Teacher Alpha

De DulcePanquesito

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El principal sueño de Louis era poder terminar su carrera de derecho, siendo un omega, la mayoría de las pers... Mais

Aviso
Guía Omegaverse
Prólogo
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Especial.
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20.
21.
22. Primera parte.
22. Segunda Parte.
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30.

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De DulcePanquesito

Capítulo dedicado a: 

_jamilethls_ MilagroEstrada mireyaonein Fernandaaaat91 
WendyStylinson_ loueh_31 stylinson_drug BUCKHARDT lou28tommo

michi123-quezada dann_rs28 loucesitas softlou27 
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Esposa_de_FinnyDylan Taniasamanthavelez xXMelipperXx

Me tardo mas en dedicar que en escribir el cap jajajaja. 
En fin, gracias a todas las nenas (y nenes obvio) que leen esta fic, me llenan el corazón de amor no saben cuanto, les juro que no mato porque se que si no les dejaría inconcluso esto y ps no, no se lo merecen ahre, lxs amo mil. Y gracias por el apoyo a esta fic.

...

Harry tomo un respiro hondo. No pudo detener el oxígeno dentro de su cuerpo debido a la misma agitación de su sistema respiratorio y solo exhalo frustrado, abrió los ojos con cuidado, el cuello expuesto de Louis fue lo primero que cruzo en su rango de visión.

El alfa maldijo en su mente. Las finas líneas recorrían al menos cinco centímetros, perpendiculares, rojas y con un leve relieve por la piel de su cuello. La sangre (aunque escasa) se notaba brillante, contrastando con el tono acaramelado en su piel.

No eran heridas profundas, no se le acercaba si quiera a una herida, eran simples rasguños que no tardarían ni tres días en sanar, aunque fuese algo menor Harry no pudo con ello, se sintió un completo imbécil, como si no fuese un alfa adulto capaz de controlar sus propias acciones.

Se dio cuenta que esos instintos que Louis encendía no eran algo normal, algo malo le estaba ocurriendo y siempre quería creer en ese cuento estúpido sobre las parejas destinadas, pero al recordar su condición; esa oscilación química en su organismo, inestable, en ese momento un poco más indómita le arrebataba esa leyenda, la pateaba fuera de su lista de opciones y le recordaba que no era un alfa estable.

—Discúlpame, en verdad no, no era mi intención. —le dijo el hombre, avergonzado, sus ojos fuertemente apretados, su rostro escondiéndose en el cuello del menor que seguía aferrado a su cuerpo. —Yo, no soy esa clase de alfa, en realidad... —se quedó callado, la culpa recordándole que era un estúpido.

Recargo su frente en la clavícula del omega, buscando las palabras correctas para decir, pues ese actuar era lo más imprudente que se atrevió a hacer en su vida.

—Está bien, descuida, descuida, está bien. —le repitió el chico, acariciando la nuca de Harry en consuelo, comprobando que no tenía problema con eso.

El alfa se despegó con cuidado, observando el cuello de Louis y en atención paso su lengua sobre los rayones rojos, lamiendo con cuidado la zona afectada para aliviar el ardor. Louis siseo y Harry lo sintió temblar sobre su cuerpo.

—Lo lamento mucho en verdad. —repitió Harry, bajando con mucho cuidado el cuerpo de Louis. El omega apenas toco el suelo fue golpeado por un mareo y se sostuvo con fuerza de los brazos de Harry.

—Fue mi culpa. —contesto el omega, recuperando casi al cien por ciento la estabilidad de su cuerpo. —No debí besarte fue estúpido. —Harry mordió su labio, el ambiente sintiéndose muy incómodo.

Harry se sintió moderado en cuanto a su actuar, aunque su alfa no lo estaba, el aroma del lubricante de Louis persistía intenso. No se sentía lo suficientemente fuerte para aguantar eso, olía demasiado bien, a pesar de calmarse sabía que no pasaría mucho tiempo para que su alfa volviese a tomar control completo. No con ese deseo sexual al tope, demasiado tiempo pasó sin desear tanto a un omega como en ese momento.

Quería bajar su pantalón con brusquedad, atacar su entrada y lamer sin piedad el flujo que el cuerpo de Louis se encargaba de obsequiarle, quería perderse entre sus muslos, extasiarse con el líquido dulce, lo necesitaba, su alfa lo deseaba y no podía, no lo haría.

Louis se alejó de su cuerpo caminando hasta la estufa y cerrando las llaves del gas, extinguiendo las llamas. Volvió su vista a Harry, sobando su codo derecho con la mano izquierda, nervioso.

—Debería irme. —dijo por fin el alfa, alterado justo como la noche anterior. Louis negó inmediatamente con la cabeza, su omega rogó de rodillas que no se fuera.

sin decir una sola palabra Harry camino acelerado a la entrada, pero Louis se apresuró, reaccionando justo a tiempo para correr hasta la puerta, pegándose a la misma, su espalda presionada con la madera y sus brazos estirados a sus costados, bloqueándola.

—No te iras. —le dijo decidido e imperioso, casi gritando en desesperación. —Deja de evadirlo, sé que lo haces. —el menor observo con suplica a su profesor. —Hablemos, por favor. —rogo. Harry bajo la mirada y negó lentamente con la cabeza, Louis apretó los labios porque no deseaba eso. No quería que se fuera.

Necesitaba respuestas, necesitaba entender que era lo que sucedía.

—Louis... —el menor chillo, obligado por su omega. Una acción que nunca fue necesaria en él, porque nunca necesito de las atenciones de un alfa hasta hace unos segundos. Chillo en necesidad, un sonido tremendamente agudo que hasta a él mismo le sorprendió.

El instinto del alfa le obligó a acercarse con apuro, tomando su cintura con suavidad y protección. Su otra mano acariciando la mejilla de Louis tranquilizante, haciéndole saber que estaba ahí.

—Quédate, por favor. —suplico, presionando su frente en el pecho del profesor. Harry lo tomó, las manos grandes y cómodas acariciando con protección su espalda. Su cuerpo relajándose. Louis suspiro, cerrando los ojos para disfrutar esa pequeña muestra de afecto, el primer abrazo que el alfa le daba. Se sentía tan bien, correcto y acogedor.

El alfa apretó con fuerza la quijada, sus manos estrecharon con más potencia el cuerpo del omega, aguanto el quejido en su interior y sus ojos se cerraron, esperando a que el dolor se alejara.

Sentía que su interior se revelaba, inconforme porque el alfa dejase de lado sus necesidades naturales, se manifestaba, exigiendo eso que anhelaba en desespero.

Su cabeza punzo, el dolor extendiéndose hasta su nuca y golpeando su espina dorsal, vertebra por vertebra. Louis se despegó tantito, observando el dolor en el gesto del alfa.

