Una orden || Larry

By ohhmycnco

154K 14.5K 6.3K

Louis es un hombre que ha vivido en la calle desde los 13 años. Harry tiene todo el dinero que alguien podrí... More

Introducción
CAP. 1.
CAP. 2.
CAP. 3.
CAP. 4.
CAP. 5.
CAP. 6.
CAP. 7.
CAP. 8.
CAP. 9.
CAP. 10.
CAP. 12.
CAP. 13.
CAP. 14.
CAP. 15.
CAP. 16.
CAP. 17.
CAP. 18.
CAP. 19.
CAP. 20.
CAP. 21.
CAP. 22.
CAP. 23.
CAP. 24
CAP. 25.
CAP. 26
CAP. 27.
CAP. 28.
CAP. 29
CAP. 30.
CAP. 31.
CAP. 32.
CAP. 33.
CAP. 34.
EPÍLOGO

CAP. 11.

4.4K 416 73
By ohhmycnco

Quedaba solamente una semana para la fiesta que se iba a realizar en casa de los Styles. 

El cumpleaños de Anne se acercaba con millones de preparativos y empleados nuevos solamente para esa noche. Estaban invitados gente de todo el continente, empresarios o simplemente amigos íntimos que tendrían tanto dinero en las cuentas bancarias como para pagar la mansión entera y no enterarse de las pérdidas. 

Era una locura. Todos estaban locos ahí. Había demasiado trabajo por hacer, demasiadas cosas que organizar sin la presencia de la máxima anfitriona, que no dudaba en despertarse tarde y tardar más de una hora en desayunar, prohibiendo que todo el mundo pensara en molestar. Todo ese trabajo y estrés caía en Harry. Un Harry que contaba las horas para que todo eso pasara rápido y nadie pudiera molestarlo un poco más.

Aunque con Harry era diferente. Él era diferente. Tenía el don de la ignorancia. Le daba absolutamente igual como estuviera la casa, a él no se le ocurrió otra cosa que salir de compras conmigo. 

-Necesitaba relajarme. 

-No puedes dejar tus responsabilidades y decidir ir de compras sin más, tu madre te matará- Dije agarrando una chaqueta y mirándola con fijación, extendiéndosela después a él para seguir caminando entre estantes. 

-Si realmente quiere que la fiesta sea un éxito tendrá que poner de su parte. Ya verás que cuando le digan que no estoy se despertará antes. 

-Es la cumpleañera, puede hacer lo que quiera. 

-No puede hacer lo que quiera con tantas… Esa chaqueta es horrible ni se te ocurra- Dijo mientras yo la dejaba de nuevo soltando una pequeña carcajada- Con tantas responsabilidades. 

-Es la que paga Harry, puede hacer lo que quiera. 

Él se quedó callado mientras yo agarraba otra chaqueta y se la enseñaba hasta que me dió su aprobación, sujetándola como con las demás. 

-Ya llevas suficientes- Dije dándole un rápido repaso a la tienda, comprobando que habíamos pasado por todo ya. 

-Vale acompáñame. 

Me giré a seguirlo viendo como su brazo no se veía debido a la cantidad de ropa que llevaba ahí. 

Me había dicho que quería mi opinión en todo eso, quería que yo eligiera la chaqueta. Era extraño ya que él ya tenía su ropa para la fiesta pero decidí hacerle caso sin rechistar. 

Él comenzó a hablar con una mujer, al parecer trabajaba en esa tienda y conocía a Harry de otras veces que había comprado ahí. Nos pasó a una especie de probador más ancho, con muchos espejos y a toques oscuros incluido el suelo. 

Había una puerta que indicaba el almacén y justo en el centro de la sala, había una pequeña plataforma redonda donde te podías subir para verte mejor. 

Harry dejó las cosas en perchas y le agradeció a la chica, que no dudó en dejarnos solos y en insistir en que le llamáramos si teníamos alguna duda o necesitábamos algo. 

