The Guardian

By Ana5Harmony

610K 47.8K 34.7K

Hasta del dolor más grande puede surgir el amor. -Su Escritora Prohibida la copia y adaptación de esta histor... More

Capítulo I
Nota
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Between
Capítulo X
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capitulo XXVI
Between
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXIX
Capítulo XXX
Capítulo XXXI
Capítulo XXXII
Capítulo XXXIII

Capítulo XI

17K 1.4K 758
By Ana5Harmony

**MARCHETTI'S CLASSICS PLAYLIST: Say You, Say Me- Lionel Richie

~*~

CALEB EVANS

Si algo siempre amé de Lauren es lo emocionada que se pone cuando tiene tiempo de cocinar. Yo sé que su amor siempre fue la música, pero existe pasión en su cocina. No podría ser de otra forma con el talento en sus venas. La música y la comida siempre han sido dos factores decisivos para ella, y lo mejor de todo es que yo adoraba combinar ambos.

Ahora me siento en esta cabaña desolada pensando en mi destino mientras la observo cocinar. Pero esta vez es diferente, porque no hay música que la acompañe. Lleva horas preparando su famosa lasaña "nonna", en honor a su abuela y limpiando su nueva casa. Supongo que esperaba que dejara nuestro pequeño apartamento en el centro de la ciudad por algo más práctico y cómodo para ella. La veo con una coleta y descalza, como le gusta pasar en casa. Se mueve con eficiencia, pero la misma alegría no prevalece. La veo apagada, triste y eso me duele. La estrella que siempre la acompañaba y que la hacía brillar se ha apagado.

Han pasado unos días desde que entré a la cabaña y no encontré una misión para mí. Solo han sido unos días desde que Billy me dijo que estoy destinado a caminar errante por este lugar, sin una misión que cumplir. Sé que Lauren sufre por mi muerte, pero ella no me retiene. Ella lo ha aceptado al igual que mis padres. Puedo ver a mi familia, puedo ver a Lauren e incluso a la doctora que me trató de ayudar, y ninguno de ellos parece retenerme aquí. Todos han aceptado que he muerto, ¿Entonces qué hago aquí? Nadie encuentra respuesta, y yo he dejado de buscar.

He pasado días en soledad buscando una explicación que jamás aparece. Veo a Lauren tan distinta, y como ha dejado la música y su vida ha cambiado, pero no puedo intervenir, ella no puede escucharme. Son decisiones que ella ha tomado en su propia vida, nadie más que ella tiene el poder de cambiarlas. Lo hizo por mí, es posible. Pero estando aquí no puedo devolverle la sonrisa, no puedo hablarle o consolarla.

No puedo hacer que vuelva a reír como solía hacerlo, mientras tocaba su piano y cantaba cualquier canción de los ochenta que viniera a su mente, mientras yo me limitaba a observarla y absorber todo de ella. Ahora la observo, absorbo su belleza pero ella no se gira para sonreírme o enviarme un beso. Ella está de espaldas a mí, y jamás podrá verme de nuevo.

Solo me queda encoger mis piernas y abrazarlas con mis brazos mientras la observo. Sus manos se mueven con eficiencia hasta que por alguna razón se detienen. A diferencia de la primera vez no puedo escucharla hablar, pero la veo tomar el teléfono y sonríe.

Una sonrisa involuntaria llena mi boca al verla sonreír, tan hermosa, como la Lauren que recuerdo. Pasa su mano por su cabello quitando la coleta, y lo tira hacia un lado antes de responder rápidamente a lo que supongo es un mensaje. Un mensaje que provoca que la sonrisa no se borre de su rostro.

Sus manos luego se quitan el delantal que usa y se arregla la blusa negra, y su jeans azul favorito con una parte rota en su rodilla izquierda, no era parte del diseño debo agregar, Lauren lo rompió jugando softball en el parque junto a sus estudiantes de música de la escuela de escasos recursos a la que asistía los sábados.

