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-¿Qué es esto? – Bankotsu miro curioso el cartón blanco en sus manos. Ha pedido de Kagome había ido a visitarla urgentemente.
-Mamá junto con Izayoi están organizando un pequeño festejo por la venida de tus sobrinos – con una sonrisa le dijo Kagome sentada en su cama con un libro entre sus muslos.
-Mis sobrinos... - susurro con incredulidad – Pero... dice dos personas
-Para Kikyo y tú tonto – reprocho.
-¿Estás segura? Inuyasha la última vez no se lo tomo bien...
-No me importa lo que él piense, ustedes son mis invitados y los quiero presente – su amigo moreno le arqueo una ceja burlona.
-¿Estás bien?
-Estoy bien al saber que mis bebés lo están.
-Perdona por todo lo que estás pasando. Nunca quise que esto ocurriera, solo... fue algo imprevisto y...
-Lo imprevisto siempre es lo mejor. Lo sé, me lo dijiste cuando tratabas de convencerme de salir juntos en aquellos tiempos.
-Sí y de no ser porque tu seguías colada por Inuyasha habría funcionado – exclamo con molestia fingida recordando.
-¿Te arrepientes de algo?
-No, no me arrepiento de nada.
°°°
-¿Cariño? – Kagome llamo a Haru viendo con su ceño fruncido el cuaderno de la escuela de él en sus manos.
-Sí má – Haru troto hacía ella.
-¿Esto... qué es? – le enseño una nota escrita a mano con tinta roja por su maestra.
-La señorita lo escribió, me dijo que la leyeras con papá – hablo con timidez moviendo unos de sus pies con la mirada hacia abajo.
-Gracias hijo – lo tranquilizo acariciándole sus cabellos azabache – Sigue jugando con tío Sota – Haru al escucharla troto escaleras arriba con rapidez.
Suspiro leyendo la nota una vez más:
"Señores padres o tutor: el niño Haru está comportándose de una manera desinteresada en el horario de clases y resulta preocupante para nosotros los profesionales. Por favor asistir mañana en el horario de entrada a hablar con el docente, muchas gracias."
Miro el reloj de pared, Inuyasha ya debería de estar llegando. ¿Haru teniendo un comportamiento extraño? Pero sí él en casa se comportaba como siempre, no mostraba nada anormal, seguía siendo el niño inteligente, amable, adorable y atento que siempre, pero... ¿Por qué la maestra escribía lo contrario?
-Amor, llegue – Inuyasha le anuncio a sus espaldas entrando y cerrando la puerta tras de él.
-Hola... - Inuyasha le saludo con un beso en la mejilla.
-¿Cómo están? – pregunto como siempre por ella y por los futuros mini Taisho's.
-Bien. Hoy estuvieron muy tranquilos, no me hicieron sufrir – le sonrió cuando sintió la mano grande de su peli plata sobre su vientre cubierto por una fina tela – Mira Inuyasha.
-¿Qué cosa? – tomo el cuaderno en sus manos, primero se deshizo de su saco de marca colgándolo en la entrada y después leyó para fruncir su ceño – Se equivocaron de niño.
-Es lo mismo que pienso – entendió Kagome lo que su Inuyasha quiso decir – Aun así, para asegurarnos de que es una equivocación vamos mañana – Inuyasha asintió.
-Entonces... ¿Paso la noche aquí? – Kagome abrió sus ojos.
-¿Qué, por qué? – sonrió nerviosa.
-Si voy a casa no me despertaré para venir aquí. Como Haru hoy duerme aquí, mi cuerpo sabe que no hay necesidad de levantarse una hora antes de lo que acostumbra por eso es qu...
-Ya, ya, ya. Entendí – Kagome volteo los ojos – Pero mi mamá no querrá eso, así qué...
-Haru la convencerá.
-¡Deja de usar a tú hijo para tu beneficio! – Inuyasha se carcajeo al igual que segundos después Kagome.
-Así que te enteraste...
-Haru me lo dijo. Así que usar el encanto de tú hijo para que yo subiera a tu coche eh – Kagome negó con la cabeza – Deja esas artimañas Taisho– advirtió la azabache.
