Teacher Alpha

By DulcePanquesito

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El principal sueño de Louis era poder terminar su carrera de derecho, siendo un omega, la mayoría de las pers... More

Aviso
Guía Omegaverse
Prólogo
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Especial.
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22. Primera parte.
22. Segunda Parte.
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By DulcePanquesito

Capítulo dedicado a: 

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AndreaMrtilo

meviolaunapapa

goldslarry

Quiero agradecerles muchísimo por leer esta fic y enserio muchas gracias por el apoyo, no saben lo importantes que son para mi, todas se merecen el cielo. Las amo.

Espero que disfruten este capitulo.

...

El omega colocó la taza de té sobre la madera de la mesa, justo al costado de su laptop. El montón de libros se apilaban detrás de la misma y las muchas hojas que le sirvieron como borradores se encontraban regadas en diferentes puntos del espació en el que llevaba casi toda la tarde.

Acomodo los lentes en su rostro, tecleando más palabras en la hoja digital, el largo de las mangas de su suéter le estorbo. Las jalo un poco, consiguiendo una movilidad más fluida en sus dedos.

Miro la taza de té humeante, el vapor danzando con tranquilidad sobre el líquido caliente. Diviso la pantalla ya cansado y se recargo sobre el respaldo de la silla. Saco los lentes de su rostro y cruzo los brazos frente a su estómago, las piernas abiertas y relajadas al igual que todo su cuerpo.

Giro su cabeza, buscando eliminar la tensión en su cuello.

Pudo escuchar el llanto vago escondido entre las paredes del apartamento. A pesar del cansancio se levantó apresurado de la silla y camino hasta la habitación, abrió la puerta enseguida, el calor de la misma le recibió.

Fue un día particularmente frío y debido a que esa tarde no tenía trabajo y los últimos dos días Dany había dormido tranquilo durante toda la tarde y la noche fue que decidió encender la calefacción para que su cachorro no sufriera frío durante su siesta, pues no pensaba salir a la calle.

El omega se acercó hasta la cama, tomando con cuidado el cuerpo de su hijo, levantándolo del pequeño nido improvisado que fabrico con la gabardina de Harry.

Le encontró un uso muy práctico. Pues aquel martes, unas horas después de llegar a casa Dany despertó, no pudo controlar su llanto después de dos horas, ya que no dejaba de buscar a Harry y Louis no supo que más hacer que envolverlo en la gabardina de su profesor, Dany refregó su nariz contra la tela y solo bastaron cinco minutos para que el pequeño se tranquilizara.

Y supo que el aroma de su profesor era la clave para mantener a Dany tranquilo la mayoría del tiempo.

Tuvo que llegar al siguiente día sin ella y decir que no la llevaba porque Dany la había ensuciado y la llevo a la tintorería. Una mentira muy común pero que le dio al menos un día más con el arma secreta para que Dany no llorara porque no encontraba su dinosaurio. Tenía una extraña obsesión con ellos últimamente.

El jueves tan solo dijo que no se la entregaban sino hasta esa misma tarde y el viernes tan solo opto por decir un inocente "La olvide, lo lamento".

Pero eso ya era ganancia pues le daba todo el fin de semana con ella, aunque el aroma se iba perdiendo poco a poco y sabía que tenía que devolverla el Lunes, pero fue bueno mientras duro, fueron cinco días muy buenos en los que Dany se mantuvo tranquilo y le permitió avanzar con su proyecto de parcial para Lectura y Escritura. Proyecto que fácilmente podría dejar pasar unas semanas más pues tenía casi tres meses para hacerlo.

Pero siempre prefería adelantar cualquier cosa que tuviese, no siempre tenía el tiempo suficiente y si permitía que los trabajos se juntaran colapsaría de estrés.

—Bienvenido de nuevo al mundo, mi amor. —saludo Louis, tronando un beso en su mejilla rellenita. —¿Tienes hambre? —preguntó enseguida. Dany miro a su alrededor, un poco desorientado todavía, tallando su ojos verdes y llorosos.

Louis salió de su habitación con el pequeño en brazos directo a la cocina. Dany jugo un poco con su cabello, picoteo su oído y le dio más de un cabezazo en el corto trayecto.

—¿Qué vas a querer Dany? ¿Crees que el pollo sea buena elección? —le preguntó, sentándolo en la sillita alta. Dany golpeo el vasito de plástico, tirándolo al suelo. —Sera pollo entonces. —se contestó el mismo, agachándose para levantar el utensilio. —Mañana tenemos que despertarnos temprano otra vez Dany. —le recordó su madre, tomando el pollo del refractario.

—Mmm... —se quejó el cachorro. Fue casi como un pequeño gruñido que afloro sin dificultad. Louis alzo una ceja y miro a su pequeño.

—¿Acabas de gruñirme? —pregunto Louis atónito. Dany asintió de inmediato, sus manitas inquietas golpearon el plástico de la mesita.

—¿Y dime quien te enseño a hacer eso? —el cachorro desvió la mirada de su madre. —¿Y bien? —Dany agitó su cabecita.

Por fin el cachorro lo miro después de agitar impetuosos sus piecitos y balbuceo.

—¿Harry? —le pregunto Louis. Logro conseguir entender ese balbuceo a la perfección después de que el miércoles llegaran al salón de clases y lo gritara con vigor en la cara de su profesor.

Era un balbuceo extraño que se diferenciaba de los otros porque este iniciaba con la letra a, seguido de una d y después muchas b y l.

Dany siempre sacaba su pequeña lengua al decirlo, paseándola por todo el largo de sus labios delgaditos. Así que el conjunto de eso terminaba siendo un "Adbllb" que no decía un carajo pero que Louis aprendió a identificar como "Harry".

Porque lo repetía exactamente igual siempre que llegaban a la escuela y en diferentes momentos del día.

