Teacher Alpha

By DulcePanquesito

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El principal sueño de Louis era poder terminar su carrera de derecho, siendo un omega, la mayoría de las pers... More

Aviso
Guía Omegaverse
Prólogo
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Especial.
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22. Primera parte.
22. Segunda Parte.
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By DulcePanquesito

Capítulo dedicado a: 

Anotherlarry_5 / JenniferG28 / elvergalarga_ / PersonaNoInteresante / yamila2805 / corderitocoqueto7u7 / dzulgina / Harry_Lou28 / Camayn28 / kvfujdsjkyfthj221 / LouisyHarry2010 / Joanna01xx / -oopsharry / saralovesmikeyway / X0sunflowerX0 / LizzieMarquez / Ridiculouis_ / emiaJanairaM_1824 / CamilaGomez712 / leshoroadostrolos / lwtxdefenseless / MilagroEstrada / sxgxrbxbx / obamacrush / martinonix18 / taquitostylison / skeers_ / AlwaysInMyLarry_ / underthewaIIs / StefaniaZaroi / louhazza91 / DenisseRZ / -bubblegumbee / kojauregui /  primaveraslap / lisa_tommo / GabyLeBlanckStyles09 / inspiredlouis / lunammm9 / xxlalocaxxx / IvonFirCast / Jannesis2000 / _shipper_13 / Larry285 

HOLA! Muchas gracias a todas por la espera y por apoyar esta obra son lo mas. Las amo. 

Espero que disfruten mucho del capítulo

...

Su entrecejo se frunció tanto como nunca en su vida y se mantuvo así por varios segundos en los que su cerebro trabajo en conjunto con su racionalidad y eligió un actuar adecuado a la situación.

La cual claramente no esperaba.

No imagino una situación así nunca, por lo que no tenía un plan en caso de que sucediera.

Tenía una pila alta de opciones a tomar, decenas y decenas de estados de ánimo giraban alrededor de su cabeza, igual a esas máquinas tragamonedas en los casinos que te marcaban tu suerte.

Bastaba con accionar la palanca, sus emociones giraban y no sabía cuál de ellas predominaría en su respuesta.

Porque estaba esa sensación de querer darle una bofetada muy fuerte y alejarse sin mirar atrás, pero también estaba esa curiosidad por saber que tenía que decir el alfa. Pero no quería escucharlo al mismo tiempo, no quería ver su estúpida cara con esa puta sonrisa ladeada, dudosa y que de alguna forma le provoco un retortijón en el estómago que no supo diferenciar de entre un fuerte cólico provocado por la irá o por el simple hecho de tener a Owen al frente suyo.

Se atrevía a pararse ahí, frente a él, saludándolo como si aún fuese su novio y solo se hubiese ido un fin de semana a casa de sus abuelos. Tenía la osadía de llamarlo "cariño" deduciendo que las palabras dulces servían como un borrador que desvanecería todo el daño que le causo.

Estaba ahí, simulando que todo estaba bien entre ambos, sosteniendo su broche de cortejo, su jodido broche.

—Suéltalo. —de inmediato su mano, en un movimiento tembloroso arrebató el broche del sucio agarre del chico, con tanto rencor como le fue posible.

Louis observó el broche, verificando que no hubiese sufrido daño al golpear en el suelo, su semblante mantenía el mismo gesto colérico que provocaba el chico al frente.

Louis cepillo las orillas de la flor con la yema de sus dedos, sin mirar de nuevo a Owen solo intento rodearlo y continuar con su camino, evadiendo al dueño de su corazón roto, indiferente.

Al pasar a su costado la mano grande del muchacho le impidió su andar, sosteniéndolo del brazo antes de que pudiese dar otro paso.

La piel del omega se erizo, tembló un poco y observo la mano en su brazo, envolviéndolo.

—Louis, por favor. —rogo el alfa en un casi susurro que por poco y le revuelca el estómago, casi, porque Louis supo ignorar bien la súplica y el arrepentimiento en su voz. Lo conocía bien.

—No me toques. —ordenó, moviéndose bruscamente y consiguiendo que Owen lo soltara enseguida.

Dany jadeo bajito, el puchero apareciendo en su labio inferior, notando el descontento en el aroma de su madre.

—¿Que mierda haces aquí? ¿Cómo me encontraste? —Louis acomodo a Dany en sus brazos, luciendo tan enfado como aquel último día en que se vieron.

—Hablaste muchas veces de tu futuro conmigo, Louis. Tu sueño siempre fue conseguir un puesto en esta escuela. ¿Lo olvidas? —Louis entrecerró los ojos, sus labios se fruncían, apretándose uno contra otro y la única razón por la que no había golpeado al mayor era porque entre sus brazos cargaba a su cachorro asustado y temeroso.

—Si puedes recordar eso entonces puedes recordar lo que te dije hace dos años. ¿Lo recuerdas no? —la mandíbula de Louis tembló, Dany consiguió hacerse más pequeño en su lugar, pero sus ojos seguían atentos en el alfa, en alerta.

—No pensé que...

—Te dije con claridad que no quería ver tu maldita cara otra vez, Owen. Te dije específicamente que no volvieras porque no estaría dispuesto a perdonarte, nunca. —arrastro las palabras entre sus dientes, la rabia le empapaba la lengua, venenosa y áspera.

—Se bien lo que pediste, pero Louis, necesito que me escuches, por favor. —pidió, tomando la mano del omega e intento acercarse pero Dany se apresuró en estirar su pequeño brazo.

La palma del cachorro se estrelló en el pecho del alfa, firme, sus cejas bien juntas y de su pecho un gruñido en advertencia hizo vibrar su diminuto cuerpo.

Owen bajo la mirada, observando la pequeña mano posada en su pecho y como está ejercía presión para impedir que continuara acercándose.

El alfa lejos de sentirse intimidado sonrió enternecido y alzó la mano.

Después de unos segundos al final se atrevió a llevar sus dedos sobre el dorso de la mano pequeña y acaricio la piel suavecita del bebé.

Aunque no disfruto mucho el contacto pues Daniel de inmediato se apartó del toque extraño del alfa y chillo, volviendo a su posición en el pecho de Louis, se mejilla se presionó en su pecho, buscando protección.

—Él es... —titubeo, mirando al cachorro con adoración y ternura, de pronto como si lo único que importase fuera él.

El temblor en el ojo derecho de Louis se acentuó un poco.

—Daniel. —respondió seco el omega, dando un paso atrás, apartándose de Owen.

—Elegiste un buen nombre. —halagó, sus manos se hundieron en las bolsas de su saco. —Me hubiese gustado elegirlo contigo. —se atrevió a decir. La quijada de Louis tembló.

No imagino el nivel de cinismo que conformaba al alfa, pero lo supo en se instante.

Estaba furioso, ¿Cómo se atrevía? Al verlo no tuvo idea de cómo reaccionar, pero con esas palabras solo tuvo en claro una cosa y es que no solo quería insultarlo, si no que deseaba desfigurar su rostro a golpes.

—Que lastima. La próxima vez que embaraces a un omega elige primero el nombre y luego huye, así no te sentirás triste por qué no se llama como has querido. —le escupió Louis amargo, acomodando la mochila en su hombro.

Intento de nueva cuenta avanzar. La planta de su pie golpeo el piso y los dedos del alfa volvieron a tomar su brazo.

—Lo lamento, Louis. —intento disculparse y al instante perdió toda paciencia.

—Tus disculpas no me sirven para un carajo ahora, Owen. —se aceleró, Dany tembló en los brazos de su madre asustado. Se hizo pequeño en su lugar y por más que se recostó en su pecho y sus manitas se frotaron en el mismo no consiguió que su madre se calmara.

Estaba cerca de una erupción catastrófica, era como un volcán en acción; que en cualquier momento estallaría y la lava se esparciera alrededor, ardiente, destructiva.

—Tus disculpas no van a pagar el año entero en ropa o biberones o cualquier otra maldita cosa. Tus disculpas no sirven para una mierda, ya no. —La voz de Louis tembló por pura rabia. —No me devolverán las noches de desveló o las preocupaciones o nada. Absolutamente nada así que guardarlas todas para ti. No me importa escucharte. No me importas, no te quiero aquí. No en mi vida y no cerca de mi hijo.

—Nuestro hijo. —intento corregir.

—MI hijo. —hizo énfasis, hostil e inoperable, pues no permitiría que el alfa llegase a reclamar un título que no merecía.

