Teacher Alpha

Od DulcePanquesito

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El principal sueño de Louis era poder terminar su carrera de derecho, siendo un omega, la mayoría de las pers... Více

Aviso
Guía Omegaverse
Prólogo
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Especial.
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22. Primera parte.
22. Segunda Parte.
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Od DulcePanquesito

Capítulo dedicado a: 

AStyles_30 / loudinosaurix / lrking / andrea2015styles / caroo_clifford98 / ShelleyBouMeddows / softlou27 / conix58 / Princess_Fiorella / PrincessYue18 / NeilGiveMeBall / MilagroEstrada / spookypancha / Lizy_T / torresdehoran / Brenda_LS_ / -OhYeahBaby / TheRose94 / Jennifeerxx / WendyStylinson_ / TheyCallUsLxrry / cecy2010 / MonStylinson / Crazyshawnie YamilyVictoriaGomez / Rikitaki / BabyHoneyLS / Nialllapapa / DenisseRZ / lizLarry1D / NavLH19 / helianthus28 / GenesiisYazmiin / hesofthing / itzel_stylinson28 / Ash-BadGirl-1D / Brunskixux / JenniferG28 / sooftlouie / user85492601 / saralovesmikeyway / w-womanlikeme / always_in_my_heartLS / TheLoveIsFearless / littleloufthazz / mime_PaYne / Pequitas_Moradas121 / peachouis / AlwaysInMyLarry_ / loustiny / xwhatafeelingx / Nilghec / MADE_IN_THE_-AM / una-simple-lectora / Taniasamanthavelez / Giannina1974 / nikolarrie / --daddyfuckme-- / MYA2708 / LebiramCastillo75 / -PandicornioCrazy23- / ot5cc1 / martinonix18 / xLouehAnHarrehx / LabarrigAdeLiam / NudesVibs__ / Jannesis2000 / corderitocoqueto7u7 / Astrid_CarolinaR / MaryShit 

Si me llega el mismo numero de dedicaciones en este capitulo voy a tener que dividirlas en dos capítulos porque ya son un chingo jaajajaja. Anyway, gracias a todxs mis preciosxs lectores por continuar aquí y apoyarme, son los mejores, los amo. 

...

Giró la página del libro, fijando sus ojos en la primer línea de letras al reverso de está y continuó la lectura, entretenido y consiguiendo al fin un poco de tiempo para él.

Dany fue todo lo contrario al día anterior. Comenzó a llorar cerca de las seis de la mañana, exigiendo a su madre y notando que llevaba cerca de dos días sin verla, lo que causo mucha tristeza en el cachorrito, por ende su llanto impaciente por verla lo más pronto posible.

Harry tuvo que levantarse de la cama y buscar la manera de tranquilizarlo.

Cosa que logró después de una hora, intentando con cualquier cosa que se le ocurriera. Juguetes, comida, canciones, actividades didácticas. Estas últimas fueron las que más fácil surtían efecto en el pequeño, siendo más específicos el cachorrito tenía como actividad favorita colorear, le funcionó como cinco veces.

Era más el tiempo que Harry invertía en distraer al bebé del recuerdo de su madre que lo que tardaba en recordarla y llorar más por qué no estaba con él.

Entre sus deberes del trabajo, los llantos prolongados, cambios de pañal, aseó por los accidentes o desastres que ocasionaba Dany; fuese la leche regada en el piso o la alfombra sucia con talco, término agotado y en el suelo, literalmente.

Pudo evitar que llorará por décima vez en el día tomando los plumones de su escritorio y colocándolos frente a su rostro. Los colores hicieron un buen trabajo llamando su atención y su función fue suficiente para que el cachorrito se sentará en el suelo, sobre la alfombra al centro de los sillones que estilizaba el diseño nórdico que sus padres adoptaron después de mudarse.

El profesor le acercó el libro de colorear y se dejó caer también al suelo junto al bebé, recargándose en el sofá y relajando por primera vez en el día su cuerpo y juro alabaría de rodillas a Louis después de eso.

El omega siempre se veía con energía, brillante y sonriente. Más impresionante que su aspecto fresco era que nunca lo escucho quejarse por hacer tantas cosas al mismo tiempo.

No sabía cómo Louis podía hacer todo eso, todos los días de su vida, seguir sonriendo tanto y lucir impecable.

Después de introducir a Dany al mundo de los colores y hacerle saber el nombre de cada uno solo tomo el libro que Tyreese dejo en la mesita ratona y comenzó a leerlo.

Tomándose por fin un tiempo para él en lo que Dany descifraba que colores utilizaría en su siguiente obra maestra.

Al pasar los minutos Harry se hundía más en la trama de la historia y el menor seriamente decidió que pintar el papel ya no era interesante y al mirar a su derecha y observar los pies descubiertos del profesor no dudo en comenzar a pintar sus dedos, cuando Harry no le reprendió por ello como solía hacer su madre continuó con su creatividad hasta llegar a su empeine y seguir por su espinilla gracias a que el alfa no tuvo tiempo en el día para cambiar sus shorts.

En pocos minutos la pierna del profesor era una exposición de arte de un cachorro de once meses quien se miraba muy orgulloso de su trabajo e ingenio.

Ma. —balbuceo el bebé por quinta vez.

—Mamá. —completó el alfa, tomando la esquina del papel y dando vuelta a la página.

Mammmmm... —intento repetir a la perfección.

—Falta la "a" al final. MamÁ. —enfatizo la letra. Dany gruñó frustrado, pasando la punta del plumón azul por la rodilla de Harry. El alfa por fin despegó la mirada del libro y alzó una ceja al mirar la colección de rayones en su piel.

Mammmm... Am. —repitió y Harry sonrió.

—Estuviste muy cerca. —le hizo saber y llevo su pulgar a su boca, pasando su lengua por la yema para finalmente llevarla a la mejilla del cachorrito y limpiar la tinta anaranjada de su mejilla.

Dany se apartó negándose a ser aseado.

—Ya podrás decirlo bien, cachorro. No te presiones. —Harry dejó el libro sobre la mesita ratona.

Mam-nam. —balbuceó agitando sus bracitos.

—En un día más podrás verlo, cachorro. Tranquilo. Ya te lo expliqué. ¿Recuerdas que lo hice? —Dany asintió cerrando su manita izquierda y tallando uno de sus ojitos, llevando la punta del plumón de regreso a la pierna de Harry.

Anne entró a la sala, la toalla de cocina absorbiendo el agua de sus manos y el delantal rosado cubría su ropa de las posibles manchas.

—La cena está listo, cariño. —anuncio la omega.

—Gracias. En un momento vamos.

¡Nan! —grito Dany emocionado.

—Hola cachorro. —saludó, alzando la mano y agitándola. Dany copio su acción con un movimiento completo de su brazo, aun no hallaba la manera de agitar solo su muñeca como todos. Pero colocaba toda su fuerza en ello, ocasionando un tambaleo en su cuerpo. Su equilibrio aún era débil, pero ya podía estar arrodillado en el suelo como en ese preciso momento.

Harry colocó su mano cerca en caso de que el bebé no pudiese mantenerse estable y alcanzara a tomarlo antes de que callera.

Aunque eso no sucedió, en cambió balbuceo agitado, señalando las piernas de Harry e invitando a Anne a qué observará el ingenio de colores contrastar en la piel blanca del alfa.

Anne tardo un rato en descifrar la petición del bebé, tan pronto como lo hizo avanzó para tener en su rango de visión eso que tanto emocionaba a Dany.

Sus cejas se alzaron y esbozo una sonrisa ladeada al mirar las piernas de su hijo.

Harry ladeó la cabeza sonriéndole de vuelta a su madre y agitó sus pies.

—¿Tu qué piensas? A mí criterio podría ser el próximo Da Vinci —comentó con completa seriedad.

Lejos de decirlo como una pequeña broma. No sabía explicar el sentimiento que le causaba observar a Dany hacer cualquier cosa.

Escucharlo hablar más claro, o ver cómo avanzaba cuando se trataba de diferenciar figuras y colocarse dentro de su cubo didáctico.

Era orgullo, sublime y puro. Ser parte del desarrollo del bebé era en una sola palabra; fantástico. Estar presente se volvía más importante para él a cada segundo, su deseo por escucharlo decir su primera palabra o mirarlo dar sus primeros pasos incrementaba siempre que el bebé le sonreía o dormía en sus brazos.

Tenía esa sensación de protección todo el tiempo impregnándose en su cuerpo.

El instinto natural que todo alfa portaba, pero era más agudo, más constante y cobraba más sentido al verlo dormir, al saber que estaba desprotegido, que Louis lo estaba.

El pensarlo solo causaba felicidad en su interior. Porque entonces aparecía su alfa, dispuesto, convencido de su capacidad y alto le gritaba que él podía hacerse cargo. Que lo haría y Harry concordaba completamente con esa idea.

