His Number /En pausa/

By mancrushing

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Charlotte Everley y su mejor amiga tenían una tradición. Cada verano, el 26 de junio, llaman a un número tele... More

Antes de empezar a leer
Capítulo 1 - Su número
Capítulo 2 - Fuera de contexto, ¿eh?
Capítulo 3 - Llamadas inesperadas
Capítulo 4 - Justo como ella
Capítulo 5 - Conociendo a los Johnsons
Capitulo 6 - La Casa Blanca y Chicos sexys
Capítulo 7 - Números anónimos
Capítulo 8 - El Orfanato Nelson
Capítulo 9 - Rostros bastante familiares
Capítulo 10 - Cosita bonita
Capítulo 11 -La revolución de la oruga
Capítulo 12 - Te debo una
Capítulo 13 - Damas
Capítulo 14 - Competencia de miradas
Capítulo 14 - Competencia de miradas (Resubido)
Capítulo 15 - Las noticias diarias
Capítulo 17 - Sólo curiosidad
Capítulo 18 - Lecciones aprendidas
Capítulo 19 - "Gilipollas desconocido"
Capítulo 20 - Desvíos (Parte 1)
Capítulo 20 - Desvíos (Parte 2)
Capítulo 21 - El nublamiento

Capítulo 16 - Baños sólo para discapacitados

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By mancrushing

Charlotte POV:

Nunca he tenido un “increíblemente fantástico” primer día de escuela. Con el hecho de que, la mayoría del tiempo, se van por el mal lado. Pensadlo; nuevo horario de clases, nuevos maestros y nuevos rostros. Honestamente no entiendo que es tan maravilloso al respecto. Ahora, no me malentendáis, no es que no me guste la escuela o algo; es sólo que el primer día me molesta. Para mí, cualquier “comienzo” es un obstáculo en el cuadro.

Primeros días, primeros holas, primeras palabras, primeros besos, primeras citas… primeros adioses. Todos obstáculos, todas las cosas por las que tenemos que pasar en algún punto. El primer día de escuela es algo que pasa continuamente a lo largo de nuestras vidas académicas, las personas esperan por eso cada año, de una ansiosa forma que nadie entiende. Pero realmente, nadie quiere admitir que, bueno, son sólo días ordinarios. Es una de las únicas cosas que soy cínica al respecto pero tengo una buena razón que no me gustaría explicar ahora mismo.

Pero entonces hay días como hoy, el primer día de mi último año en la secundaria, donde la afirmación que acabo de hacer está muy, muy mal probada.

- Bueno, no te emociones tanto ahora. –Mi despectivo rostro se convirtió en uno divertido a la vez que sonreía. Stella me miró y sonrió antes de volver su mirada a la carretera. –Es sólo el primer día de escuela. –Carcajeé, extrañamente sintiendo el estrés fluir fuera de mi cuerpo.

- Lo sé, Stell. –Dije rodando mis ojos, molestándole. –Créeme, lo sé. –También carcajeó, su risa libre y abierta como siempre. Ella y Chad lo habían hecho hasta ahora, como siempre, aunque tardó un poco más llegar aquí.

- Bueno, quien sabe, ¿no?-Dijo, ahora haciéndose paso hacia el estacionamiento de la escuela. –Tal vez el hijo del presidente cambiará eso. –Me guiñó.

- ¿Quién es el chico del que me hablaste más temprano? –Dije, cambiando de tema. Stella obedeció, extrañamente.

- Blake Stone. –Dijo, su rostro endureciéndose en una leve forma a la vez que aparcaba. Fruncí el ceño.

- Ese es... –Me detuve. –Un fuerte nombre.

Un segundo pasó. Dos, tres; antes de oír una fuerte carcajada bordeando lo odioso pero nunca pasando los limites. La risa de Stella.

- No puedo creer que acabas de hacer un pun. –Dijo, apareciendo una lagrimilla en la esquina de su ojo. Sentí mi rostro sonrosarse.

