– ¡Albani! ¿Quieres dejar de caminar tan rápido? – Gritó Lilly en un intento por seguirle El Paso.
– Déjala está emocionada, hoy le dicen el sexo del bebe. – Respondió Emma sonriendo para luego sujetarme del brazo y caminar junto a mi.
Mientras estábamos esperando a la cita, Albani no dejaba de mover sus pies nerviosa.
– ¿Quieres dejar de mover tus pies? – Le Pregunté – Uy, siento que viaje en el pasado. – Comente haciendo que todas me miraran confundidas.
– Albani, preciosa, es tu turno. – Nerviosa, Albani se levantó, y tomó mi mano – ¿Como te has sentido? – Le pregunto la obstetra mientras la ayudaba a subirse a la camilla.
– Ya no me dan tantas nauseas como antes, pero si me siento mareada a veces. – Respondió levantando su blusa.
– Es normal, ya dentro de poco comenzaras a experimentar la hinchazón en los pies. – Albani me miró con el ceño fruncido mientras le regalaba una sonrisa – Ok, por lo que puede ver, el crecimiento de tu bebe va de maravilla... — Típico, Albani no entendía que había en la pantalla, sin embargo yo algo podía ver – ¿Lista para saber el sexo? – Albani no dudó en asentir con desespero haciendo que la doctora riera – Vas a tener una hermosa niña. – Albani ahogo un grito al igual que yo.
– ¡Ay no le creo! – Exclamó apretando mi mano tan fuerte que me dolían los dedos – ¡Ay voy a tener una niña! – Gritó tirando de mi brazo y riendo de nervios y alegría.
Apenas salimos del consultorio, Anthony, Chris, Y Johnston estaban afuera esperando.
– ¿Y que te dijeron? – Le pregunto Anthony mientras ponía su mano en su vientre.
– ¡Tendré una niña! – Gritó alegre mientras Anthony la abrazaba – Ojalá Clayton estuviera aquí para verlo. – Confesó solo a un respiro de comenzar a llorar.
– Ay no, no llores. – Alargó Johnston mientras Todos la rodeamos y la abrazamos mientras Albani no dejaba de sollozar.
Para alegrarle el día, decidimos llevarla a comer a su restaurante italiano favorito.
– No parece que estuvieras embarazada. – Comentó Johnston mientras se sentaba junto a mi en la mesa.
– No dirías lo mismo si la ves de lado. – Respondió Emma mientras Albani la fulminaba con la mirada.
– ¡Esto es injusto! – Exclamó Albani mirándonos a Lilly, Emma y a mi con el ceño fruncido – Yo quería que las cuatro quedáramos embarazas juntas. – Tanto los chicos como nosotras alzamos las cejas.
– Lo siento, pero tu no esperaste por nosotras. – Respondí – Simplemente dijiste "A la mierda, quiero un bebé" – Todos rieron por lo bajo mientras Emma me miraba con una sonrisa pícara.
– Bueno, quizás tengamos unos meses de diferencia. – Todos nos giramos y la miramos con los ojos abiertos como platos – ¡Aún no es seguro! – Exclamó – Estoy esperando los exámenes de sangre. –
– ¡Mackie! – Exclamó Chris mientras Anthony reía.
– ¡Sería tan lindo si tenemos la parejita! – Chilló Albani contenta.
Luego del almuerzo, fuimos todos a casa de Albani, todos esperamos en círculo, mientras Albani le daba por teléfono la gran noticia a Clayton, justo dos horas antes de su primer juego de la temporada.
– ¿Estás llorando? – Le pregunto Albani mientras sus ojos se cristalizaban – Está llorando. – Nos confirmó, Emma sonrió y la abrazo mientras Albani sollozaba y más atrás Lilly también derramaba una que otra lágrima cuando el timbre sonó.
– ¡Yo voy! – Exclamó Johnston, segundos después sentí unos brazos rodearme desde atrás, me giré y vi a Lucas totalmente confundido por la situación, al igual que Sebastian.
– ¿Por qué está llorando mi tía? – Me pregunto en el oído mientras yo reía.
– Vas a tener una primita. – Inmediatamente sus ojos se llenaron de alegría a la vez que me soltaba e iba a abrazar a Albani.
– ¿Va a tener una niña? – Me pregunto Sebastian, a lo que Asentí justo cuando Albani colgó el teléfono – ¡Felicidades! – Exclamó abrazándola.
– No puedo esperar a tenerla entre mis brazos. – Confesó Albani contenta.
Luego de una charla casual, sobre el trabajo, todos fuimos a la sala a ver el juego de Clayton.
– ¡Aaahh! – Gritó Albani al ver cómo Clayton corría a Home anotando así otro punto para su equipo haciéndolos ganar – ¡Ese es mi esposo! – Gritó contenta mientras daba pequeños saltitos.
