Smeerensburg, 1 de octubre de 1876.
Querida Alva,
Hoy Klaus me besó. Él estaba tomando mis mejillas porque yo tenía mucho frío y lo hizo, fue muy sorpresivo y casi me da un infarto porque realmente pensé que no lo haría.
Me sentí tan feliz. No creo que pueda olvidar este sentimiento, así que confiaré en tí y se lo diré en cuanto encuentre el momento adecuado. ¡Ojalá no salga mal! Pero bueno, no pensaré en eso.
Sinceramente agradecido,
Jesper Johansen.