12 CHICOS LOBOS ©

By bellaminelli

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Erika acaba de terminar con su novio, es de noche, hace frío y esta sola. Como si eso no fuera suficiente, la... More

12 CHICOS LOBOS - Capitulo 1
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 2
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 3
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 4
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 5
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 6
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 7
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 8
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 9
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 10
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 11
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12 CHICOS LOBOS - Capitulo 14
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 15
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 16
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 17
12 CHICOS LOBOS - Capítulo 18
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 19
12 CHICOS LOBOS - Capítulo 20
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 21
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 22
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 23
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 24
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 25
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 26
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 27
Capitulo 28 - 12 CHICOS LOBOS
Capitulo 29 - 12 CHICOS LOBOS
Capitulo 30 - 12 CHICOS LOBOS
Capitulo 31 - 12 CHICOS LOBOS
Capitulo 32 - 12 CHICOS LOBOS
Capitulo 33 - 12 CHICOS LOBOS
Capítulo 34 - 12 CHICOS LOBOS
Capítulo 35 - 12 CHICOS LOBOS
Capítulo 36 - 12 CHICOS LOBOS

12 CHICOS LOBOS - Capitulo 12

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By bellaminelli

Capitulo 12

Simón y Erika siguieron el trayecto a la madriguera en silencio, lo cual fue reconfortante ya que se sentía algo cansada. Al llegar Simón la bajo y la hizo pasar primero, cuando Erika entro no pudo contener su sorpresa, lo que antes solo era una simple madriguera de tierra con túneles y alfombras se había convertido en un acogedor lugar con árbol de navidad, botas colgadas y regalos, tal vez no era mucho, pero era mucho más de lo que ella alguna vez tuvo, esta era una navidad real, y estaba justo frente a sus ojos. Micaél se acerco a ella sonriendo y le puso un gorro de Santa Claus en la cabeza, se dio cuenta que todos llevaban uno puesto.

-          Te estábamos esperando. – le sonrió Micaél – Vallamos a cenar.

Ella los siguió por el pasillo, ansiosa por saber que cenarían, gracias a que Simón había rechazado la cena de Seth no tenía nada en el estomago desde la tarde. Demián había decorado la mesa de una manera increíble, con velas y manteles acordes a la ocasión, sobre ella estaba la cena, que lucía realmente deliciosa. Demián siempre había sido, a diferencia de Seth, bastante humilde a la hora de preparar comidas extravagantes, pero esta vez se había inspirado en serio, había preparado el pavo el cual se veía increíble, ensalada, puré de papa, pierna y el pastel de chocolate que habían hecho juntos, también había una copa de champán para cada uno. Todos tomaron asiento.

-          Bien, - dijo Chris alzando levemente su copa – ahora que estamos todos reunidos, yo espero que… - parecía que iba a decir algo interesante pero se detuvo de pronto. – A quien engaño, no se dar discursos cursis, simplemente disfruten la comida bola de animales, salud. – dijo mientras alzaba su copa más alto.

-          ¡Salud! – gritaron al unisón los demás.

Todos tomaron un largo sorbo de sus respectivas copas, Erika estuvo a punto de hacer lo mismo, pero cuando se empino la copa para beber Chris la detuvo quitándosela delicadamente.

-          Tu no. – fue lo único que dijo.

-          ¿Por qué? – Erika frunció el ceño.

-          Tienes dieciséis, ¿no es verdad? – le contesto mirándola de reojo pero sin prestarle mucha atención. – Tal vez seamos unos animales pero eso no significa que vamos a dejar que te embriagues, Demián puso la copa para que se viera mejor la mesa, no para que le bebieras.

-          No me voy a embriagar, solo es una copa. – contesto Erika entrecerrando los ojos. Chris estaba exagerando demasiado.

-          Para una persona que nunca ha bebido, una copa es suficiente para embriagarse, deja de discutir ya. Lucas, tráele a Baby Doll jugo de uva, - se volteo a Erika – así puedes imaginar que estas bebiendo vino tinto. – le giño un ojo.

Erika ya no le dijo nada más porque sabía que Chris no iba a cambiar de opinión, además la había puesto en desventaja, era verdad que ella no estaba acostumbrada a consumir nada de alcohol, sin embargo ella no creía que le fuera a pasar algo. Lucas le trajo a Erika otra copa, pero con jugo de uva, lo cual era un poco denigrante pero prefirió ya no decir nada. Todos comenzaron a cenar y a suspirar, definitivamente Demián era un genio culinario cuando se lo proponía, todo estaba de maravilla.