– ¿Has pensado en lo que te dije? – Me pregunto sebastian mientras estábamos en la cocina.
– Todo depende si mi mamá decide mudarse a Nueva York ahora que Adam se gradué — Respondí sirviéndome un vaso con agua – De ser así, puedo dejarle mi apartamento y me voy contigo. – Sebastian sonrió, aún no muy convencido por mi respuesta, Claramente.
– ¿Y si decide no mudarse? –
– Estoy segura que lo hará, desde que se fue no ha dejado decirme cada día lo mucho que extraña el ruido de la ciudad. – Sebastian sonrió contento y me abrazó.
– ¡Sebastian, Tn_______, vengan a acá! – Gritó Anthony desde la sala – Están entrevistando a Clayton. – Dijo apenas nos sentamos en el sofá frente al televisor.
– Clayton debo decir que hoy jugaste de maravilla ¿Como te sientes? –
– La verdad estoy muy feliz, hoy no sólo recibí la mejor noticia de mi vida, Si no que también estamos un paso más cerca de llegar a la final. –
Albani sentada junto a Lilly sonrió enamorada y orgullosa al ver a su esposo en la televisión.
– ¿Alguien en especial a quien quieres mandarle un mensaje? –
Clayton sonrió y miro a la cámara.
– Albani preciosa, se que estás ahí, te amo y no puedo esperar para verte y estar junto a ti y a nuestra pequeña. –
Clayton dando su pequeño pero conmovedor mensaje y Albani hecha un mar de lagrimas en la sala. Cuando Albani al fin se calmó decidimos ordenar algo de comida china.
– ¿Y Clayton vendrá a pasar las festividades aquí contigo? – Le Pregunté mientras abría mi caja de fideos.
– Si, vendrán sus padres y su hermana de Connecticut. – Respondió sonriente – ¿Ustedes que harán? – Nos pregunto claramente dirigiéndose a Sebastian y a mi.
– Supongo que nada. – Respondí encogiéndome de hombros – Depende si mi mamá se viene para acá, en tal caso iremos a Denver a pasarla con ella. – Albani asintió ligeramente.
– Al menos vendrán para Año Nuevo ¿no? – Nuevamente, Sebastian y yo nos encogimos de hombros, realmente no teníamos un plan – Pues deberían, queremos pasarla todos juntos. – Agregó haciendo pucheros.
Cuando la noche llego, nos fuimos a casa, o más bien al apartamento de Sebastian, mi mamá apenas tenía una semana de haberse ido y desde ese entonces no he dejado de quedarme con Sebastian.
– ¿Tu tienes el fin de semana que viene libre? – Me pregunto Sebastian, apenas salí de la ducha, en respuesta Asentí – ¿Que te parece si nos vamos a la playa? – Fruncí el ceño y lo mire confundida – Podemos irnos a New Hampshire, solos los tres. – Le regale una sonrisa y me acerqué a el.
– ¿Solo los tres? – Le Pregunté a centímetros de su rostro.
– Solos los tres. – Respondió acariciando la piel de mi abdomen bajo mi blusa; le regale una sonrisa y bese sus labios.
A la mañana siguiente desperté gracias al peso del cuerpo de Sebastian sobre el mío, una de sus piernas estaba sobre mis caderas y su brazo en mi cintura.
Como pude salí de sus largas extremidades y fui a la cocina a preparar el desayuno, fue solo cuestión de tiempo para un muy despeinado Lucas apareciera detrás de mi tallando sus ojos.
– Tengo hambre. – Murmuró sentándose en unos de las taburetes frente a mi – No quiero ir a clases hoy... – Alce una ceja y me giré con la espátula en la mano.
– Pues vas a ir, quieras o no. – Respondí para luego voltear los hot cakes.
– ¡¡¡Pero maaa!!! – Alargó con fastidio.
– "Pero maaaa" ¡nada! – Exclamé dándome cuenta que había sonado justo como mi madre – Piensa en que el sacrificio de hoy es la recompensa del mañana. – Lucas rodeo los ojos y bajo del taburete – ¡Date una ducha rápida, el desayuno ya va a estar listo! – Exclamé mientras lo veía desaparecer hacia su habitación a paso lento y cansado; Reí por lo bajo y continué preparando el desayuno, terminado justo cuando Lucas se sentó frente a mi en la mesa con su uniforme puesto.
– ¿Me vas a llevar tu hoy? – Me pregunto mientras le colocaba mermelada a sus hot cakes.
– Iba a despertar a tu papá, pero parece estar disfrutando su sueño así que voy a dejarlo dormir un rato más. – Respondí para luego llevarme un bocado de tocino a la boca – ¿Te molesta que nos vayamos caminando? No quiero llevarme el auto de tu papá, tampoco quiero irme en taxi. – Lucas asintió ligeramente sin darle mucha importancia a lo que había dicho.
