Han pasado veinte años desde aquello, pero aún recuerdo el escalofrío que me dio al abrazar a mi hermano cuando volvió. Cada paso que dábamos de vuelta a casa con nuestros abuelos me hacía recordar.
Cuando yo tenía 16 años le gasté una broma a John llamándolo por teléfono y diciéndole que nuestros padres habían muerto.
Se alarmó corrió a nuestra casa: recuerdo que era un día de lluvia, acababa de quedar con Will y estaba esperando a mis padres para que me recogieran.
Will entró en su casa a por un paraguas. Sucedió muy rápido: un hombre con pasamontañas y una pistola disparando al coche aparcado de mis padres matándolos; John corriendo y gritando mi nombre; Will cogiéndome para que no me acercara; el hombre del pasamontañas huyendo.... luego dolor y nuevos amigos.
Recuerdo aquel 30 de Junio, tenía ya 17 años. Fue el último día de la cuenta atrás. John, Jack, Bell, Susan, Claire, Mery y yo caminábamos después de haber cenado en Food York. Los demás ya se habían ido.
Era muy oscuro, algunas gotas de lluvia que indicaban el inicio del verano estaban cayendo aunque no nos importaba.
Una figura apareció en frente nuestra: el hombre del pasamontañas corría hacia nosotros.
Disparó una vez y falló. Una segunda vez rozó el brazo de John produciéndole dolor.
Recuerdo perfectamente la tercera bala directa a mi frente y de repente el cuerpo de Jack en medio, los gritos, y su cuerpo inerte en el suelo.
La furia se apoderó de mí al igual que las lágrimas y en rápidos movimientos le quité el pasamontañas y deje al descubierto su cara, y al ver quién era no pude hacer otra cosa que pegarle un puñetazo en la nariz y esperar que John actuara también.
He tenido al hombre del pasamontañas a mi lado todo este tiempo:
Al.