Teacher Alpha

Bởi DulcePanquesito

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El principal sueño de Louis era poder terminar su carrera de derecho, siendo un omega, la mayoría de las pers... Xem Thêm

Aviso
Guía Omegaverse
Prólogo
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Especial.
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22. Primera parte.
22. Segunda Parte.
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Bởi DulcePanquesito

Capítulo dedicado a: 

LxrryHT / Satan_99 / Anna9194 / PrincessYue18 / oopsfreddie / xlittlelouiex / LostxGirlxOnxMoon / Hotel_Room / Hotel_Room / Gxsunx / Brocoliebutt / AmeriicaLopez5 / coryvillanela14 / TheRose94 / Diana_Arsellande / LouisDePrisionero / lepetitejacinthe / ffersty / gatitodelapradera / aguanteldurazno0 / yosebaez1D / PersonaNoInteresante / lisa_tommo / loustiny / MilagroEstrada / Lexx_Hood / paulacatalan / spookypancha / SlArsArs / NakedTommo / riseandshineloulou /  AlwaysInMyLarry_ / Aye_4m / LizbethDelCarmen8 / softlou27 / meviolaunapapa / ot5cc1 / Pequitas_Moradas121 / Princess_Fiorella / dayanstylinson28 / saralovesmikeyway / skeers_ /AStyles_30 / amiga-palo / YamilyVictoriaGomez / ale_loveslarry / LottiePiolaMiGuacha / Blueedwards / MenaSm_13 / Nialllapapa / XxVCGxX / martinonix18 

Un agradecimiento enorme a todxs los que me leen, les deseo lo mejor en su vida preciosa. Besitos, lxs amo un chingo!!!  

...

Su cama asemejaba al jodido desierto, árida, rasposa y tan caliente que incluso se atrevió a mojar una toalla de baño por completo para acostarse sobre ella. Las contracciones disminuyeron demasiado horas atrás, reduciéndose a un par cada quince minutos.

El intenso dolor que paralizaba su cadera fue el culpable de cortar su sueño durante la madrugada. Respirar se convirtió en una tortura, tomando en cuenta los calambres en su pelvis y su entrada punzante rogando atención, su pene completamente duro, a pesar de que no exigía la misma atención que su entrada era doloroso.

El omega se retorció en la cama, lagrimeando un poco en frustración. Su celo inicio correctamente cerca de las dos de la mañana.

Todo su cuerpo estaba cubierto con una capa pesada de sudor, caliente y molesto. Y su pantalón de pijama absorbía todo el lubricante que su entrada expulsaba, pegajoso e incómodo. No dudo ni un segundo en introducir la mano a su pantalón, arrastrándola rápido por su ingle hasta sentir al tacto de sus dedos calientes al inicio de su hendidura manchada en jugo.

El cuerpo entero le vibro con el corto roce de las yemas frotarse cerca de su agujero, sus pezones dolían como el puto infierno. Intento aliviar la presión, apenas el suave apretón de sus dedos alrededor del botón marrón fue necesario para que las suaves gotas de líquido dulce y blanquecino resbalara por su pecho en un toque fino.

Louis cerro los ojos con fuerza, frotó sus dedos fuera de su ano, de arriba a abajo sosegando las punzadas continuas, su boca estaba seca, pero eso no le importo en ese momento. Ignorando su leve deshidratación y haciendo caso a las necesidades que su cuerpo gritaba introdujo dos de sus dedos sin cuidado dentro de él. Jadeo inmediatamente al sentirse tan caliente y con el maldito deseo de poder tener a alguien a su lado. Se retorció en la cama y lloriqueo, se penetro tanto como pudo, enterrando las uñas en las telas bajo de su mano libre, empuñando las sabanas.

La intrusión de sus dedos duro lo suficiente para sosegar el dolor de su cadera y poder moverse sin dificultad y recuperar su respiración rítmica.

Se alzo de la cama, gimiendo al compás de las ondas de placer que atacaban su pene erecto, maldijo tanto como pudo.

Volteo la mirada. En busca de la pequeña caja de condones, con las manos temblorosas y torpes la tomo intentando quitar el delgado empaque de esta.

—Ah, mierda, mierda. —se quejó cuando su glande rozo la tela de su pantalón y provoco una descarga nueva de lubricante. Mordió su labio y con el dolor entero y los temblores incrementando en ansiedad tomo la orilla y quito sus pantalones.

Como pudo y con descuido rompió el empaque de condones y tomo uno, rasgando la envoltura igualmente torpe y desesperado, porque mirar la colección de juguetes sobre su mesita de noche solo le causaba más deseo, el apuro por poder sentirse abierto, de sentirse más lleno, de tocar su próstata reiteradas veces hasta gritar y deshacerse en gemidos.

Casi podía llorar y rogar por ello.

Nunca necesito usar juguetes sexuales, desde su primer celo Louis siempre tuvo a su alfa con él, siempre atendido, siempre con la solución a la mano, siempre con un nudo que tomar. Y eso termino.

No tenía más a Owen y eso siempre le causaba frustración. Porque ahora tenía que estar encerrado en su habitación, solo e intentando igualar la sensación de una penetración real con cualquier objeto inanimado que no se acercaba en nada a una experiencia real con un alfa.

Y no siempre lo admitía, por simple orgullo, por rencor. Pero poder aliviarse mientras las manos ajenas magullaban sus caderas era la gloria, sentir su pelvis chocar insistente contra su piel sudorosa y lubricada era una sensación que no podía olvidar, era algo que desde su primer calor solo quiso revivir y añoraba.

Añoraba a Owen en esos momentos, en todos sus celos anteriores no hubo uno solo donde la imagen de su ex no se colará por sus pensamientos mientras empujaba el dildo hasta lo más profundo de su agujero chorreante. E intentaba recordar lo grandiosas que se sentía sus manos acariciando cada centímetro de su piel.

Lo extrañaba, jodidamente lo hacía y deseaba mucho tenerlo junto a él para alejar ese calor horrible que causaba dolor, que le dejaba exhausto y algunas veces llorando porque las hormonas eran tantas que no basta con correrse más de cinco veces, el necesitaba más, nunca se sentía satisfecho, incluso al terminar su celo él tenía esa sensación de insatisfacción y frustración, el vacío de saber que estaba solo.

Tomo el dildo, con el condón previamente colocado y se dejó caer sobre las almohadas impaciente, abrió sus piernas jadeante y aunque su desesperación era tanta hizo lo posible por introducir el artefacto en su interior con lentitud.

Jadeó, por fin sintiéndose un poco más estirado que con solo sus dedos, bombeo el juguete de adentro hacia afuera, la piel caliente y el dolor en el pecho al retener el aire.

Sus músculos eran tensión, su entrada frunciéndose alrededor del plástico que le penetraba con aceleración gracias a su mano insistente y poco prudente.

Se movió en su lugar, mordiendo con fuerza su labio, los ojos cerrados con potencia. Giro su rostro cuando soltaba un gemido muy agudo y su nariz se encontró con la manta doblada a su costado.

Louis detuvo sus movimientos, estático en su lugar aspiro con mucha fuerza el aroma casi nulo en la tela suavecita y un largo suspiro de satisfacción se coló por entre sus labios delgados y rojitos.

El aroma de su profesor le ayudo a sentirse más lubricado, tan mojado como nunca lo había estado, el dildo incluso se deslizo de su entrada, su corazón bombeo más acelerado y su piel ardió en llamas.

—Odio que huelas tan bien. —dijo Louis sintiéndose muy avergonzado, por sentir lo que sintió con solo tomar su aroma. —Te odio tanto maldita sea. —se quejó, tomando la base de su juguete de nueva cuenta, introduciéndolo otra vez, siseo y se penetro de nuevo. —Por ser tan malditamente apuesto. —hablo, como si en verdad Harry pudiese escuchar sus quejas. —Por no quedarte, maldita sea. —lloriqueo un poco, acelerando el bombeo de su penetración.

Ahora todo su cuerpo lo quería, su omega se sentía tan rechazado por qué Harry no se quedó junto a él, para calmarlo, para atenderlo. Era su orgullo maldiciendo por que en verdad anhelaba tenerlo con él, dispuesto a tomarlo, que se entregara a él, para satisfacerlo de cualquier forma posible.