- “Blake Stone” –Dije, probando el nombre en mis labios. –Es un fuerte nombre si lo piensas en una menos literal forma. –Stella rió mientras asentía.

- Supongo que tienes razón. –Dijo después de tomarse un momento para pensarlo y observarme directamente a los ojos. –Sólo no te acerques a él, ¿bien? Claramente no estuviste escuchándome sobre lo primero que dije sobre él pero la primera línea es que es un problema. –Asentí, frunciendo el ceño a causa de tanta seriedad.

- ¿Cómo sabes de esto? –Pregunté, curiosa.

- Chad me ha dicho. –Dijo, simplemente. ¿Entonces como lo sabe él? Pensé en mi mente. Observé como Stella quitaba su solemne expresión antes de voltearse hacia mí con una deslumbrante ahora. Conocía esa mirada, casi tan bien, gruñí. – ¡Vamos, entonces! –Abrió la puerta de su auto y la cerró, realmente queriéndolo. –Tienes que salir en algún momento. –Cogiendo mis cosas, salí, evitando las miradas que estaba recibiendo mientras seguía a Stella hacia el edificio.

Nuestros casilleros estaban el uno frente al otro, como habían estado desde que llegamos hasta la secundaria. Tomé una profunda respiración mientras caminaba hasta el mío y Stella hacia el suyo porque las miradas que estábamos recibiendo se hacían más incomodas con cada minuto. Normalmente, mi día pasaría común pero considerando lo que Yahoo! Había decidido por difundir y anexado el chisme asociado con la secundaria propia, era difícil no hacerlo.

Era tan extraño como podías sentir a la gente mirándote; era como si estuviese caminando hacia un escenario para hacer una gran exposición indiscutible. La cosa rara era que, la sensación aumentaba en un extraño momento, casi milagroso.

- Ch—. –La voz de Stella fue interrumpida por alguien musculoso, de alguna forma inclinándose, sus brazos rodeando mi cintura, haciéndome chillar.

- Hola aquí. –Una baja y perdida voz, se produjo en mi oído, haciendo que me encogiese. Fue entonces cuando tomé una profunda respiración y trataba de zafarme del toque del extraño detrás de mí. Me encontré dándome la vuelta en un intento pero entonces fui empujada contra mi casillero con las manos del extraño manteniéndome allí. Abriendo mis ojos, me encontré mirando hacia un oscuro hoyo. Lentamente mirándole, mis ojos se enfocaron en una cicatriz en su sien, una extrañamente perfecta forma de “X”. Concluí que, que si no estuviese sonriendo de esa malvada manera como lo estaba haciendo ahora, hubiese sido considerado como atractivo. Pero para ese momento, no estaba dispuesta a desperdiciar más tiempo con este extraño del que debería.

- Déjame ir. –Escupí, sintiendo el fuego chispeando en mi pecho. Diversión destelló en su rostro y ahí se quedó.  Se acercó, su rostro a sólo centímetros del mío. Mi rostro se volteó hacia un lado en respuesta.

- Hmm. –Dijo, una extraña sonrisa en su rostro. –Pero, ¿Por qué debería? –Sentí mis ojos empezar a aguarse hacia mi impotente estado.

Si había algo que odiaba, era ser impotente.

Mientras trataba de disipar las lágrimas, sentí las manos del extraño zafarse de mis hombros y jadeé por el sonido de algo pesadamente golpear el suelo frente a mí.

Saliendo de mi estado de shock, mis ojos se enfocaron en la escena frente a mí. Mis ojos se abrieron cuando me di cuenta de quien estaba hablando.

- Mantente alejado de ella. –Una voz, tan baja, tan peligrosa, dijo haciendo que escalofríos viajaran por mi cuerpo.

