Charlotte y yo estábamos almorzando en la cafetería, me había seguido hasta la mesa donde me iba a sentar, ella me dijo que le mencionó el Cadillac a su padre y se lo enseñó, no dijo de qué forma, pero lo hizo; a ella le encantó el auto y tenía muchas fotos de Cadillacs DeVille del siglo pasado e incluso más antiguos en su teléfono, me los enseñaba todos, yo aparentaba no estar impresionado pero en el fondo lo estaba.
Estábamos solos en una mesa, hasta que…
—Hola. Tú debes ser la famosa Charlotte Bascilini.
(Alerta ultra roja, alerta ultra roja)
Alexandra Del Salvador.
¿Quieren saber mi definición sobre ella? Miserable.
Su cabello es castaño, largo y liso, como si diariamente se planchara el cabello para mantenerlo así. Piel morena clara, labios pequeños, ojos oscuros y un poco saltones, maquillaje exagerado, al igual que sus cejas, mirada de zorra desquiciada y segura de creerse la reina del lugar. Estudiante del salón 3-A, ella y su grupo de amigas son lo peor de la preparatoria. Ella estaba de pie frente a Charlotte intentando iniciar una "agradable" conversación con ella.
Charlotte quedó sorprendida por lo dicho de Alexandra.
—H-Hola. Ehm… ¿Famosa?
(Haz algo, Bradley, Alexandra está buscando problemas contra Charlotte)
Apreté mis puños, me dí cuenta que éramos el centro de la atención, todos nos miraban, miraban lo que hacía Alexandra junto a la "famosa" rubia.
—¿Acaso no lo sabes, amiga? ¡Eres el "Boom" este año! Todos hablan de ti y de lo "hermosa" que eres —ya entiendo, está celosa, Charlotte le está haciendo competencia en belleza, algo totalmente ridículo.
—¿Gracias?
Alexandra se sentó a su derecha, apreté con fuerza mis dientes reprimiendo mi aliento y mis palabras, tengo un mal presentimiento. Su salón entero tenía su propia mesa, todos se sentaban ahí, creyéndose lo mejor, pero son puros niños de mami y papi. Y todos nos veían, con burla, con cizaña.
—Me llamo Alexandra Del Salvador. Seamos amigas, Charlotte —la quiere reclutar a su club de perras postizas.
Si digo algo hará un drama, siempre lo hace, siempre va a decir lo que siempre me dice cuando me le enfrento a ella y a su maldita clase.
Alexandra ofreció un apretón de manos y Charlotte, sonriente, inocente y sin saber nada acerca de este lugar y cómo funciona, especialmente sin saber quién mierdas es Alexandra, estrechó su mano, haciéndose amiga del Diablo versión mujer. Se levantó y le dio una sonrisa "amigable" a la rubia, pero era una sonrisa hipócrita.
—Nos vemos luego, Charl —me miró, su actitud simpática cambió completamente a una actitud rencorosa y neutral —. Hola, Jones —se dio vuelta y volvió con su grupo.
(Puta madre. Ya entiendo por lo que pasó Scott. La preparatoria es lo peor)
En la maldita hora de receso ¡Alexandra se llevó a Charlotte con ella, lejos de mí! No podía creerlo, Charlotte cayó en los encantos de esa desquiciada, no tuve tiempo para contarle las cosas y todo lo que sucedía aquí porque pensé que ya no pasaría nada.
No puedo hacer mucho.
Me sentí pesado, en esa hora de receso busqué rápidamente a la doctora Rosales, por suerte ella estaba sola en su consultorio.
—¡Alexandra se llevó a Charlotte! —le informé exaltado y preocupado cuando abrí bruscamente la puerta para entrar.
Ella iba a saludarme pero al decirle quedó atónita.
—Bradley, ¿por qué dejaste que ella se fuera? ¿Por qué la dejaste ir con ella?
—¡N-No lo sé! Yo… tuve nervios y no me sentí capaz de hacer algo.
—Okey, okey… —ella me extendió una silla rodante cerca y me la señaló —Ven, siéntate y cálmate. ¿Ahora qué le hiciste a Alexandra?
—Nada.
Charlotte no había hecho amigos, y justamente la peor chica de aquí la reclutó, así es como debo decir. Ella se ha metido contra los indefensos e incluso conmigo, pero siempre que intentaba enfrentarla y defender a los indefensos me restregaba en la cara todos mis rumores y cuando lesioné a aquel estudiante en mi primer año.
—Debiste hacerle algo. Esa chica es muy rencorosa —no solo eso, también llegó a meterse con Rosales, y ella es quien propagó e inventó todos los rumores de ella, Fernanda lo sabe, pero no dice nada y simplemente la ignora, ¿cuál es la razón por la que Alexandra hizo eso? La doctora la humilló verbalmente frente a muchos y le dejó claro que sus problemas no eran su lío. Nadie lo hace, nadie le gana, y si lo logras, tendrás que ir contra el resto de su clase.