Porque ese pequeño ser merecía mucho, Louis merecía mucho.

—Tiene potencial, por supuesto. —concordó la omega. —Aunque ese arte se guía más a Joan Miró. —Harry miró los rayones y la combinación de colores vivos y asintió en acuerdo con su progenitora.

—Estas en lo correcto. El próximo Joan Miró.

—¿El próximo? No subestimes al cachorro, puede llegar a ser mejor. Sus rayones tienen más sentido que tus líneas continuas a esa misma edad. Al menos el intenta darle forma. Que inteligente eres cachorro. —felicito Anne suavizando su tono de voz al dirigirse al bebito.

—¿Oíste cachorro? —Dany miro a Harry y su manita llegó a su boca, mordiendo sus deditos como siempre hacia cuando no entendía de que hablaban.

—Anne dice que eres un genio. —los ojitos verdes se clavaron en la mujer detrás del sofá.

¡Nan! —volvió a gritar y señalo la pierna de Harry, los balbuceos no tardaron en aparecer y sus deditos se arrastraban por las diferentes líneas trazadas.

Al parecer le explicaba que era cada uno de ellos, aunque no se entendía nada de lo que decía y la mujer solo fingía entenderlo.

Al igual que Harry, pero el sí intentaba adivinar de qué se trataba el trazo descuidado.

¡Dlup! —dijo, señalando un montón de rayones color amarillo. Harry esbozo una sonrisa amplia.

—¿Dibujaste a Duck? —Dany asintió muchas veces buscando el llaverito por todas partes.

—Tu inteligencia me está sorprendiendo mucho cachorro. —le hizo saber y rápido tomo la cintura del bebé y lo cargo hasta su regazo.

Dany apoyo sus piecitos en los muslos del alfa y este le sostuvo de la cintura para que no cayera.

—Eres muy, muy inteligente. —repitió orgulloso y lo acercó colmando su mejilla izquierda de besitos rápidos y ruidosos. Dany río alto cuando el bello fácil del hombre hizo cosquillas en su piel.

Harry termino con su sesión de besitos y Dany aprovecho para darle un besito rápido en la mejilla en agradecimiento por decir que era inteligente.

—Quien lo diría, Harry Styles como padre deja de ser aburrido y gruñón. —mencionó Tyreese al cruzar el umbral de arco en la sala. —Hola, Anne. —saludo plantando un beso rápido en la mejilla de la mujer.

—Llegas justo a tiempo para la cena. —dijo, doblando la toallita en sus manos. —Levanten su estudio de arte improvisando y vengan a comer. —pidió y seguido de eso camino de regreso a la cocina.

—Bueno cachorrito, oíste las órdenes de la dueña. Guardemos esto. —hablo Harry, dejando a Dany en el suelo e hincándose junto a él para levantar su desastre.

—Pensé que ya no estarías aquí cuando volviera del trabajo. —comentó el chico avanzando hasta el sofá para sentarse.

—Mamá me pidió que no lo hiciera. Ella en verdad no quiere que me vaya. Pero, es momento de volver a mi vida antes de todo esté desastre y no hay mejor manera de hacerlo que volviendo a casa. Así que accedí a quedarme al menos hasta que el fin de semana termine.

—Es una buena decisión. Comenzaba a preocuparme por ti y tu futuro. Y es entendible por supuesto ahora tienes un omega y un cachorro no puedes vivir en casa de tus padres. —Harry bufó un tanto divertido y ayudó a Dany a colocar cada plumón en el espació correspondiente de la cajita.

—Suena muy loco cuando lo dices así. —hablo Harry. En verdad era algo demasiado extraño el escucharlo de golpe y realista pero igualmente era agradable.

Su vida se aceleró. En un parpadeo simple se encontraba atado a un omega con mirada azul y profunda, sonrisa etérea, la valentía le acompañaba como armadura y el cachorrito era un complemento que estaba dispuesto a aceptar.

Muchos podrían pensar que era una idea arriesgada, el propio Harry estaba de acuerdo con ello. Su deber fue frenarlo desde el inicio.

No lo hizo, por simple necedad. O quizá porque existía algo en la forma en como Louis le miraba, en como cubría su sonrisa con su mano y sus ojos brillaban intensos y cegaban su razón.

Existía esa electricidad cuando la yema de sus dedos tomaba su cabello castaño.

Algo completamente fuera de su naturaleza. No era su alfa encontrando aquello casi imposible de encontrar para cualquier persona.

No era esa conexión destinada que tanto trabajo le estaba costando aceptar o el aroma natural que emanaba el omega y se aferraba a su cuerpo sin permiso.

Era Louis, era su esencia. Era el tono de su voz calmo, el matiz suave y agudo. Todas esas características y detalles que sin saber estaba memorizando a la perfección y que le gustaban, le gustaba Louis.

Incluso si no hubiesen tenido esa conexión instantánea, si su naturaleza no hubiese intervenido entre ambos Harry sabía que Louis era esa clase de omega por el que hubiese caído rendido en un chasquido.

Existía esa chispa en sus ojos que asemejaban el océano en un día soleado, cuando la intensidad de los rayos del sol penetraba el líquido cristalino y la refracción creaba una imagen inigualable. Su inteligencia le atraía aún más que cualquier aspecto físico y no podía hablar más de su independencia sin colocarlo en un pedestal y loar su trabajo.

Louis hubiese amarrado su corazón con o sin esa marca del destino uniéndolos, estaba seguro de eso.

—Es verdad. No pensé bien mis palabras. —dijo serio el moreno. —Pero lo tienes.

—No lo tengo. —respondió Harry, cerrando al fin la cajita y felicitando al cachorrito por ser muy obediente. Dany aplaudió con sus manitas felicitándose a el mismo.

—Louis es tuyo, Harry. Es tu destinado. —el alfa mayor frunció el ceño, tomo al cachorrito en sus brazos y se levantó del suelo.

—Louis no es mío aún, no puedo reclamarlo de esa manera sea cual sea nuestra condición. Estar destinado a una persona no te hace dueño de ella, no es un objeto, Ty. —el moreno se levantó del sofá.

—Son parte el uno del otro.

—Sera parte de mí solo si él quiere ser parte de mí.

—Ya lo es. —insistió. Harry gruñó inconforme y Dany llevo su mano hasta posarla en su mejilla y calmar su repentino mal humor.

—No, aún no. Haré las cosas bien. —su amigo alzó una ceja confundido. Harry trago saliva. —Lo cortejare, le haré saber que soy una buena elección. Quiero que sepa que valgo la pena, que me importa. No tomaré como excusa la índole de la pareja destinada para amarrarlo a mí.

—¿Cortejaras a un omega que ya tiene decidido que te quiere como su alfa?

—Eso es lo correcto. —sentenció. —Sera mi omega por naturaleza pero si quiero formalizarlo debo cortejarlo, es así como funciona. —Tyreese sonrió convencido.

—Eres un caballero. —le dijo, palmeando su hombro. —Un alfa honorable y justo, me enorgulleces. Cualquier omega que te escuchara decir eso caería rendido ante ti. —Dany miro a Tyreese con el ceño un poco fruncido.

Harry suspiro, abriéndose paso entre su amigo y el mueble de descanso avanzando hasta la cocina con Dany jaloneando el cuello de su camisa hacia abajo como solía hacer siempre con Louis cuando tenía hambre y Harry por tercera vez tuvo que explicarle que él no podía darle pecho como su madre.

Dany gruño tantito, juntando sus cejas, copiando el gesto que el alfa solía repetir durante todo el día.

Se sentó, acomodando al cachorro en sus piernas y cuando Anne coloco el plato de crema de zanahoria frente a él, lucho con el bebé y sus manitas curiosas e inquietas para impedir las sumergiera en la mezcla caliente.

Dany hizo un desastre, de nuevo, manchando sus mejillas con crema anaranjada y su ropa.

Harry le limpiaba las manos con la servilleta, Dany se volvía loco en sus piernas y su madre le recordaba que debía ir al trabajo al siguiente día. Tyreese hablo de un par de cosas de trabajo, su padre se sumó a mitad de la comida.

La expresión molesta en su rostro continuaba intacta y su indiferencia era alta. Guardó silencio toda la comida, porque seguía molesto, no solo con Harry si no con Anne. Pues después de salir de la habitación de Harry le grito todo lo que paso por su mente en ese momento y le obligo a no correr a su hijo de casa, y su padre podría ser un alfa muy demandante pero incluso el alfa más duro cedía siempre a las peticiones de su omega.

La incomodidad de la cena solo fue cortada por Tyreese quien no paraba de hablar de trabajo y Dany quien insistía en comer él solito aunque manchara todo a su alrededor.

Harry le cedió el poder de la independencia y no le costó limpiar la suciedad después de la cena.

Volvió a su habitación y lo primero que hizo fue desvestir al cachorro y llenar la tina con agua calientita para bañarlo y quitar los restos de gelatina de su cabello. Su ropa termino empapada, el piso resbaloso, pero Dany muy limpio.