Me senté en una silla pequeña y algo incómoda, la luz tenue cayendo sobre nosotros y mi imagen de lleno en la mayoría de cristales. 

Harry suspiró profundo acercándose a mí con algo de nerviosismo, pensando mentalmente sus palabras antes de soltarlas por su boca. 

-Louis- Dijo al fin levantando la mirada hacia mí con una sonrisa que me sorprendió- Las chaquetas son para tí. 

Chasquee la lengua bajando la cabeza, acariciando mis sienes y volviendo a subirla después. 

-Deja de hacer el tonto y pruébate las chaquetas ya. 

-Que son tuyas. Te las pruebas tú, para la fiesta. ¿Lo entiendes? 

Me quedé mirándolo sin saber qué responder, viendo como soltaba una pequeña carcajada nerviosa y se sentaba en la silla a mi lado, mirando al frente. 

-Si te decía que eran para tí no habrías elegido ninguna. 

-Harry- Dije con dificultad poniéndome en una postura donde lo podía mirar mejor- No puedo pagar estas chaquetas. Y tú tampoco. 

-Yo sí puedo. 

-No, no puedes, no te voy a dejar. Agradezco el gesto pero, además de que no me han invitado a la fiesta, si aparezco con la camisa azul tu madre me cortará el cuello. 

-Pues por eso estamos aquí, para comprar una chaqueta y un pantalón bonito. Y a la fiesta te invito yo, pensaba que era obvio. 

Me quedé callado mirándolo, viendo realmente como creía que tenía razón, defendiendo su palabra a toda costa y sabiendo, perfectamente, que no se iba a rendir ante nada de lo que yo pudiera decirle. 

Hubo un silencio de unos segundos en los que nuestros ojos se juntaron, sin necesitar nada más por parte del otro para saber lo que estábamos pensando. Suspiré profundo bajando la mirada, sentándome bien con la vista puesta en el frente y mis brazos cruzados en el pecho. 

-Te devolveré el dinero. 

-Louis… 

-Te devolveré el dinero o no me probaré las malditas chaquetas. 

Él suspiró tirando la cabeza hacia atrás, su pequeño moño tocando el respaldo de la silla hasta que volvió a mirarme. 

-Vale- Dijo con pesadez levantándose cuando yo lo hice. 

-Dime lo que tengo que hacer- Dije mirándolo viendo como sonreía por mi incultura. 

-Quítate la chaqueta y la camiseta y ponte esta blanca.

Me extendió una camisa que venía con una de las chaquetas y yo lo agarré mirándola de arriba a abajo, desviado la mirada hacia él, que estaba demasiado concentrado separando la chaqueta de la percha. 

Hasta donde llegaba mi conocimiento, ahí solamente te probabas las chaquetas y si te gustaba, te traían un pantalón a juego o lo que pidieras, aunque ni de broma me probaría eso ahí y, mucho menos, con la mirada fija de Harry. 

-Yo no tengo una camisa blanca. 

-Yo te dejo una. O la compramos ahora, lo que quieras. 

-Pero… Vale, olvídalo. 

Él levantó la mirada a mí rápidamente con una sonrisa algo pícara, bajandola mientras abría la primera chaqueta. 

Me quité mi camiseta poniéndome la camisa encima, viendo como él se quedaba mirando mis brazos fijamente. 

-¿Cuándo pensabas contarme que tienes tatuajes? 

Miré mis brazos mientras bajaba la camisa del todo, abrochando con velocidad los botones. 

-Tú tampoco me lo contaste, me tuve que enterar por mi propia cuenta. 

-No me lo preguntaste nunca. 

-Tú tampoco- Dije encogiendo los hombros y dibujando una sonrisa infantil en mi cara. 

Harry suspiró mirando a la entrada, desviando después la vista hasta mí de nuevo. 

-No te pego un puñetazo aquí mismo porque he oído ruido de gente pero sino… 

Solté una carcajada y me puse la chaqueta, al igual que las más de diez que me obligó a probarme después, algunas con alguna talla menos, otras de otro color y otras literalmente siendo descartadas cuando las tenía en mis manos.

