-¡iris iris es hora de levantarse!-grito una voz arrebatándome las sabanas. Me levante sobresaltada y lo primero que pensé fue en que había sido una pesadilla.
-¡eres la última en todo! Quiero que seas la primera en bajar a desayunar, o si no lavaras todos los platos. ¿Entendido?- dice Martina halándome el brazo.
-iris la lenta.- se escuchaba un coro de voces burlonas.
Por un momento dejan de decirme iris la lenta para decirme iris la tonta.
Tiendo mi cama y trato de ignorar aquellas voces monótonas de niñas malvadas.
Salí de la habitación con mis implementos de aseo personal, fui la segunda en llegar a los baños. Pero gloria y sus amigas llegaron y se pararon al frente de mí.
-iris- habla gloria con voz melancólica.- eres demasiado tonta para ser una de las primeras.
Me quedo callada apretando mis dientes.
-dime algo.
-yo llegue primero que ustedes.-dije mirando el piso.
-sí, pero solo para cuidar nuestro puesto. Tú eres la última en todo así que veta para el final de la fila.-dice gloria estrujándome.
Tenía rabia e impaciencia, no con gloria y ni con sus amigas, sino con iris la débil la que no era capaz de defenderse, la que tenía miedo a todo, la que el miedo controlaba.
Fui la última y me toco lavar todos los platos tres veces ese mismo día.
-pero... ellas me quitaron el puesto del baño...
-pero nada, siempre justificándote para no asumir tus errores. Le echas la culpa a tus compañeras solo para librarte de tus castigos.-dice Martina apretándome el brazo y dirigiéndome a la cocina.
Si, una vil y cruel injusticia para una niña de 12 años.