—¿Qué sucede? —pregunto preocupado. El alfa negó con la cabeza.

—Nada. —Louis frunció un poco las cejas, de inmediato relajo su gesto y tallo los brazos de Harry. Harry se tambaleo un poco y Louis lo empujo con mucho cuidado, obligándolo a retroceder y cuando estuvieron cerca del sofá le pidió sentarse. El alfa aceptó, porque el dolor fue más fuerte, su vista se nublo y la luz le hacía doler los globos oculares.

—¿Qué sucede? ¿Algo te duele? —la angustia en la voz el omega le calo en los huesos, era casi el mismo tono que su madre utilizaba siempre que se sentía mal, pacífico y amoroso. Suponía que era algo que se conseguía por la maternidad, a ser blando y cuidadoso.

Louis se colocó a su lado, de rodillas, posando su mano, delgadita y delicada en la frente del alfa. Harry solo intento relajarse, respirando coordinadamente, recostándose en el respaldo del sofá y haciendo el esfuerzo por tranquilizarse, le costaba mucho trabajo, pero después de al menos media hora siempre lograba conseguirlo y la migraña pasaba a ser una simple punzada leve, nada con lo que no pudiese vivir.

—Harry por favor dime que sucede. —le pidió el omega, acomodando los mechones de cabello. Harry mordió sus labios, buscando inconscientemente el aroma de Louis.

—Solo es un dolor de cabeza, pasara. —Louis no lo creía así, porque la quijada de Harry parecía tensarse con más potencia cada segundo transcurrido, su ceño se fruncía y su pecho parecía rugir, un sonido hueco, un tanto brutal.

Louis acaricio su mejilla, su fuente de aroma accionándose, el omega no pudo ser consciente de eso. No noto que su cuerpo respondía a Harry, a su dolor.

Él no sabía cómo hacer que parara ese dolor a pesar de que quería, pero su cuerpo si lo supo y las feromonas hicieron despertar el olfato del alfa y gruño. Louis bajo una pierna del sofá con la idea insistente de ir en busca de algún medicamento que le ayudara un poco con el dolor, pero el alfa tomo su cintura impidiéndolo.

—Ven aquí. —mando, jalando con suma lentitud el cuerpo de Louis. El omega obediente se acercó, devolviendo la pierna al sofá y permitiendo que Harry tomase su cintura con ambas manos, atrayéndolo.

Harry lo guío, hasta que Louis perdió un poco el equilibrio y sin esperar una indicación certera subió a su regazo, ambas piernas posicionadas a los costados del hombre dolorido.

El alfa inmediatamente enrollo sus brazos en la cintura del menor abrazándolo a su cuerpo y pego su rostro a su cuello, justo en la fuente de su aroma, aspiro hondo, directamente ese aroma diferente, la esencia ligera concentrada en la zona de su cuello.

No era su aroma común, era más delgado y fino, un aroma que se introducía en su cuerpo, penetrante, relajando cada fibra muscular, era como combinar la lavanda y la menta con tenues matices azucarados.

Como si aquella fragancia fuese solo para él y la acepto con mucho gusto.

—Hunnm, Harry... —hablo Louis confundido, la nariz de Harry frotándose en su cuello de arriba abajo.

—Ssssh guarda silencio. —Pidió el mayor, sus brazos aferrándose a su cintura, abrazándolo, cruzándose por su espalda, la mano izquierda alcanzaba el extremo derecho de su cintura y viceversa. Louis se removió incomodo, con la esperanza de poder levantarse, pues sus pantalones continuaban húmedos, sabía que manchaba la pierna de Harry y era vergonzoso.

Pero Harry decidió quedarse así, en esa posición. Louis percibió el cuerpo contrario relajarse bajo su cuerpo, como sus músculos dejaban de sentirse tensos y su respiración se volvía pacífica.

Harry se alejó de cuerpo con lentitud, aflojo el abrazo en su cintura y el menor pudo apartarse un tanto hacia atrás. El alfa conecto su mirada verdosa con los zafiros brillantes que portaba el omega, no había tenido la oportunidad de observarlos así de cerca, en un momento tan íntimo como ese, Louis era muy bueno para evadir su mirada. Pero justo en ese momento Harry pudo admirar el azul profundo en ellos, quedo fascinado con lo brillantes y bonitos que eran, el anillo limbal era más obscuro, enmarcando las corneas añil del omega, aportando ese toque de pureza que le volvía loco. Sus pestañas eran cortas y claras, agitándose con delicadeza cada vez que parpadeaba acariciando las mejillas dulces y rosadas.

—Gracias. —susurro bajito Harry, como deseando mantener ese momento privado, aunque no se encontrase nadie más en la habitación.

—¿Por qué? —cuestiono extrañado el omega, sosteniéndole la mirada a Harry.

—Por ayudarme con el dolor. —le contesto más tranquilo, a como siempre era, neutro y correcto. Su mano acomodando el fleco en su frente.

—¿Lo hice? —confundido alzo un poco las manos, colocándolas delicadamente en el pecho de Harry. El alfa lo miro, dedicándole un gesto igualmente de confusión.

—Tus feromonas, me tranquilizaste. —Louis abrió en impresión sus ojitos, conmocionado. Harry alzo una ceja, llevando con cuidado su mano hasta tomar su mejilla delicadamente. —¿No lo hiciste? —Louis negó inmediatamente.

—No, no... q-quiero decir, no supe que lo hacía. —el omega tembló, Harry llevo sus manos hasta sus mejillas, ahuecando su rostro en sus grandes manos. El omega observo sus labios y quiso lanzarse de nuevo a ellos, se abstuvo. Porque si Harry se puso mal no quería devolverlo a ese estado de extrema tortura.

—¿Fue mi culpa? —Harry frunció el ceño en confusión. —Tu dolor de cabeza ¿es culpa mía?

—No, no, por Dios, claro que no. Es algo normal en mí, descuida. —el omega se acomodó en su lugar. Harry apretó los labios al sentir la humedad en la tela de su pantalón. Las mejillas de Louis se colocaron rojas, pero la duda desvió su vergüenza.

—¿Algo normal? ¿A qué te refieres? ¿Estas enfermo? —Harry sonrió, porque Louis irradiaba una ternura inusual, esa que colmaba tu pecho y le hacía sentir cálido.

—No, Lou, no estoy enfermo. —Lou, Lou, Lou. El apodo danzo en su cabeza, suave, agradable, era el apodo más común para su nombre, a pesar de serlo Harry lograba que sonara único.

—¿Qué es lo que sucede entonces? —Harry apretó los labios con fuerza, fue él quien esta vez alejo su mirada cetrina de los orbes azulados, no supo cómo contestar a eso, no supo si quería contestar en realidad.