—Hablare seriamente con Adbllb, no es posible que te enseñe ese tipo de cosas. —Dany negó muchas veces con su cabeza, frunciendo un poco su ceño. Louis sonrió enternecido, simplemente no podía evitarlo siempre que su bebé defendía a su profesor.

Louis busco el sartén, su bebé continuo platicándole cosas, mientras su madre calentaba la cena, el omega no hacía más que contestar con palabras o sonidos indicándole a su hijo que le tomaba atención, aunque no pudiera entender el 80% de lo que decía, un 10% Louis sabía que hablaba de dinosaurios solo porque escuchaba como rugía y el 10% restante se concentraba en Harry, aunque no sabía que era lo que decía de él pues solo sabía que hablaba de él.

El omega solo esperaba que Harry solo fuese una etapa, al igual que los dinosaurios.

—🐾🐾🐾—

El alfa jugueteo con el botón de la pluma, apretándolo muchas veces con el pulgar, concentrado en el click del mecanismo del bolígrafo. Su mirada tranquila se mantenía congelada sobre los documentos tapizando la gran mesa de madera.

Tyreese se paseó al frente suyo, leyendo los documentos en voz alta, aunque Harry no escucho ni una sola palabra después de que su amigo y colega le dijera que repasarían los hechos.

Escucho la palabra omega y embarazo y su mente se bloqueó al instante. Sus pensamientos viajaron de inmediato al pequeño cachorro de ojos verdes y a su madre, de dulces ojos azules.

El mayor solo asentía por pura inercia, aunque su mente se encontrara concentrada en otra cosa, cosas sin importancia como preguntarse ¿Qué estaría haciendo Louis en ese momento? ¿Estaría bien? ¿Dany se estaría comportando bien?

Estaba muy consiente que no debía pensar ese tipo de cosas triviales cuando la palabra asesinato era mencionada más de una vez. Sin embargo, estaba un poco cansado de escuchar las mismas palabras de forma repetitiva.

El caso lo tenía grabado en su cabeza por completo. No existía detalle que haya pasado desapercibido e imaginaba que su subconsciente lo tenía muy en claro pues decidió hacer de lado la información y pensar en Louis y su embriagante aroma.

Miro las fotos sobre la mesa, los fuertes ojos marrón, la sonrisa despreocupada y el hoyuelo al costado. No supo cómo sentirse. Quiso sentirse triste o molesto, deseo sentir aquel fuego en el estómago devorar su alma, cualquier cosa que le ayudase a sentirse vivo.

No pudo encontrar sensación alguna, consiguió una decepción como cada vez que hacia el intento por buscar algo en su interior.

—Harry. —le llamo el chico de piel obscura. Harry alzo la vista tomando la mirada de su amigo. Soltó la pluma sobre la mesa y se echó para atrás, recargándose en el respaldo de la silla. Talló con insistencia sus ojos con su mano derecha, masajeando sus globos oculares sobre los parpados, fatigado.

—Terminemos con esto, por hoy. —dijo el alfa, acomodándose en el asiento.

—Debes escucharlo, Harry, es importante. —recordó Tyreese, sentándose en la orilla de la mesa y soltando el documento con la prueba documental.

—Ya lo he escuchado muchísimas veces, Ty. Estoy cansado. Pido un receso. —le comento, levantándose de la silla y tomando la foto de la mesa, girándola con brusquedad, escondiendo la imagen.

—¿Lo dejaras de lado? Es la primera pista después de dos años que tienen en tu contra y decides simplemente, ignorarlo. —Tyreese se giró un poco para observar al alfa guardar los documentos dentro de los folders de colores.

—Una prueba que no tiene solides, Tyreese. Es una completa estupidez y será descartada como todas las anteriores. —menciono despreocupado, tomando el saco colgado en la silla para después, colocarlo sobre su cuerpo.

Su amigo se alzó de la mesa, caminando hasta donde el alfa y lo tomo del hombro, mirándolo confuso.

—¿Por qué de pronto el caso de Richard te parece poca cosa? —Harry frunció el ceño irguiéndose en su lugar.

—Por supuesto que no me parece poca cosa. Pero estoy cansado. Han pasado demasiados años y esto se ha vuelto muy repetitivo. Revisar toda la información una y otra vez, descartar cada posibilidad nueva para después archivar el caso hasta que alguien recuerda algo. —Harry acomodo el saco, jalando con cuidado la tela.

—Si, es lo que hace cuando alguien va a juicio. —dijo obvio su amigo de ojos obscuros.

—Sabes, tengo un antojo. —le dijo Harry, evadiendo por completo lo que su amigo le decía. —¿Recuerdas ese lugar donde venden té con tapioca? —el alfa de mirada marrón alzo una ceja. Harry tomo el celular de la mesa junto a su cartera. Tyreese suspiro.

—Lo recuerdo, sí. —contestó dándose por vencido. No podía convencer a Harry, el alfa solía ser muy testarudo con sus decisiones y cuando se aferraba a una idea era muy difícil conseguir que la soltara. Posiblemente aquel carácter era la clave exacta para poder ejercer su profesión.

—Vamos. —alentó. Su amigo asintió y camino junto a él, cerrando la puerta a su espalda con seguro.

Caminaron hasta la plaza, dado que no estaba demasiado lejos y Harry creía que era un gasto de gasolina innecesario. Sus manos se resguardaban del frio dentro de los bolsillos de la gabardina color beige.

Durante su camino pensó demasiado en comprar un té frio. Aunque el clima le fue convenciendo de tomar algo caliente, posiblemente con leche y demasiado dulce.

Tyreese continuaba parloteando, su aliento caliente golpeando el aire frío y creando una nube de vapor frete a su boca. Sus labios se movían de forma rápida, probablemente hablaba del partido del fin de semana, pero eso Harry no lo entendió por completo pues su mirada se concentró en la vitrina a pocos pasos de su ubicación.

