CON LAS GANAS | CACHÉ

By Isys17

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María José Garzón poderosa empresaria magnate y dueña de Garzón Industry. A sus 26 años asume la dirección de... More

Capítulo 1: Garzón Industry.
Capítulo 3: Estás Despedida
Capítulo 4: Pídemelo por favor.
Capítulo 5: Lo hicimos
Capítulo 6: 1-Oak Club
Capítulo 7: Brasil y ¿un pug? Parte 1
Capítulo 8: Brasil y ¿un pug? Parte 2
Capítulo 9: Ramón
Capítulo 10: El beso
Capítulo 11: Caminos Cruzados
Capítulo 12: La cita
Capítulo 13: Decisiones
Capítulo 14: Confrontación
Capítulo 15: Un día diferente
Capítulo 16: El acuerdo
Capítulo 17: La fiesta
Capítulo 18: Michelle
Capítulo 19: El compromiso
Capítulo 20: La amiga de mi jefa
Capítulo 21: El accidente
Capítulo 22: Juego Peligroso pt 1
Aviso importante de la autora
Capítulo 23: Juego peligros pt2
Capítulo 24: Juego peligroso pt3
Capitulo 25: Provocación
Capítulo 26: Ángel
Capítulo 27: La verdad
Capítulo 28: The punishment
Capítulo 29: The real one
Capítulo: 30 El chantaje pt 1
Capítulo 31: El chantaje pt2
Capítulo 32: ¿Qué pasó?
Capitulo 33: Psicópata

Capítulo 2: La nueva Asistente

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By Isys17

POV POCHÉ

Budapest 2:45 a.m. <<After Party>>

(6 meses atras)

-Fondo! Fondo! Fondo! -se escuchaba a una sola voz a todos alentandome a que me beba una botella de tequila que había llegado a mis manos.

-Que viva y que beba la recien graduada! -continuaban los gritos de mi grupo de amigos los cuales habían preparado ese viaje para festejar que había finalizado mi maestría .

-Que viva mrk! -grité alzando la botella con mi brazo derecho para luego llevarla a mi boca y beber todo el liquido transparente que contenía. Sentí como mi pecho quemaba mientras él licor recorria por mi sistema. El alcohol para ese momento de la madrugada ya había hecho efecto en mi.

-Que continúe la fiesta! -grité haciéndole una señal al dj quien le subió el volumen a la musica y todo el mundo enloqueció.

La madrugada estaba perfecta, se prestaba para esa grandiosa fiesta en la piscina del hotel en el que nos hospedabamos mis amigos y yo. Esa noche habiamos asistido a un festival de musica electrónica y para cuando finalizó ya teníamos un grupo grande de personas que se habian unido a nuestra fiesta. Sin duda estaba viviendo los mejores días de mi vida. Como lo había planificado, una vez finalizados todos mis estudios me dedicaría a viajar un tiempo, a conocer lugares nuevos que me llenen de experiencias bonitas e inolvidables y porque no, conocer nuevas personas. Todo esto antes de empezar con las responsabilidades de la vida real. Una vez que terminara mi año sabático Garzón Industry y mi padre me estarían esperando con un futuro profesional prometedor.

-Y entonces... ¿Será que la festejada acepta bailar conmigo? -escuché una voz que me trajo de vuelta a la tierra, pues por algunos minutos me había perdido en mis pensamientos.

-Sabes que muchas personas aquí quisieran bailar conmigo ¿no? ¿Qué te hace pensar que tu puedes llegar a tener ese privilegio? -pregunté con una sonrisa coqueta en mi rostro, pues conocía perfectamente esa voz.

-Pues creo que después de haber tenido sexo en mi habitación, en la tuya e incluso en esta piscina, me tomaré esa atribución. -respondió Mishell provocándo que una enorme carcajada saliera de mi boca.

-Siendo así no tengo nada mas que decir. Bailaré contigo, -finalicé extiendo mi mano para tomarla por la cintura y traerla hacia mi.

