—¡Oye! —Ashley saludó a Parker desde el otro lado de uno de los pasillos de la torre. Ella estaba junto con Happy, recién llegaban de la biblioteca local, que se había convertido en uno de los lugares favoritos de Ashley fuera de la Torre.
—¡Hey, Ash! —se quitó los audífonos y la alcanzó, extrañado de ver a Happy y Ashley ese día, no solía encontrarse con nadie que no fuera un vengador en esa parte del lugar —¡Happy! ¿Qué tal?
La noche anterior se la había pasado investigando hasta tarde a un nuevo delincuente, del cual ya le había informado a Hogan. Este le hizo una seña con su mano para que se callara, no querían tratar esos asuntos frente a la menor.
—Es bueno verte, Peter.
—¿Cómo han estado? —preguntó, Happy solo sonrió un poco, y Ashley lo abrazó.
—Te extraño, Parker.
—¿Desde cuándo soy Parker para ti? —bromeó con ella, agachándose a su altura y devolviéndole el abrazo.
—Desde que mi hermana se fue a trabajar —respondió con sencillez.
El castaño recibió una mirada de Happy, la cual no sabía si traducirla a un "Cállate, por favor" o "Ni siquiera preguntes".
—En realidad, tengo que preguntarte algo.
—¿Sobre ella? —su tono había cambiado a uno mas serio.
—¿Qué? No Ash, mira... —rascó su nuca con nerviosismo —¿Recuerdas lo que me contaste de un pájaro enorme, cuando te quedabas en la biblioteca con mi tía May?
—Sí, fue con Hugo —murmuró ella.
Happy los veía con algo de tristeza, decidió no interferir porque, además de que era muy tarde para hacerlo, él sabía que Ashley de verdad extrañaba a Peter, Hugo y Alejandra.
—¿Cómo era? —le preguntó Peter sutilmente interesado.
—En ese entonces, le dije que era un pájaro, pero Hugo creyó que era un hombre, no recuerdo mucho... —admitió conflictuada.
—Oh, entiendo pequeña.
—¿Por qué?
—Hace unos días recordé eso, no es nada especial —miró a Happy mientras lo decía, esperando que el captara el mensaje.
Era más que especial, Peter había estado tratando que Stark lo escuchara al respecto, estaban ocurriendo cosas raras en las calles, las armas alienígenas volvían a aparecer y eso representaba un serio peligro para la ciudad.
—¿Estás seguro? —le preguntó Happy cuando él se incorporó a su altura normal.
—Completamente —le contestó, manteniendo su mirada.
—¿Te veré después? —le preguntó Ashley a Peter mientras abrazaba sus piernas.
—Espero que sí, Ash.
—Le diré a Tadashi que me avise cuando vengas a la torre —murmuró emocionada.
Si la IA le decía a Ashley, también le diría Alex.
—Bueno, creo que eso no se podrá. Recuerda que yo ya no uso a Tadashi —le explicó Peter, tratando nuevamente, de obtener la ayuda de Happy.
—Encontraré la manera —ideó la menor, ponía la misma cara que hacía Alex cuando se le ocurría algo. De algún lado habría tenido que aprender a ser terca.
—Haremos lo siguiente, de ahora en adelante, cuando venga a la torre, preguntaré por ti hasta verte ¿De acuerdo? —le preguntó y ella asintió frenéticamente.
Él sabía que eso no podía pasar más de dos veces, pero no podía dejar así nada más a Ashley, la niña había pasado mucho en el último año, y él la percibía como alguien parte de la familia que había perdido.
—Por cierto, Alex dejó su invento de Ciencias a mi cargo, por si quieres tenerlo.
—Deberías poner más atención en lo que te dijo Peter —le murmuró Ashley a Tony.
Ambos estaban bastante somnolientos, se habían desvelado viendo películas, él indicó que la proyección terminara, decidiendo que ya era hora de dormir..
