—¡CAPÍTULO DIEZ!
Muerte.
Harper solo podía sentir como todas las voces en su cabeza se coordinaban en una extraña frecuencia que hacía reventar sus tímpanos: era enloquecedor. Quería que alguien le pegara un tiro y las callara a todas.
Pero la verdad era que la que gritaba en esa sala no eran ellas, era ella, su voz era escuchada por los vampiros, sorprendidos por el repentino acto de pánico y horror de la aparente humana.
Su grito habría roto un tímpano humano: lo aseguraban ciegamente los hermanos y padres, hasta dudaban en si se había llegado a escuchar en la ciudad o no. No era algo humano.
Más les sorprendió cuando la chica de cabellos castaños movió su cabeza rápidamente hacia la parte trasera de la casa, justo a la ventana con vista al bosque y sin pensarlo dos veces y ante la vista de la familia, rápidamente se arrogo hacía ella, rompiéndola en ese proceso.
Estaba como poseída.
—¿¡Harper!?— Esme fue la primera en llamar preocupada a su nueva hija.
Porque si, los Cullen ya veían a Harper como una nueva integrante de su familia, la habían visto caerse tantas veces en estas semanas, abrazar el piso como si fuera su mejor amigo, abrazar esas recaídas, que simplemente no podían negar el cariño que le habían agarrado a la chica de acento británico.
Ninguno de los vampiros dudo en seguir a la chica que se alejaba a pasos rápidos hacia en mi bosque sin importar contar con varios vidrios clavados en lo que se distinguían sus piernas.
—¡Harper! ¡Detente! ¿¡Donde vas!?— Preguntó Bella tiroteando a la chica del brazo. Más está la ignoro.
Harper no sabía lo que hacía, sus pies iban solos, su mente estaba en silencio, las voces se habían callado y parecía que su mente iba a tener el merecido descanso. No era consciente de toda la familia que la seguía, sus ojos se iban cerrando poco a poco, pero sus pies no paraban, adentrándose en el bosque.
Y cuando pensó que era el final de esta travesía, su alrededor ya no daba vueltas, todo parecía tranquilo, sus ojos no pudieron más que abrirse lo más posible, tomaba devuelta control de su propio cuerpo.
Frente a ella el cadaver de una persona. Su torso estaba totalmente abierto y algunas de sus estreñidas es de encontraban separadas de este.
Los Cullen estaban sorprendidos, horrorizados, Harper los había guiado a un muerto, a alguien que acababa de ser asesinado seguramente. ¿Cómo ella sabría donde estaba el cuerpo?
Harper logró reconocer a la mujer rubia muerta delante de ella: Dorothy McValler parecía más simpática cuando hablaba de sus amigos en la terapia para los drogadictos.
Cuando creyó que nada podía ir peor, un pequeño susurro hizo eco en su cabeza: «Bás» . Pareciera que eso irritó de sobre manera a la bruja que solo se dejó caer en sus delgadas y pequeñas piernas al pasto.
—Harper ¿Cómo tu...? —Intentó iniciar la pregunta Bella.
—Dorothy McValler estaba destinada a morir.
Fue como si le hubiera dado una cachetada, así se sintió, soltó esas palabras con tanta tosquedad que nadie se animó a volver a juzgarla en esos instantes tenían otras preguntas en su cabeza: ¿Cómo sabía el nombre de la mujer rubia?
Harper siempre había estado conectada con la muerte, ella muy dentro suyo ya lo sabia, eso ya estaba escrito.
Ella siempre había tenido estas pequeñas advertencias, premoniciones sobre la muerte, por eso era la mejor en adivinación, había soñado innumerables veces con el grim, augurio de muerte.
Solo se giro a mirar los ojos ahora negros y unos dorados de esa familia cuando unos pasos rápidos se escucharon. Lukas llegó en menos de unos segundos, había escuchado las cristaleras de su casa romperse obviamente además de no encontrar a nadie más en la casa.