—No nuestro, no tuyo ni de nadie es MI cachorro. Mío. —la ira se esparció por sus ojos, entintándolos de rojo, uno muy brillante que infundía el pavor. —Tú no estuviste nunca, no basta con que la semilla sea tuya, debiste estar ahí, debiste estar ahí cuando lloraba en las noches por el reflujo o cuando nació. Pero en lugar de tomar tu rol te largas te a otro país y mientras disfrutabas tu puta vida como un rey yo tenía que ver por él, cuidarlo y hacer lo posible por que estuviese bien. —su voz se rompió y eso mismo incentivo el llanto en su cachorrito.

—Sé que no estuve en estos últimos años pero por eso estoy aquí, para remediarlo quiero arreglar las cosas, quiero que podamos ser felices de nuevo tú, yo y el cachorro. —dio un paso al frente, mismo que Louis retrocedió, aferrando el cuerpo de Dany en sus brazos.

—¿Enserio? Vienes aquí, después de dos malditos años que te llore, después de que me humillaras de esa maldita forma y me trataras como un cualquiera. ¿En verdad tienes los pantalones de volver y decir que quieres arreglar las cosas? ¿Te golpeaste la cabeza o algo así? ¿Porque piensas que te aceptaría? —las manos de Owen repentinamente tomaron su cintura, atrayendo al cuerpo del omega al suyo.

Louis abrió los ojos, Dany grito un poco y se froto en su cuello, como si buscase una manera de esconderse debajo de su piel, pues dejo de sentirse seguro, el aroma de Owen estaba más cerca, autoritario, fuerte.

Ambos de pronto, se sintieron desprotegidos.

—Porque me amas, Louis. Por eso. —Owen acerco su rostro, en sus brazos Louis podía sentir a su cachorro temblar, su llanto lastimando sus tímpanos.

Trago saliva, el nudo en su garganta presiono sus cuerdas vocales y sus ojos se cubrieron en lágrimas.

El contacto de la piel ajena encendió sus nervios, su frente presionada con la contraria y reacciono.

—Te amé. —respondió, separándose. —En el pasado, lo hice. Y dolió, dolió mucho cuando tú no demostraste que también lo hacías. —fugitivas, las lágrimas descendieron, encubriendo en su interior el dolor del abandono. —Suéltame. —ordeno, su garganta sentía la misma presión que su corazón, la misma sensación con la que tuvo que luchar los primeros meses después de perderlo.

—Déjame remediarlo. —Louis negó con la cabeza, cansado e intento separarse, pero se sentía débil, como si el aroma del alfa petrificara su cuerpo y le hacía llorar de desesperación.

—No quiero que remedies nada. Aléjate de nosotros, no te quiero volver a ver, no te quiero cerca de Dany. —trato, de nuevo, de apartarse, pero incluso con el más mínimo movimiento los dedos de Owen ejercían más fuerza en su cintura, encajándose en su piel.

—Soy su padre. —la voz más profunda vibro en el pecho de Louis y no supo cómo se defendería, fuera de las palabras no tenía otro modo de protegerse.

—¡Tú no eres nada para él! Un verdadero padre no se va, no abandona a su cachorro antes de nacer, no deja a su omega solo sin nada. No eres un padre y no eres un alfa no eres nada más que un maldito mentiroso. —se alteró, las lágrimas no pararon y por supuesto el temblor en su voz logro regalarle un aspecto débil y destrozado.

—¡Lo hice por ambos! —alzo la voz Owen, en consecuencia, el llanto de Daniel aumento, al escuchar al alfa de pronto molesto. —Tenía que terminar mi carrera, para poder hacerme cargo de ambos. Para darle una vida digna, Louis...

—Pues ya tenemos una vida digna. —interrumpió, removiéndose en el agarre de Owen y no le intereso si sus dedos se incrustaban como cuchillas y le hacían sangrar el interior, quería dejar de sentirlo tocar su piel.

—Ya tenemos una, una donde no hay mentirosos. No necesitas darnos nada, largo. ¡Largo no quiero verte! —grito, tomando el cuerpo de Dany con un solo brazo y la mano libre viajo en a las manos del alfa sujetando su cintura con firmeza.

—No me fui porque quisiera, Louis.

—No me importa, no quiero que me expliques lo que supongo es una historia muy bien ensayada. ¡Ya suéltame! —le grito, pero no sonó a una orden, fue más una súplica, pues después de eso su voz se rompió y sollozo alto, cerrando los ojos.

—Te amo. —entono y eso fue como una bomba estallando en su pecho.

—¡Cállate! —grito agudo. —Ya te dije que no me interesa saber nada de ti. Si aún me amas ese es tu problema yo no lo hago. —Louis se empujaba del pecho del alfa, buscando su liberación, pero era imposible.

La fuerza de Owen en comparación con la suya era por mucho, mayor y con Daniel llorando en su pecho ese intento por que Owen se alejara se volvía simplemente, imposible.

—Sé que no lo dices enserio. —una de sus manos se arrastró a la mejilla de Louis y acerco su rostro al suyo, sus labios cercanos y Louis se ahogaba en desesperación.

—Lo digo muy enserio. —Louis tembló, sus mejillas empapadas.

—No es verdad. —le dijo seguro, reduciendo el espacio entre sus bocas. Louis chillo, apartándose lo más que pudo del toque del alfa.

—Necesitamos, hablar, Louis. —pidió una vez más, su aliento a hierbabuena golpeando su piel. Louis negó con la cabeza, desesperado.

—Tengo una cita con el pediatra ahora y no pienso perder mi tiempo contigo. —fue un poco más firme, pero el apretón en su cintura le desarmo y arrebato sin piedad la poca valentía que recupero.

—Hablemos.

—¿Es que no sabes lo que un maldito no significa? —sollozo, ladeo el rostro, apartándose del toque de Owen y aprovechando para frotar su mejilla en la cabecita de su cachorrito asustado. —Vete a la mierda, Owen. —y con eso Owen se molestó, abrazo su cintura y lo ajusto a su cuerpo.

Louis cerró los ojos, haciéndose pequeño, escondiéndose en sus hombros y Owen, buscando su mirada como una presa rondándolo.

—Deja de hacerte el orgulloso, Louis, tú sabes bien que aún me amas. —Louis abrió los ojos, notando la cercanía de Owen y como esta se reducía. Respiro hondo y lo noto, como un sedante que sin vacilar relajo su cuerpo, paro de estar tenso y su llanto se detuvo.

Dejo el aire retenido escapara de sus pulmones, aliviado.

—¿Te están molestando, Louis? —reconoció el tono de voz inmediatamente, profundo, y que le ayudo a sentirse a salvo.

El omega trago saliva, observando directamente los ojos de Owen y sin titubear respondió.

—Si. —le dijo, seguro se ceño fruncido y el toque en su cintura disminuyendo.

—Ya lo escuchaste, lárgate. —demando Harry, la voz profunda y calma, pero incluso si esta mantenía su esencia serena conservaba una pisca poderosa que podría hacer temblar a cualquiera.

Le costó mucho trabajo no acelerarse y más aun no golpear al alfa que tomaba a su omega sin permiso hasta verlo ahogarse en su propia sangre.

La fuerza recorrió todo su cuerpo y se acumuló en sus puños, mismos que tuvo que esconder en los bolsillos de su gabardina, no podía golpear a alguien fuera del instituto, no siendo un profesor y no si con ello arriesgaba que su relación con Louis fuese descubierta.

Owen por fin soltó la cintura del omega y con ello el pequeño pudo respirar correctamente y dio dos pasos atrás, al mismo tiempo en que Harry se interponía entre ambos, colocándose al frente del cuerpo del omega.

Louis se escondió a su espalda y pudo tomarle atención a Daniel, el cachorrito continuaba llorando, aunque comenzó a llamar a Harry en cuanto llego, buscando los brazos del alfa, posiblemente buscando lo mismo que Louis, sentirse protegido.

—¿Quién eres tú para darme órdenes? —lo enfrento Owen, alzando el rostro y mirando directamente los ojos de Harry, retador.

Harry copio su acción, pero él, más desafiante avanzo un paso, frente a frente se impuso y podía estar controlado, podía ser pacífico y no arrancarle los malditos ojos con sus propias manos, pero ese enfado era notorio en su aroma, amargo; en su mandíbula marcada y tensa; en su mirada profunda, aterradora y en sus puños apretados.

—Alguien que no dudaría en lastimarte si te atreves a acercarte de nuevo. Largo. Estoy siendo demasiado amable contigo. —advirtió el alfa.

Louis observo sus hombros subir y bajar pausadamente producto de su respiración pesada.

—¿Crees que te tengo miedo? —pregunto jocoso el alfa, esbozando una sonrisa cínica.

