Los dos chicos permanecieron abrazados por un largo tiempo, que para ellos era una eternidad y a la vez sólo un simple segundo.
—S-supongo que también me extrañaste.— Hipo Jungkook con una sonrisa mientras se limpiaba las lagrimas.
—Como no tienes idea
Jimin lo abrazo de nuevo, enterrando la nariz en su cuello ocasionándole cosquillas y un sonrojo a Jungkook cosa que le pareció rara, el no se sonrojaba desde hace mucho.
—Lo siento mucho—Murmuro después de oler el cuello del ojiazul.—Por todo.
Comenzó a buscar entre sus bolsillos hasta encontrar una pequeña pulsera vieja, que hizo que el corazón de Jungkook se estrujara.
Era suya.
—Quizá fue tonto guardarla, pero era lo único que tenía para recordarte, te llevaste todo contigo...
En ese momento Jungkook reacciono a la defensiva, retirando sus brazos de Jimin como si su tacto le quemara.
—No la hubieras necesitado si te hubieras quedado.
Jimin se sintió atacado.
—No tenía opción Jungkook, por favor, entiende.
—Quiero hacerlo Jimin, pero no puedo simplemente amarte de un día a otro sólo porque volviste, eso es tonto y deberías saberlo, yo no viví un cuento de hadas como tu en donde sea que te hayas ido.
Su respiración se hizo pesada mientras los recuerdos del cuerpo frió y sin vida de su madre le asaltaban, al igual que su soledad en esos momentos.
—¿Cuento de hadas?.— Rió sin gracia —Si a eso le llamas recibir golpes cada día, castigos e insultos por estar enamorado de tu mejor amigo. Sí, fue un verdadero placer.
Se levanto con cuidado, tratando de no cometer una locura.
—No quiero pelear contigo Jungkook, en verdad lo siento. —Sus ojos avellanas se veían tristes y vacíos, pero sinceros.—Siento haberme enamorado de alguien que no me corresponde. Pague las consecuencias.
Beso su mejilla y se fue dejando al ojiazul confundido y con un gran arrepentimiento; casi tan grande como el calor que se extendió en su estómago.