Slenderman no aflojaba el agarre, pero se quedó inmóvil como todos cuando Masky quitó el seguro de su pistola, sin despegarla de la cabeza de mi hermano.
El silencio abrupto reinó por unos eternos segundos, mientas que Nina buscaba el aire a toda costa.
-Masky, baja esa jodida arma-amenazó Jeff entredientes y su vista se dirigió hacia Nina.
-No está en mi protocolo obedecer a idiotas-respondió y su mirada se dirigió hacia mí-. ¿Qué planeaban hacer con una aliada de Zalgo en la cabaña?
Mis ojos no dejaban de ir desde Nina hacia Masky, una y otra vez. Tragué saliva y fruncí el ceño.
-Suelten a Nina y les responderemos todo, pero si lastiman a uno de los nuestros no voy a tener piedad.
El cuerpo de ella cayó al suelo. Nina intentaba incorporarse y tosía tocándose el cuello, mostrando unas marcas rojas por el apretón.
-La mocosa apareció en el bosque y quise ayudarla-respondí, asumiendo la culpa de su llegada-. Nos dimos cuenta que escondía algo, cuando Sally y ella jugaban a las escondidas y... Espera, ¿cómo sabían de ella?
Masky levantó su máscara hasta sus labios, dibujando una sonrisa arrogante en su rostro.
-Creo que no hay suficiente confianza entre Toby y tú, ¿verdad?
Un escalofrío recorrió mi columna, como si me hubiesen tirado un balde de agua helada de golpe. ¿Toby les había contado? Debe estar...bromeando.
-Es l-lógico, _____-habló Nina, una vez que ya había recuperado el aire-. Slenderman no había sentido su presencia, no habría otra forma de que se enteraran.
Los tentáculos de Slenderman estaban intranquilos, se movían de un lado a otro. Seguramente molestos por no saber dónde estaba la niña esta. Le señalé el sótano, sin dirigirle una palabra y él desapareció de la vista de todos, pero de un segundo a otro apareció con la chica entre sus largos brazos.
-¡Suéltenme!-Gritó la rubia sin dejar de lloriquear- ¡POR FAVOR!
-De esto nos debíamos encargar nosotros-acotó el Proxy y bajó nuevamente su máscara-. Ustedes sigan a salvo, no queremos ocuparnos de otros problemas por ahora.
-¡No nos trates como basura, Masky!-Exclamé, acercándome peligrosamente hacia él.
Bajó su arma de la cabeza de Jeff y me apuntó directamente a mí, entre mis ojos. Era magnífico ver que su buen pulso no permitía fallo alguno en su puntería, a pesar de estar apuntándome a mí.
-Masky...te lo advierto-susurró Jeff, con el ceño fruncido y una sonrisa amenazadora.
-Déjalo-respondí seguido de una carcajada-. Haz lo que quieras, sin mí se les dificultaría aún más buscar el paradero de Zalgo.
Y era verdad. Estos meses no estuvieron usándome para sus trabajos, pero eso significaba un trabajo mayor para mí, posiblemente cuando obtuvieran una pista más certera de mi padre. Tras decir eso, Masky chasqueó su lengua y guardó su pistola, regresando la vista hacia Slenderman y la niña.
Slenderman solo la mantuvo inmóvil y gritando, al parecer no le molestaba el capricho que estaba creando esa mocosa traicionera.
-Sabía dónde estaba el libro-comenté como un detalle importante-, solo por si necesitaban saber algo más.
Tras decirles eso, asintieron y se retiraron de la cabaña. Apenas cerraron la puerta y yo mandé lejos un florero de cristal, estrellándolo contra la pared. Toby me había traicionado, él sabía que tenía todo bajo control, o al menos gran parte...
-¡Es increíble! Puedo manejar las situaciones mucho mejor que él, no entiendo por qué tuvo que contárselo a Slenderman...
-No confía en nadie...-dijo Nina, con cierta voz persuasiva-. Ni siquiera confía en él mismo, _____. ¿Te crees que confiaría en ti?
Soltó una risilla que me irritó mucho más que los gritos de la niñata, pero Jeff con una simple mirada, hizo que se callara de una buena vez.
-Ahora ocupémonos de esa nota que te ha dejado Zalgo-dijo y se cruzó de brazos-. No debe estar lejos, pero mantendremos este detalle entre nosotros o las cosas se descontrolarán aún más.
Asentí y unos pasos acelerados hicieron que alzara la vista hacia los pasillos de arriba, donde una pequeña Sally asomaba su cabeza con curiosidad.
-¿Y...y mi amiga nueva?-Preguntó con total inocencia.
-Murió-respondió Jeff con una sonrisa amplia-. La colgué en el sótano.
-¡Jeff!-Exclamé y miré a Sally nuevamente- Slenderman se la ha llevado, pero descuida. Nos tienes aquí para jugar contigo.
Sally no dijo ni una palabra por un tiempo, solamente se nos quedó mirando y luego ladeó la cabeza, como si hubiese despertado de un trance.
-No... Iré a jugar con Ben, él debe estar aburrido-mencionó lentamente, retirándose con tranquilidad hacia el cuarto de su amigo.