—Deberías. —respondió, apretando con más fuerza el puño, su brazo derecho por completo temblando por la alteración. Louis tragó saliva y sin pensar su mano se guio sola y atenta en dirección a la de Harry, tomándola.

Ejerció un leve apretón y Harry disminuyo su coraje al sentir el calor del omega.

—¿Quién es? —pregunto Owen, apartando su vista para observar a Louis detrás de Harry.

—No te importa. —respondió seco.

Owen cepillo sus dientes con su lengua y bajo la vista, observando la mano de Louis unida a la de su profesor. El alfa más joven rio descarado.

—¿Es tu alfa? —la mandíbula de Louis tembló. —No, claro que no. —Owen sonrió cínico. —No tienes su aroma. ¿Quién es entonces? ¿Alguien con quien te acuestas?

—Cállate Owen, no sabes una mierda.

—Oh, lo sé... —hablo, devolviendo su mirada furiosa al rostro de Harry. —Sé que al final, mis sospechas de que eres un cualquiera eran ciertas. —insulto cegado por los celos y Harry no se contuvo más, soltando de pronto la mano de Louis y golpeando directamente la mejilla de Owen.

—¡Harry! —grito Louis, intentando tomarlo del hombro. Sin embargo, Harry actuó rápido, empuñando la tela del saco de Owen y le arrastro hasta estrellarlo contra la pared.

Owen se quejó, el dolor en su espalda encendió sus nervios al impactar.

—Vuelve a insultarlo y no voy a parar hasta que te quedes sin dientes. —le dijo iracundo, apretando con fuerza su saco. Owen tomo las muñecas de Harry ejerciendo fuerza para que lo soltara.

—Alto, Harry. —le pidió Louis con un hilo de voz, las pocas miradas alrededor se detuvieron de pronto, sorprendidas con la escena que ambos alfas montaban.

—¿Vale la pena defender a un omega que solamente juega contigo? —Harry gruño, ajustando el agarre en su ropa.

—Harry, para, por favor. —pidió Louis, notando como las personas comenzaban a aglomerarse a su espalda.

—Aléjate de él. —ordeno, ignorando su comentario. —Si te vuelvo a ver cerca no seré tan piadoso como ahora. Louis no está solo. —Harry soltó su ropa bruscamente, Owen se tambaleo un poco, de su pómulo brotaba una línea de sangre y este comenzaba a hincharse.

Louis soltó el aire, agradeciendo al cielo porque Harry impusiera distancia.

—¿Piensas que podrás apartar a Daniel de mí? —pregunto alto Owen, pasando el dorso de su mano por su rostro, limpiando la sangre. —Es mi hijo. —repitió convencido de lo que su boca disparaba. Louis no respondió, esquivando el calcinante vistazo que recorrió su anatomía.

—Eso debiste pensar antes de irte. —defendió Harry.

—Deja de meterte en lo que no te importa. —alzo la voz. Daniel chillo al escucharlo.

Had... —balbuceo el cachorro, estirando sus manitas en dirección a Harry. Owen apretó los puños.

—Quiero hacer esto de la forma correcta, Louis. —dijo Owen, frunciendo el ceño. —Pero si no vas a cooperar tendré que hacerlo de otra manera ¿es lo que quieres? —Louis se hizo pequeño en su lugar, esperando el momento en que el alfa desapareciera para no tener que verlo nunca más.

Abrazo el cuerpo de su bebé, asustado, refugiándose el uno con el otro.

Owen avanzo exhalando pesadamente por la nariz, se detuvo a un costado de Harry, hombro con hombro se retaron con la mirada.

—Disfrútalo tanto como puedas, no te durara por mucho. —susurro venenoso y se apartó, avanzando a las escaleras sin mirar atrás.

Louis lo observo retirarse, abriéndose paso entre el grupo pequeño de personas que se aglomero alrededor. Louis frunció su nariz, varios pares de ojos atentos a su siguiente movimiento. Apretó la mandíbula, sus dientes rechinaron.

—¿Qué están mirando? —grito Louis irritado y el conjunto de ojos pronto se apartó de ellos, continuando con su andar y actuando en contra de su curiosidad, buscaron su camino lejos de ellos.

Louis cerro los ojos, su quijada tembló, el llanto se capturo en sus ojos, osado alejo su temor transformándolo en una furia incontrolable que quería incendiar su interior; devorarlo y dejarlo herido.

Adbllb. —balbuceo Daniel, atascándose en su tos. Sus brazos se estiraron al frente, suplicando refugio; sus manos se hicieron puños y abrieron y cerraron con ansiedad.

Harry suspiro y camino cerca del par, sus manos sostuvieron la cintura del cachorro. Daniel no espero más y se impulsó al frente, cayendo en el pecho de Harry y se presionó en este.

—Ssssh. —sosegó el alfa, frotando su espalda y besando rápido su cabeza. Daniel froto su nariz en la piel de su cuello y después de recibir la fragancia del alfa el temblor de su cuerpo se retiró, dejando solo la sensación nefasta. —Ya no está, tranquilo. —hablo dulce, meciendo su cuerpo.

Louis se abrazó a sí mismo, perdido en un punto fijo en el suelo, sobrellevando el amargo sentimiento que absorbió en pocos minutos.

Sus ojos ardían, pero no quería llorar, no por él, porque lo que hizo o lo que pensaba hacer no debía tener poder sobre él.

Siseo, la mano de Harry acarició su mejilla, atento al omega que pedía al igual que su bebé una muestra de afecto, pero Harry no podía abrazarlo si los alumnos se paseaban cerca. Louis ladeó el rostro, tomando la caricia del alfa con gusto.

El poder que tenía su omega sobre él ante ese tipo de situación no pudo corromperlo esa vez, las miradas ajenas continuaban afiladas en su nuca, aunque quisiera recostarse en el pecho de Harry y pedirle un abrazo no podía hacerlo.

—¿Estas bien? —Harry busco su mirada, pero Louis la evadió.

—Si. Estoy... bien. —mintió, tragando saliva con pesar.

—¿Te hizo daño? —Louis respiro hondo y negó con la cabeza.

—No. Estoy bien, en verdad, gracias por venir. —su voz fue bajita. Su mano tomo atención a su cachorro, vuelto un ovillo en los brazos del profesor.

Los dedos delgados danzaron sobre el cabello de Daniel, relajándolo.

—Me llamaste, claro que iba a venir. —Louis percibió el escalofrío andar en su piel, erizando sus vellos.

—¿Lo hice? —tembló, sus ojos seguían clavados en el suelo, sus labios entreabiertos.

—Creí que en este punto ya no te sorprenderían este tipo de cosas. —Louis mordió su labio, sus cejas se contrajeron y después de todo ese tiempo sus ojos conectaron con los ojos del profesor.

—¿Porque pensaste eso? —se mostró irritado.

—Bueno...

—¿Cómo no me sorprendería? —Harry guardo silencio. —Puedo llamarte sin tener un lazo. Todo el maldito mundo se va a sorprender con algo así. Es que no es normal maldita sea. —se alteró, su voz seca y golpeada.

—Louis debes tranquilizarte. —opino el profesor, sosteniendo el brazo de Louis, froto con cuidado de arriba a abajo, paciente.

—¿Tranquilizarme? Golpeaste a Owen. —escupió, guardo silencio, entumecido; examinó el gesto del alfa, desconocido. Un gesto que lo puso más intranquilo.

Louis nunca lo había visto así, como si sus palabras lo ofendieran y al mismo tiempo dañaran algo en su interior, se sintió estúpido, buscando como sellar su boca para no cometer más tonterías.

—¿Lo vas a defender? —el omega suspiro, cerró los ojos, su cabeza negó suavemente.

Apartó sus ojos claros de Harry, encontrándose con el paisaje luctuoso rodearlo.

El lugar era triste en ese día tan nublado donde los colores opacos se mezclaban, te hacían suspirar nostálgico y te sometían a una inexplicable tristeza.

Eso o su actitud le hacían ver el panorama de esa manera.

—No. No quise que sonara así, no me importa él. —corrigió dando un paso al frente. —Me importas tú. No puedes golpear a alguien así fuera del instituto. No quiero que tengas problemas y mucho menos por mi culpa. —aclaro, rasco su frente inquieto, recorriendo su alrededor paranoico.

Después de enterarse que la gran mayoría de alumnos se mantenía interesada en lo que él y Harry pudiesen ser no pudo evitar sentir que todo el mundo vigilaba cada uno de sus movimientos.

—Defenderte es lo único importante, las consecuencias no me importan. —su pulgar acarició la mejilla de Louis, sus ojos recorriendo su rostro, indagando entre los distintos gestos una manera de calmarlo, al menos eso esperaba.