Louis se perdió en su plano astral y las altas fantasías que le colmaron la cabeza, que nublaron todo su juicio y que fueron las que dispararon la orden a sus manos de tomar la manta y frotarla por su cuerpo, de pasearla por su nariz para sentir que el hombre se encontraba ahí con él, en que era su polla la que abría sus paredes con gusto en lugar de un juguete. Que era su fragancia la que emanaba de su cuerpo musculoso y escultural y no una simple manta, que eran sus manos grandes las que tomaban su miembro y le acariciaban pausadamente y no las suyas.

Louis gimió tan alto como sus cuerdas vocales lo permitieron, se alzó de la cama, colocándose de rodillas sobre esta y posicionando el juguete debajo de él y en una decisión que le estaba llevando al borde se sentó sobre el artefacto, montándolo.

Chillo en gusto, sus manos se pasearon libres por todo su cuerpo, acariciaron su cuello que ambicioso ansiaba sentir los labios carnoso y rojizos del alfa presionarse en esa zona.

Paso sus manos por todo su vientre y las poso en su cadera, tomándose con fuerza mientras continuaba follandose a sí mismo, vehemente y muy rudo. Sus dedos se hundieron en su piel, solo para imaginar que era el hombre de risos alborotados quien lo tomaba de esa manera.

La manta colgaba en su cuello para tener siempre presente esa fragancia que le ayudaba mucho a delirar y a mantener su fantasía viva.

En su cabeza era él, sobre el cuerpo del alfa, montándolo como solo él sabía hacerlo, tomándolo como debía ser, colmándose con la carne caliente y firme en su interior, presionando su punto dulce una y otra vez.

Era su boca caliente succionando sus pezones, sus labios besando todo su pecho, sus dedos largos amasando sus glúteos, era su voz profunda, gruesa y rasposa restregándose en su oído gimiendo su nombre, entrelazándose con su propia voz aguda, sedienta de más.

—Harry. —soltó casi como un suspiro al presionar su próstata, tomando el romero y las sales, los cítricos hundiéndose en sus pulmones. —¡Ah Harry! —aulló un poco más al acelerar sus brincoteos, buscando más placer, simplemente buscando más.

Un nudo, quería un maldito nudo y no cualquiera, quería el de Harry, quería sus ojos verdes conectados a su mirada mientras se expandía en su interior, quería sus fuertes brazos tomándolo mientras sucedía y exigía sentir sus colmillos encajarse en la piel de su cuello.

Y esa última idea por alguna razón le excito en mayoría, fue solo la imagen de Harry tomando su sangre en su boca, fue la sensación imaginaria de sentir su piel romperse y Harry reclamándolo como malditamente suyo lo que le provoco un orgasmo vigoroso, algo que no pudo conseguir nunca, no solo y no con Owen.

Su cuerpo perdió toda la fuerza, el resto de su semen moteando de la punta de su pene y su cuerpo relajándose por completo, acompañado de esa respiración pausada que inflaba su pancita y alzaba sus hombros. Y aunque no se sentía completamente complacido por la falta de un nudo, ese orgasmo fue al menos uno de los mejores que pudo experimentar.

Se alzo un poco con la escaza fuerza que aún mantenía y quito el juguete sucio de su interior, sintiendo como más lubricante se escapaba de su entrada, cosa que tampoco había experimentado. Generalmente producía el lubricante necesario solo para facilitar la penetración al inicio de su acto.

Pero en ese tiempo su cuerpo en ningún momento paro de lubricar y le sorprendió demasiado, no solo la reacción de su cuerpo con un simple pensamiento erótico y cargado en lujuria, fue el pensamiento de Harry marcándolo.

Algo fuera de sus deseos, de pronto se convirtió en algo que quería. Le causaba una sensación cosquilleante en el cuello, quería ser reclamado y no podía solo culpar a su estado hormonal.

Demasiado desorbitado se dejó caer sobre el colchón, notando como su cuerpo recobraba energía y le colocaba en estado, demandando una fecundación que no llegaría nunca.

Nunca pensó en querer que un alfa le marcara, y por supuesto nunca pensó que imaginar aquello le excitaría tanto, nunca deseo una marca y ahí estaba, el sentimiento en su pecho, vivo.

Su pene colocándose duro una vez más, su cuerpo aumentando la temperatura y el dolor tajante por todos sus brazos y piernas. Receloso a su naturaleza quiso llorar por la impotencia, odiaba sus malditos calores, odiaba sentirse solo y odiaba pensar en Harry.

No le gustaba saber la verdad, porque era complicada, pero su cuerpo le decía lo mucho que anhelaba a Harry como su alfa y era algo que no podía dejar pasar, no más.

Quiso tomar el celular y llamarle, quiso decirle justo en ese momento que era lo que quería, que lo quería en ese momento junto a él, demandar su presencia y que apareciera en su puerta.

En cambio, solo tomo todas las mantas con su aroma y las envolvió en su cuerpo, continúo fantaseando, follandose a sí mismo, recorrido su cuerpo con sus manos temblorosas y sintiéndose tan caliente como nunca se sintió, sus hormonas se triplicaron solo por pensar en él e incluso después de imaginar tantos escenarios junto al hombre no parecía suficiente.

Orgasmo tras orgasmo, su entrada se sentía tan sensible y húmeda. Tuvo que frenar un tiempo, que, aunque no quería no lo veía sano. No era posible aguantar demasiadas horas seguidas con diferentes tipos de dildos en su interior, entrando y saliendo enloquecidos.

Así que freno, para atender cualquier otra necesidad, como el hidratarse, asear su espacio, al igual que tomar una ducha e incluso dentro de la tina no pudo evitar tocarse un par de veces, estaba descontrolado.

El tiempo paso muy rápido, revolcándose de cualquier manera posible por toda su cama, practicando cualquier posición que se le hiciese cómoda, las sabanas desordenadas, el chocolate manchando su pecho, sus muslos incluso ya irritados al igual que su agujero.

Tenía que parar, pero su cuerpo no se lo permitía, porque el frenar era doloroso, punzadas en la cadera, escalofríos, temblor, no quería sentir ese dolor.

No fue tan consciente del tiempo, en su cabeza solo era Harry, solamente él. Fue hasta que tuvo que salir por más botellas de agua a la cocina -casi arrastrándose por el suelo por la falta de energía- que noto el cielo obscureciéndose y miro el reloj en la pared, sin creer que llevaba casi cinco horas sin parar de estimularse.

Y fue que decidió volver a su cuarto y buscar las pastillas que su madre le compro para reducir su dolor, para que fuese un poco más soportable y no tuviera esa necesidad de penetrarse con cualquier maldita cosa que estuviese cerca y evitar lastimarse.

Después de su segundo baño las tomo y estas por fin moderaron su deseo y relajaron todo su cuerpo, después de todo ese tiempo pudo darse cuenta de lo cansado que se sentía y de los mensajes de Harry en su teléfono, pero opto por cerrar los ojos y buscar sueño antes de que el efecto de sus pastillas perdiera efecto.

—🐾🐾🐾—

Harry desabrocho el cinturón de seguridad, lo retiro de su cuerpo y tomo la manija de la puerta, abriéndola tranquilamente. Bajo del auto, tomando el cuerpo de Dany en sus brazos.

El menor agito el pequeño patito en sus manos y balbuceo, llenado su barbilla con más saliva.

—Bien, te veo dentro. Tengo que hacer este pago. —le dijo Tyreese, antes de que el alfa se alejara del auto, Harry asintió con la cabeza y cerró la puerta.

Era la una de la tarde, apenas dos horas después de que Harry se levantó de la cama, era la primera vez después de mucho tiempo que podía levantarse a las once de la mañana. Disfruto mucho eso incluso, descansar y recuperar su sueño. Fue de igual manera la primera noche en la que no tuvo pesadillas, descanso profundamente sin alguna intervención o sentimiento vano apretando su pecho, lo único que ejerció presión en él fue el pequeño cuerpo del cachorrito que trepo a su pecho a mitad de la madrugada y de ahí no se movió.

Durmió encima suyo hasta el amanecer, incluso Harry pudo continuar durmiendo, pero fue Daniel quien le despertó, con saliva y mordidas en su barbilla, he impulsos de querer comer todo lo que tuviese a su alcance por el hambre.