Una vez que todos terminaron se dirigieron a la sala, donde el árbol y los regalos los esperaban. Fue hasta entonces que Erika se percato que ella no tenía nada para los chicos, sin embargo ellos no podían culparla, no tenía muchas opciones para conseguir cosas, pero eso no evito que se sintiera algo avergonzada. Arón les indico a todos que se sentaran formando un medio círculo alrededor del árbol y lo hicieron. Arón levanto el primer regalo y leyó la nota en voz alta.

-          Para Baby Doll de Kaiser. – dijo entregándole el regalo a Erika. Instantáneamente se sonrojo.

-          Gracias… - dijo tímidamente dirigiéndose a Kaiser. El chico solo sonrió.

-          Qué esperas, ábrelo. – dijo Arón mirándola con impaciencia y emoción.

Erika desgarro el papel suavemente hasta quitárselo por completo. Era un juego de mesa, resultaba bastante irónico. Erika sonrió abiertamente, agradecida por el regalo. Arón levanto el siguiente paquete y tomo la tarjeta para leerla. Era de Chris para Parker y le había regalado ropa interior, su creatividad recibió varios silbidos y aplausos por parte de los chicos. Arón tomo el siguiente.

-          Para Baby Doll de Lucas. – Lucas se levanto y tomo el paquete para entregárselo personalmente a Erika.

-          Feliz navidad. – sonrió.

-          Gracias. – Erika le devolvió la sonrisa y Lucas le giño un ojo.

Por la forma del paquete Erika podía fácilmente adivinar su contenido, un libro. Al quitar el papel quedo al descubierto un libro de pasta dura color rojo, y en la primera pagina se leía “The First Snow” Por Lucas J. Weltch en letra cursiva color dorado.Le sorprendía siempre lo increíble mente bien hechos que estaban los libros de Lucas, como los de una profesional. Dejo el libro a un lado para poder leerlo después y volvió a dirigirle una sonrisa a su autor. Aun no podía creer que le estuvieran dando obsequios de navidad.

Arón rompió el silencio levantando el siguiente paquete para leer la tarjeta, era de Larry para Teo, le dio un nuevo juego de ajedrez. Luego levanto otro, era de Baco para Erika, sintió un pequeño cosquilleo en el estomago cuando al abrirlo encontró una baraja de cartas nueva. Se sonrojo al recordar lo lejos que habían llegado Baco y ella gracias a una baraja similar e intento ocultar la mirada como si los chicos fueran adivinar sus culposos pensamientos, sin embargo la levanto para sonreírle levemente a Baco.

-          ¿Qué clase de regalo es ese? – pregunto Chris frunciendo el ceño.

-          A Baby Doll le gusta mucho jugar cartas. ¿Verdad? – pregunto mirando a Erika. Ella asintió sin mirarlos.

-          No perdamos el tiempo, aun quedan muchos. – les dijo Arón asiéndolos callar y levantando otro regalo. – Para Baby Doll de Chris.

Arón le pasó el regalo a Erika quien lo tomo con sorpresa, la verdad era que no esperaba que Chris le regalara algo. Era una caja realmente pequeña, forrada con terciopelo, Erika solo había visto ese tipo de cajitas en las películas, por lo tanto estaba nerviosa por saber cuál sería su contenido. La abrió con cuidado y sonrió al ver una sencilla pero brillante cadenita con un lobito colgando como dije. Chris se levanto y se acerco hasta donde ella estaba, tomo la caja y saco el collar, después se puso detrás de Erika y le indico que se recogiera el cabello. Erika sintió un cosquilleo alrededor del cuello mientras Chris le colocaba el collar.

-          Gracias… - sonrió Erika. Chris solo le giño un ojo.

-          Las joyas son los mejores amigos de las chicas. – dijo Chris levantando las manos a modo de disculpa dirigiéndose a los otros chicos quienes lo miraban casi con tanto desconcierto que Erika. Definitivamente la bipolaridad de Chris nunca terminaría de sorprenderlos.

Arón se apresuro a tomar el siguiente regalo ignorando si los chicos se daban cuenta o no.

-          Baby Doll, este es de mi parte. – Arón le entrego a Erika tímidamente una caja pequeña.

Ella la tomo y pudo sentir que su contenido pesaba un poco más que el resto de regalos que había recibido. Abrió con cuidado la pequeña caja temiendo poder romper lo que albergaba en su interior. Era una brújula, una brújula de un brillante color plata.

-          Con ella ya no volverás a perderte en el bosque. – dijo Arón rompiendo el silencio, mirando a Erika con timidez.

-          Muchas gracias. – respondió abiertamente conmovida por su noble intención. No podía negar que en el fondo sabia lo mucho que ese obsequio podía llegarle a servir.

