Sakura y los demás llegaron a la zona donde Gaara había peleado. Shizune, Tsunade y la pelirosa se acercaron rápidamente junto al líder, mientras Yamato revisaba la zona en busca de enemigos. Lord Kazekage estaba todavía respirando. Casi desangrado, exhausto, pero aún vivo. Luego de cerrar sus heridas y revisarlo, Tsunade comprendió que Gaara necesitaba ser llevado a Konoha con urgencia. No suponía que tipo de técnica había utilizado, pero claramente tenía consecuencias nefastas en su cuerpo.
-Sakura, lord Kazekage necesita….
-Ni lo sueñe Tsunade-sama –dijo la pelirosa- no me iré de aquí sin Naruto.
Las tres kunoichi médico del grupo se miraron en silencio, y quedo claro que no había discusión posible. Sakura en una situación normal jamás se hubiese atrevido a contradecir a su adorada maestra. Pero esta misión, claramente escapaba de lo general.
-Me hare cargo Tsunade-sama –susurró Shizune para zanjar la cuestión- llevaré a lord Kazekage de regreso. Me voy a ocupar de atender sus heridas.
-De acuerdo Shizune, pero necesitaras darle chakra en el camino -asintió la rubia líder todavía mirando fijamente a Sakura por la negativa a seguir sus órdenes- Yamato será quien cargue con el Kazekage, y tu iras junto a el Shizune.
Rato después Yamato cargaba en su espalda al líder y junto a Shizune regresaban a Konoha. Tsunade y Sakura continuaron por los bosques. La mujer de mayor rango no hubiese permitido jamás una insubordinación tal en otras circunstancias, pero este viaje era especial. No podía culpar a Sakura por algo que ella misma sentía particularmente. Ambas, maestra y estudiante estaban viajando por un objetivo en particular. Sakura para estar con Naruto, y Tsunade…
-Si encontramos a Orochimaru –dijo la rubia a su estudiante- el será mío. Y no quiero discusiones, ni trucos…. ¿Entendido?
-Hai, -susurró la pelirosa, que sabía perfectamente lo que su sensei quería esa pelea- sé que usted lo va a asesinar esta vez, Tsunade-sensei.
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Kakashi combatía con todos sus recursos, pero no encontraba la forma de vencer. Sasuke al mismo tiempo tenía grandes problemas luchando contra tres esclavos en simultáneo. Pero el ninja copia era consiente que si su padre lo liquidaba, luego iría por Sasuke y entre todos podrían inclinar definitivamente el combate a favor de Orochimaru.
En una batalla normal, Kakashi hubiera intentado afectar la movilidad de Sakumo. Dañar sus piernas, para hacerlo más lento. Pero considerando que se podía reconstruir (por efecto de Orochimaru y Edo-tensei) y que el chakra de Kakashi estaba casi agotado, pocas opciones le quedaban para intentar ganar su batalla. El peliplata entonces tomó una fría decisión, tenía que anular a su padre al costo que fuera. Era indispensable quitarle a Orochimaru la posibilidad de usarlo en el futuro. Era lo único que podía hacer para ayudar a Sasuke en ese momento particular.
Fue extraño el instante de esa pelea brutal. Porque cuando Kakashi se decidió a morir, su mente no pudo evitar volar al recuerdo de ese campo de flores donde había tomado el té con cierta muchacha bonita. Comenzó a extrañarla, ya que no podría acompañarla al mercado nunca más. Ya no la vería cortar las flores del campo sonriendo por la mínima cosa. Nunca más podría estar con Yuri Nagumo.
Kakashi siempre admiró a un hombre que hace años enfrentó en una misión. Nunca olvidaría ese día en país de las olas donde el Shinobi rival, un hombre sin sus dos brazos y casi muerto, tomó un kunai con sus dientes para matar por un amigo. Para obtener esa pequeña victoria, aun a costa de su vida. Una muerte digna. Una muerte sin deudas. Y ahora mismo como ironías de la vida misma, podía recordar también como Zabuza había combatido en la neblina para evitar el Sharingan. Kakashi sonrió, porque tal vez había encontrado una posibilidad de derrotar a su padre. Entonces realizó los sellos necesarios y una densa neblina lo cubrió completamente. Sakumo negó con la cabeza triste.
-Fatal error hijo –susurró triste- solo la previsión del ojo Uchiha evitaba que te atravesara el corazón con mi daga. Y ahora mismo, tú lo has anulado.
