Luego de 7 días de viaje. Una fría mañana los despertó en el puerto de país del agua. Una suave nevada adornaba las casas y calles de la pequeña aldea portuaria. Lady Mizukage aprovechó la salida del grupo por la planchada del barco, para tomar del brazo a Naruto. El rubio correspondió el agarre con amabilidad y mirando detrás de su hombro guiñó un ojo a "su Sakura-chan". La pelirosa se quedó embobada con esos ojos, más esa sonrisa zorruna que la llenaba de alegría. La semana en el mar los había unido mucho más. Luego de las primeras noches de sexo, hubo algunas en donde atendían mutuamente sus golpes y heridas producidas en los entrenamientos. Abrazados en la cama, se pasaron horas enteras leyendo novelas ICHA ICHA como forma de compartir algo, que luego terminarían "aplicando".
Sakura comenzó a interrogar a Naruto sobre todo. Antes conocía sus más grandes sueños, pero quería saberlo todo de él. Sus gustos, sus cosas predilectas. Aquellos detalles que alguna vez una vieja "amiga", le había comentado como forma de comprobar cuanto lo conocía. Pese al cansancio por los entrenamientos, generalmente terminaban haciendo el amor un par de veces. Bastante más en realidad, ya que la energía de Naruto parecía no tener fin. Sakura se sorprendió una madrugada que los encontró aun despiertos, luego de toda una noche de sexo. ¿Acaso podía pedir más felicidad? ¿Sería siempre así? Naruto decía que ella no podía culparlo por los excesos. Al fin y al cabo la chica lo había hecho esperar demasiado. Ella se sonrojaba dedicándole un golpe por pervertido. El solo reía y continuación volvía a la carga con una lluvia de besos y caricias atrapantes.
El grupo se dirigió a la salida de la aldea para continuar su viaje hacia Kirigakure por tierra. La Mizukage había evitado usar el Jutsu de invocación de su guardaespaldas Shigure, porque pensaba poseer a Naruto durante el viaje. La realidad indicaba que esa había sido una mala decisión. Al principio del viaje el rubio estaba "vulnerable". Pero ahora mismo la pelirosa estaba sobre el constantemente. Incluso ambos aclararon hace algunos días atrás, que eran "novios".
La Mizukage sin embargo no se preocupaba. Aún tenía 6 meses para que los "tortolitos" se pelearan. 6 meses para acostarse con Naruto y luego atraparlo con un compromiso.
Incluso Sakura Haruno vista desde su profesión, era un valioso elemento a adquirir. Una Kunoichi con grandes habilidades en medicina y fuerza descomunal. La mejor alumna de la legendaria Sannin Tsunade. Sin dudas elevaría el poder de Kiri con su adquisición forzosa. Además estaba la misteriosa Yuri Nagumo. Una niña molesta e irritante. Pero extraordinariamente poderosa. La Mizukage había conocido a todo tipo de usuarios de Suiton a lo largo de muchos años. Pero jamás presenciado tamaña muestra de habilidad:
Flash Black: 4 días antes
Una violenta tormenta se desató en el mar. Lluvia, truenos y relámpagos surcaban el cielo y presagiaban el escenario perfecto de una catástrofe. Se veía a varios kilómetros, olas de varios metros de altura ir y venir. En la cubierta del barco donde viajaba el grupo. Todos los pasajeros miraban por la borda, muy extrañados de lo que sucedía. El barco navegaba mansamente, una fina lluvia lo rociaba y en un radio de 1 kilómetro el agua era limpia y tranquila para que siga su curso. Misteriosamente, la furibunda tormenta rodeaba al buque pero no se acercaba a él. Tal como estuvieran cubiertos por una campana invisible. Todos podían aprecian la seguridad de este extraño fenómeno. Y también considerar lo difícil que hubiese sido navegar por intermedio de esa tempestad en circunstancias normales.
Mientras tanto sentada cómodamente en la cubierta del barco. Yuri Nagumo sonreía con sus ojos cerrados tarareando una melodía extraña. Sakura, Naruto y Shigure la rodeaban mirándola sin entender demasiado. Pero fue la pelirosa quien se atrevió a preguntar:
-Yuri-chan, ¿eres tú, la que aleja la tormenta de este barco?
