Yoongi vió el cigarrillo que tenía en la mano, se consumía lentamente. Se sentía como él, sentía que en cualquier momento se desintegraria. Lo botó antes de que se consumiera completamente, sabía que debía volver adentro, donde Jungkook estaba durmiendo.
Había llegado hace por lo menos una media hora, pero no quería ver al castaño a los ojos, o quizá no podía.
Todo lo que había pasado el día anterior lo mareó, tantos sentimientos juntos, enojo, tristeza, alegría, amor...
No hay que ser muy inteligente para darse cuenta de cuando alguien está enamorado. Ahora que Taehyung sabía que existía algo entre Jungkook y su hermano, molestaba cuando podía a este último. Se reía y le decía que lo habían flechado demasiado fuerte.
El viento era fresco, no hacía frío ese día, se estaba despejando desde la madrugada, Yoongi entró, debía empezar a preparar el desayuno para su rehén.
Rehén.
Ya no le gustaba esa palabra, ese concepto tan cruel, no quería seguir ahí.
Su padre le había ofrecido muchas veces algo de droga para que olvidase todo lo que pasaba a su al rededor, pero nunca aceptó, la verdad es que ya la había probado mucho antes, pero no siguió consumiendo.
A veces lo pensaba, drogarse para olvidar, no siempre parecía mala idea.
El rubio entró a la habitación tratando de no hacer mucho ruido, pero se dio cuenta de que el castaño ya estaba despierto.
Ni siquiera lo miró a los ojos, simplemente pasó rápido hasta llegar a la mesa, sacó la comida y la preparó en silencio. En ese instante se acordó del día anterior, de las palabras y miradas de Jungkook mientras hacía lo mismo.
Sonrió sin que el castaño viera.
- Come rápido, hoy viene el Sr. Min- Yoongi le pasó el sándwich, casi tirandolo en el colchón, se dio vuelta y se sentó en una de las dos sillas en el cuartito.
- Ya se estaba tardando, ¿No?- Jungkook sonrió con desgano, al fin habría algo de acción.
- Deberías estar feliz porque no viene todos los días- El rubio no sabía porqué, pero estaba buscando un tema de conversación.
Por primera vez.
- No fo cleo- Jungkook habló con la boca llena, luego se limpió, tragó y volvió a hablar- No lo creo- repitió- Quizá si viniera todos los días me mataría antes- El pesimismo del castaño asustó a Yoongi.
¿En serio se había enojado tanto, como para ya no querer estar ahí?
La pregunta sonaba estúpida en la mente del rubio, era obvio que no quería estar ahí, pero... ¿Ya simplemente lo había dejado de querer?
Puede que si, no lo sabía.
- Algún día tendrás que salir de aquí- Quería darle ánimos, de una u otra forma, pero no sonó tan así.
- Si, y no preferiblemente vivo- Jungkook se dio vuelta luego de terminar de comer, no quería hablar.
Todavía le dolía el pinchazo en su corazón, Yoongi solamente estaba jugando con él, como un tira y afloja, no lo quería y debía aceptarlo de una vez, no sufrir más por alguien que no lo merecía.
Aproximadamente veinte minutos después,se escuchó el sonido que ahora era tan común para los oídos de Jungkook, las motos.
Yoongi se levantó rápido junto al castaño, este último se sentó en la silla con las manos atrás, las cuales fueron atadas por el mayor.
La puerta se abrió y entró el Sr. Min, quien no podía ir a algún lado sin sus brabucones.
- Tu padre es un imbécil- Ni siquiera saludó, su humor no existía en ese momento, su semblante era serio y malvado- ¿Cuándo se va a dignar a venir?
- Debería aceptar que no va a venir nunca- Jungkook no tenía ganas de ser sutil ni amable para que no le peguen,sólo quería desahogarse, decir lo que tenía atorado en la garganta- Así yo acepto que mi padre no me quiere, y usted me mata de una vez por todas.
