Tyler Joseph ama su trabajo. Siempre ha tenido afinidad con el idioma inglés y ahora, a sus veintisiete años y con su licencia de profesor, le encanta poder impartir ese amor a la próxima generación en el Instituto de Trench (que original soy ahre), la misma escuela secundaria a la que asistió hace casi diez años ahora. Por supuesto, hay estudiantes nuevos al principio de cada año que parecen vivir para causar problemas, pero una mirada severa es suficiente para hacer que se comporten.
Todos excepto uno: Joshua Dun, la espina en toda rosa.
Dun parecía un niño tan dulce al principio. Dieciséis años, era escuálido y ruidoso, pero Tyler podía decir que tenía buen corazón y se preocupaba profundamente por sus amigos, incluso por las personas que no le daban la hora del día. Tyler le admiró y cometió el error de mostrar un interés especial en el chico cuando se dio cuenta de que tenía talento, solo después de la genio, literal, Jenna Black. Nunca podría haber previsto que una consecuencia de su interés sería que Dun comenzara a coquetear abiertamente con él en cada oportunidad, su voz tan baja como para impedir que sus compañeros le escuchen también.
Ha habido muchas ocasiones, cada una empeorando progresivamente:
"Su corbata de hoy realmente resalta sus ojos, señor Joseph", dijo un lunes, con una sonrisa seductora en su cara.
"Me gusta cómo te has peinado hoy. Muy elegante", dijo en otra ocasión, aunque Tyler no le había hecho nada diferente a su cabello.
"Creo que ese traje es mi favorito", sonrió un memorable viernes, su mirada se movió hacia abajo para mirar el trasero del castaño.
Y varias veces, le ha visto chupar el extremo del bolígrafo como si fuera una piruleta, mientras le mira intensamente.
Tyler inmediatamente apartaba la mirada cada vez, con la cara en llamas y se sintió avergonzado la última vez que la entrepierna de su pantalón negro se sintió más apretada de lo normal. Esa fue la primera vez que su resolución comenzó a quebrarse y se admitió a sí mismo que, a pesar de que ninguno de sus compañeros estaba interesado, Josh es increíblemente atractivo. Tyler tuvo suerte de estar sentado detrás de su escritorio para que ninguno de sus alumnos pudiera ver la reacción de su cuerpo, pero Dun le sonrió cuando salía del aula después de la siguiente campana, el castaño tuvo la impresión de que el chico sabía cómo estaba empezando a hacer estragos en él.
Era más que inapropiado y Tyler sabía que tenía que detenerlo antes de ceder ante la voz en el fondo de su mente, diciéndole que le tomara.
Ahora, Tyler se encuentra parado en el pasillo y realmente no quiere ir al aula. Josh está en su clase en este período, lo que significa una hora más con el chico mirándole y haciendo comentarios lascivos cada vez que cree que puede salirse con la suya. Después de respirar profundamente, abre la puerta y saluda a su clase, evitando deliberadamente mirar en dirección al escritorio de Josh mientras dobla su chaqueta de traje negro sobre el respaldo de su silla y pasa lista.
Durante media hora, Tyler logra no mirar a Josh, no comprometerse, solo enseñar. Pero luego, mientras se da la vuelta para escribir en el pizarrón, algo golpea la parte posterior de su cabeza.
Girándose, ve un avión de papel en el suelo a sus pies. Se agacha para recogerlo y luego levanta una ceja poco impresionado, a los veinticuatro adolescentes en frente de él.
—¿Quién tiró esto? —Pregunta demandante.
Durante unos segundos nadie responde, pero luego, cuando queda claro que nadie lo va a decir, el rizado levanta la mano. —Fui yo —dice, totalmente impenitente. Hoy, debido al clima caluroso, viste una camisa de color azul con mangas cortas y una falda -bastante corta- de color marrón oscuro.
Tyler aprieta la mandíbula. —Ya veo. No lo vuelvas a hacer.
Sigue con su lección, esperando que llegue el final de la misma. Pero luego vuelve a pasar y se le agota la paciencia.
—¡Dun! —espeta, tan bruscamente que toda la primera fila de estudiantes se sobresalta en sus sillas. —¡Detención después de la escuela!
Josh actúa molesto, pero hay malicia en sus ojos cuando dice: —Sí, señor Joseph.
Tyler está tan jodido.