La peliazul continuaba como en trance. Pero como si viniera de muy lejos su voz respondió:
-el agua es mi amiga-sonriendo- Nunca nunca me haría daño.
Fin del flas back:
-Naruto-san –susurró la pelirroja acercándose demasiado- le pediré a Shigure que nos invoque a la aldea ahora mismo.
-¿Por qué ahora? –Intrigado- Por qué no antes.
-a más distancia y cantidad de personas, mayor es el gasto de chakra –mirando de reojo a la pelirosa- Es por eso que recién ahora se puede hacer.
-Por mí no hay cuidado –respondió Naruto calmadamente.
-Sin embargo tu no debes viajar con nosotras –mirada picara- tú tienes que vértelas con la portadora de "viento de bronce".
-¿En dónde?
-algunos kilómetros fuera de la aldea. Tendrán que arreglar sus asuntos antes de ingresar a Kirigakure.
-Sera lo mejor, -seriamente- no se cuanta destrucción pueden causar las dos espadas juntas.
En todo país del agua el viento frío complementaba la caída de la nieve dando un espectáculo invernal digno de un cuadro. Sakura visiblemente celosa, se acercó a Naruto y tomándolo por el otro brazo, intentó apartarlo de la Mizukage. El rubio sonrío complacido. Esta faceta "posesiva" de Sakura lo ponía más que contento. Sobre todo porque la Kunoichi aún no razonaba que Naruto moría por ella. ¿Traicionarla por otra mujer? Ni pensarlo, sería más fácil darle un puñetazo a Kami-sama. Naruto estuvo tentado de decirle a su novia lo que haría. Pero el zorro le comentó que la intervención de la pelirosa solo le causaría más problemas. Además de ponerla en peligro. El rubio estuvo de acuerdo muy a su pesar, amaba demasiado a su compañera. No podría luchar sin sentirse intranquilo por ella.
Cuando la Mizukage anuncio al grupo que Shigure los invocaría directo a la niebla, hubo gestos de aprobación. A nadie le hacía gracia un viaje de dos días en los salvajes bosques y las heladas praderas. Por lo tanto se reunieron en torno a Shigure. Pusieron sus manos en los hombros de la Kunoichi. Pero cuando la morocha completo los sellos. Naruto se soltó evitando ser trasportado. El brillo azulado fue lo que antecedió a la desaparición de todo el grupo. Naruto sonrío al encontrarse solo. No dudaba que recibiría un sonoro puñetazo de parte de Sakura por no avisarle lo que haría. Pero no podía evitar pensar que era exactamente eso, lo que lo hacía amarla. Esa rara combinación de fiera y muchacha sensible. Capaz de llorar por tonterías y de derribar una montaña de un solo puñetazo.
/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/**/*/*/*/
Naruto suspiró un momento. Un viento frío cruzaba el paisaje de árboles nevados. Se colocó una capa gris por sobre la clásica chaqueta naranja. También subió la capucha y con una bufanda protegió su cara contra el gélido clima. Cualquiera que lo enfrentara, solo podría ver sus ojos y algunos mechones rubios surcándole la frente.
Comenzó a correr, saltando entre los troncos de los árboles. Los parpados oscurecidos con bordes amarillos denotaban el poder del modo ermitaño. Se sentía cómodo, ya no le dificultaba adquirir el modo Sennin como los primeros días. Pero el Shinobi de la hoja no pensaba en esos detalles. No era el momento ni el lugar. A dos días de camino normal se encontraba el misterioso espadachín. Por fortuna Naruto, solo le tomaría medio día llegar a Kirigakure.
Quitándose las pesas de entrenamiento, usando el modo Sennin y sin nadie a quien llevar en su espalda. Naruto sería como el viento de rápido. Viento su mejor arma, y ahora también su peor enemigo. La Mizukage le había contado el secreto del portador de "viento de bronce". O mejor dicho "la portadora". Una mujer capaz de dominar el Futon como nadie. Una espada capaz de cortarlo todo a su paso. Muchos años han pasado para que "Rayo de luna" y "Viento de bronce" vuelvan a reunirse. Y sin embargo, ese no es el motivo real que llevara al rubio a batallar contra la guerrera del viento.