Se deslizo de la cama y bajo a la cocina, preparando el desayuno para él y para el cachorro, rompiendo un poco la dieta estricta que Louis le repitió muchas veces y que memorizo, pero igualmente no le importo y le dio un poco de sus cereales de chocolate.

No supo que desayunar con un cachorrito en las piernas era tan difícil hasta ese momento, pues Dany no paraba de intentar meter las manos a su plato con leche y lo logro, varias veces.

Después del desorden en la cocina y Dany mordiendo su mano fue que decidió darle una ducha y salir al super para conseguir algo para que el bebé dejara de destrozar las telas de la ropa al morder todo.

Le pidió ayuda a Tyreese para que manejara, aprovechando que el chico igualmente saldría y eso le recordó que debía comprar una sillita para el auto si no quería tener al chico como chofer personal.

Camino tranquilo, Dany despertó muy inquieto, bañarlo fue demasiado difícil y al final termino por pedirle ayuda Anne pues no podía sostenerlo y al mismo tiempo colocarle jabón.

Tomo el mango de uno de los carritos, jalándolo hacia él, lo coloco al frente suyo y despego a Dany de su cuerpo, alzándolo sobre el carrito.

—De acuerdo cachorro, haremos las compras. —le aviso, sentando al bebé en la sillita incluida en el carrito, abrocho el cinturón alrededor de su cintura.

Dlup. —balbuceo Dany alzando el llavero de patito. Harry tomo el carrito y lo empujo, adentrándose al super.

—¿Qué pasa con Duck? —pregunto Harry, recargado sobre el carrito y caminando demasiado lento. El bebé balbuceo muchas cosas que Harry no comprendido y después Dany devolvió la vista al patito, observándolo para encontrar algo nuevo en él, como si fuese a evolucionar o algo por el estilo.

—Te prometí más de esos. —recordó Harry, girando a la sección de carnes frías. —Podemos ir por unos saliendo de la despensa. ¿Está bien? —Dany asintió eufórico, brincando sobre el asiento, moviendo sus pies emocionado y golpeando el metal del carrito.

—Muy bien. —dijo el chico, sonriendo amplio y golpeando la nariz de botón con su dedo índice.

Harry se paseó por todos los pasillos, eligiendo todo aquello que su madre le pidió antes de salir y algunas otras que él noto hacían falta, como la crema de almendras que le causaba adicción desde siempre.

Dany comenzó a preguntar por su madre a mitad de sus compras y Harry tuvo que explicarle porque no se encontraba con ellos en ese momento e intento desviarlo de ese tema antes de que el menor extrañara a su madre y comenzara a llorar, haciéndolo participe de las comprar, hablando con él de preciosos, gramos, marcas y sabores, como si enserio el bebé fuese un gran experto en ello.

Por supuesto el bebé fingía saber de qué hablaba y elegia entre los productos que Harry le colocaba al frente como opciones. El cachorro elegía lo más atractivo a sus ojitos y Harry siempre le felicitaba como si hubiese tomado la mejor decisión en la vida.

El alfa llego a la zona de bebés, buscando con la mirada entre todos los productos lo que necesitaba. Dany golpeaba eufórico el patito en el carrito y Harry tenía que estar muy atento a que no lo perdiera pues se le caía constantemente.

Paro su paso y tomo la primera cajita, leyendo con atención toda la información en los empaques. Después de tomarse el tiempo en elegir entre muchas marcas y seleccionar la que el creyó mejor y que se atendía más a las necesidades del pequeño bebé tomo dos cajas, se recargo en el carrito con los antebrazos, su rostro a la altura del cachorrito frente a él.

—Bien Dany, compraremos una crema para tus encías, para que no tengas comezón y dejes de morderme la cara ¿sí? —el bebé asintió, seguido de una risita sonora. —Y esta será tuya así que puedes elegir el sabor. —Harry puso las dos cajitas frente a Dany. —Fresa o uva. —menciono ambas opciones.

Dany guardo silencio y se concentró en las dos versiones, miro a Harry y lo señalo, balbuceando algunas cosas.

—No, yo no puedo elegirlo porque es para ti. —Dany hizo un pequeño puchero, indeciso y finalmente poso sus dos manitas en ambos productos. Harry rio corto y bajito. —No puedes elegir las dos, debe ser una sola. —Dany negó, intentando explicar que no podía decidirse y volvió a señalar ambas.

Ous. —intento decir. Harry alzo una ceja e intento no sonreír al escuchar al bebé.

—Las dos no. —repitió Harry, el matiz de su voz dulce y liviano. Dany hizo un puchero, los ojos grandes y ambas manitas tomando las cajitas. Harry suspiro, rendido. —Está bien, llevaremos los dos. —hizo saber derrotado, sin embargo, la sonrisa ladeada se mostró en su rostro. Apretó con cariño una de las mejillas del bebito. —Tu madre no puede saber que me convences así de rápido. —bromeo un poco el alfa, dejando caer las cajitas dentro del carrito.

—Harry. —escucho la voz a su espalda, como un fantasma, tan familiar y al mismo tiempo olvidada.

Harry alzo la vista, notando la presencia del alfa de ojos azules, Harry se irguió en su lugar mirando al chico de ya veinticuatro años.

—Phill. —saludo Harry, sin despegar su mirada del menor. El chico sonrió amistoso acercándose a donde el profesor.

—Ah... cielos ya paso un largo tiempo. —menciono el alfa un poco desorbitado. Harry asintió, escaneando presuroso el aspecto descuidado del alfa, demasiado delgado, ojeras muy notorias bajo sus ojos, la piel pálida y labios agrietados. A pesar del mal aspecto incluso se veía mucho mejor que la última vez que cruzaron palabras frente a los tribunales.

—Si. ¿Cómo has estado? —se atrevió a preguntar Harry, un tanto preocupado por el aspecto del chico.

—Mejor, mejor. Mejore demasiado. —respondió rápido, mirando al suelo. Harry asintió poco convencido, el chico frente a él no era para nada el mismo alfa que conocía de cinco años atrás y eso le causaba demasiada tristeza.

—Eso es bueno. El psicólogo te ha ayudado mucho, supongo. —menciono Harry, mirando rápido a Dany. El bebé miraba atento a Phillip, intrigado por el alfa que lucía cansado, sus ojitos no paraban de recorrer el cuerpo alto y delgado, analizándolo.

—Si. Ha sido un gran apoyo, gracias por... recomendarlo. —menciono Phill un poco más sonriente, al menos ya sonreía. Era un logro muy importante, al menos para Harry, pues el hombre recordaba al alfa siempre con una sonrisa extendida y un brillo singular. —No es fácil perder a un hijo y a tu pareja. —explico. Harry apretó los labios, observando como la sonrisa desaparecía. —Pero la terapia ha ayudado mucho con el duelo.

—Me alegra escuchar que mejoras. —fue sincero Harry. Dany dejo caer de nuevo el llavero al suelo, llamando la atención de ambos alfas.

Adbllb. —pidió ayuda el cachorrito, alzándose en su asiento para poder ver hacia abajo y buscar el artefacto. Harry rápidamente se agacho, recogiendo el animalito y entregándolo a Dany.

—Tienes un cachorrito. —menciono Phill. No preguntó, solamente afirmo lo que veía y se acercó a Dany. Harry no se tomó el tiempo en negar que no era su bebé, solamente calló, agradado un poco por las palabras de Phillip.

El cachorro se alejó rápidamente del tacto del alfa, un poco asustado y buscando a Harry. Phillip alejo su mano inmediatamente al notar el brinco inesperado por parte del bebé y su expresión mostrando terror.

—Lo siento, le teme mucho a los alfas. —dijo Harry rápidamente, desabrochando el cinturón de Dany y tomándolo por las axilas. Dany acelerado se empujó rápido a su cuerpo y al acercarlo a él se escondió rápido en su cuello. —Está bien, tranquilo, estoy aquí, no tienes por qué tener miedo. —sosegó con voz suave y leves cariñitos en su espaldita.

—Te va bien la paternidad. —soltó el cumplido el alfa más joven, con una media sonrisa, aunque la tristeza se asomaba en cada iris azulado y opaco.