—Hago lo que puedo Ash —contestó de igual manera, pues Happy ya le había informado de lo ocurrido.
Spiderman se había involucrado en un enfrentamiento con El Buitre, el cual habría terminado en tragedia de no ser por la intervención de Iron Man. La pelea había terminado, con el traficante de armas fugándose después de partir uno de los Ferrys a la mitad con una de sus armas.
Peter había conseguido con mucho esfuerzo mantener la estructura unida con telaraña, pero no fue hasta que Tony lo arregló con artefactos que su armadura contenía.
El adolescente se dirigió a la azotea de un gran edificio que se mantenía en la bahía, esperando que su jefe se presentara después de encaminar el Ferry a tierra firme. Peter se quitó la máscara en cuanto vió como la armadura se dirigía a él.
—En el episodio anterior de "Regando la popó con Peter", te dije que dejaras esto —el joven regresó la mirada al paisaje, no estaba de humor para el sarcasmo de su mentor —Pero no, hackeaste un traje de millones de dólares para poder ir a mis espaldas a hacer la única cosa que te dije que no hicieras.
—¿Todos están bien? —preguntó sin voltear a verlo, aún le daba la espalda y eso solo hacía que Stark se desesperara aún más.
—No, gracias a ti.
—¿No, Gracias a mi? —le preguntó Peter en el mismo tono amargo, fue cuando se dio la vuelta y encaró a la armadura que seguía volando —Esas armas están en las calles y traté de decirle pero no quiso hacer caso —alzó la voz mientras agitaba sus manos —Esto no habría pasado si tan solo me hubiera hecho caso —resopló viendo el casco de la armadura, recordando lo distante que Stark se había comportado con él últimamente —Si de verdad le interesara estaría aquí.
La sorpresa marcó el rostro de Peter cuando la armadura se abrió en el aire y dejó que Tony saliera de ella, él se acomodó su saco mientras se dirigía al pobre héroe —Sí te hice caso —le replicó con firmeza mientras caminaba lentamente y Peter retrocedía —¿Quién crees que llamó al FBI, eh? Yo fui el único que te tuvo confianza, todos los demás me dijeron loco por reclutar a un niño de quince años.
—Tengo quince —lo corrigió Parker, acabando con la paciencia de Stark.
—No. Aquí es donde cierras el pico y el adulto habla —le apuntó furiosamente, intimidando con su porte —Dime niño ¿Y si alguien hubiera muerto? ¿Sería otra historia, no? Solamente sería culpa tuya.
Ambos permanecieron en silencio un segundo, el arácnido no esperaba que él usara esa carta, no después de saber cuánto le había afectado la pérdida de Hugo meses atrás.
—Y si murieras tú, entonces sería culpa mía. No quiero eso en mi conciencia —le entregó a Peter una de las miradas más frías que podía procesar.
Y el hombre no mentía, lo último que podría sufrir sería la muerte de otro joven a su cargo.
—Sí señor, yo no quería, perdón —Stark interrumpió el balbuceo de Peter con un resoplido de angustia.
—Un perdón no alcanza.
—Lo entiendo —el joven contenía sus ganas de llorar, la situación ya lo estaba sobrepasando —Es que yo solo quería ser como usted.
—Y yo quería que fueras mejor —no pudieron sostener la mirada del otro, mientras que Tony se sentía incómodo con todo lo que ocurría, Peter solo podía pensar en cómo había destruido parte de lo que había trabajado mucho para conseguir —De acuerdo, ya que no resultó, devuélveme mi traje.
—¿Hasta cuando? —le preguntó incrédulo.
—Para siempre.
—No, señor Stark, yo...
—Así son las cosas Parker —determinó autoritariamente, viendo como Peter perdía la compostura.
—Señor Stark, no lo entiende —su balbuceo atropellaba lo que quería decir—Esto es todo lo que tengo, yo no soy nada sin el traje.