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Se pasa el resto del día temiendo su detención con Josh. Espera, durante el resto de sus clases, que otro alumno actúe lo suficientemente mal para que también tenga que darles detención, pero ninguno lo hace. Estará solo con Josh, lo que le parece una receta para el desastre que no sabe cómo evitar.
Cuando suena la campana final, observa a sus estudiantes salir de su salón de clases y espera a que se acerque Dun.
—Hola, señor Joseph —sonríe el adolescente, entrando a la clase
—Llegas tarde —le regaña, mirando su reloj. —Diez minutos tarde.
—¿En serio?
El tono de voz de Josh deja claro que ya lo sabía, posiblemente su tardanza era intencional, una forma de enfurecer a su maestro.
Tyler exhala un largo y calmado aliento y no se mueve de su asiento. —Solo siéntate en tu escritorio y continúa con tus deberes o algo así. Y no hables, ni uses el teléfono.
La sonrisa descarada de Josh vacila ligeramente cuando Tyler aparta la vista de él para calificar algunos trabajos. Escucha mientras el adolescente se acerca a uno de los escritorios, pero no al que normalmente ocupa en el lado izquierdo, el que está en la primera fila que está más alejado del escritorio del castaño. No, esta vez Dun opta por el escritorio que está justo frente al de Tyler, para gran consternación del maestro. Tiene cuidado de no dejar que nada pase más allá de su indiferente máscara, solo se concentra en leer uno de los ensayos terriblemente escritos de sus alumnos. Ya puede decir que les dará una F, pero lee hasta el final solo para asegurarse.
Es cuando Tyler usa su bolígrafo rojo para escribir la F en la parte superior de la primera página que lo nota.
Todos los botones de la camisa de Josh están desabrochados. Tiene sus piernas ligeramente abiertas, haciendo que su falda se levanté más arriba de sus muslos. Abanicándose con su cuaderno.
—¡Joshua, cúbrase! —Le exige, encontrando difícil mantener sus ojos alejados de toda esa piel pálida.
—¿Qué? ¿Por qué? Hace calor aquí —responde, con ojos desafiantes. —¿No hace calor aquí? Quiero decir, ¿no se siente caliente con todo esto?
Hace calor en el aula, pero no el suficiente calor como para que tenga ganas de darle un espectáculo a su alumno. —No, estoy bien. Abróchate la camisa por favor — Le ordena, tratando de no mirar mucho hacia sus piernas. Josh con esa jodida falda le estaba volviendo loco
—¿Por qué? ¿Qué esté así te hace sentir incómodo?
—¡Sí! —Espeta. Mentalmente se regaña a sí mismo tan pronto como la palabra ha salido de sus labios, porque básicamente le ha regalado a Josh 'municiones'.
—Bien ... no me parece que sea así. Creo que estarías mucho más cómodo si te quitaras la camisa —Puntúa, con esa misma sonrisa arrogante en su lugar. —De hecho, ¿por qué detenerse allí? El pantalón también podría quitárselo —Le mira, mordiendo su labio
Tyler toma otra respiración profunda, pero esta vez no funciona tan bien. —Josh
—Se supone que esto es detención, ¿verdad? —Josh le interrumpe, todavía abanicándose.
—Sí. Lo es —Gruñe, agarrando su bolígrafo tan fuerte que le preocupa que el plástico se rompa y su palma se manche con tinta roja.
—Bien, solo trabajar en mis deberes no es un gran castigo, ¿verdad? Quiero decir, lo haré más tarde de todos modos. Además, es fácil.
—Cállate y hazlo —le ordena mirando de nuevo el papel que tiene delante. Se siente orgulloso de sí mismo por resistirse, hasta que ...
—Si quiere mantenerme callado, tengo una muy buena idea.
Tyler sigue mirando el papel en su escritorio, incluso cuando oye las patas de la silla de Josh raspando el suelo y luego sus pasos que se acercan.
—Es algo que nos dará a los dos lo que queremos. ¿Quiere una pista, señor Joseph?
Tyler, que expulsa un fuerte suspiro por la nariz, se encuentra con los ojos de Josh. Se recuesta en su silla cuando le encuentra frente a su escritorio, con las palmas plantadas en la madera. Su camisa ya no está en su totalidad y su falda está algo levantada dejando a la vista unas pequeñas bragas. Dios le ayude.