La veo responder algo de nuevo y la imagen cambia. Mis ojos en el espejo de la cabaña de meditación ahora ven a otra mujer. Una mujer que respira hondo en su coche dejando su celular a un lado, y parece ver una puerta de una casa que no reconozco incesantemente. A su lado en el coche se encuentra un solitario girasol, y lo que parece ser una botella de vino, el favorito de Lauren.

Pasa una mano por su cabello y reconozco de inmediato a la doctora. Recuerdo que su nombre es Camila por su encuentro con Lauren en Italia, cuando podía escucharlas. Ella está retocando su maquillaje en el retrovisor y parece seguir tratando de respirar adecuadamente. Su mano pasa por su rostro y parece nerviosa, pero después de un último suspiro toma el control y finalmente sale de su coche, sin olvidar el girasol y la botella de vino.

En mi mente junto las escenas y me doy cuenta que la comida que Lauren está preparando en este momento es para compartirla con ella. Siento que algo dentro de mi pecho se contrae al notar lo nerviosa que Camila se encuentra antes de tocar la puerta. Hay algo en ella que noto diferente en la forma de acercarse a Lauren. Hay algo en sus ojos, una admiración que va más allá de lo normal de una mujer a otra. Es como si su mirada fuera un reflejo de la forma en que yo veo a Lauren.

Camila arregla su cabello por quinta vez, arregla su ropa que es un sencillo vestido negro con una chaqueta de cuero blanca que resalta su figura. Unos zapatos de tacón alto negro complementan sus piernas muy bien. Al abrir la puerta veo a Lauren sonreír y deseo ver los ojos de Camila.

El espejo parece obedecerme porque aparece el rostro de la doctora en primer plano, y sus ojos no mienten. Sus ojos brillan y muy delicadamente recorren a Lauren, hasta que en su boca se forma una sonrisa.

Mis ojos se cierran al verlas saludarse con un abrazo y lo sé de inmediato. A la doctora le gusta Lauren. Le gusta no solo como amiga, sino como una mujer y esa realización, por alguna razón me golpea mucho más de lo que esperaba.

Lauren con alguien más, con un hombre o una mujer. Lauren un alma libre enamorada de la vida y sin confiscarse a una sola mentalidad. Una mente abierta y liberal, ¿Quién no se enamoraría de ella? No podía culpar a la doctora, pero no puedo aceptarlo. No quiero aceptarlo. Quiero que sea feliz, pero esa felicidad debería ser conmigo.

Si un muerto puede sentir todavía su corazón, el mío acaba de romperse.

~*~

CAMILA LOCKWOOD

Cada vez que veo a Lauren parece ser más hermosa ante mis ojos, si eso es posible. Su cabello suelto y ondas cayendo sobre sus delicados hombros, y unos jeans que caen un poco de un lado de sus caderas completan la imagen más perfecta para empezar un día.

Con un solitario girasol y una botella de vino espero no estar creando el escenario más ridículo e incómodo de mi vida. Me vestí demasiado comparada a la ropa cómoda que Lauren usa. Ella se acerca y me abraza y eso basta para cerrar mis ojos y sentir que todo el control que creo tener con la atracción que siento por ella, se evapora con cada sensación.

—Me da tanto gusto verte, cara—me dice con su acento italiano un poco disimulado con su inglés perfecto, pero aún es detectable cuando habla.

—Yo también me siento feliz de verte, Lauren—trato de respirar hondo para no hacer un payaso de mí—. Esto es para ti—le digo al separarme un poco de ella y le muestro el girasol y quiero absorber su reacción, así que veo sus hermosos ojos y brillan. Sus ojos finalmente brillan y es todo debido a esta hermosa flor que creo que va perfecta con ella.