Harry ni siquiera se disculpó con su amigo por apartarse de pronto de su lado y camino dentro de la extraña tienda. Tyreese guardo silencio al notar como su amigo lo estaba ignorando y camino detrás de él, siguiéndolo entre los pasillos cargados de colores pastel.

Harry apretó los labios escaneando cada aparador hasta tomar entre sus manos el extraño peluche.

—¿Crees que es bonito? —le pregunto el alfa de rizos, colocando el pequeño cerdo rosado con traje verde de dinosaurio a un costado de su rostro.

—Se ve... —Ty apretó los labios, negando con la cabeza en un gesto de confusión. —Lindo. Si, combina con tus ojos color moco. —Harry alzo una ceja, su amigo suspiro porque hacer chistes frente a Harry para conseguir que sonriera era una intento que siempre terminaba en fracaso.

—No es para mí. —aclaro el alfa, quitándole el gorrito que simulaba la cabeza de dinosaurio, jugando con las orejas rosaditas del animal.

—Debí imaginarlo. Esta tienda no es un lugar que frecuentes a menudo. —contesto su amigo, girando en su eje y observando el lugar. —Todo es, demasiado blando y tierno, suficiente rosa por hoy. —comento, cruzando y descruzando sus brazos en cuestión de cancelación.

Harry volvió a colocar la capucha al peluche, observando detalladamente la tela. Buscando signos de algún error, lo apretó muchas veces, verificando que el relleno fuese seguro.

—¿Puedo preguntar para quien es? —el alfa, pareció hacer una mueca y después sonrió levemente. Tyreese quedo quieto en su lugar, parpadeo varias veces verificando que la sonrisa fuese real.

—Es para Daniel. —le contesto. —Es el cachorro de uno de mis alumnos. —conto, tomando con firmeza el animalito una vez que paso sus pruebas de seguridad como que los ojos estuviesen bordados o que las costuras fuesen resistentes.

—Un cachorro, de tu alumno, ¿hay un omega en tu clase? ¿O posiblemente es un alfa soltero? —hablo el alfa de mirada obscura, recolectando cada opción viable. Harry miro fugazmente a su amigo y negó con la cabeza, abriéndose paso por el pasillo y caminando directo a la entrada. Tyreese le siguió con la mirada inquisidora sobre su cuerpo.

—Si, es un omega. —respondió Harry una vez formado en la fila de cobro.

—Y este tal Daniel ¿es su cumpleaños? —el alfa de rizos entrecerró los ojos.

—No. —contesto conciso.

—¿Por qué le compras un peluche entonces? —Harry guardo silencio. No tenia una maldita idea de porque lo hacía. Tan solo vio el peluche e inmediatamente su mente recordó que toda la semana Daniel solo hablaba de dinosaurios y animales.

Pero no podía solo contestarle que no sabia porque sonaría demasiado estúpido, incluso un poco loco.

—Por que es algo que le debo. —le dijo. Tomando la cartera del bolsillo de su gabardina. —Le prometí un regalo solo si caminaba veinte metros, o algo así. Y lo hizo. —Tyreese sonrió gracioso.

—¿Por qué me miras así? —pregunto Harry, colocando el peluche sobre el buro, la chica tomo él cerdito, registrando el código en la computadora e indicándole a Harry cuanto pagar, el alfa sin mirarla le entrego la tarjeta.

—¿Le enseñas al cachorro de tu alumno a caminar? —el chico de piel obscura se cruzo de brazos sin borrar su risa burlona.

—¿Tiene algo de malo? —pregunto, tecleando los números en el datáfono.

—Solo que, no te imagine nunca con niños, es gracioso. Me pregunto como el pequeño no se asusta contigo. —Harry bufo, tomando la pluma que la cajera le tendía, firmando el papel. Tomo la bolsa con la compra y agradeció saliendo del lugar, con Tyreese a su costado.

—Literalmente, fue profesor en el prescolar, Ty. —el chico rio.

—Lo sé, sigue siendo algo muy increíble.

—Le agrado, es todo. —fue conciso. — Tiene una especie de recelo con los alfas, alguna fobia. Al principio creí que Louis solo lo decía solo para hacerme sentir bien o algo así. Pero comprobé que no era así, en clase solo se acerca a los betas y cuando un alfa intenta hablar con él los aleja. —Harry empujo con cuidado la puerta de cristal, adentrándose al establecimiento.

Los olores dulces se colaron por su nariz y el calor del lugar le hizo sentir muy cómodo.

—Vaya, eso si es extraño. Tu eres odioso. —Harry frunció la nariz.

—Posiblemente lo soy. —contesto su broma, sonriendo. Tyreese creyó que se encontraba en algún sueño porque no era posible que su amigo sonriera dos veces y bromeara en menos de quince minutos.

—Ese niño te hace bien al parecer. —le comento su amigo. Harry guardo silencio, sin saber a que se refería y sin querer saberlo.

Se sentaron en una mesa al fondo. Ordenando un té caliente de cajeta para Harry y uno de Matcha para Tyreese.

—¿Y su madre? ¿Le caes bien igual a él? —Harry alzo los hombros.

—No lo sé, supongo. No me permitiría cuidar de su cachorro si desconfiara de mí.

—Oh mierda. —su amigo se recargo en el respaldo del asiento. —¿Cuidas a su hijo?

—Te lo estoy diciendo, Ty. No es necesario que lo preguntes de nuevo. —Harry se exaspero, tomando una de las bolsitas de azúcar colocadas en la mesa, sintiéndose muy extraño de pronto.

—Lo lamento, lo lamento. —contesto el alfa, moviendo sus manos frente a él, incrédulo. —Es solo que es realmente extraña esta situación. ¿Por qué lo cuidas? —el alfa guardo silencio, el escalofrió recorriendo su espina dorsal de forma desagradable.