Sakumo sin dudarlo se introdujo rápidamente en la neblina y dejando su clásica estela blanca en el camino, se dispuso apuñalar mortalmente al rival de turno. Era lo peor que podía estarle pasando en su vida. Matar a su propio hijo por órdenes de un bastardo que lo controlaba. Era una maldita pesadilla. Y en ese momento, por todo el campo se escucho un agudo grito.
-ku ku ku –pensó Orochimaru- el final de Hatake Kakashi. Ahora enviaré a colmillo blanco por…
-¡JUTSU DE INVOCACION!
El nuevo grito se escuchó más claramente. Y todo el lugar se estremeció por ello. Luego explosiones pequeñas dentro de la neblina, y finalmente una serie de gruñidos extraños. Orochimaru ordenó a Jirayja que despejara la niebla con un arte de sellado. Quería ver lo que ocurría. Comprobar finalmente que Sakumo Hatake había asesinado a su hijo. Y cuando el banco nebuloso se dispersó segundos después, se pudo ver como Sakumo tenía su daga clavada en el pecho de Kakashi. Al mismo tiempo Los perros ninja del Jounnin tenían atrapado a Sakumo completamente. Además de Kakashi lo tenía rodeado con sus brazos. Sakumo era muy fuerte, Kakashi se desvanecía. Pero aun así había logrado su objetivo, y el padre se dio cuenta.
-Dejaste abierta la defensa a propósito –susurro orgulloso el padre- Sabias que te atacaría a fondo. Estrategia brillante.
-tengo….mis momentos –dijo sonriendo el hijo- lamento mucho esto….padre. Pero ese idiota, ya no va a poder usarte nunca más.
-no puedes hacerme daño, -dijo sin entender que pretendía Kakashi- no siento dolor. En cuanto mueras y me libere yo.
-Lo….sé…. –dijo como palabra final- MAGENKYO SHARINGAN…..!KAMUI!
Un vórtice se abrió junto a ellos y los absorbió completamente a otra dimensión. Los Hatake, junto a los perros ninja desaparecieron para no volver. Kakashi por encima del hombro de su padre, observo a lo lejos como Sasuke contra los revividos detuvieron su pelea brevemente observando su movimiento final. Entonces sonrió, él siempre había sobrevivido mientras su equipo moría. Primero fue Obito, luego Rin y finamente Minato-sensei. Pero esta vez, era su turno de sacrificio. Y tenía total confianza que sus tres estudiantes, finalmente iban a ganar la guerra. Así que le sonrió a Sasuke, y con ese gesto desapareció absorbido por su propia técnica. Hacia la muerte con seguridad.
Sasuke en tanto, vio partir a su Sempai y sin poder evitarlo gritó desesperado. Rompiendo esa fría postura que siempre lo había caracterizado. Lamentablemente era tarde. Kakashi Hatake había sido como un padre. El único que lo había entrenado y querido con el corazón. El gestor de su nueva oportunidad en Konoha. Su maestro, su amigo.
-ku ku ku, uno menos, -señaló Orochimaru con total falta de oportunidad- es una lástima perder a "colmillo blanco" pero es un daño aceptable.
Sasuke grito furioso, jamás había sentido tanta ira en años. La hiel en su garganta era insoportable. Perdía a otra persona valiosa. Otra vez era demasiado débil para ayudarlo. El chakra oscuro que desprendió ante la desesperación, hizo reaccionar a sus enemigos que continuaron su ofensiva. Deidara liberó pájaros de arcilla por el cielo, Nagato le lanzó frontal un grupo de afiladas rocas y Kakuzu atacó por los lados con dos "garras" formada por los hilos negros en su cuerpo. Las técnicas impactaron por todos lados y parecieron arrasar con Sasuke, en una nube de polvo que se levantó de pronto. Pero dispersado lo que molestaba la visión, un espíritu con armadura pesada surgió del polvo mismo para cubrir al Uchiha completamente. Y Sasuke aun gruñendo de la ira, tenía ahora sus ojos como átomos brillantes y sangrantes. Prometiendo venganza, jurando a sus enemigos la muerte después de la muerte.
-SUSANOO -dijo suavemente como masticando su rabia- el guerrero eterno.
Los esclavos atacaron nuevamente y fueron rechazados. Orochimaru miraba a lo lejos divertido, le llamó la atención un movimiento extraño rodeando la zona. Y pudo ver aparecer a un costado de la batalla al perro de Naruto, cargando con el jinchuriki de Hachibi. No obstante, decidió no darle mayor importancia a esa fuga. Su verdadero "objetivo" era Sasuke Uchiha, lo demás no era su asunto.