Michelle era una mujer extremadamente sexy, de estatura promedio, ojos verdes como el color de una hermosa laguna en medio de la naturaleza, poseedora de un cuerpo espectacular, parecía una modelo sacada de revista, llevaba conociéndola literalmente 3 días. El día que llegue a budapest nos hospedábamos en el mismo hotel y al hacer el Check in uno de los botones confundió mi equipaje con el de ella, enviándolo a su habitación dando paso a nuestro primer encuentro. Desde el inicio tuvimos mucha química y pues el resto, el resto es historia.

-¿Y si vamos a bailar a un lugar mas privado? Solas tu y yo -le propuse en un leve susurro, acercando mis labios a su oído derecho mientras mis manos presionaban cada lado de su cintura.
Michelle fijó sus enormes ojos verdes en mi y levantó una ceja regalándome una mirada perversa, dejando claro que habían entendido mi propuesta.

-Vamos. -fue todo lo que respondió, tomó mi mano y entendí que debía seguirla.

Algo espectacular de Michelle es que era muy espontánea y descomplicada. Desde el primer día ambas dejamos en claro nuestra situación. Nuestro pequeño romance nacería y moriría en budapest.

Todo estaba oscuro, abrí la puerta de mi habitación con una mano como pude mientras que con la otra rodeaba la cintura de aquella mujer de ojos verdes que en ese momento me tenía atrapada entre sus labios.

Ingresamos a la habitación entre empujones, alcancé a cerrar la puerta con uno de mis pies para luego tomar a Michelle entre mis brazos y pegarla contra la pared, mientras ella rodeaba mi cintura con sus piernas.

Mi habitación tenia una enorme puerta corrediza con vista al mar, y las luces que se encontraban en la costa le daban una iluminación perfecta para la ocasión.

-Me encantas María José Garzón. Quiero que me hagas tuya. -exclamó en lo que casi sonó como un gemido con su respiración entre cortada.

Ante sus palabras, le di la sonrisa mas perversa que pude para llevarla entre mis brazos hacia la cama y arrojarla con algo de agresividad.

-Quiero que te quites la ropa. -le dije con un tono de autoridad.

Ella me observó, se arrodillo en la cama y empezó a quitarse él vestido lentamente. Dios! Esa mujer si que sabia como enloquecer a cualquiera.

-Hoy te cogeré tan bien que cuando recuerdes tus días en budapest, esta noche será lo único que invada tu mente. -Le dije con un tono de voz presumido y arrogante para luego acercarme a ella lentamente y tomarla de un brazo con el fin de traerla hacia mi.

-Que así sea. -me respondió despojándome de mi blusa, y depositando húmedos besos al rededor de mi cuello. Llevé mis manos a su espalda para bajarlas lentamente hacia su voluptuoso trasero.

-Muy bien, basta de juegos. -exclamé y voltee su cuerpo dejándolo de espaldas hacia a mi e inmediatamente con mi mano derecha empuje su espalda para que se recostara boca abajo en la cama. Mi vista en ese preciso momento era algo de envidiar.

Tome con ambas manos, una de cada lado la pequeña pieza que cubría su parte inferior para quitarla inmediatamente. Podía sentir como la adrenalina del momento mezclada con todo el alcohol que había ingerido esa noche, corría por mis venas. Estaba cegada por el deseo, por la lujuria del momento. No estaba pensando claro y no quería hacerlo.

Me incliné lo suficiente como para que mi boca alcanzara su espalda y empece a darle pequeños mordiscos mientras bajaba desesperadamente hasta el medio de sus piernas. Podía escuchar su respiración entre cortada y ver sus manos aferradas a las sabanas, por unos segundo observé la escena. La tenia donde quería y vaya que me agradaba saber que la estaba volviendo loca. Inmediatamente me dispuse a continuar con mi cometido cuando unos golpes desesperados en la puerta de mi habitación se hicieron presentes interrumpiendo mi acción.

