La verdad no contada |KookV|...

By Ami_BM

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En un mundo donde los predestinados prevalecen, es importante esperar a que el destino se encargue de unirte... More

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23 (I)
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25 (III)
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27 (Final)
Epílogo
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By Ami_BM

MinJae soltó un jadeo de sorpresa, esto era muy malo. Le había advertido de ello, pero tal parece no le dio importancia y ahora todo estaba llegando sin freno.

—Quítate la camisa, v-voy a revisarlas. —Dijo con notorio miedo.

TaeHyung con temor empezó a despojarse de ella. Tenía miedo de lo que le dijera o viera, él no se había atrevido a mirar, sabía que sería ver la realidad de lo que no quería aceptar aún.

La exhalación que el doctor soltó lo tensó, sabía lo que significaba, estaba perdido y no quería aceptarlo.

—Lo que me temía está sucediendo, Tae. Tienes que tomar cartas en el asunto o ya sabes lo que ocurrirá.

El castaño asintió con su rostro bajo, mientras una pequeña lágrima resbalaba por su mejilla. Su mundo esta vez sí se estaba derrumbando.

.

.

Tocó el timbre de aquella casa y en segundos unos pasos se escucharon acercarse, y en nada la puerta estaba abierta, dejando ver a aquella mujer con un bebé en brazos. TaeHyung quiso llorar por la imagen.

—¡Oh! —Expresó sorprendida—, ¿sucedió algo, cariño? no te esperaba tan temprano. Pasa.

Con un poco de temor el castaño entró, pero sabía que él no estaría ahí, lo que no se imaginaba era, que había alguien más dentro.

Antes de entrar por completo agarró a su bebé en brazos, arrullandolo, el cual al sentir aquella protección de su padre sonrió y TaeHyung lo imitó. Su sonrisa se borró al ver quién estaba en la sala.

¿Por qué le pasaba a él? 

¿Era su castigo? sí, eso era.

—Vaya..., lo que menos quería, suficiente tenía con ese crío. —Dijo con enfado. El corazón del castaño se estrujó, dolió.

—¡Jin! ¡no hables así! —Exclamó su madre, molesta ante la actitud de sus hijos.

—¿Qué? —responde su hijo, con un encogimiento de hombros—, Es lo que se merece después de lo que le hizo a mi hermano, no sé porque te empeñas en ayudarle, él se lo buscó.

Se levantó del sofá y se dirigió escaleras arriba, dejando a un TaeHyung con el corazón destrozado ante aquellas palabras, que aún le afectaban. Su rostro estaba bajo, mirando a su bebé, encontrando fuerzas para seguir de pie, sus pequeños merecían que siguiera firme.

—Lo siento, él... —Expresó la mujer.

—Descuide, yo lo siento aún más, por eso no ocurrirá esto, mañana sólo Jung Ahn vendrá. —Un clic se hizo en su cabeza—. Por cierto..., ¿dónde está mi cachorro? —Indagó buscándolo. 

La mujer aún más apenada, pasó saliva y miró con cariño a TaeHyung quien se inquietaba al no ver a su pequeño hiperactivo.

—Bueno... Jungk..., su padre vino temprano y se lo llevó a... "una salida entre padre e hijo" —Le comunicó la mujer. Por un momento creyó que era algo más serio por la cara de la mujer.

—Bien..., seguro más tarde lo va a dejar a casa, le agradecería que le dijera.

La mujer asintió, era triste ver que ni por el teléfono se comunicaban. Ahora lo único que los unía era su pequeño cachorro de cuatro años.

TaeHyung se despidió, agradeciéndole infinitas veces a la mujer por cuidar de sus hijos y se dirigió a casa.

Una vez en ésta, se condujo directamente a su habitación, colocando a su pequeño dormilón en el centro de la cama, rodeándolo con las almohadas por si se rodaba y así no caer. Se deshizo de su ropa que lo incomodaba, llevar siempre camisas con cuello de tortuga era una pesadilla, pero es algo que le toca soportar. Dejó al descubierto sus marcas, que ardían con forme el tiempo pasa, al acariciar dolía. Suspiró y colocó una camiseta que sólo dejaba ver parte de ello.

Una vez más cómodo, se acercó a su pequeño con un suspiro de nostalgia al verlo desperezado en la cama, con sus dos manitas desparramadas a sus costados y sus piernitas dobladas formando una especie de rombo, mientras su respiración era normal. Se mira tan lindo, tan indefenso, ese pequeño ser no se merecía aquel trato sólo por su falta, no, ese pequeño ser se merecía todo lo bueno. 

Quitó una de las almohadas para recostarse con su pequeño a la par, una vez estuvo cerca, el pequeño lo sintió y se movió de costado posando una de sus manitas en la cintura de su padre el cual casi solloza por lo tierno de su bebé.

—Te prometo que un día todo cambiará. —Le susurró mientras hacía piojitos en la cabecita de su bebé.

Minutos después, ambos se encontraban con sus respiraciones normales por causa del sueño en el que se sumergieron.

