Opuestos Positivos

נכתב על ידי teguisedcg

81.6K 6.7K 1.6K

Etham y Agatha son dos desconocidos que, sin saberlo, comparten un pasado en común. *** Porque, a pesar de e... עוד

Antes de leer...
[ Prólogo ]
[ Mapa ]
1
2
3
4
5
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35

6

2.5K 241 89
נכתב על ידי teguisedcg

ETHAM

-6-

Es miércoles.

Muy a pesar debo asistir a la universidad. O si no, hacerle frente a mi padre y mi madrastra. Así que opto por la primera opción y dejarme de problemas y dramas. Llevo unas gafas de sol para que me protejan del dolor de cabeza que sigue siendo palpitante al igual el adormecimiento de todo mi cuerpo. Solo quiero poder descansar. Después de que Ag entrase en mi cuarto y se marchase de aquella forma no salí del cuarto. No importó nada en ese momento. Preferí ahogar mi frustración en alcohol y marihuana, en solitario. Sin embargo, no he sido capaz de borrar aquella mirada color chocolate de mi cabeza.

Sigo andando hacia la cafetería para reunirme con Philip. Él está al tanto de todo lo que sucedió en el cuarto, ayer por la noche. También de lo que pasó en la cafetería y no le he dejado de insistir que hay que averiguar algo sobre ella. Él no ha dejado de negarse, todavía lo hace.

Estoy sentando al lado del ruso malhumorado mientras teclea con fiereza y rapidez sin dirigirme la mirada. Yo bebo con tranquilidad mi bebida energética. Intento aclarar las múltiples ideas que se han ido acumulado en mi cabeza. Entonces la veo a ella. Ag entra a la cafetería, acompañada de Serena. La chica de aquel pelo tan peculiar. Andan con energía y se ríen de algo que no soy capaz de entender desde mi lejanía.

Esta vez esta vestida con unos leggins oscuros, unas zapatillas del mismo color que los leggins y una sudadera de varias tallas más grande que la que lleva en realidad. Las dos se piden un café y se marchan en dirección a un par de mesas más alejadas que nosotros. Las sigo con la mirada hasta que alguien se percata de ello. Ag mira por encima de su hombro y sus ojos castaños se encuentran con los míos. Me mantiene la mirada con el enojo reflejada en ella. No deja de observarme hasta que Serena la llama. Tiene que desviarla para centrar la atención en su amiga.

Una sonrisa triunfante se pinta en mi rostro. O lo hacía hasta que me percato de que «disimuladamente» me está enseñando el dedo corazón. Una floja carcajada, pero profunda brota de mis labios. Ella frunce el ceño en contestación. En vez de sentarse en las mesas interiores, se marchan a la terraza.

Ag puede resultar ser muy entretenida por su poca capacidad de retener sus impulsos. Su actitud es tan cambiante como su humor. Aquello me resulta... refrescante. La noche pasada ni siquiera me besó una vez. Pero sí que utilizó las mismas cartas que usaba yo.

Vuelco mi mirada en el hacker que tengo al lado. Está enfrascado en la pantalla del ordenador. Lleva una gorra que hace sombra sobre su cara, oscureciendo y marcando aún más su hostil rostro. Noto como aprieta la mandíbula. Teclea con más agresividad que antes. Espero unos segundos hasta que noto como su posición es menos tensa para pedirle el favor que llevo pensando desde la noche pasada.

—¿Philip?

Él me mira impaciente. Aunque vuelva a centrar la mirada en el ordenador y comienza a teclear de nuevo.

—Necesito averiguar algo sobre una chica —digo.

Todavía sigo sopesando una explicación lógica frente a la curiosidad que me embarga cada vez que veo aquella chica de mirada castaña y tez oscura.

—Etham, ya lo hablamos la otra vez. No te voy a ayudar a ligarte a otra chica «difícil» para que luego la dejes tirada, macho —se queja.

No obstante, no es capaz de disimular la sonrisa de boca cerrada que se forma en su rostro. Suspiro resignado. No pienso rendirme ahora.

—Es diferente. No sé nada de esta chica y tengo la corazonada de que oculta algo.

Intento persuadirlo. Él aparta los ojos de la pantalla y la posa en mí, ofreciéndome una mirada incrédula. Se entiende a la perfección como: «¿En serio, quieres que me lo crea?».

—Sí, lo digo en serio —digo en un tono de voz serio. me mira una última vez antes de volver al ordenador para teclear.