—Ya no me meto con ella, por primera vez existe alguien que sabe jugar sus cartas y me jode —le dije desesperado.
—Tienes que apartar a la chica de ella y decirle todo.
No puedo hacerlo como si nada, no me siento capaz de ir y alejarla, ella se veía segura y con la oportunidad de socializar, pero la van a engatusar para solamente usarla y volverla una de esas perras que se creen lo mejor de aquí.
—¿Qué debo hacer? —mostré miedo, por primera vez mostré miedo y preocupación por alguien, ella lo notó y intentó aconsejarme para hacer lo mejor, ninguna chica nueva sabe en lo que se mete estando cerca de Alexandra y su grupo y salón, incluso la pueden humillar, todo porque ella le hace competencia o por capricho, de seguro ya nadie la aclama y le hace caso como quiere. Eso hace con quienes amenazan su puesto: los humilla.
—Busca a John, el representante principal del consejo estudiantil de aquí, habla con él.
(No, con él no, es un jugador de baloncesto y con ellos no trato, menos siendo de 3-A)
—Sé lo que piensas, pero él puede ayudarte si no te sientes capaz de apartar por ti mismo a Charlotte de alguien como Alexandra. Él se moverá. Búscalo cuando acabe el día de clases, pero intenta explicarle y advertirle a Charlotte de lo que puede hacerle esa chica. No te metas en problemas por ella, por favor.
—Lo intentaré.
(Es Charlotte, no quiero que le hagan nada)
***
John Roberts, el mejor estudiante del salón 3-A y quizás el primero de la lista de los más inteligentes y con buen promedio en la preparatoria. Es el líder del consejo estudiantil, todos dicen que es un pan de Dios, cosa que es casi realidad por su actitud humilde, responsable y cuidadosa, él siempre cubre los problemas en los que se meten sus compañeros de salón y hace lo mejor que puede para que todo esté en orden. Es mitad inglés, tiene dinero que parece fachada y una buena reputación, incluso ayuda a los de 3-B, porque ese salón es el desastre. ¿Y qué creen? Es el capitán actual del equipo de baloncesto.
Lo resumiré así:
3-A: Niños y adolescentes ricos con poder y posibilidades de comprar lo que sea, egoístas y engreídos sobre todo, "buena reputación y comportamiento" y orden, solo por John.
3-B: El infierno, todos son bravucones, bromistas, jodedores con mala reputación, es el salón que se porta mal pero tienen sus límites y por ahora no han hecho nada.
Y 3-C, mi salón: Yo los llamo "Los Olvidados", nadie nos presta atención en lo que se llama "fama de la preparatoria" y tampoco hacemos nada malo, Charlotte Bascilini fue la llegada de una de 3-A a un salón donde todos parecemos ovejas negras.
Si tuviéramos una lista de los más populares en muchos sentidos de aquí, yo estaría de quinto por mi mala fama y hechos, además de mis calificaciones, John de segundo y Alexandra de primera por todo lo mencionado anteriormente, es la perra mayor del lugar que se oculta con sus falsos estereotipos.
Cuando ya todo acabó no me preocupé por ir a buscar a Charlotte, estoy segura de que ella, aunque no la haya acompañado o ella haya venido a mí esta vez, está esperando a su padre afuera.
Busqué a John por los pasillos, él es uno de los que se van de último. Lo encontré, estaba en el patio con algunas chicas de su salón, miembros del consejo, no eran parte del escuadrón de Alexandra, ella como líder sería el mismo diablo y se creería más superior que el director Pérez.
Iba a un ritmo apresurado y desesperado, como si estuviera a punto de golpear a alguien. Las chicas estaban sentadas en un banco, eran tres, él estaba de pie, y me captó en su visión, y al instante sonrió para saludarme.
—¡Bradley! ¡Hola! Perdón por no haberte saludado antes. ¿Cómo has estado? —intentó dialogar conmigo amigablemente, pero él sabe que nadie habla conmigo así porque así, pero él igual lo intenta, y por lo menos sé que no lo hace para lucir bien frente a las chicas. Él es así. Le tengo un poco de envidia.
Me puse a su frente, todas las chicas enseguida callaron, creyeron que le iba a hacer algo a su galán del salón.
Su cabello es un poco rulado, peinado a su derecha, un poco rojizo, una barbilla perfecta y una sonrisa de labios cerrados que mataba a cualquier chica, se delataban sus hoyuelos en sus mejillas y sus ojos son color café de tez blanca y musculatura de atleta. Él podría ser actor, no tengo mucha información de él, hasta llegué a pensar que era novio de Alexandra, pero no.