—Porque necesitaba ayuda. Y se la ofrecí, después de eso su bebé pareció no querer soltarme. —el alfa de ojos verdes apretó la bolsita de azúcar, sintiendo los granos del mismo bajo el papel. —Y no pude evitar imaginarlo a él. —Harry miro directamente a los ojos de Tyreese.

El contorno de los mismos enrojecidos. De pronto la agradable conversación se sintió turbia y melancólica, el calor del lugar no pareció suficiente para alejar el frio que le envolvió el cuerpo.

—Lo mire muy preocupado y a punto de llorar de desesperación. —Harry apretó los labios con fuerza. Tomo un largo respiro, alejando los turbelentos recuerdos. —No pude evitar pensar que si Richie se encontrara en esa situación lo apoyaría, o al menos me gustaría que alguien mas lo apoyara. —el alfa agacho la mirada, alejando el sentimiento de culpa de su cuerpo.

Tyreese le miro afligido, llevando su mano hasta el hombro de Harry en apoyo.

—No debes de sentir que es un deber moral ayudar a cada omega con hijosque veas, Harry. —el alfa respiro profundo, alzando su vista, logro evitar que las lagrimas se derramaran de sus orbes, ahora tan solo sentía el picor en los ojos y la comezón en la nariz. —Ha hemos hablado de esto y no es tu culpa, lo sabes.

—No lo es, se que no. Pero en verdad quise hacerlo. No solo porque me hiciera recordarlo es solo que... —el profesor guardo silencio cuando las palabras en su cabeza sonaron muy descabelladas. Cuando recordó que estaba hablando de su alumno.

Harry negó con la cabeza, dejando su frase en el aire y evadiendo la vista de su amigo.

El mesero se acercó colocando los vasos sobre la mesa, Harry agradeció con un susurro bajo que no estuvo seguro de que el chico pudiese escuchar. La mirada de Tyreese se mantuvo sobre él en todo momento.

El alfa tomo la pajilla, introduciéndola de forma rápida y aspirando con cuidado el liquido caliente para no lastimar su lengua o su garganta.

—¿Cuántos años tiene? —pregunto para romper el silencio. Harry mordió con fuerza la perla de tapioca negra dentro de su boca, trago la fécula con dificultad.

—Diecinueve. —se mordió la lengua con fuerza. Tyreese llevo su mano hasta su boca. Sobo su barbilla y se recargo en la mesa, pensativo.

—Wow. —dijo después de unos segundos, lo dijo bajo y más que impresión fue simple escepticismo.

Harry mordió su labio superior, soltándolo cuando frunció su nariz y sus manos comenzaron a sudar. No sabía si era por el calor de la bebida o se sentía demasiado nervioso por ello.

—Solo fue tu instinto de protección, Harry. Descuida. —el alfa asintió, convenciéndose de que así era, simple naturaleza. Un actuar completamente llano que no siempre se podía controlar. Eso era todo.

Siempre se decía eso al llegar a casa, hacia un buen trabajo con ello, se concentraba en su trabajo y no había más que eso. Pero en la noche, en la obscuridad y la soledad de su habitación no podía alejar el recuerdo de su fragancia a manzana y caramelo. Y quería pensar cualquier otra cosa, pero siempre que lo intentaba sus pensamientos se desviaban y los ojos azules le volvían a acalambrar el estómago.

Y era que su alfa, de alguna forma quería sentirlo dormir a su lado y eso descontrolaba lo que durante todo el día logro, convencerse de que no era más que ese deber moral y su idea de apaciguar la culpa que llevaba arrastrando consigo desde hace cuatro años.

Hacia tantos años que no sentía esas ganas insaciables por corresponderle a alguien, el trabajo ayudaba mucho con eso, a no pensar en que su alfa rogaba un omega.

Tenía casi treinta y su alfa estaba por cumplir cinco años sin afecto. En ocasiones le reclamo de forma dolorosa, con fuertes dolores de cabeza e incluso fuertes calenturas que casi lo envían al hospital.

Sus celos se habían vuelto insoportables, convirtiendo aquellos cinco días en un infierno fatal y aunque sabía que lo necesitaba no se atrevía a buscar a alguien, porque no tenia el maldito tiempo. Porque sus tardes eran calificaciones, evaluaciones y trabajos escolares y la noche se convertía en juicios interminables.

Ayudo demasiado los primeros años de duelo, porque su mente lograba despejarse del dolor que sufría y la perdida que sentía siempre que lo buscaba por la casa y recordaba que no podría verlo nunca más.

Pero cuando el tiempo paso y noto que había logrado alejar a todos a su alrededor por encerrarse en su burbuja protectora no pudo evitar sentirse mas solo que nunca, el único que siempre supo entenderlo fue Tyreese y por eso lo consideraba su mejor amigo y el único.

—Has ido al médico ¿no es así? —el alfa asintió, masticando las perlitas en su boca. —¿Y todo va bien? —Harry frunció los labios.

—Igual que siempre. El dolor de cabeza va a aumentar y posiblemente se sume un día a mi celo. —Harry sorbio más del líquido dulzón restándole importancia.

—Esos calores van a terminar matándote, Harry. Basta, consigue un omega cualquiera y atiéndete. —Harry gruño, frunciendo el ceño.

—Estoy demasiado ocupado para encontrar un omega.

—Es tu salud, Harry. Es importante.

—Tyreese, el día que me encuentre en una cama de hospital entonces buscare uno, mientras tanto puedo aguantar unos cuantos dolores de cabeza y un día más de celo. —le contesto golpeado, su voz rasposa y hueca dentro de su pecho hizo entender a su amigo que había dado por terminada esa conversación.

—🐾🐾🐾—

Louis bajo del autobús con la precaución necesaria para no pisar el agua en los escalones. Tomo el paraguas y lo abrió con mucha dificultad para cubrirse de la intensa lluvia que azotaba Londres.

