Dominnick..
Verla tan emocionada, me hace sentir bien, ver ese brillo en sus ojos, que está cumpliendo un sueño junto a mi, me hace sentir honrado.
- Estoy muy emocionada - me dice Leisy aferrada a mi brazo.Tomo su mano y deposito un pequeño beso en ella.
- ¿En dónde nos hospedaremos? - me pregunta y sonrío.
- Es una sorpresa - le respondo y ella solo asiente, sin ocultar su emoción.
El auto se estaciona en el recibidor del hotel Hôtel George-V, uno de los hoteles mas lujosos de París.
- ¿Es en serio? - me pregunta Leisy asombrada.
- Feliz cumpleaños - le digo y ella sonríe.
- ¿Lees mi mente acaso? - me pregunta y solo me encojo de hombros.
- ¿Vamos? - le pregunto extendiendo mi mano.
Caminamos a la recepción, Leisy venía maravillada por la infraestructura del lugar, es un hotel exquisito y maravilloso, como ella.
- Bonjour M. Heinsbek, votre chambre est prête - me saluda el recepcionista.
- Merci - me despido y dirijo a Leisy a nuestra habitación.
Entramos a la habitación y Leisy parecía niña pequeña, sentía que sus ojos se saldrían de sus lugar al ver la habitación.
- Dominnick, esta habitación es de ensueño - me dice y voltea a verme, con sus ojos brillantes, llenos de emoción y felicidad. Una imagen que atesoraré en mi memoria.
- ¿Te gusta? - le pregunto acercándome a ella y la tomo de la cintura.
- Es perfecta - me dice y sonríe.
- Como tú - le digo y beso tiernamente sus labios.
Veo como sus mejillas comienzan a pintarse de rosado y sus manos se fueron directamente a su rostro.
- ¿Te gusta sonrojarme? - me pregunta aun con el rostro tapado.
- Es una bella obra de arte ver tu rostro enrojecido - le digo y ella me mira confundida.
- ¿Qué haremos hoy? - me pregunta tomando su maleta, evitándome ahora la mirada.
- Conocer París - le respondo. Tomo mi celular y salgo de la habitación.
Leisy...
¿Acaso estoy soñando? París, la ciudad del amor, la ciudad de la belleza y el arte, después de tanto tiempo, por fin estoy en ella.
Me encuentro en el balcón de la habitación; la vista es preciosa, luces, autos, edificios con una belleza única, y de fondo, adornando la bella cuidad, la Torre Eiffel.
- ¿Esto es real?...
- Completamente...
- ¿En verdad estamos en París?...
- Cortesía de Dominnick...
- Dominnick...
- ¿Qué ocurre?...
- La verdadera pregunta es, ¿Qué ocurre con el?...
- ¿De qué hablas?...
- Está muy cambiado, ¿Será real?...
- No lo sé...
- ¿Será que Dominnick te ame?...
- ¿Cómo podrá amarme? Si apenas me conoce...
- ¿Cómo te trajo a París si apenas te conoce?...
- No quiero pensar mucho, solo quiero disfrutar...
- Disfruta, pero, no bajes la guardia...
- ¿Cómo es posible que me dé auto consejos?...
- ¿Será que estás loca?...
- Probablemente, estoy perdiendo la cabeza...
Me quedo observando un poco más, hasta que escucho ruidos en la habitación, me volteo, removiéndome del sofá que se encuentra en el balcón y veo que es Dominnick, se ve súper sexi con sus jeans blancos y su camiseta negra, con su chaqueta de cuero, se ve rudo, imponente, indestructible. ¿Acaso me estoy obsesionando con este hombre? Es muy probable.
- Luces hermosa - me dice acercándose y se recarga en el marco de la puerta, lo observo y acomodo un mechón de cabello tras mi oreja.
- ¿Quieres ir de compras? - me pregunta, con un tono un poco nervioso - Después podemos ir a cenar - concluye y se pone de cuclillas frente a mi.
-¿Me está invitando a una cita señor Heinsbek? - le pregunto poniendo una mano en le pecho, haciendo una voz un poco chillona.
- Es exactamente lo que estoy haciendo señorita Coreman - me dice y me mira, con la mirada ensombrecida, sus ojos comienzan a obscurecerse y mi respiración se comienza a entre cortar. ¿Hace calor en París?
- ¿A qué hora nos vamos? - le pregunto y me acerco a el lentamente.