Al recorrer las praderas heladas, al saltar las copas blancas de los frondosos bosques. Naruto piensa en cómo el mundo que lo rodea no deja de cambiar. ¿Quién podría haber apostado por todo lo que ocurrió el último año? Dominar los terribles poderes del Kyuubi. Recuperar a su amigo. Conquistar el amor de su amiga. Pero todo que lo logró, siempre trajo aparejado inmensos dolores. ¿Se puede amar del mismo modo a dos mujeres? Tenten Nakamura le dio esa duda. Le dio alegría, apoyo y comprensión. "tú no eres un arma", le dijo esa chica. Y tuvo que perderla para recién saber cuánto le importaba. Pero siempre la recordaría. Ella estaría todos los 13 de julio en la montaña de los Kage. Estaría en el viento que roza su cara. En el calor de una fogata o a la luz de la luna. En los días de sol, en las tardes de lluvia. Finalmente el recuerdo de Tenten le había otorgado un último obsequio. La decisión de penetrar en la habitación de Sakura. De romper las barreras de indecisiones que siempre los alejaba.
Ahora debía luchar. Debía proteger a su amor de toda la vida. Protegería a la mujer de sus sueños. Protegería a su familia. Porque como su padre el Yondaime Hokage, solía decir: Su familia era toda la aldea de la hoja.
/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/**/*/*/*/
Las mujeres aparecieron en el centro de la villa. Sakura buscaba a Naruto. Miraba a su alrededor y no lo encontraba. Yuri sonreía fascinada por el viaje "instantáneo". Pero al no ver al rubio cerca su precioso rostro se llenó de tristeza. La Mizukage comenzó a caminar hacia su residencia. Ordenó a Shigure que vigilara el duelo por si sucedía algún contratiempo. La morocha comenzó a caminar ocultando sus manos entre las mangas de su kimono. Lo hacía sin prisa, como avanzando con cuidado para llegar a su destino justo a tiempo. Sakura y Yuri la persiguieron acribillándola a preguntas. La morocha sin dejar de caminar, contestaba con monosílabos. La peliazul rondaba a Shigure dando saltitos de impaciencia. ¿Dónde está mi señor? ¿Vendrá pronto? ¿Por qué no está aquí? Preguntaba la niña visiblemente nerviosa. Sakura, si bien no le hacía gracia no saber de Naruto, se fijó en el aspecto de la villa de la niebla a su alrededor. Los rumores del aspecto que Kirigakure tenía, no se parecían en nada con la realidad. Las calles asfaltadas con piedras talladas. Estructuras de casas amplias con bellísimos jardines de flores. Una aldea colonial de pilares de mármol y piedra. Sakura no pudo evitar razonar. Que por mucho que odiara a la irritante Mizukage. Estaba al frente de una hermosa villa. Shigure guío a las mujeres hacia una hermosa residencia en el centro de la villa. Una muchacha pálida de elegante Kimono verde claro, los esperaba en la puerta.
-Buenos días Tomoe –dijo Shigure fríamente- ¿podrías atender a estas muchachas? Son invitadas de Mizukage-sama.
- Será como usted lo diga Shigure-san -bajando la cabeza con reverencia- Los deseos de Mizukage-sama son órdenes para mí.
- ¿Y Saíto?
- Mi señor esposo no se encuentra, -respondió Tomoe- Esta de misión.
Luego de los saludos y las presentaciones. Las chicas pasaron al interior de la casa y Tomoe salió presurosa para organizar cuartos y alistar el almuerzo. Shigure en cambio, se invocó a si misma cerca de una casa en las cercanías de una montaña. La tenebrosa casa no hizo mella en el ánimo de la Kunoichi cuya propia residencia (la mansión Kousaka) era aún más siniestra. Lanzó un kunai que se clavó en la puerta de entrada. Al instante cuatro lanzas surgieron del suelo. Traían veneno en las puntas que goteaban amenazantes. Shigure continuo avanzando hacia la puerta esquivando trampas de pozos (con filosas estacas en el interior) y flechas surgidas de los árboles cercanos.
La Kunoichi usaba su Katana para desviar los proyectiles sin dejar de caminar. Llegó frente a las lanzas y habló hacia el interior para que la dueña de casa escuche:
- Sempai… -dijo Shigure sin emoción- tiene una misión que realizar.
