Quédate Conmigo. No huyas de...

By MirandaPuentes22

635K 40.8K 949

Una mujer que huye de una vida sentimental... Un hombre que no busca una vida sentimental... Un elevador que... More

Sinopsis
Capitulo 1. Odio los escalones
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Epilogo
Agradecimientos

Capitulo 4

19.8K 1.2K 17
By MirandaPuentes22

Cuando llego a un pasillo, me detengo y tomo aire; no podre, no podre con ese hombre. Me deja sin aliento, y parece estar jugando conmigo, intento no hacer lo que el espera, pero me equivoco, y terminando haciendo justo lo que quiere. Es la primera vez, que mi análisis no está funcionando.

¡Cálmate!, solo es un hombre, solo es tu jefe, solo debo concentrarme en mi trabajo, y mantenerlo lo más lejos de mí.   

Hablo con el supervisor de bodega y me da varias cajas. Regreso a la oficina de Angus, mientras está sacando sus pertenencias de los cajones. Estoy por interrumpirlo, cuando lo miro, esta pensativo, ni siquiera se ha dado cuenta que he entrado a su oficina.

-por fin, conseguí las cajas.- me mira y sonríe.- ¿Qué pasa?

- solo recuerdo mi primer día.- le doy las cajas y el empieza a guardar todo.

- aún faltan dos días... estas dejando este lugar limpio.

- hable con el señor Alejandro, mañana mandara a su asistente a arreglar y traer sus cosas.- mi corazón late con fuerza.

- ¿el señor Alejandro, va a venir?

- no...- y vuelvo a respirar.- creo, que tiene una junta de negocios en España y solo regresara para la boda.- asiento.- ¿Qué ocurre?

- nada.- me defiendo.

- ¿ya estas empezando a odiarlo?... aun no quito mi propuesta.

- ya dije que no me iré de aquí.- Angus se había convertido en un amigo, pero era un pésimo jefe, no quería seguir trabajando para él, ya era momento, de cambiar. No podía seguir a mi hermana, ella y yo, no nos llevamos muy bien, teníamos muchas diferencias. Y aunque sonaba una buena idea, vivir en otro País, no estaba muy segura, prefería quedarme en mi hogar.

- como quieras, pero mi propuesta seguirá en pie, aunque ya esté en España, cuando ese hombre te canse, ya sabes a donde huir.- asiento.- ahora déjame a solas, tengo muchos recuerdos con esta oficina, tengo que despedirme de ella, al menos mientras aún es como mi oficina, ya mañana, todo será un caos.   

- bien, me iré a comer.

Apenas llego a mi escritorio y suena mi teléfono, sonrió. "ni un minuto menos, ni un minuto más", contesto.

-hola, Pedro.- lo escucho resoplar.

- ¿lista para salir a comer?

- claro.

- te espero abajo.

Pedro, es mi mejor amigo en la oficina. Se me ha declarado dos veces y siempre le digo que no, antes de sus declaraciones, tuvimos una noche de sexo, pero fue un error, aun me arrepiento por ello. El, simplemente es como un hermano, me alienta y me trata bien, sin embargo, no es más que eso.

Llego a su piso, y el aparece con una enorme sonrisa, esa que me hace sonreír a mi también. Él es más alto que  yo, moreno, su cabello siempre esta despeinado, no tiene mucho de atractivo, pero sé que cualquier mujer, estaría gustosa con él.

-hola, te ves muy mal hoy- asiento- no quería ofenderte.

- no lo haces, sé que me veo mal.- sube al elevador y oprime el botón de planta baja.

- ¿Qué tal la fiesta?

- estuvo divertida.- sonrió.

- eso significa que no te divertiste, y que te la pasaste sirviéndole a tu hermana.- arrugo la nariz.

-  sí, algo así.- saca de su bolsillo, un chicle y me lo da. Siempre me da dulces.

- para el coraje.

- ¿Qué tal, tu fin de semana?

- mejor que el tuyo.- se limita a decir. Nos quedamos callados, hasta que el elevador se vuelve abrir. 

Vamos a la cafetería de la esquina, a tomar un café y comer una rosquilla. Pedro siempre me mantiene en dieta, por ser mi mejor amigo, siempre me hace comer de más, insinuando que estoy demasiado delgada, pero eso no es cierto, nunca me he considerado delgada, menos demasiado. 