—Si no eres nada sin el traje, no te lo mereces ¿Okay? —dijo mientras presionaba su muñeca izquierda —Ay, ahora sueno a mi padre
—No tengo más ropa conmigo.
—Sí, creo que se me ocurre algo —dijo con simpleza mientras sacaba su teléfono.
Parker había tenido que recorrer una buena parte de la ciudad por su cuenta, estaba devastado y se sentía humillado, ni siquiera quería llegar a la casa de su tía.
Cuando por fin se animó, ella estaba enloquecida y visiblemente furiosa.
—Hola —murmuró, esperando que su tía comenzara a gritarle por toda la preocupación que le había provocado. Ella solamente resopló y ambos pasaron a la sala, mientras ella estaba frenética, él estaba cabizbajo.
—Te llamé todo el día y no respondiste el teléfono, no me hagas eso —comenzó a gritarle mientras lo apuntaba, la mujer estaba hecha un manojo de nervios —Y luego vi lo del ferry, y todo... —Peter se sintió culpable al ver el estado en el que su tía se encontraba, pero ella no lo dejaba hablar —Llamé a cinco estaciones de Policía, llamé a Ned, a la Madre de Hugo, a Delmar.
—May estoy bien, ya relájate —murmuró lo más bajo que pudo, ella solo lo vio furiosa con los ojos llenos de lágrimas.
—¿Sabes lo que sentí? —le preguntó ella en un chillido.
—Estoy bien —insistió Peter, tratando de acercarse a ella.
—Sin estupideces —le ordenó cuando lo apuntó nuevamente —Sé que te fuiste del castigo, del decathlon en Washington, sé que sales de la casa todas las noches —resopló, sacándose el cabello de la cara —Creía que era por Alex, pero sigues haciéndolo, eso no se hace —le dijo entre pausas —¡Peter, tienes que decirme qué está sucediendo!
—Perdí la pasantía en Stark —soltó abruptamente, sentándose en el sillón de la sala.
—¿Qué? —su semblante dejó de ser frenético al recapacitar en cómo lucía su sobrino —Dime qué pasó.
—Es que creí que si trabajaba duro... —la voz del muchacho se quebró, trataba de detener sus propias ganas de llorar —Creí que, él iba, pero... Lo arruiné.
—Está bien cielo, está bien... —May lo abrazó aún estando de pie, podía sentir como su ropa se empapaba ligeramente por las lágrimas de su Peter.
—Era algo muy importante.
—Pero nada que arruine la vida —le dijo como consuelo, él solo dejó caer sus hombros.
—Sí, ya sé.
—Yo también llegué a salir a escondidas —soltó, haciendo que Peter solo sonriera como una mueca.
—Hueles feo, ve a bañarte —dijo ya con la seguridad de que él ya estaba en casa —Haré la cena y tendremos una charla —Peter asintió y se dirigió a su habitación, no podía sentirse peor.
—Entonces ¿No has sabido nada de ella? —le preguntó May refiriéndose a Alex mientras seguían comiendo la lasagna que ella había preparado días atrás.
—Solo ha subido publicaciones de su pasantía, nada más —contestó cortante.
—¿Ned y tu irán al baile? Falta poco.
—Creo que invitaré a Liz Allen —soltó Peter, causando sorpresa en su tía.
La mujer lo había visto pasar por un corazón roto hasta hace un par de semanas, no esperaba en absoluto esa respuesta.
—Pero ¿Que no te odiaba por no haber llegado al decathlon? —le preguntó con sutileza, la excusa de "haberse quedado dormido y después varado en el tráfico" le parecía una total basura.
—Algo así... Pero, ya sabes, me agrada y creo que es igual —explicó sin demostrar mucho interés.
—¿Enserio? No te veo muy emocionado por eso —él decidió callar y siguió comiendo —Cielo, si me lo permites, creo que estás avanzando muy rápido.
—¿Y eso está mal? —preguntó de mala gana.
