The Guardian

By Ana5Harmony

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Hasta del dolor más grande puede surgir el amor. -Su Escritora Prohibida la copia y adaptación de esta histor... More

Capítulo I
Nota
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Between
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capitulo XXVI
Between
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXIX
Capítulo XXX
Capítulo XXXI
Capítulo XXXII
Capítulo XXXIII

Capítulo X

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By Ana5Harmony

**MARCHETTI'S CLASSICS PLAYLIST: I Do It For You- Bryan Adams

~*~

LAUREN MARCHETTI

Siento la mirada de cada persona expectante sobre mí, pero yo me limito a seguir partiendo lentamente mi filete de salmón perfectamente cocinado. El silencio invade la mesa, y al ser una familia italiana, eso es todo un logro. Las cenas familiares se han vuelto una obligación semanal desde que mis padres están en New York, ahora que viven aquí pendientes de que su depresiva hija no cometa una locura.

Solo tengo unas horas de estar en la realidad de mi vida, y ya quiero escapar de nuevo. No soporto la condescendencia, no soporto la mirada de lástima. Lo he dicho muchas veces en este año, pero ellos no lo comprenden.

—¿Cómo estuvo tu viaje, bambina? —es mi madre hablando y yo la observo unos segundos antes de responder.

—Pasé un momento agradable con los abuelos—respondo sin mostrar mayor emoción mientras que siento la mirada de mi hermano sobre mí, en esa mirada hay empatía. Los dos sabemos lo extenuante que puede ser convertirse en el objeto de conversación de la cena.

Bendita Lily, que está en Miami alejada de todo este caos manejando el restaurante como mejor le parece sin tener a mamma e papà vigilando cada paso que da.

—¿Lograste encontrar la paz que buscabas? —pregunta mi padre esta vez y yo respiro hondo tratando de buscar las palabras para responder cada pregunta sin dejar salir el temperamento que parece haber radicado en mí durante este año.

—Creo que eso es algo que sabré con el tiempo—digo secamente y mis padres se ven entre ellos. Los dos quizás pensando quién es el clon de hija que tienen frente a ellos.

He cambiado, lo sé. Ellos no pueden comprenderlo, porque conocían a la Lauren que existía antes de Caleb, antes de volverme una burla del Dios en el que creía y arruinar mi vida. Por eso extraño tanto mi tiempo con Camila, la única persona con la que he congeniado en este tiempo tan oscuro. Camila no me juzgaba, no me miraba con lástima porque en ella solo habita el conocimiento de la Lauren que soy ahora, a pesar de que sé que ella reconoce que he cambiado. Es como si me conociera de mucho tiempo atrás, aunque solo tengamos un poco más de un mes de conocernos.

—Te fuiste tanto tiempo, figlia. Ya estamos iniciando Febrero. Todas las festividades deseábamos pasarlas contigo como cada año.

Mamma—escucho la voz de Thomas, mi hermano, llamar la atención. Pero sus palabras están dichas, y yo siento el nudo en la garganta empezar a formarse de nuevo.

—Bueno, en caso que no lo notaras, mamma. Las cosas no son como hace un año. Hace un año estaba preparando una cena inolvidable que terminó en tragedia. Deberían agradecer que no estuviera cerca en estas fiestas de lo contrario, alguien estaría muerto.

Mis palabras son duras y siento la mirada de los tres sobre mí, y la mirada de lástima aparece de nuevo, no puedo soportarlo por más tiempo.

—Mis abuelos mencionaron a una nueva amiga—trata de aliviar la tensión Thomas—. É bella? —mis ojos se ponen en blanco pero una pequeña sonrisa adorna mis labios pensando en Camila y dejando el lado casanova de mi hermano menor.

Molto—asiento, y él pone su sonrisa de depredador característica y ambos nos vemos a los ojos en silencioso entendimiento.

—¿Qué amiga? —mi madre parece curiosa, y yo vuelvo a ser el centro de atención de la cena.

—La conocí en Italia—digo sin entrar en mucho detalle—. Coincidimos en una cafetería y nos convertimos en buenas amigas.

—¿Es Italiana? —pregunta mi hermano con curiosidad y yo niego.

—Vive aquí en New York a unos cuantos minutos de distancia del restaurante, y es lo único que diré al respecto—mis padres solo me observan y yo bajo la mirada hacia mi plato y empiezo a comer, dejando a todos en silencio.

La cena pasa y finalmente me encuentro frente a la puerta de mi pequeño hogar. No hay luz que me reciba, todo parece tan oscuro, como mi vida. No hay un cálido recibimiento, un abrazo o un beso. No hay nadie esperando por mí para preguntarme como fue mi día o mi viaje. Las maletas de hoy por la mañana siguen esperándome cerca de la puerta y enciendo la luz para ver por lo menos el camino para arrastrarme a la habitación y dormir. Las cinco horas de diferencia entre New York e Italia me hacen sentir mucho más agotada.

