12 CHICOS LOBOS ©

12 CHICOS LOBOS - Capitulo 11

Capitulo 11

Esa noche después de terminar el pastel y decorar el árbol se fueron a dormir, Erika se había acostumbrado a dormir en el suelo después de todo, ya no le molestaba, en especial porque solía usar la pierna de algún chico como almohada, todos lo hacían.

A la mañana siguiente se despertó temprano como de costumbre, pero con la diferencia de que esta vez estaba emocionada. Si los chicos decían la verdad, ese día debía ser 24 de diciembre, lo cual significaba muchas cosas para Erika.

Salió de la madriguera para estirarse y tomar aire. El bosque entero estaba cubierto por una espesa capa de nieve blanca y corría una brisa muy fresca, las copas de los pinos pesaban por tanta nieve sobre ellas, era realmente hermoso, Erika estaba extasiada.

-          Ángel. – susurro una voz desde los arbustos, sacando a Erika de sus pensamientos. – Ángel soy yo, ven aquí. – dijo Nick detrás de un arbusto.

Se acerco hasta el arbusto, Nick estaba en cuclillas en el suelo y tiro de la muñeca de Erika para que hiciera lo mismo, ¿de quién o de qué se escondía? Nick le sonreía desde las sombras que producían las hojas sobre ellos.

-          Hola Ángel, te extrañe. – Nick le dio un espontaneo y fugaz beso en los labios dejándola paralizada por unos segundos. Definitivamente no sería fácil acostumbrarse a eso. – Ven, vamos a mi casa.

Nick se levanto tan rápido que Erika casi se cae al intentar imitarlo, él comenzó a tirar de su mano para que lo siguiera pero ella se detuvo en seco al recordar lo que Micaél le había dicho, sobre llevar a Simón con ella.

-          ¿Qué pasa Ángel? – la miro extrañado de que no lo siguiera.

-          Olvide algo. – le dijo mirándolo a los ojos.

-          De acuerdo, ve, aquí te espero.

Corrió hasta el agujero que conducía a la entrada de la madriguera y se deslizo hasta su interior. Dentro los chicos ya se encontraban despiertos pero solo algunos estaban en la sala, imagino que los demás estarían desayunando. Para su buena suerte Simón estaba en la sala, armando un rompecabezas. Camino hacia él, Simón solo la miro por un segundo y volvió la vista a su rompecabezas.

-          Baby Doll, siéntate y ármalo conmigo. – la punta de la lengua de Simón se asomaba sobre la comisura de su labio superior. Siempre hacia eso, igual que un niño pequeño.

-          Simón, ¿quieres venir conmigo?

-          ¿A dónde? – frunció el ceño.

-          A la casa de un amigo.

-          ¿Amigo? – Simón rió - ¿Tienes amigos en el bosque? ¿Hablas con los animales Baby Doll? – dijo sin dejar de armar el rompecabezas.

-          No, - Erika rodo los ojos – él es real.

Esta vez sí capto la atención de Simón, quien la miro desde el suelo con el ceño fruncido.

-          ¿Él? ¿Quién es? – cambio su actitud instantáneamente al ver que se trataba de un chico.

-          Esta aquí afuera, ven conmigo.

Se levanto y la siguió, ambos salieron de la madriguera y se dirigieron al arbusto donde estaba Nick. Cuando Nick la vio sonrió, pero su sonrisa se esfumo tan rápido como vio a Simón detrás de ella, lo mismo paso con Simón quien frunció el ceño desde el momento en que lo vio. Erika decidió mantener un poco de distancia entre los dos chicos y se detuvo a un metro de donde se encontraba Nick.