—Peter, entendí tu enamoramiento con Alex, aunque era algo extraño, ambos se entendían y se apoyaban —recordó con una sonrisa —Pero... ¿Liz? Cielo, las chicas no son objetos.
El Búnker
—¿Por qué tan callada? —le preguntó Carlos a su hija, ambos estaban desayunando.
Desde lo de María y Alex, Carlos se levantaba temprano todos los fines de semana, solo para hacerle Hot Cakes a su hija, se sentía en deuda con ella. Alejandra se desesperaba los fines de semana debido a la falta de cosas por hacer, no le gustaba estar desocupada en ese lugar.
—Solo tengo sueño —mintió y después se comió un gran bocado, tratando de evitar la conversación.
—Elizabeth es la empática que lee emociones, pero yo no soy ciego —ella solo entrecerró sus ojos juzgandolo, él rió divertido —¿Qué te tiene tan pensativa?
—No es nada, tengo sueño —Alejandra habló con la boca llena y su padre aprovechó para robarle una rodaja de plátano —¡Hey! Eso es mío.
Su padre hizo círculos con el tenedor que tenía la rodaja, burlándose de su hija.
—Tu haces una grosería, yo hago otra —le reclamó y comió su rodaja.
—¿Es por lo de la boca llena o porque no quiero decirte lo que estoy pensando?
—Honestamente, ambas —los dos compartieron una sonrisa sarcástica.
—No quiero hablar de lo que está pasando en mi cabeza —admitió ella y le dió un profundo trago a su leche con chocolate —No me siento cómoda.
—¿Por mí o por el tema?
—Honestamente, ambas —los dos compartieron otra sonrisa sarcástica.
—Tenemos que trabajar en eso hija, sé que no es fácil para ti. Pero realmente tampoco lo es para mí, me perdí varios meses de tu vida, varias etapas importantes —recordó frustrado, era obvio que nunca se iban a recuperar por completo de todo lo que había ocurrido.
—Bueno, tampoco es como que tengas mucho que decirme Papá, realmente quien tiene cosas que contar soy yo, eso me hace sentir expuesta —fue complicado para ella reconocer eso, su padre había terminado su desayuno y ahora tenía su completa atención en ella.
—Realmente no tengo idea de qué puedo hacer para cambiar eso... —murmuró, dejando a su hija terminar su desayuno en paz —Saldré un momento —anunció poniéndose la máscara holográfica, que hacía que su aspecto fuera diferente, se la ponía por mera precaución.
—¿No crees que es exagerado usar esto, sabiendo que estamos en un lugar poco fácil de localizar? —le preguntó Alex a su padre mientras se rascaba la barbilla, el velo de su máscara le causaba comezón.
—Sí, pero también es demasiado ingenuo no usarlo.
La adolescente solo asintió ladeando su cabeza, él tenía un muy buen punto.
—Hace unos días recibí un mensaje de Peter, siento que debería buscarlo en persona y pedirle perdón —soltó ella, causando sorpresa en Carlos.
—¿Por tu decisión? —preguntó extrañado, ambos comenzaron a caminar, alejándose un poco de su casa. Ella negó, pero él no decidió insistir.
—Por la forma en que terminaron las cosas —replicó unos cuantos metros después, se dirigían a una especie de laguna que había en el lugar.
—Ah, menos mal —ambos sonrieron un poco, ella se colgó del brazo de su padre.
—No tengo por qué disculparme por mis decisiones, aunque sea muy arrogante de mi parte.
Y sí lo era, pero hasta cierto punto no se retractaba. Su decisión había sido apurada pero muy bien pensada, dentro de su mismo egoísmo, albergaba la seguridad de muchas otras personas.
—Siempre te lo he dicho hija, no debes pedir perdón por ser quien eres —ambos hicieron una pausa, y se sentaron en el suelo, necesitaban un cambio de ambiente —Me alegra que por fin, lo hayas entendido.