Tengo el día libre del restaurante, pero mañana debo empezar todo de nuevo. La rutina, sentir las miradas de mis padres, sus palabras vacías y como caminan con cuidado a mi alrededor para según ellos no molestarme. Pero me molesta mucho más que hagan eso, que me sigan viendo con lástima cuando lo único que quiero es seguir con mi vida hasta que finalmente termine mi tiempo en esta tierra.

Voy a la cocina, y saco una cerveza. Nunca fui mucho de cerveza, pero últimamente soy muchas cosas que antes no era. Me siento exhausta, y esta vez no hay nadie que después de un largo viaje me haga masaje en los hombros, me bese el cuello y luego me tome en sus brazos y me haga el amor.

Estoy sola, como lo he estado un año completo. No me acostumbro al silencio, no me acostumbro a sentirme miserable, a detestar mi vida cuando antes daba gracias por un día más. Me siento en el sofá observando la televisión apagada y respiro profundo mientras recuerdo mi cabeza en el respaldo y cierro los ojos. Cada día se vuelve más difícil, cada día que pasa me siento más sola que al anterior, ¿Es eso normal? He aceptado que Caleb ya no está conmigo, pero mi cuerpo, mi mente y mi corazón se niegan a comprender que ahora estamos solos, mis sentimientos, mi amor, y yo.

Mi celular vibra en el bolsillo de atrás de mi pantalón, dónde me recuerdo otra vez debo evitar ponerlo desde que en Italia perdí mi iPhone 11 de esa forma. Mis ojos cansados van a la pantalla y de repente sonrío. Me siento bien en el sofá y dejo mi cerveza a un lado para desbloquear rápidamente mi teléfono y leer.

Camila |7:40 p.m|

Hola extraña. Un pequeño pajarito me dijo que hoy regresabas a New York, espero no interrumpirte. ¿Cómo estuvo tu viaje?, ¿Me recuerdas?

Cute Lauren |7:42 p.m|

Buona Notte, cara. Claro que te recuerdo, Camila. Me alegra tanto saber de ti. Estoy tratando de no morirme en el sofá de mi casa, pero todo está bien. ¿Estás en tu casa?

Camila :) |7:43 p.m.|

Estoy en el hospital. Esta semana me tocan los turnos de noche por los días de ausencia que tuve. En dos meses volveré a mi horario solo por el día.

Cute Lauren |7:45 p.m.|

Entonces creo que nuestra cena tendrá que esperar. Estoy tan feliz de saber de ti, Camila. Pensé que después de Italia no volveríamos a hablarnos.

Camila :) |7:50 p.m.|

Imposible. Necesito alguien que me hable de la historia de Italia y de New York. Además, prometiste enseñarme italiano.

Una sonrisa adorna mi rostro mientras leo de nuevo su último mensaje. Es cierto que prometí enseñarle italiano, y estoy dispuesta a cumplir esa promesa.

Camila :) |7:52 p.m.|

Me estaba preguntando...ya que estás de vuelta, me gustaría invitarte a comer. Quiero verte de nuevo y hablar ya cada una en nuestra vida real, ¿Te gustaría?

Cute Lauren |7:55 p.m.|

Sì, mi piacerebbe. Pero trabajas todas las noches, Camila. Tienes que descansar, tu trabajo es demandante. No quiero molestar.

Camila :) |7:57 p.m.|

Por favor dame diez minutos y hablamos de esto. Sé que estás cansada pero espérame, por favor.

Cute Lauren |7:58 p.m.|

Claro, cara. Yo espero.

Su siguiente mensaje fue un corazón, lo que me hizo sonreír y luego el silencio volvió. Ya no hay ruido de mensajes, no hay sonrisas ni palabras bonitas. El vacío de mi hogar, lleno de cajas sin abrir y con pocos muebles le da una bienvenida a mi realidad.

Me levanto sin querer encontrarme más tiempo en la sala de estar. Me obligo a subir las escaleras sin molestarme de subir nada más que no sea mi celular, y trato de pensar la última vez que me sentí tan casada, tanto física, como emocionalmente. Sin Camila en Italia, las dos semanas se volvieron tristes, llenas de recuerdos dolorosos y falta de motivación.

Algunas veces me duele saber en lo que me he convertido, pero simplemente no puedo evitarlo. Odio la vida, odio vivir en ella en este momento. Incluso he llegado a pensar que me odio a mí misma. Me odio por poco a poco ir destruyendo todo de mí, pero al mismo tiempo parece que no puedo parar.