-¿ya viste al nuevo jefe?- me pregunta y tengo que tragar un pedazo de rosquilla entera, por la impresión.

- sí, ya lo vi.- bajo la mirada. Pedro me observa, me conoce mejor que yo.

- ¿Qué ocurre? ¿Tan malo es?- ¿Cómo decirle a Pedro, que mi jefe me atrae?, no, nunca le haría eso, aun me es difícil, hablare de cualquier hombre, no quiero que se enoje conmigo, o le tenga celos a un hombre, con el cual no pasara nada.

- solo es orgulloso, y perfeccionista.- Arruga la nariz, imitándome.  

- ¿perfeccionista?, estamos perdidos, eso significa que nos hará trabajar.- ambos nos burlamos. Adoro los momentos así, con Pedro.

- creo que sí.- tomo algo de mi café, mientras él me observa.

- algo más te pasa, nunca estas tan callada; te estoy dando un tema de conversación, que debería hacerte hablar. ¿Qué pasa, con el nuevo jefe?

- nada, solo lo he visto un par de veces.- resopla.

- ¿un par de veces? Según lo que se, solo ha aparecido hoy por la empresa.- juego con mi rosquilla.

- fue a la fiesta de Angus, ahí lo conocí.

- ¿Qué más?- me estaba interrogando, odiaba ser cortante con él, pero no me quedaba de otra.

- y nada más, ya te dije, solo creo que es un jefe con el que voy a batallar.- asiente.

- tu solo contestas de esa manera, cuando ocultas algo. Ya no te hare preguntas, pero si ese hombre te molesta tanto, sabes que puedes contar conmigo.- toma mi mano, me toma desprevenida y la alejo, antes de que piense algo más.

- gracias.- se ve decepcionado, es mejor que vaya entendiendo que yo no quiero nada con él, salvo su amistad.

- ¿no piensas salir el viernes?

- claro que sí, es la despedida de mi hermana, así que tenemos mucho que hacer.

- yo llevare a Angus a su despedida.- no puedo dejar de reír.

- ¿te lo pidió a ti?

- me temo que sí, ya sabes que sus amigos, son gente refinada y santa. Así que me pidió, que hiciéramos algo normal, no somos muy buenos amigos, sin embargo, últimamente se ha mostrado diferente.- eso mismo decía yo. – creo, que tu hermana si lo golpeo fuerte, ella lo ha cambiado.

- sí, lo sé. Ella ha provocado, que ese hombre se convierte en un rebelde sin causa, lo ha convertido en un buen hombre. – miro por la ventana y  mi corazón deja de latir, cuando lo veo, el señor Alejandro va hacia la cafetería.  ¿Acaso tengo que verlo todo el día?

Entra a la cafetería y se ve algo perdido, pero entonces me doy cuenta que está buscando a alguien, comienzo a sentirme más pequeña en mi silla, no quiero que me vea. Pedro se da cuenta de mí extraño comportamiento y voltea hacia atrás, hasta que lo ve. Al mismo tiempo, Alejandro nos encuentra, y creo que voy a morir. Se acerca a paso rápido, nuestras miradas se encuentran y él sonríe,  creo que se burla de mí.

Esta enfrente de nosotros, Pedro lo mira, pero Alejandro ni siquiera lo toma en cuenta, su mirada sigue con la mía, sé que debo de bajarla, impedirle que me mire de esa manera, pero no soy capaz, me gusta que me mire así.

-señor Alejandro, ¿Qué hace por aquí?- por fin le hablo. Pedro se levanta de un salto y le brinda su mano.

- señor Alejandro, es un gusto conocerlo, mi nombre es Pedro Martínez.- Alejandro le presta atención y acepta su mano.

- un gusto, ¿en qué parte de la empresa elabora?

- soy de contabilidad.

- pronto iré a darles una visita.- suelta su mano y me mira de nuevo.

- señorita Cristina, fui a buscarla y me dijeron que salió a comer, no sabía que estaba con su...- espero a que diga la palabra, no quiero sacarlo de su error, eso es lo que espera y no lo voy hacer.

- soy un buen amigo, ya me gustaría ser su novio.- dice Pedro, arruinando mi diversión.- pero, siéntese.- Alejandro toma asiento a mi lado.