Girosole—dice ella y mis ojos recorren sus hermosas manos y dejo de respirar. Dios, es tan hermosa que siento que acabo de cometer el error más horrible de mi vida al fijarme en una mujer obviamente heterosexual—, sono il mio fiore preferito

—Lo recuerdo—ella me sonríe y acaricia los pétalos con mucha delicadeza—, es una flor que complementa tu belleza muy bien—mis palabras me ganan una mirada sorprendida de Lauren y un leve sonrojo, pero no puedo controlarlas.

No me quiero poner en ridículo frente a ella, pero estoy cautivada. Soy una mujer que se siente profundamente atraída, y poco puedo hacer para controlarlo. Adiós mujer adulta y racional.

—Veo una botella de vino—me dice y yo recuerdo la botella todavía en mi mano.

—No quería presentarme con las manos vacías, sé que vamos a un restaurante, pero puedes tomar una copa después de un largo día de trabajo y relajarte. Es un buen vino.

—En realidad es perfecto para la comida—Lauren se mueve a un lado para invitarme a pasar y lo hago.

Mis ojos recorren su pequeña casa y noto algunas cajas en su sala de estar que faltan por desempacar, parece todo material musical.

—Siento que esté todo desordenado—la observo y ella parece apenada—. No he tenido mucho tiempo de desempacar. Pero preparé la mesa en el jardín, y pensé que sería agradable relajarnos aquí en casa.

—¿Cocinaste para mí? —ella asiente y se crea un nudo en mi garganta. ¿Puede ser más perfecta? Creo que podría ser mucho más.

—¿Te molesta? Sé que debí avistarte que sería algo informal, pero te ves muy bonita vestida de esta forma—me sonríe y yo me pierdo en esa sonrisa—, aunque extraño las bandanas.

—Tengo unas cuantas en el coche—ella empieza a reír y yo le sonrío—. Si me dices en que puedo ayudarte me encantaría. No soy una profesional como tú, pero puedo defenderme un poco en la cocina si me dices que hacer.

—Puedes dejar tu chaqueta en el sofá y ayudarme con la ensalada me falta picar algunos ingredientes—yo asiento quitándome la chaqueta mientras Lauren va a la cocina. Respiro hondo tratando de calmar mis nervios. Sus ojos recorren una vez más la casa que no es nada comparada a mi pequeño departamento. Es una casa bonita, pero no tiene nada personal. No hay fotos, no hay nada que me indique a la hermosa mujer que vive en ella.

—Sé que es deprimente—me giro para verla salir de la cocina con el solitario girasol en un jarrón con agua—, pero esto puede alegrar un poco el lugar.

Coloca el girasol en su mesa de centro y se gira para verme y extiende su mano, yo no dudo en tomarla.

—Quiero que te sientas cómoda—no dudo en obedecerle quitándome mis tacones de un solo golpe lo que provoca que ella suelte esa risa tan especial.

—Me siento perfecta—le digo y ella no suelta mi mano.

—Ven conmigo—yo la sigo hacia la cocina y veo que a diferencia de su casa, la cocina sí parece parte de ella. Una cocina que parece salida de los sueños de un chef.

—Esto es hermoso—le digo sin dudarlo y ella me ve con suavidad.

—La cocina y mi jardín son mis santuarios—ella me pasa una tabla y algunas cosas para la ensalada y silenciosamente empiezo a ayudarla esperando que continúe mientras la cocina se llena con olores tan deliciosos que mi estómago gruñe un poco recordándome lo poco que he comido desde ayer—. Cuando me mudé a este lugar fueron las cosas en las que trabajé más.

—Desde aquí el jardín luce precioso—ella asiente y me sonríe mientras corta unas rodajas de pan y las marina con algo que tiene especias y mantequilla que huele delicioso.

—El departamento dónde vivíamos antes con Caleb no tenía mucho espacio para un jardín. No disfrutaba de mi otra pasión que son las flores—me ve unos segundos y luego empieza a ordenar el pan perfectamente en una bandeja que irá al horno—. Ahora he tenido tiempo de plantar algunas cosas y decorar, y eso me relaja. Creo que fue la forma de mantenerme cuerda desde que Caleb murió.