Cargaba a Dany con su brazo derecho, sosteniendo el paraguas con la izquierda. Su bebé apenas podía observar su alrededor pues la gorrita de lana se había bajado a la mitad de sus ojos y la capucha de su chamarra cubría su vista lateral, pero se las arregló para sacar la manita del paraguas e intentar tomar las gotas de agua con ella.

—Dany mete la mano te vas a enfermar. —le dijo Louis, aunque el menor no hizo caso de ello. —Daniel, ahora. —el menor gruño como había estado haciendo desde el día anterior.

Adbllb. —articulo el menor, moviendo sus piecitos como siempre hacia siempre que mencionaban a su profesor.

—Si, Dany, lo veremos en un rato. —le dijo, intentando caminar rápido, aunque le costase trabajo pues no quería que Dany se resbalara de sus brazos.

—Te ayudo con eso. —escucho a su espalda, el paraguas fue retirado de su mano enseguida. Louis trago saliva, observando al alfa posarse a su lado.

—Gracias. —dijo, tomando con ambos brazos el cuerpo de su cachorro, aferrándolo con mas seguridad.

—¡Adbllb! —grito Dany, alzando sus pequeños brazos con dificultad, pues la chamarra esponjosa le impedía moverse con libertad. Harry alzo una ceja, divertido al observar al cachorro envuelto en demasiada tela.

—Hola, Dany. —saludo al cachorro. —Bueno días, Louis. —saludo igualmente a su alumno.

—Buenos días. —contesto, con sus mejillas tornándose rojas.

—¡Adbllb! —repitió Dany.

—Al parecer es tu nuevo nombre. —le anuncio Louis, mirando caluroso a su profesor. Harry guardo una pequeña risa.

—Así que me ha cambiado el nombre, interesante. Me gusta. —le dijo, intentado mantener estables ambos paraguas en sus manos.

—No pienso que lo haya cambiado. Es tu nombre solo que no sabe pronunciarlo bien. —Harry abrió la puerta del edificio, dándole el paso a Louis para después cerrar las sombrillas y entrar junto al omega.

—¿En verdad? —le pregunto impresionado, mirando a Dany. —¿Cómo me llamo, Dany? —cuestiono el alfa, observando la mirada verde limón del cachorro.

—Adbllb. —contesto, llenando su barbilla de saliva. Louis se mofo un poco, limpiando el fluido con la manga de su chamarra.

—Impresionante. —dijo el profesor, caminando junto a Louis. Ambos entraron al salón una vez que llegaron al aula y Louis dejo la mochila sobre una de las bancas delanteras. La clase de Harry era la única hora en la que podía sentarse al frente pues su profesor siempre se hacia cargo de Dany y no tenia que estarlo buscando por todo el suelo.

Louis se acerco hasta donde Harry, Dany balbuceando en sus brazos, haciendo burbujitas con su saliva. Harry dejo sus cosas sobre el escritorio y se giró, sentándose a la orilla del mueble, quedando a la altura de Louis.

El omega se acercó, mordisqueando su labio, Harry alzo su mano, acomodando el fleco rebelde de Louis, cosa que había hecho toda la semana pasada, algo que no le molestaba para nada a Louis.

Si podía ser sincero, el cosquilleo que dejaba en su piel el tacto del alfa le agradaba demasiado.

—Yo lamento mucho no traer tu prenda hoy es solo que, estaba lloviendo y no podía cargar con tantas cosas. —Harry le dedico una sonrisa tranquilizadora, acercando sus brazos hasta tomar a Dany de sus brazos.

El cachorro continuaba jugueteando con su saliva. Harry copio la acción de Louis de limpiar su barbilla.

—No hay problema, tráela cuando puedas, o cuando lo creas conveniente. —Louis mordió su labio avergonzado. Dando un pequeño paso al frente, acortando la distancia, tomándose la libertad de observar con mucha atención el perfil del alfa cuando este se giro para buscar dentro de la bolsita en el escritorio.

Harry volvió a su posición, mostrándole el peluche de cerdito que compro el día anterior.

—Te traje un regalo. —menciono Harry, agitando el peluche frente a él. Dany miro con emoción el cerdo, sus ojitos brillantes y bien abiertos. Balbuceo demasiadas cosas y brinco sobre la pierna de Harry, ansioso. Harry acerco el juguete hasta él y Dany lo tomo, abrazando de inmediato al cerdito.

—Harry no debías...

—Ya lo hice. —le interrumpió el alfa, alzándose de hombros. El omega frunció sus labios y miro a su cachorro, quien ya comenzaba a morder la orejita del peluche.

—Dany, no. —Louis alejo la orejita de la boca de su bebé. —Lo siento, las encías le dan mucha comezón. —Harry bufo divertido, acariciando los cabellos rubios del cachorro.

—En vez de destruir tu regalo dale las gracias a Harry, amor. —el cachorro hizo un pequeño puchero, se removió sobre la pierna de Harry, aferro sus manitas a la gabardina del profesor y se impulsó hacia arriba, plantando un beso en la mejilla del alfa, manchando con saliva su piel.

Cayo de nuevo en la pierna de Harry y agito su mano sobre sus labios, intentando quitar la comezón de que la escasa barba del alfa provocó en su rostro.

Louis rio alto, mirando a su cachorro con ternura.

—Muchas gracias, Harry, es muy bonito. —Louis conecto su mirada con la de su profesor. El alfa apretó con fuerza sus labios. Observando el precioso gesto de Louis al sonreír.

—No agradezcas, tan solo lo vi y no pude evitar acordarme él. Toda la semana me ha rugido. —Louis rio, cubriendo su boca con la mano.

El omega paro de reír, observando los profundos ojos de su profesor. Se puso una regla en casa, que era no observar sus ojos imposibles, porque siempre que lo hacia tenia unas ganas enormes de acercarse siempre cada vez más, era como si sus ojos le llamaran, como si esos mismos le hipnotizaran y no le ayudaran a pensar con claridad.