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Akamaru estaba algo agotado. Killer Bee era una carga muy pesada para llevar tanto tiempo. Además no podía ir a lenta marcha, Naruto le había ordenado que escapara de la zona y lo resguardara a salvo. Konoha aún estaba muy lejos, y el perro solo deseaba volver junto a su amo. Oscuros sentidos animales le decían que Naruto lo necesitaría urgente. Y entonces transitó esquivando un grupo de árboles, todo para encontrarse cara a cara con Sai.
El pelinegro acarició al perro sonriendo y le ayudó a quitarse a Bee de su lomo. La abeja estaba inconsciente. Sai revisó su pulso y lo pudo notar normal. Sin casi nada de chakra, pero sano. Tal vez Madara u Orochimaru le habían inyectado alguna cosa. El pelinegro recordaba que Kabuto solía ser ninja médico, eso podía ser la explicación al fenómeno. Ya que de haber perdido al Biju en su interior, claramente Killer Bee debía estar muerto.
Normalmente Akamaru hubiese cargado con Bee para llevarlo a Konoha como le fue ordenado. Incluso Sai se hubiera hecho cargo de llevarlo también. Pero Naruto podía estar en peligro, y esta no era una misión normal. Sai había aprendido que en el equipo 7, nadie nunca debía abandonar a los amigos. Así que hizo lo único que se le ocurrió. Tomó un pergamino mensajero y lo envió a Konoha. Pronto vendrían por Killer Bee. Pero además, Sai usó un jutsu de ocultamiento. La abeja seria a ojos de todos los que pasaran por ese lugar, una roca junto a un árbol. Salvo por los de Konoha, que sabrían de la cubierta mediante el mensaje que acababa de enviar. Luego Sai le sonrió a Akamaru y dijo:
-Debes guiarme hacia Naruto, -acariciándolo- tenemos que ayudarlo.
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Naruto en tanto, atacaba con sus más poderosas técnicas al monstruo deforme. Kyuubi por un lado con sus esferas de chakra negro y escupiéndole colosales llamaradas. Y Naruto por otra zona, atacando con Rasen Shuriken de alto poder. La criatura respondía con disparos de chakra y a veces con técnicas de agua y rayo. Kyuubi y Naruto podían comunicarse mente a mente pese a estar separados.
-(Atácalo con todo cachorro, -gruño Kyuubi por dentro- si freímos a este imbécil, el títere a la distancia también morirá)
-(He lanzado todo lo que tengo –dijo el rubio- no parece que le afecte. Cuando pierde una parte de su cuerpo, se vuelve a unir)
-(Vamos a combinar nuestra fuerza entonces, –sugirió el zorro- mi fuego y tu viento)
-(De acuerdo, -aseguró Naruto- lo distraeré y atacaremos, prepárate)
Naruto activó tres clones, y formó un enorme Rasengan con Futon. La poderosa esfera azulada tenía el tamaño de una casa, sumado a un poder destructivo masivo. El rubio saltó con todo sobre la criatura, que en ese momento enfocaba sus ojos principales en Kyuubi.
-¡CHO OODAMA RASENGAN!
La poderosa técnica chocó y algunas garras intentaron atrapar al rubio que la presionaba contra el cuerpo de la criatura. A último momento Naruto se trasportó con el dios del trueno, apareciendo sobre la cabeza de Kyuubi. El Rasengan parecía pulverizar al monstruo deforme con su poder, pero luego el efecto comenzó a dispersarse.
-Está usando el poder de Ichibi, el demonio de viento –aseguró el zorro- le quita el efecto cortante del viento en tu técnica.
-Esta distraído –señaló el rubio- es el momento.
El zorro tomó aire llenando su hocico de poder, y Naruto hizo sellos al mismo tiempo en su cabeza:
-¡KATON, JUTSU FUEGO DE DRAGON! -¡FUTON, JUTSU VIENTO EXPANSIVO!
Las dos técnicas se unieron creando un calor y fuego inigualables. Era el final, nada podía haber sobrevivido a eso. Nada podía verse por el humo y los incendios. El Kyuubi sonrió con satisfacción:
-AL FIN, -alegre- HE VENGADO LA ASQUEROSA TORTURA QUE ME FUE IMPUESTA POR….