—¿Lo crees? —pregunto Harry realmente interesado, meciendo el pequeño cuerpecito en sus brazos, sin poder evitar que una sonrisa leve se estancara en su rostro.

—Por supuesto. Te vez más feliz. Imagino que tener un cachorro es algo magnifico. —Phill trago saliva pesadamente. Harry hizo una pequeña mueca y coloco la mano sobre su hombro en apoyo.

—Algún día lo serás, Phill. —le alentó el profesor. Phillip bufó, rodando un poco los ojos e intentando sonreír, aunque el contorno de sus ojos ya podía notarse muy rojo debido a la falta de color en todo su rostro.

—Richard era el omega con quien quería una familia, Harry. —el mayor tomo un respiro muy hondo, el escalofrío recorrió todo su cuerpo. —Si no es con él no quiero a nadie más. —el alfa joven bajo la mirada, escondiendo su tristeza excesiva.

—Se que lo amabas mucho, Phill, pero él... ya no está, se prometieron amor y eso estará ahí siempre, por supuesto, nunca dejaras de amarlo, pero no puedes encadenarte así a alguien. Mereces tener una pareja estoy seguro que mi hermano será muy feliz si tú eres feliz. —Phillip asintió, apretando con fuerza los labios, la barbilla temblando al retener su llanto.

Dany se despegó rápidamente del cuello de Harry, observo al chico al frente, unas cuantas lagrimas se deslizaron por sus ojos, el cachorro hizo un mohín con sus labios.

Uh... bi. —balbuceo Dany, guiando su vista de Phill a Harry en periodos cortos y rápidos. —Adbllb, bi. —repitió, señalando al alfa de mirada azul.

—Phill, cachorro. —corrigió Harry. Dany volvió a señalar al chico y negó con su cabeza, balbuceando apurado. —Mmmm, ¿no quieres que llore?

Num. —respondió.

—Bueno ¿Por qué no se lo dices tu? —alentó Harry, acercándose a Phillip.

Dany dudo un corto tiempo en acercarse, pero al final tomo valor, pues tenía la seguridad de sentir a Harry cerca para protegerlo.

El alfa arrimo un poco al cachorrito. Dany estiro sus pequeñas manitas y las poso rápidamente en las mejillas del alfa, acaricio la piel húmeda y con un lenguaje propio le pidió no llorar, frotando sus manos torpemente.

Dany le mostro su patito, en un intento por distraerlo con el objeto y Phill sintió su corazón inflarse, sonrió enseguida al reconocer el llaverito que Richie solía llevar en su mochila, además que el acto del bebé le lleno de ternura el alma.

—Gracias ammm...

—Daniel. —respondió rápido Harry, sonriendo ampliamente.

—Daniel, eres un cachorrito muy agradable. —le halago, él bebé le dio una sonrisa rápida, agitando sus pestañas.

Una vez que Dany soltó a Phill Harry lo devolvió a su cuerpo, aunque Dany ya no se escondió en su cuello.

—Es encantador. —agrego el alfa más joven, esta vez dirigiéndose a Harry.

—Lo es, igual que mami ¿no es así? —dijo Harry, haciendo cosquillas en la pancita del bebé. El pequeño libero unas cuantas risas.

Phillip sonrió, bajo un poco la mirada, pasando su antebrazo por sus mejillas para limpiar los restos de las lágrimas.

—Me informaron de lo de tu testigo. —hablo el alfa. Harry lo observó, colocándose muy serio de pronto. —Lo lamento, sé que era tu única forma de comprobar que no estabas en casa cuando... sucedió.

—Si, bueno... —Harry se encogió de hombros y limpio la saliva de la barbilla de Daniel. —No me esperaba algo así, a decir verdad. Me interrogaran de nuevo y... No me preocupa, en verdad. Mi testigo necesita tener pruebas y él, no proporciono nada que compruebe su... Mentira. —Harry apretó sus labios. —Así que mientras no compruebe algo yo no puedo ser detenido.

—Si, me interrogaran igual. —notifico Phill, suspiro cansado. —Pero ¿porque razón cambio su testificación? —Harry alzó una ceja y atino a reír un poco seco.

—Me gustaría saberlo. —Phill suspiro.

—Se arreglará. Sé que tú no lo hiciste, lo amabas. Estará todo bien. —Harry asintió convencido. Él sabía que estaría bien. —Bien, yo, debo irme, aún tengo que buscar donde envolver esto. —anuncio el alfa, alzando el juego de sonajas en su mano. —Mi amiga está embarazada, bueno, está dando a luz o algo así... aun no lo sé, pero quería visitarla en el hospital y no podía no llevar un regalo.

—Oh, felicítala de mi parte. —dijo Harry.

—Por supuesto, lo hare, me dio gusto verte, Harry. Adiós Daniel. —se despidió el chico con la mano. Dany sacudió su manita respondiendo.

—También me dio gusto verte. —respondió Harry. Phill le dedico una última sonrisa y camino por el pasillo hasta dar la vuelta y perderse de su campo de visión. El rizado llevo a Dany de nuevo a su asiento en el carrito, le aseguró y continuó con sus compras.

Consiguió no pensar en sus problemas toda la tarde del día anterior y toda esa mañana. Pero al parecer la vida se encargaba de recordarle que no podía dejar de lado ese problema.

Paso los últimos cuatro años de su vida molesto, buscando como un demente al responsable de su tragedia, buscando justicia para su hermano. El odio, su tristeza y sus insaciables ganas de asesinar al hijo de perra que acabo con la vida de quien más amaba en el mundo era el aliento que le permitía continuar con el caso y aferrarse a no dejarlo impune.

Pero al ver la mirada de Phillip claramente encontró el cansancio. Estaba agotado, al igual que él. Ambos pretendían olvidarse de sus dolencias, dejar en el pasado su dolor. Quemar los malos ratos, observar como estos se convertían en cenizas y se perdían entre las corrientes de aire. Para continuar, para no estancarse.

No era posible para ellos avanzar si surgían problemas como esos, que los inducían de nuevo a los pozos sin fondo de los que tanto trabajo les estaba costando trabajo salir.

Las uñas sangradas, los dedos de las manos callosos, rodillas raspadas y dolor al crear esfuerzo por escalar entre sus paredes húmedas y resbalosas.

Nunca podrían curarse de su perdida, si las situaciones se aferraban a arrastrarlos de vuelta.

Se prometía a si mismo nunca darse por vencido, le prometió a su hermano conseguir la justicia que merecía. Pero no podía más con ello, no podía lastimarse de esa manera. Necesitaba una vida.

Tan pronto como Louis lo beso por primera vez en su cabeza no hubo más que desear abandonar el caso, estuvo a punto de pedir no continuar. Entonces ese mismo día llego la apelación de Jeremy y sus ideas se fueron al carajo. Junto a sus deseos de tener a Louis a su lado.

Tyreese le alcanzó ya en la caja registradora. Un poco molesto porque el banco era un caos y el servicio -como siempre- pésimo.

Pero se alegró cuando miro el helado de galleta que Dany eligió en el carrito y ayudo a Harry a llevar las cosas rápidamente al auto para después ambos encaminarse de nueva cuenta a la plaza, buscando esa tienda guiada a los productos de bebés y maternidad.

—Me alegra que al fin te decidas a tomar tu relación con Louis enserio. —hablo tranquilo Tyreese. Harry frunció el ceño, observando los diferentes modelos en la repisa ancha.

—Aun no decido si formalizarlo o no. —el muchacho de tez morena golpeó su frente al mismo tiempo que rodaba los ojos.

—Estas comprando una silla de bebé para el auto. Creo que eso ya es formalizar algo. —exclamo frustrado porque su amigo llegaba a ser demasiado idiota.

—Bueno, sé que esto significa que pienso tener a Louis en mi vida por más tiempo, pero... al ver a Phillip recordé porque no es bueno que Louis sea mi pareja. —Tyreese suspiro tomando el cinturón de una de las sillas, jugando con él, mientras Harry decidía entre los modelos.

—Pero ¿qué estás diciendo? —casi grito el alfa con el acento que le caracterizaba.

Harry suspiro, Dany señalo una de las sillitas y Harry la miro, tomando con su mano libre el artefacto, verificando que fuese suavecita.

