Mi pequeña diva-Albalia

Door AlbaYNat235

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Esta historia no es mia Adaptacion a la historia camren de @AngyePlata Meer

No eres bienvenida
¿Quien es Natalia Lacunza?
La mía es Natalia
Soy tu fan
Nueva York
Fiebre
Desayuno
Una cálida noche
Feliz cumpleaños, pequeña diva
Siempre, Albi
Noches Mágicas
Días Grises
No dejes que haya una segunda vez
Crudos, burdos y versátiles celos
¿Cobardes? Cobardes
Feliz Cumpleaños Nata Bebe
Friends shouldn't kiss me like you do
Am I Asleep?
Noche de Kabuki
Princesa Rosa
Ella es maravillosa
Ese es el plan
Hay demasiada vida en ella
Epílogo
Nota 2

Películas y comida China

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Door AlbaYNat235

—Alba Martínez Reche, necesito, exijo, una explicación en este instante—exigió María, no podía controlarla, estaba histérica.

Parecía que hubiese estado asediando porque en cuanto se fue Natalia, no tardo más de cinco minutos en aparecer, ella tenía llaves para entrar a mi casa.

Había una foto, nada de estúpidos paparazzis, pero si una foto que alguien nos había hecho, yo iba sobre Natalia y ambas estábamos riendo mirando hacía el lago, la foto me gustaba y la había guardado, pero sabía que estaba por todos lados y sabía lo que significaba pero, sinceramente, no me importaba.

En el camino de regreso habíamos pasado por una farmacia para comprar algo para mi tobillo, aún seguía doliendo como el infierno, pero no podía tomar nada para el dolor si estaba tomando lo que Natalia consiguió esta mañana para mí.

—No entiendo exactamente qué tengo que explicar—digo, cansada por su tono y porque no ha parado de caminar de un lado a otro, mareándome.

—¿Tú y Natalia? Vamos Alba, sé que te gusto la chica en cuanto la viste, tu no sales detrás de alguien de la manera en que lo hiciste esa noche, eso no fue solo por diversión, usando una camiseta con su nombre—dijo, taladrándome con sus ojos.

—Mira, María Villar, somos amigas. Si la de la foto fueses tú, no habría problemas, pero es una desconocida y de inmediato insinúan cosas que no son. Ella me cuido anoche porque yo tenía fiebre—empecé a explicar. —Pase la noche con fiebre y ella salió por la mañana y me consiguió medicamentos, en la noche me dio algo de lo que mantiene Dave para mí. Fuimos a desayunar porque no tengo nada en la cocina, no he hecho compras porque apenas tengo veinticuatro horas de estar de vuelta en casa, fuimos a Retiro y un estúpido Skate me atropello, literalmente, lastimando mi tobillo, por eso exactamente Natalia me está cargando en la foto, porque íbamos a desayunar y pese a que le insistí en que me dejara ahí, no lo hizo—terminé.

María me mira y mira, creo que va a abrir un hueco en mi cabeza, eso hasta que sonríe como si fuese la mañana de navidad.

—Awwww, eso es completamente adorable, Alba—frunzo el ceño.

—¿Ya no estas molesta?—pregunté.

—Nunca lo he estado en realidad, solo... ¿No me ocultarías si pasara algo más, verdad?—preguntó.

—Por supuesto que no—dije extendiendo mis brazos, de inmediato se acercó y me queje cuando rozo mi tobillo, entonces nos abrazamos.

...

"Alba Reche y una... ¿Chica?"

"Conocemos el nombre de quien parece la ¿Novia? de Alba Reche"

"La misteriosa chica tiene nombre, Natalia Lacunza"

"De un nombre a un rostro, Natalia Lacunza"

—¿Quieres que los siga leyendo?—suspiré, Dave había comprado las revistas, colocando cada una sobre el mesón de la cocina, ahora estaba abriendo cada portal de Internet para mí. Suspiré, cansada. Lo que iba a decirle no iba a gustarle. —¿Qué estás haciendo, Alba? Tienes una imagen que cuidar—dice, regañando. Levanto mis ojos de la misma foto que he visto cientos de veces y me enfoco en los ojos de mi amigo y representante.

—Dime exactamente como estoy haciendo algo en contra de mi imagen—dije, pronunciando cada palabra, sin el miedo habitual con el que solía hablarle cuando había alguna especie de problema.

—¿Todos estos rumores? No son buenos, Alba, además te dijimos que para promocionar la película estaría bien que te vieras con Joan, y lo estabas haciendo genial en Nueva York—siguió, respiré profundo, porque esto era algo que no iba a tolerar de ninguna manera.