—Claro a ti no te importa nada. —Respondió golpeado.

Los labios de Harry se unieron en una línea recta y su mano se retiró de su rostro lentamente.

Louis dejó caer sus hombros frustrado.

—Lo lamento. —se disculpó, menos alterado, corrigiendo su actuar. —Lo siento, perdón, perdón. Me ayudaste y te estoy tratando pésimo. —cubrió su rostro, incapaz de observar al alfa.

No deseaba comportarse así en lo absoluto, pero la situación le orillaban a sentir que su única manera de sobrellevar eso era irritándose y por una razón justa.

Lucho mucho por su felicidad y de pronto alguien llegaba a alterar su balanza perfectamente equilibrada.

Un año siendo estable, feliz con su cachorro. Estaba avanzando, no fue un camino fácil. Pero lo estaba logrando. ¿Por qué? ¿Por qué tenía que aparecer justo cuando todo marchaba bien en su vida?

—Está bien. —le restó importancia Harry. —Estas asustado, es comprensible.

—No es excusa. No debo tratarte así. —exhalo, escaneo su alrededor de nuevo y se tomó un segundo rápido para acariciar la mejilla de Harry, le dedico una sonrisa rápida, pero esta se apagó enseguida.

—No debes temer por él. —Harry acomodo a Daniel sosteniéndolo con su brazo derecho. Su mano tomo el broche de cortejo de las manos de Louis. —Estoy aquí. —recordó, hundiendo el broche entre el cabello castaño y apretó con sus dedos, sujetándolo. —No te hará nada, ni a ti ni a tu cachorro mientras yo esté cerca para ayudarte.

Louis se convenció a si mismo de que era verdad, si Harry estaba junto a él entonces no tenía por qué temer.

—Lo sé. —respondió bajito Louis y en todo ese rato solo quería besarlo y sentirse más tranquilo. En cambio, tomo el celular de su chaqueta y visualizo la hora en la pantalla. —Debo irme. —se aceleró, tomando la cintura de Daniel para cargarlo.

—¿Por qué?

—Daniel tiene una cita en el pediatra, le aplicaran una vacuna. —el cachorrito se quejó al escuchar las palabras de su madre.

—¿Porque no me lo dijiste? Pude llevarte. —Louis negó con la cabeza, tomando el cuerpo de Daniel de los brazos de Harry.

Nom. —pidió el cachorro, aferrándose a la ropa de Harry.

—Interrumpiría tu última clase, y ya he llevado a Dany al pediatra antes. —jaloneo con un poco más de fuerza la cintura del bebé pero el cachorro terco pataleo.

Had... —pidió ayuda a Harry.

—Te he dicho que cualquier cosa que necesites puedes llamarme. —Harry miro al cachorrito, suplicando salvación con sus ojos grandes y verdosos.

—Yo lo sé, lo sé. Pero si es algo que puedo hacer yo ¿Por qué tomar tu tiempo? Daniel suéltalo. —mando Louis, tomando los dedos de Dany para separarlos de la tela de la camiseta.

—Te llevaré. —dijo rápido Harry, ayudando a Louis con la mano contraria de Dany hasta conseguir que lo soltara. —Espérame, entraré rápido y finalizare la clase.

—No Harry, para. Es tu empleo, es tu responsabilidad. No es la primera vez que cancelas el trabajo por mí y no está bien.

—Es media hora de clase, Louis. Además, ustedes también son mi responsabilidad. —Louis retuvo el aire, un agradable calor se extendió en su núcleo, casi obligándolo a sonreír.

—Media hora de clase es importante, suficiente tiempo para que finalices el tema. —le dijo Louis, mirándolo en advertencia, pero Harry paso por alto ese gesto. —Además es tarde no llegare si te espero.

—Iré a terminarla y te llevaré a la clínica. —se mantuvo firme en su decisión, soltó la mano de Dany y el cachorro gimoteo. —Llegaras más rápido en auto que en transporte.

—Harry... —el alfa lo ignoro, caminando a la entra de la escuela.

Louis cerro los ojos y dejo escapar una queja, al igual que el bebé en sus brazos.

—Ven amor, Harry nos recogerá en la cafetería. —explico Louis, iniciando su andar.

Las últimas semanas, Louis tuvo el acuerdo con Harry de que al finalizar las clases se verían fuera de la cafetería dos cuadras alejada de la escuela, para que así, los alumnos curiosos no tuvieran más razones para hablar de ellos.

Un acuerdo mutuo que les había servido de mucho pues según Bran, los rumores habían reducido, ahora estos se centraban solamente en la "tensión" que existía entre él y su profesor, eso pensaba Louis era el aspecto más difícil de controlar, pues muchas veces no era consciente de como su mirada se perdía en el profesor en el escritorio al frente del salón hasta que Bran le codeaba las costillas y se lo hacía saber.

Tenía que entenderlo, no era sencillo para Louis ignorar esa pieza de arte. Era demasiado atractivo cuando se distraía o concentraba en cualquier otra cosa, era el único momento en el que sus ojos podían recorrer cada centímetro de su rostro sin temer sentirse avergonzado cuando Harry lo miraba y le sonreía cómplice.

Además de las miradas poco discretas, no había otra cosa que fuese obvia o que detonara sospecha.

No más besos en la escuela, ni caricias, solo unas pocas discretas; la mayoría de Harry, quien aprovechaba cuando Louis le entregaba a Dany para acariciar sus manos o brazos.

Lejos de eso Louis junto a Harry habían conseguido "pasar desapercibidos" las últimas dos semanas.

No tuvo que esperar más de cinco minutos fuera de la cafetería, Harry llego al lugar de inmediato, estacionó el auto al frente y Louis se apresuró a abrir la puerta.

Sentó a Dany en su sillita, asegurándose de que estuviera bien sujeto y se dispuso a subir al asiento delantero.

Busco tomar el cinturón de seguridad, pero antes de poder hacerlo Harry tomo su bufanda y lo jalo hasta acercarlo a su rostro y sin aviso le beso con profundidad.

Era una maldita tortura no poder besarlo en todo el día y una vez que estaba seguro de que no había riesgo de que pudiesen verlos era lo primero que hacía, reclamar su boca.

Louis se inclinó más, aceptando la muestra de cariño que Harry siempre se encargaba de entregar al final del día en el colegio.

Ese tipo de besos que el omega tomaba con gozo y disfrutaba más que el chocolate caliente después de una tormenta. Se convirtieron en su parte favorita.

Con cada movimiento podía sentir cuánto Harry esperaba poder apreciar las líneas finas y tibias que conformaban su boca.

Se encargaba de hacerle saber que llevo esperando ese momento todo el día, siempre buscando una nueva manera de paladear su sabor o de acariciar con sus propios labios con delicadeza, de mostrar cuanto disfrutaba algo tan simple como sus labios presionados.

Alargaba el beso tanto como podía y acariciaba con sus labios los suyos como si fuese porcelana, cauteloso cuidaba sus caricias al creer que podía romperlo, pues Louis lo besa con mucha delicadeza.

—Debes dejarme respirar antes de atacarme de esa forma. —bromeo Louis al separarse.

—No podía esperar lo lamento. —Louis sonrió, planto un pico rápido en sus labios para distraerlo y que no pudiera ver sus mejillas rosadas.

Louis creía que avergonzarse por ese tipo de comentarios era muy estúpido, se sentía como todo un niño pequeño e ilusionado.

Regreso a su lugar, tomando el cinturón y abrochándolo.

—¿Cuál es la clínica? —le pregunto el alfa tomando lugar en la calle.

—La de pediatría, en el centro. —el alfa asintió y avanzó por la calle a la avenida.

Como Harry dijo, fue mucho más rápido llegar en auto que en el transporte público. Lo que era bueno porque Louis ya iba atrasado.

Aparco en el estacionamiento, cerca de la entrada al edificio y bajo del auto, tomando la delantera y desabrochando los cinturones de seguridad de la silla del cachorro.

—Muy bien Dany, vamos. —Harry tomo su cintura aunque Daniel grito y pataleo, aferrándose a la sillita.

¡Nom! —se opuso, adoptando ese gesto que copiaba de Harry, el ceño fruncido y los labios apretados.

—¿No? —Dany mantuvo su semblante serio y negó muy seguro de su decisión.

—Lo lamento, pero esta vez no podemos acceder a tus caprichos, cachorro. —el alfa tomo con más fuerza el cuerpo del cachorro y lo alzo sin esfuerzo.

