|>"Inicio de una relación"<|
El reloj marcaba casi las 12 AM.
El silencio reinaba en aquella casa color vino. Cierto erizo de blanco pelaje yacía durmiendo, plácidamente en su cama, acurrucado entre las sábanas
Parecía otra noche normal y tranquila, sin nada de especial.
Pues eso estaba por cambiar~.
Una masa oscura se asomó por un costado de la cama, aproximándose suavemente hacia el rostro del albino.
Sintiendo una comezón en su nariz, el de ojos miel, lentamente empezó a despertar. Rascando la punta de su nariz mientras parpadea un par de veces aclarando su vista, logró captar a la masa oscura parecida a un tentáculo, escabulléndose fuera de su ventana.
—"¿Qué fue...?"— empezó su interrogante, quedando a media pregunta al acercarse a la ventana de su habitación.
La luz de la luna, junto con el brillo de los faroles, alumbraban la silueta del erizo parado enfrente de su casa.
—"¿Qué haces aquí Mephiles?"— preguntó algo inquisitivo.
El mencionado, mostrando su boca normalmente oculta, sonrió. Hizo aparecer dos grandes parlantes tras él, con ayuda de sus poderes oscuros, más un micrófono.
•Start The Music•
—"Vine a darte una sorpresa..."— susurró galante, guiñando un ojo —"Esperó te guste~."—
Silver animó sus orejas al escuchar la suave melodía, sin poder creer lo que veía.
¿Acaso Mephiles iba a...?
—"Sé que prometimos despedirnos para siempre."— en verdad estaba cantando, vaya sorpresa —"Con una aventura ya tuviste suficiente..."— sonrió de medio lado con picardía —"Sueñas cada noche con volverme acariciar..."— sus ojos verde serpiente conectaron con los dorados del menor —"Sabes que eres solamente mío, debes aceptar la realidad."—
>>"¡Confiésale...!
Dile que me perteneces aunque estés con él."— hacía ademanes con su mano libre, mientras se movía al ritmo de la música.
>>"¡Confiésale...!
Que con un susurro sé erizar toda tu piel."— movió su mano formando una "S" en la dirección de Silver, como acariciándolo desde lejos.
>>"¡Confiésale...!
Y dile la verdad, que soy yo el hombre que se esconde en tu cama al despertar."— se señalaba a sí mismo, cerrando los ojos.
>>"¡Confiésale...!
Que ningún mortal nos podrá separar."— refiriéndose al, en ese entonces, otro pretendiente del plateado.
>>"Por que eres mi uke~."— volvio a sonreir, esta vez de una manera más coqueta y confiada, entrecerrando su mirada.
El albino no podía evitar sonrojarse cada vez que Mephiles lo miraba de esa forma, más con aquella sonrisa que le parecía tan... Atractiva.
Su voz cambió a un suave susurro —"You know what?
You are not ready for this~."— solo para añadir eso.
—"Llegaste a mi mundo casi en un golpe de suerte..."— los recuerdos parecían volver a su mente —"Te dejé escapar a un solo paso de tenerte."— se frotó la frente con algo de fastidio —"Para que engañarte si eres mí complicidad..."— se encogió de hombros, para luego tocarse el pecho —"Sabes que eres solamente mío... Debes aceptar la realidad."—
>>"¡Confiésale...!
Dile que me perteneces aunque estés con él."— uno de sus tentáculos mostró una foto, señalando a quien se mostraba en ella.
>>"¡Confiésale...!
Que con un susurro sé erizar toda tu piel."— entre dos tentáculos, jalaron las esquinas de la imagen, rompiendola.
>>"¡Confiésale...!
Y dile la verdad, que soy yo el hombre que se esconde en tu cama al despertar."— camino entre esos tentáculos, tirando los pedazos hacia atrás.
>>"Confiésale...
Que ningún mortal nos podrá separar."— observó cómo Silver lo miraba atento y sin previo aviso, lo sujeto con otro de sus tentáculos sacándolo de su casa.
—"Cuéntale que somos más que amigos, susúrrale mi nombre cuando este contigo."— lo acercó, sin dejar de cantar, acariciando su mejilla con ternura.
—"Cuéntale que somos más que amigos, que la luna y las estrellas son testigos."— señaló el cielo nocturno, mirándolo con ojos brillando de amor.
—"Cuéntale que somos más que amigos, que nada ni nadie podrá separar lo que tu y yo... Hemos vivido."— dejó a silver parado a un lado de él empezando a bailar a su alrededor.
Añadió en la pausa —"~¡Wuh! What's my name?~
Mephiles~."— lamiéndose los labios juguetón.
Tomo al plateado de sus manos, girando y moviéndose al ritmo de la música, Silver llevaba un leve sonrojo rosa en su mejillas. No sabía muy bien que hacer, por lo cual solo se dejaba guiar por el grisáceo. Pero no podía negar que, le gustaba y le divertía lo que hacía.