—Voy a decirte algo, Dave, y porque te quiero más como mi amigo que como mi representante, espero que entiendas y no te molestes por lo que voy a decir, pero tengo derecho a vivir mi vida como me plazca, actuar para mí es un trabajo, como cualquier otro, si ellos quieren hablar de mi vida—señalé las revistas. —Que lo hagan, no me importa, yo voy a seguir haciendo mi trabajo—dije. —No voy a salir con Joan si no me interesa, en Nueva York salimos como amigos, como lo haría con cualquiera, como lo hice con Natalia cuando me tomaron esta foto, como lo hago con María o África siempre—establezco.

—¿Me estás diciendo que ella es solo tu amiga?—pregunta, cuestionándome de una manera muy poco agradable.

—No tengo porque darte explicaciones de eso, ni a ti ni a nadie, pero es exactamente así, salí a desayunar con una amiga, como lo he hecho cientos de veces con María o África—dije. —Dime algo, ¿Estas fotografías van a hacer que me bajen de un proyecto?—yo sabía la respuesta. —¿Van a hacer que una revista no quiera entrevistarme o fotografiarme?—seguí.

—No... No lo creo—ahora él parecía acorralado—pero no me parece correcto—aseveró.

—Mira—suspiré una vez más, controlando mi genio. —No sé qué consideras correcto o incorrecto, pero quiero saber una cosa, si fuese un chico ¿Estaría mal?—mire sus ojos y obtuve la respuesta que ya sabía, el reculo un poco sin responder.

—No soy homofóbico... Es solo que...—

—No digas nada, no hace falta—

—Tú has salido con chicos, es lo que has hecho antes—

—¿Acaso estoy saliendo con una chica ahora?—cuestioné.

Me miró.

—Ya sé que has dicho que no, pero ellos no lo saben—dijo.

—No, a ellos no les importa—me levanté, quejándome un poco por mi tobillo, completamente molesta. —Y corta el tema, Dave, me duele la cabeza, estoy cansada. Si quiero salir con una chica, lo voy a hacer, porque sé que mi carrera no se va venir abajo por esto, mi vida personal y mi trabajo son dos cosas muy aparte, y la última cosa que me importa es si los medios van a juzgarme, cosa que no van a hacer, ellos van a crear rumores alrededor—dije.

—Bien, tienes razón, pero... ¿Qué hay de tus fans?—preguntó.

Lo miré, no me afectaba en absoluto eso, yo adoraba a esas personas que se hacen llamar mis fans, eran buenas chicas y chicos.

—No diría que no me afectara si ellos hablaran de esto, no diría que no me afectara si la opinión pública se vuelve un desastre, pero si alguien va a quererme que sea como verdaderamente soy, no voy a dar una imagen falsa para complacer a las personas. Y ni siquiera sé porque estamos teniendo esta conversación si definitivamente no estoy saliendo con nadie—finalicé.

Di la espalda y empecé a caminar hacía mi habitación, necesitaba descansar.

—Tienes una entrevista la próxima semana—dijo. Me giré apenas y asentí.

Me metí a mi habitación y fui directo a la cama, agotada. Era lunes apenas y ya mi paciencia estaba al límite, tome el celular en mis manos y escribí.

"¿Cómo va la nueva celebridad?"

*

—¿Es ella?—preguntó Marta, asentí, riéndome y respondiendo.

"Una locura, me pondré una peluca rubia y viviré lo mejor de los dos mundos"

Respondí.

—Bien, Natalia, deja de jugar y cuéntame—me giré para ver a Marta, estábamos en mi cama, acostadas sin hacer nada, solo hablando, sabía lo que ella quería saber, pero yo estaba dándole vueltas y divirtiéndome mientras ella se frustraba.

—¿Qué?—sonreí.

"¿Te llamas Hannah Montana?"

Reí.

—¿Alba Reche? Consigues grandes cosas—dijo Marta, empujándome un poco. Sonreí hacía ella.

—No es así, Marta. La chica, apenas la conozco, dos semanas, es... Vamos a decir, mi amiga—expliqué.

"Tendría que conseguir un mejor nombre artístico, o dejar Natalia Lacunza como el artístico, ya que todos saben quién soy y escoger uno para mi vida diaria"

—Y yo soy lesbiana—dijo, me reí de su mal chiste y la mire. —Te gusta Alba Reche, le gustas a Alba Reche, estas saliendo con Alba Reche, lo sabes tú, lo sé yo y lo sabe el mundo—dijo, mostrándome por undécima vez aquella foto.