—Que Louis se convierta en mi omega no es algo que pueda aceptar, no hasta que mis problemas legales sean más sólidos. Hasta saber que Louis no tendrá que cargar con esto. Es por su seguridad.

—¿Su seguridad? Louis no está involucrado en el caso. ¿Por qué estaría en peligro? —Harry miro a Tyreese, demasiado serio.

— No, es verdad, no lo está. Pero si hay alguien intentando culparme por ello ¿Qué te hace pensar que no harían cualquier cosa para lograr su cometido? No sabemos qué tan peligroso es o si incluso es la misma persona que asesino a Richard. No sabemos una mierda, Tyreese. —el menor guardo silencio.

Harry aparto su mirada, retomando su búsqueda, observando los preciosos y eligiendo meticulosamente entre las distinciones de cada sillita.

—Es más bonita la que tiene rayas azules ¿no es verdad? —pregunto Harry al cachorro. Dany frunció el ceño hacia el profesor. —Apuesto a que mamá ya te enseño los colores. —Dany negó.

—Bien, este es azul. —dijo el mayor, señalando la línea de la sillita. —Y este rojo. —señalo la contraria. —Ahora debes elegir uno. —El cachorro rápidamente señalo la azul y Harry asintió satisfecho.

—Deja de inventarte excusas para alejarlo de tu vida. —hablo por fin Tyreese.

—No quiero alejarlo de mi vida, maldita sea, lo quiero en ella. En verdad. Jamás había estado tan convencido en algo como lo estoy con esta decisión. Pero, así como lo quiero no voy a ponerlo en riesgo. No se trata de mí, se trata de él y de Daniel. ¿Qué sucederá si voy a prisión?

—No iras a prisión porque tú no hiciste nada. Nos encargaremos de que todo salga bien. —aseguro convencido su amigo. Harry tomo la caja de la silla y jalo de la misma para comenzar a caminar por el pasillo.

—Tu no lo sabes. —menciono. —Louis es muy pequeño. No puede lidiar con este tipo de cosas.

—Por favor. —bufo el joven, rodando los ojos. —Tiene un cachorro, mantiene un empleo y cursa la universidad en una de las mejores universidades de Londres. No tiene ese puesto por ser precisamente un tonto, Harry. Puede con una situación así.

—No es, si puede o no puede, Louis es capaz de sobrellevar algo así. Pero no es algo que tenga que cargar a esta edad. No puedo poner ese peso sobre sus hombros, no con todo lo que ya tiene. —Tyreese dejo escapar una risa divertida.

—De acuerdo, está bien. Di lo que quieras por ahora, pero ambos sabemos que no lo mantendrás en pie. Puedes pensar lo que sea, pero Louis te tiene en la palma de su mano. Cualquier estupidez que digas siempre termina en la basura, donde debería de estar desde un inicio por supuesto. Y termina ahí porque ni tu ni Louis pueden poner límites. Hace dos semanas no lo querías como algo romántico y ahora estas cuidando a su bebé. Cuando menos lo esperes todas tus reglas estarán rotas. No puedes decirle que no al amor. —Harry gruño molesto. Porque su mejor amigo siempre tenía razón.

El mayor llego a la caja, colocando su adquisición sobre la banda y buscando su cartera en el bolsillo. No dijo más a lo que Tyreese le señalo, ciertamente no tenia palabras para ello y si continuaba discutiendo se vería como todo un imbécil días después. Por lo que prefirió guardar su orgullo.

Salieron del lugar, el viento les golpeo fuerte el rostro y Harry tuvo que entregarle la silla a su amigo para poder subir el cierre de la chamarra de Dany.

—¿Podrías llevar esto al auto? Compraremos algo más. —Tyreese alzo una ceja. —Por favor, será rápido. —el alfa de piel morena rodo los ojos.

—Si llego tarde al trabajo y me descuentan el día tu pagaras mi salario de hoy. —le dijo rápido antes de girar sobre sus talones y caminar en dirección contraria a la que Harry tomo para llegar a la tienda que solía visitar siempre con su hermano cuando salían a pasear.

Era de esas tiendas donde todo era demasiado tierno, dulce y colorido. Con montones de productos que claramente nadie necesitaba pero que era inevitable comprar debido a que eran demasiado bonitos.

Richard siempre terminaba comprando un montón de cosas de papelería, cosas que en casa ya tenía y que llenaban un cajón entero en su escritorio. Incluso el propio Harry llego a caer más de una vez en la trampa dulce de la tienda, comprando regalos para su antigua omega.

Las puertas se abrieron frente a ellos, Harry camino dentro del lugar y Dany giraba su cabecita por todos los anaqueles con productos llamativos. El bebé pudo ser embrujado en cuestión de minutos por el encantador lugar, como todas las personas.

Harry paso rápido entre los pasillos, evitando que el menor pudiese entretenerse con algo y llego casi al fondo del lugar, donde la pared entera con llaveritos de todas formas y colores posibles colgaban de los ganchos de metal.

Harry se acuclillo y permitió bajar al cachorrito, sus piecitos golpearon el suelo y lo tomo por la cintura para asegurar que no sufriera una caída repentina.

—Bien, es hora de que elijas tus llaveros cachorro. —Dany llevo su mano derecha hasta su boca y Harry la aparto rápido.

—Tienes las manos sucias, Dany te vas a enfermar. —aviso el alfa, doblando la orilla de la manguita del suéter delgado que puso debajo de su chamarra. —Bueno, Dany, lo último que quiero es pagar un día entero de salario a Ty, así que elige rápido.

Dany miro los montones de llaveros, muy brillantes, tanto que lograban desubicarlo un tanto. Volteo a ver a Harry en busca de ayuda.

El profesor suspiro un poco y se acercó.

—¿Quieres animales no es así? —hablo el mayor, buscando entre todos los modelos. —Bueno aquí hay... una oveja demasiado esponjada, aunque no creo que sea segura si la meterás a tu boca, es demasiado esponjosa. —Dany tomo el llaverito y curioso aplasto con sus deditos el pelaje falso. —Hay un conejo. —mostro, tomando el llaverito. —O un gato, peces, perritos, gatos... —Harry puso todos los animalitos en el suelo y Dany por fin se dejó caer en el suelo, sentándose, eligiendo entre la colección de llaveritos.

Después de mucho inspeccionar todas sus opciones tomo el perrito de orejas largas y ojos grandes color marrón, el cerdito rosado, un zorro rojo y un erizo muy feliz.

Harry coloco los llaveritos sobrantes en el lugar que se encontraban y tomo de vuelta a Dany en sus brazos, el menor continuaba muy atento a sus nuevos llaveros muy emocionado y señalando un montón de sus características para Harry.

El chico alto solamente asentía e intentaba adivinar si se refería a las orejas o a los ojos.

Peleo con Dany unos cuantos minutos porque le entregara los llaveros a la chica en la caja ya que no quería soltarlos, atrasando así un poco la fila de cobro, pero a Harry no le importo, ni siquiera pudo notar las miradas molestas detrás suyo por la impaciencia de algunas personas.

Pero Dany accedió poco después de que Harry le explicara muy detalladamente como funcionaba el proceso para comprar algo.

La omega tomo los llaveros, pasando el código de barras por el lector.

—Tu cachorrito es muy lindo. —pudo escuchar a la omega cuando tomaba los billetes de la carretera. —Igual que su padre. —Harry alzo la vista, desubicado con él comentario de la chica.

—Gracias. —contesto firme entregando los billetes. La chica apretó los labios, tomando el dinero y entregando el cambio junto a su bolsita de papel rosa con los llaveros.

Harry tomo la bolsa, acomodo a Dany en su brazo y apurado por llegar al auto salió del lugar. Dany se recostó en su hombro y comenzó a morder la tela de su gabardina, rascando su encía, Harry suspiro.

Tomo la manija de la puerta y la abrió, tomando asiento en la parte de atrás como Tyreese siempre pedía.

—Creí que no tardarías. —bufo Tyreese, arrancando rápido el auto.

—Dany no podía decidir entre una nutria o un conejo. —notifico, acomodando a Dany en sus piernas y ayudándole a abrir la bolsita engrapada. Su amigo libero un bufido inconforme.

—¿Y cual eligió? —fue curioso.