>>"¡Confiésale...!
Dile que me perteneces aunque estés con él."— lo sujetó con delicadeza del mentón.
>>"¡Confiésale...!
Que con un susurro sé erizar toda tu piel."— siguió moviéndose con suavidad hasta volver a un ritmo más rápido, ganándose una sonrisa de su amado.
>>"¡Confiésale...!
Y dile la verdad, que soy yo el hombre que se esconde en tu cama al despertar."— tomó la mano del albino, dándole una vuelta y así jalarlo hacia su cuerpo.
>>"¡Confiésale...!
Que ningún mortal nos podrá separar."— terminó con la respiración algo agitada, sonriendo suave, miraba de frente a su bello erizo de peinado extravagante. Sus frentes juntas y a pocos centímetros de tocar sus jugosos labios, admiraba la dulce expresión de Silver totalmente embelesado.
La luz de la luna resplandeciendo en su rostro era simplemente magnífica, sus ojos dorados brillaban con intensidad, sus mejillas blancas y finas eran manchadas por un enrojecimiento divino. Ciertamente, no podría verse más encantador.
Por otro lado, el plateado estaba conmocionado, feliz y sentía muchas cosas más.
Jamás se espero que alguien, menos Mephiles, hiciera algo así para él.
¡Ni siquiera sabía que podía cantar así de bien!
—"¿Te gustó?"— la voz ronca pero suave del bicolor lo sacó de su trance —"La escribí y cante solo para ti."—
No sabía desde qué momento tenía esa sonrisa tonta plasmada en la cara, además del coloramiento en sus mejillas, ya se podía imaginar cómo lucía.
¿Pero cómo evitarlo?
Se había sentido como una quinceañera enamorada por esos cortos minutos que escuchó la increíble voz del demonio frente a él, además de que tuvo la oportunidad de disfrutar un pequeño baile juntos. Y en verdad le dejó impresionado que Mephiles supiera bailar así, no se veía como la clase de erizo que tan siquiera supiera moverse con ritmo, sobretodo con ese género de música.
Los latidos enloquecidos de su corazón eran increíblemente fuertes, no dudaba en que el de pelaje oscuro pudiera sentirlos en cualquier momento, más con lo cerca que se encontraban. Sin saber que mas hacer soltó una breve risa, una cargada de vergüenza y felicidad.
Desviando la mirada, sin dejar de sonrió, al fin se armó de valor para hablar —"La verdad... Si. Me gusto mucho."— volvió a reír con vergüenza mientras cubría sus mejillas con sus manos.
El micrófono en su mano desapareció, quito las manos del menor y las colocó alrededor de su cuello a la vez que se acercaba a su oreja para susurrar con dulzura.
—"No te tapes... Me gusta verte, Silver."— el mencionado ya podía sentir su rostro tornarse del color de un tomate maduro.
Volviendo a conectar sus miradas, fueron acercándose poco a poco, dejándose llevar por el ambiente y sus emociones el plateado cerró sus ojos esperando el tan ansiado roce de sus labios. Mas este al no llegar, provocó que el oji-miel abriera de nueva cuenta sus ojos.
Notando como el otro se mantenía sonriendo con victoria y satisfacción.
—"¿Puedo tomar eso como un 'aceptó ser tu novio'?"— preguntó sin borrar su sonrisa mientras movía sus cejas —"Aunque no lo he dicho, es más que obvio, pero de todas formas. ¿Quieres ser mi novio?"—
Silver lo miró con una sonrisa divertida y los ojos entrecerrados.
—"Es un obvio si. A veces hablas de más."—
—"Solo queria aclarar y estar segu..."— fue cortado por los labios del albino, quien cansado de oír palabras de mas, lo beso.
Ambos erizos se fundieron en aquel beso que daba inicio a una nueva relación.
—"Mi trabajo aqui, termino."— murmuró una voz que provenía de un lado oculto de la pareja.
Poco sabía Silver que aquella voz que fascino cada parte de su ser, en realidad, le pertenecía al famoso héroe de Mobius. Sonic The Hedgehog.
Quien yacía escondido entre unos árboles y arbustos, con un micrófono extra, mirando la feliz escena.
Mephiles fue quien lo busco por ayuda. Le pidió que le enseñara a bailar, que le "prestara" su voz y le ayudará a escribir aquella canción; con un poco de ayuda de Tails para grabar las melodías y esas cosas.
Era un regalo, con una pequeña mentira blanca incluida pero...
Al final todo salió perfecto.
—"Mejor me voy, antes de que piensen en hacer algo más que un beso."— soltó el micrófono y empezó a caminar con los brazos por detrás de su cabeza —"Debería cobrar por esto."—
¡Extra!
¡Solo porqué ganó Perú!
¡¡ARRIBA PERÚ CARAJO!!~♡