|Ratas de Centro Comercial|
Apretó con fuerza la cola de caballo alta que se acababa de hacer, se miró al espejo por tercera vez, y ladeo la cabeza analizándose; no estaba segura si le cerraba el uniforme de la cafetería. Hacía mucho calor, preferiría ir a la piscina o ser ella quien pasee por el Starcourt. Suspiró.
Saliendo de su casa, Katherine, tomó un chupetín de cereza y sus patines, quería llegar temprano para saludar a Steve, no lo veía hacía veinte días y nunca pudo felicitarlo por conseguir un empleo; acababa de llegar del viaje de vacaciones que hizo con sus padres. Cuando hablaron por teléfono, Steve no quiso revelar en dónde trabajaba, lo que la hacía pensar en que podría estar disfrazado de muñeco o payaso. Katherine había preparado muchos chistes y burlas por si llegaba a verlo con un disfraz, también la cámara.
Kate estiraba su cuello por las vidrieras y caminaba atenta por el centro comercial, pero aún no había rastros de Steve. Erica estaba sentada en la fuente junto a sus amigas, se acercó sonriente, con los patines colgados de su hombro derecho.
— ¡Érica, hola! —la miró de arriba abajo con las cejas altas— ¿Recuerdas a Steve? ¿El que cenó con nosotros?
— ¿El que derramó todo el vino arriba del mantel blanco de tu padre?
— Si, ese. ¿Sabes dónde trabaja?
— Quizás... —la miró rendida.
— ¿Qué queres a cambio de tan valiosa información? —preguntó sarcástica, virando los ojos.
— ¿Traes dinero? —asintió, y Erica se levantó junto a su grupo de amigas.
— Quiero un helado de AHOY —respondió maliciosa.
— Bien, pero rápido, no quiero llegar tarde.
— Si, no vaya a ser que la tía Gianna te despida...
Erica y sus tres amigas hacían la fila para hacer el pedido, Katherine sabía que le costaría todo el dinero que había llevado por las dudas. Erica probó cada sabor de helado que ofrecían, dilatando la espera e irritando a la empleada (que se le hacía algo conocida a Katherine, probablemente de la escuela).
— ¿Puedo probar el de menta?
— ¿No lo probaste ya?
— Si, y me gustaría volver a probarlo.
— Érica, ¿podrías decirme donde trabaja? En serio tengo que irme.
— En un momento, rojita —le contestó.
''Robin'' suspiró y giró su cuerpo, gritando:
— ¡Steve!
Katherine sonrió satisfecha, ansiosa por verlo con el traje de marinero. Erica levantó su cabeza y compartió la mueca con su prima mayor. Él no salió del depósito, así que Robín fue a buscarlo; mientras la fila de espera se hacía cada vez más larga.
Pasó al menos un minuto, quizás dos, y nadie salía. Hasta que puerta se abrió y por ella pasó Steve, el marinero. Miró serio a Ericay su sonrisa diabólica llena de helado de chocolate; sin notar a la morena, que aguantaba las risas con la cámara en sus manos.
-CLICK- y la vio.
— Este es el mejor día de mi vida —dijo con una sonrisa de oreja a oreja, agitando la instantánea. Steve chasqueó su lengua con las manos en sus caderas, negó con las comisuras de su boca curvándose hacia arriba.
— Has vuelto, al fin.
— ¿Permiso para abrazarlo, capitán? —preguntó.
— Permiso concedido, pedazo de boba —respondió, y la abrazó por encima del mostrador. Robin abrió las ventanas que separaban el depósito de la tienda y los miró, preguntándose si el coqueteo absurdo de Steve había servido con KATHERINE CLIFFORD.
Robin aclaró su garganta y dijo:
— Lista la primera oración.
Katherine arrugó sus cejas, atenta.
— ¿En serio? —él se acercó a ella.
— ''La semana es larga''
— Qué emocionante —dijo con ironía.
—Sí. Pero algo es algo.
Robin volvió a cerrar las ventanas y Steve a su trabajo, sirviendo los helados (para su suerte, Erica y sus amigas ya se habían aburrido de mortificarlos, así que se marcharon de Ahoy). Kate lo miró curiosa, intensificando sus muecas para que le cuente de qué hablaban.
— Dustin encontró una señal rusa y estamos traduciéndola.
— ¿Por qué harían eso?
— Para ser héroes americanos, Clifford —le dijo emocionado, entregando un helado de fresa a un niño.
— Okey... Me voy a trabajar, si los rusos los secuestran por estar escuchando cosas privadas, tengo el walkie-talkie que me dio Dustin —respondió.
Steve le sonrió falsamente y le hizo burla, hasta que sus muecas pasaron a ser de confusión porque ella pasó al otro lado del mostrador; le dejó un beso rojo marcado en la mejilla y se fue de Ahoy diciendo algo sobre cuando cerraran, pero Steve pensaba en el ardor que comenzó a sentir en su pecho y el calor que subía hasta sus mejillas. Al levantar su vista, Steve, se encontró con Max y Eleven sonrientes (Max también tenía restos de labial rojo en su mejilla).
━━━┅━━━┅━━━
La cafetería C&C cerraba media hora antes que la heladería Ahoy, antes de pasar a buscar a Steve, tuvo tiempo para cambiarse la chomba color crema, que la hacía sudar como una desagraciada.
