Capítulo 33: La firma

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- Arico limpia la mesa - Ordenó México con seriedad.

Habían pasado unas tres semanas desde que huyó de la cede, por lo que se volvió más arisco que de costumbre. El país tuvo que comenzar a ser más firme con sus órdenes, pues el niño no parecía querer escucharlo.
Lo que describía a Arico en esos momentos era: mala cara, mal caracter.

- Si sabes que golpeó a Veracruz, no? - Preguntó Hidalgo, al lado del país.

- Hijole, no sabes el golpe que se llevó - Habló Jalisco, sacandose su sombrero charro. - El chamaco tiene fuerza - Miró al país, quien no parecía prestarles atención. - Oiga jefe, escuchenos - Pidió con voz fuerte, siendo visto por fin. - Ya sabemos cómo te sientes, pero calmate - Pidió con una expresión entre calmada y preocupada.

- Jalisco, neta me chingas la paciencia - Soltó aire de forma brusca, dejando la lapicera en su escritorio. - ¿Qué haré? Faltan 9 días para el evento... Ya estamos terminando julio, y ariquito sigue enojado - Miró a Hidalgo. - ¿Las geme pudieron hacer algo?

Hidalgo negó con la cabeza. - Nada jefe, y si hablamos de los intentos de Sonora y Sinaloa... Tss cha, se la llevaron igual o peor que Vera - Rascó su frente con el dedo índice. - Oiga Jalis, cómo anda mi traje? - Los dos lo miraron y éste sonrió.

- ¿Que cómo anda? ¡Andele! Listo - Dijo sonriente. - Sólo me faltan unos detallitos del vestido de Roo, y Puebla me hizo colocar una tela nueva, pero todo hecho - Sonrió a su padre.

- ¿Y las gemelas? ¿Chiapas y Colima? Sabes que ellas chingan más Jalisco - Ordenó rápidamente los papeles que allí habían, y guardó dos en una carpeta azul.

- Las gemelas de 10, están satisfechas - Hizo dos "me gusta". - Chiapas sí, chingó tantito, pero era por que estaba "gorda" y que luego no, ya sabes - México asintió con un "Si" ante ello. - y Colima, divina como siempre, es como Chihua, todo bien - Asintió feliz.

- Eso es bueno de escuchar - Se levantó, tomando la carpeta azul y viendo a sus Estados. - Tengo que irme, están a cargo de Arico, que ordene su cuarto - Pidió con seriedad, a lo que Hidalgo y Jalisco asintieron. - Ya, ya, a la chingada - Dijo con una sonrisa, echandolos de su oficina personal y saliendo él también.

Ese día, se haría oficial. Arico dejaría de tener una base estadounidense, sería un latino completo por aquella firma y, lo mejor, vería a su solcito por unos momentos.
En su auto podía escuchar la música que deseara al volumen que deseara, eso era lo bueno de ir solo en cuanto podía. Necesitaba distraerse de todo, Arico estaba llegando a los 8 años y ya sabía de Argentina: Bien ¿no?
No. En septiembre Arico empezará con los exámenes de OEA para comenzar la investigación en sus islas, su comportamiento ante destrucción, vida humana en él y químicos en sus tierras. Eso preocupaba al mexicamo, pues temía que Arico no esté apto para nada, temía que su hijo deba depender de él... O de Argentina.

- México - Saludó firme FBI, con un argentino al lado, sonriente.

- ¿Sanito? - Preguntó a la organización, apoderandose de su marido.

Asintió. - Por supuesto - Sonrió, pero la quitó rápidamente. - Siganme por favor, el señor Estados Unidos los espera - Comunicó, comenzando a caminar y siendo seguido por los latinos.

- ¿Está bien? - Preguntó Argentina, sosteniendo el brazo del tricolor. - Me gustaría hablarle... - Suspiró.

- Sólo se puso en rebelde, tranquilo - Alzó la mano que sostenía y la besó, para luego devolverla a donde estaba. - Ya falta poco mi rey, y si quieres te lo llevas allá a tu casa, que conozca lo que es ser argentino - Animó el mayor, aunque no le gustaba mucho la idea de separarse de su hijo, pero era por su bien.

Amor a la... [Countryhumans]Where stories live. Discover now