Arón sonrió todavía más al sentir que su regalo le había encantado a la chica, y prosiguió con la repartición de presentes. Los siguientes fueron de los chicos para los chicos, e iban desde ropa interior y juegos de mesa a revistas y videojuegos.

-          Para Baby Doll de Parker. – Erika levanto la vista al escuchar su apodo después un rato.

Arón le extendió la caja para que ella la tomara. Al abrirla no pudo evitar que sus mejillas ardieran. Era un traje de baño, de dos piezas, color rojo con puntos blancos. Puesto a que Erika no alzo el regalo como había hecho con los demás, los chicos comenzaron a acercarse para ver que era, lo cual solo hizo que Erika se sonrojara más.

-          ¿Qué es eso?

-          ¿Es un bikini?

-          Parker eres un pervertido.

-          Es muy bonito.

-          Con este clima Parker, ¿en serio?

-          Es original.

Las voces de los chicos se acumulaban alrededor de Erika, ni siquiera podía reconocer de quien eran, estaba anonadada mirando su nuevo traje de baño. Lo cierto era, que Erika tenía un cuerpo bonito, perfectamente asimétrico, sin embargo, jamás se había  atrevido a usar tan pocas prendas, se sonrojaba de solo pensarlo.

-          ¿Recuerdas que te dije que en verano te enseñaría a nadar? – la voz de Parker hizo callar a las demás, pero todas las miradas seguían en Erika, quien seguía contemplando la caja abierta.

-          Si. – asintió ella pero sin atreverse a mirarlo aun. – Gracias. – esta vez sí levanto la mirada, rezando porque el color de sus mejillas hubiera vuelto ya a la normalidad.

-          Por nada. – Parker sonrió también, con aquella sonrisa tan segura que lo caracterizaba.

Una vez que todos volvieron a sus lugares iniciales, Arón se propuso a continuar. Levanto una caja bastante cuadrada, pero antes de que pudiera comenzar a leer la tarjeta, Simón, quien había permanecido bastante tranquilo, se levanto de un salto y le arrebato la caja. Corrió y se sentó de rodillas justo frente a Erika.

-          De mí para Baby Doll. – sonrió el chico extendiéndole la caja.

Erika la tomo, aun sorprendida por la repentina reacción de Simón. Esa caja también pesaba un poco, al quitar todo el papel se topo con una cámara color negro, Erika solo había visto ese tipo de cámaras en las revistas. “¿De dónde sacan dinero estos chicos?” no pudo evitar preguntarse de nuevo.

-          ¿Te gusta? – pregunto Simón entusiasmado – Con ella podremos conservar todos los momentos que pasemos juntos. – Le dijo el alegre chico mirando a Erika con unos ojos tan puros e inocentes que la conmovieron hasta los huesos. Hizo que se preguntara como era posible que ese niñito fuera mayor que ella.

-          Si, muchas gracias. – contesto tratando de transmitirle lo feliz que estaba.

Simón se deslizo hábilmente a lado de Erika, obligando a Larry a hacerse a un lado para sentarse él. Arón, aun un poco desconcertado por el reciente y rápido suceso, tomo el siguiente paquete más cercano, esta vez le hecho una mirada de precaución a Simón antes de leer la tarjeta.

-          Para Baby Doll de Larry.

Arón le extendió a Erika una bolsa de regalo. Metió su mano en el interior y pudo sentir un suave y esponjoso objeto, tiro de él y saco un oso de felpa. Erika contemplo con ojos brillantes el tierno juguete, con el cual había soñado infinidad de navidades en el orfanato. De hecho, todos los niños del orfanato habían deseado alguna vez tener uno de esos encantadores ositos, sin embargo, las madres religiosas los encontraban como un objeto completamente innecesario.

-          Yo… muchas gracias, me encanta. – dijo Erika con toda la sinceridad que pudo expresar mirando a Larry a los ojos. – En serio, me encanta.

-          Me alegro. Pensé en ti cuando lo vi, me recuerda a ti.

Erika no entendía a que se refería Larry al decir que un oso de felpa le recordaba a ella, sin embargo le pareció que sería grosero preguntar, por lo que solo le dedico una amable sonrisa al chico e hizo el muñeco a un lado con el resto de sus nuevas pertenencias. Los siguientes regalos fueron para los demás.

-          De Demián para Baby Doll. – dijo Arón después de un rato.

Le pasó a Erika un paquete envuelto minuciosamente, con un listón en la parte de arriba, se notaba que se había esmerado en la decoración mucho más que los demás, sello distintivo del educado Demián. Quedo boquiabierta cuando al quitar la tapa encontró un brillante brazalete, era definitivamente la cosa más bella que Erika hubiera visto jamás, brazaletes así, solo los usaban en las películas.