A mi corazón le gusta suicidarse lentamente, porque de esa manera sufro y me castigo aunque dentro de mí sé que no debería. Pero la razón no entiende de pensamientos victimizadores, para mi mente el daño que hice merece un castigo.

No me molesto con ponerme algo cómodo para dormir, simplemente me lavo los dientes, hago algo poco maquillaje que uso, me desnudo y voy directo a la cama dónde me espera mi celular, y la única esperanza de que Camila llame para que me ayude a olvidar mi dolor, aunque sea por poco tiempo.

_______~*~________

NATHALIE JONAS

Otro día más de trabajo lleno de caos y de poco descanso. Después de un largo turno no hay nada mejor que tomar una rica taza de capuchino cortesía de mi mejor amiga que se encuentra frente a mi llenando informes como si no hubiera un mañana. Hay algo en su rostro que se ve distinto después de responder miles de mensajes unos minutos atrás.

—¿Mensajes importantes? —le pregunto y ella asiente sin alzar la mirada de su trabajo.

—Debo terminar estos reportes en unos minutos si quiero tener oportunidad de llamarla y escuchar su voz.

—¿Escuchar la voz de quién? —sé de lo que habla pero quiero escucharla decirlo en voz alta.

Mi mejor amiga, la que dice que el amor es algo irreal, la que no tiene tiempo para citas, en este momento se encuentra perdiendo la cabeza por una mujer.

—Sabes de quién hablo—me dice ella suspirando y finalmente viéndome a los ojos—. Solo quiero escucharla, no tienes idea de lo mucho que me gusta su compañía.

—¿No crees que vas muy rápido con esta mujer? —estoy sonando como su madre, pero no me importa. Camila es inocente en cuanto a relaciones, no quiero verla sufrir de nuevo como pasó con mi hermana.

—Solo es mi amiga, Nat—ella baja la mirada y sigue trabajando—. Admito que me parece atractiva, pero sé que nada podrá pasar entre nosotras.

—Sería estúpido que tuvieras esperanzas si es heterosexual como dices—Camila asiente sin verme—. No quiero que sufras, Camila.

—Agradezco tus consejos—me vio de nuevo—, pero soy una mujer adulta que sabe diferenciar las cosas. Sé lo que Lauren me ofrece, y eso es amistad. La mujer es hermosa, no estoy muerta y tengo permitido mirar. Me gusta, no voy a negarlo. Durante el viaje me ilusioné un poco, pero Lauren ha pasado por tanta mierda, que yo no voy a agregarle más dificultad a su vida. Siendo la lesbiana que la sigue y la atormenta tratando de convertirla, cuando ella no está interesada.

—Eso es muy noble—ella ríe y escucho la ironía en su tono.

—La nobleza no tiene nada que ver con esto, Nat—me dice sincera—. Me fascina, Lauren. Nunca una mujer me había cautivado tanto y en tan poco tiempo. Sé que seguir viéndola puede ser un error, pero es un riesgo que quiero correr.

—Oh, Camila—le digo sin saber que más agregar—. No te hagas esto. Estás a tiempo de prevenir un desastre.

—Somos amigas y así va a continuar—ella suspira resignada—. No quiero perder su amistad, Nat. Por alguna razón extraña siento que ella me necesita. Aparte de ti, es la única que sabe lo que pasa con mi familia y puede sonar egoísta pero yo también la necesito. Quiero alguien que simplemente me escuche, sin relacionar cada cosa que digo con mi pasado o ponerse del lado de mi madre y mi hermano.

Escucho sus palabras y me duele. Sé que ha tenido problemas con su familia en estos meses, pero yo adoro a su familia y Camila lo sabe. Para mí, son como mi propia familia y aunque comprendo el dolor de mi amiga, también sufro por Jessica que está pasando un mal momento sin tener noticias de su hija.

—Sé lo que estás pensando y no quiero hacerte sentir mal, Nat—me toca la mano sobre la mesa—. Mi madre puede ser insistente cuando lo desea y no es culpa tuya que te quiera usar como intermediaria entre ella y yo; pero no voy a caer en su juego. No estoy lista para verla y hablar con ella y debe respetarlo. No quiero que te sientas obligada a hacer todo lo que te pide.

—Ella solo quiere que te acerques, Camila—la veo alejarse de mi tanto física como emocionalmente, pero no puedo evitar hablarle y tratar de hacerle entender—. Es tu madre, no importa lo que un papel diga.

— Si no importara no lo habría mantenido oculto por treinta años, Nat—ella niega y sé que es momento de acabar con el tema—. Lo siento, pero no tengo tiempo para hablar de mi madre. Tengo que hablar con Lauren, solo tardaré unos minutos.