Lo sentó en la cama, enrollado en la toallita con gorrito que Louis eligió cuando estaba embarazado. S e encapricho con ella porque era anaranjada y tenía orejitas de tigre. Lo cual era obvio pues el diseño era de Tiger el de la animación de Pooh. Otro gusto infantil del omega.

Harry busco la ropa dentro de la maleta y después de ello, le lleno de cremitas y aceititos. Dany le platicaba alguna historia interesante mientras Harry pasaba la camiseta de rayas azules y blancas por su cabecita.

Tomo entre sus manos las calcetas con orejitas de gato a la orilla de estas y sonrió.

—Tu madre tiene una adicción muy extraña a estás calcetas. —le dijo, tomando el piecito de Dany y colocándola. —Entiendo porque estas tan obsesionado con los animales ahora. Dany agito sus piecitos y Harry rio, colocando la segunda calceta.

Coloco todo en su lugar y se acostó a un lado del bebé, sobando su pecho en círculos hasta conseguir dormirlo. Lo miro por unos minutos, asegurándose de que no despertaría y se apresuró al cuarto de baño, tomando una ducha fugaz para descansar tranquilo, envió el último mensaje del día a Louis y se recostó a un lado del cachorro.

El bebé sintió su aroma y como ya había hecho en las noches anteriores se arrastró a su pecho y durmió sobre él. Para Harry el peso sobre el suyo era un medicamento por completo efectivo para sus pesadillas y el insomnio mismo, era eso o el terminar demasiado cansado después de cuidar a un cachorro de once meses.

—🐾🐾🐾—

Louis peinó su cabello, dejando el cesto sobre la cama y limpiando las gotitas de sudor que resbalaban a la orilla de su frente.

Su calor término un día antes de lo previsto, lo atribuía a qué por fin su cuerpo comenzaba a regularse. Al menos era lo que esperaba.

Luego de su último orgasmo y descubrir que su cuerpo se relajaba sin intención de colocarlo en estado de vuelta el dolor muscular se volvía más intenso y notorio.

El lubricante paro de fluir, al igual que el ardor y los calambres en el estómago y solo perduró su alta temperatura, robo su energía y lo dejó tirado en la cama sin una pizca de intención para levantarse.

Aprovecho la noche para restaurarse, no despertó en todas esas horas inconsciente del dolor y todo a su alrededor hasta que la música de su vecino hizo vibrar la ventana y le pego un susto de muerte que calmó cuando noto su malestar.

A pesar de su inconveniente para mantenerse en pie sin sufrir un falseo repentino en sus piernas se obligó a levantarse de la cama y aprovecho la mañana para asear todo en su pequeño pero acogedor apartamento. Quejarse no era una opción cuando ya había perdido tres días de su vida.

Lavo todas las sábanas y mantas sucias, al igual que la ropa.

Limpio el suelo de las envolturas de snacks y botellas de agua, levantó los platos sucios y quitó el polvo acumulado en los muebles.

Un aseo general y rápido antes de tomar su teléfono y enchufarlo a la corriente al descubrir que no tenía batería para ver sus mensajes.

Su pantalla estallo en notificaciones después de encender, la mayoría de Harry y sus padres, unas pocas de Ellis y escasas de cualquier otra persona poco relevante.

Contesto a su madre lo antes posible antes de que sufriera un infarto por la preocupación y enseguida paso a los de Harry.

La mayoría decían lo mismo, un breve mensaje anunciándole que su bebé se encontraba sano y a salvó como prometió, sin embargo algunos más se diferenciaba por tener una fotografía adjunta de Dany haciendo cualquier cosa.

Pero la de más fuerte impacto fue aquélla con la descripción "Será un gran artista cuando sea grande" y enseguida una foto en donde claramente se miraban las piernas estiradas de Harry en el suelo y Dany llenándole de rayones las espinillas.

Sin duda algo que le lleno el pecho de calor y le robó una sonrisa amplia que no se borró en todo su día hasta sentir sus mejillas acalambrarse.

La imagen nunca se borró de su cabeza tanto que le ayudo a olvidar el dolor en su cuerpo y termino la mayoría de sus deberes sin quejarse más.

Harry no paraba de demostrarle que era un alfa grandioso, era un experto en crear un revoltijo en su estómago para después hacerlo pensar en él siempre como algo más.

Tomo la primera manta del cesto y la doblo, colocándola en la cama y continuó con las siguientes hasta ver el reloj digital en la mesita de noche y notar que era un horario considerable para llamar al alfa.

Desbloqueo su teléfono, sentándose a la orilla de la cama y llamó.
Los dedos de su mano libre danzantes sobre la colcha suave y un mordisqueó constante en su labio inferior que solo mostraba su preocupación.

Cuatro pitidos fueron suficientes para que la voz que tanto anhelaba volver a escuchar se colara por la bocina. Profunda, rasposa y tan lenta que le adormecía el cuerpo. Era relajante y en cierta forma tan poderosa que todo su ser cedía a ella.

Louis. —le saludó el hombre que le tenían fantaseando desde hace tres días, tal vez más.

—Harry. —contestó muy bajito, pues la voz le coloco en un estado dócil y débil de nueva cuenta.

¿Está todo bien? —Louis se acomodó en la cama, recostándose sobre la pila de almohadas mullidas a su espalda.

—Bien, todo bien... Yo solo llamaba para avisar que mi celo termino. —fue directamente a su tema a tratar, mirando la mantita entre sus manos y sintiendo el calor subir por sus mejillas.

Se encogió en su lugar, tomando con su mano libre su pie izquierdo cubierto por los calentadores de colores brillantes, jugueteo con sus deditos bajo la tela como era siempre que hablaba por teléfono y escondió su rostro entre sus rodillas, como si Harry pudiese mirar su rostro avergonzado.

Pensar en su profesor mientras se auto complacía posiblemente era lo más sucio e indecente que haya hecho en su vida.

No dejaba de ser excitante y no pensaba que fuese incorrecto si fue algo que pensó irracionalmente, si era su omega quien exigía aquello y en eso él no tenía mucho criterio.

De cualquier manera, siendo por completo el chico moral y correcto que era no evitaba que se sintiera avergonzado, porque finalmente sus recuerdos continuaban ahí, situados y muy presentes. Recordaba todo, todo eso que imagino y aun estando en su estado racional seguía deseándolo.

Aún tenía en su mente la sensación del primer orgasmo, aún sentía calor en el cuello cuando imaginaba la mordida del hombre en su piel. Y oficialmente estaba perdiendo la razón si deseaba con esa intensidad la marca de un alfa al cuál conocía de tan poco tiempo.

Oh, de acuerdo. Llevare a Dany al salir del trabajo. En una hora. ¿Está bien? —Louis brinco en su lugar alarmado. Una hora era muy poco tiempo.

Mordió sus labios porque eso solo le ponía nervioso. No tenía idea de cómo miraría a Harry a la cara si sus fantasías continuaban vivas en su cabeza. Si su miembro continuaba palpitando al recordarlo.

Necesitaba más tiempo, cuatros horas como mínimo para pensar bien cómo reaccionar al verlo y lo hubiese pedido, con alguna excusa estúpida. Pero cuando su omega supo que al fin lo vería no pudo negarse, porque así como quería más tiempo no podía esperar más para verlo.

—E-Está muy bien, Harry, si muchas gracias.

De acuerdo, te veo en un rato. ¿Necesitas algo? —tragó saliva y bajo sus pies al suelo, sentándose de vuelta en la cama.

—Estoy bien, gracias.

Bien. Te dejo. —se despidió y colgó la llamada.

Louis dejó en celular sobre el colchón, levantándose apurado, corriendo al espejo de cuerpo completo que tenía en el baño.

Él seguía sucio, con el cabello despeinado, montones de sales en la piel por el sudor, ojeras y una camiseta de su banda favorita gastada y veinte veces más grande que él.

Su aspecto le causó pánico. Una pronta señal de inconformidad hacía su propio físico. Cómo hace años no sentía.

Harry estría pronto en casa y él no se veía bonito. Sus mejillas no tenían color, sus cejas estaban despeinadas y sus manos llenas de suciedad eran desagradables.

No quería que Harry lo viera así, quería verse bien y presentable. Atractivo y suave. No entendió del todo ese pensamiento, pero decidió no desafiar a su sentir, significaba algo, pero Louis no se tomó el tiempo para descubrir porque de pronto le importaba tanto verse bonito para Harry.

Dejó de lado el montón de telas que tenía que doblar sobre la cama y fue más importante para él llenar la tina con agua muy calientita y colocar una de sus bombas favoritas para baño, de esas que solo usaba ocasionalmente para momentos importantes, las que olían a rosas y dejaban su piel suavecita y coloreaba el agua de tonos rosas.

Tomó un baño largo, por así decirlo. Porque para él una ducha larga era sobrepasar los quince minutos.

