Prueba De Fuego. © |JimSu|

נכתב על ידי WuanprogOne17

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❝Ser el príncipe mimado que lo ha tenido todo, que no se ha esforzado por nada, no es algo que sea bien visto... עוד

|Antes de leer|
Capítulum zero.
Capitulum Un.
Capitulum Deux
Capitulum Trois
Capitulum Cinq

Capitulum Quatre

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JiMin quiso darle un golpe al sujeto delante de él, aún así por alguna extraña razón no lo hizo. Pero el hecho era de que le incomodaba demasiado que el tal Suga lo llevará jalando de la mano, ambos caminaban al centro del pueblo, la gente que pasaba les miraba en desaprobación, incertidumbre y repudió, algunos incluso decían cosas muy incómodas he hirientes que no hicieron más que poner a la defensiva al príncipe que no entendía del todo que sucedía y la razón por la cual Suga lo llevaba de esa manera.
No estaba bien visto que dos Alfas se tomarán de las manos, tampoco que tuvieran una relación tan cercana al punto de andar de las manitas por ahí, la sociedad parecía despreciar que existieran ese tipo de personas que no les importaba su lado receptivo, simplemente no era bien visto, aunque ya se conocieran casos.

Eran gente que solo se negaba a aceptar que el mundo cambiaba, y que la forma de pensar y razonar también iba cambiando. Y sobre todo que las personas se aceptaban tal cual era, solo que como siempre, no faltaba quien no aprobará eso.
JiMin suspiro, en gran parte porque tenía miedo de la reacción de las personas, no le gustaba que mal interpretarán sus gustos, no era un lobo desviado, mucho menos alguien que estuviera dispuesto a ser un Delta, no estaba en sus planes algo como eso.

Pero sin embargo, la mano que lo sujetaba no le molestaba del todo, tampoco es como si su lobo estuviera a la defensiva, como siempre aquel animal que vivía en su interior estaba dispuesto a estar en su contra, como ahora, donde meneaba la cola alegremente sin importarle que otro alfa tomara el control.

——Puedo caminar solo, no es necesario que me lleves como a un niño pequeño. —comento JiMin cuando escucho insultos a su persona, Suga rió de manera divertida sin darle importancia a lo que la gente dijera.

—¿Te da pena?. —le pregunto con esa misma pizca arrogante. Incluso le miró por sobre su hombro, el otro alfa le observaba con un destello de diversión y provocación, parecía bastante cómodo jodiendole los sesos.

—No está bien visto, no está bien. —contesto JiMin viéndolo mal, Suga le sonrió levemente. El rubio le soltó de la mano, en ese mismo instante JiMin sintió una punzada en su pecho. Y su lobo aulló tristemente cuando ya no hubo cercanía.

—Claro niño Alfa, las apariencias son primero. —hablo con diversión—. En todo caso te tomaba de la mano para que no te me escaparás. —aclaro moviendo las manos elegantemente—. Por si se te olvida, tienes tres monedas mías en tu poder. —el príncipe lo fulminó con la mirada.

—Eran mías antes. —le recordó con molestia.

—Tu mismo lo dijiste, eran. —recalco, el Alfa le hizo un gesto para que lo siguiera, JiMin frunció el ceño un poco, ese alfa altanero parecía divertirse en darle  órdenes. Sin más, le siguió por el pueblo, JiMin miraba todo el lugar con mucha más atención que antes, se sorprendió demasiado al ver que habían guardias civiles por casi todo el pueblo, pero estos, no parecían estar haciendo su trabajo. Incluso vio a un grupito divertirse mientras bebían.

Se supone que no debía pasar eso.

—Extraño. —susurro, en el castillo, el siempre miraba a los guardias hacer su trabajo, siendo siempre serios y al servicio del rey sin llevarle la contraria, los observaba por los pasillos, siempre en silencio, mirando a un punto vacío, carentes de emociones, pero siempre atentos a cualquier cosa. Esos guardias de ahí, eran lo contrario, unos irresponsables.

—¡Llegamos! —exclamo. JiMin dio un salto al igual que un grito del susto. Miro al frente, Suga señalaba un local comercial frente a ellos—. La panadería. —El menor se mordió los labios con nerviosismo, aún no sabía cómo le iba a hacer para conseguir pan para un mes con tan solo tres monedas de cobre—. Andando niño alfa, debemos negociar con el viejo panadero.

—¿En serio crees que vaya a aceptar?. —pregunto incrédulo.

—Así es, y tú harás que lo haga.

—Pero...