Ya casi todas las tiendas estaban cerrando y no quedaba casi nadie en las mesas de la heladería. Katherine se sentó en una vacía a esperar.
— Lo siento, ya estamos cerrando...
— Espero a Steve —respondió con media sonrisa.
Robin sonrió incrédula y lo llamó:
— ¡Steve!
Él y Dustin salieron charlando del depósito, Kate se levantó emocionada.
— ¡Dusty! —chilló.
— ¡Kate! —se abrazaron— ¡Has vuelto!
— Y tú. ¿Cómo te fue en el campamento? ¿La pasaste bien?
— Muy bien. Seguí TUS consejos —miró con recelo a Steve— y ahora tengo novia.
— ¿En serio? Cuéntame todo... ¿Cómo es ella?
Robin miró a Steve con los ojos entrecerrados y los brazos cruzados, él levantó una ceja en busca de una respuesta...
— Así que... ¿has coqueteado con cada chica que cruzó por esa puerta teniéndola a ella? —preguntó algo alto, llamando la atención de los otros dos, que callaron para mirarlos.
— Oh, no es una chica, es Kate —dijo Dustin inocente y sonriendo. Katherine le lanzó una mirada vacilona.
— Robin, ella es Kate, mi amiga —presentó Steve.
— Oh, todo tiene sentido ahora... un poco.
— Juro que Steve es un ganador, pero el gorrito de marinero le saca sus poderes mágicos —dijo y después susurró—... su cabello es su fuente de poder. Shh.
Ambas rieron.
— Steve... ¿Cuál era el shampoo...?
— Cállate —amenazó con una sonrisa escapando de sus labios, Katherine le lanzó una mirada desafiante. Los dos rieron mirándose fijo, comunicándose con sus mentes, mientras Dustin y Robin quedaron en segundo plano.
Después de bajar las persianas y cerrar con candado la tienda, los cuatro se dirigían a la salida del centro comercial. Ya solo quedaban los guardias y las únicas luces encendidas eran las nocturnas de baja intensidad. Steve descubrió que más temprano, lo que Katherine había dicho, fue que si podía llevarla hasta su casa.
— ¿Bueno que es lo que descubrieron? ¿Qué dice la cinta rusa? —preguntó Kate.
— La semana es larga. El gato plateado se alimenta. Cuando el azul y el amarillo se encuentran en el oeste.
Los miró con burla.
— Me parece que eso debe estar mal —comentó Steve rascándose la nuca.
— Está bien.
— Para mí, es estupendo.
— ¿Estupendo? No vamos a ser héroes.
— Es una idiotez —dijo Katherine.
— Para nada. Es demasiado específico. Es un código —dijo Dustin.
— ¿Un código?
— Un código espía súper secreto.
— Es muy improbable.
— No sé, ¿sí? —dijo Robin.
— ¿Te convenció?
— Imaginen que si es una transmisión rusa secreta. ¿Dirían: "lancen la ojiva al medio día"? —observó Robin.
— Exacto.
— Mi traducción es correcta. De eso estoy segura. ¿Por qué decir eso del gato sino para ocultar el verdadero mensaje?
— ¿Y por qué ocultar el verdadero mensaje? —preguntó Kate. Robin y Dustin la miraron obvios.
— Debe ser algo delicado.
— Exacto.
Steve caminaba detrás, haciéndoles burlas silenciosas.
— Así que eso confirma tu sospecha —le dijo a Dustin.
— Rusos malos.
— Es increíble que concuerde con El Niño raro, pero... —dijo Robin mirando a Kate— sí. Rusos malos.
— ¿Cómo lo desciframos?
— Supongo que traduciremos el resto y esperamos a que surja un patrón.
— ¿Cómo que "gato plateado" sea el lugar de reunión?
— O una persona.
— O un arma —Steve los miraba con las cejas arrugadas.
— Hará falta un súper genio para descifrarlo, pero... ¿Dónde se fue Steve?
Los tres giraron sus cuerpos sobre el lugar, para encontrarse con Harrington a unos cuantos metros, junto a un caballo mecánico color lila, buscando algo en el bolsillo de sus shorts azules.
Suspiró con fastidio y los miró.
— ¿Qué estás haciendo?
— 25 centavos. ¿Alguien tiene?
— Me parece que ya a estás un poco grande para eso, Stevie —respondió Kate con burla.
— ¡La moneda!
Dustin le entregó una y Steve la insertó en la raja del costado; el caballo comenzó a balancearse y sonó una canción medio irritante de carrusel.
— ¿Te ayudó a subir, Stevie? —le preguntó Robin remarcando el apodo y agudizando el tono de su voz. Kate y Dustin rieron.
— ¿Pueden callarse y escuchar?
— Mierda —murmuró Dustin. Kate hizo una mueca—. La música —explicó a la morena, y sacó el grabador.
— Sigo sin entender, lo siento.
— Es la música de la grabación.
— Quizás en Rusia hay caballos de estos.
— ¿Indiana Flyer? No lo creo, Kate. Ese código no vino de Rusia. Vino de aquí.
━━━┅━━━┅━━━
El cumpleaños de Kate va a tener un poco de importancia, así que quería avisarles que cambié la fecha que aparece en el capítulo ''labios rojos''; ahora es el 31 de julio, y nuevamente, para los que les gusta la astrología: es de leo, con luna en libra y probablemente ascendente en escorpio ¿qué piensan?