Con Dany sus duchas siempre se convertían en diez minutos en los que muchas veces terminaba con un poco de espuma detrás de la oreja.

Esos veinticinco minutos fueron para él gloria. El aroma a rosas se impregnó en su piel y sus mejillas tomaron color con el vapor.

Se tomó diez minutos para arreglarse un poco, colocando aceites en su rostro y sus labios, cepillando su cabello y colocando crema en su cuerpo.

Sumo a su montaña de ropa por doblar unas cuantas prendas de más cuando los jeans no le convencían porque le hacían ver muy gordo por el aumento de peso que tenía en sus celos o cuando las camisetas eran igual de ajustadas y no le hacían sentirse cómodo o lindo.

Termino con un suéter muy holgado, blanco y tejido a mano. No colocó nada debajo de él y los jogging grises terminaron por complementar su vestuario porque recordó que tenía un desastre en la cocina y Harry malditamente no podía ver su cocina así de desordenada.

Se suponía que sería un atuendo provisional; tomo lo primero que miro en el clóset que era fácil de poner para cubrirse y volvería al terminar de organizar su espacio de cocina para buscar ropa más bonita y así recibir al alfa.

Harry no podía ver qué era un desastre, él tenía que saber que era ordenado y era un buen omega y sabía mantener su casa en orden.

Otro pensamiento sumado a las cosas que se juró nunca haría. A Louis no debería de importarle quedar bien con un alfa, no le importaba mirarse bien para uno. Era ridículo, no tenía por qué demostrar algo.

Pero ahí estaba, nervioso y acelerado mientras tallaba los cubiertos.

Pero el tiempo no estuvo a su favor y cuando menos lo espero los golpes en la puerta detuvieron su corazón.

Harry estaba ahí, al otro lado de la puerta. Posiblemente luciendo igual de apuesto que siempre y él solo llevaba un suéter enorme y pantalones flojos.

Maldijo mentalmente, soltando el tenedor en su mano y abriendo el grifo para enjuagar la espuma.

Seco sus manos sobre la tela de los pantalones, apresurado por abrir. Ampliando sus zancadas a cada paso que dio de la cocina a la sala.

Sus dedos se fruncieron alrededor de la perilla. El sonido del pestillo sonó más fuerte que las veces anteriores. Ese sonido que deseaba escuchar desde hace tres días. El maldito sonido de la libertad, que le indicaba que su celo había terminado.

Abrió la puerta más rápido de lo que solía hacer y con la misma velocidad con la que él hizo su movimiento las manos grandes le tomaron la cintura y los labios carnosos secuestraron los suyos.

Sus ojos se agradaron ante la sorpresa que causo el no esperar eso en lo absoluto. Todos sus sentidos se sobresaltaron pero lo acepto con demasiado gusto, cerrando sus ojos y llevando sus manos a las mejillas del alfa, alzándose un poco en sus puntas.

No pudo tomar el aire indicado para aguantar un beso tan largo como el que Harry planeo en su cabeza desde que subió al elevador.

Por eso su respiración golpeó la mejilla del alfa, pesada y de cierta forma asfixiante. Pero no fue un impedimento para parar y tomar la boca ajena con mayor apetito y voluntad.

Sería estúpido rechazar eso que llevaba deseando desde hace tres días y que se le concedió sin pedirlo y de forma inmediata.

Harry dio dos pasos al frente, obligando al omega a retroceder. Pudo escuchar la puerta cerrarse cuando Harry la pateo, sus ojos seguían cerrados y sus manos tomando el rostro del alfa.

Harry retomó su avance y Louis se dejó guiar, sonriendo entre el beso y extraviándose en un montón de sensaciones que le agradaban el alma.

Sus pantorrillas golpearon la orilla del sofá, fue suficiente para dejarse caer sobre el mismo, llevando consigo el cuerpo de Harry.

Subió sus pequeños pies al mueble, doblando las piernas y abriéndolas un poco para darle un espacio al alfa y que esté pudiese hincarse entre sus piernas temblorosas.

Louis le dio el permiso de recorrer su estómago y atrapó su cintura entre sus rodillas, manteniéndolo preso. El cálido tacto se grabó en su piel y suspiro, tomando todo lo que Harry le ofreciera, su lengua escurridiza acariciando su paladar, sus dientes presionando la carne de sus labios o su saliva manchando su lengua.

Sus manos se aventuraron hasta su cabeza y revolvieron el cabello achocolatado y ondulado de su acompañante.

Fue hasta que el pequeño Louis jadeo al no poder conseguir más aire. Semejante a cuando intento correr más de un kilómetro y no pudo sostener su respiración más de tres segundos.

Agitado, aceptando que llegó a su límite se apartó y Louis por fin abrió los ojos, notando el bonito color brillante que tanto había memorizado y que estuvo presente en la mayoría de sus fantasías.

Todo su rostro de pronto se encendió como la luz roja en los semáforos cuando recordó todos los posibles escenarios que idealizo en su celo junto al hombre arriba de su cuerpo.

La vergüenza lo baño con agua caliente y Harry lo noto, cuando el menor carraspeo un poco y desvíos sus bellos zafiros a otra zona en la habitación.

֫—H-Harry, no... No esperaba... No esperaba este saludo. —resolvió su discurso enmarañado.

—Lo lamento no era mi atención entrar a tu hogar de esta forma. —Claro que lo era. Ese fue su maldito plan desde el inicio, fue una tortura no poder estar cerca de Louis por más de tres días y su primer impulso al pensar en él siempre era el mismo.

Besarlo se estaba convirtiendo de alguna manera en una adicción.

Sus labios delgaditos siempre sabían cómo tomar su boca, sabían exactamente como acariciar sus labios, tenían claro que movimiento realizar para llevarlo al borde de la locura y desear más, siempre deseaba más.

Tenían el toque perfecto entre lo rudo y lo suave, ese movimiento discreto que hacía con su lengua para acariciar su labio inferior antes de succionarlo con posesión, era ese toque dulce y salvaje lo que le hacía dudar entre frotarse lujurioso contra su cuerpo o simplemente abrazarlo con cariño.

Louis lo tenía al centro de una balanza, el peso de sus deseos se contrarrestaba con su delicadeza y conseguían mantener todo equilibrado.

—Es solo que te extrañe. —fue sincero por primera vez el alfa con su sentir. Su dedo índice recorriendo el centro de sus labios de arriba a abajo, bajando por su barbilla. Al llegar a la orilla su dedo se arrastró por el marco de su quijada, al lado derecho y bajo sutilmente por el costado de su cuello.

Sus ojos le recorrieron el rostro enteró hasta por fin situarse en los arañazos cerca de su clavícula.

Louis perdió el aliento y pronto su mente consiguió disiparse del saludo inesperado que Harry se encargó de obsequiar.

—Harry ¿dónde está mi hijo? —preguntó al fin. La culpa le hizo sentirse mala madre. Los fuegos artificiales en su estómago se extinguieron al caer una descarga de angustia sobre estos. —¿Le sucedió algo? —Harry alzó una ceja.

—¿Enserio crees que me atrevería a entrar a tu casa de esta forma si le hubiese pasado algo al cachorro? —Louis se hizo pequeñito en su lugar, evitando la mirada de Harry a toda costa.

—Dany está bien. Muy bien. —notificó, tranquilizando al pequeño chico.

—¿Con quién está? ¿Porque no está aquí? —insistió Louis preocupado. Harry sonrió y se acercó de nueva cuenta tomando los labios del omega en un beso largo.

Un beso que llenó de calma al omega.

—Te puedo asegurar que está en buenas manos. —avisó al separarse con un chasquido intencional. —Esta con mi madre. Al parecer se hicieron buenos amigos y no pude sacarlo de casa, Anne le enseñaba el abecedario con marionetas.

—¿Marionetas? —Louis miro otro punto en la habitación. De alguna manera saber que su bebé aprendió con otra omega golpeó su ego de madre.

—Un fastidio si me lo preguntas. —se burló un poco Harry al recordar el ritmo pegajoso de su canción y lo extremadamente aburrido que era. Pero a Dany pareció agradarle mucho.

—¿No quiso venir a verme? —pregunto un poco afligido. Harry sonrió enternecido. —No me ha visto en tres días debería extrañarme mucho y no viendo marionetas. —Louis frunció un poco el ceño, está vez ofendido.

—De hecho necesitábamos entretenerlo con cualquier cosa para evitar que pensara en ti. Por eso la canción de la letras. Funcionó de más. —Harry se apartó del cuerpo de Louis por fin. Tomando asiento a su costado.

El menor se acomodó en su lugar pensativo y procesando la información. Cosa que servía más con una buena evasión para no mirar al hombre.

—¿Qué te sucedió en el cuello? —fue curioso el alfa. Louis tembló y se sintió avergonzado de nuevo. Las mejillas rojas y sus ojos concentrándose en un punto exacto de la habitación.