- Ryder. –Dije, estúpidas y frustrantes lágrimas llenando mis ojos. En mi mente, estaba gritando. Pero por fuera, encontré mi voz apenas pasando un susurro. Sus azules ojos, tan cristalinos antes, estaban tormentosos y oscuros antes de mirar hacia los míos y suavizarse. Caminando hacia mí ahora, me sostuvo en un abrazo. Yo, en un débil estado, ni siquiera pensé en envolver mis brazos alrededor de su cintura a la vez que cerraba mis ojos y inhalaba de su casi familiar colonia. Sus brazos me apretujaron.

- Qué adorable. –Una sarcástica voz arruinó el que sea momento que estábamos teniendo. –Has sido ablandado, RJ. –Ryder me empujó delicadamente hacia otro lado, lejos de él y del grosero extraño. Sentí la mano de alguien más tomar mi muñeca a la vez que me alejaba de la escena. Cuando Ryder, estuvo fuera de mi vista, miré a la persona que estaba sacándome de ahí.

- ¿Cole? –Pregunté, mi voz levemente más fuerte que antes. No respondió, siguió caminando rápidamente, su rostro severo e inquebrantable.

- ¿Puedes parar? Estamos lo suficientemente lejos. –Mi cabeza giró hacia Stella, quien estaba, sorpresivamente también siendo arrastrada por Cole. Siguió caminando, hasta que llegamos a un  baño especial sólo para discapacitados.

- Ouch. –Stella miró a Cole y sobó su muñeca. –No te mataría ser un poco más cuidadoso. –Cole, ahora fuera de su mirada severa, parpadeó hacia Stella antes de que un leve sonrojo apareciera en sus mejillas.

- Lo siento. –Dijo, una de sus manos se movió hasta la parte posterior de su cuello en un casi una forma de cachorro.

- Está bien. –Un destello de un rosa pasó por el rostro de Stella, y sin darme cuenta, sentí una de mis cejas elevarse hacia su extraño comportamiento. Cuando los ojos de Stella volvieron hacia mí, se volvieron duros.

- ¿Estás bien? –Cogió los lados de mis brazos y los escaneó. – ¿Te ha lastimado? –Sentí como apretaba mis dientes en ese momento, pensando de vuelta cuando, hace unos segundos, me sentí indefensa a causa del agarre del malvado extraño.

- ¿Quién era él? –Susurré. Los ojos de Stella volvieron hacia los míos, mostrándome su preocupación.

- Blake Stone. –Cole respondió, sus ojos cuidadosos. –Quiero que—. –Se detuvo antes de señalarnos a ambas. –Ambas de vosotras os mantengáis alejadas de él. –Mis ojos viajaron hacia el blanco suelo, volviendo a pensar todo aquello otra vez.

- No. –Escuché a Stella decir. –Porque claramente seremos mejores amigas del chico que prácticamente se lanzó sobre Charlotte.

- Bien. –Cole respondió. –Calmada, chica.

- ¿¡Calmada!? Tú—.

- ¿Qué hay sobre Ryder? –Pregunté, mis ojos abriéndose levemente mientras me cabeza giraba hasta Cole; viéndolo, tenía una divertida mirada hacia Stella. No me había dado cuenta de eso, todo lo que podía sentir, en ese momento, era el palpitar de mi corazón en mis oídos. Los ojos de Cole se reajustaron pero manteniendo ese divertido destello mientras respondió.

- ¿Por quién tomas a Ryder? –Cole rió. Cuando vi que mi expresión no había cambiado, siguió hablando. –Ryder es un chico rudo, si no lo has notado. –Dijo, una leve sonrisa ahora en su rostro. –Sabrá que hacer. –El latido de mi corazón se calmó y dejé escapar un suspiro, cerrando mis ojos y me recostaba en la pared del baño.

-Además, –La voz de Cole hizo que mis ojos se abrieran una vez más. Estaba viéndome con una divertida expresión en su rostro antes de mirar a Stella, quien estaba viéndome con la misma expresión e su cara. Wow, pensé, ¿Qué está pasando aquí?