- Lárgate Shigure, -surgió desde el interior- estoy de mal humor.
-Son órdenes de Mizukage-sama.
-¿Qué quiere esta vez?
-Su misión es recuperar la Katana "Rayo de luna"
Se hizo un largo silencio. Seguidamente unos extraños ruidos surgieron del interior. La puerta de entrada se abrió y las lanzas que estorbaban la salida fueron cortadas en un instante. Una figura encapuchada surgió frente a la Kunoichi. A pesar de estar frente a frente. No podía verse el rostro de la misteriosa Ninja. Shigure sabía que se había colocado un jutsu de ocultamiento. La figura espectral era temible. Pero la morocha estaba acostumbrada a ella. Sin embargo, guardo silencio ante la salida de la Ninja esperando que hable:
- "Rayo de luna" eh?, -exclamó la tenebrosa figura- Por fin apareció esa Katana. De acuerdo, solo dime en donde buscar y quien es el portador.
- No hay necesidad de eso, -entregándole un pergamino- allí lo encontrara. Es un Ninja de Konoha.
-¿Konoha? Perfecto. Siempre he esperado enfrentarme a uno de ellos. Siento repulsión al escuchar el nombre de esa villa.
-Su misión es vencer al Shinobi y arrebatarle la Katana. Sin embargo, Mizukage-sama le ordena que no lo mate. Konoha es actualmente un aliado.
-Odio que esa mujer me diga cómo hacer mi trabajo. ¿Sin matarlo eh? ¿Acaso es su amante o algo así?
Shigure movió sus hombros mostrando su falta de interés en el tema. Ambas, comenzaron a caminar por el sendero que iba hacia un bosque cercano.
- Sempai… -susurró Shigure de pronto- ¿Qué hará cuando tenga las dos Katana?
- no es algo que te importe. ¿Desde cuándo estas tan habladora?
Shigure desvío la vista con algo de vergüenza. El tiempo trascurrido con Yuri alrededor la había afectado mucho más de lo que pensaba.
/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/
Mientras tanto en la casa de los Arashi, Yuri tardó 15 minutos en adentrarse en la cocina para ayudar con el almuerzo. Tomoe estaba bastante sorprendida. La peliazul se tomaba atribuciones raras en pocos minutos. Sin embargo, no pudo evitar admirar la destreza de la muchacha con los cuchillos y demás enseres.
Sakura seguía pensando en Naruto. Recordaba con exactitud el momento que Shigure había trasportado a todo el grupo hacia la niebla. Todos debían aferrarse a la Kunoichi. Lo cual indicaba, que el rubio se había quedado atrás a propósito. Lo más extraño, era que tanto la Mizukage como Shigure parecían saber lo que haría. De pronto Sakura lo comprendió todo. Naruto combatiría con alguien poderoso. Era por esa razón que lo había ocultado. La pelirosa se acercó a la puerta de salida en busca de averiguar sobre el rubio. Pero una voz desde las alturas del techo la detuvo de golpe. Allí, sobre una viga de madera, un extraño y desaliñado hombre bebía de una botella y hablaba por intervalos.
- si yo fuera tú, -bebiendo- no saldría a la calle por ahora.
- ¿en serio?,-dijo la rosa algo molesta- ¿Y quién va a detenerme?
- Nadie aquí presente… -bebiendo- pero tu bandana de Konoha es muy visible. En 5 minutos estarás muerta si sales a la calle.
- ¿Es una amenaza? –Apretando un puño- ¿Quién eres?
-De mí no tengas cuidado. –Saltando de la viga hasta el suelo- Pero afuera por las calles hay cerca de 500 Shinobi de la niebla. Y tú serás considerada espía, hasta que la Mizukage diga lo contrario.
Sakura se tranquilizó al instante. El argumento de ese hombre era lógico. Valía la pena seguir el simple consejo.
- Mi nombre es Saito Arashi- terminando la bebida y dejando la botella- Si estas en mi sala, es porque ya conociste a mi esposa Tomoe.
- Gomen Saito-sama, -ruborizándose de vergüenza- esta es su casa y yo tratándolo mal.