Una bola de chakra creada de agua y rayo golpeó en el zorro lanzándolo lejos. Naruto salió despedido hacia un costado. Había perdido el modo Sennin luego de lanzar el viento y no pudo trasportarse. Kyuubi chocó con el costado de una colina viéndose muy afectado.
-No puedo creerlo…-pensó el zorro- ¿Cómo pudo….?
Observó a través de las llamas y el humo reinante. Un vórtice, el Sharingan había absorbido buena parte del daño. Aun así, la mitad de la monstruosa criatura presentaba quemaduras graves.
-(¡Naruto! –le llame mentalmente la criatura- ¡¿Cachorro estas bien?!)
-(je je –se escuchó débil- si aún vives….significa que yo…..también)
El zorro no veía donde fue a parar el rubio, no tuvo tiempo de buscarlo que la abominación creada por Madara comenzaba a atacarlo de nuevo. Simplemente no había tiempo para nada. Naruto en tanto, varios metros más allá de la batalla, yacía entre una pila de troncos a medio quemar. Emitió un gruñido para intentar arrancarse una rama que atravesaba su brazo izquierdo. El efecto de la esfera de agua y rayo aun podía sentirse en todo el cuerpo. Se sentía cansado, sea Madara o lo que sea que fuera aquel monstruo enemigo, aun perseguía a Kyuubi tratando de devorarlo.
El rubio se puso de pie con dificultad. Miró la devastación a su alrededor, y agradeció estar luchando solo. Cualquiera de sus compañeros de Konoha hubiese muerto por solo estar mirando. Le preocupaba el destino de Akamaru y Bee. Tobi iría tras ellos, y el perro no podría derrotarlo. Por fortuna había logrado acertarle un sello a Tobi en el cuerpo. Estaría más pesado para moverse, y eso lo retrasaría. Miró la batalla a lo lejos y se preocupó un poco, tenía que acabar con Madara y el asunto era descubrir el método. ¿Sellos sobre el cuerpo de la criatura? Inútil. Madara tenía el poder de los Biju para romper lo que sea. Tenía el Rinnengan. ¿Qué podía hacer contra 7 Biju?
Entonces Naruto lo recordó ¡7 Biju! Si tan solo uno causaba mucho daño al cuerpo del Jinchuriki estando mucho tiempo activado, 7 debían ser mucho peor. Madara no iba a poder mantener esa forma de batalla por demasiado tiempo. Así que invocó un clon de monte sagrado y volvió al modo Sennin al disiparlo. Tenía que obligar a Madara a continuar gastando chakra de las criaturas. Tarde o temprano, ese gasto le pasaría factura.
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Sasuke se defendía con su escudo y espada espiritual, intentó poner bajo Genjutsu a los esclavos pero nada conseguía. Kabuto lo anulaba todo desde la retaguardia. Herido, cansado, solo. El problema no era morir, un Shinobi debe ver a través de la decepción. Pero Sasuke deseaba ver crecer a su hijo. Ansiaba un té bajo la sombra del árbol en su patio. Cosas simples, cosas valiosas para alguien que paso tanto tiempo en la oscuridad. Y por este motivo no podía perder este combate mortal.
El combate era desfavorable desde luego, tal y como lo supuso de antemano. Podía ver con sus ojos que Orochimaru había usado solo la mitad de su chakra para mantener a sus esclavos. Sunsanoo era resistente, pero terminaría por caer tarde o temprano en cuestiones en reservas de chakra. Eso lo decidió finalmente, tenía que jugarse la carta más poderosa que guardaba. La única que Orochimaru no conocía, la que podía destruir su alma. Entonces hizo un largo salto mortal hacia atrás, alejando su posición de los esclavos. Ellos mientras tanto preparaban sus más devastadoras técnicas para quebrar a Sunsanoo.
-¡Ríndete Sasuke-kun! Ku ku ku – gritaba Orochimaru complacido- te destino esta sellado.
-¡¿Eso piensas?! –Dijo con media sonrisa arrogante el moreno- ¿Sabes algo? El idiota más grande que he conocido, me dio una valiosa lección.
-¿Y de que se trata?
-Cada gran técnica, acarrea una poderosa responsabilidad.
-ku ku ku, consejo para tontos Sasuke-kun –aclaro Orochimaru- mira mi poder sobre las almas de los Shinobi ¿Estoy acaso en peligro? –dijo burlesco
-Te has ganado un poderoso enemigo –respondió Sasuke haciendo sellos- permíteme presentártelo ¡JUTSU PROHIBIDO, APERTURA DE NUEVE INFIERNOS!