—Ninguno, compro un erizo. —el alfa menor le lanzo una mirada rápida por el retrovisor, abriendo un poco la boca, pero Harry no pudo verlo pues estaba entretenido mirando los llavero junto al bebé.

—Ese niño te tiene hechizado. —Harry rio un poco con el comentario, aunque su risa paro de golpe cuando la sensación bajo su piel la causo un cosquilleo que erizo todos sus poros.

Trago saliva, su quijada presionada y el sudor frio que cubrió su espalda repentinamente. Se guardo un gruñido que provoco una vibración rara en su pecho.

La necesidad por correr a casa de Louis fue tan extraña como la necesidad que tenia de respirar para poder mantenerse vivo. Y la presión en su pecho apareció cuando ignoro ese llamado, cuando no respondió correctamente.

Aparento no entender la sensación, evadiendo el descontrol interno de su alfa, que se estrellaba con fervor contra su cuerpo, una y otra vez, Harry sentía que se partía en dos, su alfa estaba cerca de desprenderse de su centro, cerca de escapar de la prisión que Harry construyo desde el primer momento que se entero que no era un omega y solo tenia permitido salir en su celo.

Cosa muy desagradable, pero mas desagradable era sentir a Louis atraerlo y no poder hacer nada al respecto. Las palmas de sus manos sudaban, cosquilleantes y con esa idea de poder palpar el cuerpo de Louis. Como si fuese su única opción para tranquilizar su estado anormal.

Cerro los ojos y recargo su nuca en el respaldo del sillón, alejando la petición en su cabeza por gritarle a Tyreese que le llevara a casa de Louis de inmediato antes de desmayarse.

El esfuerzo por eludir su naturaleza le costó demasiada energía, jamás se sintió tan casado, ni siquiera los días previos a sus celos, pero justo ahí noto todo tan borroso, al igual que si intentara observar más allá de la bruma y solo pudiese observa todo humeantes y borroso.

¡Adbllb! —grito Dany por quinta vez, jaloneando ya la gabardina para llamar al alfa que parecía no estar presente en su realidad. Así era, el único pensamiento que tenía cabida en su cabeza en ese tiempo era Louis.

Abrió y cerro los puños, relamió sus labios, quitando la sensación árida en los mismos y con un esfuerzo enorme alzo la cabeza, tomando atención al cachorrito ya hipando en sus piernas, con sus ojitos llorosos porque el profesor no le tomaba atención.

Harry se quejo cuando se acomodo en el asiento, todos sus músculos quemaban.

—¿Qué sucede? —le pregunto el alfa al menor, tomando su manita, la voz muy baja y áspera, matizando su dolor entre las silabas.

—¿Estas bien? —pregunto preocupado Tyreese, dedicándole una mirada fugas por el espejo. —Te desconectaste del mundo. —Harry cerro los ojos, pues la luz del sol le causo una terrible migraña, su cabeza punzo y mordió su lengua, el sudor ya en su frente.

—No. —respondió corto y casi en un susurro, la sensación de un montón de puños estrellarse en su torso le arrebataban la respiración.

—¿Qué te sucede? ¿Necesitas que vaya al hospital? —el alfa menor freno en un alto y rápido se volteo a ver al alfa, Dany ya estaba hincado en su regazo, arrasando sus deditos por la mejilla del mayor. —Carajo estas muy pálido, te llevare al doctor. —se alarmo Tyreese, ya que no era la primera vez que Harry sufría un shock de ese tipo debido a su desorden por la abstinencia.

—No, no, estoy bien, solo quiero dormir. —pidió el chico, sabia que no era grabe, o al menos era lo que quería pensar. —Estaré bien. —aseguro entre dientes, sus uñas enterrándose en las palmas de sus manos.

—La ultima vez que dijiste eso, estuviste cerca de morir, así que no te hare caso.

—¡Carajo, Tyreese solo llévame a casa! —alzo la voz irritado y entonces Dany comenzó a llorar porque no conocía a Harry molesto y eso le asusto. —Mierda. —maldijo Harry muy bajito. —Lo siento, no quería gritar cachorro. —hablo suave, cubriendo todo el cuerpo del bebé con sus brazos, uniéndolo a su pecho.

Dany se hizo un ovillo y su llanto se perdió contra el cuerpo del hombre alto. Harry se acostó de nuevo, el lloriqueo de Dany causando mas olor en su cabeza.

Le meció con lentitud, acunándolo y consiguió que bajara un poco sus alaridos, pero seguía llorando e hipando.

Tyreese se estaciono frente a la casa y Harry abrió la puerta, el aire le causo mas escalofrió en su espalda empapada en sudor, sus piernas perdieron toda la fuerza y a cada paso que daba falseaban peligrosas.

Dejo a Tyreese a cargo de bajar las cosas del auto, mentalmente, pues él no creía poder mantenerse en pie mas tiempo.

Dejo al chico a su espalda y se apresuró a abrir la puerta, los escalones fueron una tortura, pues no podía sostenerse de ningún maldito lado si cargaba a Dany entre sus brazos igualmente débiles y no podía arriesgarse a caer si tenia al bebé.

Entro a casa y tan proto como lo hizo, Anne salió de la cocina al escuchar el llanto del cachorrito.

—Harry. —se acerco apresurada, colocando ambas manos en la cintura de Dany ya que Harry estaba tambaleando un poco. Dany no se quejo cuando la omega lo abrazo en su pecho.

—¿Qué te pasa? —indago preocupada su madre. Su hijo respiro profundo, el cuerpo cortado, sudor en todas partes.

—¿Mencione mi conexión inusual con Louis? —Anne alzo una ceja confundida, Harry la rodeo, avanzando a la cocina.

—Claro. —Harry asintió, deteniéndose en el umbral de la puerta.

—Bueno. —se recargo sobre el umbral, retomando su aliento, esperando a que el mareo se disipara. —Me hace sentir mal no estar con él. —Anne dejo respirar al escuchar las palabras de su hijo. —Como sea Dany tiene que comer. —hablo, cortando sus palabras anteriores y desviando el tema, intentando entrar a la sala para dirigirse a la cocina, pero el primer paso le hizo tambalear.

Su madre se acerco a él en auxilio, tomando con fuerza su brazo.

—Tu iras a la cama ahora mismo. —ordeno, Tyreese entro a la casa, con las bolsas en las manos y la misma expresión de preocupación que Anne conservaba. Harry no rechisto, porque se sentía con la necesidad de dormir de inmediato.

—Tu hijo me grito Anne. —acuso Tyreese pasando entre ambos para seguir el camino a la cocina. —Y él me da miedo así que no lo lleve al hospital o podría degollar mi garganta. Al parecer esta bien porque, apenas puede respirar y no para de sudar. —fue sarcástico en sus ultimas palabras.

—Cállate de una vez. —gruño Harry irritado, Anne negó con la cabeza.

Harry intento tomar a Dany de vuelta, pero Anne lo aparto.

—No subirás con Dany las escaleras, mírate es peligroso. —precavida, sobo la espalda del bebé, tratando de calmar su llanto bajito. —Preparare su leche yo. Anda, sube.

—Es su hora de dormir también. —se quejo tantito Harry, haciendo un mohín con los labios. Anne ladeo una sonrisa.

—Lo llevo en cinco minutos y los dos podrán dormir. Ahora sube. —fue demandante la mujer. Harry asintió ya convencido y poco lucido.

Con demasiado trabajo subió las escaleras, tropezó muchas veces y cuando por fin logro encontrarse en el primer piso casi se arrastro por la alfombra para llegar a su habitación, pensando seriamente que ese logro podría colocarlo en su currículum, pues requirió demasiado trabajo poder subir a la cama y quitar sus zapatos junto a la gabardina.

Desabotono rápido su camisa y el frio le saludo inmediato al notarlo desnudo del torso, limpio el sudor en el hueco de su espalda y se dejo caer en la cama, alzando rápido las cobijas y hundiéndose en la comodidad de la suavidad y el calor de su lecho.

Tomo el celular, observando el mensaje aun sin leer de la mañana que envió a Louis para informarle que Dany estaba bien.