¡Aaah!—grito alto retorciéndose en sus brazos. —¡Adbbld no! —suplico, pero esta vez con desesperación y su vocecita se rompió para culminar en un lloriqueo bajito que le rompió el corazón al alfa, había una diferencia muy grande entre saber que Dany lloraba por berrinche y porque enserio estaba sufriendo por algo.

Harry sabía diferenciarlas bien y lo que veían sus ojos no era para nada agradable.

—¿Es muy necesaria la vacuna? —se compadeció un poco el alfa, Louis alzó una ceja.

—Si. Se acerca el invierno. Necesita estar protegido. —Louis cerró la puerta del auto. Harry colocó el seguro con el control.

Acomodo al cachorrito agonizante en su brazo izquierdo y su mano derecha prontamente sostuvo la mano de Louis, sin ser consciente de su acto.

Aunque Louis si pudo percatarse de eso.

El pequeño omega observo la mano grande envolver la suya y sintió sus mejillas enrojecer, sus labios frunciéndose suprimiendo una sonrisa emocionada y avanzo junto a Harry dentro de la clínica, sintiéndose de alguna forma orgulloso por ser el quien sostenía la mano de Harry.

Cruzaron la puerta de cristal, Harry permitió que Louis lo guiará por el lugar, concentrado en el cachorro, hablándole con cariño para que parará su lloriqueo.

—Hola, buenas tardes. —saludo prontamente la recepcionista al observar a ambos tomar lugar frente a su escritorio.

—Hola. —saludo Louis amigable.

—¿Necesita que los ayude en algo?

—Tengo una cita con el doctor Samuel. —anuncio.

—Nombre del paciente.

—Daniel Tomlinson. —respondió rápido el omega observando a la chica teclear el nombre.

—Oh, sí. Puede pasar a la sala de espera, tu cachorro es el siguiente en pasar. —informo la omega con una sonrisa extendida.

—Gracias. —le dijo Louis, devolviendo la sonrisa agradable y continuo caminando por el pasillo hasta encontrarse en la sala de espera que ya conocía a la perfección después de todas las veces que Louis tuvo que ir de emergencia sus primeros meses en la ciudad pues a Dany le costó acostumbrarse al clima lluvioso de Londres.

Louis fue el primero en tomar asiento, Harry siguiendo sus pasos tomo el lugar a su costado derecho, acomodando a Dany en su regazo.

—En dos días es cumpleaños de Daniel. —dijo Harry. Louis aparto la vista de la niña pequeña jugando con el laberinto colorido y tomo atención a Harry.

—Si. —hablo. —Un año. Podría decirlo en voz alta muchas veces y nunca lo creería. —sonrió nostálgico. —Paso muy rápido. —Louis acercó a sus dedos a la mejilla de Dany, talló su piel suavemente y aprovecho en apartar una lágrima.

—Saldremos a festejar. —le dijo Harry.

—¿Mmm? —Louis lo miro.

—Una cena, un pastel y nuestra primera cita. —dijo sin más. La boca de Louis se entreabrió después de la noticia, pero no pudo producir sonido alguno.

Harry sonrió y llevo su mano debajo de la barbilla de Louis, empujándola hacía arriba obligando a Louis a cerrar su boca.

Al parecer al alfa le encantaba tomar por sorpresa a Louis, era un fanático de sus reacciones trabadas y surrealistas.

—U-una...

—Cita. —completo Harry. —No hemos tenido una. —recordó.

—Ou... —Louis chasqueo la lengua, sin reaccionar del todo a la información que corría desenfrenada. —Quieres una cita conmigo. —dijo en alto para entenderlo mejor.

—Quiero todo contigo. —menciono el alfa, por el simple placer de observar una vez más como el rostro de Louis se coloreaba en carmín, era su nuevo pasatiempo favorito, contar cuántas veces podía hacer sonrojar al menor en el día.

—¡Daniel Tomlinson! —se escuchó el grito de la enfermera al otro lado de la sala.

Louis se alzó de su silla con apuró, al igual que un adolescente sin saber cómo reaccionar ante un halago. Patético.

Harry se levantó del asiento y camino detrás del omega, meciendo el cuerpo de Daniel.

—Adelante, bienvenidos. —fue cortes la enfermera.

—Louis. —saludo el doctor, un beta en sus treintas que parecía muy amigable y que lo conocía por su nombre por la cantidad de veces que Louis tuvo que ir por qué a su cachorro no le baja la fiebre y su madre no estaba cerca para ayudarlo.

—Hola. —le saludo. El beta sonrió

—Me da gusto verlos de nuevo. —trato familiar el hombre, tomando la mano de Louis en un saludo para después clavar su vista en Harry.

—Oh, ammm, doctor Samuel él es Harry es... Él es, mi... alfa. —su cuerpo se sacudió en el interior al escucharse decir eso, por primera vez había presentado a Harry como su alfa. Suyo.

—Un gusto, Harry Styles. —se presentó, estirando la mano, el beta la tomo con tranquilidad, aunque el agarre firme del alfa le hizo ladear una sonrisa.

—Doctor Samuel Smith, pediatra de su cachorro. —fue formal. El omega guardo una respiración cuando el hombre se refirió a Dany como cachorro de Harry. Su cachorro, carajo es que ni siquiera en eso se había detenido a pensar Louis.

—Hola Daniel. —saludó el pediatra al pequeño, acercando su mano cuidadosamente, pero Daniel soltó un manotazo antes de que pudiese tocarlo.

—Daniel, eso no es correcto. —le reprendió Harry antes de que Louis lo hiciera como era costumbre.

—Está bien, el pequeño me ha tomado un poco de recelo, básicamente soy el hombre que receta sus vacunas. —lo tomo tranquilo el doctor. —No sería el primer cachorro que me golpea. —dijo despreocupado. —Bueno, Louis, conoces la rutina. Haré un chequeo rápido y después procedemos a aplicar la inyección.

Mamá no. —pidió Daniel, el mohín en su labio se acentuó y sus ojos parecieron dilatarse un cuarenta por ciento pues se miraban más grandes.

—Mamá sí. —Dijo Louis y se acercó para tomar el cierre de la chamarrita roja y deslizarlo hacía abajo, el cachorro intento impedirlo, obstruyendo el camino del objeto.

Pero Harry se apresuró en tomar sus manitas.

—Hemos hablado de esto ¿Verdad? Daniel, tienes que obedecer a tu madre. —le recordó el alfa, que, aunque en un tono bajo no dejaba de ser autoritario.

El cachorro lo entendió, o entendió al menos que debía obedecer por el color en la voz de Harry.

Louis consiguió retirar la prenda de su cuerpo y el doctor llevo a cabo su rutina diaria, checando sus reflejos, su peso, visión y audición, un examen medico completo para tener un control de la salud de su pequeño hijo, a lo que Dany respondió mejor que en su consulta pasada.

—Tu cachorro está muy sano, Louis. Mejor que la última vez. —le dijo el doctor, anotando algo en las ojos del expediente de Dany. —Es importante mantener su dieta, sabes bien que, aunque tenga vacuna si no tiene una alimentación correcta seguirá enfermándose. —Louis asintió obediente. —Bella, tu turno. —cedió el doctor, con aquella actitud amable.

La omega asintió, sonrió apacible y confianzuda.

—Muy bien, Dany. —comenzó la omega, acercándose a donde Harry estaba sentado con el pequeño. —Yo me llamo Isabella. —platico, tomando el sobre con la aguja del escritorio. —Y me toca a mí poner una inyección en tu brazo. ¿Está bien? —Dany respiro irregular, su cabeza se movió de un lado a otro.

Hadb... —suplico un rescate y como era siempre, Harry no pudo negarse a esos ojos grandes y verdosos.

—¿No hay otra manera? —pregunto Harry, mirando con pánico como la jeringa absorbía el líquido del frasco. —Ya saben, vitaminas o cualquier otra... cosa. —Louis escondió su sonrisa con su mano derecha, mordiendo su uña entretenido con la reacción del alfa.

—Sí, pero en Dany siempre es más efectiva una vacuna, cada cachorro es diferente y Dany es muy propenso a enfermarse. —Harry suspiro.

—¿Podría levantar su manga, por favor? —Harry asintió, nervioso y doblo la tela de la manga, la sostuvo arriba de su hombro descubriendo el brazo del cachorro. La omega en comparación con Louis no escondió la sonrisa en su rostro, siempre era tierno cuando las madres empatizaban con sus cachorritos, pero se volvía el doble de tierno cuando un alfa lo hacía.