-María José ¿estas ahí? Responde ¿estas ahí dentro? -escuché.

Debe ser una broma pensé poniendo mis ojos en blanco. Solo a Aida se le ocurre interrumpir a estas horas.
¿Acaso no era obvio el escenario? Michelle y yo desaparecidas de la fiesta= sexo. Vaya amiga que tengo!

-Shhh!! -puse mi dedo índice sobre mis labios en señal de silencio, indicándole a la chica que ahora estaba en mi cama, que no dijera nada. Con suerte Aida asumiría que estaba dormida y se iría.

-Poché!! -volvió a exclamar mi amiga pero esta vez con un tono de voz casi quebrantando y lleno de preocupación.

-Llamaron de tu casa, algo ocurrió -escuché aquellas palabras y pude sentir como todo mi cuerpo se paralizaba, millones de escenarios pasaron por mi cabeza en cuestión de segundos, era de madrugada y sabes que a esa hora solo se pueden recibir las peores noticias.

Me paré como pude de esa cama y corrí hacia la puerta, cuando la abrí pude ver a Aida con una expresión en su rostro que jamas olvidaré, sus ojos estaban cristalizados y yo sentí que él mundo me caía encima.

-Es tu padre Poché, de verdad lo siento mucho, tienes que ser fuerte.

Aida hablaba situando sus manos sobre mis hombros tratando de confortarme, mientras que yo permanecía estática en la puerta sin poder formular ni una sola palabra.

-María José! mírame! -exclamó una voz detrás de mi, haciendo que por unos segundos mi cuerpo reaccionara. Era Michelle quien al escuchar lo que ocurría se habían acercado a mi envuelta en una de las sábanas de la cama.

-Tienes que irte ahora! -Continuó

Asentí con mi cabeza por inercia y me adentre en la habitación, me puse la blusa, abrí el closet y en cuestión minutos estaba lista para volar de regreso a New York.

-Me quedaré aquí hasta mañana. realizaré todos los pagos correspondientes, haré el check out y te veré en New York pronto. Todo estará bien. -dijo mi amiga mientras me extendía su mano para entregarme mi celular el cual había dejado en una de las mesas de la piscina cuando me fui con Michelle. Acto siguiente me abrazó como despedida.

-Todo estará bien Garzón. Tienes que ser muy fuerte por tu hermana y tu papá. Ahora te necesitan mucho. Mantenme al tanto de como siguen las cosas. Te Extrañaré, no sabes cuanto me encantó conocerte -fueron las ultimas de aquella hermosa chica que había conocido por casualidad hace un par de días. Me despedí y me subí al taxi que había solicitado, rumbo al aeropuerto.

No sé como había logrado hacer todo tan rápido. Cuando Aida me dio la noticia, mientras yo arreglaba mi maleta mi amiga me explicaba lo que mi hermanita le habían contado por teléfono. Mi padre había sufrido un infarto a la madrugada, mientras trabajaba en su oficina.

Me imagino la desesperación de mi hermana es tan solo una adolescente. Aun no cumple ni los 18 años, y la única persona que tiene para acudir después de papá, soy yo.

Al ver que yo no respondía las llamadas, Valentina había optado por llamar a mi mejor amiga con la esperanza de tener una respuesta y así fue.

Michelle fue de gran ayuda en esos momentos también, pues había logrado conseguirme el primer vuelo del día lo que hizo posible que ahora estuviera sentada en este avión en el que tendría que pasar 8 agonizantes horas hasta aterrizar en New York y poderme reunir con mi familia.

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New York 16:15 p.m. (6 meses atras)

El viaje sin duda había sido agotador y desesperante, pero nada se comparaba con la sensación que tenia mientras caminaba rápidamente por esos tan largos pasillos, con paredes totalmente blancas que hacian parte de la típica infraestructura de un hospital; no sabía como enfrentaría el hecho de ver a mi padre, al hombre mas fuerte que eh conocido en toda mi vida, indefenso en una cama debido a un infarto que casi le había costado la vida.