—Oh. —contestó, guiando su mano hasta las líneas en la piel y cubriéndolas. —¿Quieres algo para tomar? —cortó el tema de golpe. Harry aspiró aire fijando su vista en el omega con intenciones de huir.

Se acomodó en el sofá, recargándose en el respaldo.

—Ven aquí. —mandó el hombre calmado, palmeando sus piernas. Louis se arrastró por el sofá, obediente, como le gustaba serlo, solo con Harry.

Ningún alfa había conseguido dominarlo de esa manera, pero cuando Harry se lo pedía difícilmente podía decir que no.

Subió a su regazo, sus ojos aun aferrados a no observar los ojos profundos y bonitos. Se sentó en sus piernas, cómodo y las palmas de sus manos se frotaron sobre sus muslos, limpiando el sudor que recolectaban dado que los nervios le atormentaban.

Harry acomodo sus manos a cada costado su cuerpo, sosteniendo sus caderas de manera firme, está vez sin dudar.

Acercó su rostro al omega agitado sobre su cuerpo y frotó la punta de su nariz en su cuello sensible, aceptando el aroma puro que Louis liberaba, su celo había terminado, sin embargo ese aroma picoso y atrayente se mantenía fiel en su fuente de aroma.

Intenso, llamándole, alborotando a su alfa.

Louis mordió su labio y con toda la intención se removió un poco sobre el cuerpo del alfa.

—¿Qué te sucedió? —preguntó otra vez, la respiración caliente y pesada contra su piel. Louis trago saliva en seco. Consiente de como su cuerpo, coqueto y atrevido respondía a las acciones del hombre.

—Yo... aún, aún pierdo un poco el control. No siempre puedo... no tengo control de mis acciones. Y me lastime un poco, al pensar... —Louis dejo de respirar en el momento en que la humedad de la lengua de Harry se arrastró por las heridas. Un jadeo ahogado se escapó de su boca al igual que su respiración pesada.

—¿Y eso es lo que te avergüenza? —Louis bajo la mirada y Harry se apartó de su cuello. —Está bien si no puedes controlarte en tus celos Louis, eres joven, eso se aprende con el tiempo.

Louis se removió un poco, haciendo que Harry apretara con fuerza los puños.

—Eso no... no me avergüenza. —Louis jugó con sus dedos.

—¿Porque evades mi mirada, entonces? —Louis tomo un respiro muy hondo y cerró sus ojos, pensando una respuesta clara para esa pregunta tan directa.

Su primera opción fue mentir, negarse a ello y pretender que Harry creyera que no era eso lo que hacía. Pero tardó demasiado tiempo en responder. Louis mordió su labio, sentía el calor ascender y posarse en su rostro.

—Me avergüenza algo más. —tragó saliva. Harry colocó su dedo bajo la barbilla de Louis, alzando su rostro. Louis se atrevió a conectar su mirada con la del alfa.

—¿Qué cosa? —Louis cerró los ojos, inhalando muy fuerte, las feromonas de Harry tan cerca que su mente se nubló.

—Pensé en ti. —soltó. Maldiciendo a su personalidad jodidamente directa, no sabía nunca callarse sus pensamientos. Sus manos temblaron. —Todo el maldito tiempo. —Jadeo frustrado. —Yo, quería... quería...

—Querías que estuviera contigo. —completó su frase, elevando el taco de sus manos en la cadera del omega, hasta que estas se colaron debajo de la tela de sus suéter.

Harry lo supo, supo que pensaba en él durante esos días cuando le llamó y ahora entendía que Louis no lo hizo a propósito. E intento no pensar mucho en eso pero cuando Louis lo decía sonaba muy caliente y solo alimentaba el ego de su alfa y ese sentimiento de poder se mezclaba con las feromonas que Louis le regalaba —¿Eso es lo que querías? —preguntó el alfa, arrastrando su mano áspera debajo de su suéter, acariciando su estómago.

—Si. —respondió con un suspiro, disfrutando el roce de la mano ajena en su piel.

El alfa sonrió complacido, tomando con firmeza la cintura marcada del menor, presionándolo a su cuerpo. Louis suspiró agradado respondiendo a su acto, ejerciendo más presión.

—¿Y te preocupa pensar en mi de esa manera? —Louis asintió perdiéndose en la sensación de las manos de Harry subir y bajar a los costados de torso. —Eso no debería avergonzarte en lo más mínimo, Louis. —fue claro. Apartando la mano derecha de su cintura y la llevó hasta su cuello.

Sus dedos se fruncieron alrededor de este, los ojos verdes clavados en la misma zona, su boca produciendo más saliva y Louis sumiso ladeo su cabeza a un lado, dándole acceso al alfa de hundirse en su cuello y así fue.

En un suave toque su lengua escurridiza se posó al final de sus heridas y se deslizó por el largo de las mismas, planto un beso lento al final y acarició con su nariz su piel hasta el punto de su fuente de aroma y se presionó ahí, tomando el dulce olor del omega, ese aroma que ya sentía que le pertenecía.

Aspiro tan fuerte su aroma que Louis sintió su piel erizarse y el oxígeno se estaba escapando de su cerebro, mareándolo.

—Harry no hagas eso. —pidió Louis en un débil susurró. Aunque ambos supieran que no era lo que en realidad quería. Su aroma pedía algo más. Las feromonas le estaban incitando y su cuerpo, su cuerpo se mecía a un ritmo casi imperceptible a la vista, pero Harry sí que lo sentía, sentía el suave roce de sus muslos rellenos al fruncirse en su regazo y de sus glúteos frotándose en sus muslos.

—¿Te incómoda? Lo lamento, puedo frenar si es lo que quieres. —fue educado, apartándose de su cuello.

—No. —respondió un poco alto. —Quiero decir no me incómoda yo... Cielos me gusta que lo hagas. Pero acabo de salir de mi celo y cualquier cosa que hagas es... Perdón pero aun que no lo parezca mi cuerpo aún se siente muy sensible y esto solo... solo... Si continuas no voy a querer que pares. Y las reglas... las reglas...

—Me importan un carajo las reglas. —contestó al fin Harry. Louis quedo callado un tanto asustado con el tono de voz que el alfa utilizo, no le había escuchado hablar fuera del tono neutro y tranquilo que siempre usaba.

El alfa suspiró y llevo su mano al costado de la cabeza de Louis, acariciando su cabello.

—Quiero cortejarte, Louis. —soltó sin más. El omega se guardó la respiración, balbuceó sin saber exactamente que responder y su corazón perdió el control.

—¿Quieres... a mí? —El omega estaba desorbitado, no comprendía bien que sucedía, pero su omega no paraba de gritar un "Si" agudo y aturdidor, lleno de emoción. —¿Por qué?

—Porque te quiero como mi omega. —de nuevo un jadeo ahogado se atascó en su garganta, no podía procesar correctamente la información.

No sabía cómo era un cortejo, nunca había sido cortejado, pero por lo que entendía era algo importante, era el último paso antes de una relación formal y...Harry buscaba una relación. ¡Una maldita relación!

No pensó que Harry decidiera hacerlo, no si se suponía que lo habían hablado y tenían un jodido acuerdo. Uno que nunca llevaron a cabo de cualquier forma y si no podían seguir reglas tan simples como las que se impusieron era porque en verdad no podían estar separados. Sonaba lógico.

—Solo si tú, me permites hacerlo. —agregó Harry cuando Louis no respondía. —No tomo mis decisiones a ligera Louis y sé que esto es correcto eres... el correcto y...

—Si quiero. —le interrumpió en seco, asintiendo rápidamente. Harry abrió los ojos y Louis tomo su rostro entre sus pequeñas manos, le observo unos pocos segundos antes de lanzarse a sus labios de vuelta, reteniendo su respiración. Reclamando esos labios que tanto le hacían fantasear.

Las manos del alfa tomaron de nuevo su cintura, acariciándole y jadeo un poco, presionándose en su regazo.

Sus hormonas se volvieron locas, como si el mismo permiso que le dio a Harry sirviera como un estimulante, eliminando el freno a lo que su cuerpo en verdad reclamaba.

Sabían que tenían el permiso para entregarse del todo al alfa, para implorar atención, porque no existía más un impedimento, solo era Louis aceptando ser cortejado, aceptando a Harry, aceptando ser su omega antes de tiempo, era esa la respuesta para cuando el cortejo terminara.

No necesitaba ese ritual para saber lo que quería. Quería ser el omega de Harry y quería que Harry fuera su maldito alfa, porque cuando se imaginó con una marca suya en el cuello le gusto.

Louis se separó de sus labios, el bonito color rojo de los mismos hizo suspirar al alfa y sus dedos apretaron la piel en su cintura. Louis siseo y se froto esta vez con fuerza insinuándose.

—Hueles muy bien alfa. —soltó el cumplido Louis al percibir la liberación de las feromonas de Harry, más intensas y varoniles, atreviéndose al fin a tocar su pecho.