A Yoongi le latió el corazón más rápido de lo normal, Jungkook estaba buscándose una paliza, no iba a soportar que le pegasen.
Sus heridas ya habían sanado casi por completo, solamente quedaban las cicatrices.
- Él si va a venir, debe ven...
- Si, si, en una de esas viene a buscar mi cuerpo cuando muera, pero es sólo un quizá- El Sr. Min arrugó sus cejas, el castaño lo había interrumpido, no iba a tolerar eso.
En vez de gritarle, sonrió.
- ¿Quieres morir? ¿En serio?- Jungkook no respondió, sólo se quedó mirando muy fijo al hombre- No quieres morir, eres muy cobarde para eso..- Afirmó con un tono divertido de burla, sus guardaespaldas se rieron atrás de él.
- Estúpido- El Sr. Min dejó de sonreír, Jungkook le miró con una sonrisa.
- ¿Qué dijiste?
- Que es un estúpido, nunca se va a dar cuenta de que mi padre no pagaría un céntimo por mi- El hombre cerró el puño con fuerza, luego, sin previo aviso, lo aventó justo en la cara del castaño.
- Sr. yo c-creo que...
- ¡Cállate! No tienes derecho a opinar aquí- El hombre miró severamente a su hijo, estaba enojado y cualquiera se podía dar cuenta de eso.
- ¿Ve? Ya no sabe como defenderse- Jungkook se rió con sarcasmo.
- Peguenle- El Sr. Min casi susurró- Sin....piedad.
Los brabucones se acercaron al castaño con una sonrisa macabra en el rostro, pero antes de si quiera tocarle un pelo, Yoongi gritó.
- ¡No! ¡Alto!- Jungkook abrió en grande los ojos, no quería que nadie le defendiera, menos el chico por el cual estaba sufriendo en esos momentos.
- Yoongi...estas colmando mi paciencia- El hombre se giró hacia su hijo.
- No le pueden pegar- secamente respondió, cerró los ojos con fuerza- Que me peguen a mi- levantó su cabeza y miró con enojo a su padre.
El Sr. Min rió, rió con tantas ganas que parecía que estuviera alegre.
- ¿A ti? ¿Desde cuando te gusta hacer actos de caridad?- Yoongi rodó los ojos- ¿En serio quieres eso?- El rubio asintió en silencio.
Jungkook no sabia que hacer, se estaba desesperando, por culpa de su rebeldía le pegarian al rubio, quien por cierto, no había hecho nada para merecerlo.
- Bueno, si es lo que quieres...- El hombre chasqueó los dedos, sus guardaespaldas se acercaron a él, este les susurró algo, a lo que los dos sonrieron.
El Sr. Min se acercó a Jungkook y le obligó a mirar como sus hombres le pegaban a su propio hijo.
Este se dejaba, no luchaba, pero los golpes dolían menos que el rechazo del castaño.
- ¡Alto! Paren, por favor- Jungkook no quería ver, los ojos se le estaban aguando rápido.
Golpes, patadas, cachetadas, algunos cortes en las piernas, los hombres no sentían remordimiento alguno.
- Por favor, se lo suplico- El castaño no creyó caer tan bajo, pero al parecer había dado resultado, El Sr. Min hizo una seña a sus hombres, quienes dejaron de golpear a Yoongi.
- Vámonos- antes de salir se giró a ver a su hijo y a su rehén- Que tengan una buena tarde- sonrió frivolamente, ese hombre no tenía corazón.
Yoongi todavía están consciente, se levantó con mucha pesadez del suelo, para llegar donde Jungkook y desatarlo.
- L-lo hice p-por ti- alcanzó a decir el rubio antes de caer al colchón desmayado.
" Lo hice por ti "
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Quiero aclarar de que no he revisado ningún capítulo de los que voy subiendo, cuando termine la historia corregire todo ^^
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Besos :3
- La Pandicornio♡