Al vampiro no le costó mucho oler la sangre fresca del cuerpo, más unir los cables y saber que ahí estaría su familia y la adolescente.
Harper no sentía nada, y eso era o qué más le preocupaba ¿Cómo no sentía nada? No sentía el dolor de una perdida, el miedo de un nuevo descubrimiento o el horror de una escena desgarradora. Era un pequeño recreo antes de la tormenta, un respira todo el aire que puedas antes que te lo quitemos, y ella lo sabía.
Había anunciado la muerte de esa mujer solo con un grito, estando en distintos lugares ella había sentido la esencia de esa mujer desvanecerse en la tierra, en la vida.
—¿Podemos irnos de aquí?—preguntó todavía en el suelo la ya no aparente humana.
Los Cullen no sabían que decir, estaban con un nudo en la garganta.
—Vamos a casa y descubrimos qué pasó.— Edward ordenó.
Harper miro por última vez a la mujer, se notaba que unas garras habían roto su torso con mucha agresividad, como si fuera un animal. Solo pedía que la mujer no hubiera sufrido mucho, que hubiera sido un dolor rápido y pequeño.
Bella viendo que su hermana no se movía, se acercó a ella con la intención de ayudarla a movilizarse, siendo esta la única manera de llegar a la casa.
Entraron todos en un continuo silencio por el cristal destrozado, Harper sabía que algo había distinto en ella, además de ser bruja, algo más, sus otros compañeros no tenían esta conexión con la muerte o la nigromancia como ella. Todos en esa casa sabían que había algo anormal en la británica.
—¿Qué pasó?— Preguntó Bella a su hermana menor.
—¿Qué pasó cuando?— Harper estaba perdida.
—¿Cuando? ¡Cuando gritaste! Wow eso fue emocionante.—Emmett siempre tan cómico.
—Mmm intentaba escuchar a Emmett y a sus chistes cuando la cabeza me empezó a dar vueltas, todas susurraban cosas, todas querías algo, lo mismo, las voces en mi cabeza no se callaban... y me pedían que grite.— Lo aceptó la castaña, dudando de cientas palabras.
Era imposible salir de esa sin decir la verdad y ella lo sabía.
—¿Voces? Harper ¿Escuchas voces en tu cabeza? ¿Desde cuando?— Preguntó preocupada Bella.
Harper no quería decirlo, se negaba. No iba a aceptar las torturas diarias, eso era algo que se sufría en silencio. Quiso quedarse callada, pero era obvio que no la dejarían así, cuando alguien al parecer viendo su dolor salió a su rescate con otra pregunta.
—¿Y que te decían las voces ahora?— Lukas pregunto.
—Pareciera que hablarán en otro idioma, no era inglés ni español o Aleman, eso lo sé. Pero había palabras que se repetían mucho y hasta una que sobresalía entre todas ellas: «Bás»
Todos analizaban las palabras de la chica, pero el más inteligente fue el más joven de la familia, quien corrió escaleras arriba.
—¿A donde vas Luk?— Le pregunto Alice.
Al segundo volvió con su celular inteligente en mano. Vestía con una remera con Kurt Cobain en ella de color negro y unos jeans rotos en las rodillas de igual color, su pelo caía despreocupadamente hacia adelante, Harper no había tenido tiempo de escanearlo con la mirada, por todo lo sucedido.
—Vamos a resolver esto.— Dijo sin despegar la mirada del aparato. Tecleo algo en su celular y espero un momento.— ¿Es con tilde en la A?— Le preguntó a Harper.
—¿Qué cosa?
— «Bás» ¿Lleva tilde en la A?–Volvió a preguntar más comprensivo de que estuviera perdida. Ella asintió dudosa, algo le decía que si. El volvió a teclear algo en su celular.— Esta en Irlandés.
—¿Qué?— Preguntaron Jasper y Rosalie al mismo tiempo.
—Si, está en Irlandés, tus voces hablan en ese idioma y significa muerte.
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Pregunta: ¿Cómo están sus países con la situación de la cuarentena?
@RossieSFF