Sasuke se quedó firme al terminar la secuencia de manos. Nada ocurrió, pero Orochimaru recordó un combate donde una situación había sido similar. De pronto el terror lo asaltó, por instinto lo supo:
-¡Tu maldito miserable! ¿No habrás invocado ha…..?
Sasuke deshizo el Sunsanoo, sonreía perverso y de pronto su cuerpo comenzó a flotar a varios centímetros del suelo. Extendió sus brazos en forma de cruz, y una blanca aparición se hizo presente a sus espaldas. El terrorífico Shinigami apareció complementando la sonrisa del Uchiha. De pronto lo más extraño. Orochimaru había visto como el dios siempre arrebataba el alma de quien lo invocaba. Pero esta vez, el Shinigami avanzó su cuerpo espectral desapareciendo en el interior de Sasuke. El oscuro cabello del Uchiha se volvió blanco, su cabeza quedó baja como desmayándose. Pero enseguida la elevó lentamente, ahora tenía los colmillos largos y la daga sagrada en su boca. El dios no había retirado el alma de Sasuke, se había posesionado de su cuerpo. Una voz de ultratumba hizo retroceder hasta a los esclavos revividos del Edo tensei. La voz misma de la muerte:
-DESDE LOS TIEMPO ANTIGUOS, -dijo abriendo los ojos con el Sharingan- SOY EL DIOS DE LA MUERTE. UNA VEZ MAS, COMO HACE MILENIOS, SHINIGAMI CAMINA ENTRE MORTALES.
-Es…..es…imposible –susurró aterrorizado Orochimaru- ese bastardo le entregó el cuerpo al dios de la muerte.
-OROCHIMARU… -dijo profundo y tenebroso- TU TIEMPO HA TERMINADO HACE MUCHO. MI LISTA DEBE CUMPLIRSE Y TU DEBES CAER EN MI ESTOMAGO.
Orochimaru tuvo el impulso de escapar. ¿Pero cómo? ¿Adonde? No podría contra un dios. Solo le quedaba jugarse el todo por el todo. Debía eliminar el cuerpo que contenía al dios. Y así tratar de expulsarlo del mundo mortal.
-Tal vez seas la parca… –dijo recuperándose apenas- pero no te quedaras con mi alma. ¡RESURRECCION IMPURA!
Frente al dios en el terreno de batalla, Nagato, Deidara, Kakuzu, y unos diez de los más poderosos Shinobi de todos los tiempos se erigieron para combatirlo. Jirayja conservaba su puesto como guardia de Orochimaru.
-Eliminaré el cuerpo que te contiene Shinigami ku ku ku, -dijo medio chiflado- él es mortal. Cuando Sasuke Uchiha muera, tú volverás a tu agujero.
-TU DESTINO SERA SELLADO POR LAS MALAS ENTONCES… -dijo sonriendo maligno Shinigami- AGREGARE A TU CASTIGO EN MI ESTOMAGO VARIOS SIGLOS POR ESTO.
El dios extendió una mano hacia el frente y dijo con serenidad:
-PODER DIVINO, RESURECCION PURA.
Cuatro ataúdes surgieron frente suyo. Estaban formados de oro y mármol tallado. En lugar de volar las tapas como solía hacerlo las técnicas de Orochimaru. Estos sarcófagos comenzaron a brillar como soles hasta desaparecer. Cuatro luces brillantes deslumbraron a todos en el campo de batalla. Orochimaru tuvo que apartar la vista encandilada ante ese suceso. Cuando las luces se apagaron poco a poco, el terror se apoderó del domador de serpientes al observar el panorama. Los cuatro guerreros que tenía enfrente eran…
-Soy Hashirama Senju, -dijo el primero- Shodaime Hokage.
-Soy Tobirama Senju, -señaló el segundo- Nidaime Hokage.
-Me llamo Hiruzen Sarutobi, -apuntó el tercero- Sandaime Hokage.
-Fui conocido como Minato Namikase, -aclaró el cuarto guerrero- Yondaime Hokage.
Nunca en la historia se repetiría tal contienda. La voluntad del fuego había traído al campo a sus máximos defensores. Hombres que dieron la vida y aun el alma para proteger a Konoha. Y como no podía ser de otra manera, volvieron dispuestos a sacrificarse una vez más. La batalla final por el alma de Konoha daba inicio en ese momento.