Su color era profundo y el brillo le incitaba. Aunque se coloco esa meta, siempre se sorprendía a él mismo buscando la mirada del alfa. 

Y ahí estaba, observandole con mucha atención y perdiéndose en los bellos ojos cetrinos.  

—Pense que el incomodaba era yo. —comento Harry, apartandolo de su transe. Louis se abrazó a su mismo, respirando hondo y sintiendo como el calor se propaganda por su rostro.

—¿Lo estoy haciendo ahora? —cuestiono Louis.

—No realmente. —le contesto el profesor, acomodándose en el escritorio. Louis dio un paso más al frente, quedando casi entre las piernas del hombre.

—Lo siento es que yo no, no puedo evitar... —Louis dejo que las palabras flotaran en el aire. Creando un suspenso que hizo las manos de Harry picar.  Louis exhaló aire, haciendo que el mismo golpeara los labios de Harry.

El alfa relamio sus labios sin apartar la mirada de los intensos zafiros que parecían encontrarse absortos de todo aquello que lo rodeará.

—Evitar... —insito el mayor a qué el chico terminara su frase, de igual forma acercándose al rostro de Louis sin darse cuenta.

El sonido de la puerta les hizo brincar en su lugar e inmediatamente Louis se alejó dos pasos del cuerpo de su profesor, la adrenalina se instaló en su estómago haciéndole sentir miles de mariposas desesperadas.

—Buenos días. —saludaron al mismo tiempo dos de sus compañeros que entraron tranquilos y desconociendo lo que sucedía dentro del salón.

—Buenos días. —respondieron ambos, tragando saliva después de eso y evitando mirarse.

Louis clavo su mirada en el cachorro que jugaba tranquilo con el peluche, Harry lo hizo igual. Cómo si el bebé fuese aquello que les salvaba del silencio incómodo, como ese escudo que utilizaban para protegerse del sentimiento en la boca del estómago, aquel que adormecia sus extremidades y les desconectaba la racionalidad.

Louis observo la hora en el reloj de su muñeca y beso la frente de Dany, alejándose del alfa sin decir una sola palabra.

Se sentó en su lugar sacando la pluma de la mochila, comenzando a mordisquear la parte de arriba, ansioso.

Harry comenzó a dar la clase, una clase bastante incomoda. Al menos así lo sintió Louis, porque no podia explicar o entender porque su cuerpo reaccionó de esa manera. Cómo era si quiera que su piel lograba erizarse solo con observar los ojos de su profesor, no era algo que pudiera controlar y no era algo que haya sentido antes.

Una atracción incontrolable que sabía se volvía  más fuerte con cada día. Debería hablarlo con su madre, sabía que si, eliminando unos cuantos detalles por supuesto como que Harry era su profesor, o que le rebasaba por casi diez años.

Harry igualmente se sintió incómodo, Louis pudo saberlo porque no le pregunto nada en toda la clase como solía hacer e incluso ni siquiera lo miro. Era como si el omega no estuviera presente en su clase. 

El chico no supo si agradecerlo o sentirse mal con ello. No le gustaba que Harry lo ignorara, se sentía afligido siempre que notaba como Harry evitaba mirarlo. Cosa que le preocupo aún más.

Harry continuo hablando siempre tan serio y sabio, como si no le preocupara en absoluto lo que sucedió, como si ni siquiera le importará. A Louis se le rompió el corazón de inmediato.

No debía pensar cosas estúpidas, no iba a negar que por unos minutos una idea vaga sobre algo que su madre le contó de pequeño hizo énfasis en su cabeza por unos minutos.

Jay siempre le hablo sobre las "Parejas predestinadas", básicamente, solo le explicaba que eran esas personas que por cosas del destino están destinas a encontrarse. Era la forma más cursi de ver la vida y para Louis era una leyenda porque no había conocido a nadie que le dijera que había tenido la suerte de encontrar a esa persona.

Así que se sintió muy estúpido cuando pensó en ello, tanto así que su rostro enrojeció, pero tampoco podía culparse tanto. Seguía siendo un chico tonto de diecinueve años.

Un alumno de diecinueve que comenzaba a sentirse atraído a su profesor de veintinueve. El concepto no era del todo extraño, conocía demasiados alumnos enamorados de sus profesores él no sería la excepción y al igual que todas las historias está terminaba siendo algo nulo.

Finalmente eso era Harry, su profesor. No debía pensar en nada más fuera de eso.

Se cacheteo mentalmente y decidió concentrarse en el tema de la clase, haciendo de lado el hecho de que Harry era su profesor y que se veía demasiado bien sosteniendo en brazos a su cría hiperactiva.

¿Pero como ignorar ese hecho? ¿Como hacer de lado al hombre así sin más? Para Louis ya era algo imposible porque su bebé estaba muy apegado a él. Incluso intentaba decir su nombre ¡Su maldito nombre! Dany ni siquiera había intentado decir el de Louis y ahora solo conocía el Harry, Harry, Harry.

Se perdió casi la mitad de la clase pensando que debía mantener distancia con Harry y la otra mitad releyendo las hojas que se supone habían leído en grupo que el castaño no noto porque pensaba en el alfa.

Hizo su escrito lo mejor que pudo y cuando Harry pidió entregarán el trabajó y después de eso dio permiso para salir Louis se alzó enseguida, dándole la hoja y guardando las cosas en su mochila.

Cómo siempre fue el último en el salón a pesar de guardar las cosas con apuro, tomo su mochila colgandola en su hombro y se giró acelerado solo para encontrarse de golpe con el cuerpo de Harry a su espalda y liberar un pequeño grito por el susto.

—Demonios. —maldijo Louis, llevando su mano hasta su pecho.

—¿Te encuentras bien? —cuestiono el profesor, una vez más acomodando el flequillo en la frente del omega.