-Después de hoy, las dejaré de usar – prometió.
-Bien. ¿Entregaste la invitación a Miroku y Koga? – ambos se dirigieron a tomar asiento en el sofá de la sala.
-Sí, a Koga le envié una foto ¿Y las tuyas?
-Sí, solo me faltan unas dos.
-Tengo curiosidad de saber a quién invitaste.
-Invite a Bankotsu ya que tú no lo harías – Inuyasha cerró sus ojos buscando paciencia milagrosa en los cielos. Su mujer sí que le gustaba contradecirlo en todo.
-Amor...
-Silencio Inuyasha, no discutas o te vas – recordó y advirtió Kagome.
-Bien, como sea. No me importa ¿A quién más invitaste?
-Sarah y un amigo de California que vendrá de visita aquí – sonrió.
- ¿Amigo?
-Sí, te caerá bien, tienen casi el mismo carácter – Inuyasha volteó los ojos - ¿Cómo te fue en el trabajo hoy?
-Y... bien, estoy cansado de leer y leer, firmar y firmar pero sobre todo ¡De mirar a Sesshomaru!
-Te entiendo. Mirar semejante belleza todos los días puede herir tu vista.
-¡Oye!
°°°
-No sé cómo hacerlo, no sé cómo terminar con él. Bankotsu no ha hecho nada incorrecto, no ha hecho nada malo ¿Como puedo encontrar un motivo para que termine conmigo?
-¿Estás segura que quieres terminar con él? – pregunto Sasuke mirando por encima del hombro de Kikyo.
-No, no estoy segura pero... es lo correcto. Debo hacerlo para que él no esté mal con las personas que lo quieren.
-Estará mal contigo y él no te quiere, te ama.
-Pero yo no valgo mucho...
-Kikyo...
-Sí uno de los tiene que ser feliz, que sea él – tristemente Kikyo bajo su mirada.
-Te ayudaré entonces – dijo Sasuke mientras que con un ágil movimiento, con una mano elevo el rostro de la pelinegra y con lentitud acercó sus labios a los de ella, juntándolos en un beso de cámara lenta. Sasuke movía sus labios, pero Kikyo permanecía sorprendida y con los ojos abiertos.
-No es cierto... - Kikyo abrió sus ojos más de lo que estaban al reconocer la voz de su moreno detrás de ella. Empujo a Sasuke y se puso de pie de inmediato más pálida de lo que ya estaba.
-Bankotsu – el rostro de Kikyo demostraba tristeza – Bank...
-Debí de haber imaginado que esto pasaría... Inuyasha tenía razón – Kikyo guardo silencio, sin decir nada, soportando todas las palabras y las que vendría – Eres una oportunista, juegas con todo y todos...
-¡Oye! – Sasuke se puso de pie dispuesta a defender a la azabache de las palabras del moreno.
-¡Tú cállate! – miro fulminante al peli azul – Quise creer que la gente cambia, tal vez lo hacen... pero no tú – Kikyo lagrimeaba con su labio temblando, un nudo tenía en su garganta. Todas aquellas palabras provenientes del hombre que amaba dolían, dolía mucho.
-Perdóname... - logro formular seguido de un sollozo, sus brazos a sus costados con sus manos cerradas en un puño, aguantando todo sin defenderse.
-¿Nunca me quisiste, cierto? – Sasuke se mantuvo como un espectador más, matando con su mirada al moreno por el mal momento que él le estaba haciendo pasar a la peli negra.
Kikyo no respondió y solo se cubrió su rostro con sus manos sollozando, Sasuke desde atrás la abrazo de los hombros. No podía aguantar más, tenía que salir de ahí, tenía que alejarse de Bankotsu, no podría arruinar lo que ella misma quiso: Alejarlo a él de ella.
-Nunca lo hiciste – dolido Bankotsu se respondió solo y giro medio cuerpo – Eres de lo peor Kikyo... - y se volteó completamente marchándose con una enorme decepción.
-Bankotsu – susurraba y sollozaba a la vez – Perdóname Bankotsu.
°°°
Un capítulo nada favorable para Kikyo...
¿Que opinan mis queridos del capítulo?
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