Evanna:
Mi corazón está roto.
Es cómo me siento mientras observo a Mathew, su mirada fría no ha cambiado y su puño sigue apretado como si se contuviera de golpearme otra vez.
Las lágrimas en mis ojos y el dolor de la decepción que siento parece no acabar jamás.
Me ha golpeado.
Mathew se ha atrevido a golpearme igual que papá y dios, es igual de doloroso que antes, el recuerdo y todo vuelve mientras lucho por buscar fuerza para irme, pero solo logro sentir como mis rodillas tiemblan y estoy a punto de caer al suelo.
¡Despierta!
—Eva..
Eso era lo que hacía falta.
Su voz es lo que necesito para salir de mi shock, siento el aire ingresar por mis pulmones otra vez y cuando Mathew da un paso, yo retrocedo hasta golpearme contra la pared.
Mi reacción es suficiente para que no avance ni un paso más, lo miro mientras lloro y dejo escapar un gemido dolido antes de dar el primer paso hacia la salida y solo necesite ese paso, para no detenerme, ni mirar atrás ni una sola vez.
Solo me largo de ahí.
(*)
—Evanna..—Tia Sarah golpea la puerta del baño y yo sigo dentro de la bañera.—Llevas bastante tiempo ahí.
Cierro los ojos y me limpio la cara.
—¿Está todo bien?
—Si..—Me aclaro la garganta antes de seguir.—Ya salgo.
—No demores mucho, cariño, la cena está servida.
—De acuerdo.
Me termino de bañar, envuelvo la toalla en mi cuerpo y lo amarro en mi pecho, recojo mi cabello y me acerco al espejo, alcanzo el maquillaje que traje conmigo y observo mi rostro en el espejo.
Otra vez tengo ganas de llorar.
Y si no hago algo, el golpe empezara a notarse, lucho para no llorar otra vez y aunque los gemidos se escapan de lo más profundo de mi garganta, me las arreglo para empezar a ocultar el moretón que empieza a tomar color.
Aplico la base en mi rostro y difumino hasta que no se vea, aunque también me ayudo con los polvos.
Una vez que acabo puedo dar la cara frente a mis tíos.
(*)
Me voy a dormir temprano esa noche y cerca de las diez mi teléfono comienza a sonar, no le doy importancia el ver su nombre en la llamada, solo dejo que suene esperando que se canse, peor las llamadas van una tras otra sorprendiéndome por completo.
Cansada de todo, cojo la primera opción.
>>Rechazar.
"¿Desea rechazar la llamada?"
Me quedo viendo la pantalla y otra vez siento el apretón en mi corazón.
>>Si
>>No
Marco "Si" y cuando vuelve a llamar solo observo la pantalla de mi teléfono.
Lo apago.
No tiene por qué llamar, no tiene que hacerlo porque si alguna vez hubo algo entre nosotros, esto se terminó desde el momento en que abandone su casa esa noche, desde que se atrevió a golpearme.
No voy a pasar por lo mismo, no esta vez
Se acabó, realmente se acabó.