—Si, solo que me asustaste. —contesto inquieto.

—No me refiero a eso. —Harry acomodo a Dany entre sus brazos. —Algo te preocupa. —Louis negó tragando saliva. La voz de Harry sonó muy pacífica.

—¿Porque lo dices? —el pecho de Louis comenzó a subir y a bajar, su respiración volviéndose irregular.

—Tu aroma, cambio. —Louis dio un corto paso hacia atrás, desequilibrado. Se aferró al pupitre detrás de él evitando caer.

Quiso buscar el cambio en su aroma, pero no encontró nada fuera de lo común. No se explicaba como era posible que Harry pudiese notarlo si ni el mismo lo hacía.

—¿Cómo sabes eso solo con mi aroma? —Harry apretó los labios, no creía que fuese correcto decirlo porque era demasiado extraño y podía notar a Louis muy nervioso. Y era algo que no deseaba, ponerlo más nervioso.

El alfa chasqueo la lengua, pensativo y se decidió finalmente a hablar.

—No solo es por tu aroma. —Louis sintió un hueco en el estómago.

—¿Entonces? —el menor se estabilizó en su lugar. El alfa se acercó, su rostro a escasos centímetros del omega.

—Solo lo... presiento. —Louis sintió sus piernas flanquear porque era completamente imposible que Harry pudiera presentir algo así.

No era posible, era una locura.

—¿Lo p-pres-ientes? —Louis quedó estático en su lugar, porque sentía que en cualquier momento que se moviera iba a vomitar pues su estómago estaba revuelto.

Respiro muy hondo y tomo a Dany de los brazos de Harry. Casi arrebatandolo de su cuerpo.
Harry se apartó de inmediato siendo consciente de su error y cerró los ojos atareado.

Dany no grito ni comenzó a llorar por alguna patética razón y enserio lo agradeció demasiado.

El omega camino a la entrada con grandes zancadas pero antes de poder salir detuvo su paso en seco cuando Harry le pregunto.

—¿Puedo llevarte a tu casa hoy?  Es un día muy lluvioso y es peligroso que lleves a Dany así en la calle. —en su mente ya había golpeado su cabeza contra la pared cien veces. 

Louis se giró de golpe. Sus ojos bien abiertos, confundidos y aunque su cerebro grito mil veces que no su boca dijo todo lo opuesto.

—Si, por supuesto. —Harry quedó helado en su lugar, no creyó que fuese a funcionar. Ni siquiera pensó que Louis frenará su paso.

—Bien, bien te veré en el estacionamiento. —Louis asintió perplejo de su decisión. El cachorro alzó su vista y se despidió con la mano de Harry de forma tranquila.

Al menos el menor ya entendía que volvería a ver a Harry y ya no hacía un drama siempre que lo alejaban de él.

Louis volvió a girarse y caminó a su siguiente clase, está vez más lento.

¿Que mierda acababa de hacer? Pareciera que a su cabeza no le importará un carajo lo que se repitió durante más de dos horas.

Era un completo fracasó.

El día fue demasiado tranquilo, Dany solamente se dedicó a presumir su nuevo peluche a toda persona que viera y la mayoría de profesores pareciera no querer estar ahí debido al clima.

Louis los comprendía, no dudaba que cualquier persona que conociera elegiría por encima su cama antes que el trabajo o la escuela o cualquier otra maldita cosa.

Nadie parecía tener ánimos de estar ahí. El único que se miraba feliz era Daniel, platicando con el cerdito y mordisqueando su oreja.

Sin enmbargo igualmente fue contagiado por el clima pues todo el día estuvo en sus brazos, no busco hacer desorden en el salón y tampoco interrumpio a sus profesores.

Cuando la última hora llego a su fin Louis había roto la mayoría de sus plumas a mordidas y seguía pensando en la posibilidad de no llegar nunca al estacionamiento y buscar cualquier buena excusa.

Pero después se encontró a él mismo caminando al punto de encuentro sin ninguna razón más que la necesidad de querer ver a su profesor.

Cuando lo miró esperando recargado sobre el capo del auto sintió un hormigueo en todo el cuerpo. Respiro con mucha calma reduciendo la sensación de éxtasis en su cuerpo y camino al auto decidido.

Harry se acomodo en su lugar, quitando con el control los seguros y caminando hasta la puerta del piloto. Louis llegó a la puerta contraria y miro al alfa.

—¿Nos vamos? —pregunto Harry, abriendo la puerta, Louis asintió, copiando su acción y subiendo al auto junto al rizado.

Los seguros se colocaron una vez que Harry encendió el auto y Louis colocó su cinturón de seguridad.

—Puedo ser muy sincero, no creí que fueras a venir. —Louis sonrió levemente.

—Yo tampoco. —le respondió igualmente sincero. —Pero a mi hijo le agradas mucho, así que bueno... —Louis no supo que más decir, porque no solo estaba ahí por Dany.

El alfa asintió casi desepcionado de sus respuestas pero no dijo mas.
Una vez que salieron del estacionamiento las gotas de lluvia golpearon los cristales apagando el silenció que les envolvía.

Harry no pudo encontrar algún tema de conversación y Louis ni siquiera pudo pensar en uno porque la fragancia de Harry se esparcía por todo el auto, embriagante y varonil.

Esta vez no pudo abrir las ventanas por la lluvia y tuvo que resignarse a sentir el pulso de su sangre aumentar a cada segundo.

Fue un viaje demasiado largo, al menos así se sintió, aunque estuvieron al menos solo quince minutos dentro.

Harry aparco frente a su edificio, golpeando con cuidado sus dedos sobre el volante y fijando su vista en el limpiaparabrisas aún encendido. 

—Bueno ammm... Muchas gracias, Harry. —dijo, decidiendo observar su rostro por primera vez en el viaje.

—No hay de que. —contesto Harry. Louis se giró un poco tomando la agarradera de la puerta.