- ¿Qué es lo que necesita, señor?

- mi asistente me llamo, no podrá llegar mañana como me había prometido y yo mañana viajo a España, espero estar de regreso el viernes; sin embargo, hice que Angus sacara todas sus cosas de mi nuevo oficina y me vería mal, sino acomodara las mías, se enojaría mucho, dirá que lo presione para nada. Mañana mis pertenencias llegaran y quería pedirle, si usted... podría acomodarlas.- ¿yo?, eso no era algo que un jefe no te pida, sin embargo yo no conocía nada de este hombre, no sé cómo quiere ver su oficina, simplemente no quiero que piense que no tengo sentido por la decoración.

- no sé si podría, no quisiera romper nada.- de nuevo vuelve a sonreír, y a mirarme a los ojos.

- no se preocupe, nada de lo que viene es demasiado caro, son pocas cosas, solo quiero callar la boca de Angus, ¿podría hacerlo?- es mi nuevo jefe, y es mi trabajo, aunque no quiera.

- claro que sí, señor.-sostiene mi mirada, y asiente.

- se lo agradezco mucho, ahora tengo que irme, tengo un vuelo que tomar más tarde.- Alejandro se levanta, pero su mirada aun esta fija en la mía; mi pierna está temblando pero no puedo dejar de verlo.

- espere.- dice Pedro; Alejandro lo mira, y sé que al igual que a mí, se nos había olvidado que estaba ahí.- si regresa el viernes, tal vez le gustaría salir con nosotros... le voy hacer una despedida de soltero a Angus, ¿quisiera venir?- baje la mirada.

- claro que sí. Supongo que usted es la organizadora de la despedida de soltera de su hermana, ¿no es así?- me pregunta, juego con mi rosquilla.

- así es.- contesto sin mirarlo.

- eso es peligroso, un grupo de mujeres ebrias pueden hacer mucho en una noche.- se me escapa una risa y lo miro.

- es más peligroso un grupo de hombres solteros con dinero y ebrios, sueltos en la ciudad.- no hay sonrisa, no hay burla en su mirada, me mira y presiento que está enojado, pero no entiendo porque. Mira de nuevo a Pedro.

- nos vemos.- y se va.   

Ese hombre me deja sin palabras, se enoja muy rápido, es impredecible; perfecto, algo más que agregar a mi lista y a mis recordatorios, "no bromear con él". Después de esa imprevista visita, regresamos a la oficina; Pedro no intenta hablar conmigo, sabe que algo me está molestando. Cuando llego a mi escritorio, me siento más tranquila y solo pienso, que no lo volveré a ver hasta el viernes.    

 Por fin mi día está terminando, y cuando ya estoy a punto de despedirme de Angus, lo veo salir de su oficina con tres cajas en los brazos. Recuerdo como habla Alejandro de Angus, hablan como si fueran amigos, como si el pudiera pedirle lo que fuera a gritos y después reírse de ello y Angus lo tomaría como una broma. Pensé que no se conocían, pero ahora creo, que se conocen desde hace mucho. Conozco a Angus, él no hubiera recogido sus cosas tan rápidamente, porque un desconocido se lo pidiera fríamente, pero sí en cambio es un amigo el que se lo pide, es otra historia. 


:) Dios!! ¿Que tipo de hombre es Alejandro? 

Lo que mas ternurita me da es Pedro, la mayoría de las mujeres hemos tenido un amigo que nos quiere mas de lo que debería y nosotros lo sabemos, pero no sabemos como lidiar con la situación, no queremos lastimar a nadie, ¿Verdad?    

Hasta para mi es incomodo escribir del pobre de Pedro :( 

Continue Reading

You'll Also Like

96.3K 6.2K 28
Alanna Mayer siempre había tenido una vida fácil y adinerada, por lo que no había dudado ni un segundo en sacrificarla a cambio de la de su padre en...
3.6M 160K 131
Ella está completamente rota. Yo tengo la manía de querer repararlo todo. Ella es un perfecto desastre. Yo trato de estar planificada. Mi manía e...
514K 23.5K 33
¿Y así nos enamoramos no? De la persona que sabemos que no es para nosotros, de la persona que nos sacan las lágrimas pero son las únicas que pueden...