Mi Boyfriend.
Ji Hyuk ↑↑↑
El silbato resuena por todo el campo, captando la atención de todos hacia el entrenador.
Quién viste unos ridículos pantalones cortos de verde oscuro y una remera de un equipo desconocido de bádminton.
Observa a todos con detenimiento y empieza a decir. —Bien. Ya que sigo sin encontrar el mariscal de campo indicado para la liga de este año, dejaré una hoja pegada en la entrada del colegio; donde habrá una lista vacía para audiciones a ser el titular. Quién quiera inscribirse tiene todo el derecho de hacerlo, pero si no sabe que es esto y decide meterse dejaré que mi equipo les pateé sus pelotas hasta que necesiten una bolsa de hielo sobre ellos.
Lanza una mirada rápida hacia el equipo que se encuentra del otro lado de la cancha y sigue diciendo. —Esos idiotas que ven por allá son buenos en el campo, pero ninguno de ellos está capacitado a ser titular. Necesitan quien los guíe. Así que, si encuentro el titular indicado y llega a ser uno de ustedes, necesitaré que esa persona venga a todos los entremos porque los del equipo universitario, quien es madre de este miserable colegio, vendrán a entrenarlos para la liga que se aproxima. Las inscripciones iniciarán el lunes a primera hora y culminarán ese mismo día al finalizar las clases.
Un chico desconocido levanta tímidamente la mano y el entrenador le interrumpe. —No, Kevin. Tú no llegas ni a ser jugador de banqueta. — dice sin siquiera mirarlo y el chico lentamente baja la mano. —Bien, es todo por hoy. Necesito que vayan a los vestidores a cambiarse la ropa deportiva. Así que muevan el trasero.
Volvió a resonar aquel molestoso silbato y en protesta todos empezaron a dirigirse a los vestidores.
Ji Hyuk empezó a caminar junto a Byung-hee.
—Quiero inscribirme. —dice Ji Hyuk mientras limpia con su camisa el sudor de su frente.
El moreno alza las cejas. —Sabía que dirías eso. Tienes buena habilidad con el balón.
—Olvida eso, los chicos que atraería.
Byung-hee estalla en carcajadas. —¿Chicos? ¿Por qué no chicas, amigo? Porristas con mini falda.
Ji Hyuk niega con la cabeza con un abismo de sonrisa en su rostro. —Chicas no. Ni hablar.
—Creo que no estas buscando
chicos. Sino que un chico en específico. —dijo el moreno mientras abría la puerta de los vestidores. Ji Hyuk de inmediato se quita la camisa sudorosa y se dirige hacia su casillero. Byung-hee se dirige hacia las duchas y le dice a su amigo que lo espere mas de la cuenta.
Ji Hyuk está solo en el lugar.
Toma sus jeans azules y empieza a ponérselos, en ese momento un ruido se escucha por detrás y dice:
—¿Acaso eres flash para las duchas?— dice a Byung-hee mientras da media vuelta para verlo.
Pero justo en el momento en que mira hacia adelante, no es Byung-hee el que está frente a él.
TaeHyung brinca del susto y mira hacia JiHyuk, quien está con los ojos bastante abiertos al ver al pelirrojo solo cubierto por una toalla en su cintura.
TaeHyung sonríe hacia él pero JiHyuk está lo bastante aturdido como para reaccionar.
El pequeño tenía un abdomen tan plano y una cintura bastante curvilínea, su piel era blanca y se notaba tan suave, se miraba pura, sin ningún rasguño o mancha.
Y esos pezones... pequeños y deseables.
La boca del castaño se quedó seca.
—¿Estás ahí? —pregunta un Taehyung con ceño fruncido que hace reaccionar del trance al castaño.
Sin embargo no sabe que decir. —Ah... Ah, si. Por supuesto. —titubea mientras trata de hacer contacto visual con el pequeño y no dirigir su vista descaradamente hacia su cuerpo.
—Oh, por un momento creí que no estabas. —bromeó el menor soltando una risita bastante dulce para los tímpanos del castaño.
Taehyung decide seguir con lo suyo y se da media vuelta para abrir su casillero, en ese momento fue inevitable para Ji Hyuk no bajar la mirada a su trasero.
Un perfecto y maldito trasero.
Grande, redondito y bien parado.
Ji Hyuk mordió su labio y dirigió su vista hacia otro lado. Tenía que dejar de verlo de esa manera, porque si Taehyung llegase a notarlo creería de que es un enfermo. Y no solamente verlo, sino que dejar de pensar de
esa manera.
No estaba bien.
Ahorró un bufido y se arregló el cabello.
Sus pantalones empezaban a sentirse un poco ajustados y sabía que era gracias a la mas perfecta escena que estaba teniendo frente a él.
Decidió pensar sobre otra cosa.
Como en un parque, o en un helado.
O de Taehyung sentado junto a él en un parque mientras comen helado.
Taehyung lamiendo un helado.
¡Maldita sea, Ji Hyuk!
