Amando la Muerte ✓

By gabbycrys

884K 77.2K 17.7K

Cuando sus mundos colisionan, la rareza de un ángel con alas negras y una humana que ve a los muertos se vuel... More

Advertencia
01
02
03
04
05
06
07
08
09
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
Seduciendo la Rebelión

26

15.8K 1.8K 407
By gabbycrys


RAISA

Prince...

El agonizante gato descansa junto a mí. Le es difícil respirar, casi tanto como a mí.

Sin un ápice de duda o temor, acerco la mano a su cabeza, él la mueve, acercándola un poco a mí, inclinándola con dificultad, como si esos tres segundos de consciencia hubieran sido suficientes para sentirme, para saber que estoy aquí, tratando de llegar a él.

En efecto, aquí estoy, en un intento desesperado por entender a qué se deben estos sentimientos que han despertado junto conmigo.

Prince.

Su melena oscura es suave y sedosa, se siente bien.

Y como si fuera capaz de escuchar mis pensamientos, abre los ojos. Con mucho esfuerzo los deja abiertos durante dos breves segundos, poco antes de cerrarlos y emanar un largo suspiro.

De pronto siento que quiero echarme a llorar. Mi pecho duele. Siento un nudo en la garganta indescriptible, como si estuvieran arrancando una parte de mí.

—¿Qué ocurrió? —Mi voz es un susurro quebrado.

Los contemplo a todos, sin miedo ni inseguridad.

Es extraño.

Pero de pronto estoy recordando todo eso que soñé, lo mucho que me gustaba dibujar de pequeña. Un enigma porque, sé bien, es normal no tener recuerdos de los primeros cinco años de vida, pero siempre pensé que por lo menos debe haber algo, cualquier mínima ráfaga de memoria que hubiera marcado una gran etapa de vida.

Muchas veces pensé cuán extraño era haber olvidado la supuesta muerte de mis padres, pero ahora empiezo a tener grandes sospechas de que probablemente, aquello nunca ocurrió.

Eso es lo que no tenía, un recuerdo que me pusiera a debatir sobre por qué de repente empezaron a sucederme tantas cosas extrañas, por qué mi mundo estaba tan de cabeza desde el principio.

Pero en ese sueño lúcido de hace poco, pude verme dibujando en hojas de papel. Los dibujaba a ellos, a mis cuatro compañeros. Es lo único que hacía. Por mi seguridad, no podía hacer nada más que permanecer sentada junto a papá.

Si bien lo parece, jamás me sentí sola, porque los tenía conmigo todo el tiempo. Aunque antes solía llamarlos de otra manera, pero eso ya no lo recuerdo. Se trataban del único regalo de mamá, pues de ella no tengo memorias, no tenía permitido estar ahí abajo con nosotros.

—Ángeles. Le han estado dando caza últimamente —aclara Drac.

—Tarde o temprano iban a enterarse de que ese hotel es suyo. Fue una idea arriesgada y muy estúpida —reniega River.

—¿De qué hablas? —pregunto.

—Prince lo hizo para cuidarte porque no podíamos estar todo el tiempo físicamente, por esos ángeles que te acompañan. Indirectamente les ofreció techo a ti y a...

Leire.

—Ustedes realmente son... —No sé cómo llamarlos, pero ellos parecen saber a qué me refiero, porque al menos River asiente con la cabeza y luce bastante aliviado—. Entonces, todo es cierto.

—De principio a fin.

—Pueden estar envenenando tu mente —advierte Scott—. Puede que nada sea cierto. Puede que tan solo sea un engaño.

—Nadie pidió tu opinión. —River sentencia.

—Me importa poco si te afecta.

—Basta —pido—. ¿Qué debo hacer para ayudar a Prince? —le pregunto a Drac, quien parece ser el más sensato de todos aquí.

—¿Estás loca? —Scott parece estar entrando en desesperación.

—Sé que no puedo confiar en ellos, no del todo, pero Prince me ha salvado muchas veces. Siempre ha estado conmigo. ¿Puedes siquiera intentar entender?

—Haces lo que ellos quieren.

—La supervivencia del más apto, ¿recuerdas?

Mis palabras lo toman por sorpresa, creo que hasta lo hieren, de eso no estoy muy segura, porque el enfado se tercia en su rostro. Pero lo importante es que guarda silencio y aprieta la mandíbula mientras retrocede hasta la pared, dándose por vencido.

