La alarma irrumpió mi sueño, ¿cuándo me había dormido? ¿Elisa estaba aquí? Esa maldita niña me ha dejado la desconfianza más grande. Me estiré para apagar el reloj pero mi mano se topó con un rostro a mi lado, haciéndome asustar y abrir los ojos. El rostro aniñado de Toby hizo que me relajara nuevamente en la cama y sonriera, el maldito idiota se había metido por la noche. La ventana abierta confirmaba eso.
-Apaga...l-la a-alarma...-balbuceó con su voz ronca y me abrazó por la cintura.
Hice caso y ese irritante sonido dejó de molestar en la habitación, me acurruqué en el pecho de mi Proxy y besé su comisura. Se lo notaba agotado, supongo que Slenderman lo está llenando de trabajos y yo no le estaba dando descanso con nuestras discusiones. Debía entender que estaba teniendo una carga extra ya que Slenderman lo había estado utilizando como si él fuera Hoodie. No debería ser egoísta, pero momentos como estos él me los había quitado. Toby me apretó contra él y abrió uno de sus ojos con pereza, observando mi cara de idiota y sonriendo luego de ello.
-Bu-buenos d-d-días.
-Buenos días-respondí y me incorporé, sentándome a horcajadas sobre él y besándole los labios.
Una risilla se desprendió de sus labios y no dudó en corresponderme, sujetándome por la cintura y mordiendo mi labio inferior al separarse.
-Ven-vendré más se-seguido si m-me despier-tas así-comentó con humor.
Enarqué una ceja, divertida y me quedé cerca de su rostro.
-Puedo despertarte de muchas formas diferentes...-susurré melosa y dejé una marca pequeña en su cuello, haciéndolo gruñir.
-¿Podrías mostrarme una de ellas?-Preguntó, susurrándome en el oído.
Mi cuerpo se estremeció cuando dio un mordisco en mi cuello. Sus labios dejaban besos húmedos y formaron un camino por el costado, mientras yo solo podía suspirar del gusto por su afecto.
-Las veces que quieras...-respondí con una pequeña sonrisa.
Los roles cambiaron rápidamente, me colocó debajó de él y comenzó a desvestirme sin esperar alguna objeción de mi parte. Podía saber que estaba igual de necesitado que yo, nuestras ansias de estar así de cerca habían llegado a su límite hacía tiempo y no habíamos podido desahogarnos juntos, hasta ahora.
Callé un gemido cuando su lengua recorrió el principio de mi torso hacia mi bajo vientre, dejándome sentir una corriente eléctrica viajar por todo mi cuerpo. Una sonrisa apareció en su rostro y me miró con sus ojos cargados de lujuria.
-¿Por q-qué te ca-llas?-Preguntó divertido-. Te he o-oído v-varias ve-veces.
Y estaba en lo cierto, pero aún era temprano y los demás podían oírnos...
-¡Oh, Dios!-Gemí cuando mi Proxy se ocultó entre mis piernas, haciéndome arquear la espalda del placer...
Supongo que no ocurrirá nada si nos oyen un poco...
×
×
×
×
Las mantas estaban revueltas por toda la cama y Toby no me había soltado desde hacía ya unos minutos, pero se acomodó a mi lado y su cuerpo dejó de estar tan tenso, por fin...
-Necesitábamos esto-susurré intentando regular mi respiración.
Toby rio a mi lado, con esa voz ronca que me encantaba y me giré para mirarlo mejor.
-Lamento n-no estar tan-tanto t-t-tiempo contigo, _-_____-se disculpó y me miró, apenado-. No t-tengo m-mucho tiem-tiempo como a-antes.
-Lo sé, Toby-respondí y me acomodé mi espalda en el respaldo de la cama-. Fui egoísta contigo, es que esta situación me frustra demasiado; el regreso de Zalgo, Slenderman y ahora la niña esta.
-¿Q-qué pasa con ella?-Preguntó extrañado- ¿Te ha-ha hecho algo?
-Realmente, no lo sé-dudé en continuar hablando ya que Toby había fruncido el ceño al mencionar a Elisa-. Sólo escucha, no te enojes.
Él asintió y continué.
-El libro, ya sabes de cuál hablo. Ayer se cayó de su estante y al tomarlo vi una nota de Zalgo...
Sus ojos se abrieron por la sorpresa y sus puños se cerraron en las mantas.
-¿Y qué t-tiene que v-ver E-Elisa?
-Sally y ella jugaban a las escondidas y Elisa no aparecía, hasta que decidí buscarla con Sally y...cuando vi esta nota, Sally la había encontrado. Sé que no hay tanta conexión pero sospecho que ella se metió aquí para dejar la nota.
Sus ojos me analizaban, atentos a lo que yo decía y cuando me callé, él suspiró y se rascó el cabello.
-Mira, _-_____... Yo d-desconfío de-de esa ni-niña tam-también, pero e-eso sería m-muy raro... No sabía d-dónde e-estaba ese libro.
En eso tenía razón, pero esa niña no encajaba para nosotros dos y debíamos buscar el motivo. Nos levantamos de la cama y ambos nos duchamos antes de bajar a desayunar.
-Debo i-ir con S-Slenderman, _-_____-susurró con temor a lo que yo le dijera.
Suspiré y me giré para mirarlo. Besé su mejilla y le acomodé el bozal con cuidado.