Cuando terminamos de desayunar fui a la habitación a cambiarme y prepararme para ir a trabajar.
– Oye, ya me voy. – Susurre inclinándome frente a el y besando su mejilla, sus ojos estaban cerrados y sus facciones relajadas – Te amo. – Le di otro beso y está vez en respuesta, Sebastian me tomó por la muñeca y sin aviso tiro de esta haciéndome caer sobre el.
– Hmmmm... Quédate. – Murmuró apretándome entre sus brazos.
– No Puedo, debo llevar a tu hijo a la escuela y también debo ir a trabajar. – Respondí riendo mientras sentía como despeinaba mi cabello cada vez que intentaba alejarme de él.
– ay que falte hoy a clases, quédate aquí conmigo. – Insistió mientras me cubría con las frazadas.
– ¡Dios! Pero es que eres igualito a tu hijo. – Dije finalmente escapando de sus brazos – Espero no vayas a vaguear todo el día. – Dije volviendo a peinar mi cabello en una cola de caballo – Te amo. – Sebastian me miro e hizo pucheros y aunque su bello rostro me invitara a quedarme, le di un beso casto en los labios y salí de la habitación.
– Para la próxima tomemos un taxi. – Masculló Lucas mientras sentíamos el frío de diciembre congelarnos el rostro.
– Lo se, — Respondí abrazándome a mi misma, a pesar de llevar guantes, un gorro y chaqueta estaba helando — No vuelvo a hacer esto a menos que sea una emergencia. – Dije parando en la acera frente a la escuela de Lucas.
– ¿Pasaras por mi? – Me preguntó, Sonreí y Asentí para luego abrazarlo .
– Te amo, que tengas un buen día. – Dije acomodando su cabello mientras Lucas apartaba mis manos con fastidio – Lo siento. – Me disculpe riendo apenada, le di un último beso en la mejilla y espere a verlo entrar, apenas puso un pie adentro del edificio me giré para comenzar a caminar en dirección al hospital cuando alguien llamó mi atención.
– ¡Disculpe! – Una voz femenina me hizo parar en seco y girar, para ver a una pequeña anciana de unos setenta años caminar a paso acelerado hacia a mi, al verla camine hacia a ella acortando nuestra distancia – ¿Usted es familia de Lucas Stan? – La mire confundida y Asentí.
– Soy su mamá — Apenas dije eso la señora me miró como si acabase de hacerle una broma, sin embargo ocultó su sorpresa y me regalo una sonrisa – ¿Paso algo con él? – Pregunté curiosa.
– Yo soy la abuela de Blanchet, su hijo — La señora hizo una pausa y dejo ir una risa apenada — Se metió en problemas el otro día por defender a mi nieta, y quería decirle que sea lo que sea que esté haciendo con ese niño siga haciéndolo, porque es una maravilla – No pude evitarlo y sonreí orgullosa – La verdad es que Blanchet no tiene muchos amigos, y cuando me dijo que un niño la defendió en la escuela, lo primero que pensé fue en darle las gracias a sus padres. – Le regale una sonrisa.
– La verdad es que es un trabajo de dos, pero Lucas siempre ha sido así, incluso de pequeño — Respondí sonriendo – Así que no me extrañó cuando el primer día de clases llego a casa enojado porque nadie trataba bien a su nieta. – La anciana sonrió, y por un momento quise correr y saltar de orgullo.
– Debe estar orgullosa — Sonreí, lo estaba – Ya no le quitaré más de su tiempo, parece que va de camino a trabajar. – Saque la mano de mis bolsillos y mire mi reloj, aún estaba a tiempo.
– ¿Hacia donde va usted? – Le Pregunté, la señora me había caído bastante bien – Yo voy hacia el hospital. – La señora sonrió, como si le hiciera falta la compañía, asintió ligeramente y comenzó a caminar a mi lado.
Cuando llegue al hospital ya sabía casi todo sobre Blanchet, y la razón por la cual su abuela era quien la cuidaba; sus padres había muerto en un accidente de auto un diciembre, Blanchet apenas tenía dos años cuando sucedió, desde ese entonces sus abuelos se hicieron cargo de ella, pero el señor Dufort había muerto ya hace más de tres años atrás, por lo que ahora solo eran Blanchet y la señora Faustine; no mentiré y diré que no me dio algo de lastima escuchar la situación de Blanchet, pero en cierta parte me hizo feliz saber que su abuela estaba ahí para ella y el verla a la señora Faustine tan activa y fuerte, me hizo sentir bien.
– Has estado pensativa desde que llegaste ¿Paso algo? – Me pregunto Swarna mientras almorzábamos.