—¿No quieres ammm ya sabes... pasar? —Harry al fin lo miró dudoso. —Podriamos tomar algún té o podría hacer algo para el almuerzo, o solo pedir una pizza no lo sé. —Louis río nervioso, acariciando la cabecita de Dany.

—Si. Esta, bien. —Louis sonrió satisfecho, soltando el aire de preocupación que retuvo. Estaba demasiado nervioso y no sabía cómo sobrellevar eso.

Solo sabía que quería pasar más tiempo con él.
Harry condujo al estacionamiento del edificio y aparco cerca del elevador.

Ambos bajaron del auto y caminaron juntos al elevador, con un Dany a punto de quedarse dormido y el par de manos sudorosas por parte de ambos.

Harry se ofreció a cargar al cachorro para que Louis pudiese buscar las llaves con facilidad, una vez ya encontradas abrió la puerta, esperando a que Harry entrara primero y bufando un poco cuando el alfa le cedió el paso.

Louis dejó la mochila sobre el sofá y cerró con mucha cautela la puerta. Se giró en su eje, sonriendo un poco y chasqueo los labios.

—Bueno bienvenido a mi hogar. —Louis alzó un poco sus brazos.

—Es lindo. —contesto simple Harry, mirando a Louis.

—Gracias. —contesto. —Te mostraré donde puedes acostarlo. —menciono el omega caminando al pasillo al lado izquierdo. Harry le siguió con Daniel ya dormido en sus brazos.

Louis abrió la puerta de su habitación.

—Puedes acostarlo en la cama. —Harry asintió, entrando al cuarto, acostando con precaución a Dany el cama matrimonial de Louis.

Una vez su cuerpecito se encontraba ahí, desató sus zapatos, retirandolos de sus piecitos para que estuviese cómodo, al igual que quitó la ostentosa chamarrita verde.

Harry giró un poco la mirada  observando la gabardina a su derecha. Louis abrió los ojos impactado y se acercó enseguida, tomado la prenda y desuniendola del montón de mantitas.

Su rostro pareció acalorarse en un punto máximo, cosa que ni evadiendo la mirada de Harry paso por alto. El alfa mordisqueó su labio inferior divertido.
—¿Hiciste un pequeño nido con mi gabardina? —Louis tosio un poco, arrastrando su pie contra el suelo.

—No es un nido, solo es algo donde... No es un nido. —dijo sin mirar a Harry. El alfa rio, acercándose con cautela a Louis.

—¿Porque? —le pregunto tranquilo. Louis tomo mucho aire, sin preocuparse por qué Harry notara que se encontraba muy nervioso y avergonzado.

—Porque tu aroma... es, es algo que tranquiliza mucho a mi bebé. —Louis alzó la mirada, conectando los zafiros con las esmeraldas cálidas que le observaban atentas. —Yo, solo me percate de que tú aroma le relajaba así que yo lo usaba para que durmiera. Funcionó mucho porque Dany solía despertar muchas veces en la noche y no lo ha hecho desde que bueno... Desde que decidí ponerle esto. —explico alzando la prenda un poco.

—¿Por eso no la devolvias? —Louis apretó los ojos, cuando Harry lo decía sonaba estúpido y demasía aprovechado.

—Tecnicamente. —contesto con el bochorno entintando su rostro. —Lo lamento, es solo que si te lo decía sonaría muy extraño.

—No tengo problema con eso, está bien. —Le aviso Harry, apaciguando la vergüenza del omega.

Se acercó a Louis rozando su mano izquierda para tomar una de las mantas sostenida en su mano.

Louis suspiro cuando la corriente eléctrica le golpeó encendiendo su sistema nervioso.

El alfa tomó la mantita entre sus manos y la estiró, tomando un extremo de la misma y comenzando a presionarla contra su fuente de aroma ubicada en cuello.

Las manos de Louis cosquillearon y sintió un mareo fuerte al percibir el aroma de Harry más intenso y puro, su corazón se hincho y le preocupo mucho que el alfa pudiese escuchar su corazón golpear su esternón.

Harry paseo la tela por todo su cuello, impregnandola con su fragancia, una vez termino con ella la doblo y tomo las otras dos que Louis sostenía y repitió los pasos.

Louis se embriago con las feromonas danzando por toda su habitación. Quedó pasmado en su lugar mordisqueando su labio.

—Listo. Ya tienes tres mantas para usar. —el menor parpadeó, mirando las telas dobladas sobre la cama. —Si es que necesitas que lo haga de nuevo una vez que se vaya el aroma puedes pedírmelo, no me molesta.

Harry se acercó hasta tomar el menton de Louis y alzarlo, obligándolo a mirarlo a los ojos. Louis entreabrio los labios, su corazón paro de latir, asintió con la cabeza.

—Gracias. —dijo bajito. Su mareo se intensificó, sus rodillas flanquearon y se sostuvo del pecho del alfa.

—¿Estás bien? —le pregunto Harry, tomando de los brazos a Louis pues su cuerpo parecía débil.

—Si, es solo, solo que... Hueles, hueles demasiado bien. —contesto. Harry río.

—Ven, salgamos de aquí antes de que te desmayes.

...

Hola, hola guapaaaas. Lo prometido es deuda y aquí tienen el capítulo cuatro.

Espero que les haya gustado mucho este capítulo.

Es la primera vez que escribo un capítulo así de largo en un solo día. Estoy orgullosa de mi. Ahre.
Enserio que me enamoró cada día más de está fic. Chale.

Muchísimas gracias por las 5 mil lecturas wow. Enserio estoy súper impresionada y me alegra mucho que traigan con mucho amor está fic. Las amo, las amo, las amo.

Si alguien desea una dedicación puede comentar aquí.

Nos leemos en un nuevo capítulo.

Espero que su noche este llena de cosas hermosísimas.

All the fucking Love.

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