Tenia un manojo de sentimientos dentro de mi. Ansiedad, culpa por no haber estado aquí, preocupación sobre el que pasaría a futuro, pero sobre todo miedo, miedo de perder a mi papá. Me negaba rotundamente a pasar por esto una vez mas. La vida no podía quitarme al único padre que me quedaba. Años atrás me había quitado a mi madre y aun intento vivir día a día con la realidad de que ya no esta mas con nosotros. No podía quitarme también a mi padre. No!

-Buenas tardes mi nombre es María José Garzón y soy hija de Juan Carlos Garzón, el se encuentra hospitalizado aqui y quiero verlo.

-Buenas tardes señorita necesito su identificación para poder darle informacion del paciente.

-¿Acaso usted no sabe quien soy yo? - pregunté con un tono arrogante y de furia. Sinceramente estaba indignada que clase de incompetencia, el dueño de Garzón Industry una de las multinacionales mas grandes y reconocidas a nivel mundial estaba Hospitalizado en este lugar y no podían reconocer a su propia hija.

-Disculpe señorita Garzón pero es es un re....

-Poché!! -escuché un grito muy familiar, en ese momento mi enojo desapareció y me voltee instantáneamente en respuesta.

-Pulgaaa!!!- fué la unica palabra que logré expulsar de mi boca antes de verme interrumpida por un enorme abrazo de mi hermanita menor.

-Dios te extrañé tanto Poché. No tienes idea todo lo que eh pasado, todo esto ha sido horrible. -dijo mi pequeña pulga con lágrimas en los ojos mientras me rodeaba tan fuerte con sus brazos que por un momento sentí que todo lo que estaba roto dentro de mi, se volvió a unir.

-Lo sé bebé. Pero ya estoy aquí contigo y papá, todo estara bien.

-¿Lo prometes.?- me preguntó, con un tono incrédulo, y no la culpaba desde que decidí irme para estudiar solo había visto a mi familia en un par de ocasiones especiales, pero siempre terminaba por irme de nuevo.

-Lo prometo pulga. Ahora llevame a ver a papá. Si es que tengo permitido verlo!! -repliqué de forma sarcástica regresando a ver a la chica que se encontraba en informacion observando la escena.

Vale tomó mi mano y me guió hacia la habitación en la que se encontraba papá, cuando estabamos en frente de la puerta justo antes de entrar me detuve. Debo admitir que una parte de mi no quería ver a un Juan Carlos Garzón debilitado, cuando todos los recuerdos que tenia de el eran siendo el lider de una gran compañia y de negocios millonarios al rededor del mundo.

-¿Cómo está el? - le pregunté a mi hermana con un enorme nudo en la garganta y las manos sudorosas. No había caido en cuenta sobre cuanto me aterraba todo esto, si no hasta ese preciso momento a escasos segundos de enfrentarlo todo.

Debo admitir que detestaba sentirme así. Hace mucho que no tenía esa sensación. La verdad es que cuando estaba en la secundaria solía ser muy tímida, todo me asustaba, fué así durante mucho tiempo, y no es una sensación bonita. La gente percibe debilidad y se aprovecha de ti, creen que tienen el derecho a pisotearte por que a la final terminarás agachando la cabeza. Debido a esa personalidad que tanto odiaba y a mis continuos ataques de pánico muchas personas me habían hecho daño. Amigas que no lo eran, chicos que se acercaban a mi porque sabían de mi familia, de mi padre y solo buscaban reconocimiento. No se escuachaba mal decir que salias con la hija del empresario/ magnate Garzón.

Me lleno de odio y fastidio solo al recordar toda esa oscura y decepcionante época de mi vida.

