Segunda Oportunidad BSEPH (KA...

By DmarSpino

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Un encuentro casual en ellos hará volar la química más allá de lo posible, hasta que ambos se vean envueltos... More

UNO // Primer Café
DOS // Taza De Té.
CUATRO // Rojo y ¿Verde?
CINCO // Me Gusta.
SEIS // Descafeinado.
SIETE // K-Gossip.
ESPECIAL

TRES // El Lugar de Tae.

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By DmarSpino

Acabo de corregir un error que no recordaba del capítulo uno respecto a la "profesión" de Jung Mo en el fic.

Ya que, al inicio, había dado a entender que Jung trabajaba en un hospital, independientemente de qué hubiera escogido para él como profesión, era mejor solucionarlo a tiempo para evitar próximos errores en el fic.

Lo que sucede es lo siguiente, necesitaba una profesión que le permitiera a Jung conocer a J.Seph y a su vez, que fuera quien pusiera al chico nuevo en la ciudad en contacto con Hee, por eso es que tuve que editar una simple frase en un dialogo entre Hee Chul y Matthew, donde, el mayor le decía a BM que Jung Mo se encontraba de turno en el hospital, por lo que lo edité y di a entender que estaba solucionando un trabajo que necesitaba entregar a tiempo.

Al fin, luego de una semana o más sin publicar, regresé, es jodido escribir en el telefono, principalmente porque mi trabajo me absorbe mucho tiempo, en casa se jodió el internet y ni hablar de la batería del móvil que cada vez va de mal en peor, otra cosa es que, para escribir los capítulos, me gusta tener conexión a internet para buscar cualquier dato a ser usado, como lo son nombres, estatura y otros datos de los personajes.

El capítulo es ligeramente más corto que otros, por solo unas pocas palabras.

Como siempre, no he editado el capítulo, por lo que es posible encontrar errores.


Tae estaba muy feliz y agradecido con la vida, finalmente había avanzado otro paso, Jung Mo le había entregado finalmente el local con todas las terminaciones, por lo que podía hacer la apertura al día siguiente si se lo propone, pero, primero iba a ir al lugar y darle su toque personal con trazos sin sentido -como le dijeron alguna vez- a partes específicas, paredes, el mostrador, etc.

Aunque el color escogido por Hee Chul era algo que jamás habría optado por sí mismo, debía aceptar que le daba un toque de calidez a la tienda de café y eso le gustaba. El castaño salió de su ensimismamiento y comenzó por colocar un anuncio fuera del local con letras en mayúsculas pidiendo personal de ambos sexos y con, al menos, conocimientos en preparar café. Mientras que, cerró la puerta de vidrio para evitar que alguien ingresara cuando estuviera haciendo lo suyo.

Tomó el equipo de música que había instalado el guapo de Jung Mo, porque lo era, y muy guapo, y sin darle importancia a lo que dijeran de sus gustos musicales, ingresó también en el computador y cuando hubo instalado el circuito y pudo reproducir la música y escucharla a buen volumen, escogió aquella canción con la que estaba obsesionado últimamente.

Oh ma douce souffrance

Pourquoi s'acharner? Tu recommences

Je ne suis qu'un être sans importance

Sans lui, je suis un peu paro

Je déambule seule dans le metro

Une dernière danse

Pour oublier ma peine immense

Je veux m'enfuir que tout recommence

Oh ma douce souffrance

Mientras la melodía sonaba, y la voz de aquella cantante le transportaba, él, muy sumido en su mundo, iba bailando tranquilo, con una brocha y un pequeño bote de pintura, marcaba aleatoriamente algunas paredes que había dejado desnudas, su firma se colocó en lugares donde se supone habría próximamente algo que hiciera juego.

Je remue le ciel, le jour, la nuit

Je danse avec le vent, la pluie

Un peu d'amour, un brin de miel

Et je danse, danse, danse, danse, danse, danse, danse

Et dans le bruit, je cours et j'ai peur

Est-ce mon tour?

Vient la douleur...

Dans tout Paris, je m'abandonne

Et je m'envole, vole, vole, vole, vole, vole, vole

Finalmente aquella canción había terminado y su pecho subía y bajaba debido a la respiración entrecortada que el bailar y cantar como estrella idol le dejó en su cuerpo, luego se imaginó a sí mismo siendo un Idol y solo atinó a negar varias veces con todo su cuerpo, escalofríos recorrieron su cuerpo, aunque no se negaba que amaría ser parte de EXO, incluso soñó en algo parecido a 2NE1 pero con chicos también y suspiró derrotado, al mismo tiempo que alguien tocaba la puerta de vidrio de la entrada.

"Qué raro, no espero a nadie" -Se dijo mentalmente, hasta que algo hizo click en su cerebro y recordó el anunció que había puesto hace un rato afuera.

Se levantó corriendo, y fue hasta la puerta, donde una chica rubia y muy coqueta, pero vestida apropiadamente le sonreía de forma tímida, como esperando no molestar.

-H-hola...vine por el anuncio que di... -habló ella mientras que nerviosa apuntó hacia el cartel de "Se Busca Personal, Ambos Sexos... bla bla bla".