- A la hora que le plazca señorita Coreman - me responde y pone sus manos en mis muslos, comenzando a masajearlos lentamente.
- Dominnick - suelto entre suspiros su nombre y me pego a el.
- ¿Qué pasa, le está faltando el aire señorita Coreman? - me pregunta con un tono de voz un tanto seductor y aprieta mis muslos, subiendo sus manos.
En ese instante se acerca más a mi, y atrapa mis labios con los suyos y me levanta del sillón, conduciéndome a la habitación sin dejar de besarme.
Se sienta sobre la cama y me pone sobre el, abrazándose a mi, aferrándose a mi cintura.
- Me estoy enamorando perdidamente de ti, Leisy - me susurra al oído y me mira a los ojos.
Lo observo, buscando una pizca de mentira en sus ojos, algún gesto de duda o compromiso, pero no, no había nada, solo el; su sinceridad en bruto, sin dejarse transformar, su esencia pura, su corazón indefenso entre mis manos, todo el, está entre mis brazos.
- Dominnick - le digo y tomo su rostro entre mis manos - me tienes hechizada cariño - concluyo y beso tiernamente sus labios.
- oh Leisy, mi corazón está en tus manos - me dice en susurro como si no quisiese que nadie escuchara, solo yo. Fue para mi y para mi corazón.
- ¿Cómo pasó? - me pregunta y me abraza de la cintura poniendo su cabeza en mi cuello.
- No tengo idea, solo nos dejamos envolver mutuamente - le digo y recargo mi cabeza en la suya.
- Fue lo mejor que me pudo pasar, Leisy - me llama y me mira a los ojos - eres lo mejor que me pudo pasar - concluye y me sonríe, acariciando mi rostro, mi cabello y mis labios. ¿Así es cómo se siente el amor? ¿Así se siente ser el centro del universo de alguien?
Dominnick...
Se dice que cuando encuentras a la mitad de tu ser, lo sabes, cuando encuentras al amor de tu vida, lo presientes, el corazón lo sabe, ¿Leisy será el amor de mi vida? ¿Amo a Leisy? Es extraño, apenas la conozco, pero, joder, me ha echo sentir un millón de cosas a la vez, ¿Será la persona correcta? Oh mi pequeño e inocente ángel, me estas salvando de las tinieblas...
Escucho su corazón latir lentamente, logro percibir su aroma dulce, puedo sentir la calidez de su piel, el olor de su cabello, sus pequeñas manos en mi espalda. Leisy, mi pequeño ángel salvador.
- ¿Tienes hambre? - le pregunto y ella asiente.
- Un poco - me responde y se acurruca en mi pecho.
- Yo también - le digo y beso su cabeza.
- ¿Sigue en pie nuestra cita? - me pregunta.
- ¿Cuándo la cancelamos pequeña? - le pregunto y tomo su rostro para depositar un pequeño beso en sus labios.
- ¿Tengo que arreglarme? - me pregunta y hace un puchero.
- Te ves perfecta así - le respondo y se vuelve a recostar en mi pecho.
- Dame 20 minutos - me dice y se levanta dándome un beso en la mejilla y se encierra en el baño.
Me quedo observando la puerta y sonrío, Dios, Leisy Coreman, se está convirtiendo en mi todo.
En lo que Leisy está, cambio mis jeans por un pantalón de vestir negro y un suéter color vino de cuello alto, me rocío colonia y me voy al balcón a hacer unas llamadas.
20 minutos después, escucho la puerta del baño abrirse y un aroma a dulce me distrae de mi celular, y veo a una preciosa Leisy en la puerta, luce preciosa, con una falda rosa pastel de tiro alto, un suéter de cuello alto color beige fajado con la falda y unas botines blancos, con su bello cabello suelto y un maquillaje muy sutil.
- Eres tan hermosa - le digo y deposito un beso en su mejilla muy cerca de sus labios.
- ¿Nos vamos? - le pregunto y le ofrezco mi mano.
- Claro, cariño - me responde y toma mi mano, luciendo hermosa, perfecta y tierna a la ves.
Después de la cena, caminamos por las bellas calles de París, tomados de la mano, Leisy luce feliz, ve unas tiendas de ropa y se acerca a los aparadores, observando los vestidos.
- ¿Quieres entrar? - le pregunto.
- No, no quiero que te aburras - me responde y toma mi mano para continuar caminando, pero la tomo fuerte y la adentro a la tienda.
- No me aburres, además, es tu cumpleaños - le digo y entramos.