—¿Nombre? —pregunta, con el sonido del tecleo de acompañante.

—Ag.

Solo al pensarlo me pongo nervioso. No puedo creer que vaya a saber algo de ella. Estoy impaciente porque, aunque no tengo todas conmigo, la curiosidad es más fuerte.

Philip se gira. Me echa esa mirada de: «¿Qué cojones?».

Asiento, Me encojo de hombros ante su ceño fruncido. Ese estúpido diminutivo fue lo máximo que he conseguido sonsacarle en días. No ha sido porque no hayamos pasado clases y horas juntos. Cuando hace algún comentario mordaz hacía mí, siempre me descuadra su voz. Creo haberla escuchado con anterioridad, pero a la misma vez no.

El silencio inunda nuestra conversación. El tecleo agresivo y veloz de mi amigo es lo único que logra interrumpirlo.

—No sé qué tendrá de misteriosa, pero es muy conocida en Downtown —comenta.

De un rápido movimiento me acerco a él lo máximo que puedo. Paseo con suma curiosidad mi mirada por la pantalla de ordenador. Es una red de apuestas. En otra pestaña hay una especie de foro dónde comentan los ganadores de... ¿una carrera?

—¿Motos? —cuestiono en voz alta.

Vuelvo a leer otra vez toda la información que ha sido capaz de recopilar Philip. Cada cosa nueva que descubro me cuesta creerla. No tiene aspecto de hacer nada de lo que pone ahí.

—¿Es fiable? —pregunto de forma cautelosa.

Él me mira molesto por dudar de sus habilidades de hacker. Trago y recito una disculpa. Su rostro se suaviza al instante.

—Hay una carrera el sábado. Están apostando por varios motoristas, pero tu chica no aparece. Nadie está apostando por ella.

Empieza a relatarme todo lo que va saltando en las distintas pestañas que tiene abierta. Poco a poco digiero toda la información que me está proporcionando. Asiento un par de veces más.

Me debato en cuál será mi próximo movimiento. Con esto, la curiosidad y el misterio en lugar de disminuir solo ha incrementado y con creces. ¿Cuántos secretos más ocultará? ¿Cuántos más podré descubrir?

«¿Por qué esa imperiosa necesidad de saber sobre ella?»

—¿Cómo hago para que participe?

—Lleva sin patrocinador más de tres años. Algunos afirman que se retiró. Otros que desapareció tras la muerte de su camarada.

Philip lee en silencio todo antes de contarme una de las tantas teorías que circulan por los foros. Me quedo atónito con todo lo que está relatando. «¿A Ag se le murió alguien?». No puedo evitar sentirme triste por su pérdida. Yo estaría destrozado si muriese Philip o Derek.

—Si eres su patrocinador, el dinero que entregues se lo llevará tras la carrera y se reunirá contigo en privado. Pero... aquí dicen que nunca se ha dejado ver con el rostro descubierto. No hay descripciones físicas de ella. ¿No crees que es mucho riesgo?

Me lo planteo y replanteo. Después de un rato al sopesar todas las posibilidades existentes que hay, caigo en la cuenta de que ya me reuní con alguien una vez hace más de tres años en esos suburbios de mala muerte. No puede ser tan diferente. Además, no iré solo.

—Estoy dispuesto a arriesgarme. Este sábado iré a Downtown... ¿puedo contar contigo? —pregunto con cautela

Sé a la perfección que Philip le debe fidelidad a mi padre. Aunque tiende a posicionarse más en mi bando, no voy a obligarlo a esta misión suicida. Sin embargo, él asiente. Me ofrece aquella sonrisa ladeada que aterroriza a cualquiera, pero a mí me tranquiliza.

Que comiencen las carreras.

המשך קריאה

You'll Also Like

712 89 18
Jimin era hermoso, tenía una belleza etérea que era sinigual, lo hacía resaltar ante los demás. Él destacaba porque no solo era bonito, si no también...
1.6K 90 18
Katherine es una joven atormentada por la culpa desde que su padre falleció en un trágico accidente cuando ella tenía quince años. Aferrada a su dolo...
247K 26K 75
Ella debe combatir sus propios demonios. Él debe luchar contra su propia familia. *** Con un padre detestable y una madre adicta; sin alas para vola...
30.4K 3.2K 26
|| Finalizada || El día que lo vio volar él amenazó su futuro, porque Eiji no caminaba ni tampoco corría, él extendía sus alas para perderse entre la...