—Necesitas cambiar esos pantalones, Louis. —evadió la pregunta del omega. Louis se cohibió en su lugar, el bochorno golpeando sus mejillas y sin pensarlo demasiado se levantó del regazo de Harry. La mancha en la tela provocó un sentimiento tan puro de vergüenza que solo esperaba el momento exacto para que la tierra se abriera y lo tragara.

—Lo lamento. —se disculpó enérgico. —Iré, iré por una toalla. —aviso acelerado, siendo la excusa perfecta para esconderse en el baño y gritar frustrado. Sin duda, el único logro que había conseguido desde que conoció a Harry era el récord por los momentos más vergonzosos de su vida.

—Está bien, no me molesta. —aclaro el alfa, acomodando la tela de su pantalón. —Lo provoque yo. —se encogió de hombros, con una sonrisa divertida y cínica. Como si sintiera orgulloso de ello. Louis lo miro y trago saliva, el calor nunca abandono sus mejillas.

—No contestaste mi pregunta. —le recordó, insistiendo. —¿Por qué te gusta evadir mis preguntas? —el alfa ladeó una sonrisa y se levantó del sofá.

—¿A ti porque te gusta hacer tantas preguntas? —el omega lo miro, vacilante.

—Soy curioso. —respondió. —Y a ti te gusta guardar secretos. —le dijo. El alfa relamió sus labios.

—Me vuelven más interesante. —bromeo, volvió a encogerse de hombros. Louis rio por la nariz y ladeo una sonrisa, lo miro, batiendo las pestañas. —¿No lo crees? ¿No te atrae el misterio?

—No necesitas ser misterioso para atraerme. —Harry alzo ambas cejas anonado. —Me refiero a... —aclaro su garganta, dando un paso hacia atrás. —A que no necesitas serlo para atraer a nadie. Tienes más cualidades con las cuales lograrlo. —trago saliva, llevando sus manos detrás de su espalda.

—Tu igual me atraes. —Louis comenzó a respirar irregular, sin creer en las palabras de Harry. Su cuerpo volviéndose loco. —No deberías, pero es así. No es algo que puedo controlar, simple y sencillamente paso. Te miro y siento que es necesario estar cerca de ti. —el omega pudo sentir el suelo moviéndose debajo de él desestabilizando su equilibrio.

— Ahora solo dime por favor que sientes lo mismo o si no me sentiré como un loco por sentirme atraído por mi alumno de diecinueve años. —Louis tomo un respiro hondo y tembló por completo. Al fin tenía una respuesta clara y no supo cómo lidiar con ella.

Solo se mantuvo pasmado, mirando al alfa. Su expresión en completo pánico, abriendo y cerrando los puños dando a entender su ansiedad. Se alejó del omega, no podía mostrar su desesperación, se sentó en el sofá, manteniendo su actitud de tranquilidad, esperando una reacción por parte de su alumno, pero el chico parecía perdido en su propia cabeza y así era.

Quedo quieto, mirando un punto fijo en el suelo, si pierna derecha creando un movimiento circular, sus dientes atrapando la piel interna de su boca. Harry lo tomaba a él como una necesidad, le traía, en verdad, ¿le atraía en verdad?

—Supongo que solo soy yo. —dijo Harry, bufando, creyéndose un imbécil por pensar en cosas imposibles o en tontas leyendas romanticas. —Imagino que solo es ese desequilibrio que tengo con mi alfa. —hablo en un susurro, como si se lo dijera a él mismo. Louis apretó los puños. Se acercó, hincándose en el sofá al costado de Harry al igual que hace unos minutos.

—¿Desequilibrio? —cuestiono Louis, Harry cerro los ojos.

—Hace ya cinco años que no tengo pareja, Louis. —revelo. El menor jadeo, su pecho sintiendo presión. —Tengo veintinueve años, es una edad en la que todo alfa ya tiene un omega, una relación estable, un lazo. He pasado cada celo solo desde hace cinco años y cada vez empeora más mi estado de salud por eso. —Louis lo miro preocupado, escaneando la expresión en el rostro de Harry, aunque no pudo descifrar con exactitud su gesto.

—Necesitas un omega. Tu alfa lo busca y tú no se lo das. —Harry mordió su labio. —¿El dolor de cabeza es por eso? —el alfa asintió, cerrando los ojos. —¿Por qué no has buscado a alguien? ¿Por qué te torturas de esa manera?

—No he tenido tiempo, han pasado demasiadas cosas en mi vida, tengo dos empleos y un caso inconcluso desde hace cuatro años, no tengo tiempo para salir a buscar una relación. —dijo serio. Desviando su mirada de los ojos azules, mirando sus manos impetuosas.

—Estas aquí. —hablo el omega, tomando con delicadeza la mejilla derecha del alfa y guiándolo su mirada hasta su rostro. —Tienes demasiadas cosas que hacer y estas aquí, en mi apartamento, para darme una clase. ¿Por qué?

—Porque quiero estar aquí. —respondió simple. —Porque necesitaba saber que soy el único que se está volviendo loco. Eres el único omega con el que he convivido desde hace tanto tiempo. —Louis rio bajo, su voz pacifica le relajaba.

—¿Piensas que tu alfa solo se está aferrando a mí porque soy la opción más cercana a él? —Harry trago saliva, porque eso sonaba horrible y, de cualquier manera, era la opción más acertada y Louis lo preguntaba como si en verdad no fuese un gran problema.

—Pienso que es lo más lógico, mi alfa ha llegado a un punto en que ya no le interesa buscar al omega correcto solo, con que sea omega estaría bien. —Louis le sonrió con ternura.

—No eres el único con un desequilibrio, Harry. —le dijo el menor, con las mejillas rojas. —Tuve un bebé. —se encogió de hombros. —Mis hormonas son todo un lío por ahora, no he estado con un alfa en casi dos años. ¿Lo imaginas? —Louis relamió sus labios. —Después de tener a un alfa que me cumpliera en cada calor desde mí primer celo de pronto no puedo tenerlo. Creo que mi omega desea un alfa tanto como tu alfa quiere un omega. —Harry tembló en su lugar, Louis mordió su labio. —Me siento atraído a ti. —contesto por fin, quitándole el peso a Harry de encima. —Y tampoco estoy seguro si es por esa necesidad biológica. Nos conocemos desde hace muy poco y pienso que podríamos darnos un tiempo más, para conocernos, para saber si en verdad, esto es culpa de nuestra naturaleza. Lleguemos a un acuerdo. —Louis tomo el rostro de Harry, observando el verde en ellos. —Seamos amigos, tratémonos y así, decidimos si solo fue una tracción pasajera o... Es algo más.

Harry se mantuvo en silencio, analizando la opción que Louis proponía, no era una mala opción. Y podía estar en lo correcto, ambos sufrían desequilibrios en su cuerpo, tan solo era cuestión de tiempo para que alguno de los dos decidiera que no eran el uno para el otro y que tan solo era su naturaleza pidiendo lo que necesitaba.