—Me gusta esa foto—dije picándola, porque de verdad me había gustado esa foto. —Y no eres lesbiana y tampoco estoy saliendo con Alba Reche—le dije.

"En serio... ¿No estas molesta?"

Bufé, ya le había explicado que no iba a molestarme por esto, ella me lo había advertido y a mí no me había importado, no tenía sentido volver a lo mismo.

—Que no estés saliendo con ella, como saldrías con otra chica, no quiere decir que no te guste, cosa que no has negado—acusó. Yo había salido con otras chicas antes, dos y un chico, pero nada muy duradero, Marta me conocía y lo sabía, pero sus acusaciones para con Alba, no sabía exactamente como tomarlas.

—Ella es linda, pero no estamos de esa manera—seguí, porque era la verdad.

"No estoy molesta, te lo dije, no me importa, en serio. ¿A ti no te afecta? Es tu imagen"

—¿Por qué? Yo creo que le gustas a ella, además, se ven condenadamente adorables en esta foto Nati—dijo, sonreí, era cierto, por eso me gustaba esa foto. —¿Qué ves cuando miras la foto?—preguntó de repente, fruncí el ceño y la mira, ella me señaló la foto para que volviera a mirar, en su celular.

—Veo mi completa cara de felicidad y un hermoso día—digo, en realidad estaba viendo la completa cara de felicidad de Alba, ella se veía como una niña en mi espalda, no porque en cuerpo lo pareciera, era esa expresión en su rostro, esa gran sonrisa despreocupada y el brillo de sus ojos avellana si lo parecían.

—¿Por qué estabas tan feliz? Tu sueles tener una terrible cara de culo, literalmente, todo el tiempo. Aquí parece que no puedes dejar de sonreír, ¿Por qué eras tan feliz?—preguntó, fruncí completamente el ceño.

—No lo sé... Solo estaba feliz, me sentía bien—dije. Era la verdad, no sabía porque había sonreído tanto, me sentía cómoda, relajada y feliz aquel día, como si todo estuviese en su perfecto y exacto lugar, como si ese día yo tuviese absolutamente todo y no necesitara nada más en mi vida.

—Yo lo llamo el efecto Alba Reche—dijo, riendo. La mire no sabía si tenía o no razón, volví a mirar mi celular.

"Mi imagen está bien, no me afecta lo que han dicho y si lo hiciera, recuerda lo que te he dicho en el auto ayer. Me ha molestado un poco Dave, pero le he dejado un par de cosas en claro"

Realmente no quería que ella tuviese problemas.

—Oye, no me ignores—Marta volvió a golpear mi brazo.

—Ya... ¿Decías algo?—pregunté.

—Le gustas—suspiró mirando la foto. —He estado mirando Twitter, creo que le gustas a sus fans y ¿Sabes qué? Ellas encontraron una foto donde Alba está usando la misma camiseta que estas usando en esta foto y les encanta—reí, esas chicas en Twitter eran una locura.

—Ella nunca ha salido con una chica—dije, porque yo había buscado sobre sus relaciones anteriores en Internet.

Marta me miró, enarcando una ceja.

—Así que has buscado información—me sonrió. Vamos, ella es una idiota también. —Que no haya salido con chicas no significa nada, no significa que no le gustas—dijo. —Además, Nati, sinceramente creo que puedes despertar la homosexualidad de cualquiera—ante su comentario no pude evitar empezar a reír escandalosamente, esa era la cosa más ridícula que había escuchado en mi vida.

—Oh por Dios, Marta, no puedo creer lo que acabas de decir—no podía parar de reír, creo que me estaban saltando lágrimas, no lo hice hasta que sentí mi celular vibrar de nuevo.

"¿Qué estás haciendo?"

—En serio, Nati, si no me gustaran tanto los chicos, le haría competencia a Alba—dijo moviendo sus cejas. Dios, ella es demasiado idiota.

—Tienes que parar o voy a ahogarme con mi risa—dije, intento contenerme con respiraciones profundas.

"Con Marta, teniendo la conversación más idiota de mi vida, ¿Quieres comida china?"

Simplemente pregunté, quería hacer algo y la pequeña diva parecía una buena opción.

"¿No vas al club esta noche?"

"Podría, pero no quiero"

"Comida china suena genial, ¿Vienes?"

"Si tú quieres?"

"Te espero"

Sonreí, ya tenía algo que hacer así que me puse de pie.

—Bien chica, voy a dejarte—le dije a Marta.

—¿Vas al club?—preguntó.

—Nop, voy con la pequeña diva—dije, guiñándole un ojo mientras me dirigía al baño, Marta se limitó a reír y negar, ya sabía yo lo que estaba pensando.