No era bueno tomando iniciativas, pero esto era necesario. Hice muchas muecas y rodeos conmigo mismo antes de soltar unas palabras, él era un jugador de Morales y por lo tanto le tenía un tanto enojo.
—¿Podemos hablar un momento, a solas? —eso lo tomó por sorpresa, su expresión cambió.
—S-Sí, claro.
Él se despidió por un momento de las chicas, yo lo guié hasta los vestuarios del gimnasio, sí, a ese lugar, suena raro pero quería privacidad.
—¿En qué puedo ayudarte? ¿Te metiste en un problema y necesitas de mis influencias? —él no presumía su puesto, más bien lo utilizaba como un superpoder para ayudar acompañado del refrán del tío Ben de Spider-Man.
("Un gran poder conlleva una gran responsabilidad")
—Sabes que yo mismo arreglo mis problemas cuando me meto en uno.
Él rió, sorprendido y indignado a la vez.
—Auch, amigo.
Dí varias vueltas en línea recta, esto era serio.
—Solo te diré un nombre: Alexandra —dije. Él gimió nada impresionado y se sentó en la banca larga a nuestro lado, sosteniendo su cabeza, sabe que esa chica es puro problema y le causa problemas a él.
—¿Ahora qué hizo o qué te hizo?
—¿Conoces a Charlotte Bascilini?
—¿La chica nueva de tu salón? Em… Sí, la vi temprano con… Oh, no.
(Exacto)
—Escucha, yo nunca he requerido de ti y tampoco te he pedido algo, pero necesito que esta vez controles a Alexandra, tú eres como el vocero o el presidente de tu clase. Tienes que detenerla.
—Ya no puedo hacerlo, Brad, ya no me escucha, ella cree que está tan crecida que ya ni siquiera le importan las advertencias de los profesores o incluso las mías. Está imparable —se veía estresado al hablar de este tema. Todos hemos sufrido con esa chica.
—Debes hacerlo, la tomó a ella y estoy seguro de que el final no será nada bueno; por lo que asumo, Charlotte amenaza su puesto de diva y sé que le hará algo malo a su imagen.
Él se levantó, poco sorprendido.
—¿Por qué te preocupa esa chica? ¿Es tu novia o algo?
—Ya estoy cansado de que Alexandra siga humillando gente y que ya nadie haga nada, Charlotte es... mi amiga… —incluso el director la ha citado, ella le ofreció dinero y él se negó, sus padres lo amenazaron con una demanda según por "citarla intencionalmente", y la verdad era que lo iban a demandar por no aceptar el dinero para cubrir los problemas de Alexandra. Algo realmente ridículo y sin sentido —. Hemos estado tres años viéndola y siendo testigo de lo que ha hecho, incluso yo ya no me siento capaz de decirle algo. ¡Tres años! Dime, ¿no estás cansado?
—Créeme, lo estoy. Pero no puedo hacer nada, incluso mis muchachos la tratan como una reina...
Golpeé con fuerza un casillero ajeno de ahí con mi puño derecho, estaba enojado.
—¡Maldita sea! —seguí golpeando el casillero, él no me detuvo.
—¡Oye, John, le preguntamos a las chicas dónde estabas y dijeron que estabas a…! —tres chicos de su salón entraron y encontraron a un John de pie y a mí desquitándome con un casillero. Los reconocí, también son del equipo de baloncesto, y sus miradas se pusieron tensas al verme —¿Qué haces aquí, Jones? ¿Estás buscando problemas? —se acercaron amenazantes.
—¡Sí! ¿Ustedes los quieren? —dejé el casillero y me acerqué, John se puso en el medio para que no hiciéramos nada.
—Basta. Váyanse de aquí, iré en unos momentos —echó a sus amigos y ellos, desconfiados, se fueron al instante sin antes dejarme sus miradas molestas.
—Diles que ni siquiera intenten venir en grupo a golpearme. Ellos saben quién fue Scott Dawns y él los puede dejar a todos en un hospital —el nombre de Scott quedó marcado aquí, él es mi llamada y mi defensa en momentos tensos. Los conozco, sé que lo harán.
John me dio una última mirada y habló.
—No puedo ayudarte, pero tú puedes alejar a Bascilini de Alexandra, hay tiempo, puedes contarle todo, se nota que no sabe nada, o incluso ella podría ver lo que Alexandra intenta hacer con sus propios ojos. Buena suerte —me dio una sonrisa forzada y luego se fue. Yo me senté y recapacité un poco de lo que iba a hacer mañana con Charlotte, ella ya debió irse, debo alejarla de todo mal. Ella es… Charlotte.
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Je, je, je. Un poco de drama temprana no está nada mal. Desquiten su odio contra Alexandra en los comentarios y no olviden votar.
¿Y el Jonh? A ver...