Se quedó callado cuando me probé la número doce, cansado y con dolor en los brazos de tanto probarme cosas. Él asintió lentamente y me hizo un gesto de que girara sobre la pequeña plataforma, haciéndole caso mientras lo veía por los espejos.

-Esa. 

Solté una pequeña carcajada girando los ojos, viendo como él se acercaba mientras yo me giraba para tenerlo enfrente. 

Harry era un poco más alto que yo pero ahí subido, le superaba de lleno y no dudé en demostrarlo con un gesto leve, haciéndolo reír pero concentrado en la chaqueta. 

La colocó bien, obligándome a ponerme recto por no sé qué vez en el día, separándose para mirarla de lejos después. 

-Esa Louis. Decidido. Contrasta con tus…- Se quedó callado mirándome con una sonrisa, burlándose de mi comentario aquella vez en el restaurante- Oh sí, con tus ojos. 

Hice el gesto de pegarle un puñetazo y él comenzó a reír mientras recogía las chaquetas que ya me había probado y las dejaba sobre una de las sillas. 

Me quité la que me llevaría y después desabroché la camisa blanca notando su mirada fija. 

-Dime qué significa alguno de tus tatuajes. 

Lo miré rápidamente mientras me quitaba la camisa de los brazos, mirándolos después. 

-Tengo tatuado una telaraña porque muchas veces me siento inútil, y las cosas inútiles tienen telarañas ya que nadie las usa. Esto es un bomba y una cerilla encendida, están separadas porque muchas veces tenemos que darnos cuenta de que queda mucho para explotar como para joderlo todo. Una cámara de fotos porque mi madre me hacía muchas cuando era pequeño. Un globo terráqueo porque me gustaría viajar por todo el mundo sin cansarme. 

-¿Y ese?- Preguntó señalando uno de ellos. 

-Es una taza de café, cuando me juntaba con mi padre para ver partidos de fútbol él siempre pedía eso en los bares, café tocado de whisky. 

Harry sonrió un poco y yo encogí mis hombros poniéndome mi camiseta señalándolo después.

-Te toca. 

-¿El qué? 

-Te toca contarme alguno de tus tatuajes. 

-Ya te conté las golondrinas. 

-¡Va Harry! 

Él bufó con una sonrisa leve en sus labios, quitando su chaqueta y abriendo el botón que se ceñía a su muñeca para levantarse la manga con facilidad. 

Miré sus brazos, llenos de tatuajes que jamás había podido ver de tan cerca y que ahora estaban ahí, delante mía esperando a ser desvelados como el final de un libro. 

-Tienes tatuada una sirena desnuda- Dije fijándome especialmente en ese. 

-Sí- Dijo entre risas mirando el tatuaje también- Creo que tenemos que acabar con los estereotipos y tabúes en el cuerpo humano, sobretodo en el de la mujer. 

-¿Y este?- Pregunté haciendo que él girara un poco su brazo. 

-Son dos manos unidas, como haciendo las paces o acordando algo. No creo que haya mucho que explicar. 

Levanté la mirada a él viendo como sonreía mostrando sus hoyuelos, sin mirarme ni un poco. 

-¿Y el libro este? 

Harry se quedó callado suspirando, bajando la manga de su camisa y mirándome ahora mientras agarraba su chaqueta. 

-Ese te lo explicaré otro día. 

Levanté las cejas indignado, sabiendo que él ahora no me observaba y solo estaba concentrado en salir de ahí para pagar. 

Pedimos la parte de abajo del traje y cuando la tuvimos, Harry se encaminó a pagar gastando lo que para mí era algo impensable en un trozo de tela con diseños. 

Salimos de esa tienda y él suspiró tapándose más con su chaqueta cuando el frío nos atacó sin piedad y sin previo aviso. 

-¿Quieres ir a comer? 

