Hailee en multimedia
Hailee:
El asiento de adelante rechina en cada salto que doy, tengo las manos de Peter en mi cintura, su rostro hundido en mi pecho descubierto y el mío al lado de su hombros, no dejo de gritar cada vez que su polla entra y sale de mi interior, trato de sujetarme del jebe del asiento, pero es más fácil para mi coger sus hombros.
En dos ocasiones golpeo mi cabeza en el techo de su coche, pero no voy a detenerme, no voy a parar.
—Mierda, Hailee.—Pronuncia con la voz agitada.—Cielos, preciosa, lo haces muy bien.
Disfruto de sus halagos y me siento llegar cerca, doy un último salto y froto nuestras partes cuando voy a llegar, el gruñe en mi oído y grito ante el golpe que me deja el orgasmo.
Terminamos riendo y me coge la cara, apartando mis mechones, me da un beso duro y sonríe.
—Eres increíble, preciosa.
—Lo sé.
Se ríe y me acaricia el rostro para volver a besarme, sin embargo, su teléfono suena en su bolsillo, estira el brazo para buscarlo y me hago a un lado.
Peter coge el móvil y revisa la llamada.—Mierda.
Me coloco las bragas.
—Es Simon.
Doble mierda.
Peter se subo los vaqueros junto a los calzoncillos con rapidez y baja del coche, cierra la puerta y yo comienzo a vestirme dentro, me arreglo el cabello mientras escucho pequeños detalles de su conversación, como el decirle a su novia que tiene una reunión en casa de sus padres.
—Sí, te llamo cuando todos se marchen, adiós, te amo.
Me abotono los últimos botones de la blusa y salgo, Peter está revisando su teléfono, pero al verme lo guarda y me sonríe.
—¿Dónde estábamos?
Me coge la cara y besa mis labios, le devuelvo el beso.
—¿Te apetece una segunda vez al aire libre?
Me besa otra vez.
—Quiero cogerte aquí.—Murmura sobre mi boca y aunque la experiencia me apetece, necesito pararlo para hablar con el.
—Peter...
Intenta besarme otra vez y lo aparto suavemente, el me suelta la cara fastidiado.
—¿Qué?
—Quiero hablar contigo.
Peter niega.—¿Sobre qué? .. ¿No puede esperar?
—No, no puede esperar.—Respondo sincera.—Es importante.
Suspira fastidiado y camina hacia la parte delantera, se apoya en el capo de su coche, lo sigo y me pongo delante de él.
—¿Qué esperas? ¡Ya habla!
Asiento y sonrio despacio.
—Llevamos tiempo haciendo esto.
Sus ojos me examinan y me sonríe despacio.
—Y ha sido increíble, sigue siendo increíble.—Me dice y mi corazón se acelera.
—Yo también me siento así cuando estoy contigo.
Su sonrisa crece.
Aprieto los labios y lo miro a los ojos.—¿Entonces cuando...?
—¿Cuándo qué, preciosa?
—¿Cuándo le dirás a Simon que estamos juntos?
Sus ojos se abren y me sonríe, pero esta vez la sonrisa se convierte en un tono burlesco.
—Nunca...
—¿Qué?
—Simon no tiene por qué saberlo, nos divertimos ¿no?
—Sí, pero... dijiste.—Aprieto los ojos y los abro ganando fuerza.—Estas engañándola conmigo desde que iniciaron las clases.
—¿Y cuál es el problema?
No respondo y su rostro me muestra como si hubiera atado cabos.
—No puede ser...
Intento hablar.
—No.., te dije que no íbamos a involucrar sentimientos.
Mi pecho se aprieta.
—¡¿O no te lo dije, Hailee?
—Sí, si me lo dijiste.
—Entonces... ¿por qué?
—Porqué creí que era momentáneo, después de estar juntos tu ..
—¿Yo sentiría algo por ti?.—Se señala así mismo , por un momento se burla, peor al darse cuenta que no estoy bromeando, el enojo se muestra en sus ojos.—¡Esta no es una maldita comedia romántica, Hailee!
Trato de aguantar mis sollozos.
—¿Y creíste que yo dejaría a mi novia por ti?
Las lágrimas me queman la vista, me atrevo a mirarlo y no hay lastima en sus ojos, solo burla.
—¿Es un chiste, no?
No, no lo es..
Las lágrimas caen por mis ojos y lo escucho respirar ofuscado, deja de apoyar su cuerpo en el capo y camina por la carretera, se toma unos segundos y se acerca a mi otra vez.
—De acuerdo, preciosa.. solo hagamos como que no pasó nada ¿Si?
¿Qué?
—Sigamos divirtiéndonos y en lo que nos quedamos.
Intenta tocarme, me rodea con los brazos y comienza a besarme el cuello mientras me estruja contra su cuerpo, el hijo de perra otra vez tiene una erección.
—¡No quiero!.—Lo empujo con todas mis fuerzas y el retrocede.
—¿Qué sucede contigo?
—¿Y qué esperabas?.—Le suelto llena de indignación. —¿Qué me quedara contigo después de lo que acabas de decirme? ¡Eres un completo imbécil!
Mis palabras lo dejan sin habla.
Voy a darle la espalda y exigirle que me lleve a casa hasta que suelta las palabras.
—¿No has estado haciéndolo todo este tiempo?
Mis pies se detienen.
—¡¿Cuál es la puta diferencia?!
Me giro otra vez y golpeo su rostro con todas mis fuerzas, que el ruido de la cachetada se escucha en toda la oscura y solitaria carretera.
Peter se queda callado y veo su rostro transformarse.
—Entra al auto ahora.
Comienza a forcejear conmigo y meterme a la fuerza, trato de que me suelte y termino cayendo al suelo boca abajo, me giro y lo encuentro de pie frente a mi.