- Ryder protege a quienes le importan. –Cole continuó. –Sin importar lo que esos tabloides de mierda digan. –Su sonrisa se volvió más sincera para este punto, una sabionda sonrisa. ¿Qué era lo que sabía? Cuestioné en mi mente. Pensando nuevamente en lo que Cole acababa de decir, arrugué mis cejas. ¿Protege a quienes le importan? Pensé. Pero entonces dejé de pensar al respecto a la vez que mi cabeza comenzaba a doler repentinamente por el posible significado de las palabras de Cole.

Fue ahí cuando escuché un fuerte y claro sonido alrededor, no ayudando a mi cabeza, pero rompiendo la conversación que sea que estuviésemos teniendo antes.

- Esa es la campana, ¿cierto? –Cole preguntó, con un alto grado de estupidez. Stella carcajeó a la vez que sacudía su cabeza por la pregunta de Cole.

- Eres tan idiota. –Dijo Stella, cogiendo mi brazo para engancharlo con el suyo.

Justo cuando caminamos fuera del baño de discapacitados, fuimos saludados por el administrador escolar, o, específicamente, el señor Lemons. No era un maestro realmente, sólo estaba en la academia, básicamente como el guardián del pasillo en la mayoría de las ocasiones. Pero otras veces, lidiaba con los niños de educación especial, lo que es sorprendente, dejadme decíroslo, porque era un hombre aterrador.

Psicológicamente, no lo era. Era un hombre de tamaño medio, de mediana edad con escaso rubio cabello y un gran y peludo bigote justo sobre su labio superior. Hablaba con gruñidos y frases, mayormente. Su normal actitud hacia los estudiantes de secundaria parecía ser despreciativo pero quien sabe. Nunca se había dicho eso abiertamente y nunca había hecho algo para probar esa afirmación. Ese es la cosa con las personas, normalmente. A menos que se pruebe frente a tus propios ojos, no deberías creer nada más, porque en realidad, no tienes ninguna justificación para hacerlo. No soy perfecta, pero eso es algo que trato de hacer eso, la mayoría del tiempo. Ejem, una voz me recordó. ¿Qué hay de Ryder?

Cierra la boca. Exclamé, en mi mente antes de volver a la realidad.

Los ojos del señor Lemons se estrecharon. Stella y yo no habíamos detenido abruptamente por su mirada, sorpresivamente íbamos realmente tarde en nuestro primer día de escuela.

Genial, pensé. Las primeras impresiones serán increíbles. Dejé una pequeña sonrisa se deslizara por mi rostro después de ese pensamiento, riéndome mentalmente hacia esa extraña actitud que tenía en mente. Soy tan extraña… pensé, mi sonrisa se hizo más grande.

- Hey—. –Cole se detuvo en cuanto chocó contra Stella, haciéndola tropezar hacia adelante.

- Mira. –Stella espetó, sorprendiéndome con su actitud.

- ¿Por qué estáis—. –La cara del señor Lemons se volvió severo mientras Cole fallaba en saber de su presencia. –O-oh, um, hola. –Presioné mis labios en un intento de evitar reírme frente al guardián del pasillo de la academia.

El señor Lemons gruñó, antes de señalar hacia mi rostro. Mis ojos se abrieron y reaccionaron, antes de darme cuenta de que no me estaba señalando pero si a algo detrás de mí. Los tres volteamos y vimos el letrero azul de discapacitados detrás de nosotros. Cole maldijo bajo su respiración.

- ¿Veis ese letrero? –El señor Lemons dijo, su voz ronca. Todos asentimos a la vez. Los ojos del señor Lemons se estrecharon, antes de mirarnos con una expresión indeleble pero aun severa.

- ¿Qué es lo que significa? –Su pregunta estuvo sin respuesta por unos segundos. El pasillo estaba callado, con un único demorado de primer año en los pasillos, probablemente perdido en el gran campus de la academia. Fue ahí cuando me di cuenta cuanto tiempo nos tomó en el baño.