Vuelve a reaccionar, pero esta vez no es por el pelirrojo diciéndole que se ha perdido.
Sino porque se da cuenta que están solos.
Taehyung y él solos. Y en cualquier momento podría llegar Byung-hee y arruinar el momento.
Que en realidad no estaba siendo "un momento" porque ni siquiera ellos dos estaban hablando.
Ni siquiera se da cuenta cuando ve que Taehyung ya está vestido con sus ropas normales.
¿Cuándo se cambió? ¿Se cambió aquí?
Puede que no, es demasiado discreto como para que el pequeño se vistiese en público.
Pero eso no importaba ahora.
Ji Hyuk decide hablar. —Así que... ¿te inscribirás para ser titular?
Taehyung empieza a arreglar su cabello mientras se ve en el espejo de su casillero y al contestar ni siquiera se digna a verlo. —No. Creí ya haberte dicho que para este deporte no soy bueno.
Ji Hyuk se sintió estúpido. Sí, ahora lo recordaba. Y sinceramente, aunque Taehyung llegase a ser bueno, era demasiado pequeño para un deporte tan brusco como ese.
—Lo había olvidado. —dice con cierta admiración al ver al pelirrojo descomponer su cabello de forma descuidada. Se miraba tan malditamente inocente y sexy.
—No hay problema, emmm...— empieza a pensar y con un sonrojo en sus mejillas mira al castaño.
El chico entiende de inmediato. —Ji Hyuk. Es Ji Hyuk.
—Ji Hyuk. —repite, y en labios del chico el nombre se escuchaba bonito que incluso empezó a gustarle al castaño. —Lo siento, lo olvide.
—No te preocupes. —contesta anchando sus mejillas en señal de una sonrisa tímida. Aunque en realidad se sentía un poco ofendido.
—bien, mhmm yo tengo que irme.
—Oh. ¿Te vas? No. —Taehyung lo mira raro. —Digo, es decir, oh. Que te vaya bien. —Sus palabras no tienen sentido y se siente demasiado idiota.
El pelirrojo solamente asiente en duda.
—Por supuesto. —le regala una sonrisa a Ji Hyuk, de esas en las que llega a mostrar su sonrisa cuadrada y eso hace caer rendido al castaño.
Mira como empieza a caminar hacia la puerta y como se pierde su silueta al pasar por ella.
En menos de dos segundos Byung-hee entra envuelto en una toalla sobre su cintura. Mira hacia la puerta en la que el pelirrojo había salido y luego observa a Ji Hyuk.
—Quiero aprender tus tácticas de como entablar una conversación. —se burla y Ji Hyuk lo mira mal.
—Mejor cámbiate. —gruñe y toma su mochila para dirigirse hacia la salida y darle privacidad a su amigo. —Te esperaré afuera.
Byung-hee asiente pero cuando Ji Hyuk pasa la puerta y sale al campo, le es inevitable no estallar en carcajadas.
Su castaño amigo estaba jodido.
Taehyung ya estaba saliendo del colegio cuando observa la van de su novio estacionada justo enfrente de la banqueta.
Apresura su paso y ve salir al grande chico castaño, quien rodea el auto y le regala al pelirrojo una sonrisa. De esas que derriten.
Con sus jeans negros ajustados, su remera blanca de Black Sabbath y sus vans negras, hacían verlo tan
Y esas gafas de sol que hacían verlo tan caliente.
—Pequeño. —habla Jungkook mientras abre sus brazos para recibir el abrazo del menor. Taehyung corre más rápido, haciéndolo ver a la vista de Jungkook, como esos niños que corren hacía sus padres con la mochila moviéndose a sus espaldas.
Demasiado tierno.
Taehyung envuelve sus brazos en la cintura de Jungkook y éste le recibe el abrazo. Aspira el aroma de su novio, quien huele a colonia masculina.
Justo el perfume que mas encanta a Taehyung.
—Hola, Kookie. —contesta tras separarse de su novio y ponerse de puntillas para darle un corto beso al mas grande. Pero éste ni así logra alcanzarlo, así que Jungkook se inclina un poco para darle un beso.
—¿Listo para irnos?
—Listo.
El pelinegro toma la mochila de Taehyung y le abre la puerta del copiloto, el pelirrojo se adentra y cierra la puerta.
Jungkook deja la mochila de muñequitos en los asientos de atrás y camina hacia el lugar del piloto.
—Estoy emocionado. —chilla el pequeño.
Hoy viajarían a Busan. Lugar natal Jungkook, a visitar a su familia.
Les esperaba un fin de semana largo.
Y mas para Jungkook, quien a pesar de que amaba a su familia tendría que soportar como estos hablan de él enfrente de Taehyung.
Para Taehyung, esto era mas emocionante, ya que eso significaba estar en la casa de las adorables Jeon. Quién era habitado por solo mujeres, exceptuando a Jungkook y su padrastro que eran los hombres del hogar.