—Josh, puedes irte a casa por hoy. Puedes cumplir la detención con otro maestro en otro momento —Intenta hacer un último esfuerzo por alejarse de Josh antes de rendirse y hacer algo que podría meterle en un montón de problemas. Empuja su silla hacia atrás y comienza a recoger sus cosas, pero Josh rodea su escritorio y agarra su muñeca antes de que pueda juntar el resto de los trabajos que se suponía que debía calificar mientras le supervisaba. Algo animal dentro de Tyler hace eco, queriendo liberarse y enseñarle al rizado una lección que nunca olvidará mientras viva.
—No, quiero hacerlo esta tarde —Josh insiste, su agarre sorprendentemente fuerte.
—¡Suéltame! —Gruñe, apretando los dientes. No puede hacer esto. No puede.
—No. Lo quiero, Señor Joseph y sé que también me quiere. Vamos, no hay nadie cerca. Será nuestro pequeño secreto.
—Está bien —Dice finalmente.
La bestia en su interior sale fuera de su jaula, libera su muñeca y le da la vuelta a Josh, doblandolo en su escritorio, enviando papeles y el bote de bolígrafos y lápices que tenía volando por el suelo.
Josh intenta resistirse, pero Tyler no le deja. Le da un sabor de su propia medicina agarrándole ambas muñecas, girando sus brazos alrededor y sujetándolos en la parte baja de su espalda.
—No te muevas —El castaño gruñe, sintiéndose duro en sus pantalones. —Ni siquiera una pulgada.
—Va-vale —Josh balbucea, su acto arrogante desaparece en un instante.
Ahora, Tyler todavía quiere enseñarle una lección al pequeño mocoso, pero no quiere realmente herirle, así que dice: —Si realmente quieres detenerte en algún punto, di 'rojo'. De lo contrario, no digas una palabra.
Dun inhala como si fuera a decir algo, desobedeciendo de inmediato, pero se contuvo.
—Bien —Felicita Tyler.
Una vez que está seguro de que Josh no intentará moverse, Se quita la corbata y la enrolla alrededor de las dos muñecas del pelinegro. —¿Qué debo hacer contigo primero, hmm? —pregunta retóricamente, pasando su mano por los muslos de Josh. —Lo sé. Como dijiste antes, esto es detención, una forma de castigo por el mal comportamiento en clase. Bien, no creo que hayas sido castigado todavía, así que, ¿qué tal si corregimos eso ahora?
Sin esperar una respuesta, levantá la falda de Josh dejándola a la mitad de su espalda, revelando sus bragas, las cuales tira por sus piernas y luego las arroja sin cuidado hacia el escritorio habitual de Josh. Cuando se levanta para pararse a su altura completa otra vez, reprime un gemido cuando se encuentra con la hermosa vista de las pálidas nalgas de Josh. Su piel se ve tan suave, pequeños puntitos marrones salpican en su espalda. Y tiene el impulso de besar cada uno de ellos, jugando alguna versión sexy de Conecta los Puntos, pero no lo hace. Tal vez en otro momento.
—Quédate quieto —Ordena, sintiendo a Josh retorcerse bajo su agarre
Da un paso hacia un lado y presiona su mano izquierda entre los omóplatos del rizado, tanto para asegurarse de que sigue haciendo lo que se le dice como para darle cierta tranquilidad. Sin esperar más, usa su mano derecha para golpear con fuerza la nalga izquierda de Josh. La carne se sacude y todo el cuerpo de Josh se sobresalta sobre el escritorio, un chillido agudo se escapa de sus labios.
—Se supone que debes hacer silencio, ¿recuerdas? —Le da a Josh unos segundos para recuperarse antes de terminar el resto de sus azotes.
Deja caer su palma hacia abajo en ambas nalgas del pelinegro, aumentando gradualmente la fuerza detrás de cada golpe hasta que ambas nalgas están de un color rojo. No piensa que alguien posiblemente les escuche, a pesar de que un azote tan intenso no es exactamente silencioso: el sonido de cada azote resuena en el aula, que por lo demás es silenciosa y a pesar de esforzarse al máximo, Josh no puede evitar lloriquear sintiéndose cerca. Se retuerce inútilmente contra el agarre de Tyler, intentando alejarse de la palma del maestro, pero este es mucho más fuerte que él, acumula mucho más músculo.
—Listo —dice en voz baja, acariciando la espalda baja de Josh.