- Sólo discapacitados, señor. –Cole dijo, su voz educada ahora. Era un extraño tono para él. –No lo sabíamos antes, señor, de otro modo le aseguro que no hubiésemos, bajo ninguna circunstancia, usado ese baño. –Stella y yo tosimos al mismo tiempo; una tos que sólo hacíamos cuando tratábamos de no reír. Diversión apareció en el rostro del señor Lemons pero antes de poder confirmarlo, se había ido. El señor Lemons gruñó, haciendo sentir como si mis ojos estuviesen haciéndome una mala pasada por el pasado segundo.

- Iros a clase. –Fueron las únicas palabras que dijo, antes de, más bien sombrío, irse. Por un momento, ninguno dijo nada. Cuando los tres nos vimos a los ojos, sonreímos antes de empezar a reír por la escena que sea hayamos tropezado.

- No pero en serio, –Dije, rodando mis ojos. –Vamos tarde. –Con eso, Stella copió mi acción y arregló un poco su cabello.

- Vas a inglés avanzado, ¿no? –Asentí, mirando alrededor antes de dejar mi mirada caer en el departamento de inglés.

- ¿Sabéis dónde queda química avanzada, chicas? –Cole dijo, rascando la parte posterior de su cabeza mientras veía alrededor. Me volteé hacia Stella, mis ojos estrechos mientras pensaba en su horario.

- ¿No tienes química avanzada también? –Ella suspiró antes de hacer un puchero.

- Hombre. –Botó el aire por la nariz. Caminó hasta Cole y, más bien duramente, cogió su brazo y lo arrastró hacia el departamento de ciencias y matemáticas.

- Hey, espera, detente—. –Ignorando sus llamados, Stella pisoteando por los pasillos, conociendo la academia como la palma de su mano. Reí interiormente hacia sus comportamientos el uno al otro.

Stella y Cole.

El pensamiento apareció en mi mente antes de poder detenerlo. Lo alejé de mi mente, pensando en los incontables “empalagosos” momentos entre Chad y Stella mientras caminaba hasta mi primera clase.

Amor como ese no puede mostrarse en otro lugar. Pensé, resolved. Amor como ese es para siempre.

¿Puede una persona no tener más espacio que para una sola en su corazón? A mona pero tranquila voz dijo en mi mente. Pero lo alejé, el pensamiento muy complicado y difícil para responderlo en mi corta caminata hacia la clase de inglés.

Abrieron la puerta en cuanto llegué, encontré mis ojos siendo enfocados en unos claros y azules ojos. Un alboroto se hizo entonces, haciendo que mis ojos de mala gana se enfocaran en alguien más, alguien con unos muy familiares ojos marrones. Linc.

En ese momento, vi como Ryder movía su mirada hacia Linc, dándole una mirada que no podía reconocer –pero definitivamente estaba lejos de ser amistosa. Linc enfrentó su mirada con una similar intensidad.

- ¿Señorita Everley? –La señora Kelley cuidadosamente susurra, con una comprensiva voz. Me sonrió. Mis ojos se movieron de ellos hacia ella.

- Sí. –Dije, sintiendo un revoltijo de emociones. –Esa debo ser yo.

Ella sonrió, haciéndome sentir que el día iba a estar bien. Al principio del día, sentí lo mismo. Ahora, con el primer día de escuela apenas empezando, sabía que mi último año seria de todo menos tranquilo.

___________________________________________

Nuevo personaje! Wo! Creo que ese Blake sólo traerá problemas pero lo bueno es que Ryder está cerca de Charlotte para protegerla, es lo que queríais no?

Calmadas las #Chameron shippers que Cameron volverá pronto también ;)

Gracias por cada comentario que dejáis porque realmente hacéis mis días y que le sonría a la pantalla como una misma idiota, JAJAJA. Sois muy dulces, os amo.

Quería notificaros de la modificación que he hecho con los personajes: Dallas no puede ser Cameron porque se supone que el personaje es rubio así que coloqué a Austin Butler para Cameron y a Jeremy Sumpter como Cole (foto en multimedia).

Sarah queda como Charlotte, Ashley como Stella y francisco como Ryder. Espero estéis bien con los cambios.

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