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Akamaru comenzó a ladrar, podía oler a Tsunade y Sakura detrás de ellos. Sai había participado a varias misiones con los Inuzuka, y podía medianamente entenderlo. Se lamentó que Sakura estuviera, esto solo le complicaría el combate a Naruto. Se decidió a esperarlas y descansar en ese lugar de bosques. Sabía que no podía detenerlas, pera al menos estaría a su lado para intentar protegerlas.
Rato después Sakura y Tsunade se encontraron con el pelinegro que reemprendió la marcha informándoles de todo lo ocurrido (También lo que sabía por Akamaru) Tsunade les ordenó seguir adelante en cuanto llegaran al próximo cambo de batalla. Ella se quedaría para ayudar a Kakashi y Sasuke contra Orochimaru. Sakura no protestó ante ello, porque ella quería ir junto a Naruto. Sai por su parte también se guardó silencio y solo asintió. Porque su misión seria proteger a Sakura de ser necesario. Todos tenían su propia guerra por luchar.
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Kyuubi esquivaba los ataques de la criatura escupiéndole fuego. Hacia buen rato que el monstruo usaba la absorción del Sharingan para evitar los golpes. Era clara señal que el fuego de Kyuubi lo había dañado. Sin embargo, el chakra del demonio de nueve colas menguaba. La leyenda afirmaba que el zorro tenía chakra infinito, lo cual sería cierto si el Kyuubi tuviera su máximo poder. Pero Minato Namikase había sellado la mitad de la criatura junto a su alma. Era eso, y las heridas que el zorro había recibido, lo que hacía un combate desfavorable.
-(Cachorro tengo buenas y malas noticias)
-(Empecemos por las buenas –dijo Naruto)
-(Conozco un método para pulverizar a esta criatura)
-(¿Las malas son…..?)
-(Si llego a fallar, cosa improbable por cierto –dijo arrogante- estarás solo. Y aun si tengo éxito, tu vida estará en peligro)
-(Las cosas se ponen mejor y mejor ¿Cierto? –dijo irónico Naruto)
-(Si solo estuviera completo… – dijo añorando el Kyuubi)
-(De acuerdo, -señaló Naruto- ¿Qué tengo que hacer?)
-(Aléjate todo lo posible, la explosión borrará todo en kilómetros -aseguró siniestro el zorro)
Naruto no dudó demasiado, y se dispuso a tomar el camino de vuelta hacia Konoha. Directo al valle del fin donde la pelea había dado inicio. Si Kyuubi iba a destruirlo todo, sería mejor que fuera lejos de la hoja. El zorro entendió la maniobra y saltó alejándose hacia el lado opuesto, provocando que la criatura lo siguiera. El nueve colas sonrió y su pelaje comenzó a destilar humo rojo. Comenzó a temblar su cuerpo, elevando su chakra al límite.
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La técnica que generó Shinigami, el poder que Sasuke Uchiha había iniciado causó una conmoción en la naturaleza. Las leyes de la vida y la muerte se desdibujaron por algunos segundos. Gracias a esto en el monte sagrado de los ermitaños, Shima y Fukusaku observaban como los clones de Naruto que juntaban chakra natural explotaron. El clon de reserva se sorprendió, pero enseguida creo otros dos clones y se pusieron a recuperar energía.
-¿Qué ocurrió? –preguntó la rana a su esposo.
-La energía natural se ha distorsionado por algunos segundos –sentenció el sapo- debe haber ocurrido algo muy grave en las batallas.
-¡MA! – gritó Gamakatsu a lo lejos.
-¿Y qué crees que ocurrió? –continuó la rana ignorando a su hijo.
-No lo sé mujer –señaló el anciano- tal vez debería consultar con….
-¡MA! ¡POR FAVOR! –gruño Gamakatsu desesperado.
-¡Que dejes de molestar! –Gritó la rana sin voltear- ¿Iras con el sabio? –preguntó al anciano.
-Hai, -asintió Fukusaku- tal vez el….el…. ¿Qué es este chakra que siento?
A espaldas de los dos sapos una iracunda pelirroja tronaba sus nudillos. Su ceño estaba tan fruncido que casi se le juntaban las cejas. Sus largos cabellos flotaban y una nube oscura la rodeaba.
-¿Ku….Kushina….chan? –dijeron los ancianos aterrorizados.
La mujer emitió una fría y terrorífica sonrisa. Los ancianos se abrazaron al comprobar que el resto de los sapos, (también Gamabunta y los más grandes) se habían escapado despavoridos.