—Como una terapia—no es pregunta y ella no lo toma como tal.

—Si—la escucho suspirar y me ve con una triste sonrisa, y mi corazón sufre por ella.

Hay tanto dolor en su mirada verde, tanta tristeza y sé que lo que ella necesita es una amiga, alguien que la escuche porque parece tan solitaria y pérdida como yo.

—Pero basta de hablar de mí—me dice ella mientras se gira para sacar algo que parece una lasaña del horno.

—¡Lasaña! —digo sin poder ocultar mi emoción—. No puedo creer que la preparas. Oh, Lauren huele delicioso.

—Receta especial de nonna—me dice ella mientras le quita el papel que la cubre y el olor invade toda la cocina provocando que mis ojos se cierren y una mano vaya a mi estómago de inmediato—Debemos dejar que enfríe un poco antes de cortarla, pero estoy segura que te encantará.

La deja sobre la enorme isla de la cocina y mete el pan al horno rápidamente. Luego se gira y me observa con una sonrisa que parece adornar su rostro cuando está conmigo. Muy narcisista de mi parte, pero me encanta saber que puedo hacerla sonreír. Camina a mi lado y pone una mano sobre mi brazo con cariño.

—¿Cómo van las cosas con tu familia? —me pregunta con sinceridad y eso basta para que mi corazón vuelva a latir ante su toque, su familiaridad—. ¿Has tenido la oportunidad de acercarte a ellos?

—No—le digo desviando mi mirada hacia la puerta que conecta a su jardín. El frío de las fiestas poco a poco va pasando, pero sigue haciendo un poco de brisa, aunque dentro de la cocina se complemente muy bien con el calor del horno, y el calor de Lauren—. Ellos han intentado buscarme, pero no puedo enfrentarme a ellos, Lauren. No sé qué decirles, qué preguntar. No me siento preparada para hablar sobre algo que todavía no logro asimilar.

—Lo entiendo, cara—ella toma un banco y se sienta a mi lado mientras coloca las cosas de la ensalada que ya corté en un bowl grande para mezclar—. No debes forzar las cosas. Todo llega en el tiempo que debe llegar.

—Ese sería un consejo fabuloso para mi madre y para mi hermano—la veo a los ojos—. Incluso han llegado a monopolizar a mi mejor amiga para que intente persuadirme de recibirlos en mi casa o ir a visitarlos.

—La familia mucha veces no entiende que todos necesitamos espacio para curar a nuestra propia manera. Mi familia se mudó aquí después de la muerte de Caleb como te hablé en Italia. Cuando regresé ayer hicieron una cena en su casa, juro que a la hora quería salir corriendo, y mi hermano fue el que logró hacer la cena un poco más llevadera. No soporto que me vean como si en cualquier momento voy a intentar...—ella guarda silencio y yo pongo una mano sobre la de ella que sigue en mi brazo—. Algunas veces solo quisiera que el mundo entendiera que deseo estar sola.

—Creo que compartimos ese mismo deseo—ambas nos sonreímos cómplices.

—Creo que el pan ya está y esto también—señaló la ensalada—. ¿Me ayudas a llevar esto a la mesa y servir dos copas de vino?

—A la orden capitán—le doy un saludo militar y la escucho reír mientras vuelve hacia el horno para apagarlo y terminar de arreglar la ensalada para servirla en cada plato.

Nos dedicamos unos minutos a preparar todo para sentarnos a comer y al salir me doy cuenta que efectivamente el jardín en su santuario, es precioso y lo adorna un enorme jacuzzi con una cubierta de madera. Entre las dos en unos minutos tenemos todo listo, y cuando finalmente ambas nos sentamos suspiramos listas para comer.

—Esto es delicioso—le digo después de mi primer bocado—. Jamás había probado una lasaña como la de tu abuela, y está es idéntica. Me encanta.