—Yo... puedo ayudarte. —propuso el omega, con las mejillas rojas. —Con tus celos. —Harry abrió los ojos escéptico. Negó abruptamente con la cabeza, descartando de inmediato la posibilidad, aunque en su interior su alfa gritara mil veces .

—Definitivamente no, no, de ninguna manera. —Louis mordió su labio, su mirada paso a su regazo, sintiéndose un poco tonto al dar esa opción, pero pudo ver a Harry con ese dolor, no le agrado en nada la idea de pensar que sufría. Si así se miraba con solo un dolor de cabeza momentáneo no quería imaginar lo que debía vivir en sus celos, de cualquier forma, estos ya eran dolorosos por sí solos y Louis conocía, por experiencia propia lo que un desequilibrio hormonal causaba en esos momentos.

El dolor era más intenso al igual que la temperatura se elevaba de más y no tener a alguien para ayudar a aliviarlo era simplemente el infierno en vida.

—¿Por qué no? —Harry apretó la mandíbula.

—Porque no es correcto que mi alumno me ayude a pasar un celo. Podría perder mi empleo y no soy esa clase de persona. —Louis frunció un poco el entrecejo.

—¿Qué clase? —le pregunto, acomodándose en el sofá, acercándose más al cuerpo de Harry.

—De la clase que toma a un omega solo para un beneficio. —Louis ladeó la cabeza.

—No me estas tomando, yo estoy ofreciendo mi ayuda. —Harry negó frenéticamente, luchando con su interior, el mismo que aceptaba esa ayuda. —No me agrada verte sufrir.

—No me agrada que quieras ayudar solo por lastima. —Louis frunció el entrecejo, esta vez molesto. —Si alguien quiere estar conmigo es porque lo desea, no por que sienta que debe ayudarme a no morir.

—¿Tan grabe es? —el alfa apretó los labios, sin contestar a la pregunta, evadiéndola, siendo eso algo que hacía muy bien últimamente. —¿Cómo sabes que yo no quiero estar contigo? —Harry rio por la nariz y se atrevió a mirar a Louis.

—Porque me estas pidiendo que nos conozcamos, estas pidiendo tiempo. —Louis suspiro.

—Es algo que tú necesitas y yo también. Podríamos... podríamos...

—He dicho que no, Louis. —fue firme, la voz más profunda y dominante, el omega se cohibió en su lugar y se alejó un poco, asintiendo con cuidado.

—De acuerdo, lo siento. —respondió, sumiso. Bajo del sofá, colocándose en pie. —Iré a cambiarme. —aviso, casi corriendo hasta su habitación. Harry suspiro, llevando sus manos hasta su rostro, tallándolo con demasiado ímpetu.

Como desearía poder tomar su palabra, en verdad que con esa petición Harry podía tomarlo justo ahí, en ese momento, contra el sofá. Quería tomarlo por la cadera y embestirlo hasta borrar de su cabeza a su antiguo alfa, lamer todo su cuerpo hasta grabar su nombre en su piel y en su maldita alma para que no pidiese a nadie más, nunca. Marcarlo con su olor para que todos supieran que era suyo, de nadie más.

En comparación, solo se limitó a encerrar a su alfa de nuevo dentro de esa jaula, cosa que llevaba haciendo prácticamente toda su vida. Bloquear sus deseos. Aunque si Louis fuese cualquier otro omega, uno que no tuviese diecinueve años, uno que no fuera su alumno, posiblemente... posiblemente no se restringiría, porque su madre tenía razón y eso que sentía no era algo que se podía dejar pasar, porque lo que estaba sintiendo por Louis, no lo había sentido por ningún otro omega.

Se levantó, muy inconforme con su situación, maldiciendo internamente su mala suerte y camino a la cocina, para continuar con la comida inconclusa.

Louis llego después, con un cambio limpio de joggings y sus muslos libres del lubricante pegajoso.

Harry lo miro por el rabillo del ojo, cortando los jitomates y el menor continuo con su labor de freír el pollo y condimentarlo. No hablaron durante unos cuantos minutos dedicados a lo que estaban haciendo.

—Perdón por alzar la voz. —se disculpó el alfa después de un rato.

—Hemos conseguido un récord por la mayor cantidad de perdones pedidos en menos de una hora. —bromeo Louis, rompiendo la tensión. Harry rio un poco. —Descuida, creo que tienes razón, estas en lo correcto fue imprudente, de mi parte. Yo... —Louis rio. —Lo lamento. —Harry sonrio, contagiado por el omega.

Continuaron cocinando, fue mucho más rápido entre los dos, en pocos minutos se encontraban sentados en la mesa disfrutando del pollo entomatado que prepararon que, para impresión de Louis no sabía mal.

El llanto a lo lejos se escuchó, indicándole a ambos que el cachorro despertó. Louis se levantó de inmediato, dirigiéndose a su habitación y Harry continúo con su comida, observando la botellita del jugo de fresa en la mesa, sonrió divertido. Hace unos días comía sentado en la oficina de su casa, en vez de juguitos y sonajas eran papeles y clips.

Le parecía muy curioso como la vida cambiaba en tan poco tiempo, él se mantenía en silencio, leyendo y ahora solo. Podía escuchar el llanto más cerca conforme Louis se acercaba ya con él bebé en brazos, soltó los cubiertos y se giró un poco observando al cachorro descontrolado en sus brazos, la carita roja y las mejillas empapadas.

—Aquí esta, aquí esta. ¿Ves? —dijo Louis llegando a la mesa y colocando a Dany al frente de Harry. El cachorro se separó del pecho de su madre, paro su llanto al instante en que pudo ver a Harry sentado en la silla, aunque el puchero no se alejó de sus labios. —No se fue, amor. —le dijo Louis, el cachorro gimoteo, su pecho subió y bajo en descontrol y estiro sus bracitos en dirección al profesor.

Harry de inmediato estiro sus brazos, tomando por las castillas al cachorro. Louis lo soltó y Dany se dejó caer al pecho de Harry.

—¿Qué sucede, cachorro? —cuestiono Harry, abrazando con cuidado el cuerpecito tembloroso de Dany.

—Pensó que te habías ido. —le contesto Louis, acercándose a la esquina en la cocina y tomando la sillita alta para poder sentar al menor.

—Oh. —dijo el alfa. —Descuida, estoy aquí. —le hizo saber, inclinando su cabeza, su mejilla presionándose en la cabecita del menor. Louis los miro y quiso poder tomar una fotografía de aquella escena, porque era lo más bonito que haya podido ver en su vida. —¿No te gusta que me vaya, cachorro? —Dany negó, con la cabeza despegándose del cuerpo de Harry. El alfa sonrió enternecido y acerco su rostro a Dany, su frente presionándose con dulzura con la del menor, su naricita abotonada rozando con la del alfa.