El peligris se acercó demasiado y poniendo una mano en el rostro de la chica comenzó a acercarse peligrosamente mientras decía:
- no te preocupes linda, -casi por besar sus labios- eres demasiado hermosa para mo….
No pudo terminar la frase. Un tremendo derechazo de la pelirosa lo envío a través de la pared de la sala. Atravesó el comedor y quedó tendido en el suelo de la cocina. Tomoe se dio vuelta brevemente y sin dejar de atender la cocina dijo:
- buen día mi señor –gotita anime- veo que ya conoció a las invitadas.
Sakura llegó corriendo a la cocina avergonzada por su reacción natural. Venia para atender a un casi seguro "destruido" Saito. Pero lo encontró sentado tranquilamente sin señales de daño.
-¡Es un pervertido! -pensó la rosa- pero es fuerte, ni siquiera le hice daño.
/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*
Algunas horas después, Naruto llegó a las cercanías de Kirigakure. La Mizukage había detallado el aspecto del bosque petrificado. El rubio dejó el modo ermitaño para descansar. Buscó reparo bajo un árbol y se dedicó a esperar a su rival. El frío viento arrastraba nieve nublando la visión lejana. Se podía ver no obstante, un amplio espacio entre los bosques y el camino a la villa. Varios kilómetros de praderas adornados por el blanco invernal. El rubio abrió su pergamino y convocó a su katana plateada. La puso en su espalda por precaución. Había planeado no usarla, pero le preocupaba el nivel de poder que tenía la portadora de "viento de bronce". Sería una batalla difícil. De pronto, una luz brillante apareció de entre los árboles del bosque. Naruto apenas tuvo tiempo de rodar para evitar los ataques. El rubio se incorporó en postura defensiva y pudo notar mirando de reojo, como el árbol donde estaba antes apoyado (y los tres árboles detrás suyo) se desplomaron cortados limpiamente.
-Eres rápido para huir… –Dijo la guerrera siniestra
-Tuve suerte,- contesto Naruto sonriendo- tengo buenos sentidos.
La encapuchada Kunoichi cubierta por una capa negra avanzó hasta salir de los límites del bosque. Naruto retrocedió tomando distancia segura.
-Entrégame a "Rayo de luna". Pertenece a la niebla.
-Pertenece a la familia Uzumaki. –aclaró Naruto poniéndose en guardia
La encapuchada se lanzó contra Naruto a toda velocidad. Las largas mangas de la capa no permitían apreciar sus manos. Atacó con furia, rápida y filosa. Frecuentemente caían árboles cercanos a la batalla. Naruto sin embargo, evitaba con agilidad los intentos. Incluso desviaba los puñetazos y patadas sin contragolpear en ningún momento. La guerrera estaba furiosa, esperaba otro tipo de duelo. Pero su rival no la atacaba. Y además, se negaba a sacar su katana para luchar.
- cometes un error al subestimarme niñato…-señalo molesta- Sacaras tu espada o te matare.
-No puedo. No debo hacerlo. No debemos pelear.
Naruto intentaba ver el rostro de su rival a través de la capucha. Pero solo veía una gran oscuridad. La guerrera se dio cuenta, y se lo hizo saber:
-Es inútil. Me conocen como "la sombra", la primera espada de la niebla. Mi rostro no puede ser visto.
La sombra hizo un par de sellos y de pronto una katana estaba en su mano derecha. Naruto se sorprendió al recibir dos patadas simultáneas pocos segundos después. Fue arrojado varios metros más allá y quedó bajo la nieve. Surgió de un salto y volviendo a estar de pie se quitó la sangre de los labios producto de un corte. Ni siquiera la había visto moverse. Era rápida, muy rápida. La Katana de bronce le daba mayor velocidad. Una ráfaga de viento lo atacó frontalmente. Pero Naruto dio un salto para evitarla. La guerrera se inclinó blandiendo su espada por detrás de su cuerpo. La hizo avanzar con rapidez de pronto, lanzando una poderosa andanada de viento cortante justo hacia el rubio que aún estaba en el aire.