Su dominación se desvanece cuando ve el estado de Josh. Sus ojos están hinchados y gotean lágrimas, sus mejillas están de color rojo, a juego con sus nalgas. Se acerca a él, deja de sostenerle y se arrodilla detrás de él, presionando besos ligeros en la carne inflamada.
Josh sisea, pero pronto se relaja, los besos de Tyler le tranquilizan.
—Voy a desatarte ahora, pero quédate justo donde estás. ¿Entendido? — Levantá sus cejas, viéndole fijamente. —Respondé —Ordena, dándole un suave golpe en la cadera
—E-entendido, señor —Gruñe, sollozando.
—Buen chico —Quita la corbata, tirándola, uniéndose junto a las bragas en el suelo. La delicada piel de las muñecas de Josh se ve irritada, por lo que Tyler dedica unos momentos a masajearlas para aliviar el dolor que sin duda está allí y luego vuelve a arrodillarse frente al increíble culo del adolescente. Consciente de su sensibilidad, toma una nalga con cada mano y las separa, revelando el pequeño agujero apretado de Josh. Sopla contra él y sonríe cuando el músculo enroscado se contrae por reflejo y Josh se retuerce de nuevo sobre él.
Cuando Tyler lame sobre su agujero, Josh suelta un gemido ahogado que va directo a su pene. Lo hace de nuevo, esta vez con más fuerza, girando su lengua alrededor para cubrirlo con su saliva.
—Sabes muy bien —murmura, alejándose del trasero del adolescente, mirando su suave entrada rosada ahora cubierta de saliva. Es una imagen increíblemente erótica.
Josh se queja, por haber perdido la estimulación. —Señor Joseph ...
—¿Qué dije sobre no hablar a menos que te diera permiso? —Reprende. Se vuelve a poner de pie justo a tiempo para ver al pelinegro hacer una pequeña mueca de desconformidad.
Con un suspiro, Tyler recuerda lo que Josh había dicho durante su seducción molesta y efectiva y reconsidera su respuesta inicial. Suena como una idea maravillosa ahora, solo la solución para evitar que el rizado se siga metiendo en más problemas.
—Ven aquí —Tyler camina alrededor de su escritorio y saca su silla lo suficiente para que Josh pueda arrodillarse frente a él. Una vez que el adolescente está en posición, mirándole con una mezcla de confusión y lujuria, Tyler se desabrocha el cinturón, lo quita del pantalón y lo deja caer al suelo, el metal hace un sonido de tintineo. Regresando sus manos a su entrepierna, presiona el botón y tira de la cremallera y la forma en que su pene se levanta de inmediato le permite a Josh saber que no tenía boxers. Su lavadora ha funcionado mal últimamente, por lo que no había tenido ropa interior limpia esa mañana (no piensen mal, no crean que el quería reventarle el poto a su alumno desde hace un buen ahre, continúen :^)
—Dale un buen uso a esa boquita, bebé —Susurra, delineando con el pulgar los suaves labios del menor
La expresión aturdida que aparece en la cara de Josh es entretenida y divertida. Tyler lo entiende, ya que no es la primera vez que su pene hace que alguien se vea así.
—Señor ... es enorme —dice casi con reverencia, con los ojos muy abiertos.
Tyler sonríe. —Lo sé
Tentativamente, Josh se acerca y envuelve su mano alrededor de la base del pene de su maestro. Aún mirado asombrando. Realmente no tiene idea de que hacer con algo tan grande
—Deja de quedarte boquiabierto, y haz lo que te he dicho —Le reprende, hartó de que Josh siga mirando sin hacer nada.
Dun parpadea y sacude la cabeza un par de veces para despejarla. Se lame los labios, mueve las rodillas y acomoda el pene de Tyler para que pueda envolver sus labios alrededor de la punta. El castaño le permite un poco de tiempo para acostumbrarse a la sensación y el sabor de él en su lengua y luego se impacienta. Extendiendo sus piernas más amplias, pasa los dedos a través del cabello negro de Josh y le empuja hacia abajo sobre su pene, forzándolo en su garganta. La sensación de la garganta de Josh a su alrededor mientras se atraganta es exquisita, al igual que los sonidos de asfixia, son como música para sus oídos. Cuando considera que Josh ha estado sin oxígeno durante el tiempo suficiente, le libera.