—Nada de peros, vas a hacerlo, y lo harás bien. Anda, demuestrame que eres bueno en algo. —JiMin no supo que decir al respecto, eso último que había escuchado por parte del rubio había sonado a que lo estaba animando. De alguna forma le dio a entender que creía en su capacidad y habilidad. Trago pesado, sentía que sus mejillas iban a explotar de la pena, asintió con la mirada al suelo, apretó sus manos con fuerza, su lobo movió la cola y aulló de manera inquieta.

—Bien, lo haré. —dijo con una gran confianza, esa misma confianza que había perdido hace años.

—Muy bien. —respondió el mayor dándole un empujón hacia el frente—. Ve entonces, yo me quedaré a esperar.

—¿No vendrás Conmigo?. —pregunto dudoso, no se sentía muy seguro estando tan lejos de él y eso no lograba comprenderlo. Suga negó, incluso hizo un pequeño puchero mientras apunto a la panadería.

—Le robe una vez al viejo panadero, desde esa vez, me odia. Y si me ve, seguro me mata.

—Uh, comprendo. —susurro de mala gana—. Entonces quedate aquí, regresaré en unos minutos.

—Aquí estaré. —JiMin se dio la vuelta, decidido a ir en busca de aquellos panes.—. ¡Ánimo niño Alfa, se que puedes!. —grito el rubio causando que JiMin se avergonzara cuando la gente los vio.

El príncipe suspiro calmado cuando se hayo dentro de la panadería, observó con calmesa todo su alrededor, el lugar estaba en malas condiciones, notándose así que desde hace años nadie si quiera arreglaba el letrero de la entrada, las repisas donde colocaban el producto estaba por caerse, el suelo sucio, la cocina, donde se horneaba estaba a la vista, por eso noto que también estaba en mal estado. JiMin toco la campanilla del local de la misma forma elegante como cuando llamaba a la servidumbre del castillo, espero paciente a que alguien le atendiera, no tuvo que esperar mucho solo unos cinco minutos de espera que lo volvieron ansioso y más nervioso.

Un anciano de unos sesenta años salió de la cocina, usaba un delantal viejo, tenía el ceño fruncido, se notaba que estaba bastante cansado y que se le dificultaba caminar—. Muy buenos días jovencito. —dijo el anciano de forma educada.

—Tenga usted buenos días. —respondio JiMin—. Estuve esperando a que me atendiera.

—Lamento la tardanza, no tengo quien me ayude a atender, casi nadie quiere trabajar por tan poco dinero y mucho trabajo, pero en fin ¿Que va a llevar?. —JiMin le sonrió, el anciano frente a él, era agradable, además era un Omega.

—Pues entonces es su día de suerte señor. —expreso el príncipe parándose correctamente, sonrió amablemente y le extendió su mano, la cual el panadero acepto viéndolo curioso—. Porque estoy dispuesto a trabajar por un pago muy mínimo.

—Temo que no comprendo Joven. —hablo el panadero confuso por las palabras del príncipe.

—Intento decirle, que puedo trabajar para usted a cambio que me pague con el pan que le sobre.

























Media hora después, Park JiMin llevaba en sus manos cuatro grandes bolsas llenas de panes y una radiante sonrisa en su rostro. Suga, quien jugaba con una rama en sus manos sentado en una banqueta, esperaba paciente al menor.— Volví. —dijo JiMin sin borrar su sonrisa cuando llegó a su lado.

Suga se quedó pasmado en su sitio cuando observó las bolsas de panes en manos del otro alfa— Tu... —el mayor intento decir más de algo, no supo cómo empezar a hablar— Lo lograste. —dijo por fin con una extraña emoción en su pecho.

JiMin asintió. Le extendió dos de las bolsas para que le ayudará.— Así fue, lo logré.

—¿Cómo?. —pregunto aturdido recibiendo las bolsas de panes, ambos empezaron a caminar en dirección al orfanato.

JiMin inclinó su cabeza a un lado cuando recordó como lo había logrado, se sentía feliz, orgulloso de si mismo, incluso su lobo saltaba de la alegría—. Simplemente le dije, trabajaré para usted todo el tiempo que desee, sin recibir un pago, pero a cambio, quiero que me dé todo el pan que sobre del día. —Suga le miró, perplejo y sorprendido.

—¿Y aceptó?.

—Bueno, al principio creyó que solo era un charlatán, pero, cuando notó que no mentía y gracias a que le expliqué que el pan no era para mi, si no para el orfanato pareció comprender. Solo me puso la condición de trabajar de cinco de la mañana a medio día y... —se detuvo cuando estuvieron unos metros del orfanato, miro con pena al rubio a su lado.