—¿Le dolerá? —pregunto el alfa de una manera preocupada cuando la enfermera froto el algodón húmedo con alcohol en el brazo de Daniel, supervisando con atención cada movimiento de la enfermera, verificando las medidas de salubridad como el que tomará una aguja nueva y sellada o que desinfectará sus manos antes.

—Es una inyección, Harry. —dijo Louis un poco obvio.

—Eso depende de Dany. Si su umbral del dolor es bajo entonces si dolerá, pero si no entonces no hay de qué preocuparse. —explico Bella. Harry libero una exhalación larga.

Louis se percató del actuar nervioso del alfa, parecía que estaba cerca de perder el conocimiento, el color abandono su rostro y su pecho se elevaba alto al compás de su desesperada respiración.

—Carajo. —maldijo Harry sin querer al observar la aguja acercarse al brazo de Daniel.

El cachorro se removió asustado de igual manera, ambos observando el objeto como si un monstruo fuese a devorarlos.

—De acuerdo, de acuerdo. Ninguno de los dos verá. —dijo Louis alzándose de la silla y cubriendo con sus manos los ojos de ambos.

—Voy a contar hasta tres. —dijo la enfermera, Dany brinco cuando la mano suave de la omega tomo su brazo, se apartó.

—Harry por favor deja de temblar la inyección no es para ti. —dijo burlesco Louis en un pequeño susurró.

—No quiero que le duela. —respondió de la misma forma.

—No le dolerá si está tranquilo y no ayuda que tú estés asustado como él.

—Bien... Uno... —Dany se presionó en el estómago de Harry y sollozo con temor. —Harry respiro hondo y relamió sus labios.

Asumiendo su papel de adulto sacudió un poco la cabeza, Louis destapó sus ojos.

—Dos... —conto la enfermera y Harry se inclinó, acercando su boca a la oreja del cachorro, comenzó a susurrar algo, algo que Louis no pudo escuchar, pues lo decía muy bajito, como aquella primera vez cuando lo tranquilizó fuera del salón.

Y Dany respondió a sus palabras secretas, relajando su cuerpo. Sus puños dejaron de estar apretados, aunque sus ojos nunca se abrieron estos ya no se presionaban con fuerza.

Cedió a la voz pacifica del alfa, a sus palabras indescifrables para Louis y flojo recargo su cabeza en el pecho de Harry...

—Tres. —dijo la enfermera, aprovechando que el cachorro se relajó, pinchando su brazo relleno.

Dany saltó, el mohín se instaló en sus labios rojos y su barbilla tembló antes de estallar en un llanto fuerte que cubrió todo el consultorio.

Harry beso el costado de su cabeza en sosiego, esperando que el cachorro no sufriera más y pocos segundos después el líquido en el tubo de la jeringa disminuyó y el objeto punzo cortante se deslizo fuera de su piel. La enfermera puso un pequeño algodón con alcohol en el pinchazo y Harry lo sostuvo a petición de la omega.

—Listo, amor, terminó. ¿Ves? Fue rápido —dijo Louis, buscando la mirada de su bebé, pero Dany no se separaba del pecho de Harry y no pensaba dejar de llorar.

—Bueno, eso es todo. —hablo Samuel. —Sabes que hacer en caso de que tenga efectos secundarios.

—Lo sé muy bien. Muchas gracias. —dijo Louis, tomando la chamarra de Daniel, extendiéndola.

—Fue un gusto conocerte, Harry. —le dijo el pediatra, extendiendo de vuelta su mano, Harry la tomo y asintió cortes con la cabeza.

—Gracias por todo. —agradeció y camino con Louis a la puerta, el omega tomo la manija de la puerta y salieron del consultorio, caminaron con cuidado por el mismo pasillo y Louis se detuvo a la mitad de su camino.

—Ven mi vida tenemos que cubrirte afuera hace frío. —anuncio a su cachorrito, Harry acomodo a Dany en sus brazos, después de luchar un poco con el bebé para que este se apartara solo unos instantes.

Louis como pudo vistió su torso con la prenda, arropándolo para prevenir una enfermedad, beso su frente fugaz y acomodo el cuello de su camiseta. Dany miro a Louis, sus ojos rojos y brillosos no le quitaron la mirada de encima y estiro su brazo derecho a su madre.

—¿Quieres ir con mamá? —Dany asintió y se despegó de Harry, busco a Louis y este lo tomo, envolviéndolo en sus brazos.

—Que valiente es mi cachorrito. —halago cuando estuvo seguro en su pecho. —Estoy orgulloso de ti. —hizo saber y con suerte beso rápido su nariz antes de que Dany se aplastara en su pecho, callado y desganado. —También estoy orgullo de ti. —Dijo Louis risueño, llevando su mano a la mejilla de Harry.

—¿De mí? —evadió el tema. Pero Louis noto la peculiar característica de la vergüenza hacer presencia en su rostro.

Un ligero tono carmín avivó la tez pálida del alfa, adornando sus mejillas dulcemente, primera vez que podía ver a Harry sonrosado y grabo esa imagen en su mente tanto como pudo.

Louis río meloso y se alzó en sus puntas, robándole un besito rápido y tronado, sin decir más avanzo de nuevo, sus pasos lentos se acomodaron a Harry quien espero unos segundos más antes de avanzar de nuevo y tomar lugar al costado de Louis.

Louis arrullo a Dany en sus brazos, quien seguía hipando y su nariz congestionada.

Al cerrar la puerta del auto y hacerle entender a Dany que no podía ir al frente con su madre, espero unos minutos dentro para dirigir su vista a Harry, conduciendo silencioso y atento al trafico al frente.

—¿No te gustan las agujas alfa? —rompió el silencio el omega, con un serio pero leve tono burlón. Harry bufó.

—No me gustan las inyecciones. —le corrigió. —Las agujas me dan igual, es el hecho de saber que traspasaran la piel lo que me causa pánico. Es estúpido. —concluyo Harry para cortar el tema.

—¿Qué dices? No es estúpido tener pánico de una inyección.

—Un alfa que le teme a las agujas. Añade eso a la lista de porque la naturaleza se equivocó con mi casta. —comento serio Harry. No siempre se sentía cómodo tocando ese tipo de temas que lo único que hacían era recordarle que no podría ser nunca alguien normal.

Louis no siempre parecía notar esa incomodidad, así que río encariñado y dulce.

—La naturaleza no se equivoca, alfa. Si te aterran o no las agujas ¿eso en qué afecta lo que eres? Tener miedos te hace humano.

—Humano, más no alfa. —Louis alzo una ceja.

—Estas aferrado a ese código estúpido que reglamenta como debes ser. —hizo ver, así como a Harry le molestaba que hablaran de ello a Louis le molestaba que el profesor no se sintiera cómodo con lo que era.

—Es lo que me enseñaron. —cortante apretó las manos alrededor del volante.

—Y a mí me enseñaron que un omega no era digno de entrar a la universidad. —chasqueo la lengua. —No pierdas tu vida empeñándote en ser lo que los demás esperan que seas. A mí me gustas. Me gusta tu delicadeza, me gusta que seas tú, a ti también debería gustarte.

—¿Te gusta que llore porque inyectan a un cachorro? ¿Es algún fetiche extraño? ¿Ver a un alfa llorar? —Louis mordió su labio, jocoso.

—Puede que solo en ti se vea sexy. —continuo la broma. —Hablo enserio... Harry. —dijo después de que Harry no contestara. —Tengo un broche de cortejo tuyo en mi cabello. ¿Sabes qué significa? —el alfa apretó más el volante. —Que conmigo puedes ser como a ti se te antoje, porque si voy a ser tuyo... Voy a quererte por lo que eres. Las reglas universales no aplican para mí. Eres un alfa, a tu manera y eso no es un crimen.

Harry medio sonrió, relajo la presión en sus manos y miro rápido a Louis, antes de devolver la vista a la calle y su mano izquierda se guio sola a la de Louis, entrelazando sus dedos y apretando suavemente.

Levanto su mano, elevándola frente a su rostro y presiono sus labios en el dorso de su mano pequeña.

—Quiero ser lo mejor para ti. —fue lo único que dijo.

—Harry... ya eres lo mejor para mí. —sonrió el omega, copiando la acción de Harry, besando su mano.

El alfa sonrió, sus labios estirados remarcando la hendidura en su mejilla.

No dijo más pero Louis tomo su gesto como que había dicho las palabras correctas.

No soltó su mano en todo el trayecto, ni siquiera para limpiar el sudor que se acumulaba en la palma de su mano.

Se podía tomar eso como algo jodidamente asqueroso, pero a Louis no le importaba en lo absoluto, al parecer a Harry tampoco.

