Eva (Lana): Canto al cuerpo eléctrico. Aquellos ejércitos de quienes amo me sostienen y yo los sostengo. No me van a dejar hasta que me vaya con ellos y les responda. Y les inadultere y los cargue completamente con la energía del alma.
La mujer, y todo lo que es la mujer, y el hombre que viene de la mujer.
El vientre. Los pechos. Leche materna. Lágrimas. Risa. Llanto. Miradas de amor. Las perturbaciones el amor y los levantamientos. La voz. Articulación. Lenguaje. Susurro. Gritar muy fuerte. La comida, la bebida. El pulso. Digestión. Sudor. Dormir. Caminar. Nadar. Equilibrio en las caderas. Saltar. Reclinarse. Abrazarse. Curvar los brazos y sostenerse. Los cambios continuos de la flexión de la boca y alrededor de los ojos. La piel. La sombra quemada por el sol. Pecas. Pelo. La curiosa simpatía que uno siente con la mano la carne desnuda del cuerpo. Los ríos que circulan. El aliento. La respiración dentro y fuera. La belleza de la cintura y de las caderas. La delgadez rojiza tambaleándose dentro de ti o dentro de mí. Los huesos y la médula de los huesos. La exquisita realización de la salud.
O yo digo estas no son las piezas y poemas del cuerpo solamente, sino del alma. O ahora digo, esto es el alma...