—¿Cómo ha estado? —pregunta, sus ojos brillando de alegría cuando ve a Josh intentando recuperar el aliento.
—S-señor ... —Murmura, su voz ya ronca.
—Estoy esperando.
—Fue bueno, señor —Emite un chirrido, más rastros finos de humedad salada corren por sus mejillas rojas.
Tyler se levanta, se quita el pantalón por completo y mete el pene en la boca del adolescente. Marca un ritmo rápido, sus pesadas y bajas bolas golpean contra la barbilla de Josh con cada empuje.
—Luces tan bien así —dice mientras folla la boca de Dun. —De rodillas para mí.
Tira su cabeza hacia atrás con un gemido, sin soltar la cabeza de su estudiante por nada. Podría hacer esto todo el día, venirse repetidamente en la garganta de Josh, haciéndole tragar cada gota de su semen. Pero no lo hace. Sigue follando la boca de Josh durante unos minutos, sintiendo la saliva deslizándose por sus bolas y goteando en el suelo entre sus pies y luego, justo cuando siente que su orgasmo se acerca, se detiene.
No le da a Josh la oportunidad de recuperarse esta vez, le levanta, le tira sobre su escritorio y se hace un espacio entre sus piernas. Como ninguno de ellos tiene lubricante, escupe en su mano y decide que la saliva tendrá que ser suficiente. Con la otra mano, empuja una de las piernas de Josh hacia atrás para poder acceder a su culo y luego desliza un dedo sin esperar dentro de su pequeño agujero, haciendo que el pelinegro grite bruscamente.
Tyler se pone a trabajar inmediatamente estirando a su alumno hasta el punto en que podrá meterse sin rasgarle, metiendo el dedo hacia dentro y hacia fuera y curvándolo para acariciar las paredes internas de Josh. Son sedosas y cálidas y Tyler no puede esperar a sentirlas alrededor de su pene. Un dedo se convierte rápidamente en dos, luego en tres, hasta que finalmente piensa que está listo.
Escupiendo en su mano otra vez, agarra su pene para medio lubricarlo y alinea la punta con el culo de Josh.
—¿Estás listo para mí? —Pregunta, solo para asegurarse.
Josh había echado su cabeza hacia atrás sobre el borde opuesto del escritorio mientras estaba siendo preparado, solo la parte inferior de su barbilla era visible para Tyler. La levanta ante la pregunta, los tendones de su cuello sobresalen. —Sí ... señor ... —dice sin aliento, su propio pene duro contra su vientre plano.
—¿Alguna vez has hecho esto antes?— Le pregunta, con el ceño fruncido
Josh se ruboriza -aún más-. —N-no
El castaño está inmensamente complacido de ser el que está tomando la virginidad de Josh. Ruge contento y luego, a pesar de la inexperiencia del pelinegro, se mete entero en el cuerpo del adolescente con un solo empuje. El grito resultante de Josh es seguramente lo suficientemente fuerte como para hacer eco en todo el edificio, pero en este momento debería haber muy pocas personas en la escuela, por lo que Tyler no se preocupa demasiado por eso. No puede, no cuando está rodeado por un calor tan maravilloso.
La mayor misericordia que Tyler está dispuesto a darle a Josh es esperar un minuto para que se acostumbre a estar lleno tan profundamente. Está sinceramente impresionado. Todos los chicos con los que ha follado se han quejado al menos un poco sobre el dolor porque es tan grande y les resulta difícil aceptarlo. Josh, por el contrario, no ofrece ni un ruido después de su grito. Su cabeza es echada hacia atrás sobre el borde opuesto del escritorio otra vez y Tyler casi puede ver que se está mordiendo el labio inferior, probablemente para mantener sus gemidos de dolor, pero no se queja ni una vez.
Cuando ya no puede esperar más, retrocede lentamente, el deslizamiento es áspero porque la saliva no es realmente una lubricación adecuada para el sexo anal. Espera que Josh haga un ruido entonces y lo hace, pero es un gemido de excitación. Tyler inclina la cabeza hacia un lado y se maravilla ante el tesoro que se le había entregado voluntariamente.
Parece que ha descubierto a la pequeña perra perfecta.
—No te preocupes —murmura, pasando una mano por la espalda de Josh. —Todavía no he terminado contigo.