Hacía siempre lo posible por disfrutar cada segundo junto al alfa ya que era poco el tiempo en el que podían compartir ese tipo de tratos sin riesgo; en la comodidad de su privacidad, escondidos detrás del telón, a ojos ciegos evitando una catástrofe.

Su tiempo estimado para tratarse como lo que en verdad eran se reducía a escasas horas después del colegio. Eso sí Harry no tenía que ir a casa a trabajar o Louis tenía que ir al restaurante o se encontraba con demasiados pendientes de la escuela.

—¿Crees que hoy podamos ya sabes... Hacer nada? —Le pregunto Louis, recargando su cabeza en el hombro de Harry cuando freno en un alto.

—¿Hacer nada? —Louis asintió con la cabeza.

—Hoy, por primera vez no tengo tareas pendientes y es martes no tengo trabajo. —Harry miro al frente, relamió sus labios. —Si es que tú tampoco tienes nada que hacer, si tienes trabajo no hay problema. —aclaro Louis, alzándose del hombro de Harry.

—No, está bien, termine de calificar los proyectos hace dos días. —mintió, aún faltaba un grupo al cual tenía que calificar antes de atarearse extremamente con los verdaderos proyectos importantes para después estresarse más con los exámenes de primer parcial y evaluaciones.

—Entonces compremos algo hecho para comer, no quiero cocinar. —Louis hizo un mohín.

—Cocino yo. —se ofreció, girando el volante.

—No. —se encapricho Louis.

—¿Cocino mal?

—No. Cocinas muy bien. Pero no quiero perder tiempo en eso. —Louis suspiro. —Quiero aprovechar un día completo contigo.

—¿Qué es lo que quieres comer entonces? —Louis sonrió amplió, mimado, besó la mejilla de Harry recibiendo el picor de la barba corta que no rasuraba hace tres semanas en sus labios.

—Pollo frito. —respondió aniñado y Daniel balbuceo con agrado desde su silla. —¿Tu también quieres, bebé? —le pregunto cariñoso, girando su cabeza para ver a su hijo mordisqueando el peluche de cerdito.

—Somos dos, Hazz.

—Se contar. —respondió en broma, cambiando la dirección del auto tomando el nuevo camino para llegar al restaurante.

Harry manejo sin prisa al lugar y Louis se dedicó a tomarle atención a Dany que le llamaba cada cierto tiempo para mostrarle nada.

Hicieron el pedido rápido por el autoservicio a petición del omega y volvieron a su departamento cerca de las cuatro-cuarenta.

Louis disfrutó su comida poco saludable y aguanto el discurso de Harry regañándolo porque no hace más de dos hora el pediatra le hablo de la buena dieta del bebé y eso se perdió en cuanto Dany ya tenía las manos y las mejillas manchas con puré de papas y boronas del empanizado del pollo.

Louis se excusó con un argumento poco válido y después solo lo callo con un beso y una sonrisa encantadora.

Se levantaron de la mesa después de comer y se dejaron caer en el sofá lo que resto de la tarde, mirando televisión o jugando con el cachorro que en pocos minutos tenía la sala hecha un desastre con juguetes, colores y peluches por todo el suelo.

Louis no le tomo importancia y aprovecho que Harry pudo quedarse con él.

Tomando los mimos que llegaba a hacer en su cuerpo, refrescantes. Sus dedos eran mágicos sobre su piel, bastaba con arrastrarlos por sus hombros, o hundirlos en su cabello; rozar sus clavículas o su cuello y así Louis podía estar a sus pies.

Su espalda estaba presionada contra el pecho del alfa y volteaba cada cierto tiempo para pedir un beso que Harry siempre le brindaba sin necesidad de preguntar.

Fue una tarde alejada de todo lo que conocían, estrés, trabajo, presión.

Se transformó en un espacio de gozo y jubiló.

Algo que no iba más allá de Louis disfrutando la presencia del alfa envolviendo su cuerpo con el propio, con su aroma, de escucharle contar cualquier cosa con su preciada voz acariciando sus oídos.

Relajado y a gusto con los besos de Harry esparciéndose por su mejilla el día cerró con Daniel intentando levantarse del suelo por cuenta propia y de Harry emocionado cuando acepto que le enseñará como muchas otras veces a caminar, pero en esta ocasión Dany utilizo todo su conocimiento anterior sobre como caminar, con ayuda de Harry por supuesto y se aferró más a su meta.

Sentado en el sillón individual sus brazos se estiraban en dirección al cachorrito que se detenía de la mano del alfa, indeciso al otro extremo de la sala.

—Ven con mami amor. —le hablo Louis, doblando sus dedos hacia él.

—Tú puedes. —alentó Harry cuando el pequeño lo volteo a ver en espera de una indicación.

Harry retiro poco a poco la mano del agarre de Daniel.

El cachorro no apartaba la mirada de Louis, inconsciente de cómo dejaba de sostenerlo.

—Ven precioso. —Louis se acomodó en el suelo, sus rodillas dolían por la presión con la loseta.

Daniel se tambaleó pero consiguió mantener su equilibrio y sumamente lento alzó su pie derecho y lo impulso al frente dando el primer paso.

—¡Si! Así, solecito, bien hecho, el siguiente. —indico el omega sonriente y entusiasta.

Daniel dio el siguiente paso justo como el primero, volvió a tambalearse y miro en busca de ayuda a Louis.

—Tranquilo, tranquilo, respira, bien... Eso ¿Lo ves? Todo está bien. Continúa. —apoyó, asintiendo impetuoso con la cabeza.

Harry se mantuvo atento al cachorro por si no conseguía mantener su equilibrio auxiliarlo antes.

Daniel dio el tercer paso, sus puños apretándose y su risa melodiosa entonó en toda la sala.

—Vas muy bien, amor, continúa vamos... —Louis movió más sus brazos, aplazando su emoción.

Dany llevaba al menos la mitad del recorrido entre Harry y él, lento pero seguro dio cuatro pasos más.

—Tres más, sol. —el cachorro miro la emoción en su madre y solo pudo dar un paso más cuando agitó su manos fuertemente emocionado y perdió el equilibrio.

Louis logro tomarlo por las axilas antes de que golpeara el suelo y lo alzó casi llorando de alegría, extendiendo una sonrisa amplia que ocupaba por todo su rostro.

—¡Lo lograste bebé! —alzo la voz Louis. —Mira cuanto caminasnte. —señalo Louis a Harry al otro extremo de la sala.

Dany grito emocionado, sacudiendo sus piernas y sus manos alterado de felicidad.

Had. —balbuceo.

—Lo vi cachorro, que buen trabajo. —felicito tomando lugar al frente de ambos y acariciar su cabeza.

—¡Fueron sus primeros pasos Harry! —grito extasiado. Mordió su labio inferior moderando sus ganas por gritar, afianzo a su bebé, dando un abrazo apretado, sus mejillas chocando. Dany rio, llevando sus manos a su boca, mordisqueo sus dedos.

—Lo sé. —respondió con el mismo tono de orgullo que Louis utilizo en su voz aguda y maravillada con el buen trabajo del cachorro. —Hiciste un excelente trabajo. —felicito el alfa y se inclinó besando su frente.

—Tus primeros pasos Dany. —repitió sin creerlo el omega, en su pecho no cabía la sensación extática que se multiplicaba siempre que repetía el suceso en voz alta.

Espero mucho tiempo para verlo dar sus primeros pasos que al vivirlo no parecía ser real.

No hay palabras para poder expresar el sentimiento que una madre percibía en esas situaciones importantes, todo su estómago se revolvía, había adrenalina en todo su sistema.

—Demonios quiero llorar. —dijo Louis pues mientras más cosas aprendiera su bebé significaba que estaba creciendo y él no quería eso, quería poder tener a su cachorro siempre así, pequeño. No le hacía mucha gracia la idea de ver a su hijo crecer, era muy triste pensarlo y aunque aún le quedaban demasiados años antes de que fuese un adulto el tiempo siempre era muy incierto, paso un año y él lo sintió como una semana.

—Es válido. —le dijo Harry, arrodillándose junto a Louis, su mano se posicionó en su espalda acariciándolo con ternura.

—Estoy muy orgulloso. —declaro, con el sentimiento atascado en su garganta.

—Estamos. —corrigió el alfa. Louis miro a Harry sus ojitos brillaron y le sonrió adorado, tomando iniciativa, beso sus labios.

—Gracias. —de pronto Louis sintió que tenía que decirlo.

—¿Por qué?

—Por estar aquí. —Louis inhalo. —Por mucho tiempo pensé que esto lo viviría solo, que estaríamos Dany y yo. Pero no es así, y me gusta, me gusta que estés aquí y que pueda compartir esto contigo, esto es algo muy importante y es muy lindo que estés aquí.