-Claro, un placer, me llamo Kim Tae Hyung -Interrumpió el castaño, acallando a la chica que seguía nerviosa, era como si nunca hubiera trabajado y tenía miedo de ser rechazada-, pasa adelante -dijo él, abriendo paso a la chica que era solo unos centímetros más baja que él.

Recordándole así una canción cuyo nombre no recordaba del todo, pero estaba seguro que hablaba sobre que era un centímetro más alto que el otro, o eso creía.

El castaño fue caballeroso, le dejó sentarse en una de las mesas cercanas a la puerta de vidrio, que permaneció abierta para que ella viera que no era un pervertido y que realmente trataba de encontrar personal para trabajar allí, él incluso le ofreció un vaso de agua con hielo, para refrescarse debido a que afuera estaba bastante caluroso últimamente.

Ella tomó un trago usando ambas manos para rodear el vaso y evitar que su mano temblara y terminará rompiendo el cristal cuando ni siquiera la habían contratado, ella no quería dejar una imagen de incompetente cuando ni sabía si podían tomarla en serio ahí, aunque claro, para ella fue evidente que el hombre era amable, caballeroso y muy simpático.

-Mm, soy Tzuyu, un placer -dijo ella finalmente, para hacer una pequeña ovación de cabeza en señal de respeto. Nerviosa se quedó esperando algún indicio de incomodidad, ella sabía de antemano que los surcoreanos no eran del todo amables con los extranjeros, y aunque ella dominara el idioma casi a la perfección, su nombre o mejor dicho, apodo que usaba, dejaba en claro que era extranjera, pero, para su sorpresa, el hombre solo sonrió, una sonrisa dulce que ella jamás había visto en nadie, respecto a sinceridad, porque si había algo que era claro en esa sonrisa, es que había mucha sinceridad.

-Vale Tzuyu, un placer, cuéntame... -Ella le vió quedarse callado unos segundos, pensando y volvió a ponerse nerviosa hasta que Tae rompió el silencio- ¿Puedes hacer café? -entonces, ella fue quien quedó en blanco de repente hasta que asintió efusivamente varias veces.

-Sí, sí puedo hacer café, tés y comida -dijo ella atropellando las palabras.

-Vale, tranquila -Tae estaba tranquilo, se levantó de la silla, caminó hacia el mostrador que se encontraba hasta el otro lado, y cuando vio que la chica lo miraba desde la silla, le hizo señas para que se acercara, él se sentó en una de las sillas de la barra, y le indicó a la rubia que podía ingresar y adueñarse del mostrador para demostrar que podía hacer todo aquello que había dicho-, yo me sentaré aquí mientras que vos puedes usar todo lo que hay dentro para preparar un café, la verdad es que debes asegurar todo, porque ni siquiera he conectado la maquina, se me olvidó. -Se excusó el castaño un tanto apenado.

Ella sonrió e ingresó en el mostrador, notando finalmente que dentro era diferente al piso del café, había piso antiresbalante, desagües que facilitan la limpieza, el mobiliario era de un color naranja mientras que fuera, habían decoraciones de otros colores de la misma gama, rojo, amarillo, naranja, haciendo juego en tonos cálidos y combinados con tonos fríos como azul, morado y verde oscuro usados en algunas sillas, mesas, lámparas, todo de manera desigual pero que se veía realmente bien.

Buscó en los lugares que el señor Kim le había dicho, sacando los utensilios que usaría para preparar al menos dos tazas de café.

-Mm, tiene muy buen sabor, usaste una técnica muy buena para preparar café y eso me gusta. -Alagó el hombre luego de disfrutar de aquella taza del líquido negro que tanto necesitaba su organismo.

-G-gracias -dijo ella tímidamente, sintiéndose feliz porque al parecer había acertado en su técnica-, aunque quisiera saber, cómo preparó usted el agua que bebimos cuando estábamos en la mesa, ese sabor era muy exquisito.

Ya habría tiempo para el intercambio de conocimiento, mientras tanto, Tae habló sobre la paga, y otros detalles del empleo, además, la idea era que Tzuyu iniciara el trabajo lo más pronto posible, por lo cual, ella prometió iniciar pasado el día.

En un abrir y cerrar de ojos, ya era el día siguiente, Tzuyu había llegado media hora antes de su horario de entrada, por lo que desayunaron en calma ambos unos waffles que el castaño había preparado y los disfrutaron junto a un café con leche espumoso.

Tae estaba alegre, hoy sería su primer día de venta oficial, aunque no hizo una fiesta de apertura ya que prometió esperar a que su mejor amiga llegué a Seúl, pero sí, estaba feliz porque luego de mucha espera estaba en otro estado (provincia) y se sentía excelente ser independiente (aunque la mayoría del tiempo se sienta asfixiante).

Cuando terminaron de comer, abrieron oficialmente el café, el castaño le había avisado que esperaba a un chico que había entrevistado anteriormente y que había dicho que de no comenzar hoy, estaría sin falta al día siguiente. Y de verdad que Tae esperaba eso, porque el chico era guapo, y sabía que gracias a los dos (Tsuyu y el chico), el café se volvería famoso, sí, aunque Tae no quiera aceptarlo, sabe muy bien que el estándar por la belleza está presente en casi todos los coreanos, por lo que, no puede luchar contra los preconceptos establecidos, sabe que aunque lo intente, perderá esa batalla.