—Me alegra que te guste y ya McDonald's salga de tu vocabulario y de tu dieta diaria—me dice ella con una sonrisa y yo pongo los ojos en blanco ante el regaño que la hace lucir tan sexy—. Sé que la idea era un restaurante pero sé que tu trabajo es demandante y aquí podemos conversar tranquilas.

—Como en Italia—ella alza su copa en un silencioso brindis que yo comparto. El vino y la lasaña combinan de maravilla.

—Sabes, tenía un poco de miedo—me dice ella de repente y yo la observo.

—¿De qué? —ella sonríe apenada.

—De qué al regresar a New York y volver a nuestras vidas y la rutina nuestra amistad se terminara disipando. Que no quisieras hablarme de nuevo, estaba feliz de recibir tu llamada.

—No fuiste tan mala guía turística para no hablarte de nuevo—le guiño un ojo y ella se sonroja.

Control Camila, control por favor.

—Ya sabes como son algunas amistades que se hacen en el verano o vacaciones. Son como las relaciones de verano, jamás duran.

—Pero unas sí—le respondo no pensando en la palabra "relación" y enfocándome más en la "amistad"—. Además, en nuestro caso la ventaja es que no es algo de larga distancia. Vivimos las dos en New York, a unos minutos.

—Una suerte—yo asiento y doy un trago a mi vino.

—Me estabas hablando de tu familia hace unos minutos—ella asiente.

—No creo que tenga mucho que contar—Lauren suspira—. Los entiendo hasta cierto punto, me aman y se preocupan por mí. Para ellos a los veintiséis años soy casi una adolescente que todavía necesita de ellos en cada paso que da. No soy una hija egoísta, Camila. Pero es que en este último año ellos no comprenden que las cosas no son como antes.

—¿La relación con ellos ha cambiado mucho? —ella parece pensarlo un poco con la mirada fija en sus flores, y al final asiente aceptándolo.

—Yo he cambiado mucho—me dice con tristeza—, y al cambiar yo supongo que todo con ellos se volvió diferente. Las risas, la alegría...la música. Las tragedias te cambian. En mi caso, me costó mucho aceptar ese cambio. Me resigné a la vida sin Caleb, pero nada volverá a ser igual.

—Lo amabas—Lauren asiente y siento tristeza por ella y su relación rota.

—Íbamos a casarnos—murmura de repente y yo no puedo evitar verla con sorpresa—. Entre sus cosas el día del accidente encontraron un anillo. No tengo idea de cuando pensaba pedírmelo, pero mi respuesta hubiera sido que sí.

—Lo siento mucho, Lauren—ella se encoge de hombros, y termina su copa de vino sirviéndose un poco más—. No me habías hablado de eso.

—Mis padres no entienden que no puedo ser la misma mujer despreocupada y llena de sueños que conocieron anteriormente. Soy una mujer rota tratando de reconstruirme. Pero es como si...—yo la interrumpo entendiendo.

—Como si algo roto aunque trates de repararlo sigue teniendo las grietas, no vuelve a ser igual ni a funcionar del mismo modo—sobre la mesa toca mi mano de nuevo cariñosamente.

—Lo comprendes—murmura entrelazando sus dedos con los míos—. Todo este tiempo me he sentido tan sola, Camila. Todas mis amistades se perdieron cuando me encerré en mi propio mundo destruido. Algunos amigos están en tus buenos momentos, pero en los malos te apartan para no contaminarse con tus propios demonios.

—Incluso los verdaderos amigos se alejan para dejarte buscar un centro, Lauren.

—Lo sé. Pero en mi caso eran amigos en común con Caleb o de mi antiguo trabajo, y no es lo mismo. Ahora veo a mi alrededor y me siento tan pérdida. Odio cada día ir al restaurante, odio cada día verme en la mañana sin saber que hacer o sentir. No puedo ver a mis padres porque en ellos siempre hay una mirada de lástima para mí, y verlos a ellos es recordar lo rota que está mi vida ahora mismo.