.

.

.

Había pasado casi un mes desde que había visto a aquel alfa en la fiesta, se maldecía por no haber siquiera pedido su número, pero eso no iba con él, así que no se entendía ni él mismo, ¿por qué entonces se reprochaba?

Después que bailaron o más bien intentó él bailar, tomaron un par de tragos conversando. Se enteró que el chico es de Busan al igual que Jimin. Así como también que tenía un hermano omega mayor.

¡Habían hablado mucho! ¡Y no pudo pedirle su número!

Se reprochaba eso, cómo era posible que hasta hablaran un poco de su familia y no lo normal para estar en comunicación. Lo más triste es que Seúl es grande y sería muy difícil verle de nuevo, se lamentaba su mala suerte, sin duda aquel alfa lo había dejado anonado.

—¿Qué piensas tanto? ¿te sigues reprochando el no haberle pedido su número? —El pelirrojo asintió—. Tae..., ¡él también pudo pedírtelo! ¡y no lo hizo! 

—Gracias, YoonGi Hyung, ayudas mucho.

—Oh..., yo lo siento, sólo que..., me sorprende verte enganchado de ese alfa..., sin ser destinados.

—Sabes que estoy de acuerdo contigo, uno debe enamorarse por voluntad propia, no porque su lobo lo quiera. —Le recordó sus palabras—. Y en verdad ese alfa me agradó ¡fue muy lindo!

—Eso no es suficiente, que tal y...

—Lo sé, pero si él ya hubiera encontrado su destinado no me habría..., coqueteado. No soy tonto Hyung, sé cuando alguien lo hace —Sonrió al recordarlo—, fue el más sutil hasta ahora.

—Bien..., ayudaré en la búsqueda de tu príncipe perdido.

El omega bufó y luego sonrieron. Dejando a TaeHyung con una esperanza de aunque sea, volverlo a ver.

Mas el tiempo no estaba de acuerdo en ello...

(...)

—Este lugar apesta a desilusión. —Dijo el omega al entrar sin permiso a la habitación de su hermano menor—. Ya supera a ese chico ¿no? ni que fuera tu destinado. —Rueda los ojos.

—No me importa si no lo es, ese omega es..., encantador. —Sonríe como bobo—. ¡Y me maldigo por no pedir su número!

—Fuiste un idiota, bueno eso siempre. —Ríe ante la mirada de su hermano—. ¡Vamos! ya pasaron cuatro meses desde esa fiesta, seguro ni se acuerda de ti.

—Gracias, Hyung.

—Ademas, sabes que mamá y papá se enfadarían porque no es tu destinado.

—Lo sé, pero no me importa, si tengo la oportunidad de verlo de nuevo, no lo dejaré ir.

.

.

.

El llanto de su pequeño bebé lo hizo despertar, con cuidado lo toma en brazos para calmarlo, mientras iba a preparar su fórmula, sabía que probablemente tendría hambre ya que a él le rugían las tripas.

Al ver la hora se alarmó porque ya eran las cinco, percatándose de que no almorzó, al menos su pequeño ya lo había hecho cuando fue por él, ya que eran casi las dos.

¡Habían dormido mucho!

Esperaba y su bebé lo dejara dormir por la noche, puesto que por dormir mucho, su sueño costaba que le llegara, no todas las veces, pero sucedía.

—Te quedas aquí y vuelvo en un segundo con tu fórmula. —Le dijo al recostarlo en el corral que yacía en la sala.

Tarareaba una canción de esas que le ponía a su pequeño de 4 años y eso hizo que lo recordara. Ya era tarde, quizás cenaría con él y por eso vendría noche. De algún modo le intrigaba, sabía que no le pasaría nada, pues está con su padre, pero aquella inquietud siempre estaba ahí.

Terminó de preparar la fórmula y sin dejar de tararear, la llevó donde su bebé quien la tomó con desespero, él sonrió por lo lindo de la imagen. 

—Serás un pequeño impaciente, igual que... —Susurró, pero sus palabras se quedaron a medias por el sonido del timbre—. Voy a ver quién es, ya volveré. —Le comunicó a su pequeñín.

Abrió la puerta, encontrando a su pequeño con un semblante cabizbajo el cual no tardó en aventarse a los brazos de su papi no mas lo vio. Lo abrazó con mucha intensidad mientras sollozaba, haciéndolo asustarse  por lo que le pudo haber pasado.

Tomó a su pequeño haciendo que este enrollara sus piernas en su torso, mientras le sobaba la espalda. Elevó la vista para ver a un Jungkook apoyado en su auto, viendo aquella escena totalmente ido. Al percatarse de la mirada de TaeHyung volvió en sí, sólo le dedicó un pequeño asentamiento y se introdujo de nuevo al auto para luego marcharse.

TaeHyung suspiró derrotado, mientras cerraba la puerta al entrar con su pequeño.

—¿Qué sucede, cariño? ya no llores, me lastimas al verte hacerlo.

—Papá es malo, ya no te quiere.



BM~

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