[Esta historia esta basada en las aventuras y desventuras surgidas de una partida de rol de Anima Beyond Fantasy. Espero que disfruten tanto leyendo como yo jugando con mi personaje]
De nada sirvieron las explicaciones, de una patada fui introducido en la celda del calabozo. En un país de pijos y estirados como es Gabriel, se ve que no les gustan los altercados violentos ni el ruido de las sillas de la taberna quebrándose ante la dolorida espalda de un borracho y fueron ellas... unas copas de mas, las que provocaron mi ingreso en el calabozo de un pequeño pueblo cercano a Deimos, una importante ciudad de la costa del comercio. No recuerdo bien lo ocurrido pero se ve que al ser un extranjero fui yo quien pago el pato.
El suelo esta duro, húmedo y frío, mi rostro se ensucia al impactar con la roña que inunda el piso: barro y sangre, sazonados con el olor del orín, las heces y otros "agradables" olores propios de un calabozo; el dolor, el cansancio y el alcohol se confabulan difuminando mis sentidos, mientras pierdo la consciencia mi mente hecha a volar recordando días pasados...
Mis días infancia en la capital de Lucrecio, fuera del imperio; vivía en una armería de Du'Lucart junto a mis padres y desde pequeño lo tuve claro: yo seria el mejor armero del mundo. Tal deseo infantil se vio truncado cuando las puertas de la gran universidad se mantuvieron cerradas debido a nuestros escasos recursos económicos; también pasaron ante mi los años alistado en el ejercito del Principado y lo que allí aprendí: gracias a mis méritos y esfuerzos logre abrirme paso hacia la gran universidad donde curse estudios de armería y forje buenas amistades.
Fueron mis estudios los que me llevaron a esta situación en la que ahora me encuentro: estando a un paso de doctorarme, la tesis era mi ultimo obstáculo para completar mis estudios de armería y balística; mi proyecto era claro: Crear un nuevo arma de fuego que supere al arcabuz y elimine sus deficiencias. Para crear tal ingenio decidí recorrer el mundo para conocer todas las armas y armaduras posibles, estudiar sus efectos , ver sus defectos y en base a eso crear un arma superior que me acercara a mi sueño de la infancia.
Para ser un científico soy bastante arrojado, aventurero y al fin y al cabo... joven; a mis 17 años me he recorrido todo Lucrecio y gran parte del Sacrosanto Imperio de Abel, he conocido a gente curiosa y me he metido en algún que otro lío. Lo que no imaginaba es lo que el destino me tendría preparado, nunca pensé que seria considerado un héroe... y menos aun que todo empezara allí en un sucio calabozo, conociendo a un nuevo amigo y reencontrándome con otro.
Todo comenzó al recuperar la consciencia tras el sueño y la resaca, cuando al abrir los ojos alce la vista ante un musculoso hombre encadenado a la pared y que con sonrisa irónica me dijo:
-¿Te has cogido una buena eh? Soy Mox.. de Deimos ¿quien eres tu, niñatillo?