llegado para buscar a su hijo, exactamente, los iba a dejar 24h encerrados a su ciudad y provincia, a ver si aprendían.
- Ugh... Estás bien bebé? - Preguntó al ver la mirada perdida de su hijo. - Perdoname, no tuve que dejarte solo, menos con esos pelotudos despiertos... - Suspiró, manejando por la oscura calle. - Cuando vuelvan a la casa van a ver - Comenzó a quejarse.
Arico sólo temía un poco, pues al llegar su padre logró "tranquilizarse" de aquella primera experiencia en Argentina.
Tan sólo esperaba que las siguientes no sean tan traumantes...
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F por Arico (?
Tenía que ser la primera experiencia sí o si xD
Si tienen ideas las acepto con gusto:
Les dejo esta parte para que no se aburran~
¡Hasta otra!