De pronto esos deseos extraños por llamar a Louis prontamente perdieron efecto cuando Anne entro a la habitación. Con Dany en su brazo derecho, calmo y con mejillas rojas y lo más importante, sin llorar, para la suerte de su cabeza dolorida. El biberón con leche tibia en la mano izquierda y una sonrisa amplia en su rostro.

Harry se abstuvo a mandar un simple mensaje corto anunciándole que Dany se encontraba bien como prometió antes de llevarse a Dany consigo.

Harry se acomodó en la cama, su madre sentándose a orillas de esta y acostando a Dany al lado de Harry, el cachorrito se arrastró por el colchón eliminando el poco espacio que los mantenía separados y Harry abrazo su cuerpecito a su torso. Anne le entrego el biberón y rápido Harry lo acerco a su boca, Dany lo tomo y comenzó a succionar el líquido.

—Gracias. —susurro Harry, con la boca aun seca. Recostó la cabeza en la pila de almohadas y gruño cuando una punzada ataco su cabeza.

—Se que atentas ser fuerte amor, pero no es bueno que te niegues a ir al doctor cada vez que te sientes mal. Me preocupas, cachorro. —le dijo su madre, acariciando su frente y peinando su cabello húmedo hacia atrás.

La sonrisa melancólica se vio entintada en su cara al mirar a su hijo con el bebé a su costado, ambos con los ojos cerrados, a punto de quedarse completamente dormidos.

—Siempre imagine que al primer hijo que vería con uno de sus cachorros de esta forma seria Richie. —Harry rápido abrió los ojos, notando a su madre con la cabeza gacha. —Nunca creí que seria a ti a quien miraría así. —el alfa suspiro, el hueco en su pecho se acentuó. —Y me encanta. Me encanta poder verte aquí, de esta manera. Me gusta verte vivo, Harry. —el chico trago saliva.

—Mamá...

—No puedo perder a otro hijo, Harry. Mi corazón no es tan fuerte para eso, por eso te pido ahora mismo que te cuides y que si tienes la necesidad de ir por Louis entonces ve por Louis. No lo aguantes porque solo te harás daño. No soy solo yo la que te necesita ahora. —Anne apretó los labios, sus ojos viajando al cachorrito tranquilo sobre la cama. —Así que si te sientes peor a como estas ahora no te atrevas a callarlo, solo actúa. O aceptas ir con Louis o aceptas que te lleve al doctor.

—Lo hare, lo prometo. —juró el alfa, tragando pesadamente saliva. Su madre asintió y se acerco hasta poder besar la frente de Harry con mucho cariño.

—Descansen, cachorro. —se despidió, alzándose de la cama y caminando fuera de esta, cerrando la puerta con sigilo y permitiendo que Harry pudiese soltar un corto suspiro cargado de dolor.

La manita de Dany se presionaba sobre su abdomen y su boquita se movía impetuosa, tratando de succionar todo lo posible. Harry intento relajar su cuerpo, concentrando toda su atención en el pequeño ser a su costado, acaricio su nariz, paseando la yema de su dedo índice por todo el tabique de esta, provocando que Dany cerrara sus ojitos y el sueño le golpeara un poco mas fuerte.

—Mamá tiene razón ¿o no cachorro? —Harry sufrió un nuevo escalofrió, se contrajo en su lugar, tomo la cobija para cubrirse y cubrir el cuerpo del bebé. —¿Necesitas de mi ahora? —pregunto curioso, esperando una respuesta afirmativa del bebé, aunque el pequeño no hizo movimiento alguno, tomando toda su atención en el biberón y perdiendo sus pocas energías en ello lentamente. Harry se acomodó en la cama, pasando el biberón a su mano izquierda y con la derecha, desabrocho los tenis del bebé, despojándolo de estos para su mayor comodidad.

Sonrió y aunque estaba demasiado cansado y su único deseo era morir por unas horas para no sentir su cuerpo destruirse internamente espero el tiempo necesario hasta que Dany termino su leche para poder darle palmaditas en su espalda y así el aire no le provocara malestar. Al lograrlo, le permitió acostarse sobre su pecho como en la noche y se dejo vencer por el sueño.

Su primer tiempo de sueño fue bueno, bastante bueno. Su cuerpo consiguió relajarse lo necesario para alivianar los dolores en su interior y calmar su naturaleza inquieta y la quemazón en el pecho.

Fue hasta después que incluso en su sueño no pudo ignorar la existencia del omega que tanto le ocupaba la cabeza desde la primera vez que lo observo. Pero en su sueño Louis se diferenciaba con algo; una marca, fija por arriba de su clavícula, muy cercana a su cuello y sus ojos se observaban mas azules y brillantes, el escaso verde esmeralda se centraba alrededor de su pupila, difuminándose en el añil que cubría más de la región en sus iris.

Una característica que confundió mucho al rizado, pues nunca noto los ojos de Louis con aquel carácter. El suéter lila se sostenía de su hombro derecho y se resbalaba por su brazo del lado izquierdo, permitiendo que la marca se notara, sus manos delgadas tomando la taza humeante y su sonrisa ladeada que adornaba mas sus pómulos acentuados y bonitos.

Demasiado temprano para imaginar a Louis con una mordida, pero le agrado. Le agrado verlo sonriente, con esa marca que le adornaba la piel que lo hacia suyo, solamente suyo y de nadie más. Y era hermoso pensarlo, era esa idea que le aclaraba todas las dudas.

Pensar en Louis enlazado a él de por vida no le causaba más que solo satisfacción y agrado y si podía imaginar a Louis de esa manera entonces podía decírselo, sin temor y sin rodeos, porque su cuerpo en todo ese tiempo no hizo mas que recordarle que Louis ya le pertenecía incluso si no tenia su mordida grabada en la piel.

Despertó una vez mas porque el cachorro encima suyo se removió inquieto, arrastrando las manos en sus mejillas y lastimando momentáneamente uno de sus ojos cuando le golpeo sin querer.

Adbllb. —dijo animado y mordió su nariz, Harry dio un pequeño brinco repentino y rio un poco, llevando sus manos hasta ahuecar el rostro del cachorro en las mismas y llenar de besitos rápidos toda su carita. Dany rio sonoramente y el alfa le acompaño con una sonrisa extendida.

—Ya hemos dormido mucho el día de hoy Dany. —le recordó, golpeando su pequeña nariz, notando como su cuerpo se sentía reparado. —Arriba. —dijo el alfa, tomando el cuerpo de Dany para sacarlo de encima suyo.

Lo coloco a su costado listo para levantarse, pero Dany se dejo caer de nueva cuenta sobre su estomago y escalo a su cuerpo de nuevo, tirándose encima suyo.

—Eres un cachorro muy perezoso, Daniel. —reprendió el alfa, aunque al bebé poco le importo y se quedo ahí, presionando su mejilla en su pecho. —¿Cómo hace mami para despertarte todas las mañanas para ir a la escuela? —Dany froto su rostro en su pecho.

—¡Esta descansando Dess déjalo en paz! —escucho la voz de su madre a lo lejos. Harry frunció el ceño y tomo el cuerpo de Dany otra vez, quitándolo de encima suyo y esta vez levantándose rápido. El cachorro le llamo obsesionado, Harry busco una camisa dentro del closet y la coloco, cubriendo su torso.

—Ya no es un adolescente Anne, deja de tratarlo como tal. —la voz de su padre se escucho mas cerca, golpeada y enredada entre las notas molestas e iracundas.

Dany se hizo pequeño en su lugar, arrastrándose hasta el montón de almohadas cerca de la cabecera.

La puerta se abrió estrepitosa, Dany se escondió en las almohadas, el rostro hundido en el artefacto suavecito. Harry apretó los puños.

—¿Cuándo dejaras de hacer tantas estupideces? —fue lo primero que soltó su padre encaminándose dentro de la habitación, Anne tras su espalda, con una expresión que Harry no pudio descifrar del todo.

—No sé de qué estás hablando. —contesto tranquilo, haciéndole frente a su padre.

—Sabes perfectamente de que hablo. Un cachorro. ¿Te estas emparejando con un omega con un cachorro? ¿Qué tan podrido tienes el autoestima para pensar que mereces un omega ya tomado? —Harry alzo una ceja, dejando escapar toda esa paciencia acumulada que le impedía contestar de mala manera.