Nos miramos entre los tres, confusos por la reacción de ella. Finalmente le restamos importancia, nos sentamos en el salón y debatimos sobre las posibilidades que teníamos de hallar a Zalgo.
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La noche había caído rápidamente y para nuestra mala suerte, no sacamos muchas conclusiones. Si Zalgo se encontraba por aquí, podría estar poseyendo a cualquiera de nosotros, incluso a Masky. O también podría estar oculto entre los espejos, las paredes...
Pensar demasiado en esto causaba paranoia en cualquiera de nosotros. Lo mejor fue dejar el tema inconcluso e irnos directo a nuestras habitaciones, no sin antes cubrir todos los espejos de la cabaña; el del baño lo habíamos pintado de negro, y el de los cuartos los habíamos cubierto con unas mantas. Nada podía salir mal, después de todo somos buenos asesinos. Sí, debería calmarme.
Me desvestí y me cubrí con una camiseta gastada para poder dormir, me escondí entre las sábanas de la cama y traté de dormir un par de horas, pero sin poder pegar un jodido ojo en lo que iba de la noche.
Los músculos me pesaban, los párpados se me caían sin que pudiese levantarlos y mi respiración se relajó, por fin sintiendo que iba a conciliar el sueño...
Si no fuera porque alguien se había sentado sobre mi cintura. Abrí los ojos de golpe y reaccioné sin pensar, contrayendo mi cuerpo y pateando a la persona al otro extremo de la habitación.
En medio de la oscuridad, saqué mi cuchillo de debajo de la almohada y bajé de la cama. El cuerpo más grande que yo me sujetó los brazos y forzó a que lo mirara, reconociendo los googles anaranjados de Toby.
-Eres tan estúpido que no sabes usar la puerta, ¿verdad?-Pregunté con mi rostro contraído del enfado, tanto por su traición como por el susto que me había pegado.
Su risa grave desencajó mi mente por completo, sus manos envolvieron mis muñecas, pero mi cuchillo rozó su antebrazo para herirlo, algo que resulta inservible si se trata de él.
Notó la sangre recorrer su brazo y su rostro bajó a ver la herida. Aproveché y le di un cabezazo, apartando su cuerpo del mío antes de que me arrepintiera de estar molesta con él.
-¿Pe-pero q-qué dem-de-demonios t-te ocurre?-Preguntó enfadado y regresando su vista hacia mí.
-Tu traición es lo que ocurre-susurré y esta vez fui yo quien lo estampó contra la pared, con ambas manos sujetando sus ropas-. ¿En qué pensabas? ¡Le dijiste a Slenderman lo que yo estaba planeando!
-¡Shh!-susurró y cubrió mi boca con sus manos, dejándome ver una mirada seria- No debe saber que estoy aquí...
Lo miré, bastante confundida y apartando sus manos de mi boca.
-¿Quién no puede saber? ¿Slenderman? Debes contarle también que vienes aquí-Dije con ironía y cruzándome de brazos.
-Aho-ahora no, __-___...-Respondió, frustrado y tomándose del cabello- Hablo d-de Zalgo...
Mi aire superior se desvaneció como alma que llevaba el Diablo, ¿Zalgo?
-¿Cómo...?
-Esa niña, tú te-tenías ra-razón. Es una alia-a-aliada de Z-Zalgo, él la engañó co-como a cualquier alma i-inocente-mencionó y pasó saliva-. Ella tuvo con-contacto con to-todos ustedes, Zalgo sa-sa-sabe que estás aquí y-y podría haber reem-reemplazado a Jeff, o a Nina. In-incluso a Ben o a Sally.
-¿No puedo confiar en nadie?-Pregunté con temor, esto no puede ser, nos dejamos caer en la trampa más imbécil de todas...
-No, n-no puedes-respondió Toby, ahora revisando la herida en su antebrazo nuevamente.
Retrocedí, preocupada y mirando por toda mi habitación. Si él tomó el alma de Jeff...lo mataré apenas encontrarlo... Pero si ella estuvo en contacto con nosotros...
-Tampoco puedo confiar en ti-aseguré, mirando de reojo al Proxy que tenía a mi lado.
Este me observó, sorprendido por mi comentario.
-¿Es-estás de b-broma?-Preguntó y soltó una carcajada que hizo estremecerme- __-_____, soy t-tu compañero, v-vine a-quí para ad-advertirte y m-me dices eso, m-maldita s-sea.
-Es normal, le dices lo que no debes a Slenderman y eso puede ser para que confíe en ti porque Zalgo no haría algo así para arruinarse.
Su rostro empalideció ante mi teoría, respiró hondo para evitar mandarme a la mierda y negó tomando sus hachas.
-Di l-lo q-que q-quieras...pero a-anda c-con cuidado. S-si n-no confías e-en m-mí, n-no ha-hay necesidad de-de que v-venga a c-cuidarte.
Esto es típico de un inmaduro, y mi orgullo no va a ser pisoteado por un Proxy infantil.
-Bien, no vengas a ayudarme entonces. Yo puedo encargarme sola de todo esto-respondí, dejando que se marchara con un rostro ahora afligido, pero no iba a sentir culpa por esto, no lo haré...
Por lo menos ahora.