—Lo siento, pero no puedo dejarlo morir.

Scott pierde la vista en la ventana junto a él. No está contento. Debo pensar luego en cómo solucionar las cosas con él, pero presiento que no será nada fácil.

—No estamos seguros de cómo funciona, pero tiene que ver con algo de los humanos. —La explicación de River no sirve de mucho.

—¿Qué es eso? —pregunto.

—Poder de convicción. Tan solo un humano lo conoce bien. Debes querer salvarlo con tanta intensidad, que hasta bien podrías ser capaz de dar tu propia vida.

—Es una estupidez —suelta Scott con fastidio.

Estoy segura de lo que pienso y siento. Pese a su difícil carácter, no deseo que Prince muera. No podría desearle la muerte a nadie, pero sobre todo, al único que ha hecho hasta lo imposible por hacerme enfadar, quien ha sido el causante de muchas travesuras paranormales en mi vida, y también de espantar a los mal intencionados. El único que permaneció junto a mí durante todo este tiempo. Como un amigo.

Justo ahí, en donde mi palma entra en contacto con su cabeza, un resplandor blanco asoma. Aunque es débil, resulta casi cegador. Y como si persiguiera un hilo invisible, sobre su cuerpo se desplaza lentamente hasta la zona afectada.

Al rozar la herida una bomba de dolor estalla en mi pecho, como si cavaran en mí con un objeto corto punzante a placer, con extrema lentitud y a disfrute de un maniático.

El aire escapa de mis pulmones convertido en un grito.

—Raisa. —Scott se encuentra detrás de mí, listo para tomarme por la espalda y apartarme. Pero no puedo.

No quiero.

—Es-pe-ra. —Consigo enfatizar.

No sé lo que ocurre, mi mente empieza a nublarse, sin embargo mis ojos demuestran que funciona, pues la herida en su diminuto pecho empieza a cerrar.

—Funciona. —River se acerca, al igual que Drac.

Duele. Es insoportable, como si aquella herida que Prince tiene en su pecho se estuviera transfiriendo a mí. Es así como lo siento. Insufrible hasta el punto en el que una parte de mí me dice a gritos que me aparte, que no voy a resistir.

—Raisa —insiste Scott, sin poder ocultar su preocupación esta vez.

Intento negar con la cabeza, pero resulta que pesa. Cada minúsculo movimiento me resulta casi imposible de ser ejecutado.

El tiempo parece transcurrir lento, hasta que por fin la herida se cierra.

—Lo logré. —Es inimaginable, pero me siento orgullosa porque por fin conseguí hacer algo por mí misma.

—Raisa. —El simple roce de la mano de Scott en mi hombro resulta suficiente para desbaratarme y, por segunda vez, pierdo la consciencia.

Cuando despierto, la habitación está sumida en un negro tan profundo que por un segundo me trae recuerdos del infierno, incluso la calentura que mi cuerpo repudia ayuda para replantearme la imagen mental una vez más, hasta que una sombra cruza el espacio y la cama en la que me encuentro recostada se hunde junto a mí, recibiendo el peso de alguien que no consigo definir con claridad.

—Mi vida te ha pertenecido y te pertenecerá por siempre.

Esa voz, recuerdo haberla escuchado tan solo un par de veces. ¿Y qué es lo que había dicho? Cierto, la primera vez pronunció mi nombre, y la segunda llamó ángel inútil a Scott.

Se inclina sobre mí, y de inmediato sucumbo ante el delicado contacto de sus fríos labios contra los míos.

—¿Prince? —pregunto en un susurro cuando se aparta.

—Sí. Soy la muerte, tu leal sirviente —contesta en un susurro.


Continue Reading

You'll Also Like

2.3K 204 6
«En un mundo donde nada es lo que parece, Chay es un lindo e inocente adolescente. Y Kim bueno el no le creé. -Alguien con esa mirada de cachorrito n...
41K 4.1K 193
La Organización de Seguridad Chaldea. Dedicados a proteger la seguridad del mundo, se aventuran en el pasado histórico de la Tierra para corregir cua...
66.5K 6.7K 53
Cuando la realeza decide mandar a buscar a cada una de las brujas para darles un destino fatal, Thadea decide luchar por sobrevivir sin compañía algu...
13.4K 1.3K 18
Rebecca se muda a su antigua casa en tailandia despues de tres años de estar viviendo en inglaterra. Su antigua casa es donde vivio junto a freen. B...