En este capítulo, Ana narrará una pequeña parte de la historia que aparecerá en cursiva.
2 meses después.
- ¿A dónde vas tan pronto? -- Me preguntó Ana exaltándome.
- Al estudio que tenemos que hacerle los últimos retoques de la canción para que la semana que viene podamos grabar ya el videoclip. -- Me giré para mirarla -- Sigue durmiendo que son las 8:30. -- Le dejé un beso en la frente antes de empezar a arreglarme.
Me fui a la ducha y estuve reflexionando sobre si decirle la verdad a Ana.
Pero finalmente decidí que no. Tampoco podría ser para tanto aquello.
Eran las 9 cuando salí de arreglarme. Nada más salir del baño, cogí todas mis cosas y salí de casa un tanto intranquila por si Ana nos descubría.
Cogí un taxi, y le di al conductor la dirección del estudio. Al minuto de estar allí subida empieza a sonar 4 besos.
- ¿Te gusta esta cantante? -- Me preguntó el conductor, mirándome por el retrovisor.
- Sí... -- justo cuando iba a decir que era yo, me interrumpió.
- Buah, a mi me pone de los nervios.
- ¿Por qué? -- pregunté un poco atónita ante lo que había dicho el conductor.
- No me hace ninguna gracia su música. No me extraña que fuese la primera expulsada de su edición. -- dijo con convicción el conductor.
- Vaya, ¿por qué dice eso? -- le pregunté sorprendida ante aquellas palabras.
- Porque es una de las peores de su edición y hay muchas mejores voces que la suya y que no entraron al concurso.
- Ese concurso que usted dice no solo busca buenas voces, busca gente con más que una simple voz bonita, buscan talento.
- Sí, pues en esta chica hay poco talento que buscar o desarrollar. --Me dijo como si fuese lo más obvio que hubiese dicho nunca.
- ¿Si tuvieses a la cantante delante se lo dirías? -- Le pregunté un poco alterada.
- Obviamente no se lo diría. -- dijo como si no fuese obvia su respuesta.
- Esto es un problema, que hacemos todos y no queremos que nos hagan.
- ¿Por qué? -- Preguntó extrañado el conductor.
- Porque la gente siempre va criticando a las espaldas pero luego a la cara van de buenas siempre.
- ¿Por qué dice eso?
- Porque puedes hacer daño a esa persona sin darte cuenta de que la tienes delante de tus narices. -- Saqué el dinero de mi cartera.
- Espere, ¿es usted Lola Índigo? -- Dijo un poco avergonzado ante toda esta situación.
- Yo ya he llegado a mi destino. -- Dije saliendo un poco alterada ante todo lo que había pasado dentro de aquel coche y lanzándole a la cara un billete de 10.
Nada más bajar del taxi me dirigí hacia la puerta del estudio, donde al entrar ya se podía escuchar la música y a todos gritando con energía.
Sonreí.
Esa sensación de gritos de apoyo cada vez que alguien hace un pase de baile increíble o que por primera vez le sale un paso que tanto le costaba. Aquella sensación solamente la había vivido con el baile y me ponía realmente muy feliz.
- Chicas, chicas acaba de llegar Mimi. -- Dijo Moni con entusiasmo, cuando me vio dirimirme hacia el salón en el que estaban.
- Ya iba siendo hora --me sonrió pícara, Laura.
- Déjate de bobadas y vamos a hacer la coreo de la canción de Mala -- dejé mis cosas en el sofá de al lado - que tengo prisas.
- ¿Qué has quedado con la novia? ¿No tuvisteis bastante con el fin de semana en la playa? -- Dijo con ironía Claudia.
Yo simplemente me quedé callada, no iba a decirles la verdad, ya iba bastante nerviosa mintiéndole a Ana como para ahora mentirles a ellas.
- Bueno, ¿vamos a ello? -- evité la conversación que se avecinaba.