Desvié la mirada hacia él viendo cómo miraba a su alrededor buscando algo que no pude saber. 

-Lo que quieras… 

-Eso es un sí, vamos. 

-Pero al de la otra vez no, no entendía nada de lo que estaba pasando. 

Él soltó una carcajada y comenzó a caminar por las ajetreadas calles pijas, con gente repleta de bolsas con trajes o regalos costosos. 

Si hace años me hubieran dicho que ahora tenía un traje de un lugar como ese, hubiera llamado loco a cualquiera. Mi vida estaba en malas condiciones económicas desde que tenía 15 años, nadie que me conociera desde entonces se lo creería tampoco ni aunque me vieran con el traje puesto. 

Seguí a Harry apretando la bolsa bajo mis manos, con miedo a que alguien pudiera hacerle algo a lo que había en el interior o mucho peor, me lo pudieran robar y todo el dinero se fuera a la basura por mi estupidez. 

Giré mi cabeza como si algo me llamara a hacerlo, como una cuerda tirando de mí hacia lo desconocido pero con una luz que alumbraba todo. 

La imagen de Zayn, con la mochila negra cargada al hombro y su vista rondando a su alrededor fue suficiente para saber que estaba huyendo de la policía. 

-Harry para- Dije sin mirarlo y sin saber realmente si me había prestado atención. 

Mis pies fueron solos entre la gente, la vista de Zayn fija con la mía ahora y esa necesidad de ayuda que ya conocía en él. 

Me quité la chaqueta viendo como él hacía lo mismo aún en la distancia, nuestros pantalones de un color similar, suficiente para llevar eso a cabo. Justo cuando estaba delante me extendió su chaqueta sin decir nada más, agarrando la bolsa que yo llevaba en mis manos y la chaqueta en la otra. 

-¿Así trabajas tú? ¿De compras? 

-Te he dicho que no salgas hoy- Dije pasando absolutamente de su comentario. 

-Tenía hambre.

-Te he dejado galletas en un estante. 

-No me apetecen galletas y justo habían cambiado de dependiente en el supermercado de la esquina. 

La mirada de Zayn fue a alguien detrás mía y yo me giré a ver a Harry, que nos observaba confundido pero con una sonrisa amigable en la cara. 

Abroche la chaqueta de Zayn y me puse la capucha viendo cómo los policías ya estaban justo en la otra calle. 

-Harry- Dije desviando la mirada hacia él- Dime el restaurante y acudo yo. 

-¿Qué vas a hacer? 

Zayn me miró rápidamente y yo respiré hondo viendo como los agentes ya veían la capucha negra a lo lejos. 

-Harry dime el nombre. 

-Louis no lo sé, estaba improvisando. 

-Louis- Dijo Zayn viendo cómo los policías comenzaron a correr hacia mí. 

Mi vista se juntó con la de Harry que pareció entender todo en un milisegundo, la información cayendo sobre él como un balde de agua helada. 

-Quédate con él y no te muevas, estoy en menos de 10 minutos. Y tú- Dije mirando a Zayn fijamente- No te muevas de su lado. 

Cargué la mochila negra en mi espalda y comencé a caminar entre la gente colocando la capucha mejor sobre mi cabeza. 

Continue Reading

You'll Also Like

312K 15.6K 18
Kaniro Ashitomi, 19 años. ¿Fue causa del destino o simplemente tuvo mala suerte? Tomó una horrible decisión al entrar en el lugar que causaría su pe...
36.7K 2.8K 26
la historia de una chica solitaria que no tenia ni la menor idea de cuanto cambiaría al entrar a la universidad
6.5K 536 15
《yo te elegiría a ti, en cien vidas. En cien mundos, en cualquier Versión de la realidad, te encontraría y te volvería elegir》 Esas son las palabras...
191K 29.9K 19
Park Jimin, un padre soltero. Por culpa de una estafa termina viviendo con un completo extraño. Min Yoongi, un hombre solitario que guarda un triste...