Y fue así, como repentinamente la mente de castaño viajó de un lado a otro, se imaginó caminando por los diferentes pasillos de una de las tiendas departamentales, chocando con un chico alto, guapo y rubio, le pediría que le perdonara por haberlo casi atropellado, para luego brindarle un café y hacerse amigos.

-¿Estás bien? -preguntó mientras se agachaba para ponerse a la altura del otro hombro, el cual estaba sentado en el suelo y, al parecer, nada se había dañado, tanto en él, como de los productos que el hombre llevaba consigo.

El hombre se rió y asintió rápidamente.

El castaño le tendió la mano para ayudarlo a levantarse, y fue cuando se percató no solo de su fuerza, sino de su gran tamaño, amplios hombros, bíceps, en fin, era todo un monumento.

-Gracias -dijo el rubio estrechando la mano del contrario, para luego frotarse el trasero, ya que el golpe había sido bastante rudo.

-Me llamo, Kim Tae Hyung, un placer, aunque no fuera en la mejor circunstancia -se excusó el castaño y más bajo de ambos mientras se presentaba educadamente.

-El placer es mío, Matthew Kim, a la orden. -El rubio estaba algo desorientado, mientras sonreía y relajaba los hombros.

-Kim... Kim, Hey Kim Tae Hyung -Una voz masculina lo sacó de sus cavilaciones, el castaño enfoco la mirada en la persona que tenia al frente para encontrarse con el rostro sonriente de Kim Hee Chul, su nuevo amigo- Estabas muy lejos amigo, creo que en otra galaxia. -Ambos sonrieron, la verdad era que el pelilargo deseaba conocer más del otro chico, pero no le gustaba entrometerse en la vida ajena, excepto si se trataba de su amigo Matthew, ya que él tenía ese no se qué de ser un libro abierto fácil de descifrar, o al menos eso veía HeeChul en él.

-Me alegro que hayas podido venir en nuestro primer día oficial de ventas. -Tae se levantó de la silla detrás de la caja registradora donde había estado descansando "pensando" hacia solo unos momentos, caminó saliendo del área del mostrador y buscó a su nuevo amigo para poder conversar de mejor manera.

-Claro que vendría, me siento orgulloso del café, ni hablar de todo lo que preparas, es exquisito, también invité unos amigos, por los momentos Jung Mo me notificó que se va a retrasar un poco, ya que había trafico, y los otros no tardan en llegar. -A Tae le encantaba la facilidad con la Hee podía hacer o mantener una conversación, la verdad es que necesitaba más amigos como el pelilargo.

Luego de eso, el castaño hizo las presentaciones con Tzuyu solamente ya que el otro chico no había llegado todavía, era temprano, por lo que no era un problema.

Ambos hombres se sentaron a conversar un poco sobre la vida laboral del pelilargo, eso de que a veces le llamaban pidiendo que fuera a decorar fiestas como si el hombre fuera un organizador de eventos o algo parecido, y no, no era que no fuera capaz de hacerlo, el castaño estaba más que seguro que de proponérselo, destronaría al mejor organizador de Seúl, era solo que, ni siquiera le quedaba tiempo para ir de fiestas con sus amigos, por lo que menos iba a organizarlas, no, ni loco.

Siguieron conversando mientras disfrutaban de una bebida de limón con algún invento de Tae, ya que este había combinado el agua con flores para hacerlo hielo y usarlo específicamente con este sabor.

Los primeros comensales llegaron tras unos minutos, Tzuyu los atendió sin problema alguno ya que eran unos pocos, sin embargo, Hee le dijo al castaño que podía ir a ayudar a la chica mientras él se sentaba en la barra y observaba de cerca.

Y mientras Tae preparaba los cafés y la chica servía los postres, un hombre alto y vestido en traje se acercó al negocio, atravesó la puerta principal y caminó hasta la barra donde un pelilargo disfrutaba aún de su bebida de limón.

-HeeHee -se escuchó decir de una voz masculina un tanto grave, y ese tono de voz despertó en Tae curiosidad total-, el tráfico era horrible, estuve atrapado bastante tiempo, al menos pude escaparme del trabajo.

Tae estaba tan concentrado preparando los cafés que cuando escuchó aquella voz y quiso enfocar su mirada en el hombre, la luz que ingresaba al local a traves del ventanal era tanta, que por un momento se deslumbró mientras apreciaba la figura de aquel monumental hombre.

-Te recuerdo que eres tu propio jefe -fue la respuesta del pelilargo, mientras Tae solo escuchaba el intercambio de voces sin poder enfocar la mirada todavía.

«"¿Quién era el portador de esa voz?"» -Preguntó Tae ha sí mismo.

"Cuando nos amamos a nosotros mismos, no importan las palabras de desprecios que otros usan, pero recuerda, siempre es bueno dejar ver lo que se lleva dentro para aligerar la carga" Dmar Spino

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