...

Tuve que mantener los vidrios de mi auto arriba para evitar al paparazzi fuera de la casa de Alba, en serio, era molesto, no por el hecho de que me hiciera fotografías, sino por el grado de acoso que la pequeña diva tenía que sufrir sin ningún tipo de justificación, ella merece privacidad como cualquier persona.

—Hey—saludé acercándome y dejando un beso en su mejilla, tome una respiración profunda justo a su lado porque ella tenía todo ese olor bastante agradable a su alrededor.

—Pasa, Nat—sonreí y pase a su lado. Todo estaba bastante silencioso.

—¿Dónde dejo esto?—pregunté alzando las bolsas.

—¿Quieres ver una película? Así llevamos la comida al salón—dijo.

—Está bien, siempre y cuando no sea una de las tuyas, no queremos agrandar tu ego en mi presencia ¿Uh?—dije, ella sonrió e hizo un agradable puchero con sus labios. Uhg.

—Amo ver mis propias películas—dijo. —Es tan... gratificante ver lo grandiosa que soy—y ella estaba completamente bromeando, me reí mientras hacía mi camino hacía el salón, por supuesto ya no me perdía, me había familiarizado bastante con la casa la última vez.

—Esa es la actitud pequeña diva—dije bromeando también.

Coloque las bolsas con comida sobre la pequeña mesa mientras sacaba algunas cosas y empezaba a acomodarlas, verdaderamente tenía hambre.

Sentí fácil su mirada sobre mi así que levante para ver porque estaba quieta, tenía el ceño fruncido.

—¿Qué ocurre?—pregunté, ella traía platos y vasos.

—Si te pregunto cuanto te costo para darte el dinero a la mitad, ¿Me lo dirías?—preguntó y negué de inmediato. —Lo supuse—dio un suspiro dramático. —Es la segunda vez—dijo.

—Puede haber una tercera—sonreí.

—No lo permitiré—dijo ya viniendo con los platos.

—No seas idiota, Alba, no me importa pagar—dije.

—No voy a ganar refutando—dijo. —Al menos déjame servir, escoge una película, están por allá—me señaló un cajón.

—Te dejare porque no todos los días Alba Reche está sirviéndote la comida, en serio, es una gran... gran cosa—hice gestos con mis manos, ella empezó a reír casi al instante mientras negaba.

—Eres más idiota que yo—dijo, no pude evitar reír.

—Vale, ¿Qué tienes aquí? ¿Qué te gusta ver?—pregunté mirando los títulos de los DVD's que tenía en el estante.

—Me gustan todos los géneros excepto las películas de acción, excesiva, ya sabes, demasiadas armas y demasiada sangre, no tiene sentido para mí—asentí totalmente de acuerdo, tampoco me gustaban.

—Te gustan las sagas—dije mirando todos los DVD's de The Hunger Games, Harry Potter y Twilight.

—Son mi vida—dijo riendo. —Aunque no envidio nada actuar en una—

—¿Por qué?—pregunté.

—Son esclavizantes de cierto modo, ya sabes, es como un compromiso para toda la vida—asentí, entendiendo a que se refería.

—Bien, que te parece, si decido quedarme—dije, sacando la cinta.

—¿Quieres verme llorar?—preguntó con una sonrisa sencilla.

—Tal vez no seas la única—me encogí y acerque hacía el DVD.

—Entonces eso lo hace mejor, apresúrate, tengo hambre—demandó.

—Como digas, pequeña diva—coloqué el DVD y finalmente fui a su lado en el sofá. Ella tenía un pequeño control en sus manos con el que asombrosamente bajo la intensidad de las luces, yo solo exclame wow y ella empezó a reírse de mí.

—Trajiste mucha comida—dijo.

—Bueno... ya sabes, tengo debilidad por la comida china y por lo general me gusta probar un poco de todo, así que yo solo tome un poco de todo, no estoy en contra de tu dieta—reí.

—No hago dieta, Natalia. Amo la comida, realmente me encanta que hayas traído de todo. Oh por Dios, ya voy a empezar a sufrir—reí y mire la pantalla,entendí perfectamente a lo que se refería, esa película removía tus emociones.

Nos concentramos en comer y ver la película, comentando detalles de vez en cuando. Para cuando acabamos de comer dejamos las cosas sobre la pequeña mesa, quite mis zapatos y recogí mis piernas echándome más hacia atrás en el sofá.