—Escúchame cachorro, no tienes por qué tener miedo. Yo siempre voy a regresar ¿de acuerdo? Lo prometo, no hay necesidad de asustarse. —Harry froto con cuidado su nariz, en un besito esquimal. Dany rio. —No me despegare de ti hasta que digas Harry. —el omega alzo una ceja.

—¿Así que es tu culpa que este aferrado en repetir tu nombre todo el tiempo? —el alfa alzo la vista, notando la expresión de molestia en el gesto de Louis. Sonrió inocente.

—¿Lo hace? —Harry miro a Dany, el cachorro sonrió orgulloso por ser muy obediente.

—Lo hace. —Louis cruzo sus manos frente a su pecho. —¿Quieres quitarme esa primera palabra? —el alfa relamió sus labios.

—Quiero que diga mi nombre correctamente. ¿Tiene eso algo de malo? —Louis frunció un poco el ceño.

—Sí, si tiene. Le alientas a decir primero tu nombre que el mío. No puede decir primero tu nombre, yo soy su mamá. —el alfa sonrió.

—No seas envidioso. —Louis llevo sus manos a la cadera, el alfa frunció sus labios, jugueteando con las manitas de Dany. —Dirá lo que él decida finalmente. ¿No es así cachorro?

¡Adbllb! —Louis apretó los puños. Y el alfa festejo, llenando de besitos su mejilla. Dany rio alto.

—Muy bien, entonces Adbllb será quien te cuide todos los días a partir de ahora. –refunfuño el omega, indignado. —Él te alimentará y te bañará, te vestirá y hará todas esas cosas que yo hago, porque acabas de perderme, Daniel. —el cachorro hizo un puchero.

—Lo harás llorar. —le advirtió el alfa, sobando la pancita del bebé.

—Él me hace llorar a mí. —Dany negó enseguida con la cabeza, estirando con sus bracitos esta vez en dirección a su madre, Louis hizo un puchero y se negó, fingiendo indignación. Harry guardo una sonrisa, admirando al pequeño omega berrinchudo, se alzó de su asiento, acercándose a Louis.

—No, ni lo pienses. —Harry alzo una ceja. Entonces el alfa dio un paso atrás.

—De acuerdo, Dany. —hablo el alfa, llamando la atención del cachorro. —Ahora eres mío. Te llevare a casa y viviremos juntos, porque mami es demasiado pequeño para cuidar de ti, es muy berrinchudo y te va a maleducar. —Louis abrió la boca, dejando caer sus brazos en sus costados. —Un bebé no puede cuidar a otro bebé. —dijo, mirando con diversión al omega.

Louis observo la sonrisa plasmada en el rostro del alfa, sus labios rojos y gruesos estirados, brillantes por la saliva debido a esa maña extraña que tenia de relamerlos siempre que hablaba, el hoyuelo siendo la cosa más tierna en su rostro.

—No soy un bebé. —se defendió, aunque el puchero no ayudo mucho y Harry libero una risa leve para acercarse al omega, tomando su cintura y acercándolo, Dany en medio de los dos.

—Sí que lo eres. —susurro Harry. —Y eres... lo más tierno que haya visto en mi vida. —Louis entreabrió los labios y dejo escapar un suspiro, Harry siempre lograba dejarlo sin palabras, le llenaba el corazón de afecto.

Dany se acercó a Louis, abrazándose de su cuello y Harry planto un beso fugas en la mejilla del omega, entregándole al cachorro. Louis relamió sus labios, ignorando el bombeo energético en su corazón.

El alfa volvió a su lugar, sentándose con cautela y Louis copio su acción, tomando asiento en la silla al costado. Dany tomo la orilla de su camisa alzándola de golpe, Louis jadeo y Dany tanteo su pecho como siempre hacía.

Louis estuvo a punto de bajar la camiseta, pero finalmente cedió a su bebé, horas atrás había manchado la pierna de Harry con su lubricante, al parecer, amamantar a su hijo frente a él quedaba por debajo de todas las cosas vergonzosas que ya había sufrido con su profesor.

Louis acomodo al cachorro sobre su regazo, el menor inmediatamente se acercó a su pecho, tomando en su boca el botón marrón y succionando enseguida. Louis frunció la nariz y mantuvo la mirada fija en su cachorro, no quería mirar al alfa, su mano delgada se paseó por el cabello de Dany, peinándolo hacia atrás.

El celular de Harry comenzó a sonar, lo tomo en sus manos, arrugando un poco la nariz al observar el nombre en la pantalla y desvió la llamada, colocando el celular sobre la mesa.

Louis al fin alzo la mirada, notando a Harry tranquilo, cortando su pieza de pollo para después tomarla con el tenedor y llevarlo hasta su boca.

—¿Cuándo son los once meses de Dany? —inicio la conversación Harry, tomando la servilleta y limpiando la comisura de sus labios. Louis miro atento al mayor, notando como este se mantenía neutro. Le agradaba eso de él, le ha tocado amamantar a su bebé muchas veces frente a sus conocidos. A pesar de la confianza siempre podía notar la incomodidad en sus rostros, pero no pudo notarlo con Harry. El alfa continuaba mirándolo como si no tuviese la camiseta alzada y su bebé estuviera pegado a él como una sanguijuela.

—¿Mañana es veintiocho no es así? —Louis mordisqueo su labio, sobando con tranquilidad la espalda de Dany. El celular de Harry volvió a sonar vibrando sobre la mesa, el alfa gruño desviando una vez más la llamada.

Louis le miro, un poco extrañado y de pronto el celular comenzó a vibrar sin control sobre la mesa debido a los mensajes que llegaron uno tras otro. El omega frunció los labios y Harry frunció el entrecejo con más insistencia, tomo el aparato y lo apago.

Louis suspiro, relamió sus labios y miro a Harry.

—¿Es del trabajo? —preguntó, acariciando la cabeza de su cachorro.

—Lo es. —contesto restándole importancia, dejando el celular sobre la mesa otra vez.

—Deberías de contestarles. —procuro el omega, Harry negó repetidas veces. —Por la insistencia debo suponer que es una emergencia.

—Tendrán que esperar. —corto sin más. Louis quiso reprocharle, aunque no se sentía con ese derecho, finalmente era el trabajo de Harry y era decisión del alfa ir o no.

Aunque la idea de que Harry les negaba las llamadas y los mensajes solo para quedarse con él por más tiempo le dopaba de extrema felicidad.

El alfa lo miro, al fin deteniéndose en el cachorro y en su pecho descubierto, cosa que no le incomodo en lo absoluto, le fue extraño por unos segundos, pero cuando el alfa sonrió extasiado en ternura el omega no pudo evitar sonreír con él. Pues el mayor le demostraba que le miraba de forma diferente a las demás personas, no era morbo ni incomodidad. Era esa chispa de ternura, como si fuese algo mágico y único poder presenciar algo así.