Empezó a sonar la música, pegándonos todas al principio para luego coger posiciones.
Que yo tampoco me creo na Milagro
Pero si me pongo lo hago
Si tengo tema salto y si no me callo
Estoy en la linea que da mas mieo
Aquí pa tocar no hacen falta deos
Y si no mira mi tanteo
Bo! niño, úh que mal te veo...
Mientras sonaba la música se escuchaban gritos de ánimo e incredulidad ante la fascinante coreo que se había marcado Moni con aquella canción. Y no era para menos.
Después de muchos intentos conseguimos que nos saliese bien, lo suficiente para poder grabarla y subirla para que viese la gente lo increíble que era.
Me fui a la ducha ya que me tenía que ir e iba un poco apresurada de tiempo.
- Buenos chicas me voy ya que tengo que hacer unas cosillas. -- Dije cogiendo mi bolso.
Nada más salir pude ver mi cabify. Así que me subí y me llevó hasta su casa.
Nada más bajar, me quedé mirando el edificio verde que tenía enfrente.
Cogí aire 5 veces mínimo de lo nerviosa que estaba. Iba a subir a aquella casa después de 4 años y todos los momentos que había vivido allí.
Estos últimos meses con Ana no habían sido los mejores por todo lo que nos estaba pasando y con todas las críticas que estábamos recibiendo, y solo hacía falta que la mecha terminase de prender para que todo se fuese a la mierda.
Y ese momento parecía que había llegado en cuanto puse un pie en aquel portal.
Subí las escaleras arrepintiéndome de lo que iba a hacer en aquel momento.
Toqué el timbre a mi pesar y me recibió con aquella sonrisa con la que siempre me recibía.
- Hola Mimi -- Dijo dándome dos besos muy cerca de mis labios.
- Lleva cuidado que no he venido aquí a hacer tonterías.
- Ya, pero no te queda otra si no quieres que todo se vaya a la mierda.
- Oye que no tengo todo el día Dani.
- Mira si aún me sigues llamando Dani. -- Dijo como si le hubiesen dado a un niño su juguete favorito después de haberlo perdido.
Le miré mal y desafiante ante sus palabras.
- Mejor vamos a un bar de por aquí cerca para que no me la líes con lo que te voy a decir.
- Vale... - dije sin estar del todo segura de lo que iba a pasar y de lo que tenía.
- Más vale prevenir que curar. -- Cerró la puerta de su casa.
Cogió sus cosas y nos fuimos al bar de la calle de enfrente a tomar algo.
- Bueno me lo vas a decir ya o me voy, porque esto empieza a ser ya un chantaje sin pruebas.
- No, tú tranquila que esto te va a interesar y mucho. -- Dijo con la típica cara de que algo tenía entre manos y no era nada bueno para mi.
- Pues como no abras esa boca, esta conversación se acabará en breves.
Pasaron cinco minutos y siguió sin decirme nada, así que decidí coger mis cosas e irme.
Pero antes de dar el segundo paso hacia la muerte noté como una mano me cogía de la muñeca.
- Tú no te vas tan rápido bonita.
Así que me senté sin saber realmente aquello que tenia tan malo para mi.
Resultó que sí que era malo.
Era una bomba que iba a detonar y no tenía ningún cable que se pudiese cortar para pararla.
No había marcha atrás.
Narra Ana
Había notado a Mimi muy rara esta mañana. Como si me estuviese ocultando alguna cosa muy importante y en la que estaba involucrada hasta las trancas.
No tenía pinta de ser algo bueno.
Pero no le quise dar más vueltas al tema e intenté seguir durmiendo, pero su mirada, su voz..., todo de ella me indicaba que algo iba mal.
Así que tras darme una ducha larga intentando no darle importancia al asunto, sin ningún tipo de éxito, me dirigí hacia el estudio a eso de las once.
Nada más llegar pude escuchar como la gente no paraba de animar. Así que con una sonrisa me dirigí hacia el estudio y pude ver a las Lolas bailando pero no estaba Mimi.