—Antes de irme a Italia en la última conversación que tuve con mi hermano recuerdo algunas de sus palabras. En mi ira no las comprendí, pero ahora escuchándote toman sentido para mí—nos vemos a los ojos con intensidad.

—¿Qué fue lo que te dijo? —me pregunta con tristeza y aunque en sus ojos se ve lo claro de las lágrimas no las derrama.

—Me dijo que muchas veces cuando nos sentimos rotos y nos recomponemos lo mejor es tener recuerdos nuevos. Ahora que lo analizo creo que tiene sentido. No se trata de volver a ser como antes, Lauren. Se trata de reconstruirse y poco a poco ir recubriendo las grietas. En nuestro caso los recuerdos nuevos, nuevas memorias. Como en Italia—le digo con seguridad—. En Italia reconstruimos un poco nuestras grietas. Sé que de ninguna forma lo que pasa conmigo se compara con lo que pasó en tu vida, pero a nuestra manera ambas estamos rotas.

—Cada persona sufre a su manera, Camila. Puede que tu situación no te parezca igual que la mía, pero la noticia de tu adopción te rompió. Igual que a mí la muerte de Caleb. El dolor no se mide por situación, el dolor es simplemente eso, dolor.

—¿Entonces porque no tratamos de curarnos? —ella me ve fijamente—. Sé que acabamos de conocernos, Lauren. Pero siento que hemos sido amigas por mucho tiempo, que nos conocemos por muy extraño y loco que parezca. ¿Por qué no nos permitimos poco a poco ir sanando?

—¿Qué tienes en mente? —me pregunta ella y a mi mente vienen algunas ideas que ninguna de las dos necesitamos en este momento. Una atracción no va a quitarme esto tan especial, una amistad necesaria para las dos.

—Para empezar—señalé las cajas en su sala de estar—, desempacar todo eso y colocarlo en tu casa. Debemos hacer que toda tu casa sea un lugar que te represente. Todo debe de ser un santuario para ti.

—No—me dice ella de inmediato y yo suspiro—. Son cosas que no vale la pena recordar. Son instrumentos y premios de una Lauren Marchetti que ya no existe.

—Son parte de tus grietas—le sonrío con sinceridad, quiero que me entienda—. Al estar en cajas jamás podrás curar esa herida, Lauren.

—Eso ya no es parte de mi mundo—asiento sin querer contradecirla. Nuestra amistad es frágil, nos estamos conociendo.

—En otro momento—le digo con cariño y ella asiente pidiéndome disculpas con sus ojos tristes—. Entonces vamos a poner todo eso en otro lugar. Quizás si tienes ático o sótano podemos guardarlos allí, y quizás más adelante podamos hacer algo con eso. Si ya no son parte de esta nueva Lauren Marchetti podemos crear de tu casa un lugar que represente lo que eres ahora.

—¿Qué sería eso? —yo me encojo de hombros.

—No lo sé, pero podemos descubrirlo juntas—sus ojos se suavizan y me da un pequeño apretón de mano antes de volver a su plato.

—De acuerdo—acepta sin dudarlo y luego me ve a los ojos señalándome con el tenedor—, pero tú debes tratar de cerrar tus propias grietas. En Italia mencionaste que al ser adoptada no tienes mucha idea de tu pasado. ¿Te gustaría buscar información sobre eso?

Sus palabras me sorprenden y por unos segundos me dedico a terminar lo poco que queda en mi plato, y Lauren parece cómoda con mi silencio. Es algo muy especial que tenemos las dos. Somos capaces de escucharnos en nuestro silencio, algo que no comparto con nadie más, ni siquiera con Nat, mi mejor amiga desde que tengo memoria.

—He estado pensando en ir al orfanato que mencionaba el documento que leí en casa de mi madre. No tengo muchos detalles, y preguntarle a mi madre no es una opción.