No fué si no hasta que mi madre murió cuando todo empezó a cambiar en mi. Supongo que las corcunstancias me obligaron. Mi papá se refugió en él trabajo, pasaba días y noches enteras en su oficina e hice mi mayor esfuerzo por entenderlo, pues sabía él sufría tanto como nostras, sin embargo el problema de todo esto radicó en que en su proceso había descuidado a Vale y a mi. Mi hermanita eran tan solo una pequeña niña, así que como la mayor me vi obligada a tomar la responsabilidad de cuidarla y atenderla en lo que mi padre se reponía. Poco a poco me fui haciendo muy independiente pero esa independencia vino acompañada de la soledad.
Alejé de todas esas falsas amistades que no aportaban nada productivo a mi vida y para cuando me gradué de la secundaria era una persona totalmente diferente. Decidí irme a estudiar la universidad a Europa, alejándome de todo y todos, aunque me llenaba de tristeza dejar a Vale, mi papá ya estaba mejor y podia cuidar de ella.

Y aquí estaba yo, años después de haber dejado enterrada a "esa Poché" en el pasado, a punto de colapsar en un ataque de panico nuevamente.

-El esta bien, y estará mejor ahora que estas aquí. - escuché a mi hermana mientras sentí como presionaba mas su mano a la mia tratando de reconfortante. Sin duda a pesar de no habernos visto en mucho tiempo Valentina me conocía bien.

Eso fue suficiente para que yo recuperara mi compostura.

-Vamos entonces. -dije mientras habría la puerta.

----------------------------
New York (1 mes y medio después)
Garzón Industry- sede principal.

-Buenas tardes con todos. Los eh reunido aqui por que como es de su conocimiento, estuve ausente un mes y medio de la empresa debido a problemas de salud, razón por la cual no eh podido retomar mis labores.

Este tiempo lo eh tomado para descansar, pero sobre todo para meditar que decisiones debo tomar en beneficio de todos, por estar razón hoy, después de un muy cuidadoso análisis de toda la situacion les informo que eh decidido renunciar a mi cargo como presidente ejecutivo de Garzón Industry.

Mientras mi padre hablaba, se podía ver la cara de incertidumbre que tenian todos los empleados. Sin duda no esperaban eso. Mi padre jamas le habia confiado la direccion de la empresa a alguien, siempre había sido el quien estaba al frente de absolutamente todo y apesar de tener una postura siempre firme, todos sus colaboradores lo apreciaban mucho, pues antes que jefé siempre era un buen ser humano.

-Entiendo que esto les resultará un tanto insólito y dará paso a muchos cuestionamientos, -continuaba mi padre -y precisamente por eso les aclaro que todo seguirá siendo igual, se trabajará de la forma en la que siempre se ha hecho y todos uds continuaran con su puesto de trabajo, no se realizarán cambios en el personal o la distribución de funciones a menos de que haga falta. La unica diferencia es que de ahora en adelante la empresa será liderada por María José Garzón mi hija mayor y futura dueña de Garzón Industry.

Todos centraron sus miradas en mi mientras mi padre extendía su brazo dándome paso a que me pusiera delante de el y tomara la palabra.

Este momento había llegado mas pronto de lo que esperaba. Sin duda me encontraba mas que preparada para dirigir mi propia empresa. Había estudiado todo lo que se necesita saber sobre empresas y negocios durante 5 años en una prestigiosa universidad en Europa en donde había obtenido mi ingeniería, para luego dar paso a un sin numero de estudios mas y obtener una maestría en la misma área.

"Muy bien María José de ahora en adelante esta es realidad y debes asumirla como tal", me dije a mi misma para luego dirigirme a mis empleados.

-Buenas tardes con todos, como mi padre ya lo ha mencionado de ahora en adelante yo estare en frente de Gazón Industry y haré todo lo que esta en mis manos para que la empresa siga estando entre las mejores a nivel mundial.
Sin mas que decir "todo el mundo a trabajar".

-finalicé y vi como todos se movian de donde estaban hacia sus puestos respectivos de trabajo.

-Hija recuerda que gracias a esta gente, la empresa funciona. Trata de no ser dura con ellos. -me aconsejó mi padre como respuesta a mi corta pero imponente introducción con el personal.