Para probar su punto, se empuja de nuevo y comienza un ritmo moderado, lo suficientemente rápido para que Josh lo sienta. El deslizamiento se vuelve más fácil en los próximos minutos, el cuerpo del adolescente se aclimata a estar lleno y se relaja alrededor de la intrusión. Joseph toma esto como su indicio de acelerar las cosas más, hasta que sus pesadas bolas golpean la parte superior de las nalgas de Josh y Dun tiene que agarrarse al borde del escritorio con ambas manos para evitar que le empuje fuera de él.
Tyler dobla su brazo izquierdo alrededor de la pierna derecha de Josh levantándola, dejándolos en un mejor ángulo. Con su mano derecha, acaricia el pene del menor al mismo tiempo que aumenta la velocidad de sus empujes, deteniéndose de vez en cuando para frotar realmente el glande con su pulgar. Su estudiante antes descarado se reduce rápidamente a lloriqueos de placer por parte de sus expertos movimientos y Tyler siente una inmensa satisfacción por lo fácil que fue borrar esa sonrisa molesta de la boca de Josh.
Cuando parece que Josh está a punto de venirse, Tyler suelta su pene.
—¡Oye! —Se queja, levantando su cabeza hacia arriba y mirando a Tyler como si le hubiera ofendido profundamente.
—¿Algún problema? —sonríe.
—¡Estaba cerca!—Resopla, haciendo un puchero
Tyler levanta una ceja hacia él. —Lo sé. Por eso te he soltado.
—Dios, eres un gilipollas ...
—¿Quieres que me detenga? —Igual lo hace sin esperar una respuesta, empujando todo el camino hacia dentro y quedándose allí, inmóvil.
Josh gime. —¿Qué? ¡No!
—Deberías recordar tus modales, entonces. —Gruñe
El pelinegro se relaja y en su mayoría se afloja encima del escritorio, solo sus brazos y manos se tensan para mantener su agarre en el borde.
—Eso está mejor —Dice, complacido. Comienza a follarle de nuevo.
Pronto, Tyler comienza a sobrecalentarse. Con lo mucho que se está esforzando ahora, siente el calor que Josh había mencionado antes. No hay ventilador ni aire acondicionado encendido a esta hora del día, por lo que puede sentir el sudor que gotea en su frente y las manchas que se forman en su camisa blanca en las axilas y en la parte baja de la espalda. Para remediar esto, sigue follando a Josh mientras se desabrocha la camisa. Esto vuelve a llamar la atención del adolescente y Tyler se complace arrogantemente por la expresión de deseo en su cara a medida que más y más de su cuerpo queda expuesto.
Cuando se deshace el último botón, tira de la prenda ofensiva y la empuja. Considera brevemente lanzarla detrás de él sin preocuparse por dónde aterriza, pero luego piensa en un mejor uso para ella. Josh sigue haciendo mucho ruido. Si bien su fuerte grito cuando Tyler entró por primera vez dentro de él no había traído a nadie a husmear, todavía hay un riesgo con los sonidos que ambos están haciendo y Tyler no puede permitir eso ahora, ¿verdad? No cuando las cosas se han puesto tan bien.
Toma la camisa arrugada y la empuja tanto como puede en la boca del pelinegro, ahogando sus gemidos. Cuando se inclina hacia atrás, Tyler concluye que el adolescente se ve muy bien con la mordaza improvisada. Tal vez le consiga una real la próxima vez que hagan esto, porque esta no será la única vez. No si tiene algo que decir al respecto. El culo de Josh se siente demasiado asombroso alrededor de su enorme pene para que esta tarde sea el principio y el final de su relación sexual. El problema en el que podría meterse por tener relaciones sexuales con uno de sus estudiantes menores de edad es insuperable, pero le encanta la sensación de peligro, la emoción que cree que esto podría traer a su vida, la cual, con toda honestidad, es bastante aburrida.
Todavía sudando, pero no tanto como antes, aumenta la ferocidad de sus embestidas, follando a Josh tan fuerte como sea posible.
Muy pronto, Tyler siente un calor familiar que se acumula en su parte inferior del cuerpo, sus bolas suben mientras se prepara para llenar el interior de Josh.
—Voy a venirme en ti —gruñe, sus cortas uñas clavándose en las caderas de Josh.
El pelinegro gime deliciosamente.
—Sí, quieres eso, ¿no? Quieres que me venga dentro de ti, que te llené.
Está amortiguado por la mordaza, pero todavía entiende cuando josh grita: —¡S-sí!