Eso sí que era raro.
O sea no el hecho de que no estuviese allí, si no que me hubiese mentido y que no se hubiese apuntado a bailar.
- Hola Ana, siéntate aquí hasta que terminen de bailar -- Me dijo Nadia nada más verme.
Así que me senté y esperé a que terminasen de hacer aquellos pasos de baile tan complicados .
Yo estaba embobada viendo como se podían mover tan bien y no caerse. Aunque claro mi torpeza tampoco era muy normal.
Nada más terminaron me acerqué a las chicas.
- Hola chicas, ¿dónde está Mimi?
- ¿No se iba contigo? -- Dijo Saydi, mientras las demás se miraban extrañadas.
- No, me dijo que venía al estudio y que iba a estar toda la mañana con vosotras.
- Pues aquí a estado una hora y poco y después se ha ido porque tenía prisa.
-Pero estaba muy rara y ha evitado a hablar de vuestro fin de semana -- dijo Moni un poco extrañada ante la situación-- aunque tampoco le hemos querido dar demasiada importancia al tema.
- Bueno pero tú tranquila Ana, seguro que ha tenido que ir a la discográfica a arreglar un par de asuntos y ya está. -- Dijo Dama intentando tranquilizarme tras las palabras de las chicas.
Así que me despedí de las chicas y puse rumbo a casa de Ricky para recoger a Dumbo y llevármelo ya a casa. Lo echaba de menos a mi bebé después de tres días.
Bueno y también para que me invitase a las cerveceras que eso nunca está de más.
- ¿Te acuerdas de tú último año en China?
- Sí... -- dije un tanto preocupada al recordar aquel año que siempre he querido olvidar.
- Pues atenta -- me pasó su móvil para que viese unas fotos.
- No puede ser... -- me pasé las manos por la cara.
- Créeme que sí, no limpiaste tan bien tu pasa como pensabas.
Nada más verlas me empecé a agobiar, no podía ser.
- Pero, pero, ¿cómo puede ser que tengas eso?-- Empecé a notar que me faltaba el aire.
- Me las pasó un amigo el día que me dejaste plantada por aquel estupido concurso, -- dijo con maldad - así que creo que ha llegado el momento de vengarse de todo aquello por lo que me has hecho pasar.
- No puedes hacerme eso, eso no. -- dije muy asustada, si aquello salía a la luz tal vez todo, absolutamente todo, por lo que había luchado se vendría abajo en cuestión de segundos.
- Pues deja a Ana y vuelve a China conmigo y con los demás.
- Tú lo que eres es una capilla que solo me quiere para ella y sus caprichos. Siempre has sido así pero no lo super ver en su momento. -- Dije muy alterada ante aquella situación.
- Calmate que nos está mirando todo el mundo.
- No pienso hacer eso Daniela.
- ¿Segura? -- me enseñó su móvil donde tenía las fotos adjuntadas para enviárselas a una de las revistas más importantes del mundo.
- A mi hazme todo el daño que quieras pero no le hagas daño a Ana. -- Le supliqué.
- Ajá -- hizo como que se la bufaba todo lo que le estaba diciendo en aquel instante.
- No puedes ser tan horrible por dentro como para a hacerme eso. -- dije al borde las lágrimas.
- Pues ya sabes lo que hacer.
Cogí mis cosas y huí de aquella situación.
No podía ser real, simplemente es un mal sueño y ya está.
Pero pista: no lo era.
- Mimi espera.
- No Daniela, ya vale de jugar conmigo como te da siempre la puta gana.
Me dio la vuelta nada más terminar de hablar, me cogió y me besó.
- ¿Mimi?
Aquella voz me hizo salir de mi estado de shock y separarme.
Nada más mirarnos se fue corriendo calle arriba.
- Me da a mí que no va a hacer falta que le digas nada. -- Dijo sonriendo con crueldad.