Ésto ocurrió de modo tan inesperado y bajo circunstancias tan poco corrientes. Sehun había sacado un arma del costoso saco, siendo precavido y alejado de todas las personas presentes, apuntó justo en el vientre de ______, la tenía de espaldas y manera provocadora le susurró al oído:
—Tu qué gritas, y yo qué te disparo zorra.
Tras un tiempo de espera que le pareció interminable y durante el cuál _______ no se había atrevido a emitir palabra. Seguía mirando hacia delante con el rostro inexpresivo sin verlo si quiera. La qué antes fue una expresión amistosa, de repente se transformó en una risa maligna en el rostro de Sehun. Tenía miedo.
—Espero qué hayas disfrutado tus días de libertad señorita Bellini, porqué ni siquiera tú podrás arruinarme mis planes, no te imaginas el dulce sabor qué aspiro al saber qué Marcelo no tendrá más a su preciosa Joya.
Ella deseó armar un alboroto, enfurecerse, defender a su padre, gritar, preguntar: «¿Quién es el qué lo dice? ¿Qué pruebas pueden haberle llevado a hacer esa afirmación?» Pero contuvo su su violencia y, aparentemente tranquila, preguntó de nuevo:
—¿Y por qué me lo explicáis precisamente a mí? ¿Qué queréis de mí? ¿Pero qué os hecho yo?
—Pregúntaselo a tu padre —fue la respuesta— tú puedes devolverme lo qué tanto me ha costado encontrar.
_____ afirmó con la cabeza, en silencio. En su rostro estaba escrita la rabia de la impotencia. Sehun atravesó el patio y en el momento que salía al exterior por la gran puerta, le llegaron gritos desde la entrada Jongin se había atravesado en su camino, _____ por su parte lloraba desconsolada, por primera vez en su vida estaba desprotegida, le suplicaba a su ex novio qué la apartará de los brazos de su hermano y la llevará consigo.
—¿Por qué habéis venido aqui?
—¡Déjala ir Sehun, suéltala maldita sea!
—¡Apártate de un lado!
Cómo consecuencia de un golpe por encima del ojo izquierdo, la sangre corrió por el rostro de Jongin y mancho la valiosa prenda qué había heredado. Se cubrió cómo pudo el rostro con los brazos, y cuándo estaba a punto de perder el conocimiento, cómo inspiración divina, gritó con un último esfuerzo:
—Dejala ir...
De repente todo quedó en calma y el qué había iniciado el ataque, se abrió camino hacía su víctima ensangrentada y le exigió con tono agresivo:
—Ni en toda mí puta vida la dejo ir y menos sí es contigo.
Gemidos hondos, ásperos, brotaron de su boca. Ella no gritó. Sus ojos se volvieron sombríos, oscuros, cómo distantes. La desesperación le dejo el bello rostro sin su radiante colorido; se diría que se había convertido en una máscara.
Sehun dió un silbido con los dedos entre los labios, y de las filas de personas fuera del palacio salieron cuatro autos, de ellos bajaron escoltas armados, cada uno con uniformes especializados. Con una sonrisa en el rostro, Sehun dió la orden de qué uno de los autos fuera desbordado en el cual ella fue obligada a entrar.
_______ hizo una pausa, se llevó agitadamete una mano a la garganta, tocándose las cuentas del collar, y suspiró hondo. Parecía estar al borde de las lágrimas de nuevo.
—¿Me dejaras libre algún día?— su expresión se transformó, sumiéndose en solitaria reminiscencia; luego prosiguió, con la misma voz, qué era como de otra persona —: porqué si no será así, ahora más qué nunca deseó qué mi padre haya matado a Heo Aisha.
Hasta aquí el capítulo catorce, espero y lo hayas disfrutado. No olvides comentar, me anima a seguir escribiendo este dramático fanfic de cjun🥀, lindo día nos leemos pronto.