—¿Y? —pregunto el mayor sin entender por qué se detuvo.

—Y no quiere verte por los alrededores, esa es la condición para que haya pan.

—Mgh, suena justo. —se encogió de hombros—. Además, no es como si quisiera terminar en su horno por haberle robado. —JiMin asintió de acuerdo, Suga sonreía de la felicidad, nunca pensó que de verdad el menor lograría convencer al cascarrabias del panadero. Ni el pudo, ¿Cómo un forastero lo había logrado? Era sorprendente.— Gracias niño Alfa.

—De... nada. —hablo bajo, sus mejillas ardieron de nuevo, ambos cruzaron la entrada del orfanato. Saco de su saco las tres monedas aún en su poder, se las extendió al mayor que las recibió tímidamente— No me cobró, mejor guardalas tú, yo no puedo tener dinero en mis manos, lo gasto rápido.

—Gracias de nuevo. —dijo sincero el rubio, guardo las tres monedas en su bolsillo—. Todo esto —señalo las bolsas—, es gracias a ti y solo a ti.sintió un retorcijon de nuevo en el pecho, alguien le había dado las gracias por hacer algo tan insignificante, nadie le había dado las gracias por algo... Se había sentido lindo que se lo dijeran.

Se había sentido demasiado bien.
Jodidamente bien que alguien le diera las gracias por haberlo ayudado.





• • •

—¿Sucede algo, madre?. —pregunto seriamente el chico de hebras castañas, miro suspicaz a la mujer de edad adulta, la reina de Hylsan leía con mucha concentración una carta en sus manos, sus expresiones pasaban de molestia a odio, incluso maldijo en bajo cuando llego al final de la carta.
Ella luego se levanto del sofá que estaba en el interior de su habitación, se acercó a la chimenea donde tiro la carta para no dejar evidencia alguna de lo que fuera que tuviese escrito.

—Hijo. —dijo ella después de un largo silencio, su voz neutra con ese toque soberbio y altivo hicieron que el hijo frunciera la mirada, JiHyun siguió en la misma posición, no dijo nada.— Tendrás que hacer algo por mi. —expuso sin siquiera pedir su opinión.

—¿De qué hablas?. —pregunto inquisidor. SooRen regreso sobre sus pasos hasta estar a pocos centímetros de su hijo, con mucho cuidado lo tomo del rostro, acarició sus mejillas, ella le sonrió con cariño, incluso le besó la frente en un gesto de amor materno.

JiHyun sintió escalofríos por todo su cuerpo cuando ella le beso, miro con severidad la actitud de su madre. Sabía que algo quería.

—Quiero que busques a JiMin —la sorpresa en JiHyun no se hizo esperar ya que desde que su hermano fue exiliado, su madre no había hecho más que vanagloriarse por haber logrado hacer que sacaran al heredero del trono, ella celebraba y bebía festejando su logro—, quiero que lo encuentres y lo mates. —el príncipe se levanto de un salto cuando logró escuchar la petición de la reina, miro incrédulo y asustado a la mujer que le dio la vida. Ella le sonrió de cierta forma que incluso le dio asco.

—No haré eso, no lo haré, JiMin es mi hermano. —respondió rápidamente, el tenía sus límites. SooRen chasqueo la boca con fastidio, JiHyun también había aprendido las mañas del rey por ser alguien bastante magnánimo y comprensivo.

—JiMin no es tu hermano. —dijo ella sin emoción alguna—. Ya deja de protegerlo, ¿A caso él lo hizo alguna vez contigo?. —el menor bajo la mirada quiso responderle que si, pero recordaba que a ella eso no le importaba. Prefirió no comentar nada al respecto de la relación de su hermano y el, era mejor así, su madre no tenía que enterarse que JiMin había sido un buen hermano con el a su manera, aún cuando JiHyun lo único que hacía era tirarle comentarios agrios cada que le veía por el castillo.