—¿Así que Dany nació un veintiocho de septiembre? —el omega alzo las cejas.

—Si, si, el veintiocho. —afirmo el menor contento, recordar ese momento siempre le ponía muy feliz, a pesar de lo mucho que sufrió era el recuerdo más bonito que tenía. La primera vez que pudo ver y escuchar a su cachorrito. Era sin duda la imagen que nunca olvidaría y la más bonita de todas.

—¿Harás algo en su primer año? —Louis entrecerró un poco los ojos y miro al pequeño.

—¿Algo como un cumpleaños? No sé. Supongo que, mi tía se encargara de eso, le encanta hacer fiestas y si lo hace sería algo pequeño, le encanta la intimidad ya sabes, esas pequeñas reuniones con familia. Son demasiado hogareños. —Louis rio por la nariz.

—¿Eso es una indirecta para decirme que no estoy invitado? —Louis esta vez rio alto.

—Mi hijo lo decidirá.

—Tu hijo me adora. —le dijo presumido, con una sonrisa limpia y victoriosa, jodidamente hermosa.

—🐾🐾🐾—

Al entrar a la oficina ambos alfas dejaron caer las miradas pesadas y reprobatorias contra él, atacándolo sin piedad. La mesa larga se tapizaba con documentos, era un desastre, hojas esparcidas, libros, lapiceros, plumas, clips, todo un revoltijo.

Las laptops prendidas, la luz del proyector iluminando la lona anclada a la pared al fondo de la habitación, con aquella grabación que conocía a la perfección. Harry cerró los ojos, el largo suspiro se escapó de su boca, demostrando cansancio y fastidio.

Cerró la puerta de madera con cautela, las miradas clavadas en su espalda le incomodaron así que se giró enseguida, encarándolos, sin la intención de hablar, tan solo los miro, la intimidación de ambos sin causarle efecto y su mirada mantenida al par de ojos al frente suyo.

—Llame a tu celular más de treinta veces. —le dijo Tyreese, la voz tranquila, aunque eso no eliminaba ese matiz de molestia.

—Note las primeras dos. —dijo el alfa dando un paso al frente.

—Y decidiste apagar el teléfono. —Harry relamió sus labios, guardando las manos dentro de los bolsillos de su pantalón, alzando la quijada. —Dime ¿Qué es aquello más importante para el señor Harry Styles que su propia libertad? —Harry alzo una ceja, chasqueo la lengua y dio un paso más al frente.

—Se llama Louis Tomlinson. —contesto sin titubear, sacando las manos de sus bolsillos y avanzando hasta llegar al extremo de la mesa, observando el nuevo archivo. Lo supo porque el folder en el que se encontraba era nuevo y las orillas de las hojas no se encontraban maltratadas.

—Un omega. —pudo escuchar la profunda voz de su padre. El alfa no tuvo que preguntarle, pues Harry parecía haber perdido su aroma debido a que las feromonas acarameladas persistían intensas en todo su cuerpo y su ropa. —Decides dejar esto de lado por un jodido omega. —el hombre negó lentamente, desaprobatorio.

Harry frunció el ceño, alzando la vista del documento. El verde chocando con el grisaseo tono en los ojos de su progenitor.

—Eras tu quien me pedía buscar a uno. ¿Ahora no es de tu agrado que lo haya conseguido? —Harry le ataco, su respiración volviéndose pesada.

—Te pedí que buscaras a un omega, por supuesto que lo hice. Pero si se te necesita en casa por esto entonces vienes a casa estés con quien estés. —alzo la voz el hombre, empujándose con la orilla de la mesa para alejarse de la misma y poder levantarse de la silla. —Harry inflo el pecho ignorando por completo lo que su padre le decía y retomando la lectura al documento.

Tyreese llevo el pulgar hasta su boca, mordisqueando su uña con nerviosismo. Pensativo, sus ojos no paraban de recorrer todos los documentos sobre la mesa.

El ceño de Harry se frunció con mucha más insistencia a medida que sus ojos recorrían el escrito. Tomo la esquina de la hoja, dándole vuelta para mirar la hoja siguiente e hizo lo mismo desesperadamente, hasta llegar a la última página y alzo la vista, observando a su amigo sentado sobre la silla giratoria, balanceándose de un lado a otro.

—¿Qué mierda es esto? —pregunto incrédulo el alfa de ojos verdes, observando en pánico a Tyreese.

—La anulación de la declaración de Jeremy. —le dijo su padre, caminando con cuidado al costado del alfa.

—Sé que es una maldita anulación ¿Por qué hay una maldita anulación? —Tyreese le miro, alejando la mano de su boca.

—El mismo Jeremy se retractó de su propio testimonio y en cambio conto una nueva historia. —el pulso de Harry se aceleró. —Su historia se resume a que tú le pediste que testificara a tu favor, para así comprobar que tú te encontrabas con él al momento del asesinato y que lo amenazaste una vez que él se negó. —Harry soltó con brusquedad el folder sobre la mesa, llevando sus manos hasta su rostro y frotando con insistencia, arrastro las manos hasta su cabello, cepillando las hebras onduladas hacia atrás.

—Sin esta declaración prácticamente no existe prueba alguna para demostrar que tu no estabas en la casa, por lo que...

—Volverás a juicio. Serás parte de los presuntos culpables junto a Frank . —le dijo su padre. Harry llevo su mano hasta presionar el tabique de su nariz. —Aunque no pueden detenerte. —le recordó su padre. —No aun, Jeremy no pudo dar alguna prueba para comprobar que eso fue verdad. Sin pruebas aun, es imposible que el jurado de por hecho su declaración como un falso testimonio y acepten la nueva historia.

—¡Porque claramente no fue verdad! —alzo la voz Harry, perdiendo la cabeza.

—Lo sabemos, lo sabemos y es por eso que necesitamos encontrar una prueba para demostrar que Jeremy miente. —Harry apretó con fuerza la quijada, negó con la cabeza, sin poder creer que eso volvía a suceder. Sentía que la habitación se volvía más pequeña, las paredes se cerraban, se agotaba el oxígeno y su vista era borrosa.

—Algo está mal. —hablo Harry, tomando el respaldo de una de las sillas, arrastrándola, las llantas de las patas hicieron aquel ruido característico al raspar la duela de madera y se dejó caer, la pierna derecha cruzada sobre la izquierda y la mano cubriendo por completo su boca, masajeando sus mejillas y la quijada.

—Por supuesto que hay algo mal, estas en riesgo de ir a prisión por un asesinato que tú no cometiste. —dijo su padre, al igual que todos en la habitación, preocupado. Tyreese entrecerró los ojos, observando a su mejor amigo.