– Hoy conocí a la abuela de una de las compañeritas de Lucas —Respondí sonriendo —La señora me paró para darme las gracias porque Lucas defendió a su nieta la otra vez. — Swarna sonrió con ojos de amor.
– ¿Le gusta su compañera? –
– No sé, supongo. – Respondí encogiéndome de hombros para luego reír.
A la tarde, el mismo frío de la mañana seguía presente, y para cuando me pare a esperar a Lucas sentía que de mi nariz solo brotaban cubos de hielo, para mi sorpresa, Lucas salió del edificio seguido de una niña, un poco más pequeña que él, Inmediatamente al verla supuse era Blanchet, y no estaba equivocada, apenas ambos se acercaron la pequeña se presentó estrechando mi mano, y mientras lo hizo no pude evitar analizarla de pies a cabeza.
Era hermosa, rasgos delicados, ojos azules decorados con largas pestañas negras y dos gruesas cejas que descansaban sobre estos; labios pequeños y delicados, y su cabello marrón perfectamente cuidado y con ligeros rizos.
– ¿Podemos acompañar a Blanchet? – Me pregunto Lucas – No vive muy lejos de aquí, no tendremos que desviarnos. – Asentí ligeramente con una sonrisa.
– Se donde vive. – Respondí haciendo que ambos me miraran impresionados, aunque el rostro de Blanchet mostraba más susto que sorpresa – Tuve el placer de conocer a tu abuela está mañana, muy dulce, por cierto – Comente haciendo que Blanche sonriera tímida – Y resulta que vive bastante cerca de donde trabajo y nos fuimos juntas. – Ambos asintieron para luego comenzar a caminar a mi lado.
– Mamá — Llamó Lucas mi atención — Blanchet quiere ser doctora como tu. – Alce ambas y la mire sorprendida mientras, Blanchet caminaba junto a Lucas cabizbaja y Sonreí tímida.
– ¡Eso es muy bueno! – Exclamé contenta – ¿Que quieres especializarte? – Le Pregunté, realmente quiera conocerla un poco más.
– Quisiera ser neurocirujana. – Respondió sonriendo – Y si no, me gustaría ser médico integral.– Agregó.
– Yo soy residente, por ahora, quisiera especializarme en pediatría. – Respondí contenta – Así que cualquier pregunta que tengas no dudes en llamarme. – Blanchet asintió ligeramente como un gesto de agradecimiento justo cuando paramos frente a su casa.
– Esperaremos a que tu abuela salga. – Dijo Lucas mientras Blanchet tocaba la puerta, segundos después la Señora Faustino abrió, para luego ver a su nieta con una sonrisa y abrazarla antes de darnos las gracias a Lucas y a mi.
– ¿Te gusta Blanchet? – Le Pregunté caminando a su lado, apenas hice la pregunta Lucas me miró con el ceño fruncido.
– ¿¡Que!? – Exclamó de la misma manera que lo hace cuando miente – ¡No! – Exclamó – Ella es mi amiga, eso es todo. – Sonreí y picara y Asentí, Claramente estaba mintiendo, además el resto del camino a Ada se mantuvo callado.
– Se tardaron bastante en llegar, por un momento pensé que algo había pasado. – Comentó Sebastian apenas nos vio entrar al apartamento, a juzgar por su traje asumí que acababa de llegar del trabajo y esperaba encontrarnos en casa – ¿Que tal tu día? – Le pregunto a Lucas quien arrojó su bolso sobre el sofá.
– Estuvo bien. – Respondió encogiéndose de hombros para luego sentarse en el sofá y encender la televisión.
– Fue bueno hablar contigo hijo. – Respondió Sebastian con tono sarcástico para luego acercarse a mi y besar mis labios – ¿Tu si me dirás cómo estuvo tu día? – Asentí y y Sonreí para luego entrar a la cocina y servirme algo de café – ¿Ordenamos comida? – Me Preguntó mientras se sentaba en la mesa – Estoy cansado y no quiero cocinar, y supongo que tu también estás cansada– Asentí y me senté frente a el.
– Hoy conocí a la compañerita de Lucas... – Dije antes de beber un sorbo de mi café – Y también a su abuela. – Agregué lo cual hizo reír a Sebastian mientras le contaba todo lo que había pasado en el día.
– Así que Lucas encontró su primer amor. – Comentó a lo que Asentí – ¿Ya debería darle la charla? – Me pregunto con terror en sus ojos.
– Yo se la di hace como un año. – Respondí para luego soltar una sonora carcajada cuando Sebastian me miro con impresión – El pregunto y yo respondí, la verdad se lo tomó bastante bien. – Agregué mientras Sebastian negaba ligeramente con la cabeza y yo reía.