—Como quieras.—Sigue.—Quédate sola aquí.
Acto seguido y sin mirarme otra vez, entra al coche y arranca dejándome sola en medio de la noche.
Me pongo de pie y busco el teléfono en mi bolsillo, esperando que no se quedara dentro de su auto, tengo señal así que me causa un conflicto si llamarle a mi mejor amiga y decirle que siempre tuvo la razón.
Sé que Evanna no es de esas chicas, pero tendré que contarle lo sucedido y lo que menos quiero es recordar lo que acaba de pasar.
En cambio el no espera mucho detalles.
Escojo otro número y llega en mi ayuda en menos de una hora.
(*)
Estornudo otra vez.—Creo que contraeré un resfriado.
—Es normal, estuviste expuesta al frio y solo traías eso.—Me señala, Freddy me entrega una taza con café caliente dentro.
—No juzgues mi ropa.
Freddy sonríe.—No lo hago.
Tomo un poco del café y lo dejo en la mesita de noche.
—Gracias por dejar que me quede aquí, ir a casa de Evanna no era una opción después de lo que le dije.
—Son amigas, no rechazaría que duermas en su casa.
—Lo sé, pero seguramente esta con Mathew.—Respondo.—Y tal vez se escapó para verlo, no quiero ponerla en evidencia.. ¿Qué clase de amiga seria?
Solo empeoraría las cosas.
—Bueno, es cierto.—Me apoya Freddy.
Le sonrio y paso la mirada por la habitación de la sala.
—¿Tus padres?
—Ya hable con ellos, no te preocupes por eso.—Me dice.—Puedes dormir aquí.. —Chasquea los dientes.—Te daría mi cama, pero seguramente pensarían mal.
—Estoy bien aquí.—Cojo las mantas que me trajo junto a la almohada.—Estaré cómoda con esto que me diste.
El me da una sonrisa amigable.
Yo suspiro y me paso la mano por la cara, aún hay lágrimas secas marcando mis mejillas, me lo limpio rápido.
—No vale la pena.—Lo escucho.—Sé que vas a defenderlo, pero es la verd..
—No.—Lo detengo.—Es cierto.
Freddy me observa con sorpresa.
Es una lástima que llegara hasta esto, hasta que el me dejo tirada en medio de la carretera y sola para que yo entre en razón.
Cierro los ojos.—He sido una estúpida.
—Uhhmm
Abro los ojos y lo golpeo con la almohada que me dio, Freddy se ríe.
—Solo un poco.
—Solo dilo, está bien.
—Bueno, lo fuiste.
—¡Freddy!
—Dijiste que lo dijera.
—Solo estaba bromeando.
—No lo hagas conmigo, lo tomo en serio.
Me rio.
—Creo que es hora de que vayas a dormir.
Se acerca a mí y acomoda la almohada detrás de mí, lo miro agradecida y cuando sus ojos dan con los míos, comprende que está más cerca de lo debido, pero no es Freddy quien rompe con nuestra amistad o como era lo que yo creía que pasaría, soy yo al cometer la estupidez de bajar mis ojos de los suyos a sus labios.
Lo miro largo rato y el se queda ahí sin moverse.
Y soy yo quien se acerca.
Lo beso.
Despacio, muy lento, jamás me han besado así de tierno, Freddy es tierno al hacerlo y es un gran chico.
Me devuelve el beso que toda chica debe merecer, un beso especial.
Nuestras bocas comienzan a batallar una a la otra y en poco tiempo lo que era un beso tierno se volvió una batalla desesperada, aunque no dejaba de tener su toque especial, nuestras lenguas se rozaron y yo quería más.
Sin embargo necesitaba buscar aire, me aparte de él y lo mire, tenía la misma mirada que quizás yo tenía, pero cuando quiero besarlo de nuevo, él no me dejó.
—No lo hagas.
Mis ojos suben a los suyos y retrocedo mi boca.
—¿Qué?.—La pregunta brota de mis labios.
Sus ojos me examinan en silencio y lo veo tragar con dificultad, algo me dice que en el fondo también quiere besarme.
—Si estas dolida por lo que Peter Simons te hizo no lo hagas.
¿Qué?
—Freddy, yo..
—Seamos realistas.—Me interrumpe.—Tú no estarías aquí si él te hubiera elegido.
Tiene razón...
Aun así..
—¿Eso es lo que piensas de mí?
No responde a mi pregunta, Freddy me examina y me dice algo que quedara grabado en mi mente y me hace reflexionar sobre mis errores.
—Yo no voy a ser el segundo de nadie.
Las palabras me golpean y comprendo todo, estoy enojada conmigo misma y la vista comienza a arderme otra vez, no porque me esté rechazando, sino porque tiene razón.
Nadie quiere ser lo segundo de nadie.
—¿No es esto lo que siempre has querido?
Que yo...
Freddy me observa detenidamente, baja la mirada a mis labios y vuelve a subirla, el niega muy despacio observándome.
—No..
Aprieto los labios.
—No de esta forma.—Pronuncia y una pequeña sonrisa cruza sus labios.—No de esta forma, Hailee.
Me quedo sin habla.
—Buenas noches.
Freddy se marcha y comprendo que por mi culpa nuestra amistad no volverá a ser la misma después de esta noche.
Hola...
Tres capítulos y uno de ellos un bonus de la historia entre Freddy & Hailee.
Ahora solo falta que me pidan una historia de ellos JAJAJJAJAJ
Ya los conozco.
Pero su historia de ellos lo verán aquí, aun así la historia siempre sera de Evanna y Mathew.
Díganme ..
¿Qué les pareció este Bonus de Hailee y Freddy?
¿Les gustaría que sean pareja? :o
Las leo y nos leemos
>>Yiemir.