—Ya lo habías dicho. —bromeó, explorando todo su pequeño cuerpo por debajo de la tela, sus dedos rasparon su espalda, de forma lenta, con un toque lujurioso que erizo los poros del omega.

—Pero ahora hueles mejor. —le dijo, sintiendo un calambre en su bajo vientre. Louis se encogió un poco en su lugar, recargándose en el hombro de Harry y dejando cerca de su nariz la fuente de aroma. —¿Es así como hueles en tu celo, alfa? —pregunto provocativo, respiro con insistencia, dopándose con la fragancia natural a romero y volvió a frotarse sobre el chico al percibir la humedad escaparse de entre sus glúteos, tal vez su celo no se había ido por completo o quizá la fragancia del hombre conseguía ponerlo en ese estado a su voluntad.

No lo sabía pero se estaba sintiendo bien, demasiado bien. Se sentía bien su polla dura debajo de sus glúteos manchados en lubricante.

—Solo es excitación, Louis. No se compara en nada a como es mi aroma en un celo. —Louis ronroneo, de solo imaginarlo sintió su piel más caliente.

—Eso suena tan sexy. —le dijo, mareado por el aroma a alfa que poco a poco lo hundía en su final, estaba al borde, meneando con desesperación su cadera en círculos sobre el pene del hombre, palpitante.

Harry gruño excitado, llevando sus manos a la cadera del omega. Louis se alzó de su hombro, irguiéndose en su lugar y consiguiendo un mejor control en el movimiento de su cadera.

Desesperado, se movió con rapidez, jadeando y manchando la tela de sus pantalones grises. Harry cerró los ojos, dejando caer su cabeza hacia atrás, recargándola en el respaldo del sofá y apretó las caderas de Louis, impidiendo que continuara con sus movimientos.

Louis paro pensando que hacia algo mal, aunque la idea se fue tan rápido como llego al momento en que Harry movió sus brazos, guiándolo. Louis guardo calma, permitiendo ser manejado al antojo del mayor.

Harry le hizo mantener el movimiento en círculos, la diferencia fue la velocidad, más lenta y pausada. Mantenía ese ritmo en todo el movimiento y cuando su cadera se impulsaba hacia enfrente Harry empujaba su pequeño cuerpo hacia su regazo, así la presión se concentraba en su glande y le hacía gemir ronco.

Louis lo complació, acatando obediente su orden, respirando agitado y mordiendo su labio, la pequeña sonrisa de suficiencia marcado en su rostro al admirar la excéntrica expresión del alfa en su rostro, placer puro, placer que el provocaba y eso ocasionaba orgullo, incluso, placer propio.

Le agrada ver a Harry disfrutar, su ceño fruncido y sus labios levemente abiertos y brillosos por la saliva cuando los relamía entre cada jadeo.

El alfa refregó sus manos por todo su rostro, gimiendo más alto cuando el omega se presionó con más fuerza en el punto exacto, su cuerpo tembló. Sus ojos se abrieron y Louis estaba ahí, con sus mejillas rojas y sus labios delgaditos entreabiertos, jadeando, luciendo tan sensual y a la misma vez era tan puro que por microsegundos se sintió mal por aceptar que Louis siendo tan joven le complaciera de esa forma. Pero esa culpa y su moral se fueron a la mierda cuando el pequeño gimió y se sostuvo de sus hombros.

Sus manos se alejaron de su cadera, llegando a la parte baja de su espalda, tanteando el elástico de los pantalones de Louis.

Tuvo que frenar, tuvo que pensárselo por más tiempo o enjuiciarse a el mismo al menos, hacer el intento por controlarse.

Pero no podía controlarse más, era una tortura. No esperaba algo así, nada de lo que sucedía en su vida, de hecho.

Él sabía que pensar en un omega para él mismo era una tontería. Después de todo, estaba seguro que moriría por ello, que terminaría muriendo solo, por no buscar a un omega y jugar con su salud de esa manera.

Incluso lo llego a ver como una salida para su dolor, no existía nadie que le ayudase, según él.

Pero claro que lo había y se encontraba sobre su regazo en ese momento, moviéndose de esa forma tan experta y erótica, recordándole lo bien que el sexo se sentía.

El aroma de su lubricante se colaba por su nariz y ardía en sus pulmones. Era el mejor aroma que haya conocido en su vida, altamente dulce y satisfactorio. En su cabeza pasaron todo tipo de sabores, pero incluso imaginando los manjares más deliciosos sabía que el sabor de su fluido no podría compararlo con nada, lo imaginaba magnifico, lo quería en su lengua, paladearlo hasta perder la razón.

—¿Puedo tocarte? —le preguntó sin perder esa educación, Louis paro sus movimientos sin entender su pregunta, pues Harry ya lo estaba tocando.

—¿Que? —respondió con otra pregunta.

—¿Puedo... —Harry respiro vacilante y el inicio de su dedo índice se filtró debajo del elástico de su pantalón y Louis pudo entenderlo.

—Sí, sí, por favor. —rogo, la voz temblorosa y excitada. Apoyándose en sus rodillas se alzó unos cuantos centímetros, facilitando el acceso de la mano del alfa.

Sus dedos tentativos se arrastraron por su coxis, lentos, grabando el camino hasta sentir el inicio de su hendidura. Louis retuvo el aire, inquieto se movió un poco y la mano ajena, cambio de dirección, hasta tomar su mejilla izquierda y apretarla con gozo, las puntas de sus dedos manchándose con el lubricante, el pene erecto del alfa punzo.

—Haría tantas cosas contigo. —le dijo, sucio y dominante. Louis tembló y asintió en acuerdo con el alfa, pegando su frente a la del hombre, rozando sus labios.

—Por favor. —gimió, en un ruego empapado de necesidad y él como buen alfa, concedió su deseo, llevando los dedos a su entrada húmeda y caliente.

Froto el dedo corazón en el aro de músculos, robándole un suspiro. Sus dedos manchándose con el líquido transparente y caliente.

Louis ronroneo cerrando sus ojos y empujándose presuroso contra su mano.

El toque de Harry sobre su entrada quemaba, le desesperaba y se sentía magnifico, sus fantasías no eran nada comparadas con el calor de su piel cercana a su cuerpo y su alrededor humeante y aromatizado con las sales y los cítricos era un paraíso para su olfato sensible.

Su respiración pesada chocando en su boca, se empujó pidiendo más.

—Alfa. —gimió, eliminando su estabilidad, su pene punzo con la voz aguda llamándolo así, rogándole con ese término y su alfa fue quien actuó, empujando su dedo en el interior del chiquillo. Louis cerró los ojos y gimió alto.

Y Harry gruño, porque el interior de Louis era exquisito, apretado y húmedo, quería esa sensación en su polla, anhelaba enterrarse en él sin piedad, quería escuchar más de esos gemidos agudos y altos pidiéndole ir más rápido, rogando su nudo y lloriqueando al obtenerlo.

Harry movió el dedo en su interior con habilidad, acariciándolo correctamente, presionando su punto dulce. Y Louis no tenía ni idea de que podía sentirse así de bien solo con un dedo en su interior, pero ahí estaba Harry, comprobándole que su pensamiento era totalmente errónea, obsequiándole lo que deseaba.

El omega se despegó de su rostro, se acomodó mejor y decidió enterrarse en el dedo del profesor, tirando su cabeza hacia atrás cuando los espasmos le electrizaron el cuerpo, Harry relamió sus labios y sin avisar sumo el segundo dedo, abriéndolo un poco más.

—¡Ah! —gimió alto el omega y acelero sus brincoteos, follandose desesperado. Harry apretó los dientes, el lubricante de Louis era excesivo, tanto que este escurría por el dorso de su mano hasta llegar a su muñeca.

Harry empujo su mano al momento exacto en que Louis bajaba, haciéndolo gritar y lo mantuvo ahí, tomando su cadera con su fuerza y empujándolo. Su muñeca moviéndose en círculos y por ende sus dedos siguieron el movimiento, acariciando su interior de esa manera exquisita y alucinante.

—OH, HARRY. —gritó, sus manos se sostuvieron con fuerza de los hombros del alfa, sus ojitos cerrados y esa gracia con la que su espalda se curveaba cuando el placer le invadía. Harry sonrió, su mano libre introduciéndose debajo de su suéter, acariciando su pancita en busca de algo.

—Hay algo con el sexo, que hace que te veas aún más bonito. —halagó el alfa, retorciendo sus dedos en el interior calientito del omega.

Hizo su cuerpo temblar y sentirse satisfecho, porque Harry lo tocaba muy bien, le atendía con fervor, no solo por el movimiento, si no que las palabras le atacaron directamente el corazón, era suave y buscaba mantenerlo cómodo.

El alfa tomo la orilla del suéter y lo alzo hasta la mitad de su estómago, Louis ayudo con el resto, despojándose al fin de la ostentosa prenda.