Leisy veía cada prenda con atención y yo me perdí entre los estantes, acercándome a un vestido que me pareció perfecto para ella, es realmente hermoso, lo compré sin que se diese cuenta y llame al chofer para que lo escondiera en la cajuela del auto.
Logro ver a Leisy con algunas prendas en la mano y me mira feliz, se acerca a la caja y le da a la chica sus artículos.
- Cóbrelo de esta tarjeta - le digo a la cajera dando mi tarjeta y Leisy me observa confundida.
- Yo lo pagaré, no es necesario - me dice dándole su tarjeta y dándome la mía.
- Leisy - le digo y ella me observa molesta.
- Por favor, no insistas - me dice y la chica nos observa.
- Está bien - le respondo rendido y tomo las bolsas de la tienda.
- Gracias - la escucho agradecerle a la chica y salimos de la tienda.
- ¿Por qué no me dejaste pagar tu ropa? - le pregunto.
- Por que yo tengo dinero para pagarla Dominnick, no me gusta que gastes en mi, ya gastaste demasiado con éste viaje - me responde observándome preocupada.
- Cariño, no te preocupes, para mi no es molestia pagar tus cosas - le digo y tomo su mano para seguir caminando.
- por favor Dominnick, no insistas - me contesta molesta y suelta mi mano.
- ¿Qué pasa? - le pregunto y ella comienza a sollozar.
- Nada - me dice y se relaja un poco - ¿Podemos volver al hotel? - me pregunta.
- Claro, vamos - le respondo preocupado y caminamos al auto.
Leisy...
Llegamos al hotel, realmente no quiero entrar en detalles con Dominnick por mi escena de hace rato, no quiero recordar a...
- ¿Qué pasa Leisy? - me pregunta Dominnick dejando las bolsas en el suelo acercándose a mi.
- Nada, solo, yo quería pagar mis cosas - le respondo y me siento en un pequeño sofá de la habitación.
- Leisy, ¿Sabes que eres pésima mintiendo? - me dice y se acerca a mi.
- No quiero hablar de eso, ¿Está bien? - le digo y me quito los botines. Me estaban matando.
- De acuerdo, pero, para la próxima compra, ¿Me permites pagar?- me pregunta.
- No Dominnick - le respondo de nuevo molesta. ¿Cuál es el problema que yo pague? ¿En verdad estamos discutiendo por algo tan absurdo?
- ¿Cuál es tu maldito problema Leisy? - me pregunta ahora molesto.
- Ninguno solo que.. - y rompo en llanto.
Dominnick...
Observo a Leisy llorar y eso me confunde, ¿Cuál es el problema con pagar una tonta cuenta de ropa? No me molesta hacerlo, lo he hecho antes, ¿Qué es lo que pasa?
- Leisy, nena, tranquila - le digo intentando calmarla y la abrazo.
- Solo, no quiero pasar por lo mismo - me dice y me abraza mas fuerte.
-¿Pasar por lo mismo? Cariño, ¿De qué hablas? - le pregunto y tomo su rostro, con un poco de maquillaje escurrido.
-Es una historia que no deseo contar, ¿Está bien? - me dice y se acurruca en mi pecho.
- Está bien nena - le respondo y la abrazo.
- Solo quiero que sepas - le digo tomando su rostro de nuevo - por lo que sea que hayas pasado, no se volverá a repetir - concluyo limpiando una pequeña lágrima y la beso.
- ¿Qué somos Dominnick? - me pregunta y me observa atenta.
¿Qué somos? Dios, una combinación perfecta, somos como el cielo y el mar; somos el yin y el yang; la luz y la obscuridad, somos todo cariño...
- Quiero que seas mi todo - le digo y sonrío.
- ¿Todo? - me pregunta y frunce su ceño.
- Absolutamente todo cariño - le respondo.
Ella sonríe y me abraza.
Me separo y me arrodillo frente a ella.
- Leisy - le digo y tomo su mano - ¿Quieres ser mi todo? - le pregunto ansioso.
Ella me observa, y veo ese brillo en sus ojos que la distingue, es emoción, es alegría, es felicidad, es amor.
- Dominnick - me llama y toma mi mano - Quiero que seamos un todo - concluye y me besa tiernamente, envolviéndome con sus brazos, profundizando más su beso, acercándose mas a mi, sellando cada palabra, como un pacto personal.
Mi bello ángel, ahora somos un todo.