Naruto lanzó un kunai especial hacia un costado. Para luego usar Hiraishin no jutsu y salvarse. El combate siguió durante media hora. Naruto evitó con su técnica del dios del trueno cada ataque que la kunoichi espadachín intentaba. La guerrera sentía aumentar su irritación al no poder acertar algún ataque. Pero algo más le sucedía. Los movimientos de su enemigo se le hacían extrañamente conocidos. No era posible ciertamente, pero su sensación crecía más y más en la mente. Esa técnica de velocidad, era superior al sunshin. Pero no era posible que alguien dominara la técnica del Yondaime Hokage.
- ¡Terminemos con esto! ¡JUTSU MULTICLONES DE SOMBRAS!
El rubio creo más de 100 clones que lanzó contra su rival en un intento de capturarla sin daño alguno. Pero la guerrera lejos de sorprenderse, creó 4 clones de sí misma y formó un círculo defensivo repeliendo oleada tras oleada. Sin embargo los clones eran solo distracción. Solo tiempo libre que Naruto usaría para ocultarse y reunir energía natural. Entraría en modo ermitaño para acabar esta batalla.
-¡Sal de tu escondite!-declaró la sombra- un Sannin de la hoja no debería ser tan cobarde.
- ¡No soy tu enemigo!-gritando desde su escondite- muéstrame tu rostro y te entregaré la espada.
-¡¿Pero qué clase de idiota eres?! –Irritada, puño apretado- esa Katana vale más que tu vida ¿y me la darás solo por ver mi cara?
-Exacto – susurrándole al oído por detrás.
La sombra dio un respingo al notar a su enemigo detrás. Era increíble, ni siquiera lo había sentido. Era inhumano. Intentó apartarse pero Naruto la aprisionó por el cuello con un kunai y con su otra mano, agarró el brazo de la guerrera que tenía la espada. Los tres clones de la mujer desaparecieron. Sabía que había perdido. Derrotada, sin recibir ni un golpe. El hombre detrás suyo era diferente. Su chakra era cálido, carente de maldad. No parecía querer matarla de hecho, jamás lo había intentado durante el combate.
-No quiero dañarla… – dijo Naruto susurrándole- he notado que no ha atacado con todo su poder. Sabe y siente que nos conocemos. Pero como no puedo verle el rostro. Le mostrare una foto de mis padres. Tal vez allí, encontremos la respuesta.
Con movimientos deliberadamente lentos, Naruto soltó el agarre sobre el brazo de la mujer y le puso frente a sus ojos un marco con la foto que una vez supo dejar sobre la mesa de su comedor en Konoha. Una foto que la Mizukage vio en la reunión que tuvieron. Minato y Kushina embarazada. Juntos, abrazados y felices. La hermosa pelirroja con su notoria panza esperando el futuro…
La guerrera tomó la foto, su mano comenzó a temblar. Llevó su otra mano a la cara y se dispuso a quitar el sello que la había mantenido oculta de todos por años. Naruto la soltó suavemente, dio un pequeño paso para atrás y se quitó la capucha dejando a la vista su rostro y cabello. La mujer no dejó de mirar la foto. Pero liberó del control de su mano la Katana al suelo. Se quitó la capa oscura, dejando al viento glaciar el trabajo de ondear su largo cabello rojo como el fuego. Como presa de hechizo, le costó mucho girar sobre sí misma para ver a su acompañante. Pero lo hizo y en su rostro las lágrimas surcaban sin cesar. Naruto solo sonrío, haciendo enormes esfuerzos para no romper en llanto. Por fin pudo ver el rostro por el que viajó hasta país del agua. Un bello rostro de mujer madura cargado de expresión en un par de ojos violetas. Naruto no pudo decir mucho así que solo balbuceo:
-Oka-san…
La mujer cuyo verdadero nombre era Kushina Uzumaki quedó paralizada. Sus ojos rodaron y sus piernas dejaron de responderle. Se desmayó en los brazos de su hijo. Sin siquiera poder dedicarle una palabra. Kushina Uzumaki estaba viva. Naruto comenzó a llorar sin restricciones. Las fotos no mentían. En sus brazos, descansaba su madre. ¿Qué misterio del mundo la hicieron aparecer? ¿Dónde estuvo y por qué no volvió por él? ¿Cómo pudo ocultarse por tanto tiempo? El viaje a la niebla ya tenía su primer misterio. Pero Naruto comprendió, que no sería el último.