El castaño saca su camisa de la boca del pelinegro, deseando escucharlo mejor. —Dímelo.
Luchando por recuperar el aliento, el pelinegro jadea fuertemente, pero aún así logra hablar —Qu-quiero que te vengas dentro de mí, Tyler.
—¿Quieres que llene tu pequeño agujero?
—Sí ... joder sí, lléname el puto culo — Jadea, poniendo sus ojos en blanco, sintiéndose bastante cerca del orgasmo
Eso es todo lo que Tyler necesita escuchar para empujarle al límite. Da un par de embestidas más y luego deja salir gruesos chorros que penetran profundamente dentro del pelinegro. Ha acumulado bastante ya que ha pasado algún tiempo desde la última vez que tuvo relaciones sexuales o incluso se hizo una paja, pero cuando su orgasmo finalmente termina, gime, saca su pene suave del agujero de Josh y tropieza hacia atrás, colapsando en su silla.
Antes de que caigan las piernas de Josh, Tyler es bendecido con la vista de su semen saliendo de su agujero rojo y suelto. Es una de las cosas más calientes que ha visto nunca y si no se acabara de venir, sería suficiente para tener muchas ganas de repetir todo de nuevo.
Cuando siente que puede moverse, recuerda que antes le había negado a Josh su propio orgasmo. Regresa con el adolescente, que no se ha movido en absoluto desde que salió de él y utiliza el copioso pre-semen para masturbarle con fuerza y rapidez. Se vino sorprendentemente rápido, aunque tal vez no sea tan raro - Josh era virgen antes de hoy, por lo que, para Tyler, es lógico que nadie más haya tocado el pene del chico antes que él. Él mismo ciertamente se vino humillantemente rápido también su primera vez.
—Ahí tienes —murmura, liberando el pene flácido de Josh. Pasa su dedo índice a través del semen en el torso de Josh y se lo lleva a la boca para probarlo. Es salado y amargo, lo que esperaba. Sin embargo, le gusta y continúa limpiando a su nuevo amante ilegal hasta que cada gota de esperma desaparezca.
—Vístete —ordena el maestro, comenzando a hacerlo él mismo.
Su pantalón es lo primero, subiendo la cremallera y abotonándolo sobre su entrepierna sin importar que su propio semen manchará la tela. Su camisa es un completo desastre, arrugada y húmeda en lugares con sudor y la saliva de Josh, pero se la pone de todas formas porque necesita ponerse algo para poder salir del lugar con su dignidad intacta. Cuando recupera su corbata del suelo, la mira y decide darle a Josh un pequeño recuerdo para asegurarse de que no olvidará su primer encuentro en el corto plazo.
—Toma —dice, pasándole la corbata.
—¿Por qué? —Josh pregunta, tomándola con confusión.
—Piensa en mí cuando te masturbes más tarde esta noche porque conozco a los chicos como tú.
La forma en que Josh se enrojece de nuevo es todo lo que necesita para confirmar sus sospechas.
—De todos modos, creo que podemos terminar con esta detención —continúa Tyler, volviendo a su modo de maestro profesional. —¿Aprendió su lección, Joven Dun?
Josh asiente con entusiasmo. —Sí, señor.
—Excelente. Lo veo mañana entonces.
Tyler observa a Josh mientras sale de la habitación, sintiéndose orgulloso cuando nota la leve cojera que tiene.
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Al día siguiente, Tyler ingresa al aula con arrogancia y sin temor esta vez. Saluda a sus estudiantes y deja que su mirada se detenga en Josh. La maldad está de vuelta en sus ojos y Tyler tiene que volverse para mirar hacia el pizarrón antes de que todos puedan ver la sonrisa que muy rápidamente aparece en sus labios.
Ya sabe que va a dar a Josh nuevamente detención hoy.
• capítulo dedicado a message_automatic ¡gracias por la idea, espero te haya gustado el capítulo!
• pd: después de releer la historia me di cuenta que Josh nunca se quitó la falda, doU )8
• pd 2: quería decirles que si ustedes podrían decirme que hora es en su país (no me digan el país solo la hora) es que bueno yo vivo en España y acá ya son las 2:10pm y como varias personas son de México, argentina, creo que la hora de acá está mucho más adelantada y así pues me gustaría saber para más o menos hacer como un horario de actualización idk, ¿Me ayudarían con eso?