La veo ponerse de pie y salir de la cafetería lo que me provoca un suspiro mientras tomo un poco más de café. Camila podrá decir mil cosas, pero sé que lo que siente por esa mujer fácilmente podría convertirse en amor.

Un amor no correspondido, que en la vida es sinónimo de dolor.

_______~*~________

CAMILA LOCKWOOD

Antes de llamar me detengo en la salida de emergencia y me apoyo en la pared para tomar aliento. Mis manos tiemblan mientras observo la pantalla de mi celular, pero no es un temblor que me haga sentir dolor. Es un temblor de ansiedad y emoción. He marcado interiormente un calendario por cada día lejos de Lauren, y sé que aunque le dije a Nathalie que no había esperanzas en mí, si las tengo.

Quiero estar con ella, no he podido dejar de pensarla, de soñarla. Sueños en los que me despierto a mitad de la noche necesitando su presencia y compañía. Es una locura, y soy una idiota. Pero me siento tan cautivada por ella, que me basta solo con mirarla. Solo admirarla aunque jamás pueda ser mía.

Tiemblo por ella, la añoro pero no soy tan tonta para pensar que este enamoramiento inocente pueda convertirse en realidad. Soy adulta y sé como separar las cosas; tengo una mente racional. Pero eso no me impide tener su amistad y verla un poco más de lo habitual.

Respiro hondo y finalmente marco el número que estuve esperando marcar desde que volví de Italia.

Ciao, cara—escucho al otro lado del teléfono y eso basta para que cierre mis ojos y me apoye más a la pared.

—Hola—le respondo y guardamos silencio. Es un silencio cómodo que me hace suspirar—. Extrañé el sonido de tu voz.

Okay, quizás eso fue demasiado.

—Yo también, cara mia—me responde y eso me hace sonreír—. ¿Ya cenaste?

—Una ensalada hace algunas horas—ella hace un sonido de desaprobación que me hace poner una sonrisa boba en mis labios.

—Debes comer apropiadamente para una jornada de trabajo tan larga y cansada, Camila—me regaña y eso me hace reír.

—Quizás la lasaña que hizo tu abuela me dejó imposibilitada para apreciar comida de otro lugar. Aunque siempre podría ir a McDonald's queda cerca.

—Creo que hay interferencia—ella hace los sonidos como si en realidad hubiera interferencia y eso nos causa risa a las dos—. Estoy perdiendo la señal.

—No quieres que vaya por una hamburguesa entonces deberías enseñarme a comer mejor—respiro hondo y me llevo una mano a mi cabello nerviosa—. Quiero que almuerces conmigo mañana. Puedes elegir el lugar que desees y me sorprendes. Si me envías tu dirección yo puedo pasar por ti.

—¿Estas segura? —me pregunta con una voz ronca y tierna como si eso ayudara a pensar mejor.

—Por eso sería el almuerzo, así puedo dormir algunas horas antes de encontrarme contigo—ella suspira y sin verla puedo imaginarla—. Quiero verte, Lauren.

—Está bien—doy una vuelta de felicidad en el pasillo ganándome la mirada curiosa de una enfermera que entra por la puerta hacia la cafetería—. Conozco el lugar perfecto y me encantaría que pases por mí.

—Entonces es una cita—inmediatamente después de decir eso me golpeo la frente y pienso en una solución.

Ella no sabe que soy gay.

—Es una cita, cara—me responde y sus palabras provocan un aceleramiento en mi corazón, esperando que el reloj corra tan rápido como sus latidos.

—Lo es—le digo sin poderme contener—. Hasta mañana, bella. Descansa y sueña cosas hermosas.

—Eso espero—no quiero colgar pero debo hacerlo porque mi hora de descanso está por terminar—. Te enviaré mi dirección y nos veremos mañana. Ten una linda noche tú también, salva muchas vidas.

—Lo prometo—le digo sin dudarlo y finalmente termina la llamada.

Me quedo unos segundos observando el teléfono en mi mano y sintiendo un agradable calor en todo mi cuerpo como si estuviera sonrojándome y ardiendo de felicidad. Sé que estoy cayendo poco a poco en un abismo, pero por primera vez no quiero tenerme porque al final de esa caída se encuentra Lauren.

Mi hermosa Lauren.

..........................

¡LISTO!

Muchas gracias por continuar leyendo y apoyar esta historia. Espero que les guste tanto como a mí y valoren el hecho de que el amor puede ir surgiendo poco a poco, no debe ser algo instantaneo. El amor real, es aquel que se da con el tiempo. Así que en esta historia espero transmitir eso y mostrarles un mundo nuevo creado de mi imaginació. 

Nos leemos pronto.

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