Harry sonrió y como hizo Louis segundos atrás se acercó tomando su boca con un beso largo.

—Gracias por permitirme estar. —Beso su hombro descubierto.

El omega suspiro, mordiendo su labio inferior.

—Si alguien debe estar agradecido debo ser yo. No recuerdo la última vez que fui tan feliz como lo soy estando a tu lado.

Louis mordisqueo su labio, su mirada se escapó de los orbes cetrinos, mirando a su bebé en sus brazos pensó sus palabras antes de cometer una estupidez. Llevaba practicando hace unos días pensar antes de hablar.

No le funcionaba como él quería, y definitivamente no era algo que a él le gustara. No terminaba de acomodarse a ese plan.

No estaba convencido de decirlo, su mente siempre lo frenaba antes, pero no aguantaba más esa sensación que le llenaba el pecho cada vez que su lengua se trababa contra sus dientes y las palabras se atascaban en su garganta.

Pensaba que no era correcto decirlo pero tampoco era una buena decisión guardarlo por mucho tiempo si era lo que sentía. Si algo en su interior le impulsaba a querer gritarlo hasta desgarrar sus cuerdas vocales, que todos se enteraran.

—Harry... —trago saliva, su voz tembló. —Necesito... necesito decirte algo. —Louis creyó que vomitaría, su presión estaba disminuyendo radicalmente.

—Claro, dímelo. —Harry tomo su barbilla, alzando su rostro. Louis agito su cabeza, sus manos juguetearon con los dedos del cachorrito.

—Pero, si te lo digo no, solo no lo tomes como algo muy extraño, por favor. —Harry frunció su ceño en confusión. —Es que puede que sea algo muy precipitado.

—Pienso que la palabra precipitado perdió significado en el momento en que llegaste a mi vida. —Bromeo el mayor, acariciando la comisura de los labios delgados con su pulgar. —Puedes decirme lo que quieras.

—No quiero quedar como un tonto. —Harry sonrió.

—No puede ser tan tonto. —Louis recogió su osadía, antes de verla marchar y se alzó, hincándose mejor a diferencia de Harry quien se había sentado en sus talones, por lo que, Louis quedo pocos centímetros más arriba de su rostro.

Bajo a Dany, sentándolo sobre el tapete morado y volvió a su posición, limpio el sudor de sus manos sobre sus jeans y dejo escapar su respiración a modo de relajación.

—Bueno yo... —hizo una pausa, trago saliva con pesar y llevo sus manos al rostro de Harry, sus manos ahuecando sus mejillas, manteniendo su vista fija en sus ojitos brillantes y muy azules.

Harry escaneo una vez más esa mirada profunda, esos ojos añiles que en tan poco tiempo le habían hecho soñar, que le estaban regresando la ganas de vivir, le daban una razón para luchar, para no dejarse caer.

Lo miraban como si fuese lo único bueno en el mundo, de un azul profundo, incomparable, único.

—Harry yo... Yo creo que, te amo. —dejo escapar, sus manos lo sostuvieron con fuerza, temiendo que Harry fuese a desaparecer, no tenía idea del porqué, pero en ese momento, ese era su principal miedo. Que Harry no le correspondiera como esperaba.

—¿Crees? —pregunto pacífico y tranquilo el alfa, aunque dentro de él se suscitara un tornado etéreo que descontrolo el palpitar de su aparato cardiaco.

—No, no, no lo creo. —Louis se alzó un poco más, Daniel se escabullo entre ambos, escondiéndose en el huequito que separaba a los dos. —Te amo. —dijo seguro y firme convencido de que nunca antes en su vida había dicho algo con tanta seguridad.

—Louis...

—Es algo muy loco, lo sé, lo se... Pero no lo diría si no fuese lo que siento Harry y tú eres lo que quiero fuera de lo que el destino quiera, fuera de lo que tu alfa o mi omega pidan, tu eres lo que quiero y estoy enamorado de ti. —le dijo acelerado, una palabra detrás de otra le quitaron la respiración y tuvo que inhalar hondo, su pecho inflándose.

—Estoy enamorado de ti. —repitió Harry, saboreando las palabras que Louis cito. —La última vez que escuche que me dijeron eso fue en la universidad. —Louis frunció el entrecejo. —Definitivamente no se sintió tan bien como ahora. —agrego llevado sus manos a la cintura de Louis.

—Te amo. —le dijo Harry sonriendo, alzando mejor el rostro para tener un mejor ángulo de los ojos del omega. —Ahora somos dos tontos. —Louis estallo en felicidad, envolviendo sus brazos en el cuello de Harry y si no fuese porque la sonrisa de Harry le hipnotizaba hubiera llorado un poco. Hizo un puchero, reteniendo su sonrisa y el alfa lo beso por pocos segundo antes de sentir las manos de Dany interrumpirlos, empujando la barbilla de Harry.

No, Had... Mamá. —se quejó el cachorro.

Harry se separó de los labios del omega y observo al cachorro que continuaba con el ceño fruncido.

—Cachorro si vuelves a interrumpir un beso más no tendrás regalo de cumpleaños. —le dijo el alfa, pero el bebé no le tomo mucha importancia a su advertencia y se abrazó del torso de Louis.

—Mamá. —le hablo, alzando sus brazos para que lo cargara, Louis rio y tomo a su cachorro.

—¿No te gusta que Harry bese a mamá? —Dany volteo a ver a Harry sin saber bien cómo responder a la pregunta.

—Mmmm... —Dany se acercó a la mejilla de Louis, tronando un besito en su mejilla y manchándolo con saliva. Harry alzo una ceja y se acercó al rostro de Dany.

—¿Te dan celos que bese a tu madre? ¿O te da celos que no te tome atención a ti? —pregunto divertido Harry y sin aviso ataco la mejilla de Daniel con muchos besos que le robaron una carcajada al bebé.

Louis rio junto al bebé pero su felicidad fue interrumpida por el celular vibrando en el sofá.

El omega se inclinó tomando el aparato en sus manos y atendiendo a la llamada después de leer el nombre en la pantalla.

—Hasta que te acuerdas de mí. —contesto Louis jocoso.

¿Owen fue a visitarte? —pregunto sin tacto, la sonrisa de Louis se borró enseguida de su rostro.

—¿Po...

¿Le hablaste de Harry? —interrumpió. —Por qué recibí una llamada de tus padres, están, un poco alterados. —tatareo. —Me preguntaron un montón de cosas y yo no te delate, por supuesto soy un gran amigo.

—Ellis para. ¿Qué carajo?

Bueno, tu madre llamó, dijo algo sobre que Owen volvió, después me pregunto sobre Harry, en realidad no sé qué cosa les dijo Owen pero imagino que fue. Después yo dije cosas como "No sé nada lo juro" y ahora necesitas una buena explicación. —se revolvió con sus propios pensamientos. Louis trago saliva y sus puños se cerraron.

—Ellis te llamo después. —le dijo Louis sin esperar a que Ellis se despidiera.

El aroma de Louis cambio, una esencia aroma tan agria que envolvió la habitación enseguida.

—¿Qué sucedió? —le pregunto Harry preocupado.

—¿Recuerdas que te pedí que ensayaras tu presentación con mis padres? —Harry frunció el entrecejo confundido. —Bueno, necesitamos cambiar muchas cosas.              

...

Sobreviví una vez más a mis bloqueos jsjsjs

Perdón si tarde, no era mi intención. 

Les dejo aquí mi anuncio:
Para las que no me siguen aquí en wp, me hice un instagram especialmente para mi perfil de wattpad, ahí pues estaré más activa, anunciándoles cuando habrá actualización y todo este rollo, también porque tengo demasiadas ideas y proyectos y quiero que sean participes de todo lo que tengo planeado para más adelante y si también lo hice para que podamos convivir un poco más, recomendarnos fics o yo que se cualquier cosa que se me ocurra. Y ya solo es eso, les dejo el perfil que es : _dulcepanquesito_ por si quieren seguirme.       

Namas vine a alterarlas más con este cap.

¿Momento favorito? uwu

Mi amor hacia ustedes no tiene limite, cada día crece mucho más, enserio miles de gracias por el apoyo, me mantienen viva.

Deseo que estén todas muy, muy bien, cuídense mucho por favor en estos días.

La lista de dedicaciones se vuelve abrir así que si quieren una pueden comentar aquí.  

Espero que su día este lleno de muchas cosas preciosas.

Nos leemos en el próximo cap.

All the fucking love.    

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