También significaba que le contarían mas anécdotas de la niñez de su novio y que comería las galletas de EunJi, al igual que la pasaría genial.
Si, sería un lindo fin de semana.
El viaje no se sintió tan largo.
No si se tenía a un Taehyung hablando sin parar y a un Jungkook echando bromas cada vez que podía.
Sin contar los cortos besos que le daba Jungkook al menor cada vez que paraban en un semáforo.
Cuando el pelinegro estacionó su van frente a la grande casa de color blanco ya estaban sus hermanas corriendo hacia él para recibirlo.
Así que tuvo que ponerse de rodillas sobre el pasto y recibir a toda esa manada de niñas que tenía por hermanas y las envolvió en un abrazo apretado.
Joy, quien era la mayor, salió detrás de las menores y cuando estas se separaron de su hermano para ir directo hacia el pelirrojo, ella lo abrazó.
EunJi y Ji Hoon salieron después.
—Jungkook. —llama su madre con esa radiante sonrisa que mantenía en su rostro, el pelinegro ensanchó mas su sonrisa y la envolvió entre sus brazos.
—¿Qué tal, madre?
—Muy bien y espero que ustedes igual.
Jungkook se separa y da un abrazo paternal a su padrastro. —¿Dónde está Taehyung? —pregunta su madre.
Jungkook mira hacia atrás y ve a sus hermanas aferradas al pelirrojo. Las gemelas cada una aferrándose a cada pierna, Minseo subida a su espalda y Yein apretándolo hacia ella.
Taehyung miró hacia el frente y sonrío tímido hacia su novio, pidiéndole ayuda con la mirada.
Jungkook rió, pero como siempre, sintió esa onda de pequeños celos y sobreprotección característicos de él.
—niñas del demonio, suelten a mi novio.
Estas inmediatamente lo sueltan.
Taehyung les regala una sonrisa porque él las adora sinceramente, no importa que no lo dejaran en paz cada vez que iba a casa de los Jeon. A él los niños le parecían adorables.
Jungkook estiró su mano y el pequeño la tomó, haciendo enredar sus dedos con los de su lindo novio.
Quedaban a un perfecto encaje.
Jungkook lo jaló hacia su lado y sonrió ampliamente.
—Hola EunJi. —saluda un tímido Taehyung. Su ternura encantaba a la madre de Jungkook, así que apenas lo vio y jaló a abrazar al pequeño.
No importaba cuantas veces habían
llegado a la casa, a Ji Hoon, a EunJi y obviamente las hermanas de Jungkook, siempre estarían cautivados con el novio del castaño.
Cuando se adentraron al hogar y Taehyung terminó de acomodar el equipaje que llevaba para todo el fin de semana, observó a su novio, quien estaba recostado en la cama y no había hecho nada durante todo ese tiempo.
Tenía su cabeza recostada sobre sus brazos y sus ojos cerrados.
Como si hacer nada fuera demasiado cansado.
Taehyung se cruzo de brazos —. Kookie, no has desempacado nada.— Se escucha un Mhmm desastroso de parte del castaño, como si estuviese entre dormido y despierto. Taehyung ríe y gatea por la cama hasta sentarse a horcadas entre las piernas de su novio.
Pero esta vez lleva una sonrisa pícara en su rostro, sin embargo no abre sus ojos hasta que siente como el pequeño se recuesta sobre él.
Siente el aroma de bebé del cabello de Taehyung.
Su corazón empieza a acelerársele. —, escucha eso. Tu corazón está latiendo muy rápido, ¿qué tienes? — Taehyung es tan tierno y sigue manteniendo su pizca de inocencia, una que al parecer invade mucho en él. Él no sabe que su corazón está latiendo así de rápido por él. Jungkook vuelve a sonreír y con una mano empieza a acariciar el cabello de su novio haciéndolo ronronear.
—Esto cariño, tú lo causas.
—Oh. —El pelirrojo se ruboriza intensamente y esconde la cabeza entre el pecho del pelinegro, sintiéndose como un adolescente alborotado.
Oh, esperen, es un adolescente.
Habita un silencio en la habitación, pero éste es tranquilo y nada incómodo. Jungkook empieza a acariciar el cabello de Taehyung y él ronronea de aceptación, los dedos de su novio sobre su cabeza son mágicos para él.
Sus párpados se cierran inconscientemente y se empieza a sentir cansado por el viaje.
El corazón de Jungkook sigue latiendo con la misma intensidad y su respiración es pesada y tranquila. Él sonríe, momentos así quiere repetir siempre.
—¿Pequeño? —pregunta el mayor, esta vez es Taehyung el que contesta con un mhmm y Jungkook se ríe. —eres un flojo.
—habla el que le da pereza hasta bañarse. —susurra ya el pequeño con un hilo de voz, está tan somnoliento y encantado con el sueño y su momento con su grandote.
Entonces cayó en un profundo sueño
entre los brazos de su novio, y entonces Jungkook, también se quedó dormido.