—Louis no esta tomado, es un omega libre de lazo, solo tiene un cachorro. —aclaro Harry, con la voz tan calma y profunda como siempre lo era cuando apenas se levantaba.

—¿Y piensas que ese niño no tiene un padre? —se mofo un poco.

—No, no lo tiene. —respondió rápido, tan serio como le fue posible.

—Hablo de un padre biológico, Harry. —el alfa tomo un respiro muy hondo.

—Si lo tiene o no, a mi me importa un carajo, estoy con Louis porque quiero estar con Louis, no por el padre del cachorro. —fue firme. Caminando rápido a la cama al ver el cuerpo temblando de Dany sobre el colchón. Harry tomo el cuerpo del bebé, parecía mas pequeñito de lo usual y como siempre era cuando se sentía amenazado se escondió en su cuello, aceptando la protección que Harry le proporcionaba.

—No puedes tener como pareja a un omega con un cachorro, te lo prohíbo. —Harry entrecerró los ojos.

—Discúlpame papá, pero no te pedí permiso. —Harry acaricio la espalda del cachorro al sentir su pecho descontrolado por la respiración agitada. —Estaré con Louis, te agrade o no la idea.

Su padre apretó los puños, los ojos hundidos y el ceño en extremo tenso, haciendo ver su furia y descontento.

—Ese tipo de omegas lo único que hacen es amarrarse a un alfa de cualquier forma. Son manipuladores, Harry. —advirtió el hombre mayor.

—No sé qué clase de omegas conozcas papá, pero no conoces a Louis. No sabes como ha sucedido todo esto y la razón del porque he decidido esto, así que te pediré, con todo el respeto posible que no te metas en mis asuntos. No puedes suponer sin antes conocerlo.

—No conozco a Louis, pero se que tienes lo necesario para que cualquier omega trepador quiera aprovecharse de ti. Estatus, empleo, dinero. Es lo que quieren. —Harry enarco ambas cejas. —¿Qué pensaran nuestros amigos cuando sepan que tienes un amorío con un omega de ese tipo?

—Oh ¿así que esa es tu preocupación? ¿Qué tu prestigiado apellido se denigre? —Dess alzo la barbilla, imponente, pero Harry consiguió mantenerse tranquilo. —¿O que tu único hijo alfa pierda su lugar en sociedad solo porque prefirió un omega "inferior" a otros omegas?

—Por supuesto. Serias una burla, Harry. Un omega con un cachorro y sin lazo. —Desmond bufo genuino, con el potencial de un alfa recto y firme. —¿Qué clase de omega con clase tiene un hijo fuera del matrimonio o incluso antes de formar un lazo? Eso solo nos puede dejar una cosa clara Harry, que ese tal Louis es un cualquiera.

—¡Desmond! —grito Anne molesta a su espalda.

—Esta bien mamá. —hablo Harry. —Mi padre esta en todo su derecho de mantener su ideología retrograda cuanto quiera. —el hombre inflo el pecho y Harry dio un paso al frente. —Pero olvida que su propio hijo estuvo cerca de tener un hijo de la misma manera, sin lazo y sin contraer nupcias. ¿Entonces él que era, papá? ¿También era un cualquiera?

—No te atrevas a insultar a tu hermano de esa forma.

—Entonces tu no te atrevas a insultar a mi omega de la misma forma. —gruño, el matiz en su voz más protector y profundo. Su rostro contraído en colera y la quijada filosa resaltada cuando esta se tensó.

La habitación de pronto encerró un silencio explicito que mantuvo a todos en un estado escéptico ante las palabras del alfa más joven. Harry posiblemente fue el más impresionado con sus propias palabras.

Llamar a Louis su omega significaba algo demasiado profundo, más allá de besarlo y pensar en él como su pareja, más alto que el solo soñar con su marca en el cuello acaramelado.

Era aceptarlo por completo, aceptar que era parte suya, no fue algo que pensara, sino algo que sentía, puro, muy real.

—No tienes derecho a elegir mis intereses románticos. —hablo por fin Harry, quebrando la incomodidad en el aire. —No volverás a involucrarte en mi vida amorosa, no me harás infeliz de nuevo solo porque prefieres un estatus intacto y mas poder.

—¿Ahora es culpa mía que Rachel te haya roto el corazón? —Harry relamió sus labios.

—Fuiste tu quien decidió nuestro futuro, junto a su padre. Y aunque yo si lo deseaba así ella no. Así que si, es tu culpa. Por hacerme creer que un matrimonio arreglado podría funcionar.

—Rachel era una mejor opción que ese... omega con el que te acuestas. —Harry se acerco amenazante a su padre, pero Anne se apresuró a donde ambos, interponiéndose entre los cuerpos altos. El aroma en la habitación era tenso, agrio y hasta cierto punto terrorífico para Anne, pues no le agradaba la idea de encontrarse en medio de dos alfas retándose uno a otro.

—Ya basta, Desmond. —intento tranquilizarlo, llevando su mano a su pecho.

—Y si solo me acuesto con él eso a ti te debería importar un carajo, no te entrometas y ocúpate de tu puta vida.

—Alto, Harry, no le hables así a tu padre. —reprendió su madre, llevando su otra mano libre igualmente a su pecho, cerca del cuerpo tembloroso de Dany.

—¿Cómo? ¿Cómo se merece que le hablen? No finjas que te importo, eso no lo cree nadie, solo te importan tus malditos negocios y tu alto poder en la alta sociedad, con gente igual de mierda que tú.

—Harry ya para. —intento su madre.

—Me he preocupado por ti, siempre lo he hecho, hago toda esta mierda por ti, para que puedas ser un hombre de bien, para que puedas vivir bien. —Harry rio sínico.

—¿Y porque cuando mi matrimonio con Rachel termino mágicamente deseaste que Richard se uniera con Phillip? Porque era tu única maldita forma de hacer tratos con esa familia. No te importamos, en lo absoluto. Eres un maldito egoísta.

—¡Harry ya para lo asustas! —elevo el tono de voz su madre. Harry guardo silencio, bajando la mirada y observando al cachorrito temblar entre sus brazos, tan presionado a él y tan pequeño que la imagen fue necesaria para que el bombeo en su corazón alto y desenfrenado su apaciguara.

Dio dos pasos hacia atrás y sus labios viajaron a la coronilla del bebé, presionándolos en un besito duradero para calmar el susto que le provoco.

—Es mi maldita casa y seguirás mis reglas. —sentencio el alfa, girando en su eje.

—No te preocupes, mañana me largo de tu casa. —le contesto irritado.

—¿Qué? —pregunto su madre. —No, no por supuesto que no, no te iras. —le dijo un poco dolida la mujer.

—Se supone que estaría aquí solo unos meses mamá, creo que es tiempo de que vuelva a casa. —Anne cerro los puños. —Si es la única manera en que mi padre no se interponga entonces lo haré. —Su madre respiro muy hondo, con el corazón quebrado y sin decirle una cosa más salió de la habitación.

—¡Desmond! —grito furiosa a su marido quien caminaba despavorido por el pasillo.

Harry suspiro y planto otro besito largo en la coronilla de Daniel.

—¿Tu mami querrá vivir conmigo? —le pregunto un tanto curioso al bebito.    

...

Holiiiiis, espero que con este capitulo las deje pensando mucho y si no pues lo vuelven a leer. aqh. 

De tanto que escribo sobre Dany ya hasta ganas me dieron de tener un hijo alv, es tan cute. 

Dejen su momento fav aquí.

Las amodoro con todo mi cocoro. Ahre rimo, vieron?

Espero que les haya agrado el capitulo 

Si tienen alguna duda, sobre si algo no les quedo claro o cualquier cosa pueden dejarla aquí. 

Bueno, no tengo mucho que decir el día de hoy, mas que darles las gracias por sus comentarios bonitos que me dejaron el capitulo pasado, les juro que me sirvieron un montón para poder tranquilizarme muchito, y eso solo me deja en claro que las mejores lectoras las tengo yo, asies. 

Gracias por ser tan lindas y tener corazones tan hermosos, espero que toda esa buena vibra se les multiplique por un millón, porque lo merecen.

Si alguien desea una dedicación puede comentar qui. 

Besos y abrazos y nos leemos el próximo capitulo.

All the fucking love. 

     

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