Leisy...
¿El amor es capaz de cambiar a las personas? ¿es capaz de derretir hasta el corazón mas congelado? ¿Es capaz de hacer renacer entre las cenizas? Dominnick, ¿Está enamorado de mi?
Miles y miles de preguntas atraviesan mi mente como estrellas fugaces, mientras observo el techo de mi habitación, ansiosa por este día.
- cálmate Leisy - me digo a mi misma y me hundo mas en mis almohadas.
Ya no aguanto mas y me meto a la ducha.
10 minutos después estoy en bata buscando en mi closet algo que ponerme y opto por unos jeans azul claro, un suéter blanco que me llega hasta los muslos y mis converse blancas.
Me miro al espejo, y me siento diferente, me siento mas completa, me siento feliz. Es el, Dominnick, aquel chico malhumorado, me tiene completamente hechizada.
Salgo de mi habitación y camino de puntitas hasta la habitación de Dominnick, tal vez ya está despierto.
Abro la puerta con cuidado y la habitación está obscura, solo se escucha la respiración de Dominnick y sonrío.
Me acerco a la cama, me quito los tenis y me acuesto a su lado. En eso siento que se mueve hasta llegar a mi y me abraza de la cintura, poniendo sus manos en mi vientre bajo mi suéter, acercándome mas a el.
- buenos días señorita Coreman - me susurra al oído y besa mi mejilla.
- buenos días señor Heinsbek - le respondo y paso mi brazo por su cuello, abrazándolo más.
- ¿Qué hora es? - me pregunta adormilado.
- las 8:30 am - le respondo y sonrío apenada.
- ¿Estas emocionada? - me pregunta y me sube sobre el, tomándome de la cintura, provocando una corriente extraña por todo mi cuerpo.
- bastante - le digo y tapo mi rostro con mis manos avergonzada.
- Eres muy tierna - me dice y lo observo, esta sonriendo, observándome, debajo de mi, ¡es una verdadera locura! me siento tan feliz.
Mas tarde, me encuentro en el jardín observando el bosque, me siento extraña, por alguna razón, me siento tranquila, pero a la ves siento que algo me falta.
- ¿Tienes miedo de lo que vaya a pasar en Paris?
- Tengo miedo de todo...
- ¿Le tienes miedo a Dominnick?
- No, realmente no, a pesar de lo que ha pasado, me siento cómoda a su lado, pero, realmente no se que somos, un día me odia y al otro día me lleva a parís, eso me descompensa un poco...
Dominnick...
Todo esta listo, en unas horas iremos al aeropuerto, Leisy esta emocionada y debo de admitir que yo también lo estoy, aunque he ido a París muchas veces, con Leisy será especial, por que ella es especial.
- ¿Qué te pasa hombre?...
- No lo sé, cada segundo que pasa, ella se adueña de mis pensamientos...
- Estás perdiendo la cabeza...
- No estoy seguro de lo que estoy haciendo, no se si al final me arrepentiré, pero de algo si estoy seguro, ella me hace sentir que valgo la pena, hace que todo valga la pena, me hace sentir pleno el saber que ella me acepta y me quiere con cada uno de mis demonios.
- ¡Leisy! - la llamo pero no la veo en su habitación.
Veo su equipaje sobre la cama y la puerta de su estudio abierta. ¿Estará ahí?
Camino a su estudio pero no la veo, pero, me asombro al ver sus pinturas, unas son de paisajes extremadamente detallados y bellísimos, pero la mayoría son mías, pintadas en diferentes ángulos, mi mirada, fría y sin transmitir ninguna emoción, pero a la ves transmitiendo mi molestia hacia ella, queriendo ocultar mis verdaderos deseos.
Me acerco a su caballete y veo un cuadro tapado con una manta, la curiosidad me gana y lo destapo y me asombro mas, es Annabelle, envuelta en una sabana blanca, con un rostro sonrojado, feliz, lleno de placer. Me molesta que Leisy haya encontrado esas fotografías, pero realmente tiene talento, logro captar la mejor cara de esta terrible mujer.
- ¿Dominnick? - escucho su dulce voz detrás de mi.
Me volteo y la miro con su rostro de confusión.
- tienes mucho talento - le digo sonriendo y tapo el cuadro.
- ¿Qué haces en mi estudio? - me pregunta ahora asustada y sus mejillas se comienzan a enrojecer.
- me observas mucho - le suelto y me acerco a ella, sonrojándola mas.
- eh si, supongo - me responde y agacha la cabeza apenada.
Tomo su barbilla y pongo su rostro entre mis manos, observándola, sonrojada, apenada, queriéndose esconder, derritiéndome con su ternura.
- Me gusta dibujar tus ojos - me dice y suelta una risita.
- ¿En verdad? - le pregunto y la miro fijamente.
- Sip - me responde y sonríe. Esa sonrisa joder, ¿Acaso quiere matarme?
- Pues me siento alagado, es un placer ser su modelo señorita Coreman - le digo y me acerco mas a su rostro y la beso, mordiendo sus labios, saboreando todo de ella.
siento sus manos intentando rodear mi cuello y yo la levanto, haciendo que enrede sus piernas en mi cintura sin cortar este beso.
salimos del estudio y la dejo caer sobre su cama, para posarme sobre ella y seguir besándola, sus gemidos suenan en la habitación y las sensaciones comienzan a ser mas sensibles.