—Ay Nat—se quejó la chica a mi lado, yo tenía los ojos inundados en lágrimas, suspiré y mire a Alba, no estaba mejor que yo. Volví a mirar a la pantalla, ver al protagonista sufriendo  y llorando al lado del cuerpo de la chica y ella, o su espíritu, mirándole y sufriendo, bueno, una lagrima resbalo de mi rostro y sentí a Alba recostarse en mi hombro, inconscientemente o conscientemente busque su mano y empecé a jugar con sus dedos mientras lloraba, ambas lo estábamos haciendo.

—Somos un par de idiotas—dije, porque quería aligerarlo un poco, aunque no iba a parar de llorar.

—Lo sé—hipó y mire a mi lado de reojo, ella seguía recostada en mi hombro, llorando era la imagen más adorable que había visto en mi vida.

Escuche el ruido de la puerta y fruncí el ceño.

—¡Albaaaaaaaa!—el grito de María anuncio su presencia y luego estaba ella ahí sonriendo al principio y luego frunciendo el ceño.

—Hola, María—saludé, apenas mirándola para volver a ver la pantalla, porque estaban las partes más cruciales.

—Hola, china—escuché el sobrenombre y lo registre en mi mente para burlarme más tarde, ahora no podía. Alba tampoco dejo de mirar o se alejó.

—¿Qué hacen?—Ugh, pregunta tonta, porque era más que evidente, sonreí pensando en eso, no tenía tanta confianza con María como para decirle idiota, pero verdaderamente quería.

—Ver una película, idiota—reí bajo con el comentario de Alba.

En los diez minutos siguientes nadie habló, y no sé María pero Alba y yo no paramos de llorar, sensibles e idiotas, estábamos hipando y limpiando constantemente nuestro rostro. Para cuando terminó con la canción final, nos miramos, ella tenía los ojos algo rojos e hinchados, pero se veía absolutamente adorable, empecé a reír de nuestra situación y ella lo hizo enseguida, alejándose de mi hombro.

—Eso ha sido genial—dijo.

Asentí.

—Hola—dijo María, me reí bajo.

—Voy a llevar estas cosas a la cocina—dije poniéndome de pie.

—Puedo hacer eso—frunció el ceño, saque mi lengua y le guiñe.

—No, atiende a tu visita—indiqué, señalando a María quien aún tenía el ceño fruncido.

—Tú eres mi visita—dijo sin dejar de mirarme.

—¡Yo también! Alba—la chica intento llamar la atención y enarque una ceja a la pequeña diva para que reaccionara, negué y recogí las cosas llevándolas hacía la cocina y dejándolas solas. Bote los desperdicios y lave las cosas que habíamos ensuciado.

Para cuando volví al salón ellas estaban riendo de algo, me senté de nuevo al lado de Alba.

—¿Cómo has estado, Natalia?—preguntó una María más amistosa, le sonreí y me recosté atrás, casi al instante Alba se estiro y se acomodó sobre mi pierna, no sé en qué momento nuestra confianza había llegado a esto, no llevábamos demasiado conociéndonos la una a la otra, pero no se sentía incorrecto o atrevido, era cómodo y fácil. Empecé a jugar con los mechones de su cabello.

—Bien—sonreí hacía ella.

—¿Y el club? ¿Muchos idiotas asediando?—sabía a lo que se refería.

—Algo, desde la foto y los comentarios y el descubrimiento de mi rostro, solo abrimos anoche y hubieron algunos paparazzis que no puede evitar, olvide ir por la puerta de atrás, pero les ignore—me encogí. —Ellos no hicieron fotos porque no estaba Alba, supongo, pero son molestos. Manu quería golpearlos—dije recordando.

—¿Manu?—preguntó Alba.

—¿Recuerdas al chico parado afuera del área VIP? ¿El que nos ayudó a salir el sábado?—le pregunté.

—Oh si, ya sé—dijo.

—Bueno, él quiere aplicar la violencia, pero ellos por lo general se ubican en la calle del frente y eso es como un sitio público, así que no puedo obligarlos a que se marchen por la fuerza, además, que hagan preguntas no me molesta, no significa que las vaya a responder—dije.

—Lo siento—ella siempre hacía eso.

—No seas idiota, ya te he dicho que no me importa—

—¿A tus papas no les molesta? ¿O a tu pareja?—preguntó María, volví a mirarla y negué.

—A mis papas no les molesta, mi papá solo se preocupó por cómo iba a manejarlo pero al ver que no les di importancia se relajó, mamá no se involucra demasiado en los asuntos del club, solo me pregunta. Y a mi pareja no le molesta porque no existe—expliqué.

—Oh, ya veo—ahora ella tenía una gran sonrisa dedicada a Alba.

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