-No importa, ten cuidado. ¿Podrías decirle a Slenderman que su paranoia no funciona para esto? Tenerlos a ti y a Masky vigilando el bosque o donde antes estuvo Zalgo no sirve.
-Sabes q-que eso t-traerá p-problemas m-m-mayores, n-no de-deseo e-eso. Puedo t-t-traerlo aquí, y q-que él de-decida qué hacer c-con la n-niña.
-No, eso me meterá a mí en problemas. Tú solo ve con él y ya.
Y al segundo salió de la cabaña. Caminé hacia la cocina y los únicos levantados eran Nina y Jeff, claramente tonteando entre ellos como de costumbre. No quería interrumpir sus bobadas pero moría de hambre, así que me instalé a un costado de la mesa y me serví.
-Buenas-dije saludándolos a ambos.
Nina se quedó en el regazo de Jeff y me miró con energía.
-Hola, _____. ¿Dormiste bien?-Preguntó y enarcó una ceja, Jeff nos miraba disimuladamente mientras bebía su café.
-Bueno, sí. Tuve un inconveniente antes de dormir pero ya lo solucionaré.
-¿Toby no te lo ha solucionado esta mañana? Se los oía por todo el maldito pasillo.
Esto hizo explotar de risa a Jeff, quien escupió su café mientras reía a carcajadas. Si serán...
-Ya, ya. Basta de bromas-dije mientras terminaba el boul de cereal-. ¿Sally ya bajó a desayunar?
-No, está con su amiguita nueva en el cuarto y supongo que siguen dormidas-respondió Jeff parando de reír-. ¿Por qué lo preguntas?
-Porque esa niña que traje no me cae bien, solo... es extraña. Debería echarla de la cabaña.
La pareja se miró confundida y volvieron sus ojos hacia mí.
-Pero tú la trajiste, _____-comentó Nina-. ¿Por qué quieres echarla de repente?
-Creo que está relacionada con Zalgo o algo por el estilo. Quiero decir, Slenderman no se percató de ella en el bosque y ayer, jugando a las escondidas, la niña apareció cuando yo había encontrado una nueva nota de Zalgo.
Al oír eso, Jeff bajó a Nina de su regazo y se incorporó, sacando su cuchillo del chándal.
-Si quieres que la mocosa hable, yo me encargaré de ella-dijo con una frialdad inquebrantable que me erizó la piel por completo.
Nina me miró, esperando una respuesta para ayudar a Jeff. Si la niña era una cómplice de Zalgo, mi hermano necesitaría de su ayuda para atraparla.
-Bien, hagámoslo. Ve por la niñata esa.
Sonrió y corrió a gran velocidad hacia el piso de arriba, seguido por Nina quien emocionada jugaba con su cuchillo en mano. Los seguí cuando oí la patada que le dio Jeff a una de las puertas, posiblemente a la de Sally y los gritos de ambas niñas resonaron por la cabaña.
Cuando llegué Jeff sostenía del cabello a Elisa, quien lloraba asustaba e intentaba liberarse del agarre de mi hermano. Del otro lado estaba Sally, suplicándole a Nina que le dijera algo a Jeff. En eso Elisa me miró con temor.
-Dijiste que no me harían daño, ¡diles que me suelten!-Gritó en medio de las súplicas, haciéndome sentir culpable por todo esto.
Si ella fuera cómplice de Zalgo, se habría defendido antes de pedirme ayuda. Pero no lo sé, ya no sé nada sobre qué hacer.
-Mocosa, tú te vienes con nosotros jejejejejeje-dijo Jeff y arrastró a Elisa por el cuarto hasta el pasillo.
Nina retuvo a Sally lo suficiente y yo seguí a mi hermano, solo por si necesitaba ayuda. Llegamos al mismo sótano de siempre, Elisa puso resistencia cuando ayudé a Jeff a sujetarla con las esposas pero no duró mucho hasta que se quedara quieta. Ambos nos miramos y regresamos la vista hacia ella.
-¿Por qué me tendrán sujetada aquí?-Preguntó mientras sus lágrimas se esparcían por su pequeño rostro.
-Porque eres cómplice de Zalgo-respondió Jeff-. Eres una niñata traicionera, no eres para nada santa, mocosa-susurró con su sonrisa ampliándose a medida que se acercaba a ella.
Elisa se pegó lo más posible a la pared mientras negaba con la cabeza, asustada ante la cercanía de mi hermano hacia ella.
-N-no es eso, ¡no sé quién demonios es Zalgo!-Gritó y sollozó, era un punto de colapso.
Jeff miró orgulloso lo que había causado y me miró, hizo una seña para que me acercara a la niña pero un fuerte golpe desde arriba hizo que nos sorprendiéramos. Nos miramos y corrimos escaleras arriba, dejando a la niña allí mientras lloraba.
Lo que vi me dejó pálida, Slenderman sostenía a Nina del cuello y la estaba estrujando con uno de sus tentáculos, mientras que ella intentaba escapar lo más rápido posible. Jeff soltó un mar de insultos y corrió hacia Slenderman sin pensarlo dos veces.
-¡No vuelvas a tocarla, maldito poste!-Exclamó con una furia indomable y de un ágil movimiento le hizo un corte en uno de sus tentáculos. El maldito de Masky lo vio y sacó su pistola, apuntándole en el centro de la cabeza a Jeff...
¡¿Qué diablos estaba ocurriendo?!