—No me refiero a eso. —Harry mordió su labio. —Conozco bien a todos mis alumnos, incluso si no hablo mucho con ellos. Jeremy no es la clase de alumno que mienta. —Harry guardo silencio. —Si está mintiendo no es porque él quiera. —Tyreese se arrastró con la silla, impulsándose con las piernas, colocándose a un lado de Harry.

—Alguien le está obligando a mentir. —completo Tyreese.

—Alguien que sepa muy bien que esa es mi única prueba para librarme de esto. Alguien...

—Que ha estado presente en todos los juicios para saber que era tu única opción fiable. —el alfa asintió, mirando a su mejor amigo. —No es coincidencia que pocos días después de que esa "prueba" saliera a la luz Jeremy decida trastabillar la verdad. —Intentan inculparte. —Harry asintió, relamiendo sus labios y fijando su vista en un punto fijo del suelo.

—🐾🐾🐾—

Louis se recostó en la cama, mirando las muchas estrellitas brillantes adheridas al techo, eran de esas estrellas que brillaban en la obscuridad. No pudo evitar colocarlas después de pasar por esa tienda, su habitación en Doncaster se encontraba repleta de ellas. No solo el techo, si no que las paredes igualmente se encontraban forradas de las mismas, pues paso coleccionándolas durante su vida. Quiso tener, aunque sea algo que le recordara a su hogar, algo que no le hiciera sentirse tan lejos de casa.

Ayudaba demasiado. Tan solo debía recostarse y mirar el techo para no sentirse tan solo, para lograr de alguna forma alejar la nostalgia.

Se acomodo en su lugar, Dany se encontraba acostado a su lado, sus parpados se cerraban solos aunque el cachorro se negaba a dormirse y los abría con mucho esfuerzo.

Louis suspiro, desviando la vista de las estrellas y observando al cachorro acostado. Descansando entre las mantitas aromatizadas. Se acercó un poco más, hasta posar su mano sobre el pecho de Dany, sobándolo de arriba a abajo, esperando ser de ayuda para que el cachorro durmiera tranquilo y no continuará luchando con el cansancio.

Mientras se tomó el tiempo para analizar lo sucedido ese día. Aceptarle a Harry una amistad y ver cómo funcionaban las cosas entre los dos pareció ser su mejor opción, alejarse ya no era algo que pudiese hacer, pues Dany se miraba demasiado cómodo junto a él. Arrebatarle a Harry sería un golpe muy duro para su cachorrito quien solo había recibido el cariño de un alfa, su abuelo fue demasiado comprensible en ese tema.

Al omega le temblaron demasiado las piernas cuando se paró frente a sus padre y decidió contar su situación. Esperaba que reaccionarán de la misma manera que los padres de Owen. Negándose al hecho de que su hijo tendría un cachorro, botándolo de la casa cuando intento no solo hablar con Owen si no con ellos.

Cuando llegó a casa sintió el mundo derrumbarse sobre su débil cuerpo, cada escenario navegaba en su mente en un barco bajo una tormenta escandalosa que le ahogaba, el agua entrando a sus pulmones y derramándose de sus ojos al no tener más cupo dentro de él. Buscando una solución correcta para cuándo sus padres le echaran de casa como los de Owen.

Sin embargo, la reacción de ambos fue algo que no se esperaba. Su padre se levantó del sofá, brincando como si hubiese ganado la lotería y su madre comenzó a llorar de emoción y Louis lloro igual, solo que en ese momento fue el alivio lo que desató sus lágrimas. Su bebé no fue emoción para él en un largo tiempo. No hasta que comenzó a sentir las pataditas en su vientre, no hasta mirar su pancita hundirse y rebotar cuando le daba hipo, cuando le cantaba alguna canción y todo su vientre se descontrolaba. Fue, hasta poder sentir la vida de su cachorro llenarlo (literalmente) que comenzó a ir a las tiendas de ropa con alegría, observaba cualquier cosa referente a ello y quería más, quería todo para su bebé, lo mejor. Era lo que merecía y su abuelo siempre fue bueno en ello, llegando cada día con regalos porque la tienda de cachorros quedaba camino a su trabajo y no podía evitar entrar y comprar algo, en su mente no había cupo para nada mas que no fuese su nieto.

Su padre parecía incluso más emocionado que el mismo Louis, era la única figura alfa que su cachorro tuvo, la única que quería tener. No hasta que conoció a su profesor que el cachorro decidido tener una segunda figura alfa, ahora tenía a Harry, parecía no querer soltarlo y Louis no podía arrebatárselo.

Fue entonces que pensó en su tercera opción, aceptar sus impulsos, hacer caso a sus instintos, si fuese por eso, si Louis se dejará guiar por su omega, hubiese aceptado salir con él. Incluso si Harry no le acortejaba, incluso si él era demasiado joven o si era alumno del mayor. Su omega estaba dispuesto, pero Louis ya no podía permitir que su naturaleza le guiará, no quería ser lastimado otra vez. No se arriesgaría a una decepción más, porque ahora no solo era él, no podía pensar solamente en su sentir, ahora tenía un cachorro. Su bebé no merecía falsas esperanzas, podía hacer lo que quisieran con él, podían romperle el corazón mil veces, pero a su bebé, a su bebé nadie lo lastimaría, primero tendrían que pasar por encima suyo.

Así que acepto la más neutral, la que no haría daño si se tomaba una decisión incorrecta, la que ayudaría a su cachorro y le aseguraría estabilidad emocional.

El continuaba asustado, no confiaba en los alfas, era probable que tuviese la misma fobia que su cachorro, acercarse más a un alfa, lo hacía porque era necesario y al igual que con su cachorro, Harry fue ese alfa que le hizo romper ese miedo, aunque solo era con él. En los demás no confiaba mucho, tratándose de algo romántico.

El vibrar de su celular sobre la mesita de noche lo distrajo de sus pensamientos. Louis se giró, tomando el aparato en su mano y observando el nombre en la pantalla, sonrió de pronto y se apresuró a bajar de la cama, con la precaución de no despertar a su bebé y salió de la habitación. Las calcetas coloridas repelieron el frío del suelo solo hasta llegar a la sala y dejarse caer, contestando la llamada.

—Celular de Louis Tomlinson. —contesto cortes, aguantando la risa candorosa en su garganta, apretando los labios.

Oh, buenas noches, Señor Tomlinson. Disculpe usted la hora de mi llamada. —Louis hizo puño su camiseta, sonriendo ampliamente.

—No se preocupe por eso, la noche es larga en Londres. —el omega relamió sus labios. —Que agradable poder escuchar su voz de nuevo. ¿Algún tema de importancia que quiera atender? —Louis pudo escuchar la risa agradable al otro lado de la línea y pudo sentir el conocido calor escurrir dentro de su pecho.