Mi papá tenía razón, sin embargo hay algo que el no tomaba en cuenta. Yo a diferencia de el era mujer y joven, y no faltarían los pasados de listos que no tomarían en serio mi autoridad, además de que había pasado muchos años en Europa y si algo había aprendido allá es que nunca se debían mezclar los negocios con relaciones personales o sentimentalismos baratos, porque solo ocasionaría problemas.

-No debes preocuparte mas por nada papá, yo se como manejar esto. Todo estará bien, haré un excelente trabajo tu ya has hecho bastante ve a casa y planifica tus vacaciones las mereces. Ahora es mi turno de trabajar.- Ante estas palabras mi padre me observó para luego regalarme una sonrisa y un abrazo.

-Bueno al parecer no tengo nada mas que hacer aqui. - dijo mientras se dirigia a la puerta de salida.

Me quedé por unos minutos dentro de la sala de juntas totalmente vacía, tratando de asimilar lo que de ahora en adelante sería mi vida. Luego me paré de la silla para dirigirme hacia la que ahora era mi oficina.

María José Garzón.
Presidente Ejecutiva.

<<Fin del Flashback>>

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Manhattan- New York (actualidad)

Martes 9:10 am Departamento de Poché.

*Llamada*

-¿Se puede saber donde estas?

Buen día señorita Garzón,
disculpe, hoy retiré el coche
muy temprano para llevarlo
a lavar antes de salir, pero
ya de regreso quedé
atrapado en el tráfico.

-Por Dios Nicolas solo a ti
se te ocurre llevar él auto
a lavar a esta hora por la mañana
¿acaso eres nuevo en Manhattan?

Me siento muy apenado
yo solo quería hacer bien
mi trabajo. Trataré de llegar
lo mas pronto posible.

-Olvidalo! Tomaré un taxi
Este tipo de errores no pienso
tolerar, por ser nuevo en el
trabajo te lo paso, pero no me
gusta la gente ineficiente.
Si te queda grande el puesto,
conseguiré otro chofer.

No volvera a pasar señorita.

-De eso estoy segura.- dije colgando la llamada.

Estaba furiosa...

No puedo creer que sea apenas martes y mi semana ya esté asi de estresante.

Tenía que haber estado a las 9 a.m. en punto en la oficina, hoy llega la nueva asistente y quiero dejarle muy en claro sus funciones desde el primer día.

Esto de no encontrar una asistente eficiente, que me pueda seguir el ritmo de trabajo es bastante molesto.

¿Que tan difícil es hacer bien tu trabajo?

Desde que Nadia la antigua asistente de mi padre se retiró de la empresa después de haber trabajado 15 años para el y 3 meses para mi. No había podido encontrar a nadie igual de responsable, trabajadora y conocedora del área como ella.

Al departamento de recursos humanos llegaban solicitudes de empleo lamentables, sin embargo por necesidad terminé aceptando una que parecia ser adecuada para el puesto. Una semana me bastó para saber que la tipa no tenia ni idea de donde estaba parada cuando de trámites y negociacion se trataba. Tenia buena presencia pero lo que yo necesitaba en ese puesto era inteligencia no una cara bonita.

Como Garzón industry tiene convenio de becas, programas de estudio y pasantías pagadas con una de las universidades mas prestigiadas de New York se me ocurrió que tal vez podría encontrar a la persona adecuada en su escuela de negocios así que decí darle oportunidad a algún estudiante de ahí, después de todo era un punto a favor de mi empresa, los medios veían muy bien que multinacionales dieran puestos de trabajo a jovenes estudiantes o recién graduados, pero tampoco había corrido suerte.

Eran 3 los estudiantes que había despedido en menos de un mes.

¿Acaso estaba siendo muy exigente?

No lo creo. Solo me tocaba gente mediocre e improductiva. Espero esta vez no llevarme un disgusto nuevamente.