Harry no pudo respirar correctamente, porque lo que veían sus ojos no parecía ser algo real.

El cuerpo de Louis era tan bonito, su piel era tersa y su cintura curveada, sus costillas se marcaban levemente bajo las capas de piel y sus pezones eran pequeños y marrones.

—Carajo. —maldijo bajito Harry, presionando su mano en la pancita del omega. Louis se removió sobre su mano, nervioso ya que la mirada atenta de Harry le hizo sentir un poco inseguro,

Sabía que su cuerpo ya no era el mismo después de tener a su cachorrito. Su cintura ya no era tan ceñida y sus caderas eran más cuadradas; los pantalones siempre apretaban la grasita en las mismas, sin mencionar que el celo le ponía unos kilos de más encima.

Sin embargo eso Harry no lo noto, toda la inseguridad fue desechada cuando el hombre presiono con mayor dedicación sus dedos en el interior calientito del omega y su lengua se pegó a su estómago, humedeciendo la piel blandita y dejando besos castos.

Su lengua recorrió sus costillas hasta que su labio superior sintió el roce de su pezón. Harry se apartó pocos centímetros, muy pocos y alzó la vista, como pidiendo permiso de su próxima acción, Louis conecto su mirada con las esmeraldas brillantes, las pupilas dilatadas.

No respondió, pero al alfa eso no le importo y así, sin despegar sus ojos de los contrarios presiono su lengua en el pequeño botón marrón, hasta hidratarlo por completo y fruncir sus labios alrededor.

—Dios, Harry. —suspiro en éxtasis, cerrando los ojos. Los dedos largos mantenían el ritmo constante en su interior, dilatando y presionando su próstata por periodos largos que le hacían retorcer y Louis no paraba de maldecir.

Sus manitas tomaron la cabeza de su profesor, sus deditos se enterraron en su cuero cabelludo y sus gemidos fueron más fuertes cada vez.

Harry lo chupo decoroso, su lengua haciendo círculos alrededor y atreviéndose a mordisquearlo, fue hasta que sus labios se fruncieron y succionó con fuerza que Louis le aparto avergonzado.

El líquido blanquecino brotó, manchando un poco los labios y la barbilla del alfa.
Harry lamió sus labios, recolectando las gotas de leche en sus labios carnosos y Louis apretó los puños porque esa imagen, esa maldita imagen fue completamente erótica y caliente.

Harry disfruto el sabor dulce en su lengua y miro los ojitos de Louis.

—Lo siento. —se disculpó Harry al notar la incomodidad del omega. Su mano acarició su costado, escalo por la cintura, pasando sus costillas y freno en su pecho.

—No... Yo, yo lo siento. —le dijo avergonzado, Harry alzó una ceja, su pulgar se estiró, colocándolo sobre el pequeño botón y masajeándolo en círculos. Louis siseo.

—¿Me pides perdón por algo que no está en tus manos controlar? —preguntó incrédulo.

—Es vergonzoso. —dijo rápido, Harry esbozo una sonrisa.

—Entonces es mi culpa por no preguntar antes si estaba bien hacerlo. —le dijo claro, rozando su nariz en su pecho y plantando un besito rápido en su piel.

Se acercó de nuevo lentamente y su mirada cuestiono está vez, cerciorándose de que Louis quisiera que lo hiciera y cuando no se negó a ello paseo su lengua de nueva cuenta sobre el pezón erecto y succiono por pocos segundos, solo hasta que el líquido escurriera de su pecho y resbalara por sus costillas.

Harry casi gruñó en extrema excitación, siguiendo con su mirada el camino que la mancha de leche dejo a su paso y llevo la punta de su lengua hasta el término de está para después en un lengüetazo rápido limpiara la zona.

Louis, delirante y extasiado busco la hebilla de su cinturón, desabrochándolo hábil con una sola mano, demostrando su experiencia y retorciéndose con los dedos mágicos de Harry abriendo y cerrando en su apretada entrada.

El alfa atendió el pezón contrario, acariciando su cintura con la mano libre y repitiendo el proceso.

Louis desabrocho el botón de su pantalón, tomo la pieza de metal y bajo la cremallera. Su mano se adentró presurosa, sin aviso y se envolvió alrededor de la hombría del alfa.

Mordió su labio muy sorprendido, pues lo que encontró bajo la tela del bóxer le mareo, grueso y grande. Harry estaba muy bien dotado y tal vez se debía a su abstinencia por años o su mano era demasiado pequeña y eso influía, no tenía idea, pero no negó que se sintió jodidamente bien sentirla entre sus dedos, caliente y firme.

La necesitaba, la quería abriendo sus paredes, estirándolo, quería el ardor y el dolor que eso provocaría, porque sabía que no podría tomar todo eso tan fácilmente y la idea era tan excitante en su cabeza que sí, lo haría.

Louis llevo su mano derecha dentro de su pantalón, acariciando la mano de Harry en el proceso y empapo su mano con su propio lubricante.

La saco de su pantalón y con mucho desespero tomo el pene del alfa, liberándolo de su escondite y ayudando a Harry a respirar, aunque eso duro poco, pues Louis se encargó de sobarlo con lentitud de arriba abajo, cubriéndolo por completo con su fluido y facilitando su deslizar, estimulando al fin su órgano.

Harry se detuvo en lo que hacía, siendo él ahora quien respiraba acelerado, su frente se pegó al pecho de Louis, sus ojos se cerraron y dedico su atención a las caricias que el menor proporcionaba.

Era la primera vez que un omega lo tocaba en años, había olvidado por completo la satisfacción que eso provocaba.

Y Louis lo hacía muy bien, enrollando sus deditos con delicadeza y apretando al subir. Su pulgar hacía círculos en su glande y le frotaba con tal gentileza que le hacía apretar los dientes, gemir bajito; entre suspiros y maldiciones entre dientes.

—¿Siempre es así de grande? —preguntó descarado.

Harry rio, alzando al fin el rostro y Louis se deleitó con la hermosa imagen del alfa con las mejillas enrojecidas, el hoyuelo marcándose en su mejilla, los rizos alborotados y sus preciosas pupilas dilatadas; el montón de hormonas mostrando un nuevo tono en sus ojos verdes, uno más obscuro y encantador.

—¿Tu siempre preguntas ese tipo de cosas? —Louis sonrió, inclinándose para tomar sus labios en un besito corto.

—Estoy borracho de oxitócica, dopamina y serotonina, no puedes juzgarme. —se defendió, peinando el cabello del alfa hacía atrás.

—Touche. —le contestó divertido, abrazándolo por la cintura, acercándolo más a su cuerpo. —No siempre es así de grande, lamento decepcionarte. —bromeo.

—Me conformo con tu bello rostro. —respondió besando sus labios de nuevo, esta vez tomando control y siendo él quien succionaba con fuerza su labio hasta hincharlo.

Continuo con su trabajo manual, esta vez acelerando sus movimientos, implementado esa técnica al girar su mano mientras subía y bajaba, creando una fricción inigualable y tortuosa, pues lo hacía con lentitud, desesperante.

Louis bajo la mirada, observando el miembro del chico, el glande tenían un color rojo muy tenue y estaba hinchado y brilloso por el líquido pre seminal mezclándose a su lubricante natural, las venas saltaban por todo el largo y su boca se inundó en saliva, quería probar su sabor, quería saber cómo se sentía ese órgano punzante dentro de su boca. Que mezcla decorosa provocaba sus fluidos fusionados.

—Tienes un pene muy bonito. —soltó sin pensar muy bien y Harry volvió a reír un poco, llevando su mano libre hasta la nuca de Louis y atrayéndolo a su rostro.

—¿Siempre dices cosas así de raras cuando masturbas a alguien más? —Louis se sonrojó.

—Soy muy honesto, lo lamento. —Louis rozó su nariz con la contraria, agitando sus pestañas coquetamente, síntoma del exceso de hormonas dopándolo, le hacían siempre tener más confianza.

Louis le masturbo con mucha fuerza y velocidad, Harry gimió alto.

—¿Se siente bien, alfa? —preguntó. Rozando sus labios con los del mayor.

—Es mejor que bien. —respondió, deleitado con el buen manejo de la mano del omega. La sonrisita de suficiencia se extendió por su rostro.

—Se puede sentir mejor. —le dijo juntando su frente con la contraria. —Lo quiero dentro de mí, alfa. Por favor. —Harry respiro hondo y aunque fue una petición muy tentadora no acepto. Lentamente negó con la cabeza. Su mano acaricio su trasero con lentitud y trago saliva con pesar.

—No. —le respondió firme. Porque él era el maldito adulto, él era quien debía mantenerse cuerdo, el que pensara con racionalidad aún que fuese poca.

—¿Que? —preguntó Louis aturdido pues no esperaba que el alfa se negaría a su petición.

—No tengo un preservativo Louis, así que no.