—Podemos investigar juntas—La veo y esa palabra se escucha perfecta saliendo de sus labios: Juntas. Ella no tiene idea de lo junta que me gustaría estar con ella.

Pensamiento incorrecto Camila Lockwood.

Mis pensamientos normalmente son incorrectos con Lauren, pero como dije antes soy una adulta racional y existen cosas más importantes que una atracción unilateral.

—Me gustaría eso—Lauren asiente y finalmente vaciamos nuestros platos y casi la botella de vino entre las dos.

La conversación se desvía a muchas cosas más. Nuestros respectivos trabajos, lo que hemos hecho en estos días que hemos estado separadas. Las risas y las bromas vuelven, pero en nuestra mente queda todo lo que debemos hacer juntas. Cosas que van a cambiar nuestra vida, pero van a reconstruir lo que somos ahora, lo que seremos en el futuro.

~*~

CALEB EVANS

—Sabía que te encontraría en este lugar—no lo escucho entrar, por lo tanto cuando vuelvo la mirada de él hacia el espejo la escena de Lauren y Camila riendo desaparece, y por alguna razón siento que vuelvo a respirar—. Encerrarte no va a ayudar en nada.

—Sé que con Billy no tienes mucha conversación Jack—lo veo fijamente—, pero no necesito ayuda de nadie.

Desde que Jack me habló del trágico accidente con sus hijos, hemos conversado pero no somos amigos. La única persona con la que hablo es Margaret, y en mi desespero me he olvidado de ella por completo.

—Margaret me habló un poco de lo que pasa con tu misión, Caleb—yo solo desvió la mirada sin querer escuchar—. Serás el nuevo guardián.

—¡Eso no tiene sentido para mí! —exploto finalmente como he querido hacerlo por días. No lo soporto más y lo que acabo de ver puede ser el detonante de lo que siento. Lo he perdido todo, completamente todo. No puedo ni tener la paz que en la tierra pensaba que se obtendría al morir—¡Nada de esto tiene sentido para mi, Jack!

—Lo entiendo, Caleb—sé que lo dice para hacerme sentir mejor, pero no entiende absolutamente nada.

—No puedes entender algo que ni yo mismo comprendo. Acabo de ver a mi novia reconstruir su vida sin mí, reír sin mi—las lágrimas salen de mis ojos—, y yo estoy atrapado en este lugar sin poder encontrar la paz que deseo. Quiero que ella sea feliz, quiero que vuelva a vivir. Pero no esperaba sentirme de esta forma observando como ella reconstruye su vida quizás con alguien más.

—¿Alguien más? —el nudo que siento en la garganta me provoca una sensación de terrible soledad.

—Lauren sigue viva—murmuro rápidamente—, y es hermosa. Ella no estará sola para siempre y yo estaré aquí viéndola vivir una vida de la que yo quería ser parte. Seré como Billy, atrapado en este lugar sin poder lograr nada. Tratando a todos como basura aburrido de estar aquí. Llegará el momento en que todo lo que creí ser lo olvidaré. No quiero ser esta persona. No quiero ser la persona que se siente molesto porque alguien que amo sea feliz. Mucho menos sentir eso por Lauren.

—Lo que pasa con Billy no tiene porque ser tu destino, Caleb—él se acerca y pone una mano sobre mi hombro pero yo no puedo resistir las lágrimas mucho más.

—Lauren es el amor de mi vida—le digo con sentimiento porque yo lo siento. Porque la amo como el primer día, porque si estuviera vivo le daría la vida que siempre soñé para ella—, y existe la posibilidad que ella encuentre a alguien que en medio de su dolor la haga amar de nuevo. Ha sufrido por mí, ha llorado por mi pero yo no deseo que ella se ate a un recuerdo que jamás la llevará a nada. Yo soy un recuerdo para ella, aunque ella sea mi presente.