Extrañaba tu voz de recepcionista de hotel. —el omega se permitió reír hasta ese momento.

—Y yo extrañaba ese tono de mesero de restaurante elegante. —Louis junto sus piecitos, uno sobre otro, frotándolos.

Lo imaginé. —hablo el alfa. El matiz de su voz le relajo el cuerpo. La llamada cayó como un llamado al cielo y este fue escuchado. Le hacía falta poder tener un momento que le recordara su hogar que no fueran solo estrellitas brillantes.

—¿Porque has decidido llamar a esta hora? —Louis llevo su mano libre hasta los deditos de sus pies, jugando con ellos por sobre el la tela del calcetín.

A esta hora tu mocosito ya está durmiendo. —Louis negó con la cabeza, sin borrar la sonrisita burlona, pudo ver en su mente como el alfa alzaba los hombros como siempre hacía. —Se que ese cachorro ocupa todo tu tiempo y es difícil que me atiendas una llamada si peleas con el por qué cosas quiere comer y cuáles no.

—No le digas mocosito. —escucho el bufido del alfa al otro lado de la línea.

Le diré mocosito hasta que me trate bien. —el omega rodó los ojos. —Lo estaba logrando ¿sabes? al menos ya aceptaba mis panquesitos con moras. Si no te hubieses ido el mocosito ya correría a mis brazos al verme. —Louis sonrió. —Ahora toda la confianza se ha ido al carajo y mi esfuerzo fue aplastado, no por una bota o un auto, fue un camión, Louis.

—Tenía que pasar así, lo lamento. —Louis mordisqueó su labio. —Apuesto a qué cuando te mire otra vez aceptará tu panquesito, Dany no olvida.

Era justamente mi tema a tratar. —Louis se acomodó en el sofá. —Justo ahora estoy empacando. —el chico alzó una ceja. —Había una plaga de abejas, o algo así, eran insectos, aunque dudo que fuesen abejas no deberían matarlas están en peligro de extinción ¿Sabías eso? —el omega alzó la ceja, recordaba bien al alfa y su forma perfecta de desviar los temas de conversación. —Emm bueno no es el punto. En realidad, no puse mucha atención, pero escuché tres días de descanso para fumigar y dije: "Es momento de unas vacaciones" Londres me pareció un lugar bonito. —Louis abrió los ojos, brinco un poco en su lugar. —Pensé "Hace mucho tiempo no veo a mi amigo Louis y a su mocosito que tanto me odia." Y me entró ese sentimiento de quiero verlo, cuando menos me di cuenta el boleto de tren ya estaba en mi mano.

—¿Hablas de u-una visita? ¿Aquí en mi apartamento? —Louis se emocionó enseguida.

Si. Serían como unas vacaciones bien merecidas de tres días. La odontología es una mierda, jodidamente asqueroso, pero es divertido. ¿Sabes a cuantos alfas les he tenido que sacar los colmillos? Muchísimos. ¿Y sabes cuantos alfas me han golpeado la cara? Muchísimos. —Louis rio, cubriendo con su mano su boca para evitar despertar a Dany.

—Lo tienes bien merecido. —le contesto Louis burlón. —Estaré feliz de recibirte. —anuncio Louis. —No tengo muchos amigos por aquí.

Tu madre me comentó algo como eso, al parecer Dany tiene más amigos que tú. —Louis bufo, rodando los ojos. —Siempre supe que el mocosito sería muy extrovertido. Al menos con los omegas y los betas. No sé qué es lo que hará si es omega y deba buscar un alfa.

—Espero que no sea así. —Louis apretó los labios. —No sé cómo haré si sucede tendré que llevarlo a terapia o algo así.

Es solo una opción. Ese niño será un alfa. —le contesto. Louis admiro sus calcetas con los colores primarios y frunció los labios. —Es demasiado gruñón y está a la defensiva siempre.

—Es solo su actitud, eso no determina que sea un alfa. —Louis talló su ojo derecho y bostezó.

Si lo hace, desde pequeños puedes saber que serán.

—Conozco a varios a los que esa fórmula no les funcionó. —le dijo el omega, refiriéndose a Harry. —Estas estereotipado. Quien sabe, tal vez solo sea un omega demasiado gruñón y protector. —Louis frunció su nariz.

Como mi madre. —le dijo el alfa. —De acuerdo, es verdad. —le dio la razón a Louis. —Pero en realidad espero que sea alfa para poder burlarme de él. —el omega rodó los ojos, no podía creer que su amigo siendo un alfa tres años mayor que el fuese así de inmaduro. —En fin. —hablo el alfa. —Mi tren sale a las once y treinta. Quiero suponer que llegaré cerca de la una y treinta. ¿Te veo en tu apartamento? —Louis se recostó en el sofá.

—No. A esa hora aún estoy en la escuela. —volvió a tallar su ojo.

Iré por ti a la escuela. —Louis asintió y de pronto se alzó del sillón.

—No, quiero decir... Podría verte en algún lugar mmmm...

—¿Porque no quieres que vaya a tu escuela? Te ahorrarías otro trayecto. —Louis tembló. —Oh... ¿No quieres que alguien me vea? —Louis respiro con fuerza. —Es eso. —dio por hecho el alfa, con un matiz en la voz divertido. —Bien, te veré mañana en la escuela, descansa.

—Ellis... —y cortó la llamada. Louis suspiro rendido y se alzó del sofá directo al baño para lavar sus dientes y descansar, estaba seguro que mañana seria un día muy pesado. 

...

¿Vieron que me estoy aplicando con esta fic? Hummm.

Como siempreeee espero que este capitulo les haya gustado, y lo disfruten mucho. 

¿Parte favorita? 

¿DUDAS, PREGUNTAS? (No pregunten cosas que obvio aun no les puedo decir veda')

Me agrada mucho el como han recibido mi fic, y me encanta leer todos los comentarios que dejan porque enserio son unas crack para eso jajaja. 

No me queda mas que agradecer (como en todos mis capítulos) todo su apoyo, los mensajes bonitos que me dejan y todo, todo absolutamente todo de ustedes es genial. 

Ay que ya me siento Louis agradeciendo 24/7 pero es que es inevitable ver el apoyo y no sentirse agradecido ahre. 

Igual si miran faltas ortográficas o algún error pueden corregirme que varias ya lo han hecho (y gracias dulzuras me hacen un super favor con eso) No soy perfecta claro, siempre tengo mis errores y no me molesta que lo hagan. (Siempre y cuando sea con respect obvi)

Si alguien desea dedicación puede comentar aquí 

So espero que su noche este llena de cosas muy preciosas al igual que su vida entera. Les mando muchos besitos y nos leemos el próximo capitulo.

All the fucking love.

(Alv ya me siento youtuber siempre despidiéndome de la misma forma jajajaja)   

 

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