- ¡Dominnick! - gime mi nombre y aruña mi pecho sobre la camisa, prendiendo mas la situación.
La subo sobre mi y pongo mis manos en su cintura, recorriendo mi dedo pulgar en su espalda, haciéndola estremecer.
- Dominnick - susurra mi nombre y comienza a besar mi cuello, dejando besos mojados hasta mi oreja, provocando que mi pantalón me comience a incomodar.
- ¡Joder Leisy! - exclamo y la tomo mas fuerte de sus caderas.
En ese momento Leisy se quita su suéter y deja al descubierto tu sostén de encaje color blanco, y me observa con deseo, sus ojos se tornan obscuros y me sonríe de una manera extremadamente sexy.
- oh señorita Coreman - le digo y la jalo para tenerla frente a frente - si seguimos aquí, no podré contenerme más - concluyo y la miro a los ojos.
Logro ver una sonrisa en su rostro y muerde sus labios excitándome más, acercándose a mi cuello y besándome lentamente.
- Entonces, no te contengas - me susurra al oído y besa mis labios.
y como si hubiese oprimido un botón con esa frase, me coloco sobre ella y quito mi camisa, para continuar besando su cuello, bajando a su pecho, deleitándome con el sabor de su piel y con sus gemidos.
Desabotono su pantalón y veo sus bragas color blanco haciendo juego con su sostén y la beso bajo el ombligo.
Le arranco los pantalones y la miro en la cama, sonriéndome, excitada, deseando que la posea y la haga mía, sonrío al verla, un ángel perfecto bajo mi obscuridad, pecando, cayendo en la tentación de un demonio.
- Eres hermosa - le digo y sus mejillas se tornan rosadas.
en ese instante alguien toca la puerta, la escucho decir por primera ves una mala palabra:
- ¡mierda! - asustada se tapa con sus cobijas y yo busco mi camisa poniéndomela rápidamente.
- ¿Quién? - dice acercándose a la puerta, haciéndome señales de que me esconda. ¿No es consciente de que es mi castillo? Me causo gracia su acción, pero me adentro a su baño.
Escucho la voz de la ama de llaves.
- Señorita Coreman, ¿Aun no se ha vestido? el chofer ya llegó, estoy buscando al joven Heinsbek, ¿Lo ha visto? - la bombardea.
- Aquí estoy - le digo a la ama de llaves saliendo del baño dejándola confundida, observándome a mi y a Leisy al mismo tiempo.
- El chofer ya está aquí, viene por el equipaje, el vuelo sale en 1 hora, es la hora del viaje en carretera, así que van retrasados - nos dice y sale de la habitación, cerrando la puerta.
Ambos nos vimos y nos soltamos a reír, sintiéndonos como adolescentes descubiertos por nuestra madre.
Me acerco a ella tomándola de la cintura - nos vamos en 5 minutos y te recomiendo que te vista, no vemos abajo- le digo para después besar sus labios y salir de su habitación.
Leisy...
Dominnick me da la mano para bajar del auto, y conducirme al avión que nos esperaba, subimos por las escaleras y me saluda la azafata para después dirigirme a mi asiento, veo que el avión viene completamente solo y comprendo que es un jet privado.
- ¿Qué te parece mi pequeño juguete? - me pregunta Dominnick sentándose frente a mi.
- ¿El jet es tuyo? - le pregunto y el asiente. ¡Vaya juguete!
La azafata nos informa que es momento de despegar y nos pide que abrochemos nuestros cinturones y apaguemos los celulares.
10 minutos después, nos encontrábamos en el cielo, observo a través de la ventanilla y me deleito con las nubes, se ven hermosas, me encantaría tener un lienzo.
- Apuesto que desearías estar pintando lo que estas apreciando en este momento - me dice Dominnick al oído. ¿En que momento se cambió de lugar?
- La debilidad de un artista es la inspiración - le digo y sonrío.
- Te ves tan adorable cuando sonríes - me dice tomando mi mano depositando un pequeño beso en ella, sonrojándome con esa tierna acción.
Horas después...
- Despierta nena - escucho a Dominnick susurrarme y me remuevo en mi asiento.
- ¿llegamos? - le pregunto emocionada.
- mira por la ventana - me dice y abro la cortinita de la ventanilla.
Todo París de noche recibiéndome con un bello paisaje, logro ver la Torre Eiffel al fondo.
- ¡Oh por Dios Dominnick! Es hermoso - le digo emocionada volteándome a el y lo abrazo. siento sus manos en mi espalda y besa mi cuello.
- Eres como una niña pequeña en Disney - me dice y suelta una risotada.
- Mi sueño más grande era conocer París, pero nunca pude venir, y ahora, mi sueño se ha hecho realidad - le digo aun abrazada a el.
La azafata aparece, obligándonos a separarnos.
- estamos apunto de aterrizar, por favor, abrochen sus cinturones - nos anuncia y se desaparece tras una cortina.
- ¿Estas lista? - me pregunta Dominnick abrochando mi cinturón para después abrochar el suyo.
- Estoy lista - le respondo sonriendo y tomo su mano.
- Bienvenue dans la ville de l'amour...