Al principio lo hacía porque vio que los demás lo hacían, entre ellos destacaba más su madre que en varias ocasiones la vio gritarle y golpearle, luego, siguió haciéndolo porque empezó a sentir envidia por su hermano mayor, porque después de que JiMin cumpliera los diez años el rey empezó a cuidarlo de más, empezó a prestarle más atención a JiMin y a llevarlo a todas partes. JiHyun, bueno, el quedó al cuidado de su madre y nunca más vio a JiMin solo por el castillo, este siempre andaba escoltado por más de algún guardia. Entonces empezó a ser más hostil con su hermano, a tratarlo de manera fría y distante cada que habían presentes, aún así, Park JiMin le ignoraba o simplemente le miraba con esos extraños ojos que tenía, JiHyun sentía que su hermano le tenía lástima. Cuando él pensó que debía ser al revés, por qué el sabía que lo que su hermano más quería en el mundo no era ser él rey, si no el cariño de su madre. Pero aún con todo eso, la reina lo repudiada y a JiHyun lo amaba, y cuanto adoraba restregarle en la cara al mayor que él era el preferido de mamá.
Sin embargo, JiMin seguía siendo el consentido de papá y al cual le darían el trono sin importar nada. JiMin siempre estaba por encima de el, aún con toda su mala reputación en el reino, JiMin siempre sería mejor que él en algo y sin importar, su hermano mayor siempre parecía dispuesto a ayudarle. “Por que eres mi hermano” le había respondido JiMin en una ocasión cuando JiHyun le había dado un puñetazo porque estaba celoso que su padre le pusiera más atención. Sin embargo, el mayor no levanto ni un solo músculo, mantuvo la mirada fría y distante de siempre. Ojala te mueras algún día, hermano” le respondió en su lugar JiHyun, se había sentido humillado por aquellas palabras.

Desde ese día, evitó a toda costa estar cerca del príncipe heredero. Esa fue la razón por la cual estuvo de acuerdo con el plan de su madre de sacarlo del castillo, sin embargo, asesinar a JiMin, eso ya era algo en lo que él no estaba dispuesto a participar.

—No, pero sigue siendo mi hermano. —contesto con la voz estrangulada, SooRen le tomo de las manos obligándolo a que la viera.

Pero el te quitará el trono, ¿Un hermano haría eso?.  —pregunto la mujer con una mirada de tristeza falsa, acarició la mejilla de su hijo— Hago todo esto por ti JiHyun, he hecho todo esto por ti. —el menor se alejó bruscamente de la reina, le miró retador.

—Acepta que has perdido madre, tu plan de sacar a JiMin del castillo funcionó, pero no te funcionó hacer que padre cambiará de opinión, para él JiMin es el único que debe heredar el trono. Él estuvo como siempre un paso delante, ya basta, deja las cosas como están. —reto de manera sería, la reina estaba consternada por la actitud del hijo— Descansa madre. —hablo el castaño dándose la vuelta para salir de la habitación de la reina.

—A tu padre le gustará mucho saber que tu estuviste de acuerdo con sacar a JiMin del castillo. —sus pasos se detuvieron, miro por sobre su hombro a la mujer castaña, ella le regaló una sonrisa retadora, JiHyun gruñó en advertencia iba a seguir con su camino hasta que:— También le gustará saber que fuiste tú quien ordenó aquel ataque a las islas costeras, un ataque que el no ordenó, un ataque donde murieron varios inocentes. ¿Cómo crees que reaccione tu padre al saber que su hijo, el siempre correcto y justo Park JiHyun es el culpable de esas muertes que tanto dolor trajo al reino?. —el príncipe menor del reino del Hylsan se heló en su lugar, su cuerpo estaba paralizado, no podía creer que su madre le estuviera amenazando.

Y el que había hecho tanto por ella, siempre siendo el hijo perfecto de mamá, aún cuando no era correcto estuvo de su lado, porque él creía, tontamente que su mamá le quería, siempre aplicado y obediente para ella, haciéndola sentir orgullosa, olvidándose de si mismo, viviendo para alguien más desde que era un cachorro. El miedo a ser también rechazado por su madre le asustaba, no quería sufrir como su hermano mayor, no quería terminar solo en la vida como JiMin.

¿Qué clase de madre eres?. —repudio la risa de la mujer, la repudio con todo su ser. La miró a los ojos, no se dio el derecho de llorar, no lo hizo—. Aquel ataque lo ordene por qué tú me lo pediste, porque dijiste que era lo correcto. Si yo caigo, tu caerás conmigo, nos hundiremos juntos.

—Oh mi pequeño JiHyun, yo ya estoy hundida, lo he estado desde hace mucho, mucho tiempo. A Heechul no le importará saber que yo también forme parte, a él lo único que le importara es hacerte pagar por desobedecerlo, por pasar por sobre de él aún siendo solo el príncipe.

—No te atreverías, no lo harías. —reto el.

—Tu padre te perdonaría un error así de grave si fueras el verdadero heredero del trono... Pero no eres JiMin, ¿Verdad?. —trago pesado, no quería sufrir un castigo por parte de su padre, no soportaría la vergüenza y humillación de ser castigado por su progenitor. Él no era como JiMin, no sería la vergüenza de su familia.