—La mayoría de personas no pensamos de ese modo—yo lo veo a los ojos—. Es lo que te hace diferente a muchos de lo que estamos aquí. Yo tengo una misión, pero no soy capaz de sentir la paz que necesito. Jamás podré perdonarme por lo que le hice a mis hijos y a mi esposa. Pero tú, estás aquí renunciando al amor de tu vida en lugar de sentirte mal porque ella encuentre a alguien para rehacer su vida.

—Lauren es una mujer que tiene fallas como todos, pero es lo más cercano a la perfección que he conocido en toda mi vida. Nos amábamos, Jack. Pero es hora de decirle adiós. Seré su guardián toda la vida. Le desearé la felicidad, pero no voy a enojarme porque esa felicidad no sea conmigo. Estaré con ella toda la vida aunque sea a través de un espejo. Por eso no quiero estar aquí, no quiero con el tiempo dejar de lado lo que soy y lo que amo.

—Quizás sería algo especial si pudieras encontrar la paz que necesitas ayudando a los demás a tener ese grado de aceptación y perdonarnos—él me señala el espejo y me giro para encontrarme con el rostro de una mujer observando la habitación de una niña mientras llora de dolor. Mis ojos se abren sorprendidos y me giro para observar a Jack que observa el espejo con lágrimas—. Puedes verlo y escucharlo, ¿cierto?

—Si—Jack sonríe entre lágrimas y asiente—. Lo siento mucho, Jack.

"¡Te odio, Jack!, ¡Te llevaste a mis hijos!, ¡A mis bebés! Espero que te pudras en el infierno" se escucha en el espejo y siento dolor de pensar en como me hubiera gustado escuchar la voz de Lauren cuando fue mi oportunidad. Pero son palabras tan fuertes para Jack, siento pena por él.

—Ella jamás me dejará olvidarlo y yo tampoco puedo perdonármelo—ahora es mi turno de poner mi mano sobre su hombro y por un momento olvido mi dolor tratando de sentir la empatía que él necesita en este momento—. Mis hijos no tuvieron la oportunidad de vivir una larga y feliz vida. Yo les arrebaté eso, ahora este es mi castigo.

No digo nada porque no hay nada que decir para esa afirmación. Él tiene su personal castigo, y aunque no lo quiero considerarlo mi castigo será ver a Lauren ser feliz sin mí.

Siento que podré ser Billy en unos años. Un alma desolada y sin vida que vaga por este lugar tratando de cuidar a personas que no quieren ni necesitan cuidados. No habla, apenas sonríe. No hay nada en él que te haga sentir paz, sus propios demonios traspasados a los de la cabaña como las sombras que cubren este lugar. Lo más difícil es saber que he perdido a Lauren, y con ella posiblemente lo que restaba de mí antiguo ser.

-------------------

¡LISTO!

Un capítulo más que espero les gustara mucho. Yo estoy adorando escribir esta historia mezclando ideas y tomando diferentes cosas de mis historias creando algo diferente y especial. Quiero que la disfruten conmigo y que dejen sus comentarios siempre que me encanta leerlos. 

Nos leemos pronto.

Continue Reading

You'll Also Like

1.4M 59.3K 63
~ 2° parte ~ Cuando alguien cruza la línea del rey de la Bratva, conoce de primera mano el mismo Infierno. La vida de Atenea ha sido puesta en riesgo...
149K 17.7K 38
la Soltera Samanun Anuntrakul mejor conocida como Sam, es una diseñadora de moda reconocida de todo Bangkok, una casanova incorregible con un ego po...
467K 80K 68
Kylian Craig tiene claras dos cosas: enamorarse debilita y todo se puede negociar, así que cuando se da cuenta de que una de sus más grandes inversio...
90.5K 5.1K 48
¿Qué nos perdimos entre Martin y Juanjo cuando no había cámaras? Basándome en cosas reales, imagino momentos y conversaciones que pudieron ocurrir. L...