—Eso no importa. —respondió sin pensar, concentrándose solo en su deseo, en lo que su omega anhelaba con desesperación.

De nuevo su inexperiencia en el control de sus hormonas sobre lo correcto le cegaba. Le hacía creer que no había un maldito problema con eso.

—Claro que importa. —Louis frunció el ceño molesto, sus ojos se cristalizaron y la frustración sexual le empapó el cuerpo.

—Harry... —le dijo bajito, casi suplicando y el mayor tuvo que luchar con su alfa por no aceptar lo que el omega pedía.

—Terminemos esto. —intento asegurarse, pero Louis se negó, alzándose en su lugar e intentando quitar sus joggings, sin embargo Harry lo detuvo.

—No puedo terminar si no, si no...

—No necesitas mi maldito pene para acabar, Louis. —el omega lloriqueo casi encaprichándose y dispuesto a levantarse de su regazo. Si no tenía una penetración de su parte entonces no quería nada.

Pero Harry tomo sus muñecas y lo frenó, uniendo su frente con la contraria, Louis intento zafarse molesto y el alfa le tomo con más fuerza, abrazando su cintura por completo con su brazo.

Louis se alteró, moviéndose con intensidad sobre el regazo de Harry, el mayor lo tomo con firmeza y sin esperar más librero más feromonas, presionando su pecho con el del omega y marcándolo con el aroma varonil y natural que portaba.

—Respira, omega. —le indico con la voz calma, Louis se relajó por completo al escuchar que le llamaba de esa manera, le agrado, mucho, su pecho se calentó. —No dejes que el deseo te controle. —ayudo a pensar con claridad, su mano se froto en su cinturita y su nariz se fricciono en su pecho, nivelando su arrebato. —Tú mejor que nadie sabes que no es buena idea hacer esto. Estás terminando tu celo. —Louis relajo sus músculos entrando en razón.

Se sintió bendecido por tener a Harry, porque fuese así de lucido y respetuoso. Debía estar loco, porque un alfa como Harry no podía existir, un alfa no se negaba a tomar a un omega en su época de celo y más aún nada le impedía hacerlo si se lo pedía.

Pero Harry le demostró con ese simple acto que era un alfa perfecto y que no podía dejarlo ir, porque alguien como Harry sería difícil de encontrar.

Su agradecimiento crecía cada día más pues no tuvo que buscarlo, llegó a él sin pedirlo, fue demasiado fácil y eso volvía todo menos creíble. No supo que hizo para merecer ese regalo pero no lo preguntaría más, si lo tenía con él era por algo.

Louis respiro a pausas lentas, junto al alfa quien le guiaba sin alejar sus ojos de su rostro.

—¿Estas mejor? —Louis asintió, cerrando sus ojitos, apretando sus labios y acercándose más a Harry. —¿Puedo hacerte sentir bien ahora? —un gemido ahogado se atascó en su garganta y asintió, acomodándose de vuelta en una posición cómoda sobre sus piernas.

Harry guío su mano de vuelta a su entrada, acercando su rostro a su cuello. Frotó sus dedos como al inicio, besando su cuello con cariño. Louis ladeo su cabeza, suspirando siempre que los labios del alfa se presionaban en su piel.

Harry introdujo de vuelta dos de sus dedos, aunque solo fue por un corto periodo de tiempo, pues después de escuchar a Louis gemir y de sentir como el pequeño tomaba su nuca y lo acerca más a su cuello un tercer dedo de sumo. Louis brinco un poco en su lugar y libero un gemido alto, sintiéndose más abierto y atendido.

—¿Es demasiado? —preguntó Harry precavido. Louis negó sin poder responder, concentrándose solo en tomar los dedos largos y experimentados.

—No pares. —le pidió, contoneando sus caderas. Harry obedeció penetrándole más profundo, doblando un poco sus dedos y raspando sus paredes en un toque deleitable, primoroso.

Louis volvió su mano a la polla erecta de Harry asistiendo igualmente a su placer, pero Louis no lo hizo lento, él acelero ese toque, perdiendo el cuidado en sus caricias, provocando un acelero en el alfa, consiguiendo que sus dedos se enterraran fervorosos.

Entraban y salían impetuosos, Louis perdió control total de sus gemidos, liberando uno cada vez que Harry entraba de vuelta y su mano continuaba a velocidad en el pene de su acompañante.

—Justo así Harry, no pares. —suplico en suspiros largos. Sus gemidos y jadeos combinándose, la sinfonía de las respiraciones y el sonido sucio que se creaba con los roces de sus pieles le robo el aliento.

Pero Louis fue más hábil, apretando alrededor de la polla del profesor, brincando en su regazo y obteniendo con un buen trabajo manual la semilla del alfa en la palma de su mano, viscosa y caliente. El gruñido del hombre vibro en su pecho, potente y excitante, su rostro se presionó en su cuello, su boca abriéndose, raspando el frente de sus dientes cerca de su clavícula y el semen brotando en tiras largas y espesas que resbalaron por la mano de Louis.

—Carajo. —maldijo entre dientes, su rostro escondido en el huequito del cuello delgado y su pelvis envistiendo la mano de Louis en leves espasmo orgásmicos.

El cuerpo de Louis tembló esperanzado por algo, cualquier maldita marca, un chupete, una marca temporal o una real no le importaba solo quería que todo el mundo supiera que tenía un alfa, quería presumirlo y sentirse propiedad de alguien.

Su mano bajo por el falo y se frunció gustosa en el nudo a la base de su órgano, proporcionando un apretón suave que le sustrajo un chorro más de semen y un nuevo espasmo, fue simple el toque en esa zona lo que le elevó en excitación y su espalda se arqueo, se presionó en la mano de Harry y el mayor se hundió en el bombeando con rudeza su interior.

—¡Alfa! —gimió elevado, su cuerpo tembló y sus dedos se encajaron en los hombros anchos del hombre, el clímax tallo su cuerpo, su pene estallo en demasiado semen, la tela de sus pantalones manchándose en el interior al igual que su pelvis y fue hasta ese momento que noto que no necesito estimulación en su miembro para terminar, basto con que Harry supiera a la perfección como acariciarlo.

—No pares de llamarme alfa. —pidió recobrando su respiración irregular. El omega sonrió y se acercó, plasmando un besito largo en la mejilla del profesor, trono sus labios al despegarse.

—¿Así es como inicias tus cortejos siempre? Pensé que se tenía que iniciar lento. —dijo, paseando su pulgar por la punta del pene del alfa, Harry siseo por la percepción frágil en su sensibilidad. —Te llamare alfa todo el tiempo si es lo que quieres. —susurro contra su boca. —A pesar de tu pésima forma para cortejar a un omega. —bromeo esbozando una sonrisa sutil.

—¿Es esto mi culpa? —Harry tomo su cintura con ambas manos, manchando su piel con el lubricante pegajoso. —Tu celo no había terminado.

—Claro que había terminado. —se defendió. —Pero tú y tu aroma hacen que enloquezca. —se excusó, haciendo un mohín con los labios.

Harry dejo un suspiro bajo en el aire y abrazo el cuerpo contrario por la cintura, atrayéndolo a cuerpo. Louis se dejó caer en su pecho, frotando su mejilla sobre el mismo y dejando que el dulce de su aroma se impregnara en la piel del hombre.

—La próxima vez que pongas reglas, asegúrate de no romperlas. —bromeó, besando rápido su coronilla y pasando su mano por su espalda, sobándola cariñoso.

—Sé que dije que no nos marcaríamos con el aroma. —dijo bajito, dibujando líneas imaginarias sobre su pecho. —Pero tú no estás cumpliendo con ellas al pedirme ser cortejado y si vas a cortejarme entonces los demás omegas deben saber que lo haces. —hablo posesivo. Harry enarco ambas cejas y esbozo una sonrisa.

—Entonces... ya que estamos rompiendo reglas ¿es un buen momento para que conozcas a mi madre?                       

...

Hello everybody! 

Espero que les haya gustado este capitulo y si no entonces les pego. O lloro, o les pego mientras lloro. Ahre. 

Siempre me sorprende a montones lo mucho que la fic esta creciendo y la velocidad con lo que lo hace, enserio no saben lo agradecida que estoy y lo feliz que me hace. 

Este capitulo era para ayer pero mi mamita se me puso muy mala de salud y pues nada, me pego un susto horrible entonces no pude terminar esto a tiempo pero aquí andamos cumpliendo mis promesas o si, o si. (Mi mami ya esta al cien gracias a yisus)

¿Tuvieron algún momento favorito? 

Hoy no tengo mucho que decir la verdad so... Les deseo una noche preciosa, o día dependiendo de a que hora lean esto.

LAS AMO, LES DESEO COSAS PRECIOSAS PARA SU VIDA.

Si alguien desea una dedicación puede comentar aquí.  

Nos leemos el próximo capitulo.

All the Fucking love.   

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