—¿Qué tengo que hacer?. —se escucho preguntar con el miedo en su cuerpo siendo el único detonante de aquella pregunta.









• • •

—No lo puedo creer. —hablo un muy sorprendido HoSeok, miraba como Suga y el alfa de cabellera plateada de nombre JiMin sacaban y sacaban panes de aquellas bolsas—. Por favor, díganme qué no han robado esto. —Suga rió de manera divertida, JungKook quien comía también rió, sin embargo JiMin se puso muy nervioso, jugó con sus manos a la vez que dijo:

—No hemos robado, llegue a un acuerdo con el panadero para recibir todo esto. —explico de manera educada. HoSeok le miró sospechoso.

—¿Qué trato?.

JiMin sonrió nervioso, miro al rubio a su lado para después mirar al omega delante de él—. Solo debo ayudarlo todos los días hasta medio día en la panadería, nada más.

—¿Solo eso?. —se cruzó de brazos con la ceja alzada, JiMin asintió un tanto apenado.

—Es lo menos que puedo hacer por ustedes. Por dejar que me quedé aquí. —susurro, aún así fue escuchado por el trío de hermanos.

—Bueno, supongo que tienes razón. Pero eso sí, no quiero problemas, suficiente tuvimos con lo de hace unas semanas, no se me ha olvidado. —reitero el castaño, Suga rodó los ojos fastidiado por ese tema—. En todo caso, si te vas a quedar debes ayudar también, bueno lo haces ya, pero quiero decir que debes ayudarnos también en el orfanato.

—Uh, bueno. —hablo cohibido. JiMin se armó de valor para también decir:— Yo solo, bueno quiero pedir algo.

—¿Qué cosa niño Alfa? —pregunto aburrido el rubio. JiMin ignoro a Suga, él solo miro con ojos de cachorro al castaño.

—Ya no quiero dormir en el establo. Si sigo durmiendo en ese lugar terminaré por ser asesinado por la mula.—hablo con la cara ardiendo de la vergüenza— Puedo dormir en el piso del comedor, pero no en el establo. Por favor. —HoSeok miro sorprendido la petición del más chico, fulminó con la mirada a su hermano.

—Suga —murmuro con una voz demasiado pesada, el nombrado se encogió en su lugar, evitando a toda costa la mirada severa del castaño—. ¡¿Le has hecho dormir en el establo?!. —grito despavorido, JungKook tomo una rebanada de pan dispuesto a huir— ¡JungKook, ¿Tú lo sabías?!.

—En mi defensa yo le dije que no lo hiciera, pero ya sabes cómo es el de necio. —hablo con rapidez el más pequeño. JiMin no supo que hacer, se quedó callado y quietecito en su banquito mirando como HoSeok correteaba por toda la cocina a Suga y a JungKook con una escoba en mano—. ¡Y que quede claro que no voy a permitir este tipo de tratos!.

—¡Debes entender que no confiaba en el, ah era un desconocido no iba a poner a nadie en peligro!.

—¡Ay por favor Suga, si a kilómetros se nota que el niño no mata ni una mosca!. —se ofendió un poco por el comentario de HoSeok.

—¡Pero ahh, no me pegues joder soy el mayor respetame! ¡Se supone que soy un Alfa y debes respetarme!.

—¡El respeto se gana ojete! —recalco—. Como sea —menciono más calmado después de haberles golpeado con la escoba—, JiMin dormirá en la casa, no es un animal para dormir en el establo.

—Nuestros antepasados dormían a la intemperie. —menciono JungKook, HoSeok le miró retador— Ya, mejor me callo.

—Puedes dormir dentro, compartirás habitación con Suga porque es la única que tiene una cama libre.

—¡No, ¿Por qué en mi habitación?! —se quejo el rubio.

—Es lo mínimo que puedes hacer por el después de haberle robado, de haberlo hecho dormir en el establo y además, se lo merece por haber conseguido todo este alimento para nosotros. —el Alfa pataleo con molestia, no quería compartir su habitación, era su templo sagrado, el lugar más importante para el, no quería que su aroma de mezclará con el aroma de otro alfa. Frunció el ceño mirando como JiMin parecía nervioso sin saber que hacer, bufo de mala manera ante la severa mirada de su hermano.

—Esta bien, que duerma en mi habitación. Puf, ni que la mula pateara tanto.

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..........................(1)....
Corregido.
Siguiente capítulo: la próxima semana.

המשך קריאה

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