-          Es… es hermoso. – logro articular después de contemplar con admiración el objeto.

Levanto la mirada para buscar la de Demián, el chico solo la contemplaba sonriendo. Erika no pudo sostener tanto tiempo su mirada y busco refugio volviendo la vista al objeto, sin embargo aun podía sentir los enormes ojos color negro de Demián haciéndole un agujero en la cara. Se concentro en que sus mejillas se mantuvieran en su tono neutro.

-          ¿Quieres que te la ponga? – pregunto Demián después de unos eternos segundos. Erika solo asintió.

El chico se puso de pie y camino hacia ella quien solo le extendió la pequeña caja para que él tomara el bello brazalete. Demián se puso en cuclillas justo frente a Erika tomando su muñeca derecha para ponerle el brillante accesorio, ella solo sintió un agradable cosquilleo. Demián desprendía un aroma demasiado bueno, como a hierbabuena y colonia masculina, sintió una culposa necesidad de abrazarlo pero desistió inmediatamente.

-          Listo. – dijo contemplando la delgada muñeca de Erika con aquel brillante brazalete color oro y plata. – Te queda perfecto.

-          Gracias. – contesto mirando también su muñeca. Cualquier cosa era mejor que perderse en esos profundos ojos negros.

Una vez más, Arón tomo el control de la situación haciendo que todos se sentaran en sus respectivos sitios para que él pudiera continuar. Ya habían avanzado  bastante, más de la mitad de los regalos habían sido entregados pero aun quedaban algunos, por lo que se concentraron en terminar.

-          Para Baby Doll de Teo.

Tomo el paquete dando las gracias con una leve inclinación de cabeza a Arón, igual que había hecho con todos los demás, y comenzó a quitar el papel de envoltura. No pudo evitar ocultar su sorpresa al ver a esa muñeca de porcelana. La muñeca era idéntica a ella, en casi todos los aspectos. Un cabello largo y negro, una piel suave y blanca pero que en la muñeca resultaba fría, y unos enormes ojos color gris. A pesar de eso, se sintió realmente alagada con aquel obsequio.

-          Gracias, es realmente… original. – dijo mirando a Teo quien la miraba entusiasmado.

-          Tal vez ahora comprendas el obvio significado de tu nombre. – le contesto sonriendo.

Se limito a asentir, y siguió mirando a su pequeño clon. Por grosero que sonara en su cabeza, pensó que sería mejor esconderla por las noches, puesto a que estaba segura que su adorable aspecto a la luz sería muy distinto al de la oscuridad.

-          Para Baby Doll de Sheen. – alzo la voz Arón para que todos pudieran escuchar, a pesar de que todos estaban en silencio.

Era una manta, y la había tejido el mismo Sheen, era suave y cálida, muy apropiada para los fuertes fríos que azotaban el bosque todas las noches. Hasta ese entonces, Erika había sobrevivido porque por alguna razón, los doce chicos desprendían calor, casi todo el tiempo, era por eso que jamás estaban abrigados, aunque afuera estuviera nevando. Sin embargo, Erika pasaba mucho frío en aquel lugar, se alegro que al menos uno de los chicos lo hubiera notado.  

-          Gracias. – contesto palpando la suave tela con sus manos. – Muchas gracias Sheen.

-          Por nada preciosa. – Sheen le giño un ojo, contento de que sus habilidades con las agujas de tejer tuvieran frutos.

Erika no espero más y se envolvió en ella al instante, sintiendo rápidamente su efecto acogedor, y se dispuso a prestarle a Arón la atención que merecía para continuar con su labor. Los siguientes regalos fueron para los chicos. Erika ya había perdido la cuenta de quienes le habían dado algo, pensó que ya habían terminado con los de ella.

-          Para Baby Doll de Micaél. – dijo Arón extendiéndole a Erika una caja algo grande.

Se sintió un poco avergonzada de haberse olvidado de Micaél, pero lo cierto era que no esperaba que le diera algo, la verdad no esperaba que ninguno le fuera a dar algo, y se había equivocado.

Tiro del listón para retíralo por completo y destapo la caja. Sintió que se le salía todo el aire y su cuerpo quedaba lívido y vacío cuando vio el contenido. Sus manos temblaron un poco al revivir el recuerdo. Levanto la mirada para ver a Micaél, como si no pudiera creer lo que le acababa de dar. El solo sonreía.

Micaél le había regalado un vestido blanco y largo, casi transparente, exactamente igual al de su pesadilla. 

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