-Bunos días señorita ¿a donde la llevo?

-A Garzón Industry por favor.

Efectivamente el tráfico era un caos, afortunadamente mi departamento no se encontraba lejos de la empresa, me tomaría unos 15 minutos llegar. Mientras el taxista se abría paso entre las interminables filas de carros que había en las calles de Manhattan me dispuse a revisar mi agenda del día, la cual estaba totalmente desorganizada y es que yo era muy responsable con todo mi trabajo pero en serio necesitaba a alguien que me ayudara con cosas tan básicas pero importantes como itinerarios.

-Servida señorita - oí al taxista, mientras pude observar al guardía de la empresa acercandose rapidamente a abrirme la puerta del auto al notar que era yo quien venía en él.

Asentí con la Cabeza extendiendole el pago al hombre, y me bajé de aquel taxi para empezar a caminar hacia la entrada de la empresa, cuando sentí un fuerte empujón que me dejó en él piso y acto seguido sentí mi blusa totalmente empapada.

Ese día como todos había decido usar ropa muy formal, cosa que me caracterizaba. Para mi mala suerte mi elección de hoy había sido una blusa blanca con cuello chino sin mangas, y una falda ejecutiva negra que se extendía hasta un poco antes de mis rodillas, a este conjunto lo acompañaban un par de tacones negros altos.

Esto tiene que ser una maldita broma pensé.

-Acaso no ves! -grité realmente alterada levantando la mirada para ver quien había sido el imbécil que me había tirado al suelo, pero para mi sorpresa era mujer.

-Pues tampoco es mi culpa no puedes caminar por la acera modelando como si fueras su dueña, esto es Mahattan la gente siempre tiene prisa querida ubicate!

En serio esta tipa acababa de hablarme así.

Este día cada vez se pone mejor.

Recogí mis cosas del suelo y me puse de pie para responder:

-Pues la que tiene que ubicarse aqui eres tu QUERIDA - repliqué en él tono mas arrogante que pude, solo para darme cuenta que la estúpida esa ya no estaba, me habia dejado literalmente botada en él piso hablando sola.

-¿Se encuentra bien señorita Garzón? -escuché al guardia preguntar.

Sin responder nada solo me adentre en la empresa para tomar el ascensor y dirigirme a mi oficina.

En cuestion de segundos estuve en él último piso del edificio y apenas las puertas se abrieron y los empleados notaron que era yo quien salia del ascensor enseguida corrieron a sus puestos de trabajo a fingir que hacian algo productivo. Típico!

Sin saludar a absolutamente nadie entré a mi oficina y cerré la puerta para sentarme en mi escritorio. Definitivamente necesitaba respirar, contar hasta 10 y calmarme.

-Alguien no esta teniendo un buen día. Jajajajajaja -Escuché esa risa burlona y puse mis ojos en blanco en actitud de fastidio.

-No es un buen momento Alejandro.

-uyyyy Alejandro. Definitivamente no tienes un buen día. Mirate nada mas ¿Que te sucedió jefa?

Alejo ha sido amigo de la familia desde hace mucho tiempo. Su papá y él mio siempre habian mantenido una buena amistad y cuando Alejo se graduó de la universidad había solicitado empleo en la empresa y mi padre se lo había dado. No me puedo quejar de el es excelente en lo que hace, su trabajo es impecable y es básicamente la unica persona con la que hablo dentro de esta empresa y me permito una relación aparte de lo laboral. Por la cercanía que hay entre nuestras familias además me agrada, pero este no es un buen día para fastidiar.

-Luego te cuento -respondí a su pregunta para no alargar el asunto.

-Por favor llama a Nicolas y dile que vaya a mi departamento y me traiga una blusa limpia. La blusa que me obsequió Aida de su ultima temporada.

-Claro que si jefa y ya relajate malos dias tenemos todos -respondio Alejo poniéndose de pie -y